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lunes, 9 de mayo de 2022

LA PLAZA LIBERTAD

 




PLAZA LIBERTAD

 

La Plaza Libertad de San Fernando estaba enclavada exactamente en el centro- norte de la ciudad, ela confluencia de las calles Bolívar  y Comercio, en cruce  con las calles Peñaloza  y Fonseca.     

Durante el  tiempo de su permanencia física, la plaza Libertad fue  escenario obligado para la realización de mítines políticos, reuniones de empleados, estudiantes, deportistas, obreros, bohemios y, lugar obligado tambn, para algunas tertulias sobre asuntos baladíes o inquietudes literarias. Fue escenario de las retretas dominicales, bailes de carnaval, venta de billetes de lotería  de animalitos y lugar donde se efectuaban los sorteos de las mismas. Y, por supuesto, por sus alrededores y en su interior, deambulaban algunos personajes populares en su rutinario peregrinar por las calles de San Fernando: locos, semi locos,  los que se hacían los locos, ciegos y  limosneros.


CONTENIDO FÍSICO DE LA PLAZA.

Plaza Libertad tenia en su interior cuatro avenidas diagonales  en forma de equis (X), las cuales convergían en un centro donde se encontraba un bello pedestal, cuya parte superior remataba con la figura de bronce de la estatua del General Páez, con su rostro firme y la mirada escrutadora, para recordarnos su bravura inagotable y sus heroicas e inolvidables hazañas realizadas por todo el corazón del llano apureño. Estas avenidas, como los alrededores de su parte central, tenían varios bancos de cemento que servían para el solaz esparcimiento de sus asiduos visitantes. Externamente, y separadas por  unas fuertes y hermosas barandas de hierro, tenía cuatro amplias aceras, limitando cada una de ellas con las cuatro calles mencionadas anteriormente. 

Hacia  la parte norte, limitando con la calle Comercio, tenía un quiosco especialmente diseñado y construido para la realización de las retretas.

 

Hacia  la  parte  suroeste,  frente  al  palacio  fonsequero,  había una  pileta casi siempre llena de agua, donde se zambullían  agoreramente cantando,  la exigua fauna avícola de torditos y  cucaracheros.

 

La flora de la plaza estaba  constituida por enormes y frondosas  matas de mango, de mamón, de samán, de almendrón y de merecures. Finalmente, también  frente al  edificio fonsequero había  una  frondosa  mata  de trinitaria, al lado y debajo de la cual  nos  sentábamos eventualmente  para  nuestras dicharacheras tertulias estudiantiles.

 

LOS LÍMITES DE LA PLAZA LIBERTAD.

 

Por el norte franco inmediato, estaba la calle de Comercio, separándola del quiosquito de venta de refrescos de don Rafael Álvarez. (Posteriormente allí se construyó el Hotel  Apure  y, muchos años después, la colosal estatua de Negro Primero). Más hacia el norte estaba la parte de  El  Cañito, donde en verano y desde Ligerón, se daba cita la muchachada de la época para  jugar las partidas de ronda.  Hacia  la  parte  noroeste, diagonalmente se encontraba la tienda de don Jorge Jaua, donde posteriormente estuvo el negocio de Julio Aray.  Hacia la parte noreste, se podía ver  la parte oeste del edificio de los Barbarito y de la placita Independencia

 

Por el este de la plaza y viniendo de norte a sur, estaban: la tienda  de Pedro A. Zoppi , la venta de periódicos y sellado  de José Rafael Estévez, la refresquería de Pedrito Guerrero, la refresquería de Tomás Rengel , el cine London (hoy asiento de la Comercial Kelly) y finalmente el célebre Bar Trina Omaira de grata recordación rara muchas generaciones de apureños. En la diagonal sureste, cruzándose las calles Bolívar y Peñaloza, se encontraba el negocio de Jesús Aponte.

E l Sur franco de la plaza lo dominaba totalmente el palacio fonsequero. Después este edificio fue sede de la Casa de Gobierno,  del  Liceo  "Lazo Martí", y su espacio hoy día forma parte del Paseo Libertador.

Por el oeste y separados por la Calle Fonseca, de norte a sur, se encontraba la tienda de Toufi' Cecín (hoy tienda de Eloy Lugo); la librería de Marcano, la venta y alquiler de bicicletas de "El Sute" Mejías, la casa de familia del matrimonio Rengel-Naar y a su lado la tienda "La Moda,  "que atendía personalmente doña Dalia. (Hoy negocio de Atilio Noguera). Seguía la barbería de don Mateo Naranjo. Después por estos locales estuvieron la barbería de "Matebola", la sastrería de Julio Rodríguez. (Locales que hoy ocupa José Rafael Estévez). Al final, en la esquina, estaba la venta de Fantoches y de El Morrocoy Azul , que luego ocuparon en épocas sucesivas las refresquerías de don Simón Moreno y José Martínez.

 

LAS  FAMILIAS  DE  LOS ALRREDEDORES  DE  LA PLAZA.

La plaza Libertad  tuvo  la  suerte de tener en  sus alrededores inmediatos, la presencia de cuatro bellas familias mu y apreciadas en San Fernando, la Familia Rengel- Naar, como mencioné anteriormente tenia su casa de habitación en todo el frente de una frondosa mata de mamón,  que estaba en el centro lateral oeste de la plaza separada por la calle Fonseca.  La constituían don  Emilio  Rengel y doña Dalia  Naar  de Rengel, con sus hijos Gladys, Emilio, Leobaldo y Neyer.

 

La Familia Rodríguez Hurtado vivía en la diagonal suroeste a  la plaza, en el cruce de las calles Bolívar y Fonseca. Estaba forma da por don Emilio Rodríguez Saintón y doña Teodosia Hurtado de Rodríguez, con sus hijos Emilito, Humberto, Jaime, Aída, Isabel, Hernán, Cristina y Bernardo. En todo el frente ·de los Rodríguez-Hurtado vivía la Familia Moreno, integrada  por don Simón Moreno y Doña Clara de Moreno,  con  su.s  hijos  Clarita, Omaira, Zoraida, Esther, Simón, Antonio y Diosa.

La Familia Rodríguez González, tenía su residencia en la diagonal sureste de la plaza, al lado del negocio de don Jesús Aponte, cruce de las calles Bolívar y Peñaloza. La conformaban Don Gabriel Rodríguez y doña Mercedes González de Rodríguez con sus hijos  Mercedes, Oiga,  Elena, Livia, Tisbeth, Marlene, José Gabriel y Wladimir.     

 

LAS RETRETAS EN LA PLAZA LI BERTAD.

Las retretas se efectuaban todos los domingos  entre las 8 y  las 10 de  la noche, en el quiosco  mencionado anteriormente.  Estas retretas  estaban amenizadas  por  la  Banda  Bolívar del Estado bajo la  batuta  del  maestro José Ángel  Zurita.  Esta Banda contaba entre otros, con los siguientes músicos:

José Francisco  Zurita (Cornetín), José Vicente García  Sumoza (Cornetín),  Olimpo Rondón (Bajo), Aurelio Linares (Contrabajo), Lorenzo Rojas (Clarinete), Luis Bacalao (Clarinete), Ramón Rodríguez (Requinto), Luis Chirinos (Saxofón), Víctor Llovera (Bajo), Ramón Esteban Mendoza (Bombardino).

 

Las chamas de la época asistían a pasear por la plaza, al compás de la música, luciendo sus mejores galas, en tanto que sus padres y otros visitantes alquilaban sillas para oír cómodamente los  compases de los valses, merengues y joropos de la actualidad.

 

Las pavas para ese entonces eran, entre otras: Las Rengel, las Rodríguez, las Espinoza, las Naranjo, las Boggio, las Felice, las Salas, las Ramos, las Aponte, las Estévez, las Ortiz, las Rivas. Otro grupo de chamas que mencionaré más adelante, asistían preferentemente a las retretas de la plaza Bolívar.

 

Los pavos  para  ese entonces  eran: Emilio Rengel, "El Flaco" Mora, los López Luque, los Ort iz, los Brando, los Boggio, los Zoppi, los Felice, los Salas, los Decanio, los Porras, los Abreu, los Mirabal, los Salerno, William Rojas, Carlos Guyón, los Laprea, los Gómez,  los Rivas, etc.

 

LOS PERSONAJES POPULAR ES DE LA PLAZA.

Eran muchos los personajes populares que frecuentaban la plaza, ya para distraerse, ya para distraer, ya "para echar vaina" o pedir limosnas. A la mayoría de ellos les  gustaba que le curucutearan  la  lengua, para  proferir sus respuestas que casi siempre tenían a flor de labios.

 

ZAMURO BLANCO.  (Mattey).  Era gordo, robusto, blanco, de  cara colorada y cabello cano. Él iba especialmente a la plaza y pasaba frente a  los estudiantes con el único fin de que le gritaran i Zamuro Blanco! y él respondía, mas colorado que serio:

La gran puta de tu madre! Pero era mucho más divertido cuando le deletreaban  el sobrenombre as:

Za- mu -  ro-  Blan-  co.  Entonces  con la misma  cadencia  respondía:   La gran - pu- ta- de - tu- ma- dre!

 

PEDRO AR AY.

Pedro Aray era otro pintoresco. Pequeño, trigueño, caminaba medio renco y con la mano izquierda y el dedo índice en alto, tenía varias maneras de comportarse de acuerdo a cada situación. También  paseaba  por  la plaza esperando que le dijeran:

Pedro Aray

Entonces respondía: Pa' cogelo porai!

Pedro Viento!

PA cogémelo contento!

Todo un show!

 

TAMARO PICHE   (El Poeta Ochoa).

Era delgado, menudo, semialto, blanco, cabello .cano también tenía la manía de quitarle la acera a los demás; también le gustaba decirle versos a la muchachitas, quienes siempre le contestaban: poeta  "ramplón'. Todo un  personaje  de  la  plaza.

 

SUTILLO

Sutillo animaba las mañanas y las tardes de la plaza  Libertad con su acordeón entonando las canciones más conocidas de la época. Recibía sus propinas y se iba  para  su casa donde doña Virginia de  Terán.

 

EL NEGRO FRANCISCO

Hablar de la plaza Libertad sin mencionar al Negro Francisco, sería sumamente  injusto.

Bermúdez y yo siempre estábamos pendientes de escuchar su conversación con su vozarrón característico. Era negro, alto, fornido, bembón, y tenía un banco de la plaza casi exclusivo para él, en todo el frente de Trina Omaira. Sus historias eran fantásticas y la mayoría de las veces inventadas por él; casi siempre culminaban  con  un  sonoro  y  estridente: “Se escoñetó”.

 

LA CAMIONETA

Era menuda, trigueña, de andar rápido, siempre huyendo de algo o de alguien, se presentaba por los predios de la plaza en procura de algún dinero o de comida. Era, quizás, la más cenicienta de  todos  los  personajes   que  se acercaban  a  la plaza.

 

LA LOTERIA DE ANIMALITOS

La lotería  de  animales fue  una creación  de don  Marcelo  Laprea , que tuvo mucha aceptación en todos los estratos sociales de San Fernando. Los sorteos se realizaban en la esquina sureste de la plaza, frente a Trina Omaira. Allá llegaba don Marcelo, con su globo previamente preparado y leyendo una por una las bolitas que correspondían a cada animal, las iba introduciendo por la abertura superior de dicho globo", al mismo tiempo que decía:

No. 1.- Águila          2.- Ardita  3.- Burro 4.- Caballo 5.- Caimán  6.- Camaleón 7.- Camello 8.- Cangrejo  9.- Cochino 10.- Conejo  11.- Coporo  12.- Cucaracha  13.- Culebra 14.- Chigüire  15.- Chivo  16.- Elefante  17.- Gallo  18.- Garza  19.- Gato  20.- Lapa 21 .- Lechuza 22.- León  23.- Loro  24.- Mariposa  25.- Mono  26.- Morrocoy 27.- Murciélgo 28.- Oso  29.- Paloma   30.- Pato  31.- Pavo   32.- Perro  33.- Ratón León  34.- Sapo 35.- Tigre  36.- Toro  37.- Vaca 38.- Venado  39.- Zamuro  40.- Zorro.

 

Después  que  alguien  del  público   le daba  varias  vueltas al globo, finalmente  caía    la  bolita  ganadora  y don  Marcelo  exclamaba:  el  No.  3  iBurro!. Entonces  Pedro Aray  salía disparado  por la  calle   Bolívar  rumbo   este, gritando: iLos cogió  el  Burro!

 

Eran vendedores consuetudinarios  de  esta  lotería:  Josefa   Parra,  Clementina,  El  Albino,  la  señora  Colmenares,   Ru Rú , el hombre   de  la  levita  negra.  El billete  de cuatro  fracciones valía un bolívar y  el  primer  premio  del animalito  ganador  pagaba  veinte bolívares.

 

LOS   MITINES   POLÍTICOS    EN    LA  PLAZA    LIBERTAD.

Para los mítines políticos en la plaza, los partidos y los oradores tornaban el quiosco de la retreta y desde allí se iniciaban  candelosos discursos  para la multitud  que asistía a ellos. Cuando los  mítines  era n de Acción Democrática, entonces Luis Omar Cast illo, "El Huracán  de los Llanos", anunciaba: iCompañeros! Ahora oirán ustedes la palabra orientadora de nuestro máximo líder, Juan Salerno Melo! (Aplausos prolongados).

 

Entonces  Juan Salerno tomaba el micrófono, y con voz lenta, llana, pausada y pensante, iniciaba su discurso haciendo las promesas que eran viables para el momento y, luego, casi siempre a la mitad de su discurso decía: ''Ahora, compañeros, yo les voy a echar un cuento: cuando yo estaba pequeño, mi papá siempre me decía·: Juan..." y seguía una larga perorata que también culminaba con prolongados aplausos. Mientras tanto, en el intermedio del mitin, el poeta Luis Melo Olavarría le imprecaba a los copeyanos:

 

 

Pueblo! Blanca es la tarjeta

por la cual has de votar,

para que puedas gozar

de felicidad completa.

Dále con ella en la jeta

al copeyano enemigo;

 que le sirva de castigo

en esta derrota franca,

nuestra alpargatica blanca

como  única  testigo.

Bieeeeeeeeeen! Gritaba la multitud.

 

La voz cantante copeyana la llevaban el profesor César Sánchez Leal y doña Maga de Gamboa; estremeciendo a sus parciales con un lenguaje florido, el primero, y un acento llano y pueblerino, agradable, usado  por doña Maga.

Pero lo más pintoresco de todo esto, es que todos los mítines terminaban a palo y piedras.

Cuando era contra Acción Democrática, el negro Benicio Rodríguez, El Americano", gritaba cantáíto: iPueeeeeeeeeeeblo! nos están saboteando el miiiiiiiiiitin!.

 

Si era contra COPE!, se oía la voz desesperada de Manuel Ar­turo Pérez: iCoño! No nos tiren más piedras!

 

A todos   estos finales los acompañaba un tropel de gente corriendo, mentando madre a diestra y siniestra.

 

AVENTURAS JUVENILES EN  LA PLAZA.

 

La plaza Libertad, Bermúdez y yo urdíamos toda clase de tramoyas  para levantar el billete, como se dice hoy en día, o para levantar diariamente una tostada o una pepsicola.

Le alquilábamos películas a Jesús Aponte y vendíamos las entradas a nombre  o a beneficio del  deporte apureño. Manera de levantar los papeles. Otras veces con Omar Laprea “culo e' Pava" y "Cabo Luis", inventábamos un personajes ficticios llamado Luis González Pérez, y con una lista de personas, algunos contribuyentes, salíamos a recoger dinero para nuestro equipo de beisbol, y lo que sobraba, nos lo repartíamos para  asegurar  nuestros aguinaldos decembrinos.

 

Por esa  escuela de juveniles travesuras fueron alumnos nuestros: '' E I   Socio" Hugo   Laprea,  "El  Charrito"  Bolívar  y  ''Culo é Pava la prea.

Las víctimas? El Negro Fajardo, los de Guasimito, Trina 0maira, los Alí Bus Pey , etc.

 

Pero también solíamos hacer tertulias literarias en torno a personajes históricos: pintores, pianistas, escultores, etc. Éramos críticos de cine, porque analizábamos cada una de las películas que valían la pena, para formarnos conceptos claros de los argumentos y el porq de cada uno de sus guiones.

 

Tal era nuestra popular, querida y siempre recordada plaza Libertad. Muchos de sus asiduos visitantes nos graduamos; otro tomaron diferentes derroteros; otros siguieron  locos o continuaron haciéndose  los locos; otros se los tragó el tremedal;  otros lamentablemente  fallecieron.  Pero  todos, sin  excepción, contribuimos a darle sabor a ese ambiente popular y festivo, por  demás pintoresco que allí se vivía y se respiraba.

 

Agobiada  por el tiempo, por la realidad de algunas soluciones políticas y por el progreso inevitable, bajo el yugo de los taladros eléctricos y de los tractores, le dió paso generacional al actual Paseo Libertador.

 

Allá, plaza  Libertad,  quedaron sembrados algunos de los muchos sueños de José Rafael Páez, de Jesús Boggio, de Peruchito Álvarez, de Carmelo  Milano, de  Néstor Alejandro Miraba!, de Alfredo y Oscar Escalante, de Carlos Manuel Bustamante, de Manuel Gamboa, de Gabriel  Licón, de Juan Carstens, de Rafaél calderón  y  Miguél Ángel Álvarez,  por  la  representación popular sanfernandina.

 

Allá quedaron sembrados también, algunos de los muchos sueños e ilusiones de mis amigos generacionales como: Wistremiro, Rubén. "El Socio'· Hugo, "Cagajón", Guele Sebo", el "Mono Porras", "El Voyayo", "El Raco'' Rincones, "El Cotejo'• Laprea, "El Zurdo" Hernández, ''Manzanita'' Tovar, El "Cuica" José Rafael Vera, etc.

 

Y también quedaron sembrados algunos de los muchos sueños ilusiones adolescentes de:

Bermúdez, yo, Cesarito,

Moya, Arciniegas y Arana,

Juzguen viejos, qué pelitos!

andábamos de  parranda.

 

Como  nos lo describió  nuestro fraterno e inolvidable amigo, el poeta Freddy Melo.

Adiós, bella plaza de recuerdos y ensueños. Moriste: PERO CON LAS BOTAS PUESTAS!


FUENTE:

Remontando el Apure Viejo (Desde 1931 hasta 1952) de Cesar Humberto Ramos

 
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