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martes, 17 de mayo de 2022

PUBLIO SANCHEZ

 

Publio Sánchez

Y este hombre trajo el reloj en 1952

Por Juan Carlos Zapata.-


Fue en 1952 que llegó el reloj. Publio Sánchez tenía un camión, un Ford 750 rojo que le había costado 12.000 bolívares. Un capital para esa época. Con ese camión hacía viajes. Llevaba madera para Maracaibo, San Cristóbal y Maracay. Hacía viajes para San Fernando de Apure y cruzaba el río en chalana. Hacía mudanzas para San Cristóbal. De regreso, llevaba a Guasdualito papa, cebollas, zanahorias, lo que le encargaran.

Un día estaba en San Cristóbal y fue contactado por Hortensio Laporta y Francisco Guarino. Le dijeron que había que llevar un reloj a Guasdualito. Laporta y Guarino eran dos potentados de Guasdualito que se habían mudado para San Cristóbal. Publio Sánchez preguntó dónde estaba el reloj y le señalaron unas cajas. 32 cajas y adentro estaban las piezas, envueltas en una paja muy fina. No pesaban nada, recordaba Publio Sánchez en 1997, a los 80 años. Estaba contento por esa carga y porque le estaban pagando bien el flete. Una carga delicada pero fácil de transportar. El encargo no dejaba de ser complicado porque no había caminos, o como decía doña Rosita Abunassar, los caminos se hacían al andar. Los caminos lo hacían las carretas y los camiones como el de Publio Sánchez, y lo hacía la gente, caminando, y lo hacían las bestias, porfiadas y consecuentes.

Si de alguna carga estuvo siempre orgulloso Publio Sánchez, fue de esta, la del reloj de la iglesia de nuestra Señora del Carmen. Lo trajeron de Italia, y de Italia enviaron el técnico para que lo montara. Publio Sánchez recordaba que cuando llegó con el reloj, hubo todo un revuelo en el pueblo. La gente salió a celebrar con mucha alegría. El técnico estuvo un mes instalando el reloj en la vieja iglesia.

Cortesía de Propaéz Ong

Cuando demolieron la iglesia a Publio Sánchez le preocupó que dañaran el reloj. Qué va, decía él mismo, allí sigue el reloj, dando la hora. Publio Sánchez recordaba que cuando el reloj estuvo montado, la gente se paraba a contemplarlo. Durante mucho tiempo la atracción del pueblo era el reloj.

Por eso este homenaje al reloj. Y a don Pancho Guarino y su sobrino Hortensio Laporta, y al técnico anónimo que lo montó, y los que han mantenido el reloj y le han dado cuerda y han sacudido las telarañas. El reloj que este año cumple 69 años de haberle puesto hora al tiempo plano y llano de Guasdualito; un tiempo pleno de sol, y mucho calor; un tiempo de lluvia copiosa y gente dispuesta.

Este es un homenaje a Publio Sánchez, mi padre, el hombre de la foto, el hombre que trajo el reloj.

El poeta Marcos Eduardo Hernandez Carvallo escribe lo siguiente:

Don Publio Sánchez fue un todo terreno. Siempre lo conocí, siempre conocí a sus hijos. Creo que los conocí toda mi vida, a los más viejos y a los más jóvenes. La verdad es que lo ví en tantas facetas: concejal, jefe de CADAFE, vendedor de loterías, agente de la línea aérea RANSA, fabricante de Hielo, agente de festejos. Don Publio no se quedaba quieto, se reinventaba permanentemente.

 


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