Los pobladores en el viejo y legendario vecindario eran de religión católicos, apostólicos y romanos. A las siete horas de cada noche rezaban el padre nuestro, credo y ave Maria con toda la familia de rodilla y con la señal de la cruz. Los chipilines, adolescentes o jóvenes estaban obligados moralmente a "pedirle" la bendición a familiares, vecinos y personas mayores aún sin ser familia. Además cada quién tenía dos padrinos y dos madrinas.
Creían ciegamente que los muertos "salían" a las personas incluso para darles botijas de morocotas y plata. Cuando había un velorio afirmaban que el alma de ese fallecido se retiraba a los tres días del sitio. Tambien ese lapso de tiempo mantenían encendidas velas, velones y un vaso con agua.
Así mismo encendían velas y un vaso con agua los días lunes y viernes de cada semana para las "animas" y familiares fallecidos. De igual manera realizaban velorio de Cruz de Mayo, Santo Rostro, y otros. Celebraban el día de las Mercedes, San Ramón y Santa Rosa con parrandas, arpa, cuatro y maracas, bailes de joropo, riñas de gallos, carreras de caballos, ternera a la llanera y licores que duraban hasta tres días.
En los primeros días del mes de enero de cada año los agricultores "agarraban" las "cabañuelas" colocando doce granos de sal según su fe esto les indicaba los meses de lluvias durante el año. Durante la llamada Semana Santa no comían carne, no se bañaban porque podían convertirse en peces, no subían árboles por temor a transformarse en monos y no salían de sus casas por evitar accidentes.
Del mismo modo aseguraban que la sayona, la "bola de fuego", el espanto de la "colinera", y el muerto de "la chivera" salían en el vecindario en horas nocturnas para quienes transitaban los caminos y sabanas. Los llaneros usaban como "contras" la "pepa de zamuro", tabaco en rama, cormillos de animales, y collares de azabache para retirar de su camino los almas en pena, espantos, caimanes, serpientes y todo peligro.
El canto de lechuza cerca al domicilio en horas de la noche indicaba la visita de un anciano el siguiente día, y era preocupante para los padres en una familia que pasara por encima de la casa cantando un alcaraván; eso les indicaba que había una joven embarazada en el hogar. Mantenían una mata de sábila guindada detrás de la puerta principal de la casa para la suerte y si se secaba venía mala suerte, ruinas y muerte. De igual forma si una "guacaba" cantaba muy cercano al domicilio indicaba la muerte de un integrante de la familia o vecino.
Rezaban una oración para la peste y gusanos en los rebaños y plantas. También aplicaban la oración "milagrosa" en " mal de ojos", mordeduras de serpientes y de perros en los humanos. Para realizar el corte de madera, siembra de árboles, castrar animales, jugar gallos, domar animales y el corte de las puntas de cabello de las damas lo hacían en luna menguante.
Tiempos aquellos!!!
Autor: Miguel Barrios