Por: Aljer Chino Ereú
Dicen que llego temprano
al pueblo de Guasdualito,
siendo apenas muchachito
se formó hombre en el llano.
Llenas de cayos sus manos
de tanto enlazar morlacos,
llanero uno entre tantos
caporal de La Victoria,
eran los tiempos de gloria
de don Martin Garabato.
Martin García, roble llanero heredero de la
reciedumbre alto apureña. Hombre del llano nacido en Valentín, vecindario rural
ya desaparecido, ubicado épocas atrás en los alrededores del hato Santa Elisa,
propiedad de Evaristo Sánchez. Llegado a Guasdualito a mediados de la decada
del sesenta del siglo caducado; se desempeñaría como baquiano de travesías,
peón y caporal en los hatos La Victoria, El Temblor, San Lorenzo, El Torreño y
El Bogante; testigo del ocaso de una época inigualable, la del paso de ganado
por La Manga del Río, y el consiguiente arreo a La Montaña de San Camilo.
Coleador, toreador y narrador de coleaderas, actualmente dedicado a la compra y
venta de ganado.
Su contextura física (en extremo delgado) sería el origen y
causa para el cognomento de la folklórica corredera. Singularidades del pueblo
es que pocos identifican en primer momento a la calle La Estación, al hacer
mención al nomine folklórico se logra la ubicación de inmediato: la calle
Garabato; llamada así por la jocosidad de Manuel Briceño por molestar a Martin
García, quien un buen día colocó en un una tablilla el designe "LA
GARABATO", en letras negras escritas con molde. Martín lloró, zapateó,
refunfuñó pero Garabato se quedó.
FUENTE: Propaez Ong.
FUENTE: Propaez Ong.
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