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miércoles, 1 de abril de 2020

JUAN VICENTE TORRES DEL VALLE





Juan Vicente Torres Del Valle


Considerado por muchos críticos como el mejor poeta apureño de todos los tiempos. Natural de San Fernando de Apure. Nació en 1879. Cuando ya casi finalizaba el siglo XIX se  inicia en la poesía, consagrándose plenamente en la primera década del siglo XX.

Tomó parte en esa élite cultural sanfernandina formada por: los hermanos Luis y Agustín Lleras Codazzi, Aníbal Bustamante, Manuel Villapol, Juancho Carstens, Juan E. Aparicio y José de  la Paz Suárez, entre otros, quienes lo visitaban en su choza–taller los días domingos y feriados a departir con él amenas charlas literarias.

       Llevó una vida tranquila. Se caracterizó por tener un carácter sereno y suave hablar. Vestía modesta y pulcramente. Vivió confinado voluntariamente en una choza-taller situada frente al río Apure. Allí realizaba incansablemente el trabajo de orfebre, alternándolo con música y poesía.

       Tenía la misma habilidad o destreza para fundir metales preciosos, tallar una gema, escribir sonetos o ejecutar una pieza musical de su invención (ejecutaba la flauta y el violín con maestría).

        Su obra literaria y musical es vasta; sin embargo, hasta nosotros sólo su bello poemario “Oro y Nácar” editado por primera vez en 1913 gracias al Ejecutivo del Estado y en 1970 por iniciativa de su sobrino el poeta, compositor y Productor cinematográfico José Natalio Estrada Torres.

        Cerró los ojos para siempre en septiembre de 1917, cuando apenas contaba con 38 años de edad.

        Un busto bien merecido en su homenaje, fue colocado el 24 de julio de 1975 por Decreto del Gobernador del Estado Dr. Eduardo Hernández Carstens, en el sitio exacto donde tenía su choza-taller: Calle Comercio diagonal a la UNELLEZ, esquina noroeste.(1)

En el portal poetas apureños dice lo siguiente:

Nació en San Fernando de Apure  en el año 1879, este bardo de nuestras letras, orgullo de la tierra llanera. Su poesía eminentemente romántica, podría ubicarse  ya dentro  del movimiento  modernista de su época.

Vivió  una vida humilde, en un palafito construido a orillas del río y sobre el río, el cual llama  Carlo Laya. Chozataller, que había sido construido sobre estacas y vigas de madera y refuerzos de ladrillo en algunas partes. Esta fantástica vivienda le hacía disfrutar de la belleza del Apure sin ir más lejos y sentir la fragancia de sus aguas constantemente sobre su piel.

Además de poesía, cultivaba la música, dominando varios instrumentos que tocaba en compañía de grupos que se reunían junto a él en pequeñas tertulias literarias y artísticas, ya que su vida no se desarrolló en forma corriente que suele hacerlo cualquier persona; sino que fue una vida especial, pulcra y modesta, dedicada a moldear el oro y a sacar de él “joyas de inspiradas formas”, según el decir propio de Carlo Laya.


Murió este imitable representante de la literatura regional en el año 1917, cuando contaba apenas 38 años. No hay muchos detalles de su vida y de su fallecimiento, pero que mayor exponente que sus poemas, recogido en el libro de Oro y Nácar, que edito por segunda vez Natalio Estrada, su sobrino, también poeta y el cual dono el busto que reposo a orillas del río en el lugar ahora fuera de su casa. (2)

(1) Tomado de Lares Bolívar, Elisur Emilio. Algunos escritores Apureños. Edic. Ministerio de la Cultura/Consejo Nacional de la Cultura. República Bolivariana de Venezuela.2005
(2) http://poetasapurenos.blogspot.com/2015/02/poesia-apurena.html

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