Algunos conocidos lo mentaban “EL Catire Serrano”, para otros era más conocido como “Chivo Barroso”, típicamente en Mantecal lo trataban por este último.
Luis Felipe Serrano
Aponte nació en Bruzual, estado Apure, un 10 de mayo de 1930. Hijo de Don
Manuel Serrano y Doña Julia Aponte de Serrano, ambos apureños.
Llanero de sombrero y
alpargata, de a caballo, con una soga pegada en el anca para enlazar cualquier
cachilapo que se saliera de la madrina de ganado. Alegre y parrandero y buen
bailador de joropo. Le encantaba un baile de joropo y decía que los bailes eran
buenos de media noche pa el día.
Sus años de mozo los
vivió en Bruzual. Trabajó con su padre caleteando maletas y carga que llegaba
por avión, en la línea aérea Ransa; Don Manuel Serrano era el gerente de esta
aerolínea en Bruzual.
Ya más adulto trabajó
en la Compañía Inglesa, Hato Turagua, en épocas de verano con un camión que
compró.
Con el correr del
tiempo, se fue a trabajar a Mantecal en el Hato Los Camorucos, conocido como La
Varguera, propiedad del Abogado Manuel Vargas Rivas; en verano con el camión y
en invierno en los trabajos de llano.
En el hato La
Varguera conoció a Rosalía Vargas Díaz, hija del dueño del hato. Con ella
contrae matrimonio y tienen cuatro hijos: Luis Manuel, Sergio Rafael, Nelson
Argenis y Zaida Rosalía.
El suegro le da para
que haga un fundo en el sitio llamado Mata de Ceiba, actualmente dicho fundo es
administrado por sus hijos.
Vivió en Mata de
Ceiba, posteriormente hace una casa en Mantecal, en una de las boca calles, su
casa quedaba enfrente de lo que es actualmente Inter Plaza, teniendo por
vecinos a Chepen Nieves y familia, la familia Alzuru, el Sr José Aguilera que
era el telegrafista del pueblo, Jesús Bona, la familia Gualdrón y Juana Castro.
Excelente padre y amigo de los amigos. Se caracterizó
por ser bondadoso y ayudar a la gente.
Fue muy alegre y
echador de broma. Le gustaba hacerle travesuras a la gente y entre sus
anécdotas cuenta, que una vez en Bruzual había una fiesta en honor al
Gobernador que estaba de visita pero él no fue invitado. En la casa de
Mariquita Rojas hicieron el popular sancocho de gallina, ya de noche y la
reunión en su apogeo, en un descuido de los cocineros, entró a la cocina y le
sacó todas las presas al sancocho y le picó unas suelas de alpargatas, se
pueden imaginar el resto.
En otra ocasión, un
diciembre en Mantecal, para una misa de aguinaldo, le amarró una plancha de
zinc a dos burros y los largó por la calle principal. Mayor alboroto y como eso
muchas anécdotas más. Tenia mas cuentos que un libro primaria.
De Barinas a Mantecal
lo conocía casi todo el mundo, por lo jocoso y echador de broma. Como todo buen
llanero era malicioso, tuvo su ganado y vacas de ordeño, por supuesto a todas
les tenía nombres, en las tardes cuando reunía al ganado en el paradero, sabia
cual vaca faltaba.
Con el correr de los
años empezó a sufrir de alzheimer. Muere a los 76 años en Barquisimeto, de un
edema cerebral como consecuencia de una caída. Sus restos reposan en el
cementerio de la ciudad de Barinas.
Escrito
por unos de sus hijos, Luis Manuel Serrano Vargas.
Tomado de https://vidamantecal.wixsite.com/apure/blog/categories/historias
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