Publio Sánchez
Y este hombre trajo el reloj en
1952
Por Juan Carlos Zapata.-
Fue en
1952 que llegó el reloj. Publio Sánchez tenía un camión, un Ford 750 rojo que
le había costado 12.000 bolívares. Un capital para esa época. Con ese camión
hacía viajes. Llevaba madera para Maracaibo, San Cristóbal y Maracay. Hacía
viajes para San Fernando de Apure y cruzaba el río en chalana. Hacía mudanzas
para San Cristóbal. De regreso, llevaba a Guasdualito papa, cebollas,
zanahorias, lo que le encargaran.
Un día estaba en San Cristóbal y
fue contactado por Hortensio Laporta y Francisco Guarino. Le dijeron que había
que llevar un reloj a Guasdualito. Laporta y Guarino eran dos potentados de
Guasdualito que se habían mudado para San Cristóbal. Publio Sánchez preguntó
dónde estaba el reloj y le señalaron unas cajas. 32 cajas y adentro estaban las
piezas, envueltas en una paja muy fina. No pesaban nada, recordaba Publio
Sánchez en 1997, a los 80 años. Estaba contento por esa carga y porque le
estaban pagando bien el flete. Una carga delicada pero fácil de transportar. El
encargo no dejaba de ser complicado porque no había caminos, o como decía doña
Rosita Abunassar, los caminos se hacían al andar. Los caminos lo hacían las
carretas y los camiones como el de Publio Sánchez, y lo hacía la gente,
caminando, y lo hacían las bestias, porfiadas y consecuentes.
Si de alguna carga estuvo siempre
orgulloso Publio Sánchez, fue de esta, la del reloj de la iglesia de nuestra
Señora del Carmen. Lo trajeron de Italia, y de Italia enviaron el técnico para
que lo montara. Publio Sánchez recordaba que cuando llegó con el reloj, hubo
todo un revuelo en el pueblo. La gente salió a celebrar con mucha alegría. El
técnico estuvo un mes instalando el reloj en la vieja iglesia.
Cortesía de Propaéz Ong |
Cuando demolieron la iglesia a
Publio Sánchez le preocupó que dañaran el reloj. Qué va, decía él mismo, allí
sigue el reloj, dando la hora. Publio Sánchez recordaba que cuando el reloj
estuvo montado, la gente se paraba a contemplarlo. Durante mucho tiempo la
atracción del pueblo era el reloj.
Por eso este homenaje al reloj. Y
a don Pancho Guarino y su sobrino Hortensio Laporta, y al técnico anónimo que
lo montó, y los que han mantenido el reloj y le han dado cuerda y han sacudido
las telarañas. El reloj que este año cumple 69 años de haberle puesto hora al
tiempo plano y llano de Guasdualito; un tiempo pleno de sol, y mucho calor; un
tiempo de lluvia copiosa y gente dispuesta.
Este es un homenaje a Publio
Sánchez, mi padre, el hombre de la foto, el hombre que trajo el reloj.
El poeta Marcos Eduardo Hernandez Carvallo escribe lo siguiente:
Don Publio Sánchez fue un todo
terreno. Siempre lo conocí, siempre conocí a sus hijos. Creo que los conocí
toda mi vida, a los más viejos y a los más jóvenes. La verdad es que lo ví en tantas
facetas: concejal, jefe de CADAFE, vendedor de loterías, agente de la línea
aérea RANSA, fabricante de Hielo, agente de festejos. Don Publio no se quedaba
quieto, se reinventaba permanentemente.