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miércoles, 16 de octubre de 2024

JOSE WILLIAM REYES

 


Por Orlando Nieves 

José William Reyes Valera nace un 15 de Octubre de 1947. Hijo de Martín Reyes y Luz María Valera, sus hermanos Martin, Franklin, Florinda, Mireya, Thaís, Wilmer y Delvalle, todos con esa inclinación artística.


A los 5 años da sus primeros pasos en la voz de Apure motivado por su padre, junto a sus hermanos (Florinda en el cuatro de 3 años, Mireya en las maracas y William en el arpa de 5 años).

"Ibamos para Colombia a unos actos a nivel internacional y como en esa época no había niños con el don de tocar el arpa, Rosita Cestari propietaria de La Voz de Apure, para impresionar me colocó el nombre de El niño prodigio del Arpa".

Autor: José Alberto Pinto Coronado 


José Ramón Luna nos cuenta sobre "el niño prodigio del arpa", así le llamaban a José Willians, reconociendo el talento de un niño de siete años..."Joseito Reyes es un niño venezolano nacido en La Defensa, un barrio pobre de la capital del Estado Apure. Es un niño normal, corriente que ríe y juega con la despreocupación y el desenfado de los niños de su edad. Pero tiene este niño zambo llanero una magnífica cualidad: es un artista. Toca el arpa con destreza, con aplomo, con fruición. Probablemente el arpa para él es un juguete más. Goza demostrando su habilidad con el típico instrumento. Está ahora, por aquí acompañando a su padre quien es arpista del conjunto "Los Juancheros", el cual en nombre de una marca cervecera nacional y anda por el país divulgando nuestra música.

A Joseito hay que verlo para apreciar en este chico de 7 años, en el umbral de la madurez, todo el artista que hay en él. Todo lo hermoso y lo creador que alberga en su prieta y diminuta humanidad. Y maravilla ver como las pequeñísimas manos morenas de Joseito van tejiendo en el arpa la gracia y la armonía, la cadencia pegajosa y optimista y parrandera de la música del llano. Y el ritmo alborotado y zigzagueante nos produce la impresión de estar viendo al negro Juan Parao con sus ocurrencias, y el catire María Nieves desguazando los ríos tras el rumbo del novillo, y Melquíades Gamarra con toda la superchería y la mala intención. Y está allí el arrendajo coplero y el morichal y la soisola y todo, toda el alma mestiza y rebelde del llanero irredimido. Y todo eso es Joseito Reyes".

Durante su carrera ha grabado con los grandes artistas del momento y con muchos no tan conocidos, nos dice con mucho orgullo que todos querían grabar con el.

"En el año 56, tenía 8 años, recuerdo que acompañé a Nelson Morales en la Voz de Apure, tiempo después grabé con Francisco Montoya, Angel Bolívar, José Silva. Yo acompañé a Reinaldo Armas cuando hizo su primer disco, con el sello Cachilapo en el año, del "pariente" Jacinto Martínez".


Tiene en su haber personal un disco instrumental grabado con Don Alí Betancourt. Por su trayectoria son innumerables los reconocimientos recibidos en radio y Televisión.


José William Reyes

Foto Orlando Nieves 

Fue camarógrafo y editor en VTV en los años 70's, docente en la Escuela de Música hoy ya jubilado.

Nos dice, que en Maracaibo Marcos Pérez Jiménez lo llamó para conocerlo porque eran muy populares y les puso una perola llena de fuertes para que cada quien agarrara lo que quisiera.

Casado con Doña Olivia España a quien conoció en 3er grado, vecinos, amigos y compañeros de estudio hasta que contraen matrimonio cuando ella tenía 23 años, hoy en día ese amor juvenil sigue vivo y se les puede ver en su casa de habitación en la Serafin Cedeño sentados fuera disfrutando de vecinos y amigos que transitan por allí y se paran a conversar un momento con ellos.


Izq. El maestro José William Reyes, Orlando Nieves y Der. El maestro Julito Contreras

Foto Orlando Nieves


Alcides Aparicio nos dice: "José William Reyes, junto a su padre y demás hermanos, es una referencia histórica en la música criolla de mi Patria... Hijo ilustre de mi estado Apure, quien con su arte magistral en el arpa llanera, ha representado el gentilicio cultural Apureño. Orgulloso de ser su paisano y decir a los cuatro vientos, uno de nuestros grandes músicos. 

En fin, Jose William Reyes, es y seguirá siendo por siempre un hijo ilustre de Apure".

Fuente: 

-José William Reyes 

- Olivia España de Reyes

- José Manuel Luna (Su libro por el paso del tiempo, está en muy malas condiciones y le falta muchas páginas incluyendo la portada)

- José Alberto Pinto Coronado. Blog Cosas de Provincia. José William Reyes El Niño prodigio del Arpa. 2005

-San Fernando tiene historia (Pag. de Facebook)

Fotos: Orlando Nieves 

Caricatura: José Alberto Pinto Coronad

viernes, 7 de junio de 2024

PÁRATE BUENO

 

Siempre me ha llamado la atención de cómo ha sido la llegada y su supervivencia de los inmigrantes de hace muchos años atrás, sus esfuerzos y a qué se dedicaron en nuestro país. Esos inmigrantes que lucharon duro y a los que les fue permitido entrar a Venezuela para trabajar en el campo y en la construcción, dada sus habilidades y conocimientos al respecto. Y lo hicieron, todo los italianos, quienes fueron los obreros fuertes en construcción. En nuestro Apure también llegaron muchos italianos, entre ellos el Sr. Francesco Bellino, quien nació en Altamura, Italia, el 20 de septiembre de 1929; se embarcó en Nápoli, Italia, un 20 de enero de 1951, arribando a La Guaira el 7 de febrero a la edad de 21 años. Cuenta que tanto él como otros compañeros fueron engañados por un taxista que les cobró una cantidad tan alta para llevarlos a Valencia que era lo que traían, quedando prácticamente sin nada. Allá recibieron la hospitalidad de otros coterráneos que ya estaban residenciados y los ayudaron dándoles trabajo y comida. Con los días, en conversaciones que oía de otros le gustó escuchar hablar sobre un pueblo llamado San Fernando y entre camiones y caminatas, en noviembre de 1951 entró a San Fernando y desde ese entonces se enamoró de este pueblo donde se dedicó a trabajar y con el tiempo a formar una familia. 


Con el correr de los años, en plena calle Peñaloza, antes de existir el Bulevar Libertador, el Sr. Paolo Fortuna fundó un pequeño establecimiento donde se podía tomar un sabroso café a tempranas horas de la mañana y donde también se podía desayunar con ricas empanadas y arepas. Este lugar llevó como nombre “PÁRATE BUENO” y allí se congregaban los apureños madrugadores y foráneos que nos visitaban, amén de los artistas que se presentaban en diferentes espectáculos como por ejemplo: Simón Díaz. Héctor Cabrera, Luís D’Ubaldo, Los Melódicos, La Billo’s, etc…todos iban a desayunar y a tertuliar a la “Esquina Caliente” como también se conocía. El Sr. Fortuna estuvo poco tiempo y decidió venderle el negocio a su paisano Francesco Bellino quien fue el más conocido en ese lugar por alrededor de 30 años, hasta cuando fue vendido el edificio y vio como lo derrumbaban para después dar paso a uno más moderno donde hoy está Traki, en pleno Bulevar.

Aquí una secuencia de fotos donde se puede apreciar al desaparecido “Párate Bueno” y al Sr. Francesco Bellino desde los 21 años hasta hoy con sus 86 a cuestas y recordando su vida.










Fuente: San Fernando tiene historia de Eduardo Hernández 

domingo, 12 de mayo de 2024

JOSE WILLIAM REYES

Foto Cortesía de
San Fernando tiene historia 

Por Orlando Nieves 

José William Reyes Valera nace un 15 de Octubre de 1947. Hijo de Martín Reyes y Luz María Valera, sus hermanos Martin, Franklin, Florinda, Mireya, Thaís, Wilmer y Delvalle, todos con esa inclinación artística.

A los 5 años da sus primeros pasos en la voz de Apure motivado por su padre, junto a sus hermanos (Florinda en el cuatro de 3 años, Mireya en las maracas y William en el arpa de 5 años).
"Ibamos para Colombia a unos actos a nivel internacional y como en esa época no había niños con el don de tocar el arpa, Rosita Cestari propietaria de La Voz de Apure, para impresionar me colocó el nombre de El niño prodigio del Arpa".
Autor: José Alberto Pinto Coronado 

José Ramón Luna nos cuenta sobre "el niño prodigio del arpa", así le llamaban a José Willians, reconociendo el talento de un niño de siete años..."Joseito Reyes es un niño venezolano nacido en La Defensa, un barrio pobre de la capital del Estado Apure. Es un niño normal, corriente que ríe y juega con la despreocupación y el desenfado de los niños de su edad. Pero tiene este niño zambo llanero una magnífica cualidad: es un artista. Toca el arpa con destreza, con aplomo, con fruición. Probablemente el arpa para él es un juguete más. Goza demostrando su habilidad con el típico instrumento. Está ahora, por aquí acompañando a su padre quien es arpista del conjunto "Los Juancheros", el cual en nombre de una marca cervecera nacional y anda por el país divulgando nuestra música.



A Joseito hay que verlo para apreciar en este chico de 7 años, en el umbral de la madurez, todo el artista que hay en él. Todo lo hermoso y lo creador que alberga en su prieta y diminuta humanidad. Y maravilla ver como las pequeñísimas manos morenas de Joseito van tejiendo en el arpa la gracia y la armonía, la cadencia pegajosa y optimista y parrandera de la música del llano. Y el ritmo alborotado y zigzagueante nos produce la impresión de estar viendo al negro Juan Parao con sus ocurrencias, y el catire María Nieves desguazando los ríos tras el rumbo del novillo, y Melquíades Gamarra con toda la superchería y la mala intención. Y está allí el arrendajo coplero y el morichal y la soisola y todo, toda el alma mestiza y rebelde del llanero irredimido. Y todo eso es Joseito Reyes".


Durante su carrera ha grabado con los grandes artistas del momento y con muchos no tan conocidos, nos dice con mucho orgullo que todos querían grabar con el.
"En el año 56, tenía 8 años, recuerdo que acompañé a Nelson Morales en la Voz de Apure, tiempo después grabé con Francisco Montoya, Angel Bolívar, José Silva. Yo acompañé a Reinaldo Armas cuando hizo su primer disco, con el sello Cachilapo en el año, del "pariente" Jacinto Martínez".

Tiene en su haber personal un disco instrumental grabado con Don Alí Betancourt. Por su trayectoria son innumerables los reconocimientos recibidos en radio y Televisión.
José William Reyes
Foto Orlando Nieves 
Fue camarógrafo y editor en VTV en los años 70's, docente en la Escuela de Música hoy ya jubilado.

Nos dice, que en Maracaibo Marcos Pérez Jiménez lo llamó para conocerlo porque eran muy populares y les puso una perola llena de fuertes para que cada quien agarrara lo que quisiera.

Casado con Doña Olivia España a quien conoció en 3er grado, vecinos, amigos y compañeros de estudio hasta que contraen matrimonio cuando ella tenía 23 años, hoy en día ese amor juvenil sigue vivo y se les puede ver en su casa de habitación en la Serafin Cedeño sentados fuera disfrutando de vecinos y amigos que transitan por allí y se paran a conversar un momento con ellos.

Foto Orlando Nieves


Alcides Aparicio nos dice: "José William Reyes, junto a su padre y demás hermanos, es una referencia histórica en la música criolla de mi Patria... Hijo ilustre de mi estado Apure, quien con su arte magistral en el arpa llanera, ha representado el gentilicio cultural Apureño. Orgulloso de ser su paisano y decir a los cuatro vientos, uno de nuestros grandes músicos. 

En fin, Jose William Reyes, es y seguirá siendo por siempre un hijo ilustre de Apure".
Izq. El maestro José William Reyes, Orlando Nieves y Der. El maestro Julito Contreras
Foto Orlando Nieves


Fuente: 
-José William Reyes 
- Olivia España de Reyes
- José Manuel Luna (Su libro por el paso del tiempo, está en muy malas condiciones y le falta muchas páginas incluyendo la portada)
- José Alberto Pinto Coronado. Blog Cosas de Provincia. José William Reyes El Niño prodigio del Arpa. 2005
-San Fernando tiene historia (Pag. de Facebook)
Fotos: Orlando Nieves 
Caricatura: José Alberto Pinto Coronado
 

miércoles, 8 de mayo de 2024

EL VOCABULARIO EN EL VIEJO CARAMACATE

 


Por Miguel Barrios M


Los pobladores del viejo Caramacate usaban palabras muy comunes entre ellos, y formaban parte de su coloquio, uso y costumbres. 


Usaban la palabra "chavala" para referirse a una dama hermosa y joven, "aguado" hombre inútil y flojo que no podía cumplir ninguna actividad, "de metra" y "resorte" persona con patología psiquiátrica, "bufarro" persona con desviación sexual, "una bosta" persona mal educada, prepotente y mal carácter. "cántara" era los tobos, envases o algo parecido, " san pablera" una trifulca colectiva, "en la carraplana" persona arruinada, y sin bienes materiales,"Peladero" fundo improductivo, y sin actividad alguna,"padrote" para referirse al

jefe del hogar, toro y cerdo padre, "patiquin" persona que vivía de otros sin trabajar, "remonta" para referirse al caballo, burro y mula del llanero para ejecutar actividades o faenas propias del llano, "patió la rosa" frase usada para referirse a una persona recién fallecida, "Asina" para dar una explicación de hacer las cosas correctamente,"chífla" empleaban esta frase para referirse a una persona de sexo femenino que no respetaba las normas del hogar ni normas del esposo, no cumplía órdenes y se consideraba libre de hacer lo que dictará su conciencia, "pataruco" persona cobarde, débil y lleno de miedo, "con el pasto alto" persona flaca por hambre o mal alimentada, "charuno" persona que no cumplía con las normas cristianas y lo hacía a su parecer. También se empleaba para los caballos con mañas luego de ser domados, "chapuzero" persona que hacía a medias o mal realizadas cualquier actividad propia del campo, "esmachetado" persona que se movilizaba de un lugar a otro a máxima velocidad, "ajitarse" pulgarse o sufrir de diarrea, "chucuto" animal sin rabo, "coroto" tenía dos significados compra de comida, también se referían a los enseres del hogar, "tarama" cabelleda abultada y sin peinar de una persona, "bote" donde se depositaba la leche para hacer el queso, "barrear" derribar un animal e inmobilizarlo, "ajilarse" caminar uno detrás del otro, "amanecío" llanero trasnochado, "pingo" persona inocente, tonta y fácil de engañar, "amansar" domar animales,"amorochao" pegado a otro, y "andón"caballo o burro de paso suave. 


Habían otros que pronunciaban incorrectamente las palabras helicóptero "halicóptero", ambulancia "embulancia", fósforo "fósfaro", Cédula "segula", activo "artivo" avioneta "vioneta", entre otras. 


Además utilizan términos para hacer referencia a las herramientas o instrumentos para las faenas de llano como "chicote", "soga", "por si acaso", "falzeta", "suelta", "sujeto", "gurupera", "tapa ojo", "pechera", "cubierta", "soadero", "silla", "freno", y "charnela", "garabato", "rejo", "verga de toro", "charapo", "cincho", y "altezon". 


Muchas de éstas palabras coloquiales de los caramacateños de la época son impronunciables en la actualidad por ser consideradas en las normas jurídicas de esta época moderna como ofensivas o delitos. Sólo quedan para la historia y los recuerdos. Tiempos aquellos!!!


Foto referencial Julian Pinilla todos sus derechos de autor.

lunes, 29 de abril de 2024

BONGOS Y CANOAS (Recuerdos del Viejo Apure)


 Autor: Julio Cesar Sánchez Olivo

Navegación en Aguas Apureñas

Programa Radial en la Emisora "La Voz de Apure" junio de 1975

Muy buenos días estimados oyentes:

Cumpliendo lo que les venía anunciando, hoy comienzo a relatarles cómo era la vida del apureño por los ríos y otras aguas de nuestro llano en la época de invierno, sirviéndole de transporte las canoas y los bongos. Les hablaré en el lenguaje sencillo de ustedes, que es el mio cuando con ustedes converso.

Es bueno que sepan que de aquí, de San Fernando, a Guasdualito, el viaje en bongo remontando el Apure, era de treinta días. De aquí a El Amparo se gastaba el mismo tiempo, pero el viaje era por el río Arauca. A Calabozo se iba por el río Guárico, que ustedes lo ven hoy casi seco, no navegable.

La tripulación de un bongo la integraba el patrón -o timonel- y los marineros. Estos que se llaman marineros son los hombres que agua arriba por el río impulsan la embarcación con palancas de madera, que son varas de algo mas de cuatro metros de largo, con una horqueta en una punta que fijaban en el barranco o en una rama de árbol y el otro extremo se lo apoyaban en el pecho y así recorrían el bongo de proa a popa, que en la práctica era pasarse ese bongo por debajo de sus pies en la marcha puesto que, como ya digo, la palanca estaba apoyada en un lugar fijo del barranco. El número de marineros o bogas- como también se le llamaba-era de acuerdo con la capacidad del bongo. Habían bongos hasta de seis bogas, que agua arriba iban como ya dije, impulsando al bongo con las palancas y la marcha era por las costas de los ríos; pero al navegar en sentido contrario, o sea aguas abajo, la navegación era por el centro de los rios, con el mismo número de marineros o bogas, pero el impulso se le daba a la embarcación con remos.

Quienes hayan leído la novela "Doña Bárbara" recordarán que su primer capítulo comienza, mas o menos así: "Un bongo remonta el Arauca. Dos bogas lo hacen avanzar lentamente". Este bongo, según lo explica la misma novela, era de toldilla o cubierta, que cubría la parte central del bongo como techo o protección de tablas. Los bongos sin toldilla eran los llamados de "pillote", en los cuales la carga se cubría con una lona y se amarraba con un mecate llamado "trinca". Los marineros al cargar un bongo de "pillote" procuraban colocar bultos apropiados para poder pisar al caminar por encima de ellos y asi no quebrar aquellas cajas expuestas a romperse por la fragilidad de ellas. Esto demuestra el cuidado que tenían estos trabajadores en su rudo oficio.

Los bongos y en las canoas de invierno Apure venían a ser practicamente lo mismo que hoy son por las carreteras los automóviles y los camiones: los automóviles serían las canoas y los bongos los camiones, con la diferencia de que en aquella época eran mas importantes para los habitantes del llano adentro la llegada de un bongo que la de un camión, hoy es muy corriente, es a cada momento la llegada de un camión o el paso de estos por las carreteras, mientras que el tráfico de los bongos era mas esporádico, era entre días y debido al aislamiento por la falta de medios de comunicación, la presencia de un bongo se hacía mucho mas interesante, porque llegaba cargado hasta de noticias, aunque viejas, eran nuevas para los que vivíamos en aquellas soledades sin recibirlas a diario como ahora transmitidas por la radio: en aquel entonces no existía la radio y era para nosotros San Fernando mucho mas importante que Caracas hoy para los apureños de aquí: los habitantes del fondo del llano apureño pasaban hasta años sin visitar la capital del Estado y muchos murieron de viejos sin conocerla porque no les gustaba moverse de aquellos sitios en donde nacieron y se criaron dedicados al trabajo: estaban sembrados allí por el cariño al medio.

Los bongos tenían una zona llamada piso como de tres metros, cubierta con tablas a nivel de las bordas, de la proa hacia atrás, cerca de donde comenzaba la toldilla o el "pillote". Los habitantes de las costas de los ríos podían conocer por el sonido de los pasos de los marineros, que se oían desde una distancia hasta de cinco kilómetros, si el bongo que se acercaba era de toldilla o de "pillote": cuando era de toldilla se podía apreciar el sonido de los pasos sobre el piso, luego el salto de aquí a la toldilla y el cambio del sonido de estos pasos sobre ella, mientras que si el bongo era de "pillote" solamente se oia el sonido de los pocos pasos sobre el piso. Estos golpes se oían a tan larga distancia porque el agua sirve de vehículo transmisor. Aún cuando los marineros recorrían al bongo de "pillote", como al de toldilla, de proa a popa impulsándolo con las palancas, se oían solamente los pocos pasos sobre el piso porque los dados sobre el "pillote" no producían ningún sonido. Quiero destacar la resistencia del llanero en estas faenas -como la verán en otras que también referiré en este programa-. Después de varios días de marcha y al acercarse a algún lugar habitado a las seis de la tarde, sin haber tenido mas descanso en ese día que unas dos horas mientras hacia la comida, siempre se mostraba de buen humor y lanzaba el grito característico como un aviso de que se acercaba a ese lugar, que era un grito largo y algo así como campaneado al final. Posiblemente de ahí nació el refrán de: "A vista de puerto no hay marinero cansao".

En estos trabajos era constante el peligro, exponiéndose la vida a cada instante. Creo que era el marinero que en la mañana al salir la embarcación daba el primer palancazo para arrancar la marcha, a quien se le daba el nombre de "proero" y a él correspondía en todo ese día la obligación de pisar tierra primero para amarrar el bongo y cuando en la marcha al empujarlo uno de estos marineros el bongo no llegaba al sitio en donde se iba a dar el otro palancazo porque había perdido fuerza en la marcha y se trataba de una costa del rio con mucha corriente o con un remolino y por lo tanto era seguro que el agua lo echara hacia atrás sin control y naufragara al chocar con el barranco, el patrón gritaba: "proero al agua!", y el marinero no se hacía repetir ese grito, sino que inmediatamente se lanzaba al río con el mecate o boza del bongo y al llegar la orilla, lo ataba a un árbol y si no encontraba en que amarrarlo se afianzaba en sus propios pies y a pulso sostenía la embarcación. Por esta acción no recibía ningún pago extra: era un accidente corriente, así como cuando a un carro se le revienta un caucho. Es bueno que sepan que este marinero en muchas ocasiones no esperaba que el patrón le diera la orden, sino que, como sabía que tenía que hacerlo, se lanzaba al agua a cumplir con su deber.

Con muchisima frecuencia le ocurrían a la tripulación de una embarcación cosas nada simpáticas, como al ver en las ramas de un árbol por donde se iba a pasar rozándolas, enrrollada una macaurel, culebra muy venenosa de mas o menos un metro de largo. Al marinero, en tal circunstancia no le quedaba otro camino que darle un golpe con la palanca o con la horqueta de ella aprisionarla contra la rama e irse en su marcha por arriba del bongo y quedaba alli el animal destrozado por la acción del golpe. Esta culebra es nocturna y por eso pasa los días dormida en los árboles y regularmente se encuentran muchas en los de las costas del río; también es acuática: se zambulle y recorre distancias de cierta consideración por debajo del agua. En una oportunidad fuí yo de pasajero en un bongo de El Yagual a Elorza y gastamos en el viaje diez (10) dias. Como a cada momento aparecían estas culebras en los árboles por donde pasábamos, me armé de un trozo de palanca, me colocaba sobre el "pillote" del bongo cuando aparecía una macaurel y las reventaba de un sólo golpe con la vara: maté nueve culebras en ese viaje. Esto revela dos cosas: la abundancia de macaureles en las costas de los ríos y que lo que estoy refiriendo son actividades vividas por mi mismo.

Lo que refiero de seguida no me ocurrió a mí, pero me lo contaron personas que me merecen crédito. En aquella época abundaban muchos los tigres en Apure y en algunas ocasiones. encontrándose un bongo en uno de esos ranchos en donde acostumbraban los bongueros pasar la noche, se les había presentado un tigre y los había obligado a embarcarse de nuevo, cruzar el río en la oscuridad e irse a dormir a otro lugar. (Los que se llamaban ranchos eran sitios que en las barrancas boscosas del río utilizaban los integrantes de la tripulación de los hongos para dormir y hacer comida. Estos lugares permanecian mos limpios porque los bongueros eliminaban la maleza existente por debajo de los grandes árboles).

En el invierno, cuando ya las sabanas estaban inundadas, eran utilizadas para desechar las corrientes de los rios, evitando así remontarlos y seguir el curso de sus numerosas vueltas. Por las aguas sabaneras se marchaba en línea recta y se acortaban los viajes en mas de un cincuenta por ciento. Por ejemplo: de San Fernando a El Yagual se hacía el viaje por el río en unos ocho días y por la sabana el tiempo se reducía a unos tres días y medio. Otro ejemplo: de San Fernando a "El Paso Arauca", por el río, había que coger por el Apure, luego salirse por el caño El Manglar y después remontar el Atamaica para coger el Arauca y llegar a "El Paso Arauca" en tres días aproximadamente; y en cambio por las aguas de las sabanas este viaje podía reducirse a un solo dia. Observen esta diferencia hoy con carretera, que de San Fernando a "El Paso Arauca" se llega en menos de una hora y que de San Fernando a El Yagual se vá en hora y media cómodamente.

Ya he señalado cómo cumplían los que formaban la tripulación de un bongo con sus obligaciones, exponiendo hasta su vida (bueno: en el llano de aquella época los que habitábamos y trabajábamos en el interior viviámos dentro del peligro constante). Observen esta otra situación que se le presentaba al marinero en las noches de lluvia: tenía que irse al bongo y permanecer en él mientras lloviera achicándolo, porque, si asi no lo hacía, lo seguro era que se llenara de agua y se fuera a pique o, cuando menos, se mojara la carga, lo cual constituía una verguenza para una buena tripulación. Hay que tomar en cuenta que en aquella época los aguaceros en Apure eran muy fuertes y de varias horas de duración. Ahora les voy a hablar de cómo se hacía y cómo era la comida en estos viajes en bongo.

Regularmente la comida era carne de res salada, arroz y, como pan, yuca, topocho, plátano y casabe. Eran frecuentes los hervidos de huesos con arroz y la carne frita. Los marineros hacían la comida, pero el patrón, quien ejercía la función de capitán de la embarcación, buscaba la leña, encendía el fuego y hacía el café. El bonguero no usaba las acostumbradas tres "topias" o soportes de tierra o piedra para montar la olla en donde cocinaba, sino que utilizaba un garabato o gancho de madera en forma de ángulo recto al cual le labraba una de sus puntas y la clavaba como estaca en el suelo; de este garabato guindaba el caldero u olla amarrándole un alambre de cada una de sus asas, alambre que quedaba como un semicirculo para esta finalidad. Al terminar la comida el bonguero lavaba caldero y platos y los guardaba en el bongo junto con el garabato mencionado.

Como a algunos de los oyentes les parecerá extraño que en la época de lluvias el bonguero prefiriera los ranchos a las casas existentes en las márgenes de los ríos, les aclaro el por qué de esta preferencia: en los solitarios ranchos se sentía como en su propia casa y sin la molestia de animales domésticos. En los ranchos, en las noches lluviosas, la tripulación y los pocos pasajeros que pudieran ir en la embarcación, se defendían del agua con cobijas de pelo apropiadas para ello y con pedazos de lona, que tendían por encima del mosquitero de tela que los protegia de la plaga (mosquitos) al dormir en sus chinchorros.

Existían ranchos famosos, unos con interesantes leyendas, como el rancho "Los Monos" y el rancho de "La Muerta", el rancho de "Carutico" en una zona en donde abundaban los tigres. Todos estos en las márgenes del rio Arauca. Pero en todos los ríos del Estado Apure abundaban estos sitios utilizados por los bongueros para dormir y hacer comida... A propósito de las comidas: los bongueros salían muy de mañana del lugar en donde habían dormido llevando en el estómago únicamente que el café negro y entre once (11) y doce (12) del día era que se detenían a hacer la comida. Allí en el rancho, a la sombra de los árboles, después de comer, reposaban un poco sobre una cobija que tendía en el suelo y hacía y tomaba el café tinto y transcurría un rato largo que le servía de descanso en las horas mas fuertes del sol. Después de este descanso reanudaba la marcha para detenerse a las cinco (5) de la tarde en donde iba a pasar la noche. Aquí se hacía la cena.

Ya se habrán dado cuenta ustedes que desde la salida en la mañana, posiblemente antes de las seis (6) hasta las cinco (5) de la tarde, se detenían una sola vez: a mediodía a hacer la comida.

Había olvidado decirles que también existían los bongos de "carroza" y ésta consistía en una especie de techo de paja arqueado sobre el bongo. Este techo se afianzaba en las bordas de la embarcación con trozos de bejucos gruesos. La "carroza" protegía del sol y la lluvia a las personas que iban dentro de ella. Una pequeña "carroza" en la parte de atrás de su bongo de "pillote", usaba la señora Petra Sandoval, mujer de recia personalidad dedicada a comerciar embarcado, y en su bongo, debajo de esa "carroza", llegó a dar a luz a algunos de sus hijos, sin alterar su actividad comercial. La señora Sandoval dejó varios hijos, entre ellos Jesús Sandoval y Carmen Sandoval de Del Moral. Todos ellos son personas de responsabilidad como lo fue su madre, que los supo criar con el hábito de cumplir con el deber. Con cierta emoción les habló de esta mujer apureña porque siempre se han mencionado a las mujeres veteranas en un caballo en las faenas de vaquería, tipo doña Bárbara, pero se desconocen estas otras también de acerado coraje, que se dedicaron libremente a la vida en los bongos en la honesta actividad del trabajo.

Les he hablado de los bongos y las canoas, pero había otros transportes fluviales que aparecían de vez en cuando:las piraguas o barcos de vela, que venían de Ciudad Bolíar y los Vapores a chapaleta, estos últimos utilizaban como combustible el fuego de la leña encendida en sus calderas. Los grandes vapores como "El Delta", "El Apure", y "Alianza", navegaban solamente por el río Apure porque era de mayor capacidad esta via fluvial. Por el río Arauca viajaban "El Arauca", "El Boyacá", "El Masparro" y "El Amparo". De estos vapores varios desaparecieron por naufragio, como "Alianza" en el Orinoco y "El Masparro" en el río Apure.

Al entrar las aguas en Apure, o sea al arreciar el invierno, ya en el mes de junio, el llanero cambiaba el caballo por la canoa: sus viajes eran embarcados para todas partes. No habían mas vías que los ríos, caños y las aguas de las sabanas anegadas, que eran centenares de leguas en el Cajón de Arauca, y el único medio de transporte eran las embarcaciones: bongos y canoas. Aquel Apure carecía de carreteras y de pistas de aterrizaje, porque no había carros a motor ni avionetas.

Para los que vivíamos en las costas del río Arauca constituía un gran recurso, para la comunicación con San Fernando, el tráfico de bongos de la capital del Estado hacia lugares del interior, porque podíamos hacerles encargos de cosas que necesitáramos, bien a familiares residentes en San Fernando o a casas comerciales de personas amigas. Lógicamente los elementos que iban en la embarcación eran personas con quienes teníamos vínculos de amistad, y de allí el que cuando nos enterábamos, por el ruido de los remos y los gritos de los marineros, de que venía el bongo, salíamos a la orilla del rio y el favor que ibamos a solicitar lo pedíamos a gritos, mas o menos así: "Mira, chico! Cuando llegues a San Fernando anda a casa de Fulano y le dices que me mande tal o cual cosa!!". Esta embarcación volvía a pasar por el lugar en donde habitábamos unos quince días después. Permaneciamos pendientes de ese día y al oir gritos de marineros y el ruido de los pasos en el bongo, acudiamos a la orilla del río y allí se nos lanzaba la encomienda:

la embarcación no se detenía para evitar la pérdida de tiempo. Dije ya que al entrar el invierno el llanero cambiaba el caballo por la canoa. Por eso los que vivíamos en zonas anegadizas como las de la margen derecha del río Arauca, cogíamos la res que necesitabamos para comer, embarcado. Esta actividad se realizaba de la manera siguiente: regularmente la res pertenecía a los ganados llamados de "rochela", que eran esos rebaños mas, salvajes, que huyen y se esconden en los montes al ver o sentir que se acerca la gente. Cuando estos ganados salian a comer a la sabana límpia o sea sin bosques, uno se iba en la canoa por el lado del monte y sorpresivamente le llegaba al lugar donde se encontraba comiendo con el agua a la costilla o mas arriba. El lote de ganado corría entre el agua hacia el monte de su escondite pero los veteranos llaneros que iban en la canoa, dos de ellos adelante empujando rápidamente la embarcación con las palancas y otro detrás de patrón o timonel con un canalete, velozmente se incorporaban dentro de los animales y enlazaban la res mas gorda y así se iban con el animal enlazado hasta llegar a la parte seca del monte y allí la mataban y la descuartizaban. Pero desde el sitio en donde la habian enlazado hasta el lugar en donde la mataban, regularmente ocurrían momentos de peligro que solamente los veteranos llaneros podían sortear, como reses que furiosas envestían hacia la canoa, en ocasiones enormes toros, y todos los que iban en la embarcación se lanzaban al agua, pero sin soltar al animal apresado.

Quiero hacerles saber que nosotros los Sánchez Olivo éramos de los especialistas del llano en estos trabajos de cazar ganado embarcado. Mi hermano Teodoro era siempre uno de los dos que adelante iban en la canoa impulsándola con las palancas y listos para enlazar las res escogida con la soga que ya se tenía hacia la proa de la canoa; yo siempre era el patrón. Al descuartizar la res toda la carne era echada dentro de la canoa y partíamos con la carga para nuestra casa a donde llegábamos en varias ocasiones ya entrando la noche. En este viaje teníamos que atravesar un brazo del Arauca llamado "El Garzón", que era casi un río, de fuerte corriente y muchos caimanes. Para atravesarlo mi hermano y el otro marinero sacudían las palancas contra la canoa, yo la golpeaba con el canalete y al mismo tiempo tenía que introducirlo en el agua para que la embarcación no perdiera la dirección y no fuera dominada por la corriente: simplemente, cumplíamos todos con nuestro deber de tripulantes y de espantar los caimanes con los golpes en la canoa, pues a estos animales los atraía el olor de la carne fresca. Todo lo hacíamos puede decirse que instintivamente y por el habito de la destreza en el manejo de la embarcación, pues no había tiempo para pensar: había que actuar al instante, rápido, sin titubeos.

Les voy a referir uno de los muchos accidentes dolorosos ocurridos en la navegación por nuestros ríos y que yo recuerde en aquella época de mi vida. El señor Vicente Fernández, dueño del fundo "Santa Marta", ubicado en la margen derecha del río Arauca como a veinte (20) kilómetros mas arriba de la población de El Yagual, salió de dicho fundo en un bongo de su propiedad cargado de queso y cueros de res para San Fernando y en la boca del brazo del río Arauca llamado "El Tuteque" se rompió el "morrocoy", que es una pieza de madera de donde se amarra la espadilla o timón del bongo; la embarcación perdió el control, la fuerte corriente le estrechó contra el barranco y naufragó, pero la tripulación, compuesta por los dos marineros y el patrón, agarraron al Sr. Fernández, que no sabía nadar y a un hijito suyo que lo acompañaba y los llevaron a un tronco de árbol seco que estaba en la orilla del río pero dentro del agua y allí los dejaron agarrados de dicho tronco y luego siguieron a nado a la par del bongo que iba aguas abajo medio sumergido, lo llevaron a la orilla y lo amarraron de una mata en el barranco, salvándose así la embarcación y gran parte de la carga. Cuando volvieron al sitio en donde habían quedado el Sr Fernández y su pequeño hijo, no hayaron ni el tronco de árbol de donde quedaron agarrados....Comprendieron que un caiman se los había llevado... Unos años después unos cazadores de caimanes mataron un enorme caimán y al abrirlo le encontraron en el estómago el reloj de oro y la empuñadura del revólver del Sr. Fernández.

Los naufragios navegando por los ríos apureños eran frecuentes, pero rara vez perecían los tripulantes y pasajeros ahogados, pues eran muy escasas las personas que no sabían nadar y aun cuando podían contarse por centenares de millares los caimanes existentes, no eran muy frecuentes las muertes por tan feroces animales: durante el tiempo de mi vida (veinte años más o menos) transcurrido en aquel medio, creo que no tuve noticias de que los caimanes se hubieran comido mas de diez personas. Ocurría algo muy importante: los habitantes del llano adentro teníamos una noción muy clara del peligro en que vivíamos, nos familiarizábamos con él y se nos desarrollaban el instinto de conservación... Parece mentira: en el llano civilizado de hoy ocurren muchas mas muertes por accidentes de tránsito que en aquel llano atrasado, bárbaro, sin recursos y llevando una vida riesgosa, en donde la muerte acechaba por todas partes.

He narrado todas estas cosas porque considero una necesidad de ustedes, gente joven de mi pueblo apureño y algunos que han venido y han echado raíces aquí con cariño, que ignoran cual fue la vida nuestra hace unas cuantas décadas ya, conocer cómo nos desenvolvíamos hace un tiempo no tan lejano.

Pero hay algo que yo considero de grandísima importancia y por eso quiero destacarlo: la responsabilidad y la lealtad del hombre de nuestro llano aun cuando no era sino un simple obrero que no sabía leer ni escribir. Fijense ustedes cómo cumplía ese hombre con su deber cuando se le ordenaba lanzarce al agua en lugares de fuertes corrientes y sembrados de caimanes y otros peligros para salvar la embarcación que tripulaba: cómo pasaba horas y mas horas de la noche con fuerte lluvia achicándole el agua al bongo para que no se hundiera; cómo en el naufragio del bongo del señor Vicente Fernández los hombres que integraban la tripulación trataron de salvarlo a él primero y luego siguieron a la par de la embarcación semihundida y evitaron que se perdiera ella y su carga...En fin: era admirable la lealtad de estos hombres y su decidida firmeza en el cumplimiento del deber, fieles cumplidores de su responsabilidad.

Mi gran esperanza es que esta responsabilidad, como hemos podido verlo en estos hombres rudos, sencillos, humildes, no desaparezca en sus hijos y nietos, muchos de ellos hoy profesionales universitarios, técnicos, maestros, secretarios. etc. La responsabilidad, la lealtad, el cumplimiento del deber, no pueden ni deben desaparecer y mucho menos en las personas que las han recibido como noble herencia, como fruto de una tradición familiar. Si aquellas personas, humildes y analfabetas, eran unas esclavas del cumplimiento del deber en rudos trabajos y en los cuales se exponía la vida, es inconcebible que entre sus descendientes, que se han cultivado en colegios y universidades, existan hoy irresponsables en el ejercicio de las funciones que les ha correspondido desempeñar y en donde actúan rodeados de todas las comodidades que brinda la vida moderna.

Dejo en los oyentes de este programa estos relatos que son historia viva de este querido Apure nuestro, y al mismo tiempo les dejo también mi mensaje.

Hagamos honor a nuestra raza, que es muy buena, y que nos ha llegado como valiosa herencia de nuestros mayores. Jamás seamos irresponsables y desleales porque sería traicionarnos a nosotros mismos.

Este folleto se terminó de Imprimir a los doce días del mes de Marzo de 1.984 en los Talleres de "Editorial Los Llanos S.R.L" Teléfono: 046-36361

San Juan de los Morros Edo. Guárico- Venezuela

sábado, 13 de abril de 2024

LAS MODAS


 "Los Sombreros Masculinos, Las Modas, El Corset, La Peluca y Los Armadores" 

En 1930 cuando inauguran el nuevo monumento de Simón Bolívar en la plaza que lleva su nombre, los sombreros masculinos tuvieron un gran significado. Los hombres llevaban sombreros para salir a la calle, ya fuera de pajilla o de fieltro. Un hombre sin sombrero era considerado un loco, además era el instrumento preferido para saludar. Quitarse el sombrero el paso de una dama conocida era un signo de buena educación y facilitaba el saludo.
Los sombreros de pajilla eran, como la palabra lo dice, fabricados de paja. Se componían de una copa y el ala. Alrededor de la copa y una cinta negra o de color oscuro que hacía en la parte derecha un lazo. No se acostumbraban las cintas de colores vivos de estilo escocés. Esos eran los que traían esos musius de otras partes. Rodeaba la copa un cordoncillo de sedalina, provisto de un ojal que pasaba por un tono de los botones del paltó, también esto era muy elegante.
Cuando hacía nueva brisa, el cordoncillo cuidaba de que la pajilla no se escapara, cuántas veces un hombre cuyo sombrero había perdido, se veía corriendo por la calle en pos de su pajilla, que iba disparada rodando por el suelo como rueda de bicicleta.
 "Las Modas"
El Corset, la Peluca y los Armadores fueron unas prendas de vestir que atormentó a las mujeres desde lejanos tiempos.
La utilidad del corset consistía en hacer aparecer a las mujeres con talle muy esbelto, cintura extremadamente delgada llamándola "Cintura de Avispa", destacándosele el busto de manera exagerada, complementándola los diversos peinados que le realizaban a las pelucas, además en la forma de vestir utilizaban unos Armadores para robustecer los trajes y lucir mejor las zapatillas estilo Luis XV.
La belleza de la mujer a través de los tiempos ha sufrido muchas transformaciones artificiales. En el siglo pasado, la belleza consistía en la gordura y en los talles delgados, obtenidos a base de estas fajas. Las mujeres cobraban el aspecto de un reloj de arena por el uso de estas prendas fatigosas a modo de meter la barriga. Pero todo sacrificio debía hacerse por la moda.
Grandes hombres de ciencia en todas partes del mundo, escribían sobre el uso de la terrible presión causante a la mujer a sabiendas de los significantes y como todo lo seguían usando y en la actualidad se sigue empleando para meter el mondongo, así es la historia del corset. Ahora bien, hoy en día hasta los hombres los usan para modelar y mantener la figura. A mono arreado ni que lo fajen chiquito.

Autor: Edgar de Jesús Decanio 
Repuntes II EL SAN FERNANDO DE AYER.

martes, 9 de abril de 2024

LA COMERCIALIZACION DE LA PLUMA DE GARZA

 

 

El comercio de la pluma de garza en el llano se conocía en el siglo pasado. Su explotación comenzó en 1884 y desde un principio dio excelentes resultados. La alta burguesia europea la solicitaba como adorno en sus sombreros y en los kepis de los soldados.

Dos garzas fueron condenadas al exterminio para lograr sus hermosas plumas blancas. La garza real o blanca (Casmerodius Albus) garcita blanca o chusmita (Egrreta Thula). Sofisticadamente en Europa lamaban a la primera Aigrette y a la pequeña Crosse: Lo primero traduce del francés penacho y garzota, y la segunda equivale a báculo, aludiendo los rizos u ondulaciones que recuerdan a este simbolo episcopal. Las llaneros entraban con sacos en los garceros, unos para recoger la pluma, que soltaban las aves y otros, para matarlas a tiros, especialmente la pluma de la chusmita, que era más apreciada y también porque la llamada flor en sangre, es decir, aquella que tenía el cañon sanguinolento en su base; tenia un precio mucho mayor, porque se conservaba más tiempo.

Un garcero técnicamente es "Altas concentraciones de garzas y cotuas que se reúnen invariablemente, año tras año en ciertos puntos de la floresta, para realizar el proceso reproductivo". La morada de moda de la garza es de Julio a Noviembre inclusive.

La estadística de su comercialización a fines del siglo pasado hasta 1902 es como sigue:

Año. Can't en K. Valor Libras 

                                      Esterlinas 

1897      2.369             25.810

1898      2.839             20.728

1899      2.534             20.830

1900      5.811             35.882

1901      2.013             10.375

1902      2.476             12.750

Como se puede apreciar, la estadística está referida a libras esterlinas, de lo cual se infiere que la mayor parte de de estas ventas fue a territorio inglés. Es de advertir que todas estas exportaciones lo fueron a través del puerto de Ciudad Bolívar, que era internacional.

En 1903 hubo restricciones para la cacería de las garzas a tiros tanto en Guárico como en Apure, y a esto se sumó la ley del 26 de junio de 1917 sobre recolección y explotación de las plumas y aparecida en la gaceta oficial número 13.193.

Otra estadística, esta vez del Ministerio de Hacienda da cuenta que en el período de 1910 a 1919 se exportaron 13.438.099 kg de pluma por un valor de 10.952.111,02 bolívares y al mejor año para esta explotación fue en 1913, en el segundo trimestre cuando arrojó un peso de 2.172.446 kg con un valor de 2.954.366,30 bolívares. Con razón hubo tanta bonanza durante la explotación del oro blanco de Apure. En este año 1913 la Aigrette se cotizaba en 1.800 bolívares por kilogramo y la Crosse entre 6.000 y 8.000 bolívares por kilogramo. En los últimos años del siglo XIX se situaba en 600 a 800 bolívares las primeras y 1.200 y 1.600 bolívares las segundas. Se depreciaron con la guerra europea a partir de 1914, pero siempre continuó este comercio.


Uno de los vendedores de pluma de garza al momento del auge fue el general José Antonio Briceño, quien había sido edecán de Guzmán blanco (Trujillo, 1841- Maracay 1937). Residía en la llamada Casa Amarilla de San Fernando, donde funcionaba la administración de rentas y la gerencia de la empresa de alumbrado, cuyos dos cargos ejercía hacia 1915 el general Briceño (fue uno de los instaladores de servicio de gas de acetileno en 1909); era una casa grande, de corredores, perteneciente a la familia Mendible y allí, en el patio, Briceño organizó un garcero "por vía de ensayo industrial" que como decía la publicación de la época: "Representaba un excelente estímulo para el desarrollo de la explotación de pluma de garza por un sistema que ofrece perfecta seguridad de buenos proventos..." Decía el general Briceño que con un garcero doméstico las garzas se criaban y multiplicaban sin sin ninguna dificultad, mudan las plumas dos veces al año; la recolección que se desprende del ave se facilita por el limitado espacio del garcero; es más bella, más limpia y sin imperfecciones. Hasta 1915 se amenazó la existencia de los garceros por la matanza de las especies con escopetas, pero este sacrificio fue prohibido porque aparte de exterminarlas .... "extinguiendo una industria productiva...." Se cerraban.. " Los mercados extranjeros a la producción nacional por cuánto en los países consumidores se prohibía con el intento de preservar de crueldades a ciertas clases de aves, la importación de plumas de adorno..." En efecto en Estados Unidos, la sociedad Audubón y el Museo Americano de Historia Natural emprendió una campaña contra la importación de plumas de aves y expresaba en su libro El doctor William T. Hornaday, en 1913, que en Venezuela se mataban las garzas; esta campaña contra el comercio de la pluma incluyó al Congreso Norteamericano, las legislaturas estatales y hasta el Reichstag alemán y el Parlamento Canadiense. Esta campaña surtió sus efectos y se aumentó la vigilancia para evitar la matanza; en el ejemplar garcero doméstico del general Briceño se cosecharon en el año 1916, 450 gramos de pluma. Una relación del jefe civil de San Fernando, Jesús Fernández V. y de la junta de la cual era presidente, acompañado de Nicolás Decanio, Pedro Luis Esté y Celestino Gómez como secretario, en agosto de 1926 informaba de los Garceros del municipio San Fernando: San Pablo de H. Moros (de quinta clase); El Playón de la sucesión Castro Lugo (quinta clase); a quienes mataban las garzas se les penaba duramente e inclusive hubo un caso de un tal Juan moreno, sorprendido disparando en un garcero y fue fusilado incontinente por comisiones oficiales que lo sorprendieron. Otros Garceros conocidos fueron -según Sánchez Olivo- el de los Barbarito en El Encanto, el de los Sánchez Ostos, El de Don Luis Palacio el delato la Esperanza. Las garzas venían a los garceros porque allí estaban más seguras de sus depredadores naturales y del hombre.

El procedimiento consistía en recoger las plumas de los garceros y en el caso de los que las sacrificaban, simulaban con un figurín o espantapájaros que era el cuerpo disecado de una garza. El cazador se escondía en una enramada y cuando las aves descendían, se aprovechaba para disparar. Podía matar hasta 100 en un amanecer o en una mañana.

La chusmita era la más valiosa, como quedó dicho. La pagaban a 8 bolívares el gramo, pero su pequeño cuerpo no alcanzaba sino un gramo de pluma; se caracterizaba por una suave ondulación en la punta; la garza blanca, flor en sangre, tenía un valor de 2 bolívares el gramo y cada garza podía suministrar hasta 8 gramos de pluma promedio. Los grandes comercios de San Fernando adquirían el producto a los cazadores y los exportaban a Europa. Produjo mucha riqueza este infame comercio; se recuerda que en una ocasión llegó un barco a San Fernando por compradores que traían una caja de monedas de oro para pagarlas, porque si circulaba poco los billetes y era tan pesada, que debieron dejarla a la orilla del río, frente al comercio de Ligerón y nadie osó tocarla.

Sin embargo, hubo ecologistas en San Fernando, que en 1915 organizaron una junta que propugnaba la conservación de los garceros.

Las plumas, para su embarque y transporte a Europa, eran colocadas en cajas de zinc con alcanfor, para evitar la polilla, bien soldadas las cajas; cada una de ellas no debía sobrepasar los 5 kg y la pluma no muy ajustada, tampoco muy floja para evitar su maltrato.

A principios del siglo los penachos se cotizaban en Estados Unidos (específicamente en Nueva York) entre 25 y 30 dólares cada onza los pequeños y de 7,50 a 10 dólares las plumas largas. "El precio va en aumento, pues nunca se ofrecen al mercado en grandes lotes. El más costoso de todos los adornos de pluma son los penachos y tienen gran demanda. Algunos de los más raros y bonitos Aigrettes son de Venezuela y se toman de una especie de herón o garza grande..."

Hacia fines de la segunda década de este siglo decayó la comercialización, azotada por la crisis mundial y por la protesta de las nuevas generaciones europeas contra este lujo de la burguesía, reemplazándose por fibras sintéticas. En 1925, el Presidente del Estado Apure Dr.  Hernán Febres Cordero, informa de las medidas adoptadas para frenar la matanza de garzas. Se ordenó sellar en la temporada de recolección de la pluma -los bultos de pólvora, fulminantes y demás materiales de cacería, en las diferentes casas comerciales del estado; en la sola plaza de San Fernando- cita el mensaje de Febres Cordero a la Legislatura Regional- se sellaron 151 kg de pólvora 1682 kg de municiones y 526.349 fulminantes "...Material de cacería destinado en su mayor parte a la matanza de garzas..."; todas las escopetas deberían presentarse ante la autoridad durante el tiempo de dicha cosecha. Informaba el presidente de Apure que en las matanzas de las garzas "...concurrían individuos de todas condiciones y profesiones: unos ejecutando material y directamente el hecho, otros sufriendo medios para realizarlo y no poco sirviendo de intermediarios entre los nómadas de la pampa y los ricos comerciantes de las poblaciones..." a juicio del funcionario gubernamental, las medidas surtieron efecto y "...dejaron sin molestias la rica cosecha de su plumaje a los dueños de garceros y dormitorios..." En plena crisis, en 1932, señala la cámara de comercio de Caracas: "En una época este negocio fue un fue de suma importancia en la vida comercial de San Fernando, siendo esta ciudad hace 10 años uno de los puntos de embarque más importantes del mundo. Esto trajo a San Fernando el periodo más próspero de su historia, pero con la decadencia de esta industria, debido mayormente a los cambios en las modas de sombrero para mujeres, la ciudad sufrió contratiempos cuyos efectos todavía se sienten..."

A la muerte del General Gómez, sus familiares mandaron a traer del hato la Candelaria un lote de 28 cajas de plumas almacenadas, con un peso aproximado a los 548 kg, los cuales depositaron en la casa Barbarito, pero el pueblo conoció esta información, las hizo sacar de allí y las quemó. Se calcula el precio de este lote de plumas en un millón de bolívares.

Así culminó este comercio que enriqueció mucha gente en apure y aumentó las arcas, de por sí llenas, del general Juan Vicente Gómez; con la crisis económica y la extinción del comercio de la pluma, quebraron numerosos establecimientos y se arruinaron muchas opulentas familias.

Autor: Edgar de Jesús Decanio

Repuntes II El San Fernando de Ayer 

Foto Cortesía de la Fundación Decanio, Dama de los años 20 luciendo Plumas de Garza.

Restauración de la foto Alexis Tovar 

jueves, 28 de marzo de 2024

LA QUEMA DE JUDAS EN EL VIEJO CARAMACATE


Autor: Miguel Barrios M 


La tradición de la Quema de Judas en el viejo Caramacate era una actividad folclórica y religiosa de la Semana Santa Caramacateña de la época, y se realizaba por la tarde del domingo de resurrección.

Las damas católicas del momento eran las encargadas de la elaboración del "Judas" caramacateño. Además se encargaban de recolectar entre los dueños de finca para vestir el personaje de la "traición" un sombrero, camisa con mangas largas , un par de alpargatas, correa de cuero de ganado, monedas, una bicicleta, un cuchillo con cubierta, y espuelas.

El “Judas” de la época en el viejo terruño era un muñeco con relleno de "bajero de topocho", hojas secas, y trapos, que aportaban los pobladores.

Los asistentes a la actividad "pueblerina" llegaban en canoas, bongos, bicicletas, caballos, burros y "a pies" de Las Maporas, Turumba, Las Palmitas, Los Arrieros, y algunos de la ciudad de San Fernando. 

Antes de ser quemado era paseado en la bicicleta por los ya fallecidos Juan "Gallito" González o "Perico" Cabanerio (policía) por el vecindario de la época. Una vez cumplido el recorrido era leído su testamento en versos indicando la donación de su vestimenta, la bicicleta, las monedas y todas su pertenencias para los habitantes escogidos. 

El Judas era "guindado" con una soga de cuero de ganado en la rama de un árbol para simular ser ahorcado y posteriormente quemado en presencia de los moradores. Esta costumbre era motivo de fiestas y celebraciones en el viejo Caramacate, se acompañaba de arpa, cuatro y maracas, con "guarapo de fondo" y diferentes bebidas alcohólicas. Además para la damas, adolescentes y chipilines obsequiaban los tradicionales dulces. Tiempos aquellos!!!
 

lunes, 11 de marzo de 2024

EL CAIMÁN DEL PASO CARAMACATE


Autor Miguel Barrios M. 


Don "Catire Viejo" Gonzalez (+) y otros pobladores del antiguo vecindario narraban que el Caño de Caramacate durante décadas formó parte del Río Apure, era navegable, y habían abundantes especies acuáticas tales como peces de diferentes tamaños y colores, reptiles, perros de agua, sauróptidos, toninas, entre otros.


También relataban los viejos pobladores del lugar que existió un caimán negro "chucuto", con una medida aproximada de siete metros, y navegaba entre charcote y el paso del Caño Caramacate.


Refería Don Luis Matías (+) que el caimán en el paso del Caño de Caramacate se alimentaba de becerros, caballos, manadas de burros, perros, y varios borrachos que intentaban cruzar en horas nocturnas el peligroso lugar. Además era un aligátor temible, astuto y malicioso. 


Era una noche lluviosa y oscura para finales del mes Agosto, y en una parranda llanera, de aquellas, en celebración de Santa Rosa y San Ramón en el fundo "El Medano"próximo al Paso del Caño de Caramacate, sin parar el sonido del arpa, cuatro, y maracas, y continuaba incesante el baile llanero, y las terneras a la llanera junto a una manada de pobladores del viejo vecindario que llevaban cuatro días de festejo.


A la media noche del "berrinche campesino" se generó una pugna entre "gallos pelones" Ramón Patirrango, Fernando "Resorte" Ramos (+), el Indio Morales (+) y el "Negro" Unda, quienes fueron expulsados por órdenes de los patrocinadores de la festividad.


Contaba Don Pedro Colina (+), que la junta inseparable de parrandas Ramos y Morales en aquella media noche desafiaron el caimán, e intentaban cruzar el paso del Caño de Caramacate, donde ambos perdieron sus remontas deboradas por el reptil. Los dos infortunados "gallos pelones" fueron rescatados por un bonguero aguas abajo.

sábado, 9 de marzo de 2024

DON TERTULIANO


 Por Orlando Nieves 

Marcos Raúl Rangel Rodríguez, mejor conocido como "Don Tertuliano, nace en San Fernando dé Apure, (en el hospital viejo) un 10 de Enero del año 1973.

Es el menor de los Hijos de Raúl Jiménez y Carmen Rodríguez. Sus hermanas Zoila y Lilia.

Sus hijos son Marisela, Ruth, Violexis(+) , Yanitza y César.

Cuenta Marcos que su infancia fue feliz, en un poblado campesino llamado los algarrobos, aprendiendo las labores propias del campo y haciendo las travesuras de todo muchacho propias de su edad.

En esa infancia feliz aprendió mucho de sus tíos Domingo Jiménez, Angel Laya y José Laya, los que considera sus modelos a seguír.

Siempre dicharachero y echador de bromas inicia sus pasos en contacto 101.5 FM con Lás reflexiones de Don Tertuliano.

Para nadie es un secreto, que Don Tertuliano marcó un momento interesante en el Estado Apure por su manera peculiar de contar chistes. Quizás, escoger esa profesión de humorista, que no es nada fácil sobretodo en el llano dónde no da dividendos económicos, pero como nada está escrito, la misma le llevó a recibir reconocimientos de instituciones públicas y privadas y premios como "El Silbón de Oro", dónde obtuvo el primer lugar. 

Marcos es un hombre carismático y conversador, siempre tiene un cuento, anécdota o chiste que contar, lo que le ha valido el cariño del pueblo Apureño.

Cómo todo ser humano, la vida le ha dado altas y bajas, como la perdida de su hija lo cual lo marcó emocionalmente.

En la actualidad lleva 3 años de casado con María Ascanio, es empleado público (en la gestión del ex Alcalde Armando Arévalo fue Coordinador de cultura de Fumbaifa) y hoy es siervo del Dios altísimo mensajero del evangelio.

Le gusta leer la Biblia y cualquier libro de interés que le permita valorar el respeto, el amor y la bondad entre todos.

"Me inspira toda la creación de Dios porque ahí radica su deidad...Mí legado que mis hijos sigan mí ejemplo y que mí nombre "Don Tertuliano" siga siendo conocido por el buen humor"

Nos dice Don Tertuliano; ...Puedo llenar un anecdotario porque són muchas, una vez iba a viajar y una vieja bruja y que me chequeó y me dijo por dónde vas té vas a encontrar una vieja ganadera que sé vá a enamorar de ti, y en la bomba de la guamita él sombrero me enamoró una señora que vendía café..."

Marcos Rangel, mejor conocido como DON TERTULIANO, es y será siempre reconocido por su buen humor y por ser uno de los pocos artistas que se atrevió en Apure, a hacer reír a la gente como profesión.


Fuente directa: Marcos Rangel "Don Tertuliano 

lunes, 4 de marzo de 2024

LAS BRUJAS EN EL VIEJO CARAMACATE


 

Autor Miguel Barrios M. 


Las creencias en muertos, la sayona, brujas, espantos y pare de contar era un terror en el Caramacate de la época. En el viejo vicindario por allá en los años de la década de los cuarenta daba miedo entrar por las picas, caminos y sabanas en horas nocturnas. 


 Del mismo modo aseguraban que la sayona, la "bola de fuego", el espanto de la "colinera", y el muerto de "la chivera" salían en el vecindario en horas nocturnas para quienes transitaban los caminos y sabanas. Los llaneros usaban como "contras" la "pepa de zamuro", tabaco en rama, cormillos de animales, y collares de azabache para retirar de su camino los almas en pena, brujas, espantos, caimanes, serpientes y todo peligro. 


Contaba Anastacio Márquez (+) que todo comenzó cuando algunas abuelas fueron vistas por algunos pobladores sobrevolando el vendario aquellas noches "veraneras" convertidas en pájaros negros. 


Relataba "catire Viejo" González que los diabólicos personajes convertidos en pajarracos espantosos caían en los techos de las casas a media noche.


 Narraba Don Eladio Viera (+) que la hechicería era pecado y las brujas representaban al demonio, y esas voladoras de la época todas habían fallecido y batallaron para descansar. 


Refería Fernando "resorte" Ramos (+) que era muy común que hasta el vecindario del viejo Caramacate llegaban personas de otros pueblos buscando en las hechiceras curación de complicadas enfermedades, amargas venganzas, y baños mágicos para el amor.


La creencia más aterradora de los caramacateños era que las brujas chupaban la sangre de los bebés recién nacidos o no bautizados. 


Describía el "Indio" Morales (+) que atrapó varios pajarracos en el viejo vecindario, y usaba una tijera, agua bendita, mostaza, y se amarraba de la cintura con una “ soga de cuero”,y rezaba, y así amarradaba las brujas malvadas y perversas.


jueves, 29 de febrero de 2024

LOS BURROS DE DON SERAPIO


Autor Miguel Barrios M. 


En el Caramacate de la época el medio de transporte era fluvial mediante los caños Caramacate y la tapa "La Burra" en invierno y durante el verano en bicicleta, caballos, burros y mulas por caminos, terraplén y picas. Era un paisaje encantador, apacible y puro. 


La pobladores del vecindario realizaban las compras de alimentos al mayor (la llamaban provisión) en la ciudad de San Fernando de Apure. De igual manera llevaban quesos, leche, leña, carbón , estiércol, cosechas, entre otros para la comercialización en la pequeña ciudad capital. 


Don Serapio era propietario de burros de "cargas" adiestrados para tal fin. Se desplazaban en el barro con facilidad y mucha fuerza. En el agua nadaban como peces y en caminos eran trochadores contaba el Nedro Unda un poblador de la zona rural de la época. 


El vertedero de basura de la ciudad estaba ubicado para ese tiempo en el actual mercado municipal, Perimetral Sur en la "Y" de las vías de Caramacate y El Tocal.


Allí llegaba Don Serapio muy temprano con sus burros en busca de desperdicios para sus cerdos, perros y gatos de su propiedad. Casi siempre desayunaba con pan y mortadela encontradas entre la basura. También conseguía ropa usada, enseres del hogar, entre otros objetos. Todo el cargamento encontrado era montado en sus potentes animales de cargas y llevados hasta su residencia en el viejo Caramacate.


Sus fieles compañeros de aventuras y su medio de transporte también se alimentaban de desperdicios en el desagradable vertedero.

martes, 27 de febrero de 2024

LAS PARRANDAS DE DON PANCHITO


 

Autor: Miguel Barrios M. 


En la época del viejo Caramacate las fiestas eran al máximo por su organización y emociones. Por sus creencias religiosas católicas celebraban día de las Mercedes, San Miguel, Santa Rosa y San Ramón, la Cruz de Mayo, Santo Rostro, agua y bautismos, matrimonios, entre otros.


Don Francisco Tovar Añez "Panchito Tovar" propietario del Fundo "Las Mercedes" uno de los patrocinadores de las fiestas que duraban hasta 5 días con arpa, cuatro y maracas. Además de cachapas con marrano, carne asada, sopas, palo a pique y picadillo para todos los invitados.


Se jugaba dado, bolas criolla, y barajas. También riñas de gallos y carreras de caballos. Los borrachos y camorreros eran amarrados en el tronco de un árbol para evitar situaciones violentas.


Los maestros del arpa El Negro Pérez, Arcadio Blanco, Pedro Manuel Colina López , y Julian Sánchez. Los copleros Pedro María Franco , Ramón Díaz, Fernando "Resorte" Ramos, entre otros.


Siempre se contaba con la presencia de los fundadores del Caramacate Victor Hernández, Francisco Valdez, Luis Matías, Ramón Matute, Rafael Acosta, Feliciano Hernández, Jesús Sandoval, José Noriega, Francisco Rangel, Pedro. Colina, Ricardo Barrios, Rafael Castillo, Ramón Vera, Inés Aponte, entre otros.


Las Apuestas que se realizan de juegos, riñas de gallos y carreras de caballos era con Morocotas (monedas de oro) y monedas de plata, ganado, y cosechas. En las fiestas reinaba la alegría, la hermandad y el respeto.


Don "Panchito Tovar" fue un personaje noble, de conducta intachable, trabajador y siempre alegre. Agricultor y ganadero. Casado con Doña Modesta Betancourt. Era como especie de cura en el viejo Caramacate para "bautizar los pobladores con "sobrenombres o alias". Recuerdo algunos como toro con pistola, vaquiro en tropel, caripatua brava, y sayona embarcada. Aprovechaba el ambiente de alegria en las fiestas para informarles personalmente sobre el " bautismo" reciente.


Foto referencial Tenier II. David. Museo Nacional.

viernes, 23 de febrero de 2024

LUIS ORLANDO MATUTE

 


Luis Orlando Matute Pérez, nace en San fdo de Apure un 03 de Marzo de 1.956, en el hospital Dr. Pablo Acosta Ortiz. 

Hijo de doña Julia Carlota Pérez de Matute e Ignacio Guadalupe Matute Olivo, siendo el sexto de ocho hermanos. 

Cursa Estudios de primaria en la Escuela Macgregor de esta ciudad y sus estudios secundarios en la antigua Escuela Técnica Industria San fdo. 

Realizó estudios en lo que en el pasado se le llamó el centro de profesionalización docente El Macaro obteniendo el título de Educador, además es Técnico Contable. En su haber cuenta con Estudios de mercadotecnia en el centro de adiestramiento profesional en la empresa Mavesa.

Ha ejercido los cargos de: Maestro de aula, en la Escuela Simón Gracias Rosales, en Elorza Estado Apure. Administrador de la concesionaria Ford en Apure, Gerente de Crédito y Cobranzas del Grupo Montes en Apure. Formado en el Área policial en la antigua PTJ, siendo allí Investigador, receptor de denuncias y asistente de Operaciones. 

Luego pasa a la policía del Estado, ostentando el rango de Comisario. Allí fue merecedor de reconocimientos y condecoraciones, tales como: Orden al mérito policial, Orden al mérito tránsito terrestre, Cruz de la policía tercera y segunda clase. Orden Don Romulo Gallegos, Orden José Andrés Elorza, Orden Ciudad de San Fernando, reconocimiento de PTJ. 

Cargos policiales :

Instructor de cursos de agentes policiales, dictando la cátedra de Ética Policial. Jefe de Ayudantia, Comandante del Municipio Biruaca, Comandante de la Parroquia El Recreo, Segundo Comandante de Elorza Municipio Romulo Gallegos, Comandante de San Juan de Payara Municipio Pedro Camejo, Comandante de Guasdualito Municipio Páez, Adjunto a la División de Asuntos Internos, Jefe de la División de Inteligencia y Jefe de la División de Acción Comunitaria, último cargo al momento de la jubilación. 

Logrando dejar un legado de todas las actuaciones en ese campo policial.

"Recuerdo que en una oportunidad acompañaba al Comandante Busto, en un recorrido por la ciudad. Y avistamos a un sujeto ya conocido por sus andanzas delictivas. Enseguida me dijo con su tono de voz fuerte y con carácter : - Agarra a ese carajo, lo esposas y lo metes a la patrulla. A lo que yo me atreví a decirle:

 - Comandante, pero si no está haciendo nada. Y en forma airada me contestó :

-Carajo, te dije que lo montaras, al delincuente no hay que dejarlo pensar, tenemos que actuar primeros que ellos y no esperar que cometan el delito. Eso es prevención. Enseguida procedí y monté al sujeto, a quien se le aplicó aquel antiguo Decreto policial de ocho días, por vago y maleantes. 

Cuánta razón tenía el Comandante Busto".

El comisario Matute, como muchos le conocemos, es un hombre proactivo para escribir lo que lo llevó a ser Columnista de opinión y caricaturista, en los Semanarios La Idea, Notillanos, Semana hoy y diario ABC.

En las redes sociales escribe versos de todo tipo y se identifica como el Poeta Jodedor.

Actualmente vive en el Estado Guárico, pero siempre pendiente de su amado Estado Apure.


Fuente directa: Luis Orlando Matute 

 
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