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sábado, 9 de mayo de 2020

JULIO DE ARMAS MIRABAL





JULIO DE ARMAS MIRABAL



Elegido directamente Individuo de Número de la Academia Nacional de Medicina para el Sillón XXXV, el 28 de julio de 1949, sucedió al Dr. Hermógenes Rivero Saldivia. Se incorporó el 28 de octubre de 1965 con el trabajo “Antimano y su Comunidad. Estudio Medico-Social”, cuyo Juicio Crítico lo hizo el Dr. Miguel Zúñiga Cisneros. El Acto de recepción se realizó el 7 de diciembre de 1967, le dio la Bienvenida el Dr. Henrique Benaim Pinto, Sillón IX. En el Índice Global de la Gaceta Médica de Caracas aparece con 14 publicaciones. Fue Director de la Gaceta Médica de Caracas, 1976-1978. En la Junta Directiva fue Vicepresidente 1982-1984 y Presidente 1984-1986. Médico, profesor universitario, político, escritor, diplomático y ganadero guariqueño. Rector de la Universidad Central de Venezuela (1948-1951). Fueron sus padres Julio de Armas Matute y Juanita Mirabal. En Caracas se graduó de bachiller en filosofía y letras en el liceo Caracas (1925) e inició estudios de medicina en la Universidad Central de Venezuela, de donde 106 egresó con el grado de Doctor en Ciencias Médicas el 20 de julio de 1932, con su tesis “Las leches de consumo y su problema en la higiene infantil”; Cursó estudios de postgrado en Medicina Interna en Nueva York y Buenos Aires. Como profesional de la medicina participó en numerosas actividades tanto en el nivel privado como en el público, al mismo tiempo que cumplió labores docentes en la Facultad de Medicina de dicha universidad, en la cual alcanzó el rango de Profesor Titular. De Armas Mirabal le correspondió estar entre los galenos que le practicaron la autopsia al cadáver de Juan Vicente Gómez (18.12.1935). De Armas Mirabal prestó servicios a instituciones como la Cruz Roja, la Policlínica de Maracay, el Hospital Bolivariano de Caracas, la Policlínica de Caracas, el Instituto de Previsión y Asistencia Social del Ministerio de Educación (IPASME), entre otras. Asimismo, ocupó varios cargos en la administración pública: Vicepresidente de la Asamblea Legislativa del Estado Aragua (1936-1937), Director del Hospital Vargas (1940- 1942), miembro del Directorio del Banco Central de Venezuela (1943), Vicepresidente y Presidente de la Junta Directiva del Hipódromo Nacional (1944), Diputado principal por el Estado Guárico al Congreso Nacional (1940-1944), Director de Sanidad en el Estado Miranda, Ministro de Educación (1958-1959) y Embajador de Venezuela en Argentina (1959-1962). También participó en la fundación de instituciones como la Asociación de Bienestar Estudiantil (OBE) de la Universidad Central de Venezuela, el Colegio de Médicos del Distrito Federal, la Sociedad de Medicina Interna, la Sociedad Venezolana de la Historia de la Medicina, la Federación Médica Venezolana, la Comisión de la Fiebre Aftosa, el Teatro Universitario y la Estudiantina de la mencionada universidad. Como reconocimiento a sus múltiples actividades intelectuales y su labor médico-docente recibió numerosas condecoraciones y distinciones académicas. Entre sus múltiples publicaciones figuran los siguientes libros: El problema de la salud rural en el estado Guárico (1944), Hombres y palabras (1957) y La ganadería en Venezuela (1974), entre otras. 

Julio de Armas Mirabal nació en Guayabal, Edo. Guárico, el 25 de octubre de 1908. Hijo del médico y farmaceuta Julio César de Armas Matute (1879-1937) y Juanita Mirabal. El matrimonio tuvo 8 hijos.
Contrajo nupcias con Olga Pérez López; y el enlace tuvo descendencia.
Estudió en el Liceo Caracas (1925); y en la Universidad Central de Venezuela, UCV, medicina (1932).
Médico-militar (1933) en la Base militar de Turiamo, Edo. Aragua, con el grado de Capitán.
Estuvo entre los galenos que le practicaron la autopsia a Juan Vicente Gómez el 18 de diciembre de 1935. Fue Inspector Nacional de Sanidad Militar; trabajó para la Cruz Roja; la Policlínica de Maracay, Edo. Aragua; el Hospital Bolivariano de Caracas; la Policlínica de Caracas; y el Instituto de Previsión y Asistencia Social del Ministerio de Educación, IPASME; vicepresidente de la Asamblea Legislativa del Edo, Aragua (1936-37); director del Hospital Vargas (1940-42); miembro del Directorio del Banco Central de Venezuela, BCV (1943); vicepresidente y presidente de la Junta Directiva del Hipódromo Nacional (1944); diputado principal por el Edo. Guárico al Congreso Nacional, hoy Asamblea Nacional (1940-44); Rector de la UCV (1948-51); director de Sanidad en el Edo. Miranda; ministro de Educación (1958-59), y estuvo entre los signatarios, el 23 de mayo de 1958, del resuelto que estableció como Ave Nacional de Venezuela al Turpial; embajador de Venezuela en Argentina (1959-62); vicepresidente de la Academia de Medicina (1982-84); presidente de la Academia Nacional de Medicina (1984-86); Individuo de número de la Academia Nacional de Medicina (1949); y director de la publicación Gaceta Médica (1976-78).
Fundó la Asociación de Bienestar Estudiantil (OBE), el Teatro Universitario y la Estudiantina de la UCV; el Colegio de Médicos del Distrito Federal; la Sociedad de Medicina Interna; la Sociedad Venezolana de la Historia de la Medicina; la Federación Médica Venezolana; y la Comisión de la Fiebre Aftosa.
Obtuvo los siguientes premios; el Alejandro Próspero Reverend (1941); y Henry Pittier (1953).
Autor de las siguientes publicaciones: El problema de la salud rural en el estado Guárico (1941); Hombres y palabras (1957); y La ganadería en Venezuela (1974), entre otras.
El médico, docente universitario, político, escritor, diplomático y ganadero guariqueño Julio de Armas Mirabal falleció en Caracas, el 3 de julio de 1990.

El escritor Dario Laguna comparó a Julio De Armas con Simón Rodríguez por sus ideas sobre el trabajo y la formación del hombre; con José Maria Vargas por su probidad y la consagración a la Medicina, la educación y el estudio de las enfermedades tropicales; con Francisco Lazo Martí por el halo poético que animó su vida; y con Monseñor Arturo Celestino Alvarez por su bondad y pureza del alma. Wolfgang Larrazábal, ex-presidente de Venezuela dijo de nuestro biografiado “Si hay hombres honestos en nuestro país ese es Julio De Armas y que con su extraordinaria fe que tiene en los pueblos, junto con él se puede hacer bien para la patria”. Ramón Díaz Sánchez elogió la pluma de De Armas, la cual, según su apreciación reflejaba los problemas del país. Carlos Díaz Sosa lo asocia al llano. Ismael Puerta Flores lo definió como “hombre preocupado y apegado a todo aquello que requiere observación y salvaciones de pueblo y tierra”.
José León Tapia definió a Julio De Armas como un venezolano auténtico. Santiago Betancourt Infante afirmó: “...Bien vale recordar a un universitario de la talla de Julio De Armas... Recordarlo es vivir en toda su emoción y profundidad la historia de la universidad venezolana en las duras pruebas de la represión política, cuando la dictadura se enseñoreó sobre los penachos humanos, científicos e intelectuales del Alma Mater”.
Fue un médico ejemplar que desde las trincheras que le tocó luchar, bien sea la del Rectorado de la UCV, como Ministro de Educación, Embajador, Presidente de la Academia Nacional de Medicina, en el campo, o en su consultorio fue portador de un sentimiento puro de venezolanidad, signado por la fe y la perseverancia en el trabajo creador y por el amor inmenso a la Patria.
El apellido Armas es de raíz hispánica y es tradicional en las Islas Canarias. El rey Juan II de Castilla concedió en nominativo De Armas a unos armeros reales. En Venezuela el apellido fue diseminado por cuatro hermanos: Doroteo, Calixto, Vicente María y Sebastián de Armas. Los primeros De Armas se asentaron en el pueblo de San Lorenzo, al norte del Estado Anzoátegui.

En su libro “Presencia de un hombre” De Armas describe una intervención quirúrgica en pleno llano, ejecutada por su padre: “Tuvo lugar el acto quirúrgico en su hato La Becerra, cerca de Agua Amarilla. La operación se llevó a cabo en un caney, sobre una mesa de oscurecidas tablas, y los operadores se auxiliaban con agua caliente para esterilizar; una totuma para colocar algodones con cloroformo como anestésico; poncheras, pailas y muebles rústicos ocupaban aquel improvisado quirófano, de piso de tierra y donde entraban libremente polvo y moscas”. Julio De Armas hijo midió, con un reloj de bolsillo, el tiempo de la intervención, la cual consistió en la amputación del muslo del paciente en su tercio superior por sufrir de gangrena seca por arteritis obliterante senil.

La vocación de médico nació en Julio De Armas, hijo a partir de la intervención quirúrgica descrita. Desde entonces empezó a operar ratones y a soñar con ser médico algún día. Además el ambiente del hato Agua Amarilla predisponía en todo hacia la profesión de Hipócrates. El padre en la farmacia preparaba muchos medicamentos, píldoras, cápsulas, pomadas vermífugos, purgantes, tónicos y reconstituyentes. Daba nombres a sus fórmulas como “Tiro seguro 606” o “Píldoras del trabucazo”, etc.
Los estantes con medicamentos, morteros, espátulas, instrumentos quirúrgicos y el consultorio con los pacientes constituían una atmósfera galénica, digna de recordar y ser imitada más tarde. Los enfermos esperaban su turno de consulta bajo los árboles. De Armas describe el cuadro así: “No puedo olvidar aquellas matas de chaparro y otras que formaban la arboleda a la entrada de la casa, sesteadero de bestias ensilladas y de gentes que se cobijaban del sol, dando el aspecto de un ejército permanentemente acampado”.
Quienes conocieron al Dr. Julio De Armas hablaron de su calidad humana y competencia profesional. Darío Laguna lo catalogó como “uno de los venezolanos más útiles de este siglo”, en una conferencia con ese mismo nombre, en homenaje a nuestro personaje, con motivo del Primer Congreso de Literatura Guariqueña realizado en Calabozo en 1988. Laguna remata su semblanza sobre Julio De Armas haciendo hincapié en su vida activa y afortunada por la variedad de las tareas personales y sociales que cumplió de manera exitosa y cree que cuando nació “de pronto, como en los cuentos maravillosos, entró al cuarto sigilosamente, sin ser vista, la Diosa Fortuna, se acercó al niño y lo besó levemente…luego abrió la ventana y se fue con la brisa”.
Wolgfang Larrazábal, ex-presidente de Venezuela dijo de nuestro biografiado “Si hay hombres honestos en nuestro país ése es Julio De Armas y que con su extraordinaria fe que tiene en los pueblos, junto con él se puede hacer bien para la patria” Marcelino Herrera Vegas, destacado cirujano argentino, reconoce su labor médico social y su talento como escritor y poeta. Luego agrega: “Sin querer ser profeta, puedo vaticinar que usted culminará no sólo como médico en Venezuela, sino que también en cualquier otra actividad que desee emprender, estándole reservada una actuación brillante como político y parlamentario, donde se pondrán de relieve sus descollantes condiciones”.
Adolfo Rodríguez anotó, en uno de sus innumerables artículos periodísticos: “Creo que Julio De Armas alguna vez usó un seudónimo muy consecuente con uno de sus afectos: Julio Del Llano. Pero pudo usar tantos otros correspondientes a esa fiera voluntad de hacer y crear vida...”. Rodríguez le adjudica varios epítetos a De Armas: Julio de la Universidad, Julio de la amistad, Julio de las tertulias, Julio de la tradición, Julio de los toros coleados; y como abarcó todos los caminos y todos los sueños nunca dejará decaer JULIO DE LA VIDA.”
Por último Concepción Rachadell le dedicó unos cuartetos
Julio De Armas, médico famoso
que practicas el bien con caridad
eres -como tu padre- generoso
de un alma noble, plena de bondad..
Para ti la Medicina es sacerdocio
y la ejerces honrada y noblemente
no has hecho de tu ciencia un negocio
ni eres al infortunio indiferente..
Con la grandeza de un alma generosa
y la hidalguía de un corazón sincero
sabes ejercer tu profesión honrosa
y eres un perfecto caballero..
¿Quién no siente por ti vivo cariño
por esa sencillez que nunca pierdes,
por ese ingenuo corazón de niño
que se retrata en tus pupilas verdes?
Aristóteles una vez afirmó que en la poesía hay más verdad que en la historia. Por eso sirvan estos versos para cerrar este esbozo biográfico sobre Julio De Armas, un venezolano ejemplar que vivió intensa y útilmente su vida como la pensó.-.
TEXTOS DE:
Lic. Sonia Verenzuela T.
Doctores Venezolanos de la Academia Nacional de Medicina.
Datos biográficos (segunda edición)  Por los doctores Leopoldo Briceño-Iragorry y Francisco Plaza Rivas 

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