
AVENTURAS Y VIVENCIAS DE UN FORASTERO EN ACHAGUAS. 1952
El llano cuando se conoce en todas sus partes nunca se olvida,
tiene tantos tremedales, como el espinito, como la palma sola y el turpial de
agua. El forastero cuando llega se Amansa y se crece con el medio y a poco es
otro llanero con alpargatas, rueda maduros, tabaco en rama y chaparrito de
guásimo debajo del brazo.
Siente la llanura como un hijo de Achaguas, de El Yagual o de Las Queseras del
Medio, se mezcla tan fácilmente que la Guaricha de noche amarra los perros,
como Marisela, para recibirlo a puerta de tranquero, y más aún cuando la
distancia los separa con sus caños y lagunazos a golpe de remos acorta el
trecho, y mas ágil que el pensamiento hace vibrar sobre la ruta los...