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martes, 17 de mayo de 2022

JOSE CANDELARIO CARVAJAL

 

JOSÉ CANDELARIO CARVAJAL

 

La memoria baqueana

No se detiene la historia

del baqueano en el ocaso

las venas de la memoria

darán cuenta de sus pasos...

R.O.C.

 

Mirando el horizonte de la tierra tendida, el llanero por su estirpe cabalga a diario en su imaginario, viajando con sus ojos para descubrir lo que hay más allá de la ceja de monte.....A veces son espejismos quemados por los suspiros...Así un llanero

comienza a pintar caminos, luego la inconformidad de andar y andar sin alcanzar nunca el horizonte, hace que jamás devuelva sus pasos al mismo punto del sendero y es la vida de viento de los mil caminos distintos y un solo destino....Al final las travesías baqueanas se transforman en sabidurías y respeto ..

Candelario nació en Cunaviche, fundo Santa Isabel, límite de los municipios Achaguas y Rómulo Gallegos del Estado Apure, el trece de abril de 1932,miércoles Santo y sería por eso que heredó el hermoso santuario de su conducta...Sus padres fueron Francisco Ruiz Corona y Felipa Santiaga Carvajal Rodríguez, hija de Benito Rodríguez, Guariqueño y de La Pascua....

Desde pequeño aprendió a cruzar palabras con la tierra y en las noches le puso nombre a cada estrella...sus pulmones se llenaron con vientos de lejanías y sus oídos llenaron el alma de silencio para que aprendiera a distinguir el trinar de las aves con la intensidad del espíritu de sabana.... Además de él sus padres estuvieron tres hijos más, Emiliana, Francisco y María Vidal... Cuatro hermanos que estuvieron que padecer la separación de sus padres cuando apenas tenía Candelario 8 años de edad....La madre contra el viento, sola con sus hijos, buscó rumbo a Mantecal, atrás quedaron para Candelario las madrugadas del frío de sabana cuando le tocaba escalonear el jaguey hondo, con más de ocho metros, para extraerle agua a una vena del río Cunaviche y poder llenar el Tinajero junto a los gastos domésticos de la cocina... Perdió la cuenta del número de camazos que cargaron sus hombros... Sería por eso que ninguno miró hacia atrás para que no se fueran a enviajar también las angustias...En 1940,se vinieron a Mata de Totumo Fuentero, donde el encargado era un Señor llamado Ramón Polacre y contrató a la mamá para que le hiciera comida a la peonada lo que llamaban "Guisa" ....Dentro del grupo de llanero había un personaje que sería en el futuro, un factor de cambios para Candelario, Don Ramón Yanez Moreno, que luego se convirtió en su cuñado, pues, este versátil apureño, le enseñó todos los oficios del llano y con esas herramientas tradicionales, aprendió Candelario a ganarse la vida como bregador del campo, labores que terminaron haciéndolo baqueano de coraje y de purito corazón, pura cepa....En 1950,Ramón Yanez, le consiguió con el caporal de los mil caminos, Isidoro Archila, para llevar un arreo hacia Gusdualito....Candelario recuerda que salieron de Las Delicias fuenteras y tardaron ocho días de jornadas... allí se fue aprendiendo los nombres de las posadas: El manguito, la verguencita, Mata de Becerra, campo alegre, mata de Faría,bueno hasta llegar al fundo Los Corrales ya en Gusdualito, propiedad de Clariso Faria...un señor que tenía mucha plata y muy amigo de los ricos de Elorza que tenían ganado, incluyendo a Manuel Fuente....Candelario por su formación fue muy buen mandando y a eso le atribuye que se ganó el cariño de los compradores de ganado que venían del cerro, entre ellos, El guate García y Alberto Pulgar, ellos siempre lo contrataban para que siguiera arreando el ganado, pero esta vez, como " cagón", nombre que le daban a los que arreaban ganado a pies, cruzando la peligrosa Montaña de San Camilo, de 32 travesías....Para tener claridad de lo que este trabajo significaba, cito dos coplas dejadas por los cagones en las penumbras de esa montaña:

 

Montaña de San Camilo

matadora de los hombres

porque no matas mujeres

que roban los corazones....

Montaña de San Camilo

matadora de Cristianos

donde descansan las muelas

y trabajan pies y manos...

 

Allí anduvo Candelario en esa curtiembre de la vida hasta llegar a Rancho García,propiedad de Jesús García que luego se casó con Doña Delfina Fuentes Gilly, hija de Don Manuel Fuentes...Precisamente andaba en uno de esos desafiantes viajes, cuando regresó a su hogar que estaba en el Vecindario Mata de Toro, junto a Ramón Yanez,Carlos Yanez, Natalio Zapata,Horacio, Venancio y Aurelio Santana y otros viajeros cuando le salieron con la noticia que Heriberto Fuente Gilly, le había metido máquinas para derribar sus casitas de bahareque...hay un sabor amargo en el brillo de los ojos de aquellas familias que muchas veces trabajaban para el hato de a nada...el triste mugir del poquito ganado, que ya tenían entre todos en la comunidad, hacía sangrante su corazón cuando tomaron rumbo a Elorza, los llaneros por tradición alegre llevaban su alma enmogotada que expresa el profundo dolor del campesino despreciado sin tierra... Al fin las pampas de Apure son extensas y en cualquier cuadrito se aprende a vivir....Fueron a trancar a Guamalito en Costa del río Caribe, sabanas del Hato Calzadillero Puerto Caribe....y allí se mantuvieron pero era un lugar muy inhóspito desproporcionado de la civilización y los indios bravos se constituyeron en un nuevo adversario, desconocido para ellos, de la noche a la mañana de arriero se convirtió en pastoreador de guajibo...Al poco tiempo buscó rumbo al Capanaparo abajo, en donde se encontró a su actual pareja María Rangel, en el año 1973....con ella ha logrado consolidar una familia de dos varones y una hembra que ya le han dado nietos y nietas para deleite de su alma...Antes de su matrimonio estuvo dos hijos, uno de ellos murió al nacer y otra la madre Alida Puerta se fue para Valencia embarazada y más nunca regresó a Elorza....Todo no fue angustia en la vida de Candelario, en sus tiempos de diversión aprendió a bailar el joropo auténtico, del fino valseo y el rítmico zapateo al compás del arpa....Relata que fue en casa de Magaleno Carvajal en Mantecal donde aprendió a bailar joropo, en Elorza recuerda los bailes donde Rosa Ascanio y en donde bailó con el arpa de Omar Moreno en sus inicios como arpista.... Había por cierto una mujer que bailaba mucho y era su pareja en esas andanzas, ella era Doña Rafaela Balsa, estuve el honor de conocerla cuando vivía en el sector mereyal...Candelario la bailó en la Quinta, casa de Wenceslao Altahona y en Las Piedras donde Josefa Anís...,

El reflejo de la vida de este Baqueano desempolva el tiempo del tiempo que flota en las brumas del recuerdo del viejo Candelo...Hoy con sus 89 años, lúcido, activo en ningún momento demuestra cansancio de sus andanzas, a tal punto que se está fundado al suroeste de Elorza,en la línea fronteriza con Colombia, En la Unión, arrinconado en la frontera al cuido de sus cuatro vacas, en compañía de su hermosa familia, la cual cultivó con su bondad ejemplar del alma...y es un baqueano de la memoria, que hacen confluencias todas sus experiencias como los ríos y se cuelgan los caminos transitados desde Cunaviche adentro ....

 

Autor: Ramon De Jesus Ojeda Crusate


domingo, 15 de mayo de 2022

IGNACIO INDIO FIGUEREDO

 


IGNACIO “EL INDIO FIGUEREDO”

 Por Juvenal  Rodríguez Tavares

José Ignacio Figueredo “El Indio Figueredo” con el  mismo humor y característica que es en su imaginación cordial, abierto, viril, tierno, juguetón y picaresco, gracioso y vivo, ágil y deslumbrante, tímido y atrevido, rotundo y poderosamente popular en su más entrañable vigencia, es el músico que le ha dado a Venezuela las más fecundas e imborrables con sabor maduro y limpio, con olor a paradero y mastranto lo más grande del folklore llanero, una música criolla que en el argot popular decimos “Esto es Venezuela”. El indio hacedor de músicos, cantantes y leyendas, remontando un bongo agua arriba y agua abajo, atravesando El Arauca, El Meta, El Portuguesa, El Santo Domingo, El Yurubí y otros tantos ríos y sabanas que se unen al Apure, besando barrancas  y jugando con las arenas de sus cauces, hasta llegar al Yagual donde bajo su apreciado instrumento e entrañable compañera “el arpa” realenga y sonora, donde las olas del viento, de los compases capachos vuelan los sonidos de las primas cantarinas y el relinchar de los bordones junto con la imaginación creativa del indio se unen para darle a Venezuela aquellas notas que más tarde pasan a la inmortalidad, me refiero cuando el Indio Figueredo vio por primera vez a “María Dolores Laya Mediana” (La India María Laya). Esta hermosa mujer de tez  morena y de labios de color de corocoras, nació en Guacharas Estado Apure en el año 1906 en el mes de abril, hija de Juan Marcelino Laya y Rosalía Medina de Laya, la India María Laya desde muy joven se traslado al Yagual de allí paso a vivir en la ciudad de Maracay con su hermana Candida que aún vive en esa ciudad, la preocupación de la india fue el trabajo doméstico y su diversión las fiestas y el baile de joropo, valses y pasodobles, dice ella en sus propias palabras que cuando llegaba a los bailes arrinconaba a todas las parejas.

 

María Laya recuerda totalmente todos los detalles y en esta oportunidad personalmente dijo que ella fue una mujer normalmente como todas las muchachas de la época le gustaba el baile, las parrandas y los toros coleados pero jamás fue querida y amante de nadie, la India María Laya en sus últimos años residió en San Juan de Payara y manifestó que su mayor esperanza estaba su gran fe en Dios y en su palabras ya que ella profesaba la religión evangélica. A continuación la obra inmortal del Indio Figueredo inspirado en la India María Laya: “Salí para el bajo Apure, hay bajo Apure en una potranca valla, tan solo por conocer, ay conocer a la India María Laya, me han dicho que es bonita, que es muy bonita, que es linda y muy hermosa, yo quisiera conocerla, ay conocerla, ay conocerla para ver si la hago mi esposa si María Laya supiera, ay supiera lo lindo que es el amor, ya yo le hubiera entregado alma, vida y corazón”.

Ignacio Ventura Figueredo había nacido en “Algarrobo”, ejidos de Cunaviche, el 31 de julio de 1899, hijo del bandolinista Francisco “Pucho” López y María Luisa Figueredo, mujer ésta que le dio acceso a la música al comprar para él un arpa sin cuerdas con las cuales el muchacho de 11 años, después de encordarla con tripas de puercoespín, pudo aprender el instrumento que dominó durante más de 80 años, hasta cuando una hemiplejía le impidió tomar primas, bordones, tiples y tenoretes;  pero sin embargo, sacando fuerzas y espíritu, el 31 de julio cuando celebraba sus 96 años, su hijo Marcelo, arpista como él, le ayudo a saborear la música llanera a la cual dedicó tantos años de su vida.

 

El “Indio” Figueredo recibió ese cognomento desde 1948, cuando lo consiguieron en Achaguas, tocando un baile, un grupo de personas que fue a Apure a buscar un buen arpista para la celebración del I Festival Folklórico realizado para la toma de posesión del Presidente Rómulo Gallegos. Entre estas personas se encontraban: German Fleitas Beroes, Fredy Reina, Reinaldo Espinoza Hernández,  y Antonio Estévez, gente conocedora de música y del llano. Así comenzó la leyenda. Ignacio Ventura Figueredo se  caracterizó por una diestra digitación en el arpa que asombraba a todos. Fue el mejor arpista llanero de todos los tiempos. Afortunadamente pudo asimilar su modo de tocar el arpa, su hijo Marcelo.

No fue fácil la vida del “Indio” Figueredo. Fue peón de hato, binguero, ordeñador, “peón recio desde  pequeño, de canales y machete” como de él dijo su compadre el poeta Julio César Sánchez Olivo. En los primeros años de la década del cincuenta comenzó a grabar discos y no paró hasta la década del ochenta cuando los últimos discos salieron de sus diestras manos; tocó para destacados artistas como Ángel Loyola, Cristóbal Jiménez, José Romero, José “Catire” Carpio, Marcelo Quinto, Antonio Barcey y tantos otros. También su hijo Elix, a quien apodaron “El Indiecito”. No menos de 250 composiciones en letra y música dejó el maestro Figueredo, entre ellas la música de “María Laya” y “Los Caujaritos” con letra de Mariano Hurtado Rondón; Plan de Arauca, Flor de Cotayo, El Gabán, Amores Escondidos, Menoreño, De Montiel a Los Cocuyos y otros. El 02 de septiembre de 1995, muere en San Fernando de Apure, la última leyenda llanera como lo describió el cronista de Maracay y de Villa de Cura, el periodista e historiador Lic. Oldman Botello, el “Indio Figueredo”, el viejo roble cunavichero quien sucumbió a los 96 años de edad y con él se fue un pedazo de la historia musical de Apure.

 


viernes, 18 de febrero de 2022

LINO ARACAS



HOMENAJE EN UN MELANCÓLICO ADIÓS A UN RECONOCIDO LLANERO CENTENARIO DE CUNAVICHE

El auténtico llanero cunavichero. 

Describir a mi primo LINO ARACAS “EL CHINGO LINO” (QEPD) no es una tarea fácil para mí, abarcar y plasmar en amplia narrativa y poder lograr a través de mi humilde pluma todas sus hazañas llaneras y lo que representaba para la historia regional en habilidades y destrezas; en cuanto a proezas llaneramente hablando; pudiéramos referirnos en talante breve dentro del compendio de ese Cunaviche del ayer. No obstante, intentaré de modo somero algunas semblanzas de su larga vida en el quehacer del llano de aquellos tiempos estimables de recordar. LINO RAMÓN ARACAS SOLORZANO (QEPD) emerge a la luz del mundo en Cunaviche el 01 de mayo de 1924 según aparece en la cédula, pero él siempre argumentaba que lo presentaron muchos años después con fecha calculada y que más o menos podía contar con una longevidad aproximada de unos 106 a 108 años. El lugar específico de su nacimiento está en las adyacencias del médano de “la Aurora” en el fundo “La Cruz Verde” propiedad de sus padres para ese entonces. En primer plano, su núcleo familiar en sentido restringido, su esposa y fiel compañera doña María García de Aracas, sus hijos: Ulises, Dorita, Rosalva y Lino Aracas García, de sus hijos fuera de matrimonio: Lino Pascual y Leddys Hernández. En sentido amplio. Sus padres: Don Santos Aracas Ostos(+) y doña Estéfana Solórzano de Aracas.(+) Sus Hermanos: Ramon Rattia (+), Martin Aracas(+), Carmelo Aracas(+), Bárbara Aracas, Estéfana Aracas, Petra Aracas, Rafael Aracas y Zoraida Aracas(+). Desde temprana edad se entregó al trabajo duro del llano. Trabajó por ajuste en cachilaperas en “la Candelaria” bajo la administración de Colmenares Pacheco; quien era el Jefe Administrador con investidura de autoridad civil del Hato “La Candelaria”; el cual desde el gobierno del General JUAN VICENTE GÓMEZ había sido decretado patrimonio de la Nación administrado rigurosamente por el régimen; manteniéndose aún dicho Decreto en el actual Gobierno para ese entonces del General Isaías Medina Angarita. (1.941-1.945). 

“El chingo Lino” llanero cuatriboleado ampliamente reconocido en el llano cunavichero, que demostraba conocer todas las habilidades y secretos del llano montado sobre un caballo, que no titubeaba para ponerle el lazo “media cabeza” a un toro cimarrón; en ocasiones aprovechaba cuando el bicho le embestía para tirarle el lazo hacia atrás por el anca del caballo, en otras oportunidades lo toreaba con la cobija de pelo o con el sombrero para después tumbarlo, caparlo, naricearlo y pegarlo a pata e`palo. El chingo Lino estuvo al mismo nivel de otro llanero de Cunaviche: Rafael Farfán como los números 1 en estas lides llaneras. Fueron muchos los hatos donde Lino Aracas demostró su bizarría como un auténtico centauro a los largo de sus años de plenitud. Entre estos tenemos al hato Santa Rita y hato La Alcancía de Esteban Vivas “Estebita”, hato “Burón” Melciades Rodríguez y Gustavo Yera, hato San Gregorio de Fabián Bolívar, hato El Milagro de Manuel Hernández Castillo, entre algunos más. En su etapa senil se extasiaba en conversa amena inmerso en sus reminiscencias plausibles de esas costumbres y vaquerías de tiempos idos entre sus amigos, vecinos y viejos coterráneos, aludiendo recordaciones de cuando "El trabajo de llano sólo duraba dos meses, y era la vaina más sencilla: A las tres de la mañana gritaba el caporal de llano: ¡"Al café y a los caballos" Se tomaba uno el café y se metía en la boca una pella de chimó o la mascada de tabaco. 

Ese es el golpe del llanero" Al regresar de la sabana nadie se abalanzaba sobre la comida, demostrando siempre una educación natural. Trabajando llano uno está pendiente desde las tres de la mañana hasta las seis de la tarde de que no lo vaya a joder un bicho, ni que lo vaya a tumbar un caballo y está haciendo el trabajo con gritos y con alegría, no pensando en comida. “Desde arriba del caballo se mira todo facilito, que anda uno más cerca del cielo y más lejos del suelo y que no falta mujer que se quiera encaramar en el anca de su remonta" “Yo nunca jallé lejos a los caminos. Si el que va arriando el ganado es un llanero bueno, sabe que los animales sienten, que tienen alma como nosotros y el mismo aire que respiramos es el que respiran ellos.” “Para el verdadero llanero, un buen caballo, una sabana ancha y la necesidad de hacer caminos" Mis profundas palabras de condolencia a toda la familia de mi primo LINO ARACAS. (QEPD) NUESTRO PADRE CREADOR TE RECIBA EN SU ESTANCIA GLORIFICADA, TE CONCEDA LA LUZ IMPERECEDERA Y DESCANSO ETERNO A TU ALMA. AMEN.

Autor: Alexis Machado

 


martes, 31 de agosto de 2021

RAFAEL IGNACIO ESPAÑA PADRÓN

 

RAFAEL IGNACIO ESPAÑA PADRÓN.

 

Por Alexis Machado y publicado en la página de Facebook Amigos del bosquejo

 

Don Rafael Ignacio España Padrón, mejor conocido en los predios del llano apureño como el Poeta Rafael Ignacio España Padrón a través de su libro de lírica costumbrista: “TIERRA DE MI QUERER”. Este destacado representante y fiel defensor de la copla criolla nació en Cunaviche el treinta y uno de Julio de 1.915: hijo primogénito del matrimonio de Don Brígido Antonio España y Doña Rafaela Indalecia Padrón de España; producto de la descendencia de dos hijos únicos conformada con su hermano Don Severo de Jesús España Padrón, actor fundamental de la presente obra escrita.

En sus años de niñez, Rafael Ignacio compartió con su hermano Severo esa crianza modelo de la época sustentada en sanos Principios y arraigados Valores que imperaba en el seno de la familia campesina de la primera mitad del siglo veinte; aferrados al buen proceder y respeto de las normas de la coexistencia comunitaria en equilibrada armonía social, cooperación mutua y la inmutable adhesión al trabajo productivo y pertinaz para generar riqueza que se tradujera en bienestar dentro de la moldura de la estabilidad duradera.

Las primeras lecciones de escuela las recibió en compañía de su hermano Severo y otro grupo de condiscípulos entre los que se encontraban sus paisanos cunavicheros: Pedro María Velásquez, Rafael Enrique Aracas, Ramón Rattia, Rafael “Fucho” Nieves, entre otros; aleccionamiento formativo de parte de su insigne maestro Don Cosme López Hurtado a quien le agradece infinitamente por sus enseñanzas y consejos para superar la oscuridad del analfabetismo; transponiendo las puertas que le dieron acceso al dominio cabal de la lectura y la escritura que le permitirían desarrollar su talento como escritor de poemas a su llanura.

En homenaje a la memoria de su preceptor, el poeta Rafael I. España P. Le dedica su elocuente poesía con esa rima asonante, sencilla y genuina del Poeta provinciano, publicada en su libro “Tierra de mi Querer” (1.995 Págs. 13 y 14. Ibídem); la cual enunciamos textualmente:

VENERANDO A MI MAESTRO.

¡Ah pueblo de Cunaviche!

en tiempos que ya pasaron

con sus treinta y ocho casas

y de arenales rodeado.

no había escuela, Dispensario,

luz eléctrica, Mercado,

no se hallaba una bodega

donde comprar pan salado.

no se limpiaban las calles,

porque no tenía situado

la gente era analfabeta

muy pocos los estudiados.

Quien tuvo la iniciativa

fue Cosme López Hurtado,

fundando el primer plantel,

sin que le hubieran pagado.

él pensaba en el futuro

ver frutos aprovechados

enseñó y tuvo paciencia

trató al pobre con cuidado.

Dio poca importancia al lujo

fue puntual y organizado,

el alumno de alpargata

y pantalón remendado.

Brindaba de su bolsillo

a los más necesitados,

haciendo labor de patria

su cerebro fue un Dictado.

Que Dios lo tenga en la Gloria

y esté de gozo colmado,

mientras dure mi existencia

por mí no será olvidado.

En mi memoria despierta,

su recuerdo está grabado,

en mi cerebro yo llevo

la enseñanza que me ha dado,

como mi segundo padre,

de alma y corazón sagrado.

A finales de los años treinta, Rafael Ignacio contrae nupcias con Filomena Cedeño de España con quien procreó sus hijos: Elio Rafael, Hortensia, Carmen Dionisia, Ana Isabel, José Ignacio “Nacho”, Rosa Agustina y Mercedes España Cedeño. Después de abandonar el fundo “La Esmeralda” del lado de su padre, constituye su primer hogar de hombre casado en 1.943, en el vecindario “Queseras Viejas” en el médano de “Manuel”, más arriba de “Hoyito” a orilla de la laguna de “Merecurito”; fundándose luego en el sitio que estaba ubicado entre el Hato “Burón” y “San Vicente” en terrenos de su suegro Don Fausto Cedeño.

En 1.945 vuelve a “Queseras Viejas” con su familia en el mismo año de la salida de Colmenares Pacheco de la administración del Hato “La Candelaria”; encontrándose Rafael Ignacio como siempre dedicado fervorosamente al duro trabajo de las actividades agropecuarias; sin amilanarse en ningún instante por las condiciones climáticas rigurosas e inhóspitas que presentaba el Medio en aquellos tiempos y la proliferación de plagas y enfermedades bovinas, desconocidas por los lugareños en aquellos predios lejanos de los centros poblados.

En 1.949 se muda con su familia nuevamente, en esta oportunidad para el sector de “La Providencia”, comprando el derecho de tierra de los terrenos del Hato “Burón” que le correspondía al Señor Ramón Figueira.

En 1.950 adquiere en compra un lote de terreno en el Sector de “Gómez”, Capanaparo que constaba de media legua de sabana con la finalidad de utilizarlo para el invernadero del ganado.

Rafael Ignacio, Igualmente que su hermano Severo, le preocupaba también la educación de sus hijos; tomando la fundamental decisión de comprar una residencia para la familia en la población de Cunaviche a fin de garantizarle a sus descendientes el acceso al proceso educativo; logrando adquirir en 1.958 una amplia construcción que constituiría su casa de familia, ubicada a la entrada de dicho poblado.

En 1.959 se traslada desde “La Providencia” con su ganado a las cercanías del pueblo de Cunaviche; fundando una hermosa finca productiva, la cual denominó: “Morenero” por estar muy cerca de las márgenes del caño con ese mismo nombre, defendido su cauce por frondosos chigales y tupida vegetación, que constituía la fuente principal de agua para sus animales y al mismo tiempo refrescaba los pastos en las inmediaciones de sus potreros; quedando ubicada dicha fundación específicamente a unos tres kilómetros de la población cunavichera.

En la medida que sus hijos fueron culminando la Educación primaria en Cunaviche, Rafael Ignacio como padre preocupado con una visión futurista fue enviando paulatinamente a sus hijos para que continuaran sus estudios en San Fernando de Apure; aprovechando la circunstancia de que desde 1.960, su hermano Severo ya se había residenciado con su familia en esa ciudad, hasta que a finales de los años sesenta adquiere una casa-quinta propia en la Avenida “Miranda” de la capital del Estado para reubicar a su familia; quedándose él en su fundo “Morenero” al frente de sus labores agropecuarias.

Hasta 1.970 permaneció el poeta Rafael Ignacio España Padrón en su tierra natal Cunaviche, cuando conjuntamente con su hermano Severo deciden marcharse a las tierras de Barinas, al otro lado del pueblo del Samán de Apure; en búsqueda de mejores condiciones climáticas que le garantizaran abundancia de pastos frescos y fuentes naturales de aguas propicias para el fomento de sus respectivas ganaderías.

Rafael Ignacio mantuvo siempre con su hermano Severo ese vínculo de estrecha relación de hermandad verdadera de admirable armonía familiar, cooperándose mutuamente y en consulta permanente en la realización de cada uno de sus negocios y de sus actividades productivas que dejan por sentado un gran paradigma a seguir por sus hijos; probablemente fundamentado en ese sabio pensamiento de nuestro Libertador Simón Bolívar; el cual reza, que: “En la Unión está la fuerza”.

En las tierras barinesas, Rafael Ignacio adquirió un lote de terreno en la parte noreste de la Finca “El Setenta” de su hermano Severo, para fundar su finca particular “El Espejo”. Este terreno fue comprado por Rafael Ignacio al Instituto Agrario Nacional; allí continúa (Hasta el presente de la primera Edición de este libro) donde desarrollaba sus labores como siempre, compartiendo con la peonada los quehaceres cotidianos del llanero en su propio medio, recorriendo la sabana montado en su caballo ensimismado en el recuerdo de sus hazañas de las vaquerías añoradas de antaño; Demostrando sus destrezas llaneras que todavía ejecutaba con eficacia experimentada, irrumpiendo en el silencio de los palmares con su copla improvisada, trajinando por caminos sabaneros bajo el cándido reflejo crepuscular de una tarde que sucumbe entre canto de pajarillos y aves de la llanura y sus galimatias vespertinas, bañados de candor y poesía, de arrebol y de nostalgia; Musa inspiradora del poeta vernáculo para continuar plasmando en el escurridizo lienzo del viento la genuina esencia de las costumbres de ese llano de tiempos lejanos cuando todo era mejor; según su propia percepción reminiscente y convicción arraigada que posee el llanero criollo. HONOR A QUIEN HONOR MERECE Y DIGNO RECONOCIMIENTO A ESTE POETA CUNAVICHERO GENUINO, ORGULLO DE NUESTRA TIERRA.

 


sábado, 29 de mayo de 2021

ABEL HORTENCIO CARDOZA CEDEÑO

 





Abel Hortencio Cardoza Cedeño
 

 Abel Hortencio Cardoza Cedeño (Nacido en Cunaviche, municipio Pedro Camejo del Estado Apure, el 11-01-1963. Escritor, poeta sabanero, soñador, pensador, compositor, creador de más de cuatrocientas (400) composiciones entre poemas, prosas y narrativas populares. De profesión Ingeniero. Llanero de verbo y trato sencillo, humilde, criollo y provinciano, cronista incógnito de su terruño amado, portador y dueño de un flamante anecdotario y de una singular destreza en el arte de la escritura por haber nacido con ella. Estas son algunas de las valiosas virtudes demostradas por este insigne Apureño y Cojedeño adoptivo y re bautizado en esas pampas centros occidentales por haber llegado en buena hora y de cuyo afecto fue abrigado.

Poseedor de una rica y extensa creación literaria, de la cual, y alrededor de doscientas piezas poéticas están insertas en sus tres libros escritos y titulados: “Poesías y Costumbres de mi Tierra”, “Cojedes Es Poesía” y "Olor a Mango Madurito". Demostrando con hechos su gallardía y valentía por incursionar y trajinar en este difícil mundo competitivo de las poesías que por tradición ha sido exclusivo para los “llamados intelectuales” por el simple hecho de ser personas de estrato social selecto y de alta alcurnia.

Sin embargo y sin ánimo de ponderar juicio de valor para este paladín amante del verso y tutor de la cultura popular pero siempre crítico, inconforme y orientador en su rol de gladiador del género poético con matices sabaneros por impregnarle a sus trabajos literarios esa fragancia a pasto tierno, a incienso de tacamajaca, a toro de paradero y a becerro de quesera por ser condiciones de su erudición, pasión y sentimiento.

A lo largo de más de cincuenta (50) años que su musa romancera y andariega ha cabalgado por los infinitos horizontes, caminos y lejanías que simbolizan a esos predios inhóspitos, exaltando con su modesta pluma a los gentilicios y valores más genuinos de las llanuras colombiana y venezolana. Y aún más allá de esas fronteras, ya que sus cantos también son leídos en la república de México e inclusive en Estados Unidos de Norte América.

Su hoja de vida en el plano cultural trasciende y es muy amplia y productiva. En lo personal, es un destacado amigo, bondadoso de todo aquel que requiera de su apacible apoyo, es un destacado profesional de la ingeniería prestado al campo civil, en donde muchas carreteras e inclusive puentes alcantarillados asentados en los Estados Portuguesa, Delta Amacuro y Bolívar, son testigos de su huella imborrable en sus condiciones de ejecutor o simplemente inspector dejando muy en alto sus conocimientos y responsabilidades, cuyas obras se mantienen en vigencia cumpliendo su función social y vida útil para las cuales fueron creadas. Por su propia disciplina ha dejado su profesión en un plano de bajo perfil destacándose en el mundo de las letras por ser su pasión y arraigo.

Abel H. Cardoza Cedeño; era hijo de doña Ana Lucía Cedeño de Cardoza y de don Rafael Luciano Cardoza (ambos difuntos), y fue criado desde sus cinco (5) años de vida por su tío paterno Juan Javier Cardoza Rodríguez, este último en San Fernando de Apure, capital del Estado Apure.

Casado con su compañera de siempre, con su adorada y linda señora Vilma Amarilys Blanco de Cardoza, tal como él, la ha dibujado en sus versos y narrativas desde siempre. Con la cual procreó dos (2) retoños: Leibniz Abel y Lendys Marielvis.

No obstante, para redescubrir un tanto el contenido de su legado y acercarnos un poco al periplo extensivo de su misiva creativa de este significante escritor, revisamos a “vuelo de pájaro” algunos aspectos relevantes de su vida y obra, reseñados magistralmente por otros dos (2) talentosos de la cultura popular venezolana, conocedores del transitar familiar, poético y profesional de Abel Hortencio Cardoza Cedeño. Ellos son: Su primo y hermano de crianza, el Apureño y licenciado Wirmer Aléxis Viamonte Rodríguez y su compadre de sacramento, el ingeniero Teobaldo Pérez Figueredo, compañero de andanzas desde su llegada al Estado Cojedes.

Ambos personajes, fueron artífices en sus condiciones de redactores y firmantes de los prólogos de cada uno de los libros de este destacado escritor.

Con la anuencia de los antes nombrados y, tomando prestada su prolífera pluma, podemos dibujar de manera sucinta, un “flash” del perfil y trayectoria de Abel Hortencio Cardoza Cedeño. Ambos prologuistas coincidieron y subrayaron por separados, las consideraciones siguientes:

“Los padres de Abel Hortencio Cardoza Cedeño, eran llaneros de pura cepa y autodidactas”.

 El Lic. Wirmer Aléxis Viamonte Rodríguez, escribió:

//“Mi tío Luciano, casado con mi tía Lucía, ambos vivieron en su fundo Morichito allá en el vecindario Cunavichito. Mi tío Luciano, por consiguiente, era nacido en esa zona y se crío junto a sus otros hermanos. Para la época era un ambiente templado, de constante peligro, por la existencia en las montañas de tigres y leones, de toros cimarrones, caballo, soga y llano abierto por ser sabanas extensas sin limitancia alguna por no existir potreros. Los “Cedeño Hernández”, fue un grupo familiar dedicados en menor cuantía a las jornadas rutinarias del ordeño y de la fabricación del queso llanero, además criaban cerdos y escasamente se dedicaban a la agricultura en forma de conucos. Sus casas estaban asentadas en las franjas aledañas al río Cunavichito. En cambio; los “Cardoza Rodríguez”, fueron representados por mi tío Juan Cardoza Viejo, hermanito de mi madre Rafaela Rodríguez de Viamonte. Además, fue el dueño del Hato La Esperanza y por consiguiente se hizo amo de toda una vasta llanura de Cunavichito Arriba y Afuera, hasta llegar a las cercanías del Capanaparo"//.

 En esta misma tónica, el cantante Cojedeño e ingeniero Teobaldo Pérez Figueredo, esgrimió en el prólogo del libro “Cojedes Es Poesía”, lo siguiente:

//“Conocí personalmente al padre de mi compadre Abel y se llamaba Luciano Cardoza; era un hombre de carácter fuerte y de mirada profunda, tenía sus dos (2) buenos oídos para oír el mínimo ruido y acertar en sus percepciones, eso sí como todo buen llanero, muy respetuoso y amable. Por lo general, el señor Luciano siempre andaba descalzo y enguayucado, con su cuchillo en la cintura y su sombrero terciado”//.

//“Don Luciano fue una leyenda viviente, llanero de a caballo y con tabaco en su vejiga, de buena soga y certera, labrada y curtida por el mismo, muy difícil que le cayera un lazo al suelo. Diestro y fino enlazador en cachilaperas y cimarroneras. Supo transmitir a sus hijos ese amor profundo por la llanura, sus costumbres, tradiciones y vivencias. No había trabajo de llano, que él no anduviese y ejerciendo su rol de puntero en el arreo de ganado”//.

 //“Mi compadre Abel, conoce muy bien a mi Estado Cojedes. Lo ha recorrido de palmo a palmo. Su facilidad para vaciar en el papel lo que en su pensamiento le brota, le permitió escribir muy fácilmente su segunda obra “Cojedes Es Poesía”//.

Siguiendo en el deshilvanar de la vida de Abel Hortencio Cardoza Cedeño, podemos afirmar con real crudeza que sus vestigios son inquebrantables, no por la imaginación de cómo armonizar sus letanías, sino por la facilidad como traza sus versos, combinados de buena rima, consonancia y metáfora. Basta con visualizar algún contenido o fragmento de sus cantos y poesías por ser alientos que transpiran en el rezongar de su alma.

Todos los párrafos que articulan este breve historial biográfico, es un rayo de luz que emerge desde los horizontes llaneros referenciados a este bardo personaje (Abel Hortencio Cardoza Cedeño), que en su buen momento sembró de manera ferviente esa semilla y que Dios con su gratitud y bondad supo brindarle ese volcán de conocimientos y por ende su cosecha aún perdura en el tiempo por ser fructífera y acogedora. Convirtiéndose en una referencia obligatoria de consulta para quienes incursionan en este arduo peregrinar por el mundo de la cultura y más preciso en el campo de la poesía.

A pesar de su anonimato y sin apoyo gubernamental ha sabido traspasar las barreras y ha vencido cualquier cantidad de obstáculos y que por ningún motivo han impedido la trascendencia de su obra, al contrario, ha rebasado con creces las fronteras de su tierra llanera, por ser su poesía una semilla que ha sabido surcar las espaciosas geografías de Colombia y Venezuela. E inclusive su percepción continúa el rumbo por diferentes ámbitos de países de habla hispana y de origen anglosajón.

Quienes conocemos de estos menesteres; sabemos de lo intrínseco y rudo que significa apuntalar y llevar adelante un legado literario que nunca se ha quedado en veredas ni en caminos pedregosos al contrario ha traspasado senderos, palma y sol, ha navegado por caños y ríos, bajo un avivado silente pero con la audacia espontánea similar al torbellino huracanado situándose en un elevado pedestal por ser una obra de incalculable valor equidistante al oro más fino por ser arriero y un verdadero baqueano del romance sin dejarse abjurar ni influenciar por espejismos y mezquindades que por cierto hoy día sobre abunda, y que tratan de abrir nuevas modalidades inducidas por el modernismo, generalmente imprecisos y oscuros en el género poético y en el arte en general.

 

Sólo auguramos para que su obra trascienda como lámpara del Cielo y que cumpla con el resplandor de su flama, la Oración del Poeta: "Que alumbre hasta más allá del olvido y más allá del recuerdo"…

 

Poema: “Auto - Retrato”

Autor: Abel H. Cardoza Cedeño

..........

Abel Hortencio me bautizaron

en la iglesia de ese pueblo

y del llano en el registro

fue la procedencia que me dieron.

..........

Hoy rezongo con emoción,

mi linaje de pura cepa llanero,

desde la punta del talón,

a la copa de mi sombrero.

..........

Del rejo al botalón,

de la totuma al chiquero,

del corral hasta el caney,

y del relincho cerrero.

..........

Soy como el viento libre,

que fecunda los esteros,

y corre por las sabanas,

sin rumbo ni paradero.

..........

Mi canto vuela, muy similar

a como galopan los astros,

por los senderos del Cielo

por ser orgullo de nuestros suelos.

..........

Para que todos conozcan

¿Cuánto vale un poeta llanero?

que muere por sus letras

aferrado a un sentimiento certero.

..........

Criollo y provinciano,

Apureño y Cojedeño, ciento por ciento,

mi corazón es el llano,

y del llano es mi lamento.

..........

Mi bandera, es la prosa

mi escudo, la magia de mi talento

mi himno, la libertad,

que vocalizan los cuatros vientos.

..........

Y en los bordones del arpa,

resuena un joropo alegre y violento,

triples de un seis por derecho,

esencia que llevo por dentro.

..........

Soy el golpe de un pajarillo,

y en las alas trasborda mi trino ferviente,

mi seis por numeración,

es mi valentía y temperamento.

..........

De la chipola, mi coraje,

mis coplas y el verso,

 brotan como el arroyo,

del manantial de mi pecho.

..........

Soy hijo del Apure y del Cojedes,

del llano: el Declamador más auténtico,

mi inspiración son los atardeceres

alivio de mis penas por la que vivo contento.

..........

Del paisaje mi acuarela,

de la llanura, lo mejor de mi desvelo,

son mis vivencias cuando sueño,

al adiós, de mi pañuelo.

..........

Por encarnar con el pasado,

con ese grito guerrero,

audacias de Vuelvan Caras,

y de las Queseras del Medio.

..........

Abel Hortencio Cardoza Cedeño,

él de los versos señeros

Venezuela conoce mi empeño,

ya que no soy forastero.

..........

Y no hay un rincón de la Patria,

donde no hayan leído mis poesías con afecto

en frutos de admiración,

del cariño y del aprecio.

..........

Mi retrato, es Abel Hortencio:

Distinguido, leal y caballero

con mi musa y el corrío

apasionado y sincero.

..........

Soy un caballo y sus riendas,

con espuelas de acero,

y mi corazón en el alma

encendido del lado izquierdo.

..........

Mi canto con olor a mostrencos cerreros

jamás quedará en el recuerdo

ya que por mis arterias

corre la sangre de mi pueblo.

..........

Hoy grito y gritaré siempre: Abel Hortencio,

tremolando con fervor mi eco,

con ese rugido pendenciero,

en bramidos de ensoñación y de acecho.

..........

Soy Abel Hortencio Cardoza Cedeño:

La kirpa me nace con señorío y aprecio

y seré perpetuamente del llano que sueño,

el compositor y poeta más recio.

 

Poema: "Mí Negrita del Pueblo de El Amparo"

Autor: Abel H Cardoza Cedeño

::::::::::

Cantinero por favor,

sírvame otro trago

que mi corazón anda herido

y las lágrimas de mis ojos han brotado

ya que mi negrita

de mi lado se ha marchado

es una encantadora mujer

del pueblo de El Amparo.

::::::::::

Bendito Dios caramba

te suplico un milagro

haz que retorne mi muchachita

de ella estoy enamorado

reconozco que tuve la culpa

por haberla descuidado

entre nostalgia y licor

me la paso divagando y embriagado.

::::::::::

Mi negrita te juro,

no aguanto este amargo guayabo

si no vienes a mis brazos

seré un pobre desdichado

este fuerte dolor

en mi alma se ha clavado

solo me espera la muerte

por sentirme abandonado.

::::::::::

Mi rancho se palpa triste y solito

igual mi caballo

tu jardín al que siempre regabas

hoy día se ha secado

por eso te pido a que regreses

amorcito mío, estoy desesperado

como tú no hay otra

por demás, lo he comprobado.

 

Poema: "A Luis Rafael Cardoza"

Autor: Abel H Cardoza Cedeño

:::::::::::::::::

Luis Rafael Cardoza,

mi hermano querido,

cógele la delantera al Novillo,

ándale que tú eres muy diestro

en todos los sentidos.

................

Ese bicho agarró pá aquella punta e' mata,

de alcornoques, chigos y saladillos,

alcánzalo y enlázalo con tu soga,

de dieciocho brazás de cuero curtido,

se nos perdió con la algazara.

...............

Rumbo a ese caramillo,

no lo dejes ir,

ese lebruno barcino está escondido,

yo voy por la retaguardia

en mi caballo amarillo.

...............

Por favor te lo pido

no lo vayas a pelar

sólo se le oye el bramido

ese pendenciero se los juro,

lo vamos adjuntar con cuchillo.

................

De verdolagas, tapiramas y piras

estamos aburridos,

le morderemos la chocozuela,

el latigazo y el codillo,

el pecho y corozo sancochao es muy divino.

...............

Le zumbó un lazo con la zurda

el mejor que ha tenido,

ese toro en una sola carrera

se barajustó pá ese monte

lo que dejó fue el polvillo.

...............

Enyugado a un masaguaro,

un árbol muy conocido,

mi hermano lo rastreo por el trillo

ha cacho brosco resabiado

y bravo esta ese pillo.

...............

Amarradas sus cuatro patas

con nudos corridos,

desnúcalo: Primo Domingo Ramos,

usted es un buen llanero, humilde y sencillo,

jocoso y muy precavido.

...............

Apúrense con el entreverao,

siento en mi estómago, un hormiguillo,

cuando uno está “jambríao”,

delira o algo le sale torcido,

corra sobrino Gabriel.

...............

Aquí se lo digo y atino

póngale la enjalma

a ese burro mojino,

y ofrézcale carne gorda

a todos los vecinos.

...............

Ya nos vamos a meter

unos realitos en el bolsillo,

un bocado a la gente de La Esperanza,

y que hagan buen picadillo,

a los de Punto Azul, unos huesos y la panza.

...............

 

Con cantos y silbidos

nos llega el pariente Daniel España

él siempre ha pretendido

las patas y el cogote

para degustar un buen hervido.

...............

Me disculpan aquellos, que no menciono

no crean que es por olvido,

ni tampoco los tengo

sentados en el banquillo,

en mi mente siempre los llevo consigo.

...............

Es un halago del cual estaba comprometido

para mi hermano Luis Rafael,

por ser de su estirpe un caudillo,

¡…gran jinete, trabajador

honesto y muy distinguido…!



 






FUENTE: Abel Hortencio Cardoza Cedeño 

 


 
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