REDES SOCIALES

viernes, 7 de agosto de 2020

THE LONDON BAR






THE LONDON BAR



Hugo Arana Páez HARPA

INTRODUCCIÓN:
Continuando con los ensayos publicados en la serie HISTORIA AMENA, en esta ocasión me referiré a un exclusivo centro social de la ciudad de San Fernando de Apure que fue inaugurado a principios de la centuria pasada y que estuvo activo hasta mediados de la década de los años cuarenta, siendo conocido como THE LONDON BAR (El Bar londinense), adonde la CREMA y NATA de la sociedad apureña acudía a presenciar los recitales del bardo cumanés Andrés Eloy Blanco y los de algunos poetas llaneros; asimismo otros iban a ver las cursis películas silentes en blanco y negro de Pola Negri, las travesuras de Charles Chaplin o el ingenuo humor de los celebrados Laurel y Hardy (El Gordo y el flaco); los montajes de los dramaturgos y actores apureños; los recitales de canto del tenor Servó Feo y los tangos interpretados por Manuel Gamboa o los conciertos de piano de la joven pianista apureña María Laprea (a) Mariíta, quien años más tarde sería la esposa de nuestro AQUILES NAZOA; mientras que otros iban a morirse de la risa con las excentricidades de los comediantes apureños Décimo Salas Castillo y Andrés Montes, entre otros espontáneos artistas llaneros, quienes en cada presentación se lucían haciendo gala de sus excelentes dotes histriónicas; en cambio otros asistían a degustar las exquisiteces de la deliciosa comida nacional o internacional y por supuesto, no faltaban los borrachones sociales del pueblo, quienes asiduamente se reunían en interminables tertulias a saborear los embriagadores tragos de brandy, de vino o a agitar entusiasmados los escoceses entre las rocas ja, ja, ja. Es que en THE LONDON BAR confluían las artes como el teatro, el canto, la música, la danza, el cine y por supuesto, acompañadas de la buena comida y los tragos de embriagantes licores ja, ja, ja.
Las construcciones hechas por el hombre en las distintas épocas y con determinados fines en su afán de obtener algún beneficio, han servido a los científicos sociales para reconstruir su quehacer en épocas pretéritas.
Una vez más agradezco a los fotógrafos profesionales o aficionados a ese arte, quienes con sus bonitas imágenes han contribuido a la reconstrucción histórica de la capital del llano venezolano. Asimismo, para facilitar la ubicación de esa edificación se ha considerado pertinente explicar en la primera parte, qué es una esquina y en la segunda se reseñarán los eventos y la evolución del más acreditado y concurrido centro social de la ciudad de principios del siglo veinte; asimismo se ubicará en su entorno, es decir, lo que los geógrafos han convenido en nombrar hinterland.
1. ¿POR QUÉ THE LONDON BAR?
En la desteñida y vieja fotografía que ilustra este ensayo (imagen en blanco y negro), se observa una bonita fachada de mampostería, donde resalta un enorme, ancho y hermosísimo portón de fina, resistente y pulida caoba que representa la amplia entrada a THE LONDON BAR, el cual se halla circundado por dos enormes ventanales de balaustres de acabada madera que a la vez estaban bordeados por dos bonitos portones.
THE LONDON BAR estaba ubicado en un céntrico espacio de la ciudad a escasos metros del palacio de gobierno, más conocido como El Palacio Fonsequero (nombrado así coloquialmente en honor a su constructor, el General sanrafaeleño -San Rafael de Atamaica- Raimundo Fonseca) y frente a las desparecidas Plaza Libertad y Calle Juan Pablo Peñaloza (hoy arteria Este del Paseo Libertador) entre las calles Comercio al norte y Bolívar al sur.
En el San Fernando de las dos primeras décadas del siglo veinte no había muchos centros de diversión, únicamente estaban los teatros y cines TEATRO MUNDIAL, TEATRO ASTORIA, TEATRO CINE ROYAL y TEATRO CINE LIBERTADOR. Ante esa realidad, el constructor del Palacio de los Hermanos Barbarito, Don Ramón Fernández y los maestros de obras, el viejo Forti y José Barbieri, decidieron edificar algo novedoso en materia de esparcimiento para los habitantes de esta ciudad. Así se dieron a la tarea de diseñar y construir un exclusivo local de entretenimiento, en el que se reunirían un bar, un restaurante, un teatro y una sala de cine. El bar fue lo que ahora se conoce como TASCA o MESÓN; un teatro en el que artistas apureños y foráneos hacían periódicas presentaciones; una magnifica sala de proyección de películas y un lujoso restaurante adonde los PESAOS acudían a degustar los más exquisitos y refinados platos de la gastronomía nacional e internacional. Por supuesto, como lo esperaban sus constructores, el recién inaugurado THE LONDON BAR fue el centro de atracción donde se congregaba la crema y nata de la sociedad sanfernandina; por cierto, en ese novedoso local se olía la grata aroma de los perfumes costosos como el CHANEL número cinco (creado por la modista francesa Cocó Chanel) y la seda y el tafetán de las bellas mujeres danzando en brazos del lino y el casimir de los jóvenes galanes; a la par que se degustaba de las exquisitas bebidas traídas directamente de Europa. THE LONDON BAR fue una icónica edificación que cobijó en su seno a lo mejor de la llamada BELLE ÉPOQUE, es decir, una bella época, representada en la aristocracia de un bucólico pueblo de una Venezuela rural, atrasada y enfeudada de principios del siglo veinte. Por eso, estimo que no fue casualidad que su constructor bautizara con mucho orgullo a su casona apureña con el ostentoso nombre venido allende de los verdes mares que bañaban a la lejana Albión THE LONDON BAR o EL BAR LONDINENSE; pero también estimo que ese extraño nombre sajón posiblemente se debió a la influencia de la presencia del capital inglés en tierras apureñas, donde su más visible exponente era la LANCASHIRE GENERAL INVESTMENT COMPANY LTD conocida coloquialmente como LA COMPAÑÍA INGLESA, la cual hasta nuestros días ha quedado como testimonio de lo que en épocas pretéritas fue el más grande latifundio ganadero del Estado Apure.
2. THE LONDON BAR Y SU HINTERLAND
En su obra testimonial Remontando el Apure viejo 1931-1952, el ingeniero agrónomo apureño César Humberto Ramos (hermano de Doña Rosa Ramos, quien fuera propietaria de La Papelería Moderna), al referirse al Hinterland del Bar Londinense, escribía que al norte en la Calle del Comercio, estaba un tarantín, conocido coloquialmente como la guarapera de Don Rafael Álvarez, donde años más tarde se construiría el desaparecido Gran Hotel Apure, donde ahora se halla el monumento Hombre a caballo (erróneamente la Estatua a Negro Primero) y la Fuente de la abundancia (erróneamente La Fuente de los caimanes), ambos monumentos esculpidos por Alejandro Colina, el mismo que talló la escultura a María Lionza, situada en la Avenida Francisco Fajardo, ubicada entre la entrada Tamanaco de la UCV y la Plaza Venezuela en Caracas. Por el este de la Plaza Libertad (antigua Calle Juan Pablo Peñaloza), en sentido norte-sur estaban la tienda de Pedro Zoppi, la venta de periódicos de José Rafael Estévez (a) Rajuñao, la guarapera de Don Pedro Guerrero y la de Tomás Rengel Naar, seguida del majestuoso THE LONDON BAR (donde después estaría la Comercial Kelly) y finalmente el célebre Bar Trina Omaira, donde José Salerno (a) Pipo Salerno, jugando una partida de dominó, casó la apuesta con un guate que su hija de diez años de edad atravesaría el río Apure nadando desde Puerto Miranda hasta la Plaza O´Leary. Pasando la calle Bolívar y por la misma acera estaba la ferretería AGENCIA ROYAL, propiedad del comerciante apureño Jesús Aponte, quien también era dueño del TEATRO CINE ROYAL. Al sur de la Plaza Libertad estaba el Palacio Fonsequero, sede del poder ejecutivo del Estado Apure. Al oeste de la Plaza Libertad (antigua Calle Fonseca) y en sentido norte a sur, se encontraba la tienda de Toufí Cecín (exactamente donde hasta hace poco estuvo la tienda LAS NOVEDADES propiedad de Eloy Lugo), la papelería y librería de un señor de apellido Marcano, la venta y alquiler de bicicletas de EL SUTE MEJÍAS, la casa de familia de Tomás Rengel Naar y al lado la tienda La Moda, que atendía personalmente su propietaria Doña Dalia Naar de Rengel (donde después se establecería la venta de repuestos, taller mecánico y cambio de aceite de Atilio Noguera y más tarde el restaurante Europa), la barbería de Don Mateo Naranjo, después en esos locales se establecerían la barbería de un tercio apodado MATAEBOLA ja, ja, ja, la sastrería de Julio Rodríguez y la venta de periódicos y sellado del juego de carreras de caballos conocido como CINCO Y SEIS. Al final de la cuadra, en el cruce de las calles Fonseca y Bolívar estaba otra venta de periódicos que distribuía el semanario humorístico El Morrocoy Azul y la revista Fantoches; años más tarde esos locales los ocuparían las refresquerías de Don Simón Moreno y José Martínez. Por supuesto, el Hinterland del Bar londinense no solo lo constituían los negocios, sino honorables familias como la familia Rengel-Naar, cuya residencia estaba en la Calle Fonseca frente a una frondosa mata de mamón que estaba plantada en la Plaza Libertad. La familia estaba integrada por Don Emilio Rengel y Doña Dalia Naar de Rengel, con sus hijos Gladys, Emilio, Leobaldo y Neyer. En La Esquina La Frontera (ángulo suroeste del cruce de las calles Bolívar y Fonseca) ahora llamada –erróneamente- La Esquina caliente, estaba la familia Rodríguez-Hurtado; allí en una casona de anchas paredes de adobe, techo de tejas y portones y ventanas de madera Don Emilio Rodríguez se residenció con su familia integrada por su esposa Doña Teodosia Hurtado de Rodríguez, con sus hijos Emilito, Humberto, Jaime, Aída (Aída de Lemaitre), Isabel, Hernán, Cristina y Bernardo. Frente a la residencia de la familia Rodríguez Hurtado, vivía la familia Moreno, integrada por Don Simón Moreno y Doña Clara de Moreno, con sus hijos Clarita, Omaira, Zoraida, Esther, Simón, Antonio y Diosa. Al lado de la Agencia Royal por la Calle Juan Pablo Peñaloza, vivía la familia Rodríguez-González, conformada por Don Gabriel Rodríguez y Doña Mercedes González de Rodríguez con sus hijos Mercedes, Olga, Elena, Libia, Tisbeth, Marlene, José Gabriel y Vladimir.
Por último, quiero destacar que a raíz de los eventos del 20 de mayo del año 1922 (el fallido alzamiento del General Waldino Arriaga, empeñado en tomar el Palacio Fonsequero, sede del poder ejecutivo del Estado Apure y de allí marchar rumbo a Caracas a sacar a EL BAGRE a patadas de Miraflores), ocurrió que a los días de esa fracasada intentona, en la Plaza Libertad, frente a THE LONDON BAR, en acto público, a uno de los cabecillas, me refiero a Pedro Pérez Delgado MAISANTA y a su hijo Ramón Pérez Márquez a quienes por órdenes del Presidente del Estado Apure, el General Hernán Febres Cordero, les fueron colocados sendos grillos y luego enviados embarcados por el Orinoco a Ciudad Bolívar rumbo a Puerto Cabello, donde años más tarde el insurgente fallecería en el Castillo Libertador. Por cierto, los grillos fueron elaborados por un herrero de fragua y carbón de apellido Ampueda, quien tenía su tallercito en una casona de bahareque y techo de tejas donde años más tarde Jesús Aponte instalaría su ferretería AGENCIA ROYAL y donde ahora está la ZAPATERÍA ROMA.
3. ¿QUIÉNES ACUDÍAN AL THE LONDON BAR?
Los domingos, desde las nueve de la mañana hasta las tres de la tarde duraba el zafarrancho, donde una agrupación de afamados músicos apureños animaba a la numerosa concurrencia, representada por las distinguidas familias que orondas acudían a lucir sus galas en el salón reservado a los GRANDES CACAOS o SALÓN VIP (no sé qué jodía es esa ja, ja, ja,) como ahora se le llama a esos exclusivos y excluyentes lugares ja, ja, ja. Por supuesto, en el SALÓN VIP destacaba por todos lados la familiar y antipática advertencia SE RESERVA EL DERECHO DE ADMISIÓN ja, ja, ja, la cual era de estricto cumplimiento y obviamente estaba dirigida a los PELAGATOS o PATA EN EL SUELO del pueblo ja, ja, ja, quienes ansiosos, inútilmente se emperraban en entrar al exclusivo y excluyente ambiente ja, ja, ja; en cambio sus puertas estaban abiertas de par en par o ESCARRANCHADAS ja, ja, ja, para los ejecutivos ingleses como Míster Kent, Gerente General de la LANCASHIRE GENERAL INVESTMENT COMPANY LTD, Míster Pett, Cajero General de la compañía, míster White, míster Jack o míster Fylmy y otros altos empleados de la COMPAÑÍA INGLESA. Por cierto, los musiúes andaban rodeados de la crema y nata de San Fernando (los sempiternos adulantes similares al Bachiller Mujiquita ja, ja, ja,), como el General Tovar García, los Ugueto, Papaterra, Rincones, Rodríguez, los Pío, los Foata, los Rizzo y por supuesto, no faltaban los mandatarios militares CHOPO E´ PIEDRA representantes del régimen de EL BAGRE en Apure como el General Vincenzo Pérez Soto (Presidente del Estado 1915-1921) y el General Hernán Febres Cordero (Presidente del Estado 1921-1927), apodado Cara e´ gallina ja, ja, ja.
Por cierto, los músicos que integraban la excelente agrupación musical (conjunto de planta ja, ja, ja) eran Luís Ramón Melo (Bombardino), Ramón Villazana (Cuatro), Churión (Contrabajo) y los hermanos Andrés y José Ochoa (Violines), quienes durante seis horas echaban el resto animando a la concurrencia con sus foxtrot (tan en boga entonces); sus charlestón (baile de moda en la década de los años veinte); merengues venezolanos como Carmen la que contaba dieciséis años, La Ruperta, La Pelota de carey o El Besador; pasodobles como La Leyenda del Beso; valses como Dama antañona de Francisco de Paula Aguirre, Adiós a Ocumare y uno que otro joropo como Alma llanera, de moda entonces y hasta chipolas interpretados por los extenuados y jadeantes músicos. Por la noche, los asistentes se vestían de acicalada etiqueta para acudir al TEATRO LONDON que quedaba en la parte delantera de la edificación, éste era un espacioso escenario entablado que en la planta alta poseía un balcón destinado al público de GALERÍA (entiéndase el GALLINERO adonde acudía el perraje ja, ja, ja). Mientras que en la Planta Baja se hallaba Patio y Preferencia; por supuesto, éstos últimos espacios eran ambientes exclusivos para los CHIVATOS de la ciudad ja, ja, ja. Allí los PESAOS gozaban un puyero viendo la proyección de películas recientemente producidas en Hollywood (films silentes y en blanco y negro), donde destacaban actores como: Rodolfo Valentino, Greta Garbo, Ingrid Berman, Vivien Leight, Clark Gable, Pola Negri, Charles Chaplin, Laurel y Hardy entre otros destacados y afamados artistas del momento; también esos GRANDES CACAOS (por no decir otro nombre ja, ja, ja,) gozaban una bola y parte de la otra con los magníficos espectáculos que presentaban prestigiosas empresas como la COMPAÑÍA DE TEATRO DE QUIJARTO RAMÍREZ a la que pertenecía la reconocida actriz mexicana Amelia Patria, quien era ovacionada y aplaudida hasta el cansancio o la célebre agrupación del italiano Gustavo Serena, asimismo una afamada empresa de espectáculos de niños llamada COMPAÑÍA REY, en la que una carajita de siete años hacía las delicias del público haciendo reír o llorar a su desgastado violín ja, ja, ja. También se presentaban trapecistas y famosas veladas con artistas apureños (por supuesto, los hijos de los PUDIENTES ja, ja, ja, quise decir, los hijos de papá del Apure antañón ja, ja, ja). Por cierto, en esos eventos descollaba Andrés Montes, quien fungía como director, animador, tramoyista y actor; es decir, cuarto bate, dueño del equipo y novio de la madrina ja, ja, ja. De igual manera actuaban René Domínguez, bella mujer apureña y las hermanas Eulalia y Carmen Montes Domínguez, el tenor Servó Feo, Manuel Gamboa interpretando tangos como Mi Buenos Aires querido, Cambalache, Uno y Caminito de Gardel y Lepera; asimismo las hermanas Cestari hacían lo propio, mientras que la joven l María Laprea (a) MARIÍTA hacía gala de su virtuosismo con su piano y su voz; también las señoritas Esperanza Parpacén, Audelina Melo, las hermanas Mercedes y Miguelina Márquez Rodríguez hacía gala de su histrionismo; asimismo Andrés Montes se lucía con la comedia EL MÉDICO A PALOS, mientras que Décimo Salas Castillo brillaba en la comedia EL PUNTUAL ROJO y así cada uno de esos artistas (espontáneos) se afanaba en demostrar en cada presentación sus excelentes dotes histriónicas. Por cierto, esos actores, músicos y cantantes aficionados, se tomaban muchos meses ensayando sus obras y el día del debut THE LONDON BAR se ATAPUZABA de gente ja, ja, ja, a tal punto que las entradas se encargaban y se pagaban con un año de anticipación; por cierto, el dinero recaudado se destinaba a sufragar los gastos que ocasionaban la preparación de esas presentaciones.
Por cierto, al lado del THE LONDON BAR estaba un conocido y popular botiquincito, propiedad de un señor de apellido Agüín, quien vendía la copa de brandy importado a un bolívar, por supuesto, muy por debajo de los precios del LONDON, por lo tanto, ante esa tentadora oferta, los bellacos bebedores del exquisito LONDON a cada rato salían a pegarse un palo donde Agüín y de nuevo regresaban muertos de la risa a darse bomba en el LONDON ja, ja, ja.
Por cierto, a los frustrados PELAGATOS, es decir, los que ni siquiera cargaban un bolívar pa´ echarse un palo donde Agüín y muchísimo menos para poder accesar al exclusivo THE LONDON BAR, no les quedaba otro recurso que irse para la acera de enfrente, es decir, a la Plaza Libertad, donde batuta en mano los esperaba sonriente el maestro José Ángel Zurita, quien los deleitaba con sus alegres recitales de joropos, pasodobles, merengues venezolanos, valses y a los infelices tercios no les quedaba sino invitar a bailar a alguna de las bellas asistentes al evento y así el tercio gozaba un puyero desde las ocho hasta las diez de la noche, hora en que finalizaba la retreta dominical. Por cierto la Banda del Estado, entonces estaba integrada por José Francisco Zurita, Cornetín; José Vicente García, Cornetín; Olimpo Rondón, Bajo; Aurelio Linares, Contrabajo; Lorenzo Rojas, Clarinete; Luís Bacalao, Clarinete; Ramón Rodríguez, Requinto; Luís Chirinos, Saxofón; Víctor Llovera, Bajo y Ramón Esteban Mendoza, Bombardino.
Reseñaba Pedro Laprea Sifontes que en THE LONDON BAR no se formaban trifulcas, porque considero que el tercio que se pusiera a armar una sanpablera frente a uno de esos generales, segurito que lo primero que haría ese oficial CHOPO E´ PIEDRA lo primero que haría sería mandarle a dar una planamentazón de padre y señor mío y por si fuera poco, lo mandaría a ENCHIROLAR un mes en la Comandancia de policía, que entonces quedaba a escasas dos cuadras del LONDON, detrás del Palacio Fonsequero en la Calle Sucre. Sin embargo refería Pedro Laprea que el único altercado que ocurrió en ese exclusivo local fue el que protagonizaron el propietario de la BOTICA DEL LLANO, Don Jesús Cedeño Cuervo y el General García Tovar, a quien el avezado boticario luego de una acalorada discusión con el militar, la emprendió a cabezazos hasta derribarlo y una vez en el suelo lo remató a bastonazos y en el piso, el bravucón general CHOPO E´ PIEDRA, suplicaba no le siguiera propinando garrotazos y ante las suplicas del cobarde oficial, el enfurecido Don Jesús le respondía ¡Eso es pa´ que aprendas a respetá a los hombres! Lo cierto es que desde ese día el militar más nunca se le vio por los laos del THE LONDON BAR. No sé si el tercio se perdió del lugar por vergüenza o aprovechó la ocasión para irse con la cabuya en la pata, porque se perdió dejando un mono más grande que King Kong ja, ja, ja.
4. ¿POR QUÉ LA DECADENCIA DEL THE LONDON BAR?
Con el transcurrir de los años Don Ramón Fernández, hallándose CUNDÍO de deudas hipotecó THE LONDON BAR al ganadero y prestamista Jesús María (Chucho) Hernández Moreno y al incumplir los pagos, terminó perdiendo el emblemático teatro que luego pasaría a manos de Don Carlos Marín, quien continuó con el negocio, pero ya había comenzado su decadencia, por cuanto, Marín únicamente se ocupó de atender el botiquín y el cine, abandonando el teatro y los espectáculos musicales. Después ocurrió un lamentable accidente, motivado al descuido del operario del cine, a quien cariñosamente los sanfernandinos apodaban CIGARRÓN, quien colocó unos rollos de película sobre una batería de automóvil, produciéndose un cortocircuito y las chispas se propagaron por el cine, incendiándose totalmente, pereciendo en el siniestro el popular Cigarrón. THE LONDON BAR se quemó totalmente, es decir, lo que ahora los peritos en siniestros llaman PÉRDIDA TOTAL ja, ja, ja. Años más tarde el local fue reconstruido pero ya destinado para otro tipo de negocio. Finalmente fue adquirido por el práctico dental César Montes, quien echó abajo la vieja estructura y la convirtió en lo que fue la moderna empresa concesionaria de automóviles COMERCIAL KELLY (ver imagen de la actual edificación de dos plantas de color rosado). Del THE LONDON BAR hoy solo queda el recuerdo de lo que otrora fue un bello local donde se bailaba charlestón y foxtrot seguidos de un sabroso merengue RUCANEAO ja, ja, ja y donde el desterrado joven Andrés Eloy Blanco recitaba sus poemas y donde en fino Bacarat los asistentes tomaban copas de espumantes licores traídos directamente de allende los mares; asimismo solo queda la nostalgia del tiempo en que los barcos atracaban en el malecón de los Barbarito, Ligerón y El Tamarindo; también cuando el correo se tardaba en llegar de Caracas a San Fernando más de quince días y las desaparecidas Calle Peñaloza y la Plaza Libertad con sus locos, sus estudiantes, sus retretas, su lotería de animalitos o sus mítines que generalmente terminaban en encendidas reyertas callejeras y ante aquel pandemonio cada quien apuraíto agarraba su CACHACHÁ y se las ponía. Lamentablemente esos espacios que en épocas pretéritas hicieron la dicha de los sanfernandinos de entonces hoy ya no están.
CONCLUSIÓN:
Con este ensayo se ha pretendido resaltar lo que hasta mediados de la cuarta década del siglo veinte fue un exclusivo centro cultural y social de la capital del llano venezolano y que se conoció como THE LONDON BAR o El Bar Londinense, donde confluían, cual sincretismo, todas las artes como la pintura (sus escenarios), el teatro, el cine (séptimo arte), el canto, la música, la poesía y la danza. En ese espacio se expresaba la intelectualidad apureña en recitales de poesía como los que allí presentaba nuestro Andrés Eloy Blanco, declamando fervorosamente sus versos de su primer poemario TIERRAS QUE ME OYERON que precisamente bautizó un 24 de diciembre aquí en San Fernando; también allí daba sus recitales de piano la jovencita María Laprea (a) MARIÍTA quien más tarde sería la esposa de nuestro Aquiles Nazoa. THE LONDON BAR fue un bonito emprendimiento apureño que auspició la promoción del hecho cultural en medio de la barbarie de la tiranía gomecísta.
Hoy la cultura en Apure está de capa caída. En ese sentido ojalá este ensayo abra los ojos a un audaz inversionista y emprenda un proyecto cultural de la talla del BAR LONDINENSE, donde se presenten espectáculos de alta factura y mejor aún si se llamara THE LONDON BAR.
FUENTES:
HEMEROGRÁFICAS:
ARANA PÁEZ, Hugo The London bar: Un exclusivo centro social de San Fernando. Diario ABC, Pág. 8. 19-08-2008. Sin número. ABC 19-8-2007. Págs. 16.
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ARANA PÁEZ, Hugo Borraduras de ciudad. Aportes históricos sobre San Fernando de Apure. Colección El Apure de siempre, Serie Roja – Crónica. Fundación Editorial El perro y la rana. Red Nacional de Escritores de Venezuela. Edición: Sistema Nacional de Imprentas - Capítulo Apure. San Fernando 2011. Págs. 100.
BOTELLO, Oldman Historia de la Villa Real de San Fernando de Apure 1788-1988, Editorial Miranda, Villa de Cura, 1988, Págs. 253.
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LAYA, Carlos Modesto, Ediciones Presidencia de la República, Caracas, 1979, Págs. 443.
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NUÑEZ, Enrique Bernardo La ciudad de los techos rojos, Monte Ávila Editores, Caracas, 1988, Págs. 279
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ZERPA MIRABAL, Alfonzo La explotación de plumas de garza en el Estado Apure, Caracas, Págs. 185

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