CARLOS E.
PADILLA H.
“CAO”
“Un
Guasdualiteño Ejemplar”
Carlos
Eduardo Padilla Hurtado, conocido como Cao, constituyente de la familia
conformada por Francisco Miguel Padilla y Carmen Cecilia Hurtado. Nace este
digno guasdualiteño el 25-04-31. Desde sus primeros años le seria inculcado por
su progenitor el amor y pertenencia por su tierra, de allí su vocación por la
actividad agrícola, a la cual se entregaría con ahínco y esfuerzo. Sus primeros
estudios los realiza en la escuela dirigida por la maestra Inesita Alfonzo de
Pérez, en donde además impartían enseñanzas insignes educadores como Enma
Blanco y el recordado Juan Félix Michelangeli.
Culmina el bachillerato en la
capital del Táchira, luego es enviado a la Escuela Práctica de Agricultura en
el estado Aragua, donde obtiene el título de Perito Agropecuario. Inicia
labores profesionales en La Fría (Tac) y años más tarde en Valera (Tru); a
mediados de la década del 50 del siglo pasado retorna a su lar nativo para
dedicarse de lleno a la explotación y producción agrícola en el Hato La Miel y
otras propiedades familiares, en las cuales gracias a sus conocimientos en el
área se logra con éxito el mejoramiento genético a través de la importación de
ganado brahmán, raza poseedora de una capacidad notable de adaptación y
supervivencia con altos niveles de producción de leche y carnícola, marcando
pauta para la época en cuanto a la oferta de proteína animal.
Para el año 1956
toma estado con Rosalbina Merchan, procreando siete hijos, todos ellos hombres
y mujeres útiles y productivos.
En la
década del 60 incursiona en el escenario político regional ocupando los
siguientes cargos: Delegado Agrario, Secretario de Gobierno en la gestión de
Ricardo Montilla (30-30) y Gobernador Encargado, siendo presidente el novelista
Rómulo Gallegos,
cumpliendo a cabalidad las responsabilidades asignadas,
retirándose del ambiente político por motivos personales. En este singular
guasdualiteño se conjugaban en real expresión la reciedumbre llanera y la
cultura cognitiva y bohémica, de allí que por su naturaleza hereditaria su
pasión fuera el llano alto apureño, al cual dedicó años de vida ejecutando con
habilidad y destreza labores típicas del mundo llanero, y a la vez un esforzado
cultivador de la cultura general, incluyendo el baile y el arte poético, acá
una de sus trovas:
De
familiares y amigos
hasta he
perdido la cuenta
al
completar felizmente
la meta
de los setenta.
Esta vida
pletórica de éxitos y vivencias cede el paso a lo ineludible un 20 de diciembre
del año 2006, acompañado hasta su último aliento por su abnegada esposa,
rodeado de su más cercanos familiares, dejando para la posteridad un ejemplo de
dignidad y trabajo. Carlos Eduardo Padilla Hurtado, así como tantos hombres y
mujeres nacidos en esta tierra, son merecedores de gratitud, admiración y
respeto por las actuales y venideras generaciones de coterráneos, siendo que
sus vidas mortales son epítomes de hechos tangibles en pro de nuestro identidad
y gentilicio. Honra a quien honra gana.
Autor: ALJER.- "El chino" EREÚ

0 comentarios:
Publicar un comentario