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lunes, 20 de abril de 2020

ESQUINA EL CAÑON








ESQUINA EL CAÑÓN

Autor: Hugo Arana Páez HARPA
Hugoarpa24@gmail.com

INTRODUCCIÓN:
Continuando con los ensayos publicados en la serie IMAGEN E IDENTIDAD, en esta ocasión me referiré a otra popular esquina del Barrio Jobalito, un concurrido lugar situado en la zona histórica de la ciudad de San Fernando, concretamente en el ángulo sureste de la intersección de las calles Comercio y Ricaurte, siendo conocida coloquialmente como ESQUINA EL CAÑÓN.
Una vez más agradezco a los artistas plásticos y a los fotógrafos profesionales o aficionados a esas artes, quienes con sus bonitas imágenes han contribuido a la reconstrucción histórica de la capital del llano venezolano. Asimismo, para facilitar la ubicación de esa esquina, se ha considerado conveniente explicar en la primera parte, qué es una esquina y en la segunda se reseñarán los hechos y el OBJETO que le dio nombre a ese conocido, popular y muy concurrido lugar de San Fernando; igualmente, se ubicará en su entorno, es decir, lo que los geógrafos han convenido en nombrar hinterland.
1. ¿QUÉ ES UNA ESQUINA?
Aunque en escritos anteriores he explicado qué es una esquina, sin embargo, para los nuevos visitantes, se ha estimado conveniente definir una vez más este término. Se denomina esquina, cada uno de los cuatro ángulos rectos que se forman en el cruce de dos calles (una longitudinal y otra transversal); así tenemos dos esquinas al norte (noroeste y noreste) y dos al sur (suroeste y sureste).
2. ESQUINA EL CAÑÓN Y SU HINTERLAND
En el año 1986 representantes de la Pequeña y Mediana Industria del Estado Apure, desenterraron un viejo cañón que boca abajo se hallaba enterrado (la parte de atrás sobresalía un metro sobre la acera, de allí el nombre de la Esquina El Cañón) en el ángulo sureste del cruce de las calles Comercio y Ricaurte frente a la Papelería Moderna y la Botica Popular de Don Antonio Cestari (ver imágenes). Ese año de 1986 el Presidente de la Junta Regional de Conservación del Patrimonio Histórico y Artístico de la Nación en el Estado Apure, era el profesor Argenis Méndez Echenique, quien denunció ante el Juez del Municipio San Fernando, abogado José Blanco Valero, el extravío de la valiosa pieza, la cual logra recuperar y la entrega al denunciante, quien en calidad de depositario decide llevarla a la Casa de Bolívar, donde se halla actualmente, esto lo hizo el custodio con la finalidad de reubicarla posteriormente en su lugar de origen. En su descargo, los personajes que la habían desenterrado, argumentaron que intención era colocarla a la entrada de la ciudad.
Refiere el docente Méndez Echenique, que posiblemente esa valiosa pieza fue producida a mediados del siglo XVIII (1750) y traída a Venezuela en la Colonia a principios del siglo XIX (1800). Por cierto, no se sabe quién la trajo, lo que se conoce es que fue utilizado en la Guerra de Independencia, pasando algunas veces de manos realistas a manos patriotas y así sucesivamente. También se tiene información que fue empleada por las fuerzas beligerantes de la Guerra Federal.
3. Dos versiones acerca de quiénes y cuándo enterraron la histórica pieza
Existe una primera versión que explica que en el año 1892 (hace 128 años), los seguidores de la REVOLUCIÓN LEGALISTA, un movimiento insurreccional (11-03-1892 al 06-10-1891) encaminado a frenar las aspiraciones continuistas del presidente de la república, el guanareño Raimundo Andueza Palacio, quien quiso reformar la Constitución para ampliar su periodo presidencial (lapso vigente 19-03-1890 al 17-06-1892) de dos a cuatro años (nuevo lapso 19-03-1892 al 17-06-1894 qué bolas ja, ja, ja.). Ante las pretensiones del pícaro Andueza, el general guariqueño Joaquín Crespo (Parapara de Ortiz 22-08-1848 - La Mata Carmelera, Cojedes, 16 de abril de 1898), líder del levantamiento, consideró dicha propuesta como una afrenta a los venezolanos y un pretexto de Andueza Palacio para perpetuarse en el poder y por esa razón el 11 de marzo de 1892, emprendió acciones contra el gobierno continuista al que finalmente derrocaría el 6 de octubre de 1892.
Los representantes de los Legalistas en Apure fueron el General Francisco Antonio Arnao (Presidente del Estado Apure en 1877), el médico y general Díaz Graffe y el general apureño José Bonifacio Galindéz (natural de Rincón Hondo, quien sería Presidente del Estado Apure en los períodos 1877, 1877-1878 y 1892). En su campaña por tomar el poder en Apure, los Legalistas lanzan una proclama en Puerto Miranda y otra en la Laguna de Merecure. Inmediatamente el presidente Raimundo Andueza Palacio, envía desde Caracas un poderosos ejército al mando de su ministro de guerra Sebastián Casañas con el propósito de someter al jefe de la revolución Legalista, el General Joaquín Crespo, quien se había atrincherado en la ribera norte del Apure, frente a San Fernando. El 10 de abril de 1892 las fuerzas beligerantes hacen contacto en Puerto Miranda, pero Crespo, sabiéndose buen conocedor del terreno y apoyado por su experimentada caballería, opta por evitar un choque abierto y se decide por la táctica de hostigar continuamente con violentas cargas a la agotada infantería de Casañas. Esas escaramuzas ocurren hasta el 15 de abril de 1892, cuando finalmente se produce el combate conocido como la ACCIÓN DE JOBO MOCHO. En ese encuentro, la infantería de Casañas es destruida por la aguerrida caballería de Crespo y los continuistas tuvieron que huir apresuradamente a Calabozo y de allí retornar a Caracas, agudizando la grave crisis en el gobierno de Andueza, quien el 6 de octubre de 1892, se ve obligado a presentar su renuncia y los Legalistas finalmente asumen el poder.
Ya triunfantes los insurgentes, toman San Fernando y sus entusiasmados líderes para celebrar la victoria en la BATALLA DE JOBO MOCHO (15-04-1892), acuerdan enterrar un cañón con la boca hacia abajo en el ángulo sureste del cruce de las calles Comercio y Ricaurte, simbolizando el fin de las guerras civiles en el país; aunque hay quienes argumentan que la pieza fue enterrada por inservible ja, ja, ja. Lo cierto es que desde esa fecha (15-04-1892), los sanfernandinos, según esta versión, comienzan a llamar a esa céntrica intersección ESQUINA EL CAÑÓN.

Existe una segunda versión acerca de quién y cuándo fue enterrado el célebre cañón y es la que aporta el abogado y periodista sanfernandino, Pedro Laprea Sifontes, quien en el periódico local EL LLANERO del año 1981, publicaba en su columna EL CRONISTA LUGAREÑO la reseña LA ESQUINA EL CAÑÓN, la cual según él, comenzó a llamarse así a partir del 19 de diciembre de 1908, por cuanto, en esa fecha, siendo presidente de la republica el General José Cipriano Castro, su compadre, el zamarro general andino, Juan Vicente Gómez, con malicia, picardía, paciencia y soterradas intenciones se ALZÓ CON EL COROTO ja, ja, ja, desplazando arteramente al ingenuo CABITO ja, ja, ja. Contra esa traición palaciega y en defensa del régimen de Castro, se alzaría en la capital del Estado Guárico, (la ciudad de Calabozo), el abogado, político y general apureño Luciano Mendible (San Fernando de Apure 25-07-1875 — Caracas 24-12-1940).
Tal parece que el General Luciano Mendible, siendo Presidente del Estado Apure, queriendo apoyar al depuesto presidente José Cipriano Castro, intentó sublevar el cuartel de la capital del Guárico (entonces era Calabozo). Cuenta la historia que los adeptos a Castro, tratando de tomar la sede de la Gobernación de ese Estado solicitaron el apoyo del Comandante de Armas del Guárico, el General Juan José Briceño, pero lamentablemente ese tercio estaba complotando con los golpistas. Ese año 1908, los traidores a Cipriano Castro abundaban. En ese sentido, refiere Pedro Laprea, que años más tarde Mendible le confesaría a José Rafael Pocaterra que él creía en la inocencia de los complotados.
…“Que él creía que en la conjura decembrina no estaba comprometido el Comandante de Armas del Guárico, el General Juan José Briceño y por lo tanto le propuso que asumiera una posición, apoyándolo con la espada, que él se arrogaría la autonomía del Estado, que de esa manera levantarían un ejército y marcharían rápidamente sobre Caracas para sorprender a Gómez y atacarlo cuando aún se encontraba inseguro del triunfo de su traición”... (1)
La contestación de Briceño fue que él tenía compromisos con Gómez, aconsejándole a Mendible que no debía hacer otra cosa que agachar la cabeza y marcar el paso. En vista de esa impertinente respuesta, Mendible decide atacar a Briceño; en ese sentido, organiza un movimiento con el cuerpo de policía y el jefe de la guardia de presos para arrebatarle las armas de que disponía y proceder por su propia cuenta. En respuesta a esa intentona se armó una sanpablera, cayendo abatido a tiros en la acera del palacio ejecutivo el acomodaticio Comandante de Armas del Guárico, el General Juan José Briceño. Años después, Mendible le expresaría a José Rafael Pocaterra.
… “Créame que lo prefería todo, menos apoyar al “Héroe de diciembre” (Juan Vicente Gómez) en sus planes de traición y usurpación”... (2).
Más adelante, en esa crónica, Laprea reseña cómo ocurrieron los hechos, según carta que le enviará Luciano Mendible a José Rafael Pocaterra, donde explica lo acaecido al Comandante de Armas de la Gobernación del Estado Guárico, General Juan José Briceño.
… “Cuando se concreta el ataque, Briceño no estaba en el cuartel y corrió a su casa y se armó dirigiéndose a la Prevención disparando en donde encontró la muerte de manos de uno de sus propios soldados y del Coronel Alberto Galván, quien era el jefe de policía de Mendible. En cuanto a la fuga de los presos comunes, Mendible la atribuye a cuanto ocurre en casos de confusión. En dicha carta Mendible le manifiesta a José Rafael Pocaterra que desaparecido Castro por la traición de Gómez, pensó en un nuevo jefe de prestigio como Nicolás Rolando, para acabar con el predominio andino, el cual se prolongaría hasta el 18 de octubre del año 1945 con la llamada Revolución de Octubre”... (3).
Alzado contra el golpista Gómez y creyendo Mendible que el General Nicolás Rolando (Barcelona, Estado Anzoátegui 27-01-1858 — Caracas 16-02-1914), era afecto a Castro lo proclamó y reconoció como líder de la defensa de los intereses del depuesto presidente, pero al enterarse que éste, junto al resto del gobierno en el Guárico se habían pasado con todo y bagaje al caudillo de LA MULERA, Mendible entendió que estaba solo por lo que optó por huir con sus seguidores a San Fernando donde tenía su Cuartel General (actual Casa Foatera frente a la Plaza Bolívar). Al llegar a la capital apureña, Mendible y su gente lo primero que hacen es enterrar bocabajo el vetusto cañón de hierro fundido en el ángulo sureste del cruce de las calles Comercio y Ricaurte, naciendo desde ese día (19-12-1908) una esquina llamada EL CAÑÓN. Pedro Laprea, sustentaba esta versión basado en los testimonios que algunos longevos sanfernandinos le aportaron, es decir, que el inservible cañón fue enterrado por el doctor Luciano Mendible, quien huyendo desde Calabozo rumbo a Colombia llegó a San Fernando el mes de diciembre de 1908. Mendible sepultó la pieza en señal de protesta contra la usurpación y artera traición de EL BAGRE contra su compadre y amigo, el presidente José Cipriano Castro (Capacho Viejo, Táchira, 11-10-1858 - Santurce, Puerto Rico, 04-12-1924). Según opinión de Laprea, desde el año 1908, el vetusto cañón fue uno de los principales atractivos de San Fernando y tal vez, por ser una antigua pieza de artillería le dio nombre a una de las más tradicionales esquinas de la CIUDAD DE LA ESPERANZA (cruce de las calles Comercio con Ricaurte). Desde entonces, en esa intersección se han dado cita varias generaciones de sanfernandinos, quienes sentían curiosidad por conocer la historia del cañón de hierro fundido de aproximadamente trescientos kilogramos, dos metros de largo por sesenta centímetros de diámetro, de tiro atrás y cargable por la boca como una escopeta de pitón. Asimismo, los viejos parroquianos contaban que los marineros ataban a ese cañón los chicotes de los vapores, cuando estos atracaban en el desaparecido brazo del Apure conocido como EL CAÑITO, cuando esas embarcaciones se dirigían a la Boca del Picacho de San Pedro rumbo al Alto Apure ribereño. Desde entonces, la privilegiada ubicación de la esquina indujo a muchos comerciantes a tejer sus sueños de echar pa´ lante, como lo hicieron: Don Antonio Cestari con su BOTICA LA POPULAR; Doña Rosa Ramos con su PAPELERÍA MODERNA; Don Juan Bautista Loreto con su tienda de ropa para damas, caballeros y niños; Don Valentín Mujica con su tienda de ropa, sombreros, calzados para caballeros y aperos para el peón de sabana conocida como LA CASA DEL LLANERO; la señora Elena Landaeta con su tiendita de ropa y Doña Josefa de Morales con su tienda de ropa para niños LA CASA DEL NIÑO, entre otras pequeñas empresas que constituían el hinterland de la ESQUINA EL CAÑON hasta finales de la década de los años setenta del siglo veinte.
4. La Esquina El Cañón hoy.
El Cañón que dio nombre a esa esquina ya no está en el lugar original sino en la Casa de Bolívar, incorporado como una pieza más del MUSEO DE LA LLANERIDAD, exhibiendo orgulloso su boca rota, sin sus bolas, sin pólvora, sin cureñas que le sujeten su estruendosa furia, ni sus aguerridos soldados que lo atapucen de pólvora y balas. Allí se halla esa histórica pieza esperando ser llevada a su apreciada esquina EL CAÑÓN.
Hoy el nombre ESQUINA EL CAÑÓN ha desaparecido y en el ángulo sureste del cruce de las céntricas calles Comercio y Ricaurte, no resalta el nombre de una de lo que otrora fuera tienda de ropa de damas, caballeros y niños conocida como EL CAÑON. Ahora lamentablemente se observa que cada comerciante que se instala allí le coloca el nombre acorde al giro de su fondo de comercio. Hoy el nombre El CAÑÓN ha sufrido numerosos cambios. Primero fue EL CAÑÓN, después CALZADOS RUDI, luego LUNCHERÍA EL CAÑONAZO, de seguir esa tendencia, cuando allí se instale una licorería, posiblemente se llamará LICORERÍA EL CAÑAZO y si después se instalara un gimnasio de boxeo se llamaría ESQUINA EL COÑAZO ja, ja, ja.

CONCLUSIÓN:
Como primera conclusión de este ensayo, se puede inferir que el nombre de una céntrica, conocida, concurrida y popular esquina de San Fernando, LA ESQUINA EL CAÑÓN, estuvo vinculados a uno de dos relevantes acontecimientos políticos acaecidos en Venezuela, el primero, a finales del siglo XIX, conocido como la REVOLUCIÓN LEGALISTA (11-03-1892 al 06-10-1892) que conduce a la toma del poder por el general llanero, Joaquín Crespo y el segundo, sucedido a principios del siglo XX, siendo conocido como LA CONJURA (19 de diciembre de 1908), que lleva al poder al General Juan Vicente Gómez.
Por cierto, los orígenes del nombre de la ESQUINA EL CAÑON, están vinculados a una ciencia auxiliar de la historia, como es la HEURÍSTICA, es decir, las fuentes (objetos y documentos que contribuyen a enriquecer el discurso histórico). En este caso, un objeto, como es un cañón de hierro fundido, fabricado en Europa a finales del siglo XVIII y traído a Venezuela a comienzos del XIX, fue el objeto que le dio identidad a esa importante esquina de la CAPITAL DEL LLANO VENEZOLANO.
En torno a los orígenes del nombre de esta emblemática esquina de LA CIUDAD DE LA ESPERANZA se han reseñado en este ensayo dos versiones (cotejo de fuentes); una aportada por el profesor Argenis Méndez Echenique y la otra por el abogado y periodista Pedro Laprea Sifontes. Ambas crónicas, en este ensayo se han sometido a la consideración de ustedes para que al comparar ambos testimonios se acepte la más verosímil. Asimismo, voy a aportar una tercera opinión, la de quien escribe este ensayo. En ese sentido, estimo que los objetos hablan (lo que hay que hacer es empeñarse en hacerlos hablar ja, ja, ja.), le hablan al historiador. En este caso, nuestro cañón nos informa que él nació en Europa aproximadamente el año 1750 y que fue traído a Venezuela el año 1800, por lo tanto, es creíble que haya participado en la Guerra de Independencia (1810-1821), en la Guerra Federal (1859-1863) e incluso hasta en la Revolución Legalista (11-03-1892 al 6-10-1892), pero lo que cuesta creer es que un antiguo cañón construido el año 1750, con 158 años a cuestas para el 19-12-1908, haya participado en la defensa del depuesto presidente José Cipriano Castro, por cuanto, en la ciudad de Calabozo (capital del Estado Guárico) no ocurrió una batalla convencional con empleo de artillería, sino una intentona palaciega del General Luciano Mendible en su empeño de tomar las armas que estaban en poder del Comandante de Armas del Guárico, el General Juan José Briceño. Por otra parte para esa fecha (hace apenas 111 años) ya existían modernas piezas de artillería, ajustadas a los nuevos tiempos (armas más eficaces y eficientes) como el cañón de campaña de tiro rápido Schneider 75/28, Modelo 1906. Por lo tanto, nuestro viejo cañón seguramente fue descartado en ese conflicto, seguramente sería remplazado por un liviano pero más mortífero cañoncito Scneider (ver imagen). Pero lo que está clarito es que todavía no se ha podido sustituir de la memoria de los apureños el recuerdo de la ESQUINA EL CAÑÓN.
CITAS:
(1) LAPREA SIFONTES, Pedro El Llanero, Pág. 8.
(2) Ibídem, Pág. 8.
(3) Ibídem, Pág. 8.
FUENTES:
Orales: Entrevista a Argenis Méndez Echenique realizada el 14-01-2010 en la sede de la Casa de la Cultura del Estado Apure, donde se desempeñaba como su director.
Hemerográficas: LAPREA SIFONTES, Pedro El Llanero, Volumen V. Número 279, 17-01-1989 San Fernando de Apure .Págs. 16.

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