Leyenda del Ánima del Presbítero Núñez
Los viejos de la comunidad de Elorza
cuentan la historia de un sacerdote que al llegar a la sabana del Paso del
Viento, abandonó la sotana por un fusil y se convirtió en guerrillero en favor
de la gesta emancipadora.
A este sacerdote guerrillero lo llamaban el
presbítero Núñez. Supuestamente llegó una noche al Paso del Viento y entró a
una vivienda donde celebraban un Velorio de Cruz. De pronto se armó una riña a
consecuencias de un hombre que borracho golpeaba a su mujer. La confusión fue
tan grande que todo el mundo terminó peleando, de modo que el sacerdote sacó su
arma en medio de la oscuridad y dio muerte a más de cinco de los peleadores. De
inmediato se montó en su caballo y luego de pasar por varios sitios, partió
rumbo a Elorza buscando la frontera. Cuando llegó al caño Guaritico, le
salieron al paso catorce hombres con los cuales se peleó hasta que lo mataron. En ese lugar lo enterraron, junto a su caballo, su machete y su capotera.
Al
parecer siempre había sido un hombre justo y amable y le importaba el bien de
la humanidad, pero odiaba la injusticia y siempre estaba dispuesto a defender
al desvalido. Después de muerto su fama fue creciendo y la gente comenzó a
hablar de los milagros concedidos, así que los viajeros, los arreadores de
ganado y los carreteros, dejaban algo en la capotera del difunto presbítero
Núñez.
Años más tarde le colocaron una alcancía, donde se amontonaban las
morocotas y los pesos. Un día pasó un hombre llamado Manuel Fuentes,
proveniente de Guárico, con seis caballos, que llevaba para cambiarlos por
ganado. Al llegar al paso, tomó prestadas algunas morocotas al ánima de la
alcancía y con ellas compró más ganado y más tarde con las ganancias de estas
compró terrenos y más ganado por lo que terminó siendo el hombre más rico del
estado Apure.
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