PLAZA LIBERTAD
La Plaza Libertad de San Fernando estaba
enclavada exactamente en
el centro- norte de la ciudad, ela confluencia de las calles Bolívar y Comercio, en cruce
con las calles Peñaloza
y Fonseca.
Durante el tiempo de su permanencia física, la plaza
Libertad fue escenario obligado para la realización de mítines políticos, reuniones de empleados, estudiantes, deportistas, obreros, bohemios y, lugar obligado también, para algunas tertulias
sobre asuntos baladíes
o inquietudes literarias. Fue escenario de las retretas dominicales, bailes de carnaval, venta de billetes de lotería
de animalitos y lugar donde se efectuaban los sorteos de las mismas. Y, por supuesto,
por sus alrededores
y en su interior, deambulaban algunos personajes populares en su rutinario
peregrinar por las calles de San Fernando:
locos, semi locos, los que
se hacían los locos, ciegos y
limosneros.
CONTENIDO FÍSICO DE LA PLAZA.
Plaza Libertad tenia en su interior cuatro
avenidas diagonales en forma de equis (X), las cuales convergían en un centro
donde se encontraba un bello pedestal,
cuya parte superior remataba con la figura
de bronce de la estatua
del General Páez, con su rostro firme y la mirada escrutadora, para recordarnos su bravura inagotable y sus heroicas e inolvidables hazañas realizadas por todo el corazón del llano apureño. Estas avenidas, como los alrededores de su parte central, tenían
varios bancos de cemento
que servían para el solaz esparcimiento de sus asiduos visitantes.
Externamente, y separadas por unas
fuertes y hermosas barandas de hierro, tenía cuatro amplias aceras, limitando
cada una de ellas con las cuatro calles mencionadas anteriormente.
Hacia la parte norte, limitando con la calle
Comercio, tenía un quiosco especialmente diseñado y construido para la
realización de las retretas.
Hacia la
parte suroeste, frente
al palacio fonsequero,
había una pileta casi siempre
llena de agua, donde se zambullían agoreramente
cantando, la exigua fauna avícola de
torditos y cucaracheros.
La flora de la plaza
estaba constituida por enormes y frondosas matas de mango, de mamón, de samán, de
almendrón y de merecures. Finalmente, también
frente al edificio fonsequero había una
frondosa mata de trinitaria, al lado y debajo de la cual nos sentábamos
eventualmente para nuestras dicharacheras tertulias
estudiantiles.
LOS LÍMITES DE LA PLAZA
LIBERTAD.
Por el norte franco inmediato, estaba la calle de Comercio,
separándola del quiosquito de venta de refrescos de don Rafael Álvarez. (Posteriormente
allí se construyó el Hotel Apure
y, muchos años después,
la colosal estatua de Negro Primero).
Más hacia el norte estaba la parte de
El
Cañito, donde
en verano y desde Ligerón, se daba cita la muchachada de la época para
jugar las partidas de ronda. Hacia la parte
noroeste, diagonalmente se encontraba la tienda de don Jorge Jaua,
donde posteriormente estuvo el negocio de Julio Aray. Hacia la parte noreste, se podía ver la parte oeste del edificio de los Barbarito
y de la placita Independencia
Por el este de la plaza y viniendo de norte a sur,
estaban: la tienda
de Pedro A. Zoppi , la venta de periódicos y sellado de José Rafael Estévez,
la refresquería de Pedrito Guerrero,
la refresquería de Tomás Rengel , el cine London (hoy asiento de la Comercial Kelly) y finalmente el célebre Bar Trina Omaira
de grata recordación rara muchas generaciones de apureños. En la diagonal sureste,
cruzándose las calles Bolívar y Peñaloza, se encontraba el negocio de Jesús
Aponte.
E l Sur franco de la plaza lo dominaba totalmente el palacio fonsequero. Después este edificio
fue sede de la Casa de Gobierno,
del
Liceo
"Lazo Martí", y su espacio hoy día forma parte
del Paseo Libertador.
Por el oeste y separados por la Calle Fonseca, de norte a sur, se encontraba la tienda de Toufi' Cecín (hoy tienda
de Eloy Lugo); la librería de Marcano, la venta y alquiler de bicicletas de "El Sute" Mejías, la casa de familia
del matrimonio Rengel-Naar y a su lado la tienda "La
Moda, "que atendía personalmente doña Dalia. (Hoy negocio de Atilio Noguera). Seguía la barbería de don Mateo
Naranjo. Después por estos locales
estuvieron la barbería
de "Matebola", la sastrería
de Julio Rodríguez. (Locales que hoy ocupa José Rafael Estévez).
Al final, en
la esquina, estaba la venta de Fantoches
y de El Morrocoy Azul , que luego ocuparon en épocas sucesivas
las refresquerías de don Simón Moreno y José Martínez.
LAS FAMILIAS
DE
LOS
ALRREDEDORES DE LA PLAZA.
La plaza Libertad
tuvo
la
suerte de tener en sus alrededores inmediatos, la presencia de cuatro bellas familias mu y apreciadas en San Fernando, la Familia Rengel-
Naar, como mencioné
anteriormente tenia su casa de habitación en todo el frente
de una frondosa mata de mamón, que
estaba en el centro lateral oeste de la plaza separada por la calle Fonseca. La constituían don Emilio Rengel y doña Dalia Naar de Rengel,
con sus hijos Gladys,
Emilio, Leobaldo y Neyer.
La Familia Rodríguez Hurtado vivía en la diagonal suroeste a la plaza, en el cruce de las calles Bolívar y Fonseca. Estaba forma da por don Emilio
Rodríguez Saintón y doña Teodosia Hurtado de Rodríguez,
con sus hijos Emilito, Humberto, Jaime, Aída, Isabel,
Hernán, Cristina y Bernardo. En todo el frente ·de los Rodríguez-Hurtado vivía la Familia Moreno,
integrada por don Simón Moreno
y Doña Clara de Moreno, con
su.s hijos Clarita, Omaira, Zoraida, Esther, Simón,
Antonio y Diosa.
La Familia Rodríguez González, tenía su residencia
en la diagonal sureste de la plaza,
al lado del negocio de don Jesús Aponte, cruce
de las calles Bolívar y Peñaloza. La conformaban Don Gabriel Rodríguez y doña Mercedes
González de Rodríguez
con sus hijos
Mercedes, Oiga, Elena,
Livia, Tisbeth, Marlene,
José Gabriel y Wladimir.
LAS RETRETAS
EN LA PLAZA LI BERTAD.
Las retretas se efectuaban todos los domingos entre
las 8 y las 10 de la noche, en el quiosco mencionado
anteriormente. Estas retretas estaban
amenizadas
por
la
Banda
Bolívar
del
Estado bajo la batuta del maestro
José Ángel Zurita. Esta Banda contaba entre otros, con los siguientes músicos:
José Francisco Zurita
(Cornetín), José Vicente García Sumoza
(Cornetín), Olimpo
Rondón (Bajo), Aurelio Linares (Contrabajo), Lorenzo Rojas
(Clarinete), Luis Bacalao
(Clarinete), Ramón Rodríguez (Requinto), Luis Chirinos
(Saxofón), Víctor Llovera (Bajo), Ramón Esteban Mendoza (Bombardino).
Las
chamas
de la época asistían a pasear por la plaza, al compás
de la música, luciendo sus mejores galas, en tanto que sus padres y otros visitantes alquilaban sillas para oír cómodamente los compases de los valses,
merengues y joropos
de la actualidad.
Las pavas para ese entonces eran, entre otras: Las
Rengel, las Rodríguez, las Espinoza, las Naranjo, las Boggio, las Felice, las Salas, las Ramos, las Aponte, las Estévez,
las Ortiz, las Rivas. Otro grupo de chamas que mencionaré más adelante, asistían preferentemente a las retretas
de la plaza Bolívar.
Los pavos para
ese entonces eran: Emilio Rengel, "El
Flaco" Mora, los López Luque, los Ort iz, los Brando, los Boggio, los Zoppi, los Felice, los Salas, los
Decanio, los Porras, los Abreu,
los Mirabal,
los Salerno, William Rojas, Carlos Guyón, los Laprea, los Gómez, los Rivas, etc.
LOS PERSONAJES POPULAR ES DE LA PLAZA.
Eran muchos los personajes populares que frecuentaban la plaza, ya para distraerse, ya para distraer, ya "para echar vaina" o pedir limosnas. A la mayoría de ellos les gustaba que le curucutearan la lengua, para proferir sus respuestas que casi siempre tenían a
flor de labios.
ZAMURO BLANCO. (Mattey). Era gordo, robusto, blanco, de cara colorada y cabello cano. Él iba especialmente a la plaza y pasaba frente a los
estudiantes con el único fin de que le gritaran
i Zamuro Blanco!
y él respondía, mas colorado que serio:
La gran puta de tu madre! Pero era mucho más divertido cuando le deletreaban el sobrenombre as:
Za- mu - ro- Blan-
co.
Entonces
con
la
misma cadencia respondía: La gran - pu- ta- de - tu- ma- dre!
PEDRO AR AY.
Pedro Aray era otro pintoresco. Pequeño,
trigueño, caminaba medio renco y con la mano izquierda
y el dedo índice en alto, tenía varias maneras
de comportarse de acuerdo a cada situación. También paseaba por la plaza esperando que le dijeran:
Pedro Aray
Entonces respondía: Pa' cogelo porai!
Pedro Viento!
PA cogémelo contento!
Todo un
show!
TAMARO PICHE
(El Poeta Ochoa).
Era delgado, menudo,
semialto, blanco, cabello
.cano también tenía la manía de quitarle
la acera a los demás;
también le gustaba
decirle versos a la muchachitas, quienes siempre le
contestaban: poeta "ramplón'. Todo un personaje de la plaza.
SUTILLO
Sutillo animaba las mañanas
y las tardes de la plaza Libertad con su acordeón entonando las canciones más conocidas de la época.
Recibía sus propinas y se iba
para su casa donde doña Virginia de Terán.
EL NEGRO FRANCISCO
Hablar de la plaza Libertad
sin mencionar al Negro Francisco, sería sumamente injusto.
Bermúdez y yo siempre
estábamos pendientes de escuchar su conversación con su vozarrón característico. Era negro, alto, fornido, bembón,
y tenía un banco de la plaza casi exclusivo
para él, en todo el frente de Trina
Omaira. Sus historias
eran fantásticas y
la mayoría de las veces inventadas por él; casi siempre culminaban con un
sonoro
y estridente: “Se escoñetó”.
LA CAMIONETA
Era menuda, trigueña, de andar rápido, siempre
huyendo de algo o de alguien,
se presentaba por los predios
de la plaza en procura
de algún dinero o de comida. Era, quizás, la más cenicienta de todos
los
personajes que se acercaban
a
la plaza.
LA LOTERIA DE ANIMALITOS
La lotería
de
animales
fue una creación de don
Marcelo Laprea , que tuvo
mucha aceptación en todos los estratos sociales de San Fernando. Los sorteos se realizaban en la esquina
sureste de la plaza, frente
a Trina Omaira. Allá llegaba
don Marcelo, con su globo previamente preparado y leyendo
una por una las bolitas que correspondían a cada animal, las iba introduciendo por
la abertura superior de dicho globo", al mismo tiempo que decía:
No. 1.- Águila 2.- Ardita 3.- Burro 4.- Caballo 5.- Caimán 6.- Camaleón 7.- Camello 8.- Cangrejo 9.- Cochino 10.- Conejo 11.- Coporo 12.- Cucaracha 13.- Culebra 14.- Chigüire 15.- Chivo 16.- Elefante 17.- Gallo 18.- Garza 19.- Gato 20.- Lapa 21 .- Lechuza 22.- León 23.- Loro 24.- Mariposa 25.- Mono 26.- Morrocoy 27.- Murciélgo 28.- Oso 29.- Paloma 30.- Pato 31.- Pavo 32.- Perro 33.- Ratón León 34.- Sapo 35.- Tigre 36.- Toro 37.- Vaca 38.- Venado 39.- Zamuro 40.- Zorro.
Después
que
alguien
del
público le daba
varias
vueltas al globo,
finalmente
caía la bolita ganadora
y
don
Marcelo
exclamaba:
el
No.
3 iBurro!. Entonces Pedro
Aray salía disparado por la calle Bolívar
rumbo
este, gritando: iLos cogió el Burro!
Eran vendedores
consuetudinarios
de
esta
lotería:
Josefa
Parra, Clementina, El Albino,
la
señora
Colmenares, Ru Rú , el hombre de la levita negra. El billete
de cuatro fracciones valía un bolívar y
el
primer
premio
del animalito
ganador
pagaba
veinte bolívares.
LOS MITINES POLÍTICOS EN LA
PLAZA LIBERTAD.
Para los mítines políticos en la plaza, los partidos
y los oradores tornaban el quiosco de la retreta
y desde allí se iniciaban candelosos discursos para la multitud
que asistía a ellos. Cuando
los mítines era
n de Acción Democrática, entonces Luis Omar Cast illo,
"El Huracán de los Llanos", anunciaba: iCompañeros! Ahora oirán ustedes la palabra orientadora de nuestro máximo
líder, Juan Salerno Melo! (Aplausos
prolongados).
Entonces
Juan Salerno
tomaba el micrófono, y con voz lenta, llana,
pausada y pensante, iniciaba su discurso haciendo
las promesas que eran viables para el momento y, luego,
casi siempre a la mitad de su discurso decía: ''Ahora, compañeros, yo les voy a echar un cuento: cuando
yo estaba pequeño,
mi papá siempre
me decía·: Juan..." y seguía una larga perorata que también culminaba con prolongados aplausos. Mientras tanto, en el intermedio del mitin, el poeta Luis Melo Olavarría
le imprecaba a los copeyanos:
Pueblo! Blanca
es la tarjeta
por la cual has de votar,
para que puedas gozar
de felicidad completa.
Dále con ella en la jeta
al copeyano
enemigo;
que le sirva de castigo
en esta derrota franca,
nuestra alpargatica blanca
como
única
testigo.
Bieeeeeeeeeen! Gritaba la multitud.
La voz cantante copeyana
la llevaban el profesor César Sánchez Leal y doña Maga de Gamboa;
estremeciendo a sus parciales con un lenguaje
florido, el primero,
y un acento llano y pueblerino, agradable, usado por doña Maga.
Pero lo más pintoresco de todo esto, es que todos los mítines terminaban a palo y piedras.
Cuando era contra Acción Democrática, el negro Benicio
Rodríguez, El Americano", gritaba cantáíto: iPueeeeeeeeeeeblo! nos están saboteando el miiiiiiiiiitin!.
Si era contra COPE!, se oía la voz desesperada de Manuel
Arturo Pérez: iCoño! No nos tiren más piedras!
A
todos estos finales los acompañaba
un tropel
de gente corriendo, mentando madre a diestra
y siniestra.
AVENTURAS JUVENILES EN
LA PLAZA.
La plaza Libertad, Bermúdez y yo urdíamos toda clase de tramoyas para levantar el billete, como se dice hoy en día, o para
levantar diariamente una tostada o una pepsicola.
Le alquilábamos películas
a Jesús Aponte y vendíamos las entradas
a nombre o a beneficio del deporte apureño. Manera
de levantar
los papeles. Otras veces con Omar Laprea
“culo e' Pava" y "Cabo Luis", inventábamos un personajes ficticios
llamado Luis González
Pérez, y con una lista de personas, algunos contribuyentes, salíamos a recoger
dinero para nuestro
equipo de beisbol, y lo que sobraba, nos lo repartíamos para asegurar nuestros aguinaldos decembrinos.
Por esa escuela
de juveniles travesuras fueron alumnos
nuestros: ''
E
I
Socio"
Hugo Laprea, "El Charrito" Bolívar y ''Culo é Pava '· la prea.
Las víctimas? El Negro Fajardo, los de Guasimito, Trina 0maira, los Alí Bus Pey , etc.
Pero también solíamos hacer tertulias literarias en torno a personajes históricos: pintores, pianistas, escultores, etc. Éramos
críticos de cine, porque analizábamos cada una de las películas que valían la pena, para formarnos conceptos
claros de los argumentos
y el porqué de cada uno de sus guiones.
Tal era nuestra
popular, querida y siempre recordada
plaza Libertad. Muchos de sus asiduos
visitantes nos graduamos; otro tomaron diferentes derroteros; otros siguieron
locos o continuaron haciéndose los locos; otros se los tragó el tremedal; otros lamentablemente fallecieron. Pero todos, sin excepción, contribuimos a darle sabor a ese ambiente popular
y festivo, por demás pintoresco que allí se vivía
y se respiraba.
Agobiada por el tiempo,
por la realidad de algunas
soluciones políticas y por el progreso inevitable,
bajo el yugo de los taladros eléctricos y de los tractores, le dió paso generacional al actual Paseo Libertador.
Allá, plaza
Libertad, quedaron
sembrados algunos
de los muchos sueños de José Rafael Páez, de Jesús Boggio, de Peruchito Álvarez, de Carmelo
Milano, de Néstor Alejandro Miraba!,
de Alfredo y Oscar Escalante, de Carlos Manuel Bustamante, de Manuel Gamboa,
de Gabriel Licón, de Juan Carstens, de Rafaél calderón y Miguél Ángel Álvarez,
por
la
representación
popular
sanfernandina.
Allá quedaron sembrados también,
algunos de los muchos sueños e ilusiones
de mis amigos generacionales
como: Wistremiro, Rubén. "El
Socio'· Hugo, "Cagajón", Guele Sebo", el "Mono Porras", "El Voyayo", "El Raco'' Rincones, "El Cotejo'• Laprea, "El Zurdo" Hernández, ''Manzanita'' Tovar, El "Cuica" José Rafael Vera, etc.
Y también
quedaron sembrados algunos
de los muchos sueños ilusiones adolescentes de:
Bermúdez, yo, Cesarito,
Moya, Arciniegas y Arana,
Juzguen viejos,
qué pelitos!
andábamos de parranda.
Como nos lo describió nuestro fraterno
e inolvidable amigo, el poeta Freddy Melo.
Adiós, bella
plaza de recuerdos
y ensueños. Moriste: PERO CON LAS BOTAS PUESTAS!
FUENTE:
Remontando el Apure Viejo (Desde 1931 hasta 1952) de Cesar Humberto Ramos
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