“Banco Largo no es tan
Largo,
Ni Apure es tan
apurao,
Ni el Orinoco es tan
ancho
Como me lo han
ponderao”.
“Banco Largo, Banco
Largo, Banco Largo”.
La
noche oscura le da paso a la madrugada, el cielo negro adornado con estrellas
comienza su transición diaria para darle cabida a la luz del día, el firmamento
va cambiando de colores pasando desde zaino hasta azul añil, las estrellas
nocturnas abren camino al lucero del alba y éste a su vez entrega el
"testigo" al Astro Rey, en esa hermosa carrera con relevo que es el
amanecer.
Simultáneamente a este proceso, el caporal del fundo se levanta y en un breve recorrido por los pasillos de la casa, tiempla los chinchorros de los peones anunciándoles el comienzo de un nuevo día. "¡Las cuatro e' la mañana, hora de empezar la brega!" exclama con voz soñolienta aún. En la cocina, el fogón arde desde hace rato y doña María calienta el agua para el café madrugador; sólo el rumor del río cercano y los trinos de las aves se escuchan en el quieto amanecer, hasta que el muchacho becerrero encierra las vacas en el corral y se escucha entonces el ajetreo común del ordeño diario, entre el mugido nostálgico de las vacas ante el reclamo incesante de los becerros y el arreo suave del ordeñador.
Todo está dispuesto para el ordeño, Juan el ordeñador enlaza con extrema
facilidad a la vaca "cacho fino", la amarra a uno de los botalones
del corral, le sujeta las patas traseras con un trozo de mecate solitario
(manea) que duerme todas las noches en el corral y comienza a llamar al becerro
por el mismo nombre de la madre: "cacho fino, cacho fino, cacho
fino"; el becerrero quita las trancas para que la cría salga corriendo en
pos de su madre, mientras el cielo sigue aclarándose lentamente.Simultáneamente a este proceso, el caporal del fundo se levanta y en un breve recorrido por los pasillos de la casa, tiempla los chinchorros de los peones anunciándoles el comienzo de un nuevo día. "¡Las cuatro e' la mañana, hora de empezar la brega!" exclama con voz soñolienta aún. En la cocina, el fogón arde desde hace rato y doña María calienta el agua para el café madrugador; sólo el rumor del río cercano y los trinos de las aves se escuchan en el quieto amanecer, hasta que el muchacho becerrero encierra las vacas en el corral y se escucha entonces el ajetreo común del ordeño diario, entre el mugido nostálgico de las vacas ante el reclamo incesante de los becerros y el arreo suave del ordeñador.
El ordeñador, para que la vaca "apoye", es decir, para que le baje la leche, deja que el becerro mame por un par de minutos, pasándolo cada pocos segundos por los cuatro pezones de la ubre. El becerro, golpea instintivamente la ubre de la vaca para que fluya la leche con más rapidez. Paralelamente, Juan comienza un silbido melancólico y luego amarra al becerro cerca de la madre para que ésta crea que el becerro está mamando aún. La realidad es que después de lavar la ubre, Juan ya ha empezado el ordeño sentado en un taburete de 25 centímetros de alto, de confección casera y cuyas patas están sujetas por clavos y reforzadas con alambres que actúan como abrazaderas.
Juan, ataviado con una camisa vieja sin abotonar, shores hechos de algún pantalón recortado y unas alpargatas curtidas de muchas madrugadas de ordeño, canta una tonada mientras trabaja: "Tú dices que me quisiste/ pero que ya no me quieres/ nadie recoge el bagazo/ cuando la caña se muele." E.L.R. Su melodía melancólica es acompañada por el compás perfecto que brinda el golpe de los chorros de leche retumbando en el tobo vacío.
Doña María se acerca con una taza de guarapo caliente, Juan la recibe con cariño y directo de la ubre dos exprimidas bastan para prepararse el café con leche mañanero, lo toma con serenidad mientras intercambia algunas palabras con sus compañeros de trabajo, para luego volver al ordeño embebido en tonadas y bramidos matutinos. Así se le va la madrugada y mientras ordeña la última vaca, Juan canta con un dejo lastimero: "La cántara está llenita/ de leche y de sentimiento/ y hasta el silbido del viento/ suelta su copla infinita." O.A.H.L.
Finalizado el ordeño, el becerrero se encarga de apartar los becerros de las vacas hasta el día siguiente, cuando se volverán a encontrar en una nueva madrugada. La magia de la mañana en el llano comienza con buen pie y el jeep del fundo va dejando su rastro de polvo cuando va enrumbado hacia la receptoría para llevar las cántaras llenas de leche y al mismo tiempo impregnadas de esperanza. Así son las madrugadas allá en mi tierra llanera.
El ordeño es
el procedimiento de extraer la leche de las glándulas mamarias de un mamífero,
habitualmente del ganado vacuno. Se puede hacer de forma manual o mecánica y es
necesario que el animal al ser mamífero haya tenido una cría, se lleva a cabo
masajeando, presionando y tirando del pezón hacia
abajo hasta que sale la leche que se recoge en un recipiente, normalmente un
cubo.
Es
importante destacar que este ordeño se debe hacer de manera tranquila para la
vaca, en un lugar cubierto, limpio y seco en la mayor medida por temas de
sanidad del producto (leche).
En las regiones de llano, donde se vive de la ganadería y
agricultura principalmente, encontramos diferentes actividades que identifican
la región y las vivencias diarias del pueblo. El llano es caliente, allí
amanece temprano tras el aroma del café recién colado justo antes del amanecer
comienza el trabajo, el olor de la arepa en el budare invade el ambiente, el
trabajador del llano llama al ganado acompañado de cantos, el ordeño se hace al
alba, y a las vacas se les arrulla y se les canta para que den su mejor
producto: la leche, "Mariposa", "Nube de agua", "Luna
llena", "Lucerito"...se convierten en nombres de vacas a las
cuales se le regalan coplas y cantos...mientras se ordeñan amarradas de su
becerros. Estos cantos se identifican por ser repetitivos, nombran a la vaca
incontables veces, se les colmas de bellas palabras y amorosas frases para que
en un mágico enlace entre la vaca, el becerro y el ordeñador se obtenga la
mejor leche del llano, base para quesos, mantequillas y sueros.
El ordeñador tiene todos los útiles de
trabajo en la mano, la camasa, el banquito o taburete para sentarse y el rejo,
luego pasa a la cocina a tomas su café tinto recién colao, el cual va
consumiendo poco a poco por lo caliente. En este momento aprovecha para echar
una conversadita con su mujer antes de partir a su diario quehacer, es bueno
recordar que la actividad del ordeño la hace bien en su propiedad, si tiene
algunas vaquitas o en el hato si es empleado, ahora va rumbo al corral para
sentir ese calor de la vida animal y el olor característico de la bosta
mezclado con el aliento del becerro, el olor a leche fresca y el mugido de las
vacas, el ordeñador tiene el alma poeta sabe enamorar con sus versos, o tonadas
que fueron compuestas únicamente para cada vaca que va a ordeñar. El ordeño es
una tradición más que un trabajo, es vida y encanto, es faena y canto, la cual
no admite interrupción alguna, hay que ordeñar todos los días del año; el alma
candorosa del ordeñador genera cantos cantos bellísimos, así pegados al hijar
de la vaca se le escucha decir:
Lucerito lucerito lucero
del alma mía, no me vallas a olvidar mañana será otro día!
Ejemplos de cantos de
ordeños
1- “Banco Largo no es tan Largo,
Ni Apure es tan apurao,
Ni el Orinoco es tan ancho
Como me lo han ponderao” .
“Banco Largo, Banco Largo, Banco
Largo” .
2- “Lucero de la mañana
Préstame tu claridad
Para alumbrarle los pasos
A mi amor que se me va”.
“Caridad, Caridad, Caridad”.
3- “A las cinco de la mañana,
Yo me quito mi sombrero;
Deme la mano derecha
Pa saludarlo primero”.
“Sombrero, Sombrero, Sombrero”.
4- “Yo me llamo como quieran,
Pariente de mala gana,
Que si me cierran la puerta
Me salgo por la ventana”.
“Mantuana, Mantuana, Mantuana”.
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5- “Levántate negra esclava,
Mira que te coge el día;
Quién ha visto negra esclava
Durmiendo hasta medio día”.
“Negra Esclava, Negra Esclava”.
6- “Una naranja madura
Le dijo a la que era verde,
El que siembra en tierra ajena
Hasta la semilla pierde”.
“Berenjena, Berenjena, Berenjena”.
7- “Por debajo corre el agua
y por encima la espuma,
Así corriera tu fama
Pero no tienes ninguna”.
“Corre el Agua, Corre el Agua”.
8- “Si fueras a la laguna
y no pudieres pasar ,
Confórmate con que viste
A los paticos nadar”.
“Pato Real, Pato Real”.
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9- “Suspiro porque me acuerdo,
y si no, no suspirara;
Quién es aquel que suspira
sin acordarse de nada”.
“Suspiro, Suspiro, Suspiro”.
10- “Lucero de la mañana,
De la mañana lucero;
Como te vas y me dejas
Siendo yo tu compañero”.
“Lucero, Lucero, Lucero”.
11- Al que tiene pan de trigo
No se le niega una hogaza,
Porque de continuo tiene
El amasijo en su casa”.
“Hogaza, Hogaza, Hogaza”.
12- “El que bebe agua en tapara
y se casa en tierra ajena,
No sabe si el agua es clara,
Ni si la mujer es buena.
“Yerba Buena, Yerba Buena”.
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Fuente:
Fernando Calzadilla Valdés Por los Llanos de Apure
Orlando Augusto Hurtado Lara
http://www.llanerisimo.com/folklorId.asp?Id=28
https://www.musicallanera.net/2018/02/el-ordenador.html
http://www.venezuelatuya.com/tradiciones/cantos_tradicionales.htm
Wikipedia.
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