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martes, 2 de junio de 2020

PENSIONES, POSADAS Y HOTELERIA EN GUASDUALITO








PENSIONES, POSADAS Y HOTELERIA EN GUASDUALITO

Por: Aljer (el chino) Ereú

BREVE EXORDIO.-

Si se ha de investigar y escribir sobre la evolución histórica de nuestro pueblo no pueden soslayarse aspectos secundarios importantes y, menos sus actividades sencillas o complejas que han estado presentes a lo largo del transitar del tiempo, variado dinamismo que nos garantiza el entendimiento epistemológico y doxàstico del gentilicio guasdualiteño como una especial mezcla de arquetipos genéticos heredados, condición que posibilita entendernos como un conglomerado de seres pensantes, determinados a transitar siempre la senda progresista a pesar de las difíciles vicisitudes, que para bien, han fortalecido en el trasiego nuestras bases con nutrimentos históricos, abonando el cultivo de la superación. En este sentido, se presenta en forma superflua un ajustado epítome sobre la hospedería y hotelería contemporánea, actividades de importancia que merecen su resumen somero, haciendo especial énfasis en los aspectos más conocidos que la recopilación del testimonio oral ha permitido.
INICIOS.-
Las tres primeras décadas del siglo pretérito no pasarían para nada inadvertidas en el enclave rivereño conocido como Guasdualito, villorrio ubicado al sur occidente del estado Apure, cuya antesala histórica era el reflejo de su presente y porvenir. Para 1928 aún estaban frescas las eméticas huellas de la sangrienta batalla del 19 de junio de 1921, aquellas treinta y seis horas de plomo limpio con los Winchesters 30-30 y de continuo relampagueo de los machetes Collins quedarían grabadas en los teatros mentales de aquellos generacionales hasta el final de sus días; anterior al suceso, la llegada de italianos al pueblito iniciada en 1910 marcaría un distintivo significativo que impactaría para bien el flujo económico y social de la casi aldehuela llanera. En cuanto a lo económico, puede afirmarse que el Guasdualito de la época era un punto de interconexión de gran importancia, primeramente por contar con el puerto El Gamero, ancladero y desembarcadero de los steam boas (barcos de chapaletas) lo que permitía un flujo comercial mercantil muy boyante; y segundo, a que por sus predios transitaban bajo la modalidad de arreo grandes cantidades de ganado vacuno provenientes de hatos cercanos y distantes, que eran guiadas por expertos baquianos desde el Paso de La Manga (Gua) siguiendo por la desparecida Selva de San Camilo hasta la serranía de La Concordia en el estado Táchira, para su comercialización y beneficio en los centros urbanos. Esto influyó para que algunos tomaran la iniciativa de habilitar o construir formas de hospedajes que brindaran las comodidades elementales a los ricos terratenientes y sus hombres de confianza que por obligatoriedad debían pernoctar bajo el cielo de Periquera, para luego continuar a sus destinos finales y así recibir el pago de sus ventas vacunas. Para 1929 ya tenía actividad la pensión de Lucrecia Cardoza bautizada como “El Palmar” ubicaba la misma en la calle principal del ensanche Morrones, siendo un inmueble rustico de bahareque con capacidad de una docena de habitaciones, su descripción: un alojamiento cómodo e higiénico que en su mejor momento se consideró el privilegio exclusivo de transeúntes ricos, pero que con el tiempo se hizo accesible al ciudadano común, décadas después funcionaría como cervecería, siendo un centro de confluencia de personalidades de todos los estratos, que acudían al lugar a disfrutar de la cebada fermentada y la partida de dominó.

LA PENSION DE PETRA BARRIOS Y SU MONO.-
Pasarían unos cuantos años, y es en 1938 cuando don Pedro Fulco, con raíces itálicas construye por encargo y con anticipo de pago de 60 Bs, la casa de Petra Barrios, mujer hacendosa proveniente de la capital del estado, que llegaría para quedarse en la tierra alto apureña, esta mujer de proceder intachable, de trato gentil y de uso permanente de peinillo, se granjearía el aprecio de sus nuevos coetáneos, su casa no tenía nombre, simplemente fue conocida como la pensión de Petra Barrios, allí se alojaron en sus cómodas moradas figuras políticas importantes, incluso bajo las ramas de un creciente mamòn degustaría un expedito gourmet criollo el presidente Rómulo Gallegos en su visita oficial luego del pavoroso incendio del 13 de febrero de 1948; referencia obligada en torno a ella es la historia de su mono Cuco, regalado el primate por su comadre Mercedita Zarate; muchachos de aquella generación aún recuerdan las travesuras de aquel mico, que se hizo tan llamativo y cotidiano que día a día se parloteaba a vox populi alguna travesura sobre el pequeño pero travieso mascotin. Doña Petra para asegurarse de que no se escapara para los predios el grupo escolar o a la plaza Bolívar lo trababa con un mecatillo largo en el frondoso mamòn, sin embargo, la habilidad del chimpancé desafiaba el escollo para escaparse e irse de jinete en los lomos del perro de la casa para los contornos de la plaza, y fueron muchas las veces que se oyó: ¡se soltó el mono de Petra Barrios! Este suceso levantaba las tolvaneras y el jolgorio, debido al estridente gruñido proveniente de la garganta del mico perseguido por unos alboratados perros pueblerinos. Lo seguido era la conformación de las brigadas de búsquedas encabezadas por Gustavo y Rafael Barrios, Oswaldo Sánchez, Coco, Ike y Nazar Ramos, Pototo, Gonzalo Barrios, Pedro Chibillan entre otros rescatistas, a sabiendas de la buena retribución de la dueña, ya casi con el ocaso resonaría otra voz: ¡consiguieron al mono de Petra! ya se podía dormitar en sana paz; el mono tuvo su mona, y al morir su pareja ya no sería el mismo, fiel a su amor moriría triste y en congoja, de allí proviene la sentencia: más encu… que el mono de Petra Barrios.
OTRAS PENSIONES.-

Transcurrieron las décadas y de pasajera chispeante arriba la modernidad, calles de alquitrán, aceras, brocales y servicio eléctrico bosquejaban a un pueblo con avances significativos. Nuevas pensiones iniciarían funcionamiento, por mencionar algunas: la de Mercedes Barrera (por la costa de El Caño), Pensión Los Llanos (de Angélica Oropeza), la pensión de Teresa Freitas, el hostal de los Pulido, la pensión de Evila Fernández, Bariguayana y la de Felipa JImenez, entre otras hospederías, que garantizaban la hospitalidad a locales y visitantes.

HOTELES.-
Los antecedentes de la actividad hotelera si se quiere son de data cercana, referente a la línea transitoria. Es doña Aura Paz de Barreto, mujer emprendedora y de gran capacidad gerencial quien inaugura su hotel Familia, ubicado frente a la antigua prefectura, marcando pauta en cuanto al servicio, otra empresa hotelera de su propiedad fue: Hotel Apure, de la misma tónica en buena atención; el hotel Europa del itálico Renzo Aezalli Brindale, en la esquina de la calle Sucre, con modernas y confortables habitaciones; el hotel Guayana, propiedad de la guayanesa María Cañas, localizado por la calle Cedeño, este hospedaje iniciaría en los años sesenta con dieciseis habitaciones, siendo muy concurrido por viajantes que de antemano apartaban sus habitaciones debido a lo concurrido y solicitado de la prestación. Iniciando los años ochenta entra en funcionamiento el Hotel Uribante de Jaime Radwam; el 29 de noviembre de 1986 se inaugura con la presencia y voz de Juan de Los Santos Contreras “El Carrao de Palmarito” el hotel La Garza, construido por el sirio venezolano Numa Gatrif (si señor) y Alfonzo Guerra, con cuarenta y siete habitaciones, locales comerciales, bar restaurant, estacionamiento y vigilancia privada, sería catalogado como tres estrellas por las autoridades turísticas. En ese orden, entrarían en escena hotel Alto Apure, Hostería Mágica, El Chivas, Edihts Palace (hoy Rucio Moro) ceñido por la calle Cedeño, Hotel Cuibas del empresario Efraín Aponte Pérez, el cognomento de este centro según lo reseñado por su dueño en el texto Los Pérez de Arauca, resulta llamativo: “ estaba un afamado piloto invitando a todo el mundo a cazar cuibas en Apure, mirándole le jure solemnemente: si alguna vez hago algo en Apure le pondré el nombre de Cuibas, para sacar a éstos pobres hermanos del anonimato…” En la lista siguen: Hotel Anarù del mismo Numa, Hotel Baycla por la avenida Neftalí Quintero; en cuanto a las residencias, en la actualidad funcionan: Los Corrales, Olbert, Las Amazonas, La Posada del Centauro, Residencias El Conejo que abriría al público en noviembre de 2015, contando con un excelente servicio de gastronomía nacional e internacional, Los Alcaravanes, Residencias Guárico y Residencias Los Tres Hermanos, sumándose al servicio de hospedajes otras posadas y hosterías que garantizan la demanda el servicio en la capital del municipio Páez.


ALJER “CHINO” EREÙ.-.


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