PENSIONES, POSADAS Y HOTELERIA EN GUASDUALITO
Por: Aljer (el chino) Ereú
BREVE
EXORDIO.-
Si se ha de
investigar y escribir sobre la evolución histórica de nuestro pueblo no pueden
soslayarse aspectos secundarios importantes y, menos sus actividades sencillas
o complejas que han estado presentes a lo largo del transitar del tiempo,
variado dinamismo que nos garantiza el entendimiento epistemológico y doxàstico
del gentilicio guasdualiteño como una especial mezcla de arquetipos genéticos
heredados, condición que posibilita entendernos como un conglomerado de seres
pensantes, determinados a transitar siempre la senda progresista a pesar de las
difíciles vicisitudes, que para bien, han fortalecido en el trasiego nuestras
bases con nutrimentos históricos, abonando el cultivo de la superación. En este
sentido, se presenta en forma superflua un ajustado epítome sobre la hospedería
y hotelería contemporánea, actividades de importancia que merecen su resumen
somero, haciendo especial énfasis en los aspectos más conocidos que la
recopilación del testimonio oral ha permitido.
INICIOS.-
Las tres
primeras décadas del siglo pretérito no pasarían para nada inadvertidas en el
enclave rivereño conocido como Guasdualito, villorrio ubicado al sur occidente
del estado Apure, cuya antesala histórica era el reflejo de su presente y
porvenir. Para 1928 aún estaban frescas las eméticas huellas de la sangrienta
batalla del 19 de junio de 1921, aquellas treinta y seis horas de plomo limpio
con los Winchesters 30-30 y de continuo relampagueo de los machetes Collins
quedarían grabadas en los teatros mentales de aquellos generacionales hasta el
final de sus días; anterior al suceso, la llegada de italianos al pueblito
iniciada en 1910 marcaría un distintivo significativo que impactaría para bien
el flujo económico y social de la casi aldehuela llanera. En cuanto a lo
económico, puede afirmarse que el Guasdualito de la época era un punto de
interconexión de gran importancia, primeramente por contar con el puerto El
Gamero, ancladero y desembarcadero de los steam boas (barcos de chapaletas) lo
que permitía un flujo comercial mercantil muy boyante; y segundo, a que por sus
predios transitaban bajo la modalidad de arreo grandes cantidades de ganado
vacuno provenientes de hatos cercanos y distantes, que eran guiadas por
expertos baquianos desde el Paso de La Manga (Gua) siguiendo por la desparecida
Selva de San Camilo hasta la serranía de La Concordia en el estado Táchira,
para su comercialización y beneficio en los centros urbanos. Esto influyó para
que algunos tomaran la iniciativa de habilitar o construir formas de hospedajes
que brindaran las comodidades elementales a los ricos terratenientes y sus
hombres de confianza que por obligatoriedad debían pernoctar bajo el cielo de
Periquera, para luego continuar a sus destinos finales y así recibir el pago de
sus ventas vacunas. Para 1929 ya tenía actividad la pensión de Lucrecia Cardoza
bautizada como “El Palmar” ubicaba la misma en la calle principal del ensanche
Morrones, siendo un inmueble rustico de bahareque con capacidad de una docena
de habitaciones, su descripción: un alojamiento cómodo e higiénico que en su
mejor momento se consideró el privilegio exclusivo de transeúntes ricos, pero
que con el tiempo se hizo accesible al ciudadano común, décadas después
funcionaría como cervecería, siendo un centro de confluencia de personalidades
de todos los estratos, que acudían al lugar a disfrutar de la cebada fermentada
y la partida de dominó.
LA PENSION
DE PETRA BARRIOS Y SU MONO.-
Pasarían
unos cuantos años, y es en 1938 cuando don Pedro Fulco, con raíces itálicas
construye por encargo y con anticipo de pago de 60 Bs, la casa de Petra
Barrios, mujer hacendosa proveniente de la capital del estado, que llegaría
para quedarse en la tierra alto apureña, esta mujer de proceder intachable, de
trato gentil y de uso permanente de peinillo, se granjearía el aprecio de sus
nuevos coetáneos, su casa no tenía nombre, simplemente fue conocida como la
pensión de Petra Barrios, allí se alojaron en sus cómodas moradas figuras
políticas importantes, incluso bajo las ramas de un creciente mamòn degustaría
un expedito gourmet criollo el presidente Rómulo Gallegos en su visita oficial
luego del pavoroso incendio del 13 de febrero de 1948; referencia obligada en
torno a ella es la historia de su mono Cuco, regalado el primate por su comadre
Mercedita Zarate; muchachos de aquella generación aún recuerdan las travesuras
de aquel mico, que se hizo tan llamativo y cotidiano que día a día se
parloteaba a vox populi alguna travesura sobre el pequeño pero travieso
mascotin. Doña Petra para asegurarse de que no se escapara para los predios el
grupo escolar o a la plaza Bolívar lo trababa con un mecatillo largo en el
frondoso mamòn, sin embargo, la habilidad del chimpancé desafiaba el escollo
para escaparse e irse de jinete en los lomos del perro de la casa para los
contornos de la plaza, y fueron muchas las veces que se oyó: ¡se soltó el mono
de Petra Barrios! Este suceso levantaba las tolvaneras y el jolgorio, debido al
estridente gruñido proveniente de la garganta del mico perseguido por unos
alboratados perros pueblerinos. Lo seguido era la conformación de las brigadas
de búsquedas encabezadas por Gustavo y Rafael Barrios, Oswaldo Sánchez, Coco,
Ike y Nazar Ramos, Pototo, Gonzalo Barrios, Pedro Chibillan entre otros
rescatistas, a sabiendas de la buena retribución de la dueña, ya casi con el
ocaso resonaría otra voz: ¡consiguieron al mono de Petra! ya se podía dormitar
en sana paz; el mono tuvo su mona, y al morir su pareja ya no sería el mismo,
fiel a su amor moriría triste y en congoja, de allí proviene la sentencia: más
encu… que el mono de Petra Barrios.
OTRAS
PENSIONES.-
Transcurrieron
las décadas y de pasajera chispeante arriba la modernidad, calles de alquitrán,
aceras, brocales y servicio eléctrico bosquejaban a un pueblo con avances
significativos. Nuevas pensiones iniciarían funcionamiento, por mencionar
algunas: la de Mercedes Barrera (por la costa de El Caño), Pensión Los Llanos
(de Angélica Oropeza), la pensión de Teresa Freitas, el hostal de los Pulido,
la pensión de Evila Fernández, Bariguayana y la de Felipa JImenez, entre otras
hospederías, que garantizaban la hospitalidad a locales y visitantes.
HOTELES.-
Los
antecedentes de la actividad hotelera si se quiere son de data cercana,
referente a la línea transitoria. Es doña Aura Paz de Barreto, mujer emprendedora
y de gran capacidad gerencial quien inaugura su hotel Familia, ubicado frente a
la antigua prefectura, marcando pauta en cuanto al servicio, otra empresa
hotelera de su propiedad fue: Hotel Apure, de la misma tónica en buena
atención; el hotel Europa del itálico Renzo Aezalli Brindale, en la esquina de
la calle Sucre, con modernas y confortables habitaciones; el hotel Guayana,
propiedad de la guayanesa María Cañas, localizado por la calle Cedeño, este
hospedaje iniciaría en los años sesenta con dieciseis habitaciones, siendo muy
concurrido por viajantes que de antemano apartaban sus habitaciones debido a lo
concurrido y solicitado de la prestación. Iniciando los años ochenta entra en
funcionamiento el Hotel Uribante de Jaime Radwam; el 29 de noviembre de 1986 se
inaugura con la presencia y voz de Juan de Los Santos Contreras “El Carrao de
Palmarito” el hotel La Garza, construido por el sirio venezolano Numa Gatrif
(si señor) y Alfonzo Guerra, con cuarenta y siete habitaciones, locales
comerciales, bar restaurant, estacionamiento y vigilancia privada, sería
catalogado como tres estrellas por las autoridades turísticas. En ese orden,
entrarían en escena hotel Alto Apure, Hostería Mágica, El Chivas, Edihts Palace
(hoy Rucio Moro) ceñido por la calle Cedeño, Hotel Cuibas del empresario Efraín
Aponte Pérez, el cognomento de este centro según lo reseñado por su dueño en el
texto Los Pérez de Arauca, resulta llamativo: “ estaba un afamado piloto
invitando a todo el mundo a cazar cuibas en Apure, mirándole le jure solemnemente:
si alguna vez hago algo en Apure le pondré el nombre de Cuibas, para sacar a
éstos pobres hermanos del anonimato…” En la lista siguen: Hotel Anarù del mismo
Numa, Hotel Baycla por la avenida Neftalí Quintero; en cuanto a las
residencias, en la actualidad funcionan: Los Corrales, Olbert, Las Amazonas, La
Posada del Centauro, Residencias El Conejo que abriría al público en noviembre
de 2015, contando con un excelente servicio de gastronomía nacional e
internacional, Los Alcaravanes, Residencias Guárico y Residencias Los Tres
Hermanos, sumándose al servicio de hospedajes otras posadas y hosterías que
garantizan la demanda el servicio en la capital del municipio Páez.
ALJER
“CHINO” EREÙ.-.
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