EL MAL DE OJO
Según
Wikipedia El mal de ojo es
una creencia popular supersticiosa que está extendida en muchas
civilizaciones, según la cual, una persona tiene la capacidad de producir
daño, desgracias, enfermedades e incluso llegar a provocar la muerte a otra
sólo con mirarla. Esta contraparte afectada se dice que "está ojeada, que le echaron mal de
ojo, o el ojo encima".
Enrique de
Villena escribió en 1425 un tratado sobre el "mal de ojo" o
"aojamiento", diciendo que los facultativos lo llamaban "fascinación",
del nombre tradicional en latín "fascinare". Joaquín Bastús escribió
en 1862 que la palabra griega "envidia" venía de la expresión
"aquella que nos mira con mal ojo" y de ahí el mal de ojo, y que los
griegos protegían a los jóvenes marcando sus frentes con barro o cieno.
Durante la
antigüedad se pensaba que las brujas eran quienes lo usaban para
hacer caer enfermas a sus víctimas, y que así perdieran el amor o
llegaran a dejarlas en ruinas.
El libro
del Corán alude al mal de ojo: "Los infieles casi os hacen
dormir con sus miradas" (68, 51), y entre los males de los que hay
que protegerse se alude a "el mal de un envidioso cuando
envidia" (113, 5).
lacienciaysusdemonios.com
nos dice: El Mal de
ojo existe, es real y debemos prestarle la atención que merece. Todos tenemos
alguien que no nos “mira bien” de ahí el término Mal de Ojo. Que no te miren
bien significa que te miran mal, deseándote malas cosas, y siempre nace de un
sentimiento de envidia y celos.
El «Mal de
Ojo» es una creencia popular bastante viva hoy día, aunque no lo parezca. De
forma resumida puede describirse como: “Una
asimilación de energía dañina trasmitida por otra persona, ya sea provocado
voluntaria o involuntariamente. Puede ocurrir que el provocador desconozca su
propio poder y lo más seguro es no sea consciente de sus propios deseos o
envidias ajenas, pero eso no quiere decir que igualmente no sea el causante“,
lo cual sucede debido a que “el ojo
desde tiempos inmemoriales haya sido considerado como el principal
transmisor de energías ya sean positivas o negativas del alma humana“.
Es una cuestión de energía y de
poder mental. Todos tenemos un enorme poder mental, para el bien y para el mal.
Y si alguien proyecta mucha energía, muchos malos pensamientos, muchos malos
deseos con mucha intensidad acabará llegándonos, en forma de mal de ojo.
Natalia Grau
García en su trabajo EL AGUA Y LA MEDICINA POPULAR explica que el mal de
ojo es
una de las dolencias pertenecientes a la medicina popular que está más
generalizada en el tiempo y en el espacio. Diferentes culturas antiguas como
los hititas, los sumerios y los egipcios ya creían en la existencia de esta dolencia
y en sus diferentes remedios. Hasta la actualidad, donde es una de las pocas «supersticiosas»
en la cual todavía la gente cree y todavía se practica su curación.
También está
generalizada su presencia en todo el mundo donde todavía hay gente que creen en
esta dolencia.
Los Síntomas son Tristeza, falta de
apetito, vómitos, somnolencia, fiebre, depresión.
Solo las Personas que tienen una
fuerza «especial» en la mirada (más las mujeres, bizcos). No intencionadamente,
a veces incluso desconocen que tienen ese poder.
J.D.L. Cartagena decía que «A los bizcos se le tenía mucha prevención, decían que algunos lo hacían
sin poderlo remediar«
Existen
diferentes ritos para curar el mal de ojo entre ellos el Rito de mojar los
pelos (cortados de tres o cuatro sitios diferentes de la cabeza) o el dedo del
afectado en aceite, echarlo en un vaso con agua, si flota agrupado no hay mal
de ojo, si va hacia abajo o se dispersa por el agua, sí se cura mediante
determinadas oraciones (no en voz alta) mientras se realiza el rito o con las
ropas del enfermo.
«Echas en
un vaso de agua, una gota de aceite y metes el dedito del niño y si la
gota se pierde ya sabes que tiene mal de ojo» Llano del Beal
«Para
quitarlo se cortaba un trocito de pelito de cuatro sitios y luego formaban una
cruz en la mano y decían lo que ellos dicen. Son nueve días de hacerlo» Perín
«Lo corta
con la prenda del chiquillo y sus rezos» Llano del Beal
«Se ponen
en contacto dos o hasta tres personas
que lo cortan, le dan el nombre y los apellidos, antes había que llevar un
mechón de pelo y echaban aceite, ahora los dos por teléfono» A.A.S. El Hondón(Cartagena)
«Ahora los
curan con los rezos que hacen. La llamas por teléfono, le das el nombre y te lo cura» J.D.M. Campillo de
Adentro
En Ecuador según lahora.com Una
vez que se detecta el mal de ojo, el paciente es llevado a un cuarto lleno de
figuras de santos y vírgenes, preferiblemente oscuro. La persona que va a ser
‘curada’ tiene que estar parcialmente desvestida, es decir, que sólo se queda
con sus prendas íntimas.
La curandera inicia a untarle el agua de espanto por todo el cuerpo. La denominada ‘agua de espanto’ es una mezcla de hierbas conocidas como: periquito, espanto, curia, agua bendita y aguardiente. Este proceso se lo repite varias veces acompañado de oraciones.
Después, las curanderas toman una pequeña medida de aguardiente y en puntos estratégicos comienzan a aplicarlo al paciente para sacarles las malas vibras.
Finalmente, el huevo (principal revelador del mal de ojo) es pasado por todo el cuerpo del paciente, realizando pequeñas cruces. En algunas ocasiones, cuando la persona está ojeada de coraje o envidia, el huevo se quiebra. Cuando es de cariño o amor termina íntegro.
Cuando el proceso culmina, en un recipiente con agua se parte el huevo utilizado en la curación y allí se comprueba el mal de ojo. Además, con el huevo se determina si la persona que la ojeó es hombre o mujer y hasta qué tipo de mirada le enviaron.
Este proceso lo debe realizar tres días seguidos para optimizar resultados. Además, la persona que recibe las curaciones no puede bañarse después del ritual. En caso de que no pueda dejar de hacerlo, lo realizará antes de acudir a la siguiente sesión.
La curandera inicia a untarle el agua de espanto por todo el cuerpo. La denominada ‘agua de espanto’ es una mezcla de hierbas conocidas como: periquito, espanto, curia, agua bendita y aguardiente. Este proceso se lo repite varias veces acompañado de oraciones.
Después, las curanderas toman una pequeña medida de aguardiente y en puntos estratégicos comienzan a aplicarlo al paciente para sacarles las malas vibras.
Finalmente, el huevo (principal revelador del mal de ojo) es pasado por todo el cuerpo del paciente, realizando pequeñas cruces. En algunas ocasiones, cuando la persona está ojeada de coraje o envidia, el huevo se quiebra. Cuando es de cariño o amor termina íntegro.
Cuando el proceso culmina, en un recipiente con agua se parte el huevo utilizado en la curación y allí se comprueba el mal de ojo. Además, con el huevo se determina si la persona que la ojeó es hombre o mujer y hasta qué tipo de mirada le enviaron.
Este proceso lo debe realizar tres días seguidos para optimizar resultados. Además, la persona que recibe las curaciones no puede bañarse después del ritual. En caso de que no pueda dejar de hacerlo, lo realizará antes de acudir a la siguiente sesión.
Nelly y María Bowen
recomiendan que una vez terminado el proceso el paciente se bañe con la
siguiente preparación:
Ponga a hervir en un recipiente, durante 10 minutos, lo siguiente:
• 7 hojas de guayaba
• 7 limones partidos en cuatro.
• 7 rosas rojas
• 3 litros de agua
Luego de que transcurran los 10 minutos podrá bañarse con esta agua.
En Venezuela, "se manda a preparar el ombligo" del recién nacido una vez que este se desprende a las pocas semanas de haber sido dado a luz. Esto es realizado por brujos o curanderos que rezan y colocan el ombligo en una funda roja pequeña para cargarla como amuleto o bien depositarlo en la cuna del bebé. Si el bebé ya tiene mal de ojo, se lleva a un "ensalmador" que ensalma (reza) frente al niño haciendo la señal de la cruz repetidas veces. Este tratamiento se realiza a veces por tres sesiones seguidas, una por día.
Ponga a hervir en un recipiente, durante 10 minutos, lo siguiente:
• 7 hojas de guayaba
• 7 limones partidos en cuatro.
• 7 rosas rojas
• 3 litros de agua
Luego de que transcurran los 10 minutos podrá bañarse con esta agua.
En Venezuela, "se manda a preparar el ombligo" del recién nacido una vez que este se desprende a las pocas semanas de haber sido dado a luz. Esto es realizado por brujos o curanderos que rezan y colocan el ombligo en una funda roja pequeña para cargarla como amuleto o bien depositarlo en la cuna del bebé. Si el bebé ya tiene mal de ojo, se lleva a un "ensalmador" que ensalma (reza) frente al niño haciendo la señal de la cruz repetidas veces. Este tratamiento se realiza a veces por tres sesiones seguidas, una por día.
Hugo Arana en su artículo La Piedra de
Azabache y el Maldiojo reseña: … Para contrarrestar este dañino efecto, la
madre de la criatura debe golpearle las nalguitas un par de veces,
para que al llorar expulse el maleficio. En los bebés, el Maldiojo se manifiesta con
fiebre y diarrea continua. Otra manera de curarlos es con ensalmes o
infusiones, pero lo más efectivo es colocarle una Contra (Empírica medicina preventiva), consistente de una Manito de azabache, la cual es atada
con un hilo rojo a uno de los antebrazos de la criatura. En ese sentido, se
escuchaba en San Fernando: Misia,
póngale una Manito y así a ese muchachito no le entrará ni
coquito; queriendo decir que ese recién nacido
estaría inmunizado contra todo mal.
Y así como hay creyentes también está la contraparte
escrita en lacienciaysusdemonios.com y son las
10 razones para no creer en el mal de ojo:
·
1.- El ojo recibe, no emite. Nuestro ojo es un órgano
evolucionado para la captación de radiaciones electromagnéticas del espectro
visible. Salvo la radiación infrarroja (radiación que emite cualquier cuerpo
que se halle caliente respecto al medio) no emite nada, ni que hablar de emitir
un tipo de “energía” que pueda
incidir sobre otro ser vivo. De hecho, todo órgano emisor que encontramos en
los seres vivos posee una serie de características que lo delatan como tal.
Emitir “energía por los ojos” solo pasa en los comics de Supermán, Cíclope y
demás peña.
·
2.- ¿Efectos a distancia? No gracias. No existe ningún indicio en ninguna
de las ciencias conocidas que pueda ni siquiera hacer sospechar que “mirar mal” tenga efectos fisiológicos
a distancia cuando tú eres inconsciente de que te están mirando mal. Por
razones semejantes, si nuestra pareja ha quedado embarazada sin que nosotros
hayamos intervenido en ello, somos bastante reticentes a creernos que el
responsable haya sido el “Espíritu
Santo”.
·
3.- La evolución lo habría aprovechado. Basta que hubiera surgido una
vez, quizás con el mismo origen del ojo de los vertebrados (nuestro ojo es
idéntico, salvando en detalles sin importancia, a los de cualquier otro
vertebrado) para que la evolución hubiera aprovechado su poder. Tendríamos «El
Mal de Ojo» de los perros, de los gatos, de las serpientes, de los carpines de
acuario… e incluso pudiera ser posible ver en los documentales a los leones,
cazando, simplemente “mirando mal”
a su incauta presa hasta que esta cae confusa y vomitando al suelo. Pero no
pasa.
·
4.- Energía Invisible. En el mundillo de lo “paranormal” la energía y
la física cuántica valen para justificar cualquier cosa. Sin embargo, los científicos
hablan de “energía” para hablar de cambios mensurables en un sistema. Si el ojo emitiera algo que interactuáse con nosotros,
nosotros podríamos interceptar eso y medirlo fácilmente. De hecho contamos con
aparatos mucho más sensibles que nosotros mismos para esos menesteres. Sin
embargo, para colmo también se habla de «Energía del Alma humana». Quisiera
saber qué es eso, ya que no podemos intentar apelar a “explicaciones
científicas” cuando la misma “alma
humana” sigue siendo un mito indemostrado en ciencia.
·
5.- Todos los síntomas. No hay una secuencia lógica descrita de síntomas. Son
muchos, muy variables y no siguen una pauta propia, como sucede en la mayoría
de enfermedades y dolencias. Los síntomas varían tanto que incluso podríamos
inculpar al «Mal de Ojo» de catarros, de meter la mano en la freidora o de suspender
los exámenes cuando no hemos estudiado ni papa. Por eso cuando intentan
explicar todo por medio de «El Mal de Ojo», lo que consiguen es que los
síntomas de «El Mal de Ojo» puedan ser explicados por cualquier evento banal y
habitual: desde cambios de la temperatura corporal hasta el estrés.
·
6.- Me estás estresando. Relacionado con el punto anterior, vivimos en una
sociedad muy estresada. Es habitual que la gente se sienta cansada, enfadada,
frustrada y peleada con el vecino. Igualmente somos vulnerables a las
habladurías, las críticas y al compañero trepa que me está jorobando. Este
estrés social es una fuente mucho más poderosa de problemas que
cualquier mágico y chipiriflautico «Mal de Ojo». E igualmente, estas
situaciones son pan de cada día de nuestro mundo “civilizado”.
·
7.- Sí o sí. Si
seguimos tirando del hilo, podemos decir que es prácticamente imposible que una
persona no haya despertado de forma consciente o inconsciente malos
pensamientos como envidia, rencor, deseos indecorosos, etc. sobre otra persona.
Por lo tanto, si nos basamos en las premisas de los vendedores de «El Mal de
Ojo», no quedaría una persona sobre el planeta que no tuviera en algún momento
los síntomas descritos. Podemos ir más lejos y afirmar que tales síntomas
debieran ser mucho más agudos si estamos disfrutando de un rico mojito a la
sombra de una palmera a orillas de una celestial playa caribeña tras el
desayuno en nuestro hotel de lujo de 5 estrellas.
·
8.- Seguimos vivos. Nuestros políticos sobre todo. Si hablamos de «energía» podríamos
pensar que esta puede ser acumulativa. Y continuando con las derivaciones de
los últimos puntos, podríamos decir que si los postulados de los engañabobos
que promueven las curas a precio de voluntad de «El Mal de Ojo» fueran ciertos…
muchas realmente malas personas, muchos políticos y Belén Esteban… habrían sido
incapacitados hace mucho tiempo. O como diría cualquier persona hoy día: “mi jefe sigue viviendo mejor que yo por
mucho que le miro sin cariño“.
·
9.- Remedios incongruentes. ¿Alguién puede explicar
(apelar al efecto placebo no
vale) cómo “quemar sal gorda”
puede eliminar esa “energía” que nos altera negativamente? ¿Cómo “echar un mechón de pelo en agua con aceite y
rezar tres Padrenuestros” restaura nuestra “energía del alma” (sobre todo lo de meter el mechón de pelo en
agua)? ¿O cómo es posible que “meter
un dedo en aceite” pueda solucionar nuestros problemas de depresión,
malestar corporal e incluso de inapetencia sexual…? (bueno, con un poco de
ingenio y nuestra pareja al lado, el aceite sí que puede solucionar esto
último). Todas estas recetas pertenecen a aquella época donde reinaba la
oscuridad de la superstición del
más alto calibre.
·
10.- Levanta la economía… de los de siempre. Los
charlatanes, magufos, engañadores profesionales y demás ralea de vividores
sinvergüenzas tienen un suculento mercado en las supersticiones, en las
creencias populares y cuando prostituyen esa terminología científica que no
entienden. Son expertos en dar soluciones a precio de oro a problemas que no
existen. De ahí que la venta de talismanes, amuletos y cachivaches para la
prevención, protección y cura de «El Mal de Ojo» es un negocio para quienes lo
diagnostican y venden esos sofisticados remedios. Aunque la venta de un
producto no es algo malo por sí mismo; sin embargo, la venta de productos
carentes de evaluaciones de calidad y con críticas como las anteriores, es la gota
que colma el vaso.
Lo que si
es cierto es que cada quien es libre de creer o no creer y cargar la manito de
azabache no está demás…
Recopilación realizada por Orlando Nieves
Fuente:
Wikipedia
la Enciclopedia Libre
lacienciaysusdemonios.com
lahora.com.ec
La Piedra de Azabache y El
Maldiojo (Mal de ojos) de Hugo Arana
EL AGUA Y LA MEDICINA POPULAR. Natalia Grau García 2008
0 comentarios:
Publicar un comentario