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viernes, 20 de diciembre de 2019

PANCHO ÁVILA







El vástago sin racimo.
Hay ritmos que dan pauta a la vida de un hombre; hay hombres que tienen que aguardar con paciencia, a la sombra de su personalidad, la critica, la chanza y el combate con una dureza tal que no se merecen porque la actitud que demuestran es parte de su vida misma; Esos hombres tienen constancia y fuerza de ánimo por todos los caminos de su diario transitar.

En nuestro llano esa reciedumbre de conducta
se conoció en los hombres de a caballo, campeando animales cerreros en los días como en las noches por las sabanas abiertas, sin medir el peligro que en cada trillo pudiera presentársele. En estas páginas quiero remembrar a un hijo de esa llaneridad, celoso con lo que el representaba y delicado con sus vivencias, tanto en el baile como en el arpa.

(...).Pues bien, este personaje a quien quiero referirme se llamaba Pancho Ávila, aquel viejo que conocí desde niño y nacido un 12 de septiembre de 1.902 en el fundo "La Fortuna" al sur de la Achaguas vieja, alto de estatura, flaco y con su sombrero pelo é guama inclinado hacia un lado que nunca se quitaba, muy cantador él en los bailes de arpa, pero que sus bambas o versos nunca rimaban. Por este detalle de no rimar se hizo Pancho Ávila muy popular en las calles de la Achaguas de ayer era muy común oírse esta expresión : "Están como los versos de Pancho Ávila, no pegan", es decir que no rimaban.

Sí, sus versos tenían sentido, tenían inspiración, tenían fundamento y razón, pero nunca tenían rima y esto era causa para la risa del mundo que le circundaba para el momento de su canto. Era un Achaguense simpático como muy pocos, extremadamente serio, pero agradable de trato, un llanerazo en todo el sentido de la palabra (...). Así era este viejo agradable, nació para no desaparecer del recuerdo de su pueblo, por su elocuencia, por la seriedad de su canto sin importarle las críticas ni las risas de los oyentes; era su mundo que avivaba la naturalidad con su personalidad, creyó en lo que cantó, con su lenguaje llano sin dejar de ser inteligente.

Este hijo de Achaguas callo su voz a los 68 años el 16 de junio de 1.970 en Achaguas, su Achaguas sin rima que le brindo atención a lo que su canto alocado decía. Si quieren saber algunos versos del viejo cantor llanero Pancho Ávila, que aún recordamos los hijos de la Achaguas de ayer, aquí van unos.

Cuando mi mamá me parió
Me parió en un topochar
Por eso a mí me llaman
El vástago sin racimo.
En ese fondo del mar
Suspiraba una ballena
y en el suspiro decía
Sáquenme porque me ahogo.

FUENTE:
Tomado el libro "Hijos de Achaguas"
REMEMBRANZAS I   de Edgard Celis González (Curríto) 
Publicado en la página del Señor Fernando Magallanes en Facebook

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