ROSA DEL CARMEN SEVILLA VILLANUEVA
Por: Raed Chukrzanldin Chumary
Nació en Bethel el 10-03-1938 Sus padres fueron don Ángel Sevilla y
Gregoria Villanueva
En Bethel fue donde transcurrió sus primeros 3 años de vida entre dudas e
incertidumbre, el futuro de la familia Sevilla era incierto su historia que
además de ser muy dura, fue un gran ejemplo de lucha, trabajo, y constancia
para sus hijos, nietos, amigos, y demás familiares que la consideraban una
madre más.
Rosa Sevilla creció en una familia de pocos recursos y que todo lo que
consiguieron en la vida fue producto del esfuerzo, la dedicación, el trabajo la
familia, las ganas de avanzar y seguir luchando contra viento y marea. No fue
fácil para ninguno de los integrantes de la familia porque les tocó vivir en
varios lugares del Edo Apure y en San Antonio de Barinas, hasta fijar
residencia definitiva en Achaguas. Que nada les fue fácil lograr en la vida,
Hizo sus estudios primarios en el grupo escolar “Teresa Hurtado” estudio
hasta 4to grado fue alumna del insigne Maestro José Ángel Montenegro, tenía una
letra hermosa buena ortografía y dicción, además sacaba cuentas mentalmente
aplicaba las operaciones matemáticas suma, resta, multiplicación y división a
la perfección
Rosa Sevilla fue una excelente costurera, trabajo con buenos sastres en
Achaguas, para luego hacerlo particularmente en ese momento en el que
necesitaba tiempo para su hogar y recursos para el sostenimiento de su familia
muchas personas vestían pantalones, y liquiliqui elaborados por ella.
También fue una gran aficionada al canto tenía una voz impresionante
mientras barría, cocinaba, o lavaba, le gustaba cantar las canciones de Julio
Jaramillo, Javier Solís, Pedro Infante, Jorge Negrete, Libertad Lamarque, José
Alfredo Jiménez y muchos mas.
Rosa Sevilla tuvo cuatro hijos que para ella fueron su gran motor y motivo
de inspiración ellos son Warren, Robert, Marubina, y Rodolfo. Tuvo la dicha de
ver a todos sus hijos casados, de poder conocer a todos sus nietos y compartió
junto a esa familia que con tanto esfuerzo logró.
Sus hermanos: María, Josefina, Castora, José Ángel, Luis Salvador, Omar,
Ana, y Melvin.
Le gustaba compartir con sus amigos, una buena cerveza Polar bien fría, en
amena tertulia. También fue una asidua lectora del diario Ultimas Noticias.
A su hogar concurrían una gran cantidad de amigos: Los hermanos Diaz Olave,
German González, Fello Castillo, Marcial Hernández, Juan, y Alfredo Pérez
Zarate, Reynaldo Magallanes, Abrahán, y Estaban Ojeda, Lilia Padrón, Carmelina
de Silva, Isaías, y Julio Cardoza, Ismael, Ponce, Rafaelito Vargas.
Rosa, como vecina fue una mujer pendiente, se le admiro y quiso por su
gentileza y entrega hacia los demás. Siempre dispuesta ayudar a todo aquel que
la necesitara, sabia inyectar, tomaba la tensión, compraba medicina para
donarlas a quien las necesitara. no había nada que Rosa Sevilla no pudiera
solucionar, pues si hay algo que la vida le enseñó fue a solucionar problemas y
salir adelante. Con la misma entereza de siempre, una pequeña mujer, dulce, sencilla,
que se emocionaba con cualquier pequeñez, tenía una fortaleza interna difícil
de entender.
Rosa fue una mujer fuerte, era sumamente buena y bondadosa con sus hijos,
nietos, familiares y amigos. Acompañada de esa familia que juntos supieron
formar, preparaba grandes mesas de comidas para compartir con toda su familia y
amigos que se reunían los fines de semana.
Palabras de su hijo Warren
Mi madre ha sido la guía permanente de una familia que supo construir con
esfuerzo, pero con mucho amor. No le temblaron las manos a la hora de lavar,
cocer o cocinar. Ni tuvo malas caras cuando uno de sus hijos la necesitó. Mi
madre ha sido sudor, ha sido lágrimas, ha sido brazo fuerte a la hora del
trabajo y de poner el hombro, ha sido guía espiritual en los momentos difíciles
que a cada hijo le tocó vivir. Mi madre ha sido coraje y por sobre todas las
cosas, gracias a Dios, ha sido mi madre.
Los años no llegaron solos, comenzaron los problemas de salud, comenzaron a
debilitarse, sus piernas, pero aun así Rosa Sevilla ofrecía a sus hijos y
nietos una sonrisa y un café o cerveza cada vez que recibía visitas en su casa.
El tiempo había dejado sus huellas en su cuerpo, pero no en su mente, recordaba
todo y con felicidad lo transmitía paso los últimos años de su vida en silla de
ruedas producto de una caída que le causo fractura de cadera, El 14 de
septiembre del 2016, con 78 años de edad, dejó este mundo físicamente, pues
Rosa Sevilla, como fue conocida en Achaguas, jamás podrá dejar de vivir en
nuestras mentes, en los recuerdos, y en cada uno de sus descendientes.
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