Por Orlando Nieves
¿Quién en
el pequeño mundo cultural apureño no conoce a Elinor Gutiérrez? Indudablemente
con todas sus virtudes y defectos, como todo ser humano, Elinor es parte
importante de la historia cultural de nuestro Estado. Aun cuando no es
monedita de oro para muchos, ella se ha ganado el respeto y el cariño de todos
aquellos luchadores incansables por el quehacer cultural. Hablar de Elinor es
hablar de un ser humano maravilloso, porque una de sus virtudes es la
sinceridad y eso lo tiene bien claro, dice sus verdades cuando tiene que
decirlas y son muchos los que la criticaran pero no tienen el coraje de decir lo que piensan y más cuando está clara en sus convicciones, y que lo
digan todos los directores y secretarios de cultura de la gobernación del
Estado que han pasado más trabajo que cristo con los judíos cuando Elinor les
pedía audiencia.
Mujer
luchadora incansable, apasionada de la música, estuvo al frente de las
orquestas infantiles y juveniles y desde allí emprendió una lucha por la
construcción de una sede propia en beneficio de los niños y niñas, por
desgracia sus solicitudes no fueron escuchadas por los mandatarios de turno y
luego de su salida carrizales les dona la sede, como dice el refrán alguien más
gano gracia con escapulario ajeno, sin embargo los que la conocemos y nos
consideramos sus amigos sabemos del inmenso esfuerzo de Elinor Gutiérrez por
tan anhelado proyecto. Dicharachera, amable, alegre, de vez en cuando con el
pico torcío, buena amiga y siempre dispuesta a emprender un nuevo proyecto
cultural son solo algunas de las características que adornan su espíritu.
Trabajadora,
eso nadie lo puede dudar, desde la trinchera educativa ha venido desarrollando
un trabajo valioso con los niños y niñas, desde teatro hasta coral y su trabajo
se ve en los actos culturales que asiste. ¿Quién no la ha visto en el
Cantaclaro? O quizás en cualquier actividad cultural en la cual es invitada.
Hace poco la visite y me mostro la madriguera donde trabaja, aun cuando es un pequeño
espacio, acogedor por demás, allí tiene de todo un poquito, un sonidito
pequeño, trajes, instrumentos musicales y pare usted de contar, es decir
su trabajo esta visible para todos aquellos curiosos que deseen ver un
trabajador de la cultura en plena faena. Con todas las limitantes que existen
en el mundo educativo, las cuales Elinor ha logrado sortearlas con mucho esfuerzo,
demostrando su capacidad gerencial y su espíritu amante de la cultura.
Lo último
que le dio fue andar de manos con la esposa del grillo, una señora llamada la
grilla cultural, donde logro reunir catorce instituciones educativas
alineándolas a cumplir con el mandato del Ministerio de Educación y organizando
el trabajo para que las actividades se cumplan en beneficio de un colectivo.
Esto, definitivamente solo lo logra alguien enamorado de la cultura y del
quehacer cultural. Ojala existieran más Elinor Gutiérrez en Apure y creo que la
realidad cultural seria otra en nuestro Estado.
Y son muchos los trabajos que en materia cultural Elinor ha venido desarrollando en los últimos años, seguro estamos que serán muchos más en nombre de Dios.
“Una mujer con imaginación es una mujer que no
solo sabe proyectar la vida de una familia y la de una sociedad, sino también
el futuro de un milenio”.
Rigoberta Menchú.
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