Por Ramón Ojeda Crusate
La siguiente toma fotográfica corresponde a las fiestas de Elorza en el año 1958...La manga de coleo, construida con Madera en plena Calle Real del pueblo la que después sería Avenida Bolívar...El coleo era una tradición que formaba parte de la diversión llanera,traída de las prácticas ordinarias de los Hatos...Los mejores hombres de la comarca se disputaban hermosas cintas elaboradas con dedicación por las muchachas del pueblo incluyendo Las Reinas...Otra premiación que recibía el coleador más destacado era gozar del privilegio de ser el parejo de la Reina, en la fiesta de gala dedicada a su majestad en el comedor escolar... Tiempos antiguos muy lejano del desarrollo, que hasta el existir tenía dependencia de corazones inocentes... Nuestros antepasados eran Gente con serenidad, haciendo esfuerzos para no chocar contra la civilización a quién ya se le temía como enemigo, pues terminaría acabando el llano...esa tierra que nos crió y nos vió nacer, con solemnidad, finalmente para los fundadores ,culminó como cementerio de amigos queridos, lamentablemente yacen sus restos abonando la tierra del olvido...tantas glorias de muchos Centauros, representada por el llanero criollo y su corcel brioso, fenecen bajo piedras de mármol...Cuando todas las cosas del llano no se traten con amor estaremos cerca de un abismo y sin los sentimientos los abismos son consumidos por otro abismo y queda la tortura de la conciencia del llano rico indigente...Las aves estarían prisionera en su propio espacio y si acaso cantan sería en agonía...Tengo que desenjalmar mis angustias al ver este viejo registro fotográfico porque los recuerdos sagrados me dejaron demasiadas pasiones que no caben con el progreso... fíjense que mi tonta esperanza de niño era envejecer con los antepasados viejos del pueblo...oyendo sus historias y explicándome ese pueblo que no conocí...Se me fueron yendo con fulgores de estrellas y solo dejaron anhelos sobre las pampas desiertas...Espero encontrarlos en los caminitos silvestres, llenos del relincho agudo del corcel y de espinitas del arestín que me hincan las plantas de los pies para recordarme que no debo ser indiferente ni pérfido... El viento Araucano siempre me recuerda las fiestas viejas de Elorza....