JOSE ELIAS
RUIZ
“TROVA,
GUITARRA Y RELOJERÍA”
BREVÍSIMO
INTROITO.-
Cuando se
escriba la antología musical y poética de nuestro pueblo (tarea pendiente para
este escribiente) por obligatoriedad y contumelia se tendrá que incluir en el
importante compendio bibliográfico el nombre y la trayectoria del
araucano-guasdualiteño José Elías Ruiz, un andariego Espinel llegado a
Guasdualito a mediados del siglo pasado en plena mocedad de vida, pueblo que lo
arrogó en su seno haciéndolo un hijo más de la tierra sacramental alto apureña.
SÍNTESIS DE
VIDA.-
Asoma al mundo
este virtuoso ser humano hijo de doña Luisa Ruiz el 10 de septiembre de 1926 en
la vecina población de Arauca, capital (para ese entonces) de la intendencia
con el mismo nombre. Luego de una infancia y adolescencia sosegadas que
pudieran ser llamadas estaciones de su cultivo musical con el grupo tropical de
Arauca, deja su lar nativo para trascender fronteras y realizar estudios
avanzados en la Escuela Técnica Polimex (Distrito Federal, México) en donde
obtiene el 16 de enero de 1957 el título de Técnico en Relojería.
Se inicia en
la labor de los guardatiempos casi de inmediato. Ya residenciado en Guasdualito
inicia tareas en la oficina de la línea Aeropostal, alternando el oficio con la
técnica del péndulo. Al servicio de la empresa aérea se mantendría activo
durante veintisiete años, ganándose el sustento con dignidad y responsabilidad.
De carácter extrovertido va magnetizando y granjeándose valiosas amistades con
las cuales cruza lazos indelebles de hermandad y afecto, guasdualiteños de
rancia prosapia como Elubia Escobar, Aldo Márquez, Rigo Neiva, Coca Dugarte y
Fanny González pueden dar crédito de la honorabilidad de este ser humano.
En una época
de romanticismo popular, el virtuoso biografiado desarrolla en su nueva comarca
sus conocimientos musicales ganándose la admiración por su ejecución magistral
de la guitarra española. No sería exagerar el afirmar que: no hubo ventanales
de aquel pueblo rural con calles maquilladas con alquitrán en donde no se
escucharan las melodías armónicas de su fídicula, sirviendo de marco a las
serenatas de sus compañeros de rondas.
Una anécdota muy llamativa es la
oportunidad cuando don Guillermo Gutiérrez, hombre visionario y de avanzada,
encargado de la instalación de la primera planta eléctrica, y que compartía con
Ruiz la afición por las seis cuerdas, le comisiona para que le comprara en unos
de sus viajes a Bogotá una guitarra Tatay, lo cual a efecto haría el
encomendado. El instrumento cordófono de Gutierrez lo conserva su hija, quien
gentilmente nos envía la foto que aparece como ilustración a la publicación;
de
la guitarra de Elías Ruiz seria el lioso Sarare en su celo iracundo quien la
raptaría con sus manos acuáticas llevándola a navegar por vías dulces lejos de
su pesaroso ejecutante.
En cuanto a
lo familiar y otros aspectos de importancia, sería flechado por la joven Ninfa
Stella Murzi Matus, luego de un breve noviazgo pide a los padres de la damisela
la autorización para llevarla al altar,de esta unión nacerían: Nigme Soraya,
Jenny Marisol y José Rafael, siendo la trilogía el reflejo de los principios y
valores inculcados por sus progenitores.
Otro aspecto importante de destacar es
su participación junto al Catire Escobar y el renco Alejo López en los famosos
carnavales de Guasdualito, tradición que mantuvieron viva por varias décadas, y
en la que sanamente se disfrutaba del baño de agua, la saladera y la bandera
roja, partiendo la comparsa carnestolenda desde la casa de la reina de siempre
Elubia Escobar. Transitan los años y con ellos el arribo de la edad del retiro,
sin embargo,Elías se mantuvo vigente hasta sus últimos días, con inspirado
vigor se le observaba recorrer a ritmo lento las calles del pueblo en su
bicicleta rally, silbando melodías y recordando en cada esquina vivencias y
reminiscencias. Un 10 de septiembre del año 2018 (el día de su cumpleaños) al
cumplir noventa y dos abriles ocurre lo ineludible e inescrutable para todo
mortal, entrega su aliento de vida el trovador, serenatero y relojero Elías
Ruiz, quedando para la posteridad su digno ejemplo de vida. A su honra y al
recuerdo de su guitarra Tatay anexo este soneto:
A LA
GUITARRA DE ELIAS
(1)
Mujer
encarnada en forma de guitarra
con
sugestivas ondulaciones eróticas,
de admirable
inteligencia diatónica
con acústica
que al silencio desgarra.
(2)
Primogénita
de los nervios de la fídicula,
que
paralelos a un mundo de resonancia
vibran en
eco serpental y altisonancia,
emitiendo
ondas musicales en partículas.
(3)
Sensual
ciudad con moradas musicales
construida
por la destreza del luthier,
barnizada
con linóleos sentimentales.
(4)
Andaluza
sensible que al anochecer
me
transporta a orbes tan subliminales,
de los que
regreso en vago amanecer.
ALJER CHINO
EREÚ.-.
Fecha: jue
23 de enero de 2020
Hora: 01.05
pm
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