Severo España
Autor: Alexis Machado
Severo de Jesús España Padrón, emerge al mundo en
tiempos de guerra a escala global (06-11-1916) proveniente de la cepa
originaria del llanero fehaciente, como la de sus padres, con ese orgullo de
la ancestral esencia campesina de la Venezuela rural, que
continúa vibrando más allá de su permanencia terrena y su estadía entre los
suyos, que albergó la bizarría en cada fibra recóndita de su alma fortificada,
noble y sencilla pero con el sello de la tenacidad implícita en sus acciones de
cada batalla que la vida le puso como prueba en ásperas circunstancias. Vivió
su etapa de niñez supeditada al rigor que imponían las tradiciones y costumbres
de su época, imbuido en un modelo de crianza que difiere en gran medida con los
tiempos actuales.
Entre los siete y once años de edad asiste en
Cunaviche a la escuela de su único maestro, Don Cosme López Hurtado; Quien le
transmitió un bagaje de conocimientos elementales que formaron la base del
amplio aprendizaje autodidacto y versátil; Complementado por las enseñanzas que
asimiló de sus experiencias dentro de ese acontecer complejo de la vida con sus
multiplicidades de sucesos triviales y cruciales a lo largo de su existencia.
A los diez años de edad, (1.926) al
lado de sus padres se traslada del fundo “La Quesera ” desde los “Los Estados” hasta el fundo
“San Antonio”, sector el “Médano”. En 1.929 se mudan nuevamente, en esa
oportunidad para el vecindario “Cunavichito”. En 1.933 se traslada con sus progenitores
desde “Cunavichito” hasta el fundo “La Esmeralda ” en las cercanías de la población de
Cunaviche. En 1.934 muere su madre, Doña Rafaela Indalecia Padrón de España,
cuando Severo contaba con 18 años de edad. En 1.936 contrae matrimonio con
Juanita Espinosa; quien era hija de Doñas Ursula Ramona Espinosa y Don Manuel
Loreto Báez.
En
la efervescencia de su juventud, Severo demostró poseer algunas habilidades y
destrezas en la música autóctona de su tierra, ejecutando con desenvolvimiento
la mandolina y el cuatro de forma ocasional; además de vocalizar la canta
criolla en cada una de sus modalidades.
El 12 de Enero de 1.938 nace su primer
hijo. Al lado de su padre Don Brígido Antonio España y de su único hermano
Rafael Ignacio España Padrón, permanece en el fundo “La Esmeralda ” con su esposa
e hijo primogénito recién nacido hasta los primeros de Marzo de 1.938, cuando
decide marcharse con Doña Juanita y el pequeño Sótico Modesto en pañales hacia
el vecindario “San Vicente” para ejercer el oficio de “Chicharronero” en dos
burros de silla y otro burro enjalmado con una carga de trescientos bolívares
en víveres y corotos acreditados por Don Antonio Lugo, en búsqueda de nuevos
horizontes. En “San Vicente” reciben el oportuno apoyo de Don Félix Vera y de Doña
Julia Farfán de Vera del fundo “Los Placeres”; facilitándole Don Félix y Doña
Julia un fundo abandonado que esta en sus terrenos. Este fundo tenía el nombre
de “EL Clavo” y estaba situado al otro lado del caño “San Vicente” en el camino
que conducía hacia el hato “Burón” y Cunaviche.
A los quince días, después de vender
toda la mercancía e invertir el importe de las ventas en queso comprado a los
lugareños, regresa a Cunaviche a cancelarle al proveedor Don Antonio Lugo;
quien le otorga un nuevo crédito por seiscientos bolívares; el cual canceló
también en menos de quince días.
A finales del mes de Julio de 1.938
decide mudarse de “San Vicente” para “Queseras Viejas” para el fundo “El
Retiro”. En 1.940 establece relación comercial directamente con Don Ramón Lugo
en san Fernando de Apure; Viajando semanalmente con seis burros por delante
enjalmados y cargados, arriados a pie desde “Queseras Viejas” hasta la capital
del Estado y viceversa.
A mediados de 1.940 adquiere su primera
carreta, la cual Don Ramón Lugo se la manda a comprar a Villa de Cura y se la
vende a Severo en setecientos bolívares. En ese mismo año compra otra carreta
en el “Paso Arauca” a unos señores Romero; a este vehículo le faltaba una
rueda, pero el mismo Severo se la fabrica con asesoría que le solicitó a Don
Fausto Cedeño. De ahí en adelante sustituyó los burros por yuntas de bueyes.
Entre 1.938 y 1.958, Severo procreó sus
dieciocho hijos.
En 1.943 Severo decide mudarse del
fundo “El Retiro” para la población de Cunaviche en búsqueda del único centro
educativo de la zona para garantizarles la educación a sus descendientes y por
otro lado pensando en poner en práctica nuevos planes para diversificar sus
actividades comerciales.
En 1.944, Colmenares Pacheco,
Administrador del hato “La
Candelaria ” en el gobierno del General Isaías Medina
Angarita, contrata a Severo con sus carretas para prestar servicio de acarreo
en el hato, pero a mediados de ese mismo año, Colmenares Pacheco prohíbe
tajantemente el paso libre por el “Paso Arauca” y las sabanas de “La Candelaria ” a todos los
arrieros que hacían esta ruta más directa; incluyendo en el cumplimiento de
esta arbitraria medida al mismo Severo; quien obligado por esta adversa
circunstancia debe buscar nuevas rutas alternas, originándole más penurias y
mayores dificultades en el desempeño de sus actividades comerciales, epicentro
base de su oficio.
En 1.948 compra su primer camión acreditado por Don
ramón Lugo; adquisición que le facilitó la expansión de sus comercios y la
consolidación de los recursos financieros necesarios para llevar a cabo sus
planes innovadores que traía en mente desde que se vino desde “Queseras Viejas”
para darle un giro importante a su actividad comercial.
Entre 1.949 y 1.959 en la población de Cunaviche,
Severo Creó la primera panadería, carpintería, alfarería, jabonería, un
Comercial al mayor y detal de víveres y licores, el primer taller mecánico,
fundando además una pequeña finca agropecuaria denominada “El Recreo” que le
generaba una producción semanal sobre los ochenta kilogramos de queso;
Contribuyendo de esta forma a través de estas microempresas a la creación de
fuentes de trabajo en su pueblo natal, convirtiéndose de un arriero de burro y
carreta en un pequeño empresario.
Severo debió encarar encuentros indeseados con
apariciones y enigmas de la llanura en su afanoso transitar por caminos
polvorientos en noches oscuras de temporadas veraniegas como también durantes
inviernos implacables cruzando por lodazales accidentados, ríos crecidos, caños
infectados de rayas y caribes, montes intrincados, atravesando por sabanas de
mudas soledades; Encontrándose con la famosa “Bola de Fuego” en tres
oportunidades.
El cinco de septiembre de 1.958 fenece de muerte
natural su padre, Don Brígido Antonio España en la población de Cunaviche.
En 1.959 compra un terreno con una modesta casita en
la avenida “Casa de Zinc” en San Frenado de Apure, realizando la cuarta mudanza
de la familia en 1.960. Al siguiente año (1.961) manda a construir con Pedro
Generí su casa familiar en esa ciudad.
Entre 1.960 y 1.963 compra los primeros cuatro “Jeep
Willys” que llegaron a Cunaviche para ser vendidos entre sus coterráneos.
En 1.962 establece un comercio de víveres al mayor y
detal en un local que abrió en su nueva casa familiar en San Fernando.
En 1.968 compra un pequeño fundo en “Boca de Guerra”
(Cerca de Biruaca) e introduce treinta vacas lecheras a cargo de Gonzalo
Bohórquez “Chalo” y su esposa Primitiva Montoya de Bohórquez.
A comienzos de 1.969 abre una carnicería en la
avenida “Revolución” en San Fernando y a finales de ese mismo año decide
comprar unos terrenos en el estado Barinas, recomendados por su primo Juan
Alejo España; dichos terrenos están ubicados al otro lado del movimiento real
del Samán de Apure
A mediados de 1.969, después de haber cerrado el
negocio de las compras de las tierras al Señor Juan del Socorro Díaz por
intermediación de su primo Juan Alejo España, Don Severo procede de inmediato a
realizar los preparativos para el traslado del ganado desde el fundo “El
Recreo” ubicado en Cunaviche hasta su nuevo destino del terreno recién
adquirido en sabanas barinesas, al otro lado del río Apure, en ruta por el paso
del pueblo del “Samán de Apure”. Antes de llevarse a cabo esta negociación ya
había acordado previamente con su hermano Rafael Ignacio, para enrolarlo en
este nuevo proyecto que se perfilaba con visos prometedores para acelerar el
fomento de sus bienes ganaderos con el ingrediente favorable de abrigar un alto
porcentaje de buenas perspectivas para la adquisición de terrenos propios.
Entre los objetivos fundamentales del proyecto se estableció que Rafael Ignacio
iba en calidad de Administrador General de la nueva Finca a fundarse,
llevándose su ganado que pastaría dentro de esos mismos terrenos de su hermano
Severo, hasta que saliese la oportunidad de comprar sus tierras propias,
procurándose de que éstas estuviesen ubicadas en las adyacencias o en su
defecto, lo más cercanas posible de esta nueva propiedad adquirida por Don
Severo. En esta mudanza se vino con los hermanos España Padrón desde Cunaviche,
el Señor Francisco “Panchito” Garrido con su esposa Justina Mendoza de Garrido
e hijos. Francisco “Panchito” Garrido era yerno de Don Severo y trabajaba como
caporal de sabana en el Fundo “Morenero” con Rafael Ignacio; por eso decidió
continuar desempeñándose en su oficio que había venido realizando y de ahí en
adelante prestar sus servicios en la nueva empresa agropecuaria constituida.
El traslado del ganado para la nueva finca
se realizó a mediados de Enero de 1.970; tal circunstancia con relación al año
de esta nueva reubicación de la ganadería de Don Severo, dio origen para
bautizar la recién comprada propiedad como: FINCA “EL SETENTA”. A partir de
esta fecha Don Severo España con la ayuda solidarizada de su hermano Rafael
Ignacio, dirigiendo la administración de esta naciente empresa; contando
adicionalmente con el oportuno aporte
del trabajo y dedicación de su yerno Francisco “Panchito” Garrido, como caporal
de sabana, diestro llanero de toro, caballo y soga; además de la activa
participación de sus hijos Sótico Modesto y Wilfredo Ramón “Chilo”; Logra Don
Severo ver realizados sus sueños y metas trazadas en relación de convertir esta
finca en una Agropecuaria moderna con todos los equipos, maquinarias e
instalaciones que convirtieron a la finca “El Setenta” en un pequeño hato que
ha rebasado todas las expectativas productivamente hablando.
Hoy por hoy, en el año 2.004, la finca “El Setenta”
podría compararse con cualquiera hacienda moderna a nivel del país; con sus
amplias construcciones que conforman la estructura habitacional de dicha finca,
los corrales de tubos metálicos donde se realizan el ordeño de las vacas de la
quesera y los trabajos de encierro del ganado, la Romana usual de los grandes
hatos para el pesaje de los animales, el tractor con todos sus accesorios y
equipos para trabajar la tierra, realizar la siembra de pasto artificial, el
transporte de forraje para alimentar el ganado y de la madera para el
mantenimiento de las cercas. La camioneta 4x4 “Toyota” para las diligencias
cotidianas dentro y fuera de las inmediaciones de la finca, las instalaciones
de redes de ELECENTRO que garantizan el suministro de energía eléctrica
permanentemente dentro del fundo durante las veinticuatro horas del día; Además
de contar con teléfono, televisión, etc. aunado al resto de las propias
comodidades análogas con los centros urbanos.
Don Severo España, a
comienzos del mes de Enero (Año 2.003); con una descendencia de (18) dieciocho
hijos, (81) ochenta y un nietos, (46) cuarenta y seis biznietos y (4) cuatro
tataranietos; aún cuando se encontraba en esa etapa crucial del ocaso de su
vida, agobiado somáticamente por los males que habían venido deteriorando
paulatinamente su otrora salud de hierro; sin embargo, Don Severo haciendo
acopios de su entereza, preocupado y consciente de su insoslayable realidad,
hizo la toma de decisiones y medidas pertinentes que consideró cónsonas a sus
arraigadas convicciones, dirigidas como
siempre a la búsqueda de lo mejor para los suyos; efectuando la distribución
equitativa de sus bienes patrimoniales a su esposa, hijos y algunos nietos
descendientes de sus hijos naturales, ya desaparecidos físicamente. A pesar de
percibir el acercamiento de la culminación inexorable de su ciclo, manifestó
haber alcanzado una gran paz interior y la enorme satisfacción del deber
cumplido, dándole gracias al Todopoderoso por haberle permitido enfrentar
con fortificación y persistencia los desatinos de la vida y superarlos con
valentía; habiendo logrado levantar una gran familia trabajando duramente desde
muy abajo hasta convertir a la mayoría de sus hijos en profesionales
universitarios de reconocida valía, que han venido desempeñando papeles
relevantes de notoria y fundamental magnificencia dentro de la sociedad
apureña. Empero, pese al abatimiento y los estragos de la implacable enfermedad
en que se debatía, daba la sensación de que la longevidad ineludible de la
brisa senil del tiempo no había logrado derruir
profundamente ese estado anímico que se reflejaba en sus expresiones
alentadoras, cuando amparado por los efectos de los analgésicos de alto
espectro a los que ya su maltrecho organismo comenzaba a hacer resistencia, en su reducto final por
mantenerse consciente; Pero sin embargo, siempre lograba escapar por breves
momentos de las incoherencias entre las brumas del delirio incognoscible, del
suplicio deletéreo de las dolencias que le impuso la inmisericorde enfermedad
en sus últimos meses, para retomar su habitual y sorprendente lucidez, que
conservó hasta el final de sus días como uno de sus más valiosos tesoros, esa
manifestación coherente de sus ideas conservadoras, secuelas de las vicisitudes
y avatares de su existencia, decodificadas y traducidas por él, en sabias
experiencias teóricas que se adecuan en sincronización perfecta a la práctica;
Dentro de la lógica razonada para la resolución de los problemas del ser humano
ante la vida y sus cruentas realidades en la sociedad de hoy.
Después de luchar con la
valentía de un auténtico “guerrero de la vida” contra una penosa enfermedad
terminal, transitando hacia los ochenta y ocho años de edad, deja de percibir
su estancia en este mundo terrenal el 23 de marzo de 2004 a las diez y cuarto de
la noche.
A Don Severo de Jesús España
Padrón lo podríamos definir en un concepto resumido, como un libro abierto de
su época que seguirá teniendo vigencia en estos nuevos tiempos, aún después de
su ausencia física, como un legado de cultivadas enseñanzas derivadas de sus
experiencias vivenciales que dejó como un paradigma en el pensamiento y
acciones de sus hijos; así como también en
el resto de los descendientes de su árbol genealógico a través del
devenir de los anales de la posteridad.
Tomado del libro DON SEVER0 ESPAÑA
PADRÓN. (Un tenaz guerrero de la vida) de Alexis Machado
Gracias a Don Alexis Machado por enviarme su libro y poder compartirlo con ustedes.
Gracias a Don Alexis Machado por enviarme su libro y poder compartirlo con ustedes.
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