REDES SOCIALES

martes, 25 de febrero de 2020

LOS PÉREZ DE ARAUCA (PARTE V)






"El Tatarabuelo gallego de el Libertador", "El apellido Ponte seguramente tenga su origen por la ubicación de alguna familia que tenía su casa próxima a un puente, y sería conocida por sus vecinos por lo "da Ponte", por lo tanto podrían existir distintas familias, así llamadas. Algunas se encumbraron, como la casa de los Aponte del solar de Puentedeume, cuyo señor era Nuño Gil da Ponte, capitán en los reinados de Fruela y Alfonso II el Casto, año 744, que está enterrado en Padrón". El apellido se utilizo indistintamente como "da Ponte", "Aponte y Ponte, que en castellano serían  "de la Puente", “el Puente” Y “Puente” (En gallego  Ponte es femenino) José saavedra Rodrígu ez, Enero de 2013, (sic).
Don Feliciano lograría todo lo que presuntamente había deseado, ocupando el puesto del hijo de "la Marín": el dueño de las minas de Aroa; el hombre mas poderoso y rico de Caracas, poseyendo todos sus bienes, i ncluyendo la Casa Natal y todo lo que se conoce en nuestros días como la Cuadra Bolívar, pues su yerno Vicente Bolívar del Ponte y Marín fue declarado heredero universal de todas las posesiones de su madre.
Don Feliciano que no había logrado para su nieto Juan Vicente el Marquesado de San Luis, ni el Condado de la Casa Palacios para Simón de la Santísima Trinidad, en el paroximo de sus "delirios de grandeza" ya se veía como Gengis Khan alzando a su prole a los cuatro puntos cardinales; esta vez a sus bisnietos como marqueses de la Nobleza criolla, o sea, los hijos de María Teresa del Toro y Alayza, hija del hermano del tercer Marqués del Toro, Sebastian Rod ríguez del Toro y Ascanio, cuyo título heredó el primo  hermano  de María  Teresa, Francisco  José  Rodriguez del Toro e Ibarra. María Teresa muere inesperadamente; dejando viudo a Simóncilo quien, para decirlo en el modo más criollo del venezolanismo le "echó la partida pa'tras" arrebatándole su amada  Capitanía General para convertirla en un estado-nación para los Pardos. La oligarquía colombiana, muy virreynata, hasta el día de hoy, jamás aceptó este "sacrilegio''. Por eso El Libertador, viendo como la oligarquía caraqueña liderada por Miguel Peña, desde Valencia, liquidaba la Gran Colombia después de haber engatusado a ez, quien hiciera todo lo contra rio de lo que haría Emiliano Zapata en Mexico, se apoderaba de nuevo del poder político, lo que le hace exclamar,   en  consecuencia: Solo logramos la libertad de España a costa de todos los demás bienes.
Su guerra había sido, fundamentalmente, contra aquella oligarquía mplice de la corona por lo que había subido hasta el Potosí para liquidar toda posibilidad de su rereso.: "He arado en el mar"... José Tomas Boves, quien era Azturiano, decía que iba a exterminar esa sociedad, "mas perversa que l a cortesana peninsular, para reemplazarla por una descendientes de gallegos verdaderamente noble y pura desde los tiempo del Apostol Santiago”... Apendice III-
Treinta años más tarde Zamora recogería sus banderas bajo el slogan "...Oligarcas temblad..." comandando las tropas de la Guerra Federal. Muerto Zamora, la Oligar­ quía volverá a l poder, pero esta vez de forma absolu ta, por primera vez independiente, con Antonio Guzmán Blanco, "El Ilustre Americano", quien era hijo de Carlota Bla nco Jerez de Aristeguieta, que descendía, nada menos que de la mismísima Doña Ana de Blanco y Blanco la de la "paga peos " de la catedral de Caracas; siendo su padre Antonio Leocadio Guzmán quien fuera el que pronunciara aquella famosa frase "Vamonos Carlota, que las gallinas empezaron a cantar como gallos" . Esta frase se la oiría yo, por primera vez, a mi papá aun siendo un niño.
A fina les del Siglo, 1899, Cipriano Castro recogerá las banderas de Zamora en nom bre de la "Revolucíón R estauradora" con muy poca suerte de permanencia en el poder. A finales del Siglo XX, 1999, la historia vuelve a repetirse, y esta vez recogerá las banderas un genuino zambo barinés, nacido en una vega de una de las a ldeas aledañas a la otrora señorial Ciudad de Nutrias lo que converti a su padre y  a  dos de sus hermanos, sucesivamerite, en los últimos inquilinos de los aposentos del mismísimo Palacio del Marqués: Hugo Rafael Chávez Frías, que llegará al poder en nombre de la Revolución Bolivariana det Siglo XXI, enfrentada a una Oligarquía todavía  pro-i mperialista, la misma de los: "Realistas" de ayer; los de la planta insolente; la de los Piti-yankis;los Escualidos; más vario-pinta, eso sí, y no tan exclusiva, confundida con una Burguesía surgida del ascenso económico y cultural de los "Pardos" “Y los Blancos de Orilla”: petroleros, por lo que la considerará, por tanto, in ferior a ella, a perpetuidad. La que se conoce por definición como Clase Media, la otrora “Sociedad civil” para la derecha, cuando estaba en el poder que ahora denomina "el pueblo': desde la oposición; o como para otros, ante su evidente minusvalía, que los califican de "venezolanos de a pie': estrato socia l que se encuentra entre aquella y los más desposeídos; "los patas en el suelo"; "los barrioteros"; "los margi nales"; "los niches; los "greñuos"; los "tierrúos"; los "invisibilizados de ayer”; "Ios CIase 'E. ' y 'D', como l o s   l l aman euf·e·misticamente los sabiondos de la Clase Media Alta, la de con mi especulador no te metas", "les nouveaux riches", "la classe moyenne misérable" de Víctor Hugo, quienes los identificaran, políticamente, con el c alifícativo o, mejor dicho con el remoquete de "Chavistas". Situación ésta que se encuentra, en "pleno desarrollo" en u n estado de  pre-conmoción social, pre-bélico; en "la Venezuela post­ petrolera”; como la  tratara de vislumbrar yo, con otras perspectivas desde Brasil, hace más de treinta años, en mi articulo para El Universal: "Guasdualito, 200 años…”, sin haberse cumplido otras dos de mis premisas previas: La Venezuela equi-desarrollada, la Venezuela del 'Turismo". Otra vez resuenan los  compases: ¡Olgarcas temblad, viva la libertad! He aquí uno demis articulos en El Universal, publicado el año 2002 que hace referencia a la época de los primeros años de mi papá en la Periquera de principios del siglo XX.
LA BATALLA DE GUASDUALITO
Pocas batallas, fueron tan heroicas, para pasar a la posteridad con el nombre del pueblo donde se  libraron. Como ésta, descrita por su comandante el general Arévalo Cedeño: ''... Después de varios días de marcha sobre el Alto

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Apure, llegamos a un lugar cercano a Periquera o Guas­ dualito, donde sólo había setenta hombres del Batallón Guaicaipuro acantonado en San Fernando. El doctor Vargas resolvió atacarlos y destruirlos; pero a tres leguas de la plaza, supimos había llegado una fuerza de mayor consideración, procedente del Táchira. Vargas, sin embargo, continuó la marcha... A las ocho de la mañana del 21 de Junio de 1921, llegarnos a El Chinquero, aun cuarto de legua del centro de Guasdualito, donde la fuerza enemiga, al mando del general Benicio Jiménez, constaba del Batallón Rubio, del medio batallón Guaicaipuro, y otras fuerzas, bien atrincheradas en su cuartel  y otras posiciones". (Sic).

"... A lasnueve de la mañana comenzó el combate, atacando simultáneamentey por distíntos puntos con las brigadas Páez, Cedeño y Aramendi, esta última al mando del general Pedro Pérez Delgado y con el cuerpo Bravos de la Fronlera, al mando del general Pedro Fuentes... El combate fue feroz y encarnizado. Fatigados ya de aquella lucha tan obstinada,  ordené una carga general a las treinta y tres horas justas del combate; la cual debía termínar con el atrincheramiento del enemigo. La carga fue dada con una bravura sin igualy el enemigo izó una bandera blanca en señal de paz' (Sic.). Se peleó en todas sus calles. Don Isaac Ontiveros, vecino probo y honorable, testigo de excepción, nos contaría que: '...
En el cruce de la calle Sucre con la  Calle Real, el desalojo de los francotiradores de la torre de la iglesia, por el mismo Arévalo Cedeño, costó tantas bajas, que los heridos se apilaban, sobre un río de sangre...". Allí caería herido el general Arria Ruiz y muerto el coronel Lino Luzardo, sepultado, a mismo, en el templo... Al otro lado de la ciudad, en una acción digna de la "Venezuela  Heroica", el general Pedro Pérez Delgado, "Maisanta", sable en mano, destrozaría al Batallón Tachirense en El Pozón del Guamo...A los pocos días, "El Ultimo Centauro", vilmente traicionado, caería preso en Elorza, siendo trasladado después al Castillo de Puerto Cabello.
Escribiría, Arévalo Cedeño: "... En medio de aquella carnicería, sen la desgracia de la patria .Víctima infeliz de nuestras guerras civiles, por el empeño de compatriotas extraviados, de sostener a Gómez y a su familia de bastardos...". (Sic). Con un sistema de terror que ejercían sus jefes civiles: sátrapas abyectos que, con sadismo, cometían todo tipo de tropelías en sus pequeños feudos... Posteriormente, éstos serían tristemente reeditados en los esbirros de la Seguridad Nacional.
Me contaría una vez Don Ramoncito Briceño Torres, testigo de aquellas lides, que en Guasdualito se corría la voz que .Maisanta arengaba a sus soldados, instruyéndolos de cómo debían usar el machete: "... Tronconén bajo, que es pa' sembrar ñame".Queriéndoles decir que cortaran la cabeza a ras del tronco.

Lo que realmente acelera, definitivamente, la mudanza de mi padre Cornelio Aponte para Arauca sería la ínfausta experiencia vivida en la toma militar de Periquera, por Arévalo Cedefio, en Junio de 1921. Donde salva su vida milagrosamente. Habiendo adquirido ya la Casa de Hierro, frente a la Plaza Bolívar, pasó los días de la ocupación "Barriga en Tierra".

Esta casa, la única con techo de zinc, para aquella época, tenía las paredes periféricas de cincuenta centímetros de ancho. Las cuales no eran de bahareque, sino que eran de tierra "pisoneadas " y a la altura del sócalo era de unos treinta centímetros más anchas, por sesenta de alto, que se proyectaba en el interior de la casa, utilizado en las ventanas como bancos.

Esta pared, a esa altura, era impenetrable por cualquier bala, sin importar su tamaño. Cuenta papá, que a los dos días del tiroteo, oye unas voces en el zaguán de unos hombres que entraban en tropel con aspecto de estar escoltando a un superior. Don Cornelio, "haciendo de tripas corazones", los recibe y estos le preguntan por el lugar del tinajero y un sillón donde pueda descansar su comandante. Dicho esto, "en el umbral del zaguán se asoma la figura de un hombre flaco, más bien bajo, ensangrentado, y todo embarrialado, pues estaba lloviendo a chuso". Esa era la primera vez que mi padre se encontraba, frente a frente, con el que después sería su amigo, el General Emilio Aréva!o Cedeño, conquistador de la plaza de Guasdualito.

Muchos años después, a mediados de la década de los '50, en la esquina de la Casa de Hierro, se reunían en tertulia vespertina, todos los días, algunos de los notables del pueblo, y que entre los más asiduos se contaban Don Juan Félix Michilangelli, don Ton Heredia, don Joffre Vallé y casi todos los integrantes de La Gran Logia Masónica de Guasdualito, en forma más esporádica. Yo, zagaletón, después que venía de la escuela, que quedaba a dos cuadras,  preparaba  las silletas de cuero y los vasitos para el brandy, el cual tomaban para "amainar el calor". La botella era de forma de una guitarrita y lo l lamaban: 6 letras, xxvsop. Mi papá tenía, en secreto, va rias cajas, guardadas, durante más de diez años, que le habían sobrado del bar Victoria, en el soberado de la sala de mis tías Aponte, donde tenían éstas, escondidos, unos frascos grandes, con tapas de unas seis pulgadas de diámetro, llenos de fuertes. Si algo me enseñaron esas viejitas desde muy niño fue a guardar secretos. Eran muy circunspectas y se pasaban todo el día arregladas "como si fueran a ir a misa" a una igiesia donde tenían un reclinatorio de terciopelo rojo identificado con su nombre. A las seis de la tarde, cuando venía  la luz se sentaban, alrededor de un radio de galena en sus mecedoras de mimbre que mi papá había  ímportado directamente de Viena, contaban ellas, en 1927. El año que fuera a Ciudad Bolívar, personalmente.    A  las  6 PM, de  cada  día, este ritual era fijo, tomando café y fumando cigarrillos Piel Roja. Empezaban con una novela "El Derecho de Nacer", cuyo protagonista era un viejo muy encopetado que se llamaba don Rafael del Junco que había quedado mudo y la gran expectativa era que no se sabía cuál era el día en que iba a volver a hablar. A mis tías, que eran muy "ta­ tititaqui" les encantaban los escenarios de abolengo de un barrío habanero, llamado el Vedado, en los que se desarrollaba la trama, narrada magistralmente por el locutor. Yo la escuchaba desde lejos, pues no era apta para mi edad. Aunque muy pendiente, pues a las 7 PM me llamaban para que oyera mi programa favorito: Tamakun, El Vengador Errante. Corno dato curioso, mi primo Tobías le había puesto "la tierra" al radio con un alambre que terminaba en un clavo que estaba enterrado en una latica de leche "Reina del Campo", llena de tierra. La luz se iba a las nueve. Se llamaban Julia, Clara e Isabel. La primera  era la mayor de quien recuerdo, cuando estudiaba en la Católica, mi profesor de Geograffa Económica era el doctor  Pascual Venegas Filardo quien tenía la costumbre de preguntarnos de que pueblo  eran nues·tros padres. Yo no fui la excepción y le dije que mi padre era de Libertad de Barinas; días después me comentaría que su madre también era de allá y que recordaba a una gran amiga, cuando niña, que se llamaba Julia Aponte...

Esta casa tenía una red de iluminación de carburo por una tubería  de hierro galvanízado de 1/4 de pu lgada, también  importada.  El  depósito  de  carburo  quedaba en el corral, al lado del chiquero. Me acuerdo que a mi papá le llevaba un compadre, todos los dos de Enero, un cochinito, recién nacido, que era sacrificado los 20 de Diciembre. Proporcionando la carne para las hallacas y la manteca para gran parte del año. La casa nuestra tenía setenta metros de fondo: Jardín, patio, traspatio, corral y cañada. Con treinta palos de guayabas y una empa lizada de guafas, muy bonitas.

Por cierto, frente a la plaza Bolívar, por la calle Sucre, viv íamos dos familias, los Aponte y los Morales. La casa pertenecía a Don José Ramón Morales quien era el Registrador del puebio, ciudadano ejemplar y católico en extremo, quien comulgaba todos "los primeros viernes". Casado con doña  María  Paz, matrona  perteneciente  a una fam ilia de gran abolengo. Tuvieron dos hijos: Nelly y Miguel, este últirno General en Retiro de la Guardia Nacional. Por supuesto que esa casa tenía cañada también.

Miguel y yo, además de vecinos, éramos muy amigos, y construimos  una  embarcación  con  madera  balsa  que era muy común de encontrar en aquellos tiempos. Pues era una autén tica balsa  construida  con guafas y unos troncos de balso. La usábamos para visitarnos. Nuestra amistad era clase aparte, y nos llamábamos ln de Efra y Mi de Guel. Hoy en día, ya septuagenarios, nos seguimos llamado así. Cada uno tenía un perro: Nerón Morales y Titán Aponte. Por cierto, había otro perro: Bri tánico Moreno con el que correteaban juntos en la plaza cuando lo llevaba de visita otro buen amigo: Enrique Moreno; quien era hermano de las muchachas más bonitas del pueblo. Me acuerd o de Alicia, que me queda ba embelesado mirándola. Su pa era Don Valeriano, rigurosísimo como todos esos viejos de antes, y mandaba a Enrique de chaperón con perro y tod o. Eran también muy amigas de mis hermanas, junto con Nelly; y se visita ban, bajo el rigor de la cita previa y duración preestablecida. En la adolescencia se acrecentó esta amistad, y como estudiábamos por fuera, en vacaciones nos dedicábamos a darles serenatas a las muchachas. Nos turnábamos en el canto acompañados por el ya virtuoso guitarrista el Negro Ortiz, quien pasaba buscándome por la casa primero que a Miguel. A las diez en pu nto de la noche, yo pendiente, escuchaba los acordes de la contraseña. De inmediato me trasladaba al traspatio a brincar la empalizada que era muy bonita, de guafas, peligrosamente lanceoladas en las puntas. Miguel, entre tanto, educado en la rigurosidad de los horarios se trasladaba al "Palo Gallinero" donde dormían una gallinas de doña María que él se encargaba de enseñarlas a "dar la pata" a la manera de los loros. Solo bastaba que le tocara, sucesivamente, entre las patas para que estas dormidas se encaramaran en su mano. Después vendría lo más difícil que era su traslad o desde el gallinero hasta una ventana, del frente de la casa, que no tenía rejá, distante a unos 40 metros, sin que se despertara en la travesía. Una vez alcanzada la calle, "Cachinche", como le decíamos cariñosamente a nuestro juglar, éste procedía a agarrarla por el pescuezo sin soltarla hasta no llegar a donde una comadre que nos alcahueteaba con la hechu ra del sancocho.



FUENTE: 
BIBLIOGRAFÍA
Archivo de Indias, España
Archivo Histórico de la Nación, Caracas, Venezuela
"Los Muxicas Guariqueños de la Independencia;' Carlos Alfonso Váez
"Manifiesto de Manteca!':Eduardo Hernández Guevara
Wikí pedia
Los Amos del Valle", Herrera Luque
 "Las Casas Muertas", Miguel Otero Silva
"Tiempos”, Edmundo Díaz Colmenares
Arauca" dela Comisión Andina de Juristas, Seccional Colombia. Serie informe Regionales de los Derechos Humanos". "ElTatarabuelo GallegodeEl Libertador''. José Saavedra Rodríguez
Edición del Ministerio del Poder Popular para la Cultura      
 Colaboradora:
                                         Julia Rosa Urdaneta

Se imprimieron 300 ejemplares de este titulo  el mes de octubre de 2017 en el Sistema Nacional de Editoriales Regionales
Capítulo - Apure


Agradecimiento especial a mi buen amigo "El Chino" Camejo por facilitarme esta historia para compartir con ustedes

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