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sábado, 7 de noviembre de 2020

ROSA DEL CARMEN SEVILLA VILLANUEVA

 


 


ROSA DEL CARMEN SEVILLA VILLANUEVA

Por: Raed Chukrzanldin Chumary

 

Nació en Bethel el 10-03-1938 Sus padres fueron don Ángel Sevilla y Gregoria Villanueva

En Bethel fue donde transcurrió sus primeros 3 años de vida entre dudas e incertidumbre, el futuro de la familia Sevilla era incierto su historia que además de ser muy dura, fue un gran ejemplo de lucha, trabajo, y constancia para sus hijos, nietos, amigos, y demás familiares que la consideraban una madre más.

Rosa Sevilla creció en una familia de pocos recursos y que todo lo que consiguieron en la vida fue producto del esfuerzo, la dedicación, el trabajo la familia, las ganas de avanzar y seguir luchando contra viento y marea. No fue fácil para ninguno de los integrantes de la familia porque les tocó vivir en varios lugares del Edo Apure y en San Antonio de Barinas, hasta fijar residencia definitiva en Achaguas. Que nada les fue fácil lograr en la vida,

Hizo sus estudios primarios en el grupo escolar “Teresa Hurtado” estudio hasta 4to grado fue alumna del insigne Maestro José Ángel Montenegro, tenía una letra hermosa buena ortografía y dicción, además sacaba cuentas mentalmente aplicaba las operaciones matemáticas suma, resta, multiplicación y división a la perfección

Rosa Sevilla fue una excelente costurera, trabajo con buenos sastres en Achaguas, para luego hacerlo particularmente en ese momento en el que necesitaba tiempo para su hogar y recursos para el sostenimiento de su familia muchas personas vestían pantalones, y liquiliqui elaborados por ella.

También fue una gran aficionada al canto tenía una voz impresionante mientras barría, cocinaba, o lavaba, le gustaba cantar las canciones de Julio Jaramillo, Javier Solís, Pedro Infante, Jorge Negrete, Libertad Lamarque, José Alfredo Jiménez y muchos mas.

Rosa Sevilla tuvo cuatro hijos que para ella fueron su gran motor y motivo de inspiración ellos son Warren, Robert, Marubina, y Rodolfo. Tuvo la dicha de ver a todos sus hijos casados, de poder conocer a todos sus nietos y compartió junto a esa familia que con tanto esfuerzo logró.

Sus hermanos: María, Josefina, Castora, José Ángel, Luis Salvador, Omar, Ana, y Melvin.

Le gustaba compartir con sus amigos, una buena cerveza Polar bien fría, en amena tertulia. También fue una asidua lectora del diario Ultimas Noticias.

A su hogar concurrían una gran cantidad de amigos: Los hermanos Diaz Olave, German González, Fello Castillo, Marcial Hernández, Juan, y Alfredo Pérez Zarate, Reynaldo Magallanes, Abrahán, y Estaban Ojeda, Lilia Padrón, Carmelina de Silva, Isaías, y Julio Cardoza, Ismael, Ponce, Rafaelito Vargas.

Rosa, como vecina fue una mujer pendiente, se le admiro y quiso por su gentileza y entrega hacia los demás. Siempre dispuesta ayudar a todo aquel que la necesitara, sabia inyectar, tomaba la tensión, compraba medicina para donarlas a quien las necesitara. no había nada que Rosa Sevilla no pudiera solucionar, pues si hay algo que la vida le enseñó fue a solucionar problemas y salir adelante. Con la misma entereza de siempre, una pequeña mujer, dulce, sencilla, que se emocionaba con cualquier pequeñez, tenía una fortaleza interna difícil de entender.

Rosa fue una mujer fuerte, era sumamente buena y bondadosa con sus hijos, nietos, familiares y amigos. Acompañada de esa familia que juntos supieron formar, preparaba grandes mesas de comidas para compartir con toda su familia y amigos que se reunían los fines de semana.

Palabras de su hijo Warren

Mi madre ha sido la guía permanente de una familia que supo construir con esfuerzo, pero con mucho amor. No le temblaron las manos a la hora de lavar, cocer o cocinar. Ni tuvo malas caras cuando uno de sus hijos la necesitó. Mi madre ha sido sudor, ha sido lágrimas, ha sido brazo fuerte a la hora del trabajo y de poner el hombro, ha sido guía espiritual en los momentos difíciles que a cada hijo le tocó vivir. Mi madre ha sido coraje y por sobre todas las cosas, gracias a Dios, ha sido mi madre.

Los años no llegaron solos, comenzaron los problemas de salud, comenzaron a debilitarse, sus piernas, pero aun así Rosa Sevilla ofrecía a sus hijos y nietos una sonrisa y un café o cerveza cada vez que recibía visitas en su casa. El tiempo había dejado sus huellas en su cuerpo, pero no en su mente, recordaba todo y con felicidad lo transmitía paso los últimos años de su vida en silla de ruedas producto de una caída que le causo fractura de cadera, El 14 de septiembre del 2016, con 78 años de edad, dejó este mundo físicamente, pues Rosa Sevilla, como fue conocida en Achaguas, jamás podrá dejar de vivir en nuestras mentes, en los recuerdos, y en cada uno de sus descendientes.


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