REDES SOCIALES

lunes, 29 de junio de 2020

PROLEGÓMENO SOBRE EL PERIODISMO IMPRESO EN GUASDUALITO



Centro Lazáro Hernádez,
primer guasdualiteño en obtener
el titulo de periodista en la UCV.

PROLEGÓMENO SOBRE EL PERIODISMO IMPRESO EN GUASDUALITO


Por: ALJER

A Guasdualito llegue
a escribir sin escritura,
aquí me dijo la luna
aquí me dijo el lucero:
aquellos tiempos se fueron
recuérdalos con tu pluma.

Sobre la actividad periodística impresa en Guasdualito durante el siglo pasado es meritorio hacer referencia, ya que como concepto fundado en la compilación y observación de la información en cualquiera de sus convenciones, exposiciones y variedades, este ejercicio informativo ha contribuido de una forma u otra a la inclusión de la colectividad guasdualiteña en la estructura socio cultural, sirviendo de exponente de sus demandas informativas y aspiraciones de avance. Quizás no en forma regular pero si en la alternancia de nuestra contemporaneidad el llamado Cuarto Poder ha estado presente, ya para inicios del siglo XX un grupo de comerciantes visionarios venidos de Cúcuta y San Cristóbal en
compañía de algunos ganaderos locales vieron con beneplácito la creación de un impreso local que recogiera los aconteceres cotidianos del entonces apartado villorrio conocido como Guasdualito. Logrado el consentimiento del clérigo agustino Daniel Delgado, sería el 08 de enero de 1903 cuando aparece la gaceta “La Voz del Sarare”, como primer gacetillero seria el mismo Delgado, quien en una síntesis bien sucinta expondría lo siguiente: “El pueblo en sí es el más importante del contorno, en consideración a que carga a su espalda una acumulación histórica de trascendencia”. Agregaría al contenido una somera descripción del poblado: en cuanto a las casas o moradas son de construcción liviana, cuyo elemento principal es el vetiver, calles donde se observan empalizadas y mangas de bambú o alambre de púas, lo que delata la presencia del ganado rielagengo, posee una pequeña iglesia sosegada y espaciosa para cubrir imperiosa necesidad. (Delgado: 112). El manuscrito tendría circulación mensual hasta 1910.


Desde aquella culminación periodística franquearían seis años para que en 1916 surgiera el manuscrito “Ecos de Páez”, este nuevo armónium seria promovido por la municipalidad encabezada por Anastasio Sánchez (presidente) Natividad Espinoza (procurador) Silverio Agüero (vocal) siendo secretario Víctor Terán. Impreso en la capital del Táchira, el hebdomadario tendría una total aprobación, allí tuvieron cabida opinadores de distintos sectores incluyendo los que adversaban al caudillo presidente Juan Vicente Gómez, a baja voz se comentaba que desde el Arauca y el Casanare algunos intelectuales venezolanos refugiados del otro lado del río, con seudónimos alegres y menudos eran los autores de las puntas de lanzas escritas contra el dictador. El boticario Agüero expondría en el diario lo siguiente: “La vía de San Camilo es el terror de los comerciantes de ganado, pues ha devorado capitales inmensos y como una inmensa boa seguirá devorándolos si el gobierno no remedia esta situación”. Esta afirmación escrita concordaba con el informe de la municipalidad en donde se expresaba que aproximadamente el 10% de la carga vacuna hacia la villa de La Concordia perecía en el angustioso trayecto por recuas infernales.

Llegaría el 19 de junio de 1921, y con la fecha el dantesco ataque a Guasdualito encabezado por el doctor Roberto Vargas (El Tuerto), secundado por los generales Fermín Toro, Emilio Arévalo Cedeño y Pedro Pérez Delgado (Maisanta) entre otros alzados, cuya utópica visión quedaría cegada definitivamente con la derrota impuesta por los bizarros soldados acuartelados al mando de los generales Pulgar, Giménez y Ramírez. Para la fecha circulaba mensualmente el diario “El Sol” a cargo del padre Francisco Contreras, el religioso luego de la batalla estamparía una crónica sobre el suceso, quizás lo más real y vivido, que demuestra fidedignamente lo cruento de aquella carnicería humana, expondría en el periódico lo siguiente: ese día será el más recordado hasta el final de la historia de este pueblo, lo mas bárbaro y violento que podrían ver mis importunados ojos…el saldo: 200 muertos, más de 100 heridos y un pueblo totalmente hecho muerte. Este Contreras por vínculos con Arévalo Cedeño seria proscrito a una población del estado Bolívar, no sabiéndose mas sobre él, se conjetura que quizás su vida haya terminado por los plomos de alguna guardia de fusilamiento gomecista.

Luego del suceso histórico y calmada la baraúnda, sale a la luz local el 31 de enero de 1924 el periódico bautizado como “Aganipe”, cuyo propietario era el comerciante e impresor Francisco Antonio López, su descripción: cuatro páginas con dieciséis cuartillas, a un precio de un bolívar, la suscripción seria mensual debido a que la impresión se efectuaba en la tipografía Italo-Vene, propiedad del italiano Migliolo. Algunas noticias reflejadas en este diario se citan a continuación:
-Este 12 de marzo del año en sucesión se inaugurara en Guasdualito el alumbrado de acetileno, con capacidad para 25 lámparas, el horario de encendido será de 7 a 9 de la noche por ordenes de la primera autoridad general Carlos J. Falcón.
-Se culminaran los trabajos de construcción del terraplén desde la esquina de la casa de don José Antonio Grieco hasta la orilla del Sarare.
- Concluida la casa de gobierno a un costo de 50.000, 00 bolívares, se prevé la inauguración el 20 de febrero de 1924.


Con el correr de las décadas surgirían: el ABC (1924) El Titirijí (1925) de tendencia humorística, nacidos ambos en la imprenta de José Grieco, como linotipista estaría Juan Lima, luego llegarían: Ariel (1928), Ecos de los Llanos (1930), Claridad (1936), Antorcha (1955), para la sexta década del siglo pasado entraría en escena el semanario Alto Apure (1963) siendo su primer director el recordado Ramón Niño. Mención especial merece el guasdualiteño Lázaro Ezequiel Hernández (1923), primer oriundo de este terruño en alcanzar el título de periodista en la Universidad Central de Venezuela (1958-1962) con la primera promoción Dr. Héctor Mujica. Iniciando los ochenta el periodismo impreso tendría nueva forma con la revista Travesía, cuyo director y propietario seria el guasdualiteño Cecilio González, ya en los 90 en la misma onda aparecería el magazine Tolvaneras, propiedad del educador palmariteño Ignacio Barco Lara, esta impresa gozaría de buena aceptación por la ávida colectividad de lectores locales. En 1998 irrumpe en la cotidianidad pueblerina el periódico “El Huracán” dirigido por los meritorios profesionales Arles Pérez (director) y Rubén Gómez, cumpliendo su papel informativo con criterios de responsabilidad y veracidad. En cuanto al siglo XXI, las nuevas formas comunicacionales (redes sociales) han resultado aliadas de las nuevas generaciones de redactores, articulistas y corresponsales orientados a mantener informado al conglomerado guasdualiteño.
Un buen año para todos ustedes. Hasta otra oportunidad si Dios Eterno lo permite.

ALJER CHINO EREÚ.-


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