Los papeles de Don Genaro.
Relato de
Genaro Labanchi (ùltimo italiano de Periquera) a Guasdualito.com:
Sic…"Yo
recuerdo uno de esos hombres viejos del pueblo, que en 1914 o 15 tenía 83 años.
Era don Vicente Limardo y él contaba sobre la guerra, cuando pasó Bolívar
en la marcha admirable de Mantecal a los Páramos de Pifa; él le contaba a mi
papá que aquí no quedó un hombre, no quedó un llanero, todos se fueron con él.
Pero es mentira eso que dicen, porque Bolívar no estuvo ni en Periquera ni en
Guasdualito, estuvo en un hato cerca de Guasdualito. Él pasó cerca de aquí y
venía con desconfianza porque creía que aquí todos eran realistas y se
equivocó. Los dueños del hato, que eran Useche y otros, lo hospedaron, le
dieron asilo, y Bolívar se fue contentísimo".Don Genaro toma aire y luego
acota, "yo sé de Guasdualito, sé la historia, porque iba con mis amigos
los Briceño, los Laporta, los Estela y Remigio Paz, Filippo Di Giorgio y
Antonio Crescencio Pérez porque íbamos a buscar mararay allá, y recuerdo
todavía las paredes de ladrillos que habían ahí en pueblo viejo, que es el
actual Guasdualito fundado por el Marqués del Pumar".
De esos tiempos rescata para la historia el nombre del primer fotógrafo del
pueblo, el primer hombre que inmortalizó los rostros y las vidas de
Guasdualito. "Leopoldo Lomónaco fue el primer fotógrafo de por aquí. Él
era tuerto y fotógrafo. Yo todavía tengo fotografías hechas por él. El hijo de
él, Francisco Lomónaco, tuvo un problema con la muerte de un guerrillero
colombiano, eso fue en el 1950 y pico. Yo estaba en el hato cuando me avisaron;
yo al colombiano ése le di una pieza y todo para que durmiera y a la mañana
siguiente se fue derecho a Puerto Infante y allá lo mataron y sé que Francisco
estuvo complicado en eso, pero a él lo protegía Marcos Pérez Jiménez".Sin
embargo, otros son los nombres que recuerda Don Genaro con verdadero orgullo,
pues ellos son los que mejor reflejan la forma de ser del llanero altoapureño.
"El general Ramírez, el general Ezequiel María Briceño y Pedro Daniel
García, ellos sí eran buenos; eran buenos porque regalaban al pueblo. Para esas
fastuosas fiestas de la Virgen del Carmen, patrona de Periquera, venían gentes
de todas partes y no pagaban ni una locha. La comida era gratuita por 10 ó 12,
bebidas y comidas gratis. Pedro Daniel García mandaba a matar veinte reses,
¿qué se acababan esas veinte reses? Él decía 'vaya al corral y busque otras 20,
y así era'".La simplicidad cotidiana, el maniqueísmo de la vida sencilla,
donde el bien y el mal tienen nombres propios, continúan siendo las premisas
que guían la vida de Genaro Labanchi, un hombre que ha visto mucho, pero
prefiere compartir sólo aquello que le trae felices recuerdos.
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