REDES SOCIALES

jueves, 24 de junio de 2021

MAYOR DE VÍVERES LA MASCOTA

 



MAYOR DE VÍVERES LA MASCOTA

Autor: Hugo Arana Páez

Continuando con los ensayos publicados en la serie HISTORIA AMENA, en esta ocasión me referiré a las actividades comerciales que se hacían en San Fernando de Apure a principios del siglo veinte, vistas a través de otra importante casa comercial como fue el MAYOR DE VÍVERES LA MASCOTA, domiciliada a orillas del Apure, en el ángulo sureste de la intersección de las calles 19 de abril y Queseras del Medio (al final) del desparecido Barrio El Mamón (actual Sector Centro Valle). En ese sentido, se hará una aproximación a la evolución de ese emblemático almacén y su entorno, es decir, lo que los geógrafos han convenido en nombrar Hinterland; asimismo, se hará una semblanza de la vida y obra de su fundador, el comerciante guayabalense don Ignacio Rodríguez Márquez.

Nuevamente les doy las gracias a los artistas plásticos, quienes con sus obras facilitan la reconstrucción histórica de la capital del llano venezolano. En este caso, agradezco al artista José Zapata, quien en el año 1985, plasmó para la posteridad en un lienzo a color, la hermosa estampa de la magnífica edificación conocida otrora como LA MASCOTA. Asimismo, a los fotógrafos profesionales o aficionados a ese arte, quienes con sus bonitas y coloridas imágenes contribuyen a facilitar la comprensión de estos trabajos. En este caso, felicito a quien garrapatea estos garabatos, por cuanto, fue quien un día, sin que se le enfriara el guarapo se fajó a hacer las tomas que hoy ilustran esta narrativa…ja, ja, ja.

1. ORÍGENES Y EVOLUCIÓN DEL MAYOR DE VÍVERES LA MASCOTA

Hallándome de visita en la residencia de mis amigos Homero Silva y su esposa Nelly Padrón de Silva, observé con alegría que colgado de la pared de la sala se hallaba engalanando ese espacio un bonito cuadro, donde destacaba un hermoso, armónico y funcional conjunto arquitectónico, representado por dos regias viviendas del San Fernando de principios del siglo XX; una que miraba hacia el río y a la calle Comercio, situada a mitad de cuadra y donde estuvo domiciliada durante muchos años la Farmacia San Fernando, y otra en la esquina, que desde el año 1936 alojó al MAYOR DE VÍVERES LA MASCOTA y de la que me voy a referir en este trabajo. Por cierto, el techo era de dos aguas, de zinc galvanizado y acanalado, al puro estilo antillano. Las paredes y piso de la Planta Alta, de fina y reluciente madera, donde había un baño y cuatro amplias habitaciones protegidas por cuatro hermosos portones de resistente madera que daban acceso a un bonito balcón que miraba al majestuoso brazo del Apure, conocido como EL CAÑITO. Asimismo, por la Calle Queseras del medio, la Planta Alta exhibía dos bonitas ventanas de hierro que permitían la entrada de luz y garantizaban la ventilación y seguridad de sus moradores.

En la Planta Baja las paredes estaban constituidas de ladrillo entramado y el piso de cemento, y en armonía con el conjunto, se hallaban cuatro enormes y resistentes portones de madera que miraban hacia El Cañito y daban acceso al negocio, donde estaba un vistoso, reluciente y largo mostrador de madera, detrás del cual estaba don Ignacio al frente de sus empleados, Antonio Mota, quien preparaba los pedidos, Alberto Pérez Luna, Guzmán Domingo Pérez (hermano mayor de mi informante Juan Pérez (a) Coquito), quien además de atender a los clientes, también descargaba las mercancías que arribaban al negocio. Por cierto, el horario de atención al público era de lunes a sábado. Por cierto, en el invierno había mayor afluencia de clientes y por lo tanto, los diligentes trabajadores debían pegarse al corte sin descanso; tal vez por aquello de FULANO NO PUEDE VER BURRO COGIENDO SOMBRA… ja, ja, ja.

Al fondo, se hallaban adosadas a la pared, las enormes y bonitas estanterías de madera atestadas de mercancías. Por la Calle Queseras del Medio había un portón de servicios y una ventana que iluminaba las oficinas del local. Asimismo, se hallaban en esa planta los módulos de servicio (cocina, lavandero, baños y comedor).

Seguramente don Ignacio, era muy aficionado al beisbol (Desde principios de la centuria pasada, San Fernando fue pionero en la práctica de este deporte en Venezuela), por cuanto, acertadamente nombró a su negocio LA MASCOTA (un guante diseñado especialmente para atrapar la pelota Wilson que a cada rato le lanzaba el pitcher de turno al ansioso y avezado cátcher). Inspirado en ese deporte, el zamarro llanero se le ocurrió que su mayor de víveres sería LA MASCOTA y él su CÁTCHER… ja, ja, ja, quien muy diligente, con los ojos y los dientes bien pelaos, agarraría sin ton ni son, para nunca más soltarlos, a los clientes de San Fernando y a los que venían allende los pueblitos más recónditos de la extensa geografía apureña... ja, ja, ja.

Fue su fundador, don Ignacio Rodríguez Márquez, un agricultor guayabalense quien en su fundo de Guayabal conocido como CORRALITO tenía sembradas treinta hectáreas de caña y varios trapiches; además de agricultor, don Ignacio destacaría entre sus numerosos hermanos (*) como un experimentado comerciante, quien un buen día del año 1936, en tiempos de López Contreras y cuando Venezuela se encaminaba por senderos democráticos, cuando el viejo labriego se vio tentado a probar suerte a las orillas de un brazo del Apure conocido como EL CAÑITO, que de oeste a este, aguas abajo, bordeaba y adornaba al bucólico San Fernando de entonces. Fue ese año de 1936, cuando don Ignacio les solicita a los hermanos Palazzi le arrienden la hermosa casona de dos niveles para instalarse allí con su familia y su negocio de víveres LA MASCOTA. Después de vivir alquilado durante trece años, decide en el año 1949, comprarle la vivienda a sus propietarios; transacción que se concreta el 27 de abril de ese mismo año, según consta en documento protocolizado en el Registro Subalterno de San Fernando de Apure. Documento 21, Folios 34 al 36, Tomo Primero, Segundo Trimestre del año 1949. En ese título se lee que el señor Pedro Palazzi, en calidad de representante de la firma PALAZZI HERMANOS LIQUIDACIÓN, declara cerrada la operación de COMPRAVENTA de la vivienda que cobijaba al mayor de víveres LA MASCOTA.

… “Yo Pedro Palazzi, comerciante y de este domicilio en mi carácter de liquidador de la firma PALAZZI HERMANOS LIQUIDACIÓN, declaro que he dado en venta pura y simple al señor Ignacio Rodríguez Márquez, comerciante, mayor de edad y de este domicilio en San Fernando de Apure, una casa de construcción de mampostería con traba de hierro y malecón en la ribera sur del río Apure, techada de tejas, con su entrada principal en la calle Queseras del Medio distinguida con el número uno y comprendida al Norte río Apure. Este: Casa sucesión de Ernesto Padula, Oeste: Casa de Noriso Pérez Acosta y calle de por medio, con la construcción escuela República de Guatemala. El precio de la venta es la cantidad de Bs. 30.000,00 que declaro haber recibido del comprador en efectivo […] Con el otorgamiento de esta escritura hago al comprador la tradición del inmueble y obligo a la firma PALAZZI HERMANOS EN LIQUIDACIÓN al saneamiento en los términos legales y yo, Ignacio Rodríguez Márquez, declaro que acepto la venta que en mi favor se hace en los términos a que se contrae el presente documento. Ciudad Bolívar 18 de febrero de 1919. Pedro Palazzi Juzgado de Primera Instancia en lo civil y mercantil del Estado Bolívar. Ciudad Bolívar 13 de febrero de 1919. Con la audiencia habilitada de hoy en presencia de los testigos hábiles que suscribe el tribunal declaro autenticado el documento por lo que respecta a la firma de su otorgante Pedro Palazzi; de este documento, queda anotado bajo el número cinco a los folios 5 al 6. Juez Cesar Bello. El otorgante Pedro Palazzi. Testigo C. Morado E., Héctor Rojas. El Secretario Julio Gómez Ruiz (Firmados). Oficina de Registro Subalterno de San Fernando.

San Fernando de Apure, 27 de abril de 1949 139 y 91.

Facultado para su registro por el ciudadano Pedro Cesar Esté Comerciante y de este domicilio. Autenticado ante el Juez de Primera Instancia en lo civil y mercantil del Estado Bolívar por lo que respecta a la firma de su otorgante ciudadano Palazzi quien obra como liquidador de la firma PALAZZI HERMANOS EN LIQUIDACIÓN se ha dado cumplimiento a los artículos 90 y 91. Firmado. El presentante original y respectivas protocolos en mi presencia y la de los ciudadanos Santiago Bravo y Ramón Silva R. Testigos instrumentales y vecinos que dan fe de conocerle”... (1)

Desde el año 1936, don Ignacio había acomodado a su familia en la Planta Alta y en la Planta Baja instalaría su negocio de compraventa de víveres al mayor y al detal, donde, entre otros rubros, se dedicaría a la comercialización de plumas de garza, cueros de res, de caimán, tabaco, algodón, frijoles, maíz, cargas de panelas de dulce, quesos y mercancías secas como chinchorros, linternas, pilas para las mismas, alpargatas, mosquiteros, tabaco en rama, sombreros pelo e´ guama, cuchillos punta e´ lanza, ropa y hasta cualquier otra jodía ja, ja, ja.

2. EL MAYOR DE VÍVERES LA MASCOTA Y SU HINTERLAND

Como la mayoría de las principales empresas comerciales de principios de la centuria pasada en San Fernando, LA MASCOTA también se había domiciliado en la estratégica zona de la calle 19 de abril, por cuanto, representaba una envidiable posición geográfica ya que estaba situada a orillas de El Cañito, aledaña a los más importantes puertos de la ciudad como eran EL TAMARINDO, HENRIQUE LIGERÓN y el PUERTO DE LOS HERMANOS BARBARITO o BARBARITERO.

LA MASCOTA ocupaba toda la cuadra de la Calle Queseras del Medio, comprendida entre las calles Comercio y 19 de abril. Al norte miraba hacía el majestuoso Cañito donde en invierno arribaban los vapores (excelentes embarcaciones que con sus vistosas chapaletas y enormes chorros de humo navegaban a caldera alimentadas por leña), barcos y chalanas a gasoil, las piraguas con sus infladas velas, las canoas, los bongos a palanca y espadilla y por supuesto, los comerciantes en bongos, conocidos coloquialmente como CHICHARRONEROS (**) quienes acudían a hacer sus operaciones de compra-venta en LA MASCOTA.

En cuanto al Hinterland, se puede decir que desde ese negocio se observaba al oeste el Puerto El Tamarindo, con su grandioso espectáculo, representado por la enorme torre del telégrafo, que cual formidable Torre Eiffel llanera engalanaba al bucólico pueblo de principios del siglo veinte; asimismo daba gusto mirar el frondoso árbol de tamarindo que cobijaba al botiquincito EL REGIONAL, propiedad de Dámaso Vielma y que precisamente le daba nombre a ese fondeadero; asimismo, se veían a los sudorosos caleteros embarcando productos de la región en los vistosos vapores a chapaleta y en los barcos a gasoil o descargando de esas naves, víveres, mercancías, máquinas, herramientas para el agricultor, aperos para el peón de sabana, exquisiteces y sacos de sal en grano que diligentes apilaban en el edificio LA SALINA, donde actualmente funciona el CDI de la 19 de abril. Por cierto, la sal no era yodada ni fluorada (debido a esa deficiencia, proliferaban en Apure las caries dentales y el Bocio endémico), no obstante, las amas de casa sanfernandinas la adquirían en las pulperías para utilizarla en sus hogares; por supuesto, previamente debían fajarse a moler los terrores en unas enormes piedras que las abnegadas mujeres conservaban en la cocina… ja, ja, ja. Fundamentalmente la sal se empleaba en Apure para elaborar quesos, salar la carne de res, de pescados, de babos y los conocidos, solicitados y apetecidos salones de chigüire y hasta para poner en salmuera a algún pícaro que anduviera por ahí haciendo rubieras… ja, ja, ja.

Frente a La Mascota, en el ángulo suroeste de la intersección de las calles 19 de abril y Queseras del Medio, también a orillas de El Cañito, estaba el mayor de víveres LA CASA ARICHUNA propiedad de Don Leopoldo Estévez y al lado de ésta (por la misma Calle 19 de abril), el mayor de víveres del Coronel Ángel R. Moral que precisamente se llamaba MAYOR DE VÍVERES ÁNGEL R. MORA. En la Esquina El Carmen (ángulo sureste del cruce de las calles 19 de abril y El Encuentro) había una bonita vivienda de dos plantas frente a la Salina (actual CDI de la calle 19 de abril) la cual arrendó un comerciante -padre de dos jóvenes maestras- para instalar allí un restaurant al que precisamente bautizó Restaurant El Carmen. Años más tarde el posadero cerraría esa fonda e instalaría una tienda de ropa para damas, caballeros y niños.

En la misma Calle 19 de abril, entre las calles 24 de julio y Miranda, frente al edificio de la desaparecida empresa HENRIQUE LIGERÓN estaba el Restaurante Obrero, propiedad de don Balbino Aular y donde la jefa de cocina era su esposa, la señora Aurora de Aular y al lado de ese parador estaba la tienda de ropa LA GUARIQUEÑA, propiedad de don Rafael Chaparro y al lado de ese negocio (ángulo suroeste de la intersección de las calles 19 de abril y Miranda) el mayor de víveres propiedad de los comerciantes Juan Igarza y Vegas, quienes años más tarde cesarían sus operaciones y en su lugar se estableció el comerciante Ismael Armada. Frente al negocio de Armada, se instaló con su mayor de víveres, un musiú conocido como Fru-Fru, quien había comprado el edificio donde estuvo la firma importadora-exportadora HENRIQUE LIGERÓN, empresa que le dio nombre al importante PUERTO LIGERÓN. Por cierto, años más tarde se estableció en uno de los locales de esa hermosa casona un barbero llamado Rafael Hernández, un simpático gordito apodado Barriguita, quien era hermano del también Fígaro, Oscar Hernández (conocido como el Hombre de la cachama ja, ja, ja). Por cierto, en la planta alta estuvo residenciado con su familia don Alejandro Urbano Taylor y su Bomba ESSO, la cual exhibía hacia EL CAÑITO el emblemático y conocido ovalo de la petrolera de John Davidson Rockefeller, la STÁNDAR OIL OF NEW JERSEY ESSO (empresa dedicada a la producción y comercialización de lubricantes y combustibles en todo el globo terráqueo). Por cierto, en el verano cuando bajaban las aguas de EL CAÑITO se observaban apilados en el lecho de ese brazo del Apure los tambores llenos de gasolina, kerosene y gasoil. En la planta baja de esa edificación estuvo el Restaurant Hollywood, cuyos propietarios eran unos italianos de apellido Morotti, quienes enseñaron a los apureños a comer buena pasta en sus exquisitas variedades, como los Vermichellis, los Linguini, los Fetuchinis, los Raviolis, el Pasticho y La Carbonara ja, ja, ja. También funcionó en esa hermosa casona un botiquín propiedad de un simpático cantinero llamado Miguel Michelangelli, a quien sus clientes socarronamente apodaban MICHEL… ja, ja, ja. Por cierto, en la Planta Baja estuvo el mayor de víveres de un comerciante de apellido Beroes, quien vivía preocupado por su velorio, ya que en esa época no había en San Fernando empresas de pompas fúnebres y el robusto y precavido tendero, para evitar que su familia pasara las de Caín cuando él falleciera ja, ja, ja, había mandado a hacer con uno de los carpinteros de San Fernando su sarcófago a la medida, el cual, conservaba encima de la estantería y que muy orondo lo exhibía como una de sus más preciadas posesiones. Lo triste o paradójico del asunto es que cuando al previsivo hombre se lo llevó LA PELONA, su familia paso más crujías que un borracho en un barrial, por cuanto, pocos días antes de pelar el diente, el buen hombre lo había prestado a uno que se le había puesto adelante, por lo que su familia se las vio negra para hacerle el acto velatorio; lo peor del caso, es que sus familiares no sabían a quien se la había facilitado ja, ja, ja. En la misma calle 19 de abril, entre las calles La Puerta (ahora El Encuentro) y Miranda, al lado de La Salina se hallaba el primer mercado municipal de la ciudad (un largo pasaje que comunicaba a las calles 19 de abril con la Comercio y a ambos lados de ese pasadizo estaban los puestos); más adelante al lado del mercado se hallaba la primera emisora de radio de Apure, la recién inaugurada VOZ DE APURE (1 de enero de 1948) y en la esquina, la tienda de ropa LA GUARIQUEÑA, propiedad del comerciante guariqueño (Mangas Coberas) Julián Silva Fajardo.

Los días 10 y 16 de diciembre del año 2019 entrevisté en su casa de familia, situada en la Avenida 5 de julio de la Parroquia El Recreo, a mi amigo Juan Pérez, mejor conocido como COQUITO, un guayabalense de ochenta y cuatro años de edad, quien en esas dos entrevistas, entre sorbos de café, trocitos de queso blanco de cincho, pedazos de casabe La Negra y sabrosos chistes, se espepitó a echarme el cuento de la familia Rodríguez -a quien lo unían lazos familiares- y del mayor de víveres LA MASCOTA… ja, ja, ja.

Me contaba el entrevistado que él fue adoptado por la guayabalense doña Evarista Rodríguez, hermana de don Ignacio Rodríguez; quien siendo muy niño lo llevó a su casa donde fungía como muchacho de mandado y en esas lides, le tocaba ir al Mercado de Barrio Número Uno, situado en la Calle Sucre, entre calles Coto Paul y Santa Ana al lado de la Esquina El Remolino, donde había una casa de vecindad en la cual vivía la familia León (allí transcurrió parte de su infancia el futuro ingeniero Totoño León); hasta allá iba el muchachito a hacer sus diligencias matutinas y luego de cumplir ese encargo, COQUITO agarraba sus macundales y como si nada, se iba a asistir a clases en el colegio de educación primaria el GRUPO ESCOLAR REPUBLICA DE GUATEMALA (actual sede del Vicerrectorado de la UNELLEZ). En ese trajinar estuvo el inquieto muchachito, hasta que el año 1952, la buena de doña Evarista se fue a vivir a Caracas y con ella se llevó a nuestro diminuto personaje ja, ja, ja. En la capital, Juan comenzaría a estudiar bachillerato hasta el año 1953, cuando de nuevo, la doña retornó a San Fernando y se instaló con Coquito (no lo aflojaba para nada… ja, ja, ja) en la casa de su hermano, Don Pablo Rodríguez, situada en la esquina del cruce de las calles 19 de abril y 24 de julio (diagonal al edificio de los Hermanos Barbarito) donde tenía su panificadora, conocida como LA PANADERÍA MODERNA (funcionaba donde ahora está la sede del Banco Provincial), siendo atendida por su hijo Pablito, porque don Pablo fue a residenciarse en Caracas. Pablito era un afable hombre de unos cuarenta años de edad quien mantuvo activo el negocio hasta el año 1959 y estaba casado con la señora Elba González, hija de don Pedro Molleja. Por cierto, antes había estado en esa casona la pulpería La Colmena, propiedad del comerciante Don Chicho García, la cual le dio nombre a la Esquina La Colmena. Lamentablemente, por avatares del destino, el viejo pulpero cerraría su negocito y se dedicaría a ser un quincallero ambulante (literalmente La Colmena, de la noche a la mañana, se convirtió en una empresa de maletín ja, ja, ja). Más tarde, se establecería allí la imprenta LA POPULAR, propiedad del tipógrafo Leonte León y en el año 1952, el boticario Pedro Segundo Salas, inauguraría en el cruce de las calles Comercio y 24 de julio LA BOTICA CENTRAL, donde una vez estuvo el Hotel Danelo (una posada del italiano José Danelo, donde se dice, se alojaba Pancha Vásquez, cuando venía a San Fernando a arreglá unos asunticos con su abogado, un tal doctorcito de apellido Blanco… ja, ja, ja).

Siguiendo con la descripción del entorno de LA MASCOTA por la Calle Comercio al final, al lado de la Farmacia San Fernando estaba la fábrica de hielo ERSON propiedad de Don Emilio Rodríguez Saintón (posiblemente las siglas ERSON se originarían de EMILIO RODRÍGUEZ & SONS; es decir, Emilio Rodríguez e Hijos). Al lado de esa empresa estaba la fábrica de pastas marca LA FAVORITA, propiedad de un italiano de apellido Morotti y en la esquina la Heladería La Tropical y diagonal el Botiquín El Guasimito, propiedad del italiano Anselmo Rugiere. Por cierto, antes había funcionado allí un restaurant conocido como Restaurant El Guasimito. Por cierto, ese lugar era conocido como Puerto El Guasimito y anteriormente Puerto Panza, por cuanto, allí vivió con su familia el italiano Ángel Panza, padre del mecánico automotriz de apellido Seijas conocido como El Viejo Seijas. Después llegó a vivir una familia húngara de apellido Moris, entre ellos estaban los hermanos Juan, Eusebio y dos hermanas menores, quienes junto a sus padres instalaron un taller de reparación de armas de fuego conocido como TALLER PANONIA (Una región de la Europa Central correspondiente a Hungría, limitada al norte por el célebre Danubio, el río de los famosos valses de Johan Strauss…ja, ja, ja).

Don Ignacio Rodríguez vendía a crédito a los mayoristas de los estados Guárico, Barinas y Apure establecidos en Las Mangas Coberas, Camaguán, Guayabal, Cazorla, La Unión de Barinas, San Jaime, San Juan de Payara, Cunaviche, Arichuna, Biruaca, Achaguas, Guasimal, y San Rafael de Atamaica, como Don Rafael Mayoudón, entre otros y también compraba a crédito a los mayoristas del centro del país con letras de cambio (los populares giros) con vencimiento a noventa y ciento veinte días.

Los clientes arribaban en bongos o en chalanas atestados de productos de esas regiones y regresaban a sus lugares de origen con las embarcaciones atapuzadas de víveres y mercancías. Por supuesto, no faltaban los CHICHARRONEROS quienes atracaban frente a LA MASCOTA con sus bongos cargados de quesos, cueros de res, de caimán, sebo para el alumbrado y para engrasar los ejes de las carretas, frijoles, algodón, panes de queso de cincho, cargas de panela dulce, carne seca de pescado, salones de chigüire, tasajo y finalmente zarpaban bien surtidos del popular negocio.

3. ¿POR QUÉ CERRÓ SUS PUERTAS LA MASCOTA…?

La tradición de LA MASCOTA data del año 1936, cuando don Ignacio se estableció con su familia y su negocio en calidad de inquilino en la hermosa casona de dos plantas, la cual compraría a los hermanos Palazzi en abril del año 1949. Tres años más tarde, don Ignacio se iría a vivir a la ciudad de Caracas, en la urbanización El Conde a escasos metros del Nuevo Circo, dejando de administrador a Pedro Cesar Esté y subgerente a su sobrino Rodolfo Rodríguez (hijo de su hermana Isabel Rodríguez). Inicialmente el contador-administrador era Pedro César Esté, después le sucedió Bonafides Jiménez, conocido como el Bachiller Bonafides. La Mascota se mantuvo activa hasta el año 1970, a pesar de que el año 1959, a la edad de noventa años, fallece en Caracas don Ignacio a quien le sobrevivieron sus hijos: Ramón Ignacio (Farmacéutico), Raül (un parapléjico que vivía entre Caracas y San Fernando), Antonio, apodado El Negro y Carmen María; también su esposa, doña María González de Rodríguez, hija de don Pedro Moullenga (Pedro Molleja), propietario de muchas viviendas en San Fernando, quien también era el padre del pulpero Juan Molleja; de Pedro Molleja (hijo); de la esposa de Don Julio Aray, la señora Sofía Molleja de Aray; de la madre del músico Fernando Farfán (a) Tocino; de Doña Juanita Herrera y de Elba González, la bonita esposa de Pablo Rodríguez (a) Pablito, hijo de Don Pablo Rodríguez, propietario de la PANADERÍA MODERNA.

A pesar del fallecimiento del avezado emprendedor, LA MASCOTA se mantuvo activa en el giro de sus operaciones hasta el año 1970, cuando mediante decreto emanado de la Gobernación del Estado Apure, se puso el ejecútese al rellenó de EL CAÑITO, quedando EL MAYOR DE VÍVERES LA MASCOTA desconectado de sus habituales clientes invernales y de ñapa, La Ciudad de la Esperanza, perdió su más importante patrimonio natural como fue ese hermoso brazo del Apure, quien, cual impetuoso enamorado, la acariciaba con sus melosas carantoñas y pegajosos arrumacos que con sus suaves olas de límpidas aguas a cada rato la besaba, desde la Boca de El Picacho de San Pedro (donde ahora está la sede de la emisora de radio FUTURO) hasta la desaparecida y hermosa vivienda de dos plantas conocida como LA AURORA -es decir, que el atrevido Cañito, la mimaba desde los cachos hasta el rabo… ja, ja, ja- Por cierto, LA AURORA era una señorial casona (también desaparecida) situada allá en el lejano Barrio Mangoverde, exactamente donde ahora se halla la sede de la Guardia Nacional en la Avenida Táchira y se llamaba así, por cuanto, era la primera vivienda del pueblo en darle la bienvenida a los matutinos rayos del sol…ja, ja, ja.

A raíz del cierre definitivo del otrora próspero MAYOR DE VÍVERES LA MASCOTA, la sucesión decidió darla en arriendo al médico veterinario Walter Silva; a la tienda de insumos eléctricos Electrolux; a una hermana de la señora Nelly Padrón de Silva (propietaria del cuadro que me inspiró escribir este ensayo); a los artistas plásticos Luciani y José de Jesús Quiroga; asimismo, sucesivamente a músicos, cantores y hasta una lavandería, regentada por chinos se instaló en la señorial vivienda y últimamente desde el año 1985 la habitó el artista plástico Juan Peña, quien se había instalado allí con su taller de marquetería, de pintura y una modesta galería de arte nombrada LA CASONA. Por cierto, en entrevista que hice a Juan el 21 de agosto del año 2019, refería que esa vivienda se había edificado en los cimientos de otra valiosa construcción que posiblemente sería la más antigua de la ciudad, por cuanto, en una ocasión unos obreros, hicieron unas excavaciones en el piso de La Mascota y hallaron restos de bases, muros y cañerías, pruebas fehacientes de la existencia de una valiosa predecesora vivienda.

CONCLUSIÓN:

… “Una casa muerta, entre mil casas muertas, mascullando el mensaje desesperado de una época desaparecida”… Miguel Otero Epígrafe del prólogo de la novela Casas muertas.

Así comienza la célebre novela que narra el acabamiento, del deterioro penoso, gradual e irremediable de Ortiz, un pueblo llanero de pasado ilustre y floreciente que para fines de los años veinte agonizaba como sus habitantes a consecuencia de la miseria, la enfermedad y el abandono estatal. Como las casas de Ortiz, son las casas de San Fernando; así a cada rato, vemos viviendas decrepitas, ruinosas, abandonadas como cadáveres truncos, víctimas de la desidia y la terrofagia urbana que van reduciendo la vida del pueblo a un triste y exiguo sobrevivir. La tristeza del pueblo por el éxodo de muchos de sus hijos, marcharse con rumbo incierto a cualquier otro paraje donde brille alguna esperanza de mejor calidad de vida…En el caso de Ortiz que en un pasado era LA ROSA DE LOS LLANOS… y capital del Estado Guárico en dos ocasiones… se convirtió en la década de los años veinte de la centuria pasada en el pueblo del AMARGO PRESENTE… un bonito pueblito llanero que languidecía junto a los estertores de los años finales de la férrea dictadura del tirano de La Mulera, Juan Vicente Gómez (a) El Bagre…

Me he referido a las casas muertas de Ortiz, porque ese es el caso de La ciudad de la esperanza, donde en cada cuadra se mira una vivienda derruida, un muro, un desvencijado portón carcomido, un floreciente pajonal donde en otra época había una regia casona… indicadores del declive de la Venezuela presente, donde por doquier, se miran pueblos con sus solitarias calles atestadas de fantasmas, de muertos, de aparecidos, de espectros y leyendas tenebrosas…esos fantasmas del país rural son los que ahora se ven a cada ratico en LA MASCOTA, otrora un próspero mayor de víveres…y ojalá, que nuestro valioso patrimonio cultural edificado no siga derrumbándose y que a alguien se le ocurra escribir una novela titulada CASAS MUERTAS SEGUNDA PARTE…y que para entender ese drama tengamos que leerla desde los cachos hasta el rabo…

CITAS:

(1) Documento Compra-venta de la vivienda que sería la sede de La Mascota, vendida a Don Ignacio Rodríguez por la firma liquidadora PALAZZI HERMANOS LIQUIDACIÓN. Según consta en documento protocolizado en el Registro Subalterno de San Fernando de Apure. Documento 21, Folios 34 al 36, Tomo Primero, Segundo Trimestre del año 1949. Esta venta se hizo por un monto de TREINTA MIL BOLÍVARES (Bs. 30.000,00).

NOTAS:

(*) Don Ignacio Rodríguez tuvo muchos hermanos, entra los que destacaban Don Nicomedes Rodríguez, casado con Doña Carmela Díaz, de cuya unión nació la docente Violeta Rodríguez, quien fuera esposa del aviador, capitán Adrián Urbano Acosta, hijo de Don Alejando Urbano Taylor; asimismo era hermano de Doña Petra Rodríguez de Graterol, quien fue esposa del comerciante y chalanero Don Emeterio Graterol, quien atracaba su chalana DELYOARIS (Delia, Yolanda y Aristóteles, sus tres hijos) en Puerto Arturo (intersección de las calles Bolívar y Santa Ana (al final), donde tenía su residencia familiar.

Don Nicomedes Rodríguez, el General Ildefonso Rodríguez (padre de Pompo Rodríguez y Ramoncito Rodríguez), Pablo Wenceslao Rodríguez Márquez, Valentina Rodríguez Márquez, Dina Isabel Rodríguez Márquez, Soledad Rodríguez Márquez, Ventura Rodríguez Márquez (madre de las docentes Doña René de Ramos y Neyer Márquez) y Evarista Rodríguez Márquez, quien crio a Juan Pérez, COQUITO (hijo natural, por lo tanto el Pérez le viene de su madre). Doña Evarista Rodríguez Márquez lo adoptó en el año 1948. Juan Pérez había nacido en Guayabal en el año 1938, tenía un hermano mayor llamado Guzmán Domingo Pérez, quien a los dieciocho años de edad trabajaba con Don Ignacio en LA MASCOTA y después continuaría laborando en la PANADERÍA MODERNA de Don Pablo Rodríguez (donde ahora se halla la sede del Banco Provincial, frente a la Plaza Atanasio Girardot, hoy llamada coloquialmente Plaza de los Yutong). Años más tarde, Doña Evarista se mudaría con su hijo adoptivo -Juan Pérez (a) Coquito- a la vivienda de su hermano, Don Pablo Rodríguez, propietario de la PANADERÍA MODERNA.

(**) CHICHARRONEROS: Así llamaba el vulgo, coloquialmente en Apure hasta finales de la década de los años cincuenta de la centuria pasada a los comerciantes que en invierno se desplazaban por los ríos, caños y sabanas apureñas en bongos a canalete, palanca y espadilla practicando el trueque. Por cierto, estuvieron activos hasta finales de la década de los años cincuenta del siglo XX. Entonces a los principales puertos de San Fernando no solo arribaban los vapores y barcos de la CAVN y las chalanas; sino también los enormes bongos de los Chicharroneros. Siendo esas embarcaciones, las que por ser de menor calado realizaban durante todo el año (invierno y verano) el comercio y la navegación en Apure. Por supuesto, en verano navegaban únicamente por los ríos y caños; mientras que en el invierno además de navegar por esos torrentes, lo hacían echando travesías por las sabanas, por cuanto, éstas se anegaban a consecuencia de las copiosas lluvias y del desbordamiento de los caños y ríos. Entonces, eran esos mercaderes itinerantes quienes satisfacían las necesidades de relacionamiento (económico, social y cultural) de las recónditas e incomunicadas poblaciones apureñas (pueblos, caseríos, vecindarios, fundaciones, hatos, fundos y hasta el más humilde ranchito). Esos AVENTUREROS eran quienes les abastecían de: Medicinas, mercancías, vestimentas, víveres, herramientas agrícolas, utensilios para el peón de sabana y lo más importante, valiosa información, por cuanto, amén del chisme local, nacional e internacional, también cual HERALDOS les llevaban libros, periódicos y revistas viejas, pero que los aislados pobladores, ávidos de información las consumían (leían) ávidamente desde los cachos hasta el rabo ja, ja, ja. Por cierto, LOS CHICHARRONEROS, en algunos casos, eran propietarios de uno, dos y hasta de cuatro embarcaciones o sino las fletaban. Por cierto, ellos tenían a flor de labios un simpático refrán que decía A PUERTO CERCA NO HAY MARINERO CANSAO… ja, ja, ja, porque la verdad sea dicha, esos marineros de agua dulce al acercarse al lugar de destino echaban el resto con la palanca o el canalete y con la lengua afuera, al fin arribaban a la ansiada meta… ja, ja, ja.

FUENTES:

Bibliográficas:

ARANA PÁEZ, Hugo Borraduras de ciudad. Fundación Editorial El Perro y la Rana. Colección El Apure de siempre, Serie Roja, Crónica. Red Nacional de Escritores de Venezuela. San Fernando. 2011. Págs. 100.

CASTILLO SERRANO, Franco. El Último violín, Págs. 287

CLEMENTE TRAVIESO, Carmen. Las esquinas de Caracas. Talleres Gráficos de México SA., México. 1966. Págs. 285.

DECANIO, Edgar. Repuntes II, El San Fernando de ayer, CONAC, Págs. Fundación Cultural Ítalo Decanio D´ Amico, Consejo Nacional de la Cultura, CONAC, Editorial Lithobinder. Caracas, 2005, Págs. 349.

GONZÁLEZ, Leopoldo. Arichuna Bicentenaria, Editorial Andes, Bogotá, 1973. Págs. 315.

LAYA, Carlos Modesto. Del Apure histórico. 99

MEDINA RUBIO, Arístides. Introducción a la historia regional. Consejo Nacional de la Cultura. Revista Historia para todos, Número 3. Págs. 40.

NUÑEZ, Enrique Bernardo La ciudad de los techos rojos. Monte Ávila Editores, C.A. Cromotip. Caracas, 1988. Págs. 283.

OVIEDO M., Ramón. Sabaneando mis recuerdos, Gamevial, Valencia, 2006, Págs. 267

RAMOS, César Humberto. Remontando el Apure viejo 1931- 1952, Págs.151, 1988

----------------------------------- Mi llanto por la llanura 1900- 1940, Colección historia, Fundación Editorial El Perro y la Rana, Ministerio del Poder Popular para la Cultura, Caracas, 2008, Págs. 81.

ROSENBLAT, Ángel. Buenas y malas palabras, Editorial Edime, Pag.158, Tomo II, Caracas, 1969, Págs. 254

--------------------------- Buenas y malas palabras, Una selección, Monte Ávila Editores Latinoamericana, Biblioteca Básica de autores venezolanos, Caracas, 2004, Págs. 313.

--------------------------- Buenas y malas palabras, Tomo IV, Págs. 151 Editorial Edime, Barcelona, 1969. Págs. 356.

SÁNCHEZ OLIVO, Julio César. Crónicas de Apure, Academia Nacional de la Historia, El Libro menor 125, Talleres Italgráfica SRL, Caracas, 1988, Págs. 211.

Documentales:

Registro Subalterno de San Fernando. Documento Compra-venta de la vivienda que sería la sede de La Mascota, vendida a Don Ignacio Rodríguez por la firma liquidadora PALAZZI HERMANOS LIQUIDACIÓN. Documento 21, Folios 34 al 36, Tomo Primero, Segundo Trimestre del año 1949.

Orales:

PEÑA, JUAN

PÉREZ, Juan (a) Coquito

ANEXOS:

Anexo uno: Documento compra-venta vivienda que sería la sede de la firma LA MASCOTA.

Registro Subalterno de San Fernando de Apure Otorgantes Ignacio Rodríguez. Documento 21, Folios 34 al 36, Tomo Primero, Segundo Trimestre del año 1949. Registrador Silvia Nancy Zarate.

Quien suscribe, Registrador Inmobiliario del Municipio San Fernando certifica que bajo el número 21, Folios 34 al 36, Protocolo Primero. Segundo Trimestre del año 1949. Documento dice así. Yo Pedro Palazzi, comerciante y de este domicilio en mi carácter de liquidador de la firma PALAZZI HERMANOS LIQUIDACIÓN, declaro que he dado en venta pura y simple al señor Ignacio Rodríguez Márquez, comerciante, mayor de edad y de este domicilio en San Fernando de Apure, una casa de construcción de mampostería con traba de hierro y malecón en la ribera sur del río Apure, techada de tejas, con su entrada principal en la calle Queseras del Medio distinguida con el número uno y comprendida al Norte río Apure. Este: Casa sucesión de Ernesto Padula, Oeste: Casa de Noriso Pérez Acosta y calle de por medio, con la construcción escuela República de Guatemala. El precio de la venta es la cantidad de Bs. 30.000,00 que declaro haber recibido del comprador en efectivo.

La finca descrita pertenece a la firma que representa por cesión y traspaso que de ella le hizo el señor Domingo Hernández Clemente, según consta en documento protocolizado en la oficina subalterna de Registro del Distrito San Fernando con fecha 15 de marzo de 1919 bajo el número 41 de protocolo primero del segundo trimestre del dicho año 1919 y se encuentra libre de todo gravamen.

Con el otorgamiento de esta escritura hago al comprador la tradición del inmueble y obligo a la firma PALAZZI HERMANOS EN LIQUIDACIÓN al saneamiento en los términos legales y yo, Ignacio Rodríguez Márquez, declaro que acepto la venta que en mi favor se hace en los términos a que se contrae el presente documento. Ciudad Bolívar 18 de febrero de 1919. Pedro Palazzi Juzgado de Primera Instancia en lo civil y mercantil del Estado Bolívar. Ciudad Bolívar 13 de febrero de 1919. Con la audiencia habilitada de hoy en presencia de los testigos hábiles que suscribe el tribunal declaro autenticado el documento por lo que respecta a la firma de su otorgante Pedro Palazzi; de este documento, queda anotado bajo el número cinco a los folios 5 al 6. Juez Cesar Bello. El otorgante Pedro Palazzi. Testigo C. Morado E., Héctor Rojas. El Secretario Julio Gómez Ruiz (Firmados). Oficina de Registro Subalterno de San Fernando.

San Fernando de Apure, 27 de abril de 1949 139 y 91.

Facultado para su registro por el ciudadano Pedro Cesar Esté Comerciante y de este domicilio. Autenticado ante el Juez de Primera Instancia en lo civil y mercantil del Estado Bolívar por lo que respecta a la firma de su otorgante ciudadano Palazzi quien obra como liquidador de la firma PALAZZI HERMANOS EN LIQUIDACIÓN se ha dado cumplimiento a los artículos 90 y 91. Firmado. El presentante original y respectivas protocolos en mi presencia y la de los ciudadanos Santiago Bravo y Ramón Silva R. Testigos instrumentales y vecinos que dan fe de conocerle.

Agréguese gastos de comprobantes bajo el número 18. Solvencia por derechos municipales, según planilla número 97 series 894 Registro 6,00 1 nota 4% 1,20 es del abogado Sr. E. Villegas. El registrador firmado Jorge Gracia Los testigos firmados.

La registradora que suscribe certifica que la presente copia certificada ha sido hecha en esta oficina de Registro por el ciudadano. Francisco, titular de la cedula de identidad 17.394.910 persona autorizada por mí para hacer y quien junto conmigo suscriben la presente certificación. San Fernando 20 de noviembre de 2017.

Francisco Córdoba Francisca Acosta de Menéndez

Persona autorizada Registrador inmobiliario Acc.

 


miércoles, 23 de junio de 2021

EVOLUCIÓN DE LA BANDERA DEL ESTADO APURE

 




EVOLUCIÓN DE LA BANDERA DEL ESTADO APURE

Por Josefina Alvarado

Hoy veintitrés de Mayo, día de la bandera del Estado Apure, tratando de utilizar las herramientas de la cibernética las que la mayoría de humanos cree que es un medio masivo, en mi opinión no lo estimo así para mí excluye gran parte de la población mundial que no tiene acceso a un simple teléfono celular de nueva generación, no obstante tratare de darles luces sobre la evolución de la bandera del estado Apure, apegada a las fuentes documentales, a la claridad de mi memoria que todavía funciona por ser coautora de lo que aquí se relata, para hacerles el recuento histórico más exacto le transcribo el discurso de orden con motivo de la oficialización de la Bandera del estado Apure, para que tengan claridad respecto de la fecha treinta y veintitrés de mayo, el porqué, se irá dilucidando al discurrir el discurso.

DISCURSO DE ORDEN CON MOTIVO DE LA OFICIALIZACION DE LA BANDERA DEL ESTADO APURE

Al hacer reminiscencias de cómo se escenificaron las luchas para lograr la independencia del país, observamos que delante de cada batallón o resolución importante, como para darle contenido patriótico, fuerza, valor y arrojo para lograr sus destrezas nuestros guerreros, ondeaban en sitios privilegiados estandartes alusivos a las gallardas e históricas hazañas. Después de la emancipación los rumbos y caminos que tengamos a bien transitar, siempre se sentirá la protección del manto tricolor de Venezuela que, junto al himno y el escudo conforman la trilogía de nuestros símbolos patrios a los cuales les debemos respeto, amor y veneración por ser guías impolutos para lograr el país libre del cual goza el pueblo venezolano.

Sirviéndonos de referencia la conceptualización de nuestros símbolos patrios, toca a mi humilde persona narrar para ustedes, con mucha seriedad y responsabilidad, como ha sido mi postura permanente, igual cuando asumo un compromiso tan importante con la comunidad, sobre todo con los jóvenes y niños de nuestra entidad llanera. Es mi deber al respecto aportar datos valederos, documentar en el estricto orden esta disertación: significaré además que el carácter metodológico a utilizar no es impedimento para que vayan implícitas mis vivencias, como parte fundamental de este logro que enaltece el gentilicio y nutre la historia del estado Apure.

Se hace imperativo enfocar la creación de nuestra bandera en dos etapas complementarias, signadas cada una de ellas por el trabajo creador de un grupo de personas; hijos o no de esta tierra, al hacer un balance de justedad a cada uno se le debe reconocer su esfuerzo.

Primera Etapa:

Comienza el trece de Abril de mil novecientos noventa y tres, cuando se propone su creación, se demuestra recogiendo del acta número veinte, llevadas en los libros de la asamblea legislativa en sus puntos varios se desarrolló de esta manera:

“Interviene el Presidente señor Alonso Hernández en su condición de diputado y manifiesta: He observado que nuestro estado Apure, solamente cuenta con el himno y el escudo del Estado, en tal sentido, he tenido la inquietud de la falta de la bandera, y para ello quiero hacer formalmente la proposición en esta cámara, de que nosotros como legisladores apureños debemos dejar a nuestro estado Apure, ese tercer símbolo que constituye la bandera”.

Esta proposición fue aprobada y estuvo buena acogida por los legisladores, el presidente nombra una comisión que se constituya en jurado y se aboque a organizar el concurso referente a la creación de la bandera del estado, esta comisión estuvo integrada por los diputados Laura Simona de Lara, Fernando Suárez, Ramón Narvaez Pérez, Nohelia de Rincones y Ronald Torres la misma a su vez, debía incorporar al ejecutivo regional, las universidades, zona educativa, entre otros. Ese paso importante llegó hasta la publicación del concurso de acuerdo a las bases publicadas en el diario ABC.

Segunda Etapa:

Se inicia desde el ejecutivo regional el día seis de marzo de mil novecientos noventa y seis, después de tres años once meses y veintitrés días, El general (GN) Régulo Ramón Andrade Román en su carácter de secretario general de gobierno del estado Apure debidamente autorizado por el Dr. José Gregorio Montilla Gobernador del estado, conjuntamente con el licenciado Aureliano Correa presidente de la Asamblea Legislativa, proceden a nombrar una comisión multidisciplinaria para que le imprima consecución a la creación de la bandera del estado, dicha comisión quedó integrada de la manera siguiente:

Presidente: Régulo Ramón Andrade Román; Secretaria ejecutiva: Josefina Alvarado; Miembros: Monseñor Mariano Parra Sandoval, representante de la Diócesis de San Fernando de Apure; Alfirio Mora Coronado, procurador del estado; Willian Acuña y Jhonny Guerrero (diputados a la Asamblea); Argenis Mendéz Echenique, Presidente de la Sociedad Bolivariana centro correspondiente al estado Apure; Pedro Pablo Olivares, Director-Coordinador del Centro de Estudios Históricos Sociales del Llano Venezolano (CEHISLLAVE); Ibelice Estevéz de Velázquez, Coordinador de la Universidad Simón Rodríguez ; Fernando Suárez, ex diputado de la Asamblea Legislativa; Orlando Bermúdez Lima, Comandante de la Policía del estado. De inmediato se procede a revisar lo que se había adelantado y hasta donde llegaron los trabajos de la primera comisión, con la finalidad de darle continuidad y no desviarnos de las gestiones realizadas, para no perder la secuencia del trabajo, como debe ser en estos casos referidos a los hechos históricos.

El día jueves dos de mayo de mil novecientos noventa y seis, en el mismo periódico ABC. Tomando casi en su totalidad las bases del concurso publicadas por la primera comisión, exceptuando algunas e incorporando otras, se le da continuidad al proyecto, en la referida publicación se incorporan los nombres componentes del jurado calificador, tomando el articulo once de las referidas bases, se destacan lo siguiente:

“Se designan jurados a los ilustres ciudadanos, los cuales tienen debido conocimiento, quienes tendrán la responsabilidad de examinar y calificar a cada una de las propuestas; emitirá el veredicto final en cinco días hábiles el cual será inaplazable: Lic. Argenis Méndez Echenique, Sra. Josefina Alvarado, Prof. Wascar Jaspe, Lic. Ibelice Estévez de Velázquez y el diputado Jhonny Guerrero”

El día lunes veintidós de Julio de mil novecientos noventa y seis, es seleccionada la Bandera del estado Apure, de entre ochenta y tres proyectos y de acuerdo a las bases del concurso en el salón “Andrés Eloy Blanco” del Palacio de Gobierno, resultando ganadora la propuesta número uno presentada por el señor Juan Blanco, residenciado en la ciudad de Achaguas, pasando el mismo a ser patrimonio inalienable del Ejecutivo del Estado Apure. El acta de la creación de la bandera recoge una sugerencia que hacen a las autoridades competentes los miembros del jurado, como es la creación de un mural con los diferentes proyectos de banderas presentados en el concurso, para ser utilizados como recursos didácticos por los docentes y como testimonio de la creatividad de sus hijos.

Siendo la bandera patrimonio del Estado, el gobierno regional instruye a la ciudadana Josefina Alvarado para que le haga una reforma, en la que a través de los colores se le dé un mejor contenido de los elementos que conforman a la Región. Logré hacerlo dando como resultado esa sobria y hermosa bandera que desde hoy, se oficializará y flameará en todo el ámbito territorial, indicándonos el camino de rectitud y trabajo, a los niños, jóvenes, adultos y ancianos en la tarea común de convertir este suelo en un bastión regional, donde la prosperidad y el beneficio nos alcance a todos por igual.

Al lograr la complementación de la bandera nos abocamos a la revisión de la ley de Himno y Escudo del estado Apure, faltaba incluir el capítulo respectivo a la Bandera, se le hace la debida reforma y no solamente se incluye el capítulo citado con anterioridad, sino que, también se incorpora el capítulo referido a la creación de la “Banda insignia del Poder Ejecutivo del estado Apure”, describiré la misma tomando el texto del artículo veinte de la mencionada ley.

“La banda insignia del poder ejecutivo del Estado Apure” constara de los siguientes elementos: una banda en seda con la forma y colores de la bandera del estado Apure, de diez centímetros de ancho terciada sobre el hombro derecho del gobernador, viniendo a caer a la altura de la cintura del lado izquierdo donde tendrá una roseta con las mismas características de la banda”.

Conlleva la creación de esta Banda, Darle la debida prestancia a los actos donde el señor gobernador tenga a bien usarla, en las fechas que rigurosamente le indica la “Ley de Símbolos del Estado Apure”, es con este título que finalmente se decretó la ley en cuestión, debo significar además que en el capítulo alusivo al Escudo del estado Apure, se le había hecho con anterioridad reformas en las fechas grabadas en el centro y extremos; como también se cambio la rama de cafeto por la Palma de los Llanos, dichas reformas se hicieron únicamente en la ley, pero el símbolo en sí, seguía igual; dándonos cuenta del fallo también emprendimos esa tarea que motivó al pintor José Gregorio González Vivas, quien nos presentó un proyecto con esa hermosa palma de los llanos que se consideró más representativa del estado. A este respecto la Asamblea Legislativa, con un cuerpo de sus diputados consideraron hacerle las reformas que hoy se aprecian en dicho símbolo.

Debo dejar testimonio escrito al pueblo Apureño, que la misión encomendada, ha sido para mi modesta persona una de las más valiosas e importantes en cuanto al fortalecimiento de mi espíritu venezolanista se refiere, sobre todo en la parte de la reforma de la Bandera y adaptación a la ley, aquí debo hacer un alto para darle las gracias al Dr. Gustavo Silva Pérez, quien hizo la revisión al proyecto de ley; al Sr. Juan Nuñez Padilla que junto a la politóloga Yelitza Paéz les dimos los último toques al referido proyecto. En la parte de la redacción del proyecto de Bandera, a los jóvenes talentosos Pedro Zacarías y Luis Augusto Ibañez Alvarado, quienes armados de paciencia aceptaban mis requerimientos en la tarea de la impresión y perfeccionamiento de los proyectos, en esos aparatos modernos llamados computadoras. A mis consocios Bolivarianos Lic. Argenis Méndez Echenique, Lic. Pedro Pablo Olivares, Lic. Glenda Mirabal Alvarado quienes hicieron una labor de revisión y consulta, a José Ramón “Moncho” González diligente funcionario de relaciones públicas encargado de la organización de este magnífico acto.

Discurrido el recuento histórico, es oportuno hacerles un llamado a todos mis conciudadanos para cerrar filas a favor de la recuperación de la entidad, de los valores que en conjunción encarnan la moral, la justicia y la paz; requisito sine qua nom para solventar esta crisis que nos acogota y se extiende cada día más; traducidas en drogas, violencia, criminalidad, entre otros. Empero, nosotros los adultos en actitud tuitiva y dando ejemplos de dignidad y decoro, rindiendo jornadas en la cotidianidad, que sirvan de senderos expeditos para el tránsito obligado durante este lapso de tiempo a desarrollarse desde su niñez, juventud hasta convertirse en adultos, los cuales emergerán como la parte más importante de la humanidad, sus generaciones de relevo, a ellos les tocará darle continuidad a lo que hoy se escenifica aquí. Finalmente deseo que ustedes “muchachos” cuando les corresponda dirigir los destinos de Venezuela o del Estado, al realizar un acto impregnado de regionalismo y civismo como este, lo hagan con más fervor y más amor hacia el terruño patrio, es así , como los que hoy somos actores, nos sentiremos interpretados, quedando establecido que las semillas germinaron para dar buenos frutos; presagiando el futuro en este sentido, llena de alegría con la mano apretada en el corazón, les invito a cantarles a nuestra más cara insignia:

Es la Bandera de Apure

Un hermoso pabellón,

Representa en sus colores

Lo fértil de la región.

Lleva en su contenido

Las destrezas del llanero,

Junto a sus ríos caudalosos

Y riquezas del subsuelo.

Las portentosas hazañas

Logradas por sus guerreros

Que le dieron a la patria,

Libertad bajo este cielo.

Reflejado en el fulgor

De sus preciosas estrellas,

El grito de dignidad

Del héroe de las Queseras.

Debido a que el estado Apure contaba solo con dos símbolos Escudo e Himno al crear la Bandera completo su simbología, ese hecho dio pie para hacerle la revisión a la ley de Escudo e Himno para incorporar la Bandera al igual que la Banda Insignia y otros símbolos (llamado menores), que en esencia representan, tradiciones, costumbres, fauna y flora dejando la posibilidad para una de una nueva reforma ya que, desde un comienzo fue mi caso y de varias personas del sector cultural, no tuvimos de acuerdo con la fecha treinta de mayo, por cuanto coincidía con las del Santo Patrono, así toda la atención se concentraba en su celebración y la Bandera pasó a segundo plano. El temor de los historiadores se patentizó, lo que impulsó la última reforma contenida en la Gaceta Oficial nro. 271 de fecha 30 de Agosto de 2016 donde se estableció el veintitrés de mayo día de la Bandera, como también en el capítulo 6 articulo 14 se instituye el veintitrés de mayo “Día de la Llaneridad Apureña”, en consideración de la histórica Asamblea de Guerra que realizó El Libertador Simón Bolívar en la Aldea “El Setenta” en jurisdicción del Municipio Muñoz, de nuestro estado Apure, el día veintitrés de Mayo de 1819, donde se decidió La Campaña de la Nueva Granada, que culminó exitosamente en la Batalla de Boyacá, permitiendo luego las victorias de Carabobo, Pichincha, Junín y Ayacucho. Esta fecha será celebrada para su mayor significancia y jubilo simultáneamente con el día de la Bandera del estado Apure, según lo establecido en el artículo 8 de esta ley.

Resalto además que contenido en el capítulo 9 DE LOS SIMBOLOS DE CARÁCTER PATRIMONIAL EN LO CULTURAL Y NATURAL, artículo 24 se establecen como Símbolos Emblemáticos:

1. Flor Regional “Flor de Bora”, cuyo nombre científico Eichhornia Crassipes

2. Animal Emblemático regional “La Paraulata Llanera”, cuyo nombre científico es “Mimus Gilvus”

3. El Árbol Emblemático regional será “El Merecure”, cuyo nombre científico es “Licania Piryfolia”

4. El Traje Típico Emblemático será “El Liqui Liqui”, con sus respectivas variantes de forma en el uso para el hombre y las mujeres.

5. La Canción Popular Regional será “Apure en un Viaje”, cuya autoría pertenece al compositor Genaro Pietro

Autora:

Josefina Alvarado

San Fernando de Apure-Venezuela

Fuentes Consultadas:

Gaceta Oficial del Edo Apure nro. 148

Decreto Ejecutivo del 8 de Septiembre de 1909

Decreto Ejecutivo G-124 de fecha 4 de Junio de 1998

Gaceta Oficial del Edo Apure nro.271 de fecha 30 de Agosto de 2016

 


martes, 22 de junio de 2021

VENECIA BERRO

 


VENECIA BERRO

Nació en San Fernando- Estado Apure, el 2 de Junio de madre y padres Apureños. Licenciada en Educación, graduada en la Universidad (Simón Rodríguez) Núcleo Apure.

Sus primeros pasos como cantante fueron a la edad de 5 años, en el festival La Voz Criolla, obteniendo el primer lugar, y en el Atamaica Dorado. Participa en el Festival Nacional Canta Claro, en el festival La Voz Liceísta, donde fue acreedora del primer lugar, y primer lugar en Capacho, Estado Táchira.

Posteriormente se Destaca en La Voz Universitaria siendo calificada en el primer lugar, con tan solo 16 años, iniciando de esta manera, una nueva fase como (Reina), cantando bailando y ejecutando instrumentos musicales, donde se hace acreedora de varios premios nacionales e internacionales. A continuación se mencionan los más reconocidos:

• Reina: El silbón de Oro Portuguesa- Venezuela

• Reina: Achaguas de Oro Achaguas- Estado Apure Venezuela

• Reina Jirara de Oro Tame - Colombia

• Reina de la simpatía y el folklor Puerto Rondón - Colombia

• Reina de la simpatía y el folklor Aragua de Barcelona - Venezuela

• Reina: Mazorca de Platino Las Mercedes del Llano Guárico-Venezuela

• Reina Internacional de la Palma Barranca de Upia- Colombia

• Reina Sierra de la Macarena, San Juan Arama – Colombia.

Además obtuvo el segundo lugar como Virreina internacional del Joropo, Villavicencio, El Meta - Colombia, y Virreina Internacional de la Cosecha Llanera Granada-Meta Colombia.

 

También ha sido invitada especial en eventos como:

 

 El Florentino de Oro Venezuela

Voz del Alma Llanera Venezuela

Venecia Berro una mujer llanera, dedicada toda su vida a resaltar el Folklor, cuyas participaciones y títulos en festivales Colombo – Venezolano, le han abierto las puertas para lanzar su primer Trabajo Discográfico titulado: La Serpiente con cinco temas:

• Desengaño (Venain Rivas) PROMOCIONAL

• La Princesa del Folklor (Venain Rivas)

• Se te Volteo la Cachapa (Venain Rivas)

• La Serpiente (José Gregorio Oquendo)

• Ya no te aguanto (Ramoncito Pérez)

 

Fuente: lapuertadelllano34.blogspot.com 

 


PULPERÍA EL CASINO

 


PULPERÍA EL CASINO

Autor: Hugo Arana Páez

Continuando con los ensayos publicados en la serie HISTORIA AMENA, en esta ocasión me referiré a otra conocida y popular pulpería del Barrio El Mamón (actual Sector Centro Valle), conocida como EL CASINO, la cual desde principios de la década de los años treinta de la centuria pasada le dio nombre (coloquialmente) a una viejaza esquina de la ciudad, como fue la ESQUINA EL CASINO, ubicada en el ángulo suroeste de la intersección de las calles Bolívar y Coto Paúl.

Una vez más les doy las gracias a los artistas plásticos y a los fotógrafos profesionales o aficionados a ese arte, quienes con sus bonitos lienzos y coloridas imágenes engalanan y contribuyen a facilitar la comprensión de estos trabajos.

1. ORIGENES Y EVOLUCIÓN DE LA PULPERÍA EL CASINO

En las primeras décadas del siglo veinte, existió en el ángulo suroeste del cruce de las calles Bolívar y Coto Paúl número 16, una casona de dos aguas, de techo de tejas y paredes de bahareque, propiedad de Don Pedro Gamboa; la cual era una de las tantas casas de vecindad que había en la ciudad y como todas esas edificaciones, estaba constituida por innumerables habitaciones, ocupadas por gente humilde, que pagaban un alquiler de veinte bolívares mensuales. Don Pedro era un precavido comerciante y para evitar conflictos futuros, cobraba el alquiler diariamente y cuando sus amigos le pegaban una chapa o mamadera de gallo, por esa peculiar modalidad de cobrar la renta, muy sonriente les respondía… “Es para evitar que transcurrido un mes, se me vayan a ir con la cabulla en la pata”…

Tal vez el viejo propietario, cansado de las bromas de sus amigos o porque algunos arrendatarios se le habían ido con la cabuya en la pata; un buen día decidió modificar la vivienda para destinarla a usos comerciales. En ese sentido, se la alquiló a un pulpero venido del Estado Bolívar, llamado Rafael Martínez, apodado cariñosamente El Tuerto Rafael, quien se instaló con su negocito PULPERÍA EL CASINO. Por cierto, según refería el cronista de San Fernando, el abogado, periodista y corresponsal del diario El Nacional, Pedro Laprea Sifontes, que la persona que bautizó a esa esquina con el peculiar nombre EL CASINO fue ese abacero guayanés.

… “Un día un pulpero llamado Rafael Martínez, a quien cariñosamente lo apodaban el Tuerto Rafael, se instaló en esa esquina con una ratonera, pintó la casa con cal y zócalo azul (asbestina) y como en esa época estaba de moda un cigarrillo marca CASINO DE LA PLAYA, colocó un letrero sobre una tablita de madera que decía LA ESQUINA DE EL CASINO, mayor de víveres y licores, que el Tuerto Rafael vendía no al mayor sino al menudeo”… (1)

Como casi todos los pulperos de principios del siglo veinte, El Tuerto Rafael, preparaba tragos a base de aguardiente con ponsigué, berro, guásimo y de ñapa raíces que vendía a medio real el PALO. Más tarde se trajo de Ciudad Bolívar a su hermano, quien de unas tablas viejas construyó una cava, en la que conservaba dos barretas de hielo que compraba en la fábrica de hielo que funcionaba en la Esquina El Guasimito, situada en el cruce de las calles Comercio y Urdaneta, con las que preparaba unos sabrosos cepillados, conocidos en Caracas como raspados y en San Fernando COMODOROS. Por cierto, él aquí quiso bautizarlos con el sofisticado nombre guayanés SNOW BALL (Bola de nieve), pero ya en San Fernando de principios de siglo los muchachos los habían denominado COMODOROS ja, ja, ja.

Un buen día El Tuerto Rafael, le compró unos gallos de raza (gallos de pelea) a un viejo gallero de apellido Arrayago y al enrazarlos con otros plumíferos de su propia cría, formó su CUERDA DE GALLOS. Así, con sus bien criados y entrenados animalitos, cada domingo el tercio se iba a la gallera situada en el Puerto Mi Cabaña. Allí se le veía, acompañado de algunos muchachos del barrio, a quienes les entregaba los gallos y los vestía con sus pantalones para que con esa larga vestimenta aparentaran haber alcanzado la mayoría de edad y pudieran hacer de las suyas en el pecaminoso lugar ja, ja, ja. Entonces, a principios del siglo veinte, Venezuela se caracterizaba por ser una sociedad mojigata, donde los zagaletones (ahora llamados adolescentes ja, ja, ja), vestían pantalones cortos hasta la edad de dieciocho años y al cumplir esa edad, se los iban alargando por etapas; en la primera fase del proceso, se los prolongaban hasta un poco más abajo de la rodilla (ahora llamados eufemísticamente pantalones Bermudas ja, ja, ja), hasta que finalmente se los alargaban hasta los jarretes ja, ja, ja; señal que el zagaletón ya era un hombre hecho y derecho, un hombre de juicio o un hombre de fundamento… ja, ja, ja. Pero en el caso del Tuerto Rafael, éste, al vestir a los niños con sus calzones, se los alargaba de un solo envión ja, ja, ja. Eso lo hacía el bellaco pulpero para que los muchachos, pudieran entrar tranquilamente a la gallera, por cuanto, únicamente se permitía el acceso al pecaminoso lugar a personas mayores de edad y de pantalón largo ja, ja, ja.

Un aciago, día transcurrían las horas y el Tuerto Rafael, nada que abría la pulpería, mientras que afuera los angustiados vecinos y los muchachos de mandado, conocidos como MANDADEROS se desesperaban porque desde muy temprano los tenía acostumbrados a compensarlos por su compra, con la ñapa, ya sea en bonos o con el clásico PERRO Y GATO (panela dulce y queso).Cansado de que le tocaran insistentemente los portones del negocio abrió las puertas y los asiduos clientes, se percataron que lamentablemente el hombre se había enfermado de los nervios y hubo necesidad de ser internado en el sanatorio. Él decía que era un daño que le habían echado en La Esquina El Casino. Más tarde el local fue arrendado a otros pulperos como Don Gañan, un viejo guate de pequeña estatura, pero grande en bellaquerías; después lo ocuparía el catire Antonio Pereira -también aficionado a la cría de gallos- y su mujer Rufina Hidalgo, quien al separarse de él, se instalaría con un barcito, en una casona de paredes de bahareque y techo de zinc, situada en el ángulo noreste de Puerto Arturo, situado en el cruce de las calles Bolívar y Santa Ana, donde una vieja rockola consolaba el desamor de los afligidos enguayabaos...ja, ja, ja. Después que el catire Pereira se marchó de la Esquina El Casino, la acogedora casa de dos aguas sería ocupada por otro pulpero llamado Salvador Rodríguez y su familia, constituida por sus dos hijas, la mayor Marlene y la menor, Salvadora, una adolescente flaquita muy parecida a la madre, de nombre Raimunda, una señora alta como una palmera y flaquita como una vela de a cuartillo, que por cierto, fumaba más que una puta presa y hablaba más que un perdío echando el cuento cuando aparece… ja, ja, ja; Salvador era un tercio alto, de tez morena, callado y de aspecto aindiado. Allí estuvo el pulpero varios años al frente de su negocito, hasta que un día recogería sus macundales y se mudaría a la Esquina Mi Tesoro, situada en el ángulo suroeste del cruce de las calles Muñoz y Santa Ana, donde permaneció muchos años al frente de su pulpería. Finalmente, en la Esquina El Casino se instalaría otro pulpero con su familia, un guate de apellido Espósito y su esposa, la señora Rosa Benavides de Espósito, quienes junto a sus hijos Edda, Nancy, Iván y Gilberto, vivirían muchos años en el popular y concurrido lugar. Años más tarde la vieja casa de El Casino fue desocupada y finalmente fue echada abajo junto con sus historias, sus recuerdos, sus anécdotas y en su lugar, el sanfernandino José Ángel Bravo (a) Frijolito, construiría una bonita casita de mampostería y techo de zinc donde se residenciaría con su familia hasta el presente.

Hoy ya no están la vieja casona de bahareque y techo de tejas; tampoco El Tuerto Rafael Martínez, con sus ñapas, sus gallos de peleas, ni los niños disfrazados de hombres echando a pelear los gallos del zamarro pulpero en La gallera del Puerto Mi Cabaña y mucho menos la Pulpería El Casino...que le diera nombre a una popular y concurrida esquina del pueblo.

2. ¿POR QUÉ EL TUERTO RAFAEL BAUTIZÓ A SU RATONERA EL CASINO?

Seguramente, a mediados de la década de los años treinta, el Tuerto Rafael, escucharía en un viejo radio algunas de las pegajosas canciones interpretadas por la novísima y afamada orquesta cubana CASINO DE LA PLAYA y además, leería en los periódicos de circulación nacional como El Universal, La Esfera; las revistas El Cojo Ilustrado, Elite y las publicaciones locales como el diario LETRAS, alguna reseña de los éxitos de la afamada banda y además, como fue tanta la popularidad de esa agrupación en Venezuela que una empresa cigarrera bautizó a una marca de cigarrillos con el nombre CASINO DE LA PLAYA, que probablemente el Tuerto Rafael, expendería por cajetillas y uno que otro al detal, y tal vez, sería tanta la demanda de esos cigarros que el orgulloso pulpero bautizó a su incipiente negocio PULPERÍA EL CASINO.

La orquesta CASINO DE LA PLAYA fue fundada en el año 1937 en la ciudad de La Habana, Cuba. Recibió ese nombre por ser la orquesta de planta de un famoso casino de ese país, llamado CASINO DE LA PLAYA. Por cierto, esa reconocida orquesta propició un puente entre la música popular cubana y el sonido de las big bands norteamericanas. También sirvió de plataforma para el surgimiento de grandes músicos y cantantes de la música caribeña.

A mediados del año 1937, la discográfica RCA Víctor realizó una serie de grabaciones en La Habana con más de veinte grupos de diferente formato. La orquesta Casino de la Playa grabó con la célebre disquera seis números, entre los que se encontraba el tema BRUCA MANIGUÁ, popular composición de Arsenio Rodríguez, que sería el primer eslabón de una cadena de éxitos tanto en Cuba como en el exterior. En el lapso 1937-1939, la banda grabó unas sesenta piezas y además, realizó diversas giras por América.

En el año 1941, Anselmo Sacasas, director de la banda y el cantante Miguelito Valdés abandonan la agrupación para desarrollar sus propios proyectos en los Estados Unidos. Sacasa fue sustituido por Julio Gutiérrez y desde entonces acompañó a vocalistas invitados hasta que en el año 1945, ocupa la plaza de cantante Orlando Guerra (a) Cascarita. Más adelante se incorporará al piano Dámaso Pérez Prado, quien no duraría mucho en el grupo y emigraría a México, donde crearía un nuevo ritmo bailable conocido como el MAMBO, del que se decía que era el ritmo que a las mujeres las volvía locas ja, ja, ja. En el año 1948, Cascarita abandona la agrupación; sin embargo, la orquesta continúa activa hasta finales de la década de los años cincuenta.

La Casino de la Playa se encuadraba dentro de las orquestas conocidas como jazz band criolla. Es decir, conjuntos que aunque interpretaban un repertorio basado en la música típica cubana, lo hacían reproduciendo en cierta medida la sonoridad de las bandas americanas pero, a diferencia de éstas, contaban con cantantes que desempeñaban un papel de primer orden interpretando los ritmos caribeños.

Por esa orquesta desfilaron grandes músicos de la historia de la música popular cubana como Dámaso Pérez Prado, Miguelito Valdés, Orlando Guerra y Anselmo Sacasas, entre otros.

3. LA PULPERÍA EL CASINO Y SU HINTERLAND

En cuanto al entorno de El Casino, se puede decir que a finales de la década de los años cuarenta de la centuria pasada, diagonal al popular negocio del Tuerto Rafael, vivía la familia Laprea-Sifontes, constituida por Don Francisco Laprea (a) Don Pancho y su esposa, Doña Josefa Antonia Sifontes de Laprea, padres de Cristóbal (médico), Josefina (a) Pina, Humberto, Helena, Pedro (abogado, periodista y cronista de San Fernando) y de la señorita María –Mariíta Laprea- quien sería destacada pianista, cantante y esposa del reconocido periodista, poeta y humorista caraqueño Aquiles Nazoa. Frente a El Casino (ángulo noroeste del cruce de las calles Bolívar y Coto Paúl) había una hermosa casona de dos aguas (todavía se conserva esa edificación), donde vivía la familia arichunense de apellido González, integrada entre otros, por Melania, quien fue una de las operadoras de la central de la primera empresa telefónica de la ciudad, propiedad del emprendedor apureño Don Emilio Rodríguez Saintón; otra de las hermanas era Doña Pastora, quien era una experimentada costurera (conocidas ahora, eufemísticamente como diseñadoras de modas, similar a Carolina Herrera o Mayela Camacho entre otras afamadas costureras de oficio ja, ja, ja.); también estaba Esperanza, a quien la nombraban cariñosamente Esperancita, quien por cierto, tenía una lengua muy respetada…ja, ja, ja y quien en esa esquina poseía un detal de víveres al que a veces atendía su hermano Miguel, apodado cariñosamente MIguelacho. Parte del entorno de El Casino lo constituía también el Puerto La Pastora, un fondeadero situado al final de la Calle Coto Paúl a orillas de El Cañito, donde vivía el propietario de un fundo y de una pulpería, siendo conocido como Jesús Chucho Fajardo, quien además de atender su fundito y la ratonera, también se ocupaba de guardar en su casa -situada a orillas de El Cañito- las cargas, los aperos de los bongueros, las mercancías que habían adquirido en la ciudad y de ñapa les cuidaba las embarcaciones. Frente a El Casino (ángulo sureste del cruce de las calles Bolívar y Coto Paúl), vivía la señora Dolores Fajardo con sus hijos Ignacio, Germán, El Negro Fajardo (quien era propietario de un bar en el lejano Barrio Las Marías), Zenaida, Melquiades (dueño de un botiquincito frente al Disco azul en la Calle Colombia) y Raúl Fajardo, quien en la Perimetral norte San Fernando-Achaguas poseía el conocido MOTEL IRIS.

Por supuesto, la pulpería EL CASINO, a principios de la década de los años treinta de la centuria pasada, poseía una envidiable posición geográfica y de su HINTERLAND ni se diga, por cuanto, se hallaba situada entre los fondeaderos: Puerto Arturo (intersección calles Bolívar y Santa Ana); La Pastora (cruce calles Bolívar y Coto Paúl); El Guasimito (cruce calles Comercio y Urdaneta); El Tamarindo (intersección calles 19 de abril y Miranda); Henrique Ligerón (entre calles 5 de julio y 24 de julio) y Barbarito, entre calles 19 de abril y Juan Pablo Peñaloza.

CONCLUSIÓN:

De este trabajo se infiere que en el San Fernando de principios del siglo veinte había muchas viviendas dedicadas a servir de CASAS DE VECINDAD, las cuales tienen que ver mucho con los procesos migratorios. Por cierto, Hasta el año 1920 Venezuela era un país rural, donde más del ochenta por ciento de la población vivía del campo y en el campo y un escaso veinte por ciento en las ciudades. Fue el reventón del ZUMAQUE UNO o MG-1 (Mene Grande Uno) el primer pozo productor de petróleo en territorio venezolano (Costa Oriental del Lago de Maracaibo), el cual se completó oficialmente el 31 de julio del año 1914 y que revirtió ese indicador demográfico y dio inicio desde esa fecha a la producción petrolera en Venezuela (cambiándose el modelo económico de país agrícola a minero) y el comienzo de la migración masiva campo-ciudad y sobre todo a los campos petroleros de Occidente y Oriente (leer o releer las novelas de Miguel Otero Silva, CASAS MUERTAS y OFICINA NÚMERO UNO… por favor hagan esa grata tarea ja, ja, ja). Seguramente, ustedes se preguntaran ¿Y a éste qué mosca lo picó, que empieza a hablar de la vaca y termina hablando de la garrapata… ja, ja, ja? Pero es que ambos animales siempre andan juntos ja, ja, ja. Lo digo, porque la vivienda donde se instaló la pulpería EL CASINO, antes había sido destinada a CASA DE VECINDAD, caracterizada por muchos cuartos y un patio interno. Donde las áreas de servicio, comedor, cocina y baños eran comunes a todos los inquilinos.

Estos caserones en San Fernando proliferaron con abundancia, donde zamarros apureños, se dedicaron a la construcción y promoción de esas edificaciones, como fueron don Pedro Molleja y don Pedro Gamboa, entre muchísimos más; incluso esa vieja costumbre quedó arraigada en la Capital del llano venezolano, donde inclusive en tiempos recientes, se decía que don Miguel Siso dejó en el pueblo un reguero de casas de su propiedad y últimamente, el músico guayabalense, Vianney Díaz, posee una CASA DE VECINDAD situada en el ángulo noroeste de la Esquina La Mariposa (intersección calles Páez y Santa Ana).

Las migraciones campo-ciudad se producen por etapas, primero el campesino en busca de servicios y mejores condiciones de trabajo (educación, salud, transporte, vivienda, etc.) para él y su familia, abandona su conuco o su modesta quesera y se residencia en el pueblito más cercano a su lugar de origen; en el nuevo hábitat, permanece unos años y luego se traslada a la capital del Municipio o mejor aún del Estado (en este caso San Fernando), donde también se residencia algunos años, desde donde, transcurrido un tiempo se desplaza preferiblemente a la zona centro norte costera (con predilección la ciudad de Maracay, con justificada razón, apodada la PIEDRA DE AMOLÁ VEGUEROS …ja, ja, ja). Me he referido a los procesos migratorios en Apure, porque aquí en San Fernando, había muchas CASAS DE VECINDAD (El Casino en el ángulo suroeste del cruce de las calles Bolívar y Coto Paúl; El Remolino en el ángulo sureste del cruce de las calles Sucre y Coto Paúl; El Águila Real en el ángulo sureste del cruce de las calles Sucre y Urdaneta; Las Pesitas en el ángulo sureste del cruce de las calles Sucre y Urdaneta; entre otra acogedoras casonas) que cobijaron a campesinos venidos de los más recónditos pueblitos de la extensa geografía apureña y donde la mayoría de ellos se convirtieron en los constructores de barrios en la Ciudad de la esperanza. Por cierto, este proceso de migración masiva no ha sido exclusivo del Estado Apure ni de Venezuela, sino un desplazamiento de toda Latinoamérica (ver la serie de televisión LA VECINDAD DEL CHAVO que muestra la realidad social de la ciudad de México... por favor hagan esta otra agradable tarea ... ja, ja, ja.).

Como les venía contando…ja, ja, ja, los propietarios de CASAS DE VECINDAD en San Fernando, al darse cuenta que la primera etapa del BOOM petrolero, es decir, la disminución del desmalezamiento de bosques y de la movilización masiva de vegueros a los campos petroleros, los propietarios de las CASAS DE VECINDAD, las destinaron al arriendo con fines comerciales, como fue el caso de LA PULPERÍA EL CASINO y de otras tantas pulperías…

CITAS:

__________________________________________________

(1) LAPREA SIFONTES, Pedro El Llanero, Número 283. Página 6.

FUENTES:

BIBLIOGRÁFICAS:

ARANA PÁEZ, Hugo | Borraduras de ciudad. Fundación Editorial El Perro y la Rana. Colección El Apure de siempre, Serie Roja, Crónica. Red Nacional de Escritores de Venezuela. San Fernando. 2011. Págs. 100.

CASTILLO SERRANO, Franco. El Último violín, Págs. 287

CLEMENTE TRAVIESO, Carmen. Las esquinas de Caracas. Talleres Gráficos de México SA., México. 1966. Págs. 285.

DECANIO, Edgar. Repuntes II, El San Fernando de ayer, CONAC, Págs. Fundación Cultural Ítalo Decanio D´ Amico, Consejo Nacional de la Cultura, CONAC, Editorial Lithobinder. Caracas, 2005, Págs. 349.

GONZÁLEZ, Leopoldo. Arichuna Bicentenaria, Editorial Andes, Bogotá, 1973. Págs. 315.

LAYA, Carlos Modesto. Del Apure histórico. 99

MEDINA RUBIO, Arístides. Introducción a la historia regional. Consejo Nacional de la Cultura. Revista Historia para todos, Número 3. Págs. 40.

NUÑEZ, Enrique Bernardo La ciudad de los techos rojos. Monte Ávila Editores, C.A. Cromotip. Caracas, 1988. Págs. 283.

OVIEDO M., Ramón. Sabaneando mis recuerdos, Gamevial, Valencia, 2006, Págs. 267

RAMOS, César Humberto. Remontando el Apure viejo 1931- 1952, Págs.151, 1988

--------------------------- Mi llanto por la llanura 1900- 1940, Colección historia, Fundación Editorial El Perro y la Rana, Ministerio del Poder Popular para la Cultura, Caracas, 2008, Págs. 81.

ROSENBLAT, Ángel. Buenas y malas palabras, Editorial Edime, Pag.158, Tomo II, Caracas, 1969, Págs. 254

--------------------------- Buenas y malas palabras, Una selección, Monte Ávila Editores Latinoamericana, Biblioteca Básica de autores venezolanos, Caracas, 2004, Págs. 313.

--------------------------- Buenas y malas palabras, Tomo IV, Págs. 151 Editorial Edime, Barcelona, 1969. Págs. 356.

SÁNCHEZ OLIVO, Julio César. Crónicas de Apure, Academia Nacional de la Historia, El Libro menor 125, Talleres Italgráfica SRL, Caracas, 1988, Págs. 211.

Documentales:

HEMEROGRÁFICAS:

LAPREA SIFONTES, Pedro El Llanero, Número 283. San Fernando. 1982. Página 6.

 


 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | Blogger Templates