Carlos Alberto Pessagno Vicuña y América Luz Caqui de Pessagno.
Por Ana
María Pessagno
Comparto un escrito sobre mis padres, en
ocasión del aniversario número 22 de la partida de mi padre...Agradezco mucho
su apoyo con la publicación del mismo...
Mis padres, los Profesores Pessagno
Un apellido peculiar se empezó a
escuchar en San Fernando a finales de la década de los sesenta, mi padre Carlos
Alberto Pessagno Vicuña llegó a tierras apureñas, un mes de octubre del año
1969. A su lado estaba su amada esposa y mi madre, América Luz Caqui de
Pessagno. Esta pareja dejó su país de origen, con la esperanza de un mejor
futuro para la familia que ya empezaban a conformar y que vino a cristalizarse
a lo largo de los años con un total de cinco hijos: Carlos, Ernesto, Margarita
(Emma), Ana María y Leslibeth.
Si bien, el nombre de pila de mi padre era Carlos, fue más conocido como el Profesor Pessagno, peruano de nacionalidad, pero venezolano de esos del alma y corazón. Tanto él, como mi madre, fueron docentes en el Liceo Lazo Martí durante casi tres décadas, fundadores de la Universidad Simón Rodríguez Núcleo Apure. Fue en LILAZO, donde siempre, con mucho esmero y entusiasmo, entregaron su profesionalismo y dedicación a la tierra que los adoptó con calidez y le abrió las puertas con esa familiaridad y sencillez que tenemos los llaneros…Su mística de servicio y vocación pedagógica se orientó a la educación bonita, integral, esa llena de valores y principios, donde se predica con la palabra, pero sobre todo con el ejemplo. Esa educación que tanto necesitan los espíritus jóvenes para su formación y para poder ser primero que nada, excelentes personas para luego poder ser excelentes profesionales. Ambos impartieron clases a jóvenes en el horario diurno y a adultos en el parasistema o programa nocturno. Su norte siempre fue formar con devoción y empatía.
Mi madre, proveniente de Sullana (Perú),
una mujer brillante que siempre destacó en el ámbito académico, siendo ejemplo
y guía para todos sus hijos y nietos, quienes la tenemos como referente
constante en nuestras vidas. Siempre ha sido una persona luchadora que ha
logrado lo que se ha propuesto con gran determinación.
Mi madre, una mujer emprendedora y
visionaria, es la base angular de nuestra familia, pilar de todos nosotros,
remanso de paz y amor, madre buena y abnegada. Sus hijos agradecemos y
bendecimos su presencia en nuestras vidas y como su nombre lo indica, ella es
la Luz, el faro de nuestro camino…
Por otra parte, mi padre, el Profesor
Pessagno, oriundo de Lima, Perú, dictaba clases humanistas de Castellano.
Literatura y Latín. Mi padre era un hombre sencillo que tenía como prioridad a
su familia, que no solo era la conformada por su esposa y sus cinco hijos, sino
también esos hijos que día a día formaba en las aulas.
La pasión de mi padre era enseñar y se
nutría constantemente de esa dinámica con sus estudiantes. Incluso, recuerdo
que llevaba cuidadosamente una libreta con los nombres de todos sus exalumnos y
las profesiones que escogieron. Así era mi papá, siempre preocupado y sobre
todo orgulloso de sus otros hijos, sus queridos alumnos.
Otra pasión de mi padre eran los libros,
tenía colecciones enteras de ellos y sus pasatiempos favoritos era leer y
escribir constantemente. En algún momento la biblioteca de LILAZO llevó su
nombre y fue colaborador permanente de las publicaciones regionales Idea y El
Llanero. Participaba constantemente en eventos en pro de la cultura apureña y
de la Sociedad Bolivariana. Así como también era fiel amigo de buenas causas
como el voluntariado, acompañando a las Damas azules del PAO y cualquier
empresa humanitaria que lo requiriese, mi padre tenía un gran corazón y siempre
estaba dispuesto a tender una mano al que lo necesitara.
Mi padre Carlos Alberto Pessagno Vicuña se fue al encuentro del Señor hace 22 años, un 28 de diciembre del año 1999 en la ciudad de Valencia. Para el momento acompañado de su familia, pero lejos de Apure y quizás por ello, siempre quedó pendiente el despedirse de su querido y hermoso Llano, de su San Fernando amado, aquel que llevaba siempre en el alma y el corazón…Ésta, si acaso es una forma pequeña de honrar su memoria en este Grupo y ante una sociedad que tanto afecto le brindó y que él amo tan profundamente, como si hubiera nacido en su suelo. Muy orgullosa de ser su hija, al igual que mis hermanos, nunca olvidamos de quien venimos y esperamos siempre, en la medida de lo posible, ser dignos del Padre con el que Dios nos bendijo…Su esencia, su huella y su recuerdo no se apagaron con su partida, aquel triste año 99…Él vive en los que fuimos sus hijos de sangre y en todos sus hijos de la vida que cariñosamente, desde las aulas y fuera de ella, le llamaban…El Profesor Pessagno…
1 comentarios:
Buenas tardes, está muy completo este escrito sobre el Prof. pero faltó mencionar su paso por el movimiento scout tanto de su país natal como aquí en Apure. Saludos.
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