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miércoles, 9 de septiembre de 2020

GUASDUALITO EN LA HISTORIA







GUASDUALITO EN LA HISTORIA

Autor: Felipe Martínez Veloz

Guasdualito la segunda ciudad del Estado Apure, data su fundación de los años 1.770 - 1771, cuyo fundador fue el Vizconde y Marqués de las  riberas de  Boconó y Masparro, Don José Ignacio del Pumar.  Rico  personaje  de  la  provincia de Barinas a la cual pertenecíamos los apureños, pero a partir del año  1.824, en virtud de  una ley de  División territorial; Guasdualito  dejó  de  formar parte de aquella  provincia,  para integrarse  a  la  nueva  entidad  de  nuestro  territorio apureño.

Guasdualito desde los inicios de su fundación comenzó a luchar contra la naturaleza. soportando todo tipo de calamidades, endemias y enfermedades tropicales de diversas índoles, en las cuales tuvieron que permanecer varios años en discusiones de mudarse del sitio donde fue fundado, para otro lugar equidistante por considerar que aquellas tierras eran insalubres, donde las fiebres diezmaron gran parte de la población, quien en su inicio fue fundada a una milla de distancia a la margen derecha del Río Sarare en el que paralelamente, fue fundado el puerto de Periquera lo que algunos historiadores han afirmado que ese pintoresco nombre que llevó Guasdualito hasta un tercio del presente siglo, se debió a que un misionero jesuita que pasó por dicho puerto, preguntó a una señora que tenía una posada en el lugar ¿Cómo se llama este puerto? la dama le respondió no tiene nombre hasta ahora, cuya respuesta sorprendió al clérigo, diciéndole a la señora: lo llamaremos, Periquera debido a que la prenombrada dama, tenía una crianza de más de cien pericos pichones, porque siendo la época veraniega, abundaba los caras sucias en los guasduales que existen en las márgenes del río Sarare.
 
De allí en adelante tomo el nombre de Periquera, que hoy muchos  venezolanos y nativos  de Guasdualito  desconocen.
El origen de ese nombre, que nació en el puerto de El Gamero, que es uno de los barrios de la Ciudad. Para la época de nuestra independencia Guasdualito fue un teatro de operaciones militares, por lo que para el año de 1.830 se encontraba casi destruida el primer asiento de su población, entre la guerra y las enfermedades, de los flagelos terribles pero la villa fundada por el rico Barinés Marqués del Pumar se resistió a morir y allí está la Ciudad más importante del Alto Apure, desafiando el tiempo y todos los males que hemos padecido los Venezolanos desde los tiempos coloniales hasta nuestros días. Allí en Guasdualito fue derrotado el Comandante Pacheco Briceño. (Alias El Cotudo) por las fuerzas patriotas al mundo del Comandante Francisco Olmedilla el 29 de Enero de 1.815 donde hubieron más de doscientos muertos y heridos  doscientos veintiocho prisioneros, que al ser conducidos por el Comandante José Antonio Páez ante el jefe Patriota, éste ordenó de inmediato fueran ejecutados, el cual designó al Comandante Figueredo para ejecutar la orden, comenzando a cortarles la cabeza a cuatro de aquéllos infelices, a lo que el Comandante Páez se opuso tercamente ante los oficiales Juan Santiago Torres y Rafael Maldonado encargados de realizar tan macabra operación y el propio Figueredo quien se deleitaba con la barbarie ejecutada. Páez acudió ante Olmedilla pero éste respondió que la vida de aquellos prisioneros dependía del Comandante Figueredo, regresando el Catire Portugueseño ante el Comandante lo increpó que estaba dispuesto a jugarse la vida, para salvar los prisioneros.
  

Figueredo conociendo el valory el arrojo de Páez dejó sin efecto la ejecución, por temor a los soldados que comandaba Páez. Allí comenzaba a vislumbrarse el porvenir para el Catire Páez, de elevarse al pedestal del segundo brazo de nuestra Independencia. Páez demostró desde aquel instante su magnanimidad para con el vencido y aquellos prisioneros que les salvó la vida ingresando a la causa de los patriotas despejándose así el enigma y terror de la guerra a muerte que tanta sangre inocente, costó al pueblo de Venezuela.

Otros testimonios dan fe de los hechos sucedidos en Guasdualito durante la guerra de nuestra emancipación, la derrota sufrida por el Coronel Antonio Nicolás Briceño. (Alias El Diablo), fue hecho prisionero y fusilado un mes después en la ciudad de Barinas.
La Batalla del 29 de febrero de 1.814  en que fueron derrotados los realistas por la fuerzas patriotas. Mata de la Miel a pocas millas de la población así como escaramuzas, movimientos de tropas y todo lo relativo a la guerra, de nuestras contiendas libertarias así como otros importantes durante nuestra era Republicana, que es necesario mencionar. El 23 de junio de 1.921 se libró una cruenta batalla en las calles de Guasdualito, contra el cuartel de las fuerzas gomecistas, cuyo jefe era el General Benicio Jiménez, y por las fuerzas revolucionarias los Generales Emilio Arévalo Cedeño, el Doctor y General Roberto Vargas. Pedro Pérez Delgado (Mai­santa) el General Alfredo Franco  y, Marcial Azuaje entre otros.
 
El primer día del combate las fuerzas revolucionarias sitiaron el cuartel, y el general gomecista sacó bandera blanca en señal de rendición, se cruzaron cartas entre Arévalo y Jiménez, pactando la entrega del cuartel  para el día siguiente a la siete de la mañana cuya decisión no tuvo de acuerdo el General Pedro Pérez Delgado, por considerar que la victoria se cobraba fresca y sin ponerle plazo. Arévalo como jefe de la expedición hizo valer su opinión, diciendo y argumentando que entre hombres serios y de palabra, no se podía dudar del compromiso entre las partes, por lo tanto los demás jefes aceptaron por mayoría, la opinión del jefe expedicionario. A la mañana siguiente cuando se preparaban para recibir el cuartel los sorprendió la aurora, porque un refuerzo de quinientos hombres, llegó a Jiménez desde San Cristóbal y los ayer vencedores a las cuatro de la tarde del día anterior tuvieron que salir derrotados, por la demasiada benevolencia del jefe revolucionario y no haber atendido lo indicado por Maisanta. Los derrotados tomaron rumbo hacia la frontera, para aislarse en Colombia, menos el General Pedro Pérez Delgado, quien tomó el camino de Elorza y al pasar por el barrio los Corrales, quebró la espada. "jurando no alzarse más con doctores, porque los doctores en Venezuela, solo sirven para secretarios", por ello se decía cuando las invasiones de Arévalo Cedeño, eso era una farsa de acuerdo con el dictador, porque el gobierno nunca trató desbaratarlo tratándole como un verdadero enemigo; eso lo oí en mi niñez y cuando murió Gómez, le publicaron en la Prensa nacional, que el Benemérito le enviaba cheques al exterior y los cobraba en el City Royal Bank de Bogotá.

Cabe mencionar de una feroz batalla que tuvo lugar en Guasdualito, el 16 de Septiembre de 1.913 en una revolución acaudillada por el General Valentín Pérez, quien perdió la vida en ese encuentro contra las fuerzas gomecistas, que capitaneaba el doctor general losé Jesús Gabaldón. Se dijo que esa revolución fue financiada por el señor Víctor Machado, quien era enemigo del jefe gomecista. Cuando entraron en el fragor de la batalla, el segundo jefe de la revolución abandono el campo y se retiró con sus soldados hacia Colombia, por cierto un oficial andino; lo que picó el amor propio de Gabaldón y a su oficialidad gocha, y lanzaron un comunicado a la calle, "condenando la actitud asumida por el segundo jefe de la revolución, llamándole indigno de haber nacido en la tierra andina, porque dicho oficial era trujillano, llamándole traidor y cobarde, porque abandonó el combate en los momentos cruciales y que había de morir de ser necesario al lado, de su jefe." El General Valentín Pérez, se destacó como militar en Brasil, y en la revolución Mejicana, era nativo de San Fernando y lo apodaron "el Espaletado", por un tiro de fusil, que recibió en la extremidad superior del lado derecho. En esa batalla murieron más de trescientos soldados, por haber sido terrible la lucha cuerpo a cuerpo en las principales calles de la población. En la época de la dictadura gomecista; Guasdualito tuvo que soportar como todos los pueblos de Venezuela, la plaga de los jefes civiles y pernaletes que afluyeron por todas partes, la mayoría gente inculta y cerril con rarísimas excepciones, quienes apoyada por la barbarie, cometían todo tipo de arbitrariedades, y tropelías. Pérez
Soto mandó de jefe civil de Guasdualito al tristemente recordado "Mano Tano” uno de los sicarios más peligrosos de que disponía al gobierno regional para mandar asesinar personas, como el crimen de la yuca, donde perdieron la vida inocentes criaturas, semejantes a los Zuazolas y Antonanzas, en la guerra de nuestra independencia. En esos días Pérez Soto había regresado del Alto Apure en visita oficial y se dijo le había montado una trampa a su más fiel esbirro porque ya le temía tenerlo a su lado; le hizo el nombramiento de jefe civil del Distrito Páez y al llegar al Puerto de El Gamero, salió de prisa hacia la jefatura donde encontró el titular tomándose un cafecito quien al presentarle el oficio de su nombramiento abrió el sobre lo leyó detenidamente, se paró del asiento donde estaba y le dijo ya le voy a entregar el cargo, entró al despacho de la jefatura, agarró un fusil y le hizo un disparo por la ventana donde "Mano Tano" no tuvo tiempo de decir ni chío siquiera, quedando tendido en la calle como quedó agonizando por unos minutos el jefe civil se sentó a esperar que terminara de morir, tal vez esperando que alguien lo fuera a auxiliar, o recogerlo para mandárselo a San Pedro, en aquel caluroso día Alto apureño, una vez que terminó el sicario, el titular del despacho salió hacia el Amparo, se embarcó en una canoa y se asiló en Colombia; nadie lo persiguió y así terminó su vida el más peligroso sicario con que contaba Pérez Soto en su gobierno.
 
Es bueno resaltar que una vez nombrado Comandante del Cuartel Nacional el General Jesús Antonio Ramírez fue un lenitivo para los habitantes de Guasdualito debido a que este General era un Ciudadano de extracción popular, y una gran mayoría de la gente humilde acudía ante él cuando eran atropellados por las arbitrariedades de los jefes civiles, además solicitando ayuda económica al encontrarse en mala situación: el viejo general siempre estaba dispuesto a prestar ayudas, a los que acudían a su presencia, en una oportunidad cuando desempeñaba el cargo de jefe civil del Distrito. Daría Jiménez Lizcano haciendo de las suyas, cobrando impuestos onerosos a su antojo a los campesinos, ya que los Consejos Municipales no tenían ninguna autonomía para esa época. Un día de trabajo fue el General Ramírez a visitar al jefe civil, y al tocar la puerta de la jefatura nadie le contestó, se encolerizó de inmediato dándole un fuerte golpe a la puerta de la jefatura nadie le contestó por segunda vez, volvió a darle otro golpe a la puerta con un foete, que nunca le faltaba en las manos, la puerta se partió en pedazos por lo tostado que estaba la madera. De inmediato se presentó el jefe civil ante el general Ramírez diciéndole pase adelante y tome asiento General a lo que éste le respondió: "no vine a sentarme ni hablar pendejadas: vine fue a decirte que estas echando mucha vaina a esta pobre gente cobrándoles impuestos por las raíces de yuca y los topochos que traen a vender los campesinos para comprar y llevarles alimento a los sutes, por lo que te advierto. Darío, si sigues echándole vaina a esta pobre gente, vamos a tener un parto aguao; le dio la espalda y salió hacia el cuartel, quedando Darío Jiménez  pupao de  miedo, a poco rato mandó el General Ramírez un carpintero a reparar la puerta que había Quebrado.

El último jefe civil del gomecismo fue Antonio Rivera Vásquez, el de la sardinas "Pica Pica" quien construyó con los presos el terraplén que conduce a los Corrales pasando por la estación de los hermanos Padilla Hurtado; ese terraplén fue construido a pura parihuelas y quedaron los recuerdos por muchos años, que el tiempo se ha encargado de borrar. Guasdualito fue llamado en los tiempos de Gómez, "La tacita de Oro" del Estado Apure debido a que por la manga de El Gamero, sobre el río Sarare, pasaban anualmente hacia los potreros del Táchíra y Colombia 120.000 novillos, donde más del 5O% eran exportados hacia el vecino país; cada novillo tenía que pagar cinco bolívares por impuesto pero la recaudación la hacían eran los jefes civiles y no el Consejo Municipal. El nombramiento del jefe civil del Municipio Páez, tenía que tener el visto bueno del General Gómez, es decir el dictador recomendaba al Presidente del Estado Apure, a quien debía nombrar para ese cargo porque a Gómez le tocaba el 50 % de esa renta, el 25 % era para el presidente del Estado y el otro 25 % para el jefe civil; por ello era que esa jefatura se la disputaban  los amigos de Gómez en la Capital de Aragua.

Es necesario no pasar por alto los episodios de aquellos tiempos por lo que nos vemos obligados, hablar nuevamente sobre el general Ramírez que a pesar de ser un hombre analfabeto, le sobraba inteligencia, pese a su ignorancia, cosa muy propia del llanero; era natural del Estado Barinas. donde había nacido, fue enemigo de Gómez y después se plegó a la causa del Bagre. Era   aficionado al juego de dominó y pasaba días enteros jugando con sus amigos y compadres, frente al cuartel a un lado de la acera de la Plaza Bolívar; el secretario del General Ramírez era Cástor Antonio Pérez, Quien no lo dejaba un instante mientras jugaba. Cuando le llegaba una correspondencia o telegrama, la recibía el secretario y se la pasaba a su jefe,  quien de inmediato la abría simulando leerla, pero como no sabía leer, ni escribir la volvía a guardar dentro del sobre pasando algunos minutos, y se la devolvía al secretario quien de inmediato se paraba de su asiento y salía para el cuartel pasando un cuarto de hora más o menos, el general se paraba y le decía a sus amigos esperen un momento mientras regreso, hoy amanecí con la miadera y entraba lentamente al cuartel, para que el secretario le leyese la correspondencia, algunos de sus compadres lo sabían, otros no, de que el viejo general firmaba con un sello.

Al poco rato  regresaban con  una jarra de café recién colado para sorpresa de los jugadores. Un día estaba muy entusiasmado jugando con unos campeones de dominó, venidos de Colombia, la partida estaba bien apretada, pero los venezolanos seguían demostrando el dominio del juego sobre sus contendores, cuando estaban disputándose una apretada mano, llegó el repartidor de telegramas con uno para el General, lo recibió Cástor Antonio y se lo pasó al jefe, e viejo lo abrió enseguida, le dio un vistazo y se lo pasó al secretario, Pérez salió hacia el cuartel, permaneciendo allí más de una hora, sin que el jefe le llegara para leer el telegrama. Regresó a la mesa del juego aclarándose el pecho, por si el viejo se le había olvidado, el simulacro del mal de orina estuvo otro rato viendo el juego y regresó al cuartel sin ser seguido por su jefe,  regresó veinte minutos después,  volvió a aclararse el pecho, cuando lo oyó el viejo le dijo: Cástor Antonio me tienes nervioso, quédate quieto chico, que estoy jugando con tigres, pero quiero demostrarles que aquí somos leones, te aseguro por mi madre que ese telegrama, lo que dice es la misma cosa de todos lo que contesta el General Gómez, recibido y en cuenta; nadie de los concurrentes habló una sola palabra, mientras el viejo ordenaba a su secretario traer café recién colado.

Me refirió Don Manuel José Fuentes, que para el año  1927, en que una creciente, muy grande, anegó a Guasdualito  de banda a banda, llegó a los corrales de la manga del Gamero, el día 5 de julio con setecientos novillos, a las cinco de la tarde, dejando encerrado el ganado en dos corrales, para abordarlo el día siguiente, cuando fueron por la mañana para la tirada del ganado al río lo encontraron con el ganado a la costilla y el ganado se les rechazó remolineando en los corrales sin atender a los madrineros y a los caballos. Así permaneció la novillada durante cinco días sin poder encontrar la solución porque ni entraba a la manga, ni salía hacia la sabana: pensó en hacerle una jugada porque tenía que resolver alguna cosa, porque el ganado peligraba por el  hambre  en  aquellos corrales.  Mandó   a llamar con Aníbal Suárez, a un tipo muy aguardentoso que llamaban "Bala Perdía" el que de inmediato fue a ponerse a sus órdenes, bueno balita te necesito para un trabajito que me vas a hacer pero te advierto, que hoy no debes beber aguardiente, te quedas durmiendo aquí, porque esta noche te vas en esa canoa y te me le metes al ganado por el lado del cementerio, Le pegas un solo grito diciendo  novillo y te regresas por la misma costa del caño, sin que nadie se dé cuenta de esa operación, eso sí Bala Perdía, esto como es un secreto entre tú y yo, que más nadie lo sepa. Está bien Don Manuel me contestó: yo soy borracho, pero soy un hombre de palabra.

Así lo hizo bala perdía, tal como lo ordené y al regresar me dijo: lo que se oyó fue el barajuste, el ganao se llevó los corrales y lo que se oía   era el bufido atravesando  el río, porque cinco  bueyes  madrineros  estaban  entre  el ganado.  Bala perdía se ganó dos damesanos de aguardiente y tuve que ayudarlo hasta que se despidió de este mundo. Por la mañana me trajeron  la novedad, que el ganado se había ido, de Palmarito informaron que habían pasado aguas abajo los estantes de los corrales y cuando  pasé el río hacia San  Luís para cerciorarme  qué había pasado, me encontré con el ganado echado en un banco de sabana, y al contarlo los peones, sólo un novillo se ahogó, por haberse enredado en una macolla de guasdua.

Me encomendé a Dios y a la Virgen, como siempre lo hago, para salir bien en mis negocios. Cuando bajaron las aguas mandé a reparar los corrales, que mí ganado se había llevado en los cachos.

También cabe hacer mención del voraz incendio que se produjo en Guasdualito, el 13 de Febrero de 1948, el cual destruyó 47 casas  en el centro de la ciudad. Este incendio  se originó en   la pensión de la señora Rosa Panza, quien al ir a equipar una nevera de kerosene se confundió con otra lata, donde echaban gasolina, incendiándose la nevera, envolvió a la señora en forma tal que, por las graves quemaduras perdió la vida. Dos días después la martirizada población recibió la visita del presidente,
Don Rómulo Gallegos, con el fin de percatarse de los gravísimos daños, y tratar de repararlos a corto y a largo plazo, de allí  nació el proyecto de reubicar la ciudad, para el antiguo   sitio de pueblo viejo, pero la mayoría se pronunció por quedarse en el mismo sitio a las orillas del río Sarare y el caño Periquera.

Sin embargo la idea fue cundiendo poco a poco debido al desarrollo de la ciudad, y la población se ha ido extendiendo hacia la parte sur, donde hoy está ubicado el populoso barrio llamado Caucagüita.

El crecimiento de Guasdualito es el más importante del Estado Apure, sin lugar a dudas, el futuro es promisor, con sus feraces tierras, muy cerca al pié de monte andino; ayer emporio de riqueza ganadera la llamada "Tacita de oro" por las jerarcas del gomecismo, hoy un gran baluarte petrolero, es y sigue siendo tentación para nuestros vecinos, que con avidez sueñan despiertos, para desmembrarle al Estado Apure, el más importante de sus distritos, hoy municipio autónomo. Guasdualito como ciudad cosmopolita allí concurrieron hombres de todas las latitudes, los cuales fueron los moradores en las postrimerías del siglo pasado y principios del presente, dejando a sus descendientes arraigados en esa rica zona de nuestro Estado. Allí existieron hombres honorables a toda prueba, como los hermanos Tomás Carpios, y el sobrino de estos Oscar Carpio, Lorenzo Roca garrido, Víctor Ortiz. Francisco Padilla, Isaac Ontiveros, Emilio Abunazar, Valeriano Moreno, Ramón Briceño, luan Félix Michelangelli, Cesar Michelangelli, Lorenzo Zapata, Ramón Guzmán Elio García Luís Emilio Campins, Santiago Ramírez, Enrique Hurtado, Enrique Carvallo, Eloy Filardo Rodríguez,y muchos nombres más que escapan a mi memoria. Meritorias mujeres, como lgma Braidiy Herminia Pérez, quienes merecen un recuerdo permanente, por sus grandes virtudes y buenos ejemplos, para las futuras y presentes generaciones.
El esfuerzo y el trabajo creador por parte de sus habitantes, la capital del Distrito Páez tiene un futuro provisor, depende de sus hijos seguir el ejemplo de sus antepasados, para ir consolidando la obra emprendida  hacia  mejores  logros, tal como lo soñara su fundador: Don José Ignacio del Pumar.

San Fernando de Apure, Febrero de 1998





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