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sábado, 26 de octubre de 2019

CUNAVCHE: UNA DÉCADA DE VIVENCIAS DE UN PUEBLITO PROVINCIANO CAPITULO 3




Autor: Alexis Machado


CAPITULO 3

ALGUNAS COSTUMBRES   DE CONVIVENCIA Y EDUCACIÓN HOGAREÑA DE AQUELLOS TIEMPOS

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En esta década no existía hambre ni miseria porque la gente trabajaba de sol a sol a “brazo partido” sin escatimar esfuerzo alguno; ademas se conseguía todo a mano; Quien tenía más le provenía ayuda y le prestaba al que tenía menos, pract icaba  la  ayuda  mútua  entre vecinos,  los   trabajos  en su   mayoría  se realizaban  en "cayapa";    que consistía en 
que  cuando un vecino tenía que hacer un trabajo de envergadura, requiriendo de varios obreros y carencia de recursos económicos para sustentarlos; entonces los demás vecinos lo hacían en mancomunidad sin costo alguno de  mano de obra.
Se acostumbraba el reparto de la "olla de carne", que era la norma de enviar una pulpa y un hueso por parte del vecino que sacrificara una res para el consumo particular a los demás vecinos y familiares.

La educación hogareña era admirable a pesar de que la mayoría de la población era analfabeta; los buenos modales, la cortesía y el buen trato eran excelentes, la palabra de un hombre tenía un alto sentido de responsabilidad y firmeza, el respeto a los mayores era un precepto obligante, se pedía la bendición arrodillado, con los brazos cruzados y si se usaba sombrero era una regla sin-e-cua-nom quitárselo para cumplir con esa costumbre. Los niños podían ser reprendidos por cualquiera persona mayor, aún siendo ajeno a la familia; si eran sorprendidos en alguna que otra travesura. A un menor se le permitía pasar por el medio de 1a reunión de visitantes, ni interrumpir e intervenir en la conversación de los mayores a excepción de que le fuese solicitado.

Aun  cuando  los   cunavicheros  en su mayoría  desconocían  el "Manual de Carreño"; los buenos modales durante la comida eran ejemplares. La mesa era un lugar sagrado para la familia, que se respetaba en magno grado; donde primero debían ocupar sus puestos las personas mayores, no se permitía arrimar a la mesa sin camisa ni comer con sombrero; seguidamente una vez sentados todos, debía dar gracias a Dios por el pan concedido para ese día y luego la persona mayor, que generalmente era el padre de la familia, correspondía el privilegio de comenzar a servir el plato.

Era costumbre de los cunavicheros, cuando llegaban a los fundos, personas amigas que iban de paso y/o forastero, aun cuando fuesen desconocidos; enseguida se le ofrecía hospitalidad para que se quedara hasta el día siguiente; brindándoles las mejores comidas, atenciones, el trato afable y cordial. En el momento de continuar su viaje, nunca se permitía que se fuera con las manos vacías y le era entregado cualquier obsequio para que llevara; que podía ser un racimo de plátanos o topocho, una pulpa salada, una cecina "campechaneada" (Carne de falda que recubre la costilla de la res, que por costumbre de los llaneros es tasajeada en forma de pequeños huecos, salada y puesta a secar al sol.), etc., etc. También era costumbre que los menores antes de acostarse a dormir en la noche y al levantarse con el alba, debían pedir la bendición a los padres, al resto de los familiares mayores y hasta las personas que no pertenecían a la familia y viajeros que en ese instante estuviesen pernotando  en dicho fundo.



FUENTE: Una Década de Vivencias de un Pueblito Provinciano de Alexis Machado Año 2000.

Agradecimiento A la Sra. Dulce Tovar Por facilitarme este Texto y así dar a conocer nuestra historia.


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