APURITO (PARROQUIA)
El poblado de Apurito está
ubicado en las orillas del río Apure, es una parroquia del municipio Achaguas y
cuenta con poco más de 5000 habitantes. Es cuna
del poeta nativista Felipe Martínez Veloz, la poetisa Nina Herrera de Delgado y
de reconocidos artistas como el arpista Neris Torrealba y los compositores
Ramón Rattia, autor de la canción Mi llano en abril y mayo y el maestro
Genaro Prieto, autor de Apure en un viaje, joya musical inmortalizada en
la voz de Francisco Montoya.
El Dr. José Manuel Sánchez
Osto dice en sus apuntes
inéditos que Apurito: fue fundado
hacia 1781, con el nombre de SANTA BARBARA
DE APURITO, pero también
se le conoció como SANTO TOMAS APOSTOL
DE APURITO y SAN JOSE DE APURITO, según el mismo historiador.
En la HISTORIA
GENERAL DE LA IGLESIA EN AMERICA LATINA VII COLOMBIA Y VENEZUELA editada en 1981 señala que San José de Apurito fue fundada en 1792 Y Virgilio
Tosta, por su lado en su obra Pueblos de Apure, nos expresa
que fue fundado en 1793,
por FRAY CASIMIRO DE BENAOCAZ.
Y para conocer más sobre esta población
encontramos el discurso de un hijo de Apurito, Don Felipe Martínez Veloz, en un
discurso como Orador de Orden en la plaza Bolívar de Apurito en 1993 con motivo
de los 200 años de la fundación del pueblo en la sesión solemne de la Asamblea
Legislativa del estado Apure.
“Apurito fue fundado por FRAY CASIMIRO
BENAOCAZ, cuya fecha data de
1793, con el nombre de
San José de Apurito, en carta fechada en Guanarito
el 11 de Noviembre de 1.795, FRAY JOSE DE CANILLA, Prefecto de las Misiones
Capuchinas, decía
al Rey de España, que
en una entrada que se había hecho a los montes de los llanos de Apure, se había logrado aprehender 275 indios gentiles
de ambos sexos, dichos indios
fueron conducidos a la Misión de San José de Apure, (o Santa Lucía), con la intención
de dejar aquí la mitad de ellos, y
la otra mitad a San José de Apurito.
Para realizar este propósito FRAY JOSE MARIA DE MALAGA, consiguió
canoas y víveres
pero la empresa se malogró porque los
indios destinados para Apurito se resistieron, lo mismo sucedió con los de Apuré,
y los indios volvieron a sus domicilios silvestres, dejando en el mayor desconsuelo a los misioneros. En 1801 San José de Apure,
contaba con 215 indios y 340 personas más, entre vecinos españoles y otras castas. Por despacho del 26 de Agosto de 1795, el Obispo de Caracas, erigió en Parroquias
distintas y separadas a los pueblos de Apure y Apurito,
bajo la invocación
de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora y del Glorioso Patriarca
San José respectivamente, con facultad de tener Curas, campanas, Cementerios y demás insignias
de parroquialidad,
sometidas al Vicariato de la Villa de Calabozo, y mientras se procedía a la provisión
de Curas, el Padre Prefecto de
las Misiones, podía enviar religiosos para dichas Parroquias, facultad
que ya antes había concedido el Dr. LUIS
ANTONIO MENDEZ QUIÑONES, Vicario Capitular, Juez
Provisor y Vicario
General del Obispado. Por Decisión del Obispo de Caracas, fecha 27 de Mayo de 1811,
Apure y Apurito fueron erigidas en Curatos Seculares
(Datos emanados del Historiador Virgilio Tosta, sobre la fundación de San José de Apurito).
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IGLESIA NUESTRA
SEÑORA DEL ROSARIO |
La
primera Iglesia Parroquial
fue edificada en la parte Este de la población a unos 500 metros del nacimiento
del Río Apurito, hacia el Oeste, donde existió la Casa de Familia
y Comercio del Señor ANGEL FELIX RETALI. Esta Iglesia fue la primera casa de mampostería que existió en Apurito, la cual desapareció en la penúltima
década del Siglo XIX según me lo aseguraba
Don TEODOSIO VELOZ SANCHEZ, oriundo de El Baúl. Estado
Cojedes, quién llegó
a este pueblo en el año de
1891 por el mes de abril.
Refería que a
su llegada estaban los recientes escombros de la Iglesia amontonadas las rejas
y ladrillos casi enteros, y en perfectas condiciones y de buena
calidad. Algunos vecinos los utilizaban en sus casas,
los que treinta o cuarenta
años después utilizaban todavía como
ripio, pero tenían
que hacer excavaciones para sacarlos, porque se habían enterrado por la acción
del tiempo. La segunda Iglesia
fue edificada a finales del siglo pasado en 1895
ó 96, en un ángulo
de la Plaza Bolívar, entre las
calles Comercio y Bolívar, cuya
construcción quedó de Norte a Sur, con el frente
hacia el Río Apure, la que prestó
servicios hasta el año de
1929, porque fue edificada otra, haciendo frente con la
Calle Bolívar y la Plaza, en la misma
posición de Norte a Sur,
al lado de la casa del señor JUAN VELOZ SANCHEZ, uno de los propulsores de dicha construcción. Esa Iglesia prestó servicios
hasta 1960, en que fue construida la que está funcionando, cuya edificación quedó de Este a Oeste, con el frente hacia la nueva Plaza Bolívar. Esta obra fue realizada por el Padre Villarejo, con el aporte de las instituciones y devotos
de la Virgen del Rosario, desde
luego, o sea,
que en este
transcurrir de sus
siglos de
existencia, Apurito ha tenido cuatro
Iglesias.
La Plaza Colonial estaba al frente de la Iglesia inicial,
quedaba al Sur de la misma y cuyo centro es donde está un centenario tamarindo,
que para la década del 30 al 40, producía los mejores frutos y hoy corroído su tronco
por el tiempo, está en vías de desaparecer. Esta es la Plaza Mayor y la primera
casa de gobierno estaba ubicada hacia la parte Este, donde existió después la habitación
de la señora Rosa García, la cual era de mampostería, porque allí se veían señales
de ladrillos y tejas vueltos ripios, para el año de 1928.
Existió otra Plaza más hacia el Oeste, donde están ubicaos los solares de las casas de Francisca Rojas y ·Juan José Torrealba por su parte Sur y al Norte con el solar del señor Guillermo Moreno. Esta
Plaza desapareció en la década
del 20 al 30, en que comenzaron las edificaciones que actualmente existen, siguiendo el curso de trasladarla donde funcionó
la segunda Iglesia, entre las calles
Comercio y Bolívar
respectivamente. La Jefatura
Civil funcionaba para ese
entonces a comienzo
del siglo, donde existe la casa de habitación del
señor
Lucio Tovar, pero al marcharse de esta población la familia de
Carmelita Hidalgo, fue adquirida dicha casa, para asiento de los poderes públicos, en el sitio donde se va a colocar dentro de poco, la primera
piedra para la Casa de la Cultura,
lo que significa, que así como han
existido cuatro Iglesias hasta hoy, también
hemos tenido igual
número de plazas, con la que actualmente funciona y en cuanto a las casas de gobierno, han existido
cinco hasta hoy, primero
la colonial , la segunda donde es el inmueble del señor
Tovar, la tercera
en la esquina de la Plaza Bolívar, la cuarta donde era la casa de la señora Carmen de Vilera; la cuarta, volvió a reedificarse en el año de 1947
y la quinta, donde funciona actualmente. En este devenir
de dos siglos ha habido dos cementerios, el
primero donde está el solar de la señora Aura de Parra, hacia el Sur, donde está el terreno de la Escuela
Granja. Este cementerio desapareció en las décadas
del 70 al 90 del siglo
pasado y fue trasladado
al sitio donde hoy funciona. No debemos pasar por alto que existió
la Plaza Libertad, cuyos recuerdos afloran a mi memoria, porque
el deporte favorito
de los apuriteños era el amanse de toros y mautes en aquel sitio,
en los meses de julio y agosto, cuando los muchachos
estábamos de vacaciones, aprovechábamos el tiempo
en el amanse de bueyes todos los años, deporte que consentían
los jefes civiles
del gomecísmo, primero
porqué el buey era uno de los medios de transporte de la época en esta zona y en segundo lugar porque era sano, pero sí peligroso y
servía de causar risas, cuando un toro tumbaba a un muchacho con sus corcobeos. La plaza libertad quedaba hacia la parte Oeste
del negocio de Modestico Moreno y por
el Oeste la casa del señor Daniel Méndez, que llamaban las tres bóvedas porque en esa casa funcionaba un lenocinio y allí casi todos los días
habían riñas y escándalos mayúsculos, sin embargo
a pesar de todo el
poder del régimen
gomecista, nunca fue clausurado ni cerrado su funcionamiento, aunque
fuera por ·pocos
días.
El
trazado de la población, se componía de dos calles, cuyos nombres eran del Río y la del Monte. Esta denominación se mantuvo hasta el centenario de la Independencia el 5 de julio de 1911,
fueron bautizados con los nombres
de calle Bolívar
y Comercio respectivamente; igualmente las plazas fueron designadas con los nombres de plaza
Bolívar, la que estaba al lado de la Iglesia y Libertad la que estaba hacia la parte Oeste. Las dos plazas
tenían su frente Norte hacia el Río Apure y con los desbarranques del río han ido perdiendo terreno.
El
crecimiento de la población según los censos
nacionales, en la capital del Municipio para
1941 era de 327 habitantes; en 1950,
475; en 1961, 739; en 1971, 740; en 1981,
1.356 y en 1991, 1974. El estimado de todo el municipio era para 1941, 2.705 habitantes, en 1950, 2.055; en 1961, 2.410; en 1.971, 2.856; en 1981, 3.415; y en 1991, 4.313 habitantes,
lo que significa que el aumento
poblacional, se ha notado en las últimas
décadas. Para el primer censo
de población en Venezuela para 1837, Apurito tenía 92 casas y 485 habitantes, según
Carlos Modesto Laya. La temperatura media al año es de 27, 52 aproximadamente. Su
altitud es de 65 metros aproximadamente, sobre el nivel del mar, en las riberas
del río Apure y su precipitación pluviométrica anual es de 1.600 mm aproximadamente.
Los
terrenos del Municipio son aptos para la agricultura y la cría de
ganado vacuno, no obstante haberse desmejorado
las sábanas, las que
se han convertido en rastrojales, donde sesenta años atrás eran fértiles esteros
bancos cubiertos de ricos pastos,
gamelote, gamelotillo, lamedoras, corocillo y sobremanera buena
agua, para los abrevaderos del ganado. Ríos, árboles forrajeros como el samán, el guásimo y el caruto, cumplen como verdaderos aporte para alimentar el ganado en la época veraniega. El
haberse agotado los pastos, se ha dicho que por causa del sobre
pastoreo de ganado, tal vez sea cierto. Para
1941 el censo agropecuario arrojó la cantidad
de 14.000 vacunos, que pastaban
en los terrenos ejidos del Municipio, para esta fecha no hay 1.000 reses. Esto desanima muchísimo al hombre del campo, al verdadero
productor y poblador del medio rural, no al comerciante de ganado, su misión es amasar fortuna y una vez logrado ese propósito se
marchan del medio, mientras el campesino nato no abandona su tierra, allí muere al pie del cañón, pasando vicisitudes muchas veces. No ha habido
pestes en los últimos años, solamente epidemias pasajeras que han sido controladas, pero el peor de todos
los flagelos es el
abigeato incontrolable, que
el que no corre se encarama, o deja el nido como dice un refrán; La mayoría de los pequeños empresarios del campo, como se dice ahora, están pensando seriamente retirarse de
esas labores, para no quedar arruinados, si el gobierno no pone mano dura al abigeato. Lo que se oye, yo venderé para no
seguir trabajando para los demás y el venga atrás que arree.
Esa reflexión se
la dejo a
las
autoridades, porque el
llano se está arruinando y necesita
salvarlo, esto es duro decirlo, pero callarlo sería complicidad de la gente que queremos este llano, que es lo lógico y hay que decirlo.
Con la promulgación de la Ley de Reforma
Agraria, lo que hizo fue empeorar la situación, a partir de 1.960 en que el Instituto Agrario Nacional tomó posesión de los terrenos ejidales, comenzaron a
aflorar los problemas en el medio rural,
que antes no existían, por la aparición de gente extraña al campo, técnicos
del agro que estaban al
servicio de organismos de la Reforma
Agraria, no sujetos
a esas reformas, se adueñaron de terrenos de los campesinos, quienes acogotados por la pobreza han venido vendiendo sus parcelas y se han marchado a las ciudades, para aumentar los cordones
de miseria, y los que han quedado, han venido sufriendo desalojos indirectos por parte de los nuevos propietarios de la tierra,
cercando los pasteaderos y abrevaderos de los ganados de los pequeños criadores, trayendo como
consecuencia la ruina del pequeño productor
del campo. El Concejo Municipal
del Distrito Achaguas, traspasó
sus terrenos ejidos
al IAN, y ahí está
el resultado, los peces grandes se han tragado
a los pequeños, solo alambradas vemos
por todas partes.
El área de terreno del Municipio Apurito, es de cinco leguas más o menos unas
12.000 hectáreas. Esa donación la hacía la corona de
España, en tiempos
de la conquista, cuya medición
del terreno partía desde la Plaza Mayor, hacia los diferentes puntos cardinales, midiendo una
legua por cada punto, pero las poblaciones ubicadas
en las riberas de los ríos como Apurito,
que tiene por el Norte, el río Apure, la legua restante que faltaba, se le agregaba
a los demás puntos cardinales, por lo que vemos que el terreno
de los ejidos de este pueblo, se extienden hacia el Sur y el Oeste por
lo anteriormente expuesto.
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Foto cortesía de la Fundación Decanio |
Apurito fue un granero
del Estado Apure,
desde los comienzos del siglo hasta la década del cuarenta, se cultivaban maíz en abundancia, arroz, tabaco,
plátanos, topocho en grandes cantidades, yuca, pero sobre manera la caña de azúcar. Existieron varias haciendas donde fabricaban panelas y aguardiente, Gato Gordo de Justo Arráez, La Coreña de Marcos Ramos,
El Encanto del Coronel
Modesto Herrera y Santa Rosa, de Jesús María Martínez, mi padre. En esta última hacienda
no se destilaba aguardiente, pero como Gato Gordo pasó a ser propiedad de mi padre, para el año 23 habían almacenados en mi
casa 1.000 cargas de panelas producto
de las dos haciendas, pero allí comenzó
la crisis económica para los hacendados, debido al bajo precio
que se cotizaba, una carga de 100 panelas llegó a venderse
por la irrisoria suma de Ocho Bolívares; Rodríguez
y Pulido, una firma comercial
que había en Camaguán, le dijo a mi padre que tirara esa panela al río Apure por las noches, para que el gobierno
no se diera cuenta, porque traer ese cargamento a San Fernando,
no daba ni para pagar el flete.
Después vimos en la prensa internacional por los años 30 que Brasil aventó al mar 30.000.000 de sacos de café y Cuba 40.000 toneladas de azúcar, a fin de buscarle precio, para que escaseara
el producto, porque le venía encima
la otra cosecha. Después de esa grave crisis, la agricultura se
vino al suelo, quedaron algunos agricu1tores
como Roso Prudencio Aponte, Hipólito Navarro, Juan Flores y su hermano
Valentín, Regino Herrera,
quienes después aprovecharon buenos precios, porque los demás quedaron arruinados y nunca más volvió Apurito
a tener hacienda de caña que produjera
100 cargas de panela en un verano,
la época de las moliendas. Igualmente sucedió
con los precios
del maíz, que costaba una fanega 336 libras (12 Bolívares), el topocho 100 unidades
1 Bolívar, la carga de plátanos 300 unidades, 5 Bolívares, y así sucesivamente, la ruina cundió en la agricultura, la gente abandonó
el campo, lo mismo sucedió
con el ganado que llegó
a venderse un novillo de 400 kilos por 25 Bolívares, y una vaca de primera calidad
por 12 Bolívares,
eran los últimos
5 años del gobierno de Juan Vicente Gómez. Qué tiempos aquellos
comparados con el presente, en que las cosas valen por demás, pero la gente en su mayoría esquiva el trabajo y la producción. Son fenómenos sociales para los
estudiosos de la materia.
Hemos hablado de todos los avatares que le ha tocado a este Municipio, en el devenir
del tiempo, se hace necesario hacerle un reconocimiento al vecino Municipio
San Antonio, quién
por sus características
ha tenido una mejor economía
que la nuestra, dando como ejemplo, el queso que se consume
en Apurito y por ende en gran parte del Estado Apure, es procedente de Barinas, así como los mejores clientes con que cuenta el comercio local, son los barinenses. Esto es necesario decirlo que gran parte de nuestra economía
depende del vecino Estado, siendo varios los factores negativos para nosotros, el trabajador barinés tiene en alto su moral y dedicación al trabajo, frente
al trabajador Apureño, que se ha acostumbrado al facilismo y esto es muy negativo, hasta el punto que el topocho y la yuca, para hablar de solo dos rubros
de los productos agrícolas que consumimos, en diferentes
sitios del Estado, dependen del Estado Barinas, ojalá esta crítica
sirva para una rectificación.
Vamos a darle un recorrido a las prósperas fincas que hubieron en
esta jurisdicción, unos sesenta años atrás, porque es necesario recordar en esta fecha bicentenaria, el esfuerzo y. el trabajo de aquellos hombres, que son parte de nuestra historia, Bejuco del Señor Don Víctor Bejas, La Esperanza, de Don Pedro
Solórzano Segovia, Las Gallinas
de Joaquin Rábago,
La Florida de Don Felipe Zurita, Santa Rita de Mamerto Meza, El Chorro de Tomás Díaz Mercado, La Florida de Don Blas Angulo, además de muchos criadores medianos y pequeños que tenían sus crías de ganado, San Pablo Paeño, el hato más rico de la jurisdicción, cuya finca perteneció al General
en Jefe José Antonio Páez, también
fue propietario de ese Hato, el General
Rafael María Peña, el cual es hoy propiedad de la Compañía
Inglesa. La Bendición Diera del Doctor
Díaz Grafe, Las Mercedes
de Don Luis Elías Torrealba. Como la jurisdicción del fenecido Municipio
Banco Largo, pasara a ser administrado por Apurito, hasta el año de
1937, en que el Samán de Apure, fuera elevado a la categoría de Municipio.
Voy a referirme a dos episodios que es necesario recordarlos, como Banco Largo tiene sus ejidos colindantes con nuestro Municipio, una vez desaparecido en su condición de Parroquia, sus ejidos pasaron a
formar parte del nuestro, cuyos terrenos trató
de adquirir Jesús María Hernández para anexarlos a su Hato Mucuritas, en tiempos de Pérez Soto, considerándolo como terrenos baldíos. La gente
de Apurito protestó ante
la operación que
pensaba realizar el Presidente Gomecísta,
y se recogieron firmas
en toda la jurisdicción del Municipio para oponerse a la
venta. Jesús María Hernández al tener conocimiento de la oposición que hacían los apuriteños, en la venta de los terrenos, manifestó públicamente que los cotizudos de Apurito, estaban
bien equivocados para oponerse a esa negociación, porque ya el negocio estaba pactado con Pérez Soto, que
mandaba y no rogaba. Los vecinos
de este pueblo, le enviaron una carta a Juan Vicente
Gómez, oponiéndose a la venta y haciendo referencia de todos los entretelones
del negocio, porque Hernández decía en su condición de terrófago, que allí fundaría
unos potreros para engordar
sus ganados. Contribuyó el buen resultado
que se obtuvo, que
aquí en Apurito
vivió muchos años el Dr. Deogracias Medina Fecuet, nativo
del Estado Falcón, quien le acompañó a la petición hecha ante Gómez,
otra para el Dr. Pedro Manuel
Arcaya, que era Ministro de Relaciones Interiores para esa época,
y quien había sido su condiscípulo en tiempos de su niñez,
Arcaya intervino y Gómez le envió un Telegrama a
Pérez Soto, que los terrenos ejidos son inalienables e imprescriptibles. Jesús María Hernández
no volvió más a Apurito, ni
siquiera atracaba su lancha cuando iba para Mucuritas, los Samaneros nunca supieron ese episodio, de haberlo sabido,
no le hubieran dado acogida al dueño de Mucuritas, y no habrían tenido
ejidos, al ser elevados a la categoría de Municipio.
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Foto cortesía de la Fundación Decanio |
Esbozado el proceso de la fundación de Apurito, sus peculiaridades y demás conceptos,
acerca de la geografía de nuestro pueblo, pasaremos a hablar de su importante historia
y del papel que le tocó desempeñar en la Guerra de Independencia, el cual fue teatro
de operaciones en aquella jornada guerrerista, igual que en casi todas las regiones
del país. Iniciado el grito de rebelión de.1810, que diera el pueblo de Caracas,
con una pléyade de ilustres compatriotas, distintos alzamientos se produjeron en
diferentes regiones del país, el mulato Santos Minas en Mangas Coberas, con 300
hombres en 1812, el alzamiento del Indio Juan Caparo en Apurito, con 300 hombres
para esa misma fecha; Bonifacio García en barbacoas con 100
hombres; y de Santos Vargas en Guardatinajas, con vaqueros de la región.
Todos estos grupos ingresaron después a Páez, seguramente también
al realista Boves. Páez conocía al mulato José de los Santos
Mina, y a Juan Caparo quienes en el alzamiento de La Huerfanita tomaron parte; esto fue en febrero de 1809, y Juan Caparo
mató esa noche
con una pica de guasdua al coronel Gonzalo de Orozco, encargado del Hato Barco
Largo, quien al írsele encima
al indio, disparándole un pistoletazo, que no dio en blanco, lo aprovechó el indio para
matarlo. La cabeza
de Juan Caparo
fue puesta en precio de 150 pesos y había un fondo
en Calabozo de 2.000 pesos, para quien revelara donde se
encontraba el Forajido. Caparo se había refugiado en Apure, después
de aquellos acontecimientos y apareció con el
alzamiento en Apurito, después en 1812.
Santos Mina aparece
entre los héroes de Las Queseras y no sabemos el final de Juan Caparo como saldado desconocido, es por ello, que haciéndole un honor a ese héroe anónimo, los hijos de Apurito, le honramos con una estatua, como
un símbolo a nuestra raza autóctona, desalojados por el Conquistador Europeo por una parte,
y por la otra, el símbolo de la rebeldía del hombre venezolano, que desde el valle de Caracas, hasta las cumbres del Potosí, guiado por nuestro
Libertador, rompió las cadenas de la esclavitud, para formar patrias libres y no con fines de conquista.
Otro hecho de gran importancia en la historia de este pueblo, en la guerra
de la Independencia, fue la batalla Naval librada en aguas del Río Apure
frente a esta población, contra el ejército
realista comandado por el Coronel Francisco López, el 8 de Noviembre de 1816, después de una entrevista que tuvo lugar en medio del río Apure,
entre el Comandante José
Antonio Páez y el jefe realista. Después
de la Batalla de El Yagual, y de la persecución que hizo el ejército patriota
a las derrotadas fuerzas realistas, que se habían
retirado hacia la población de Achaguas, la cual
fue ocupada por los patriotas, donde los derrotados habían llegado utilizando la vía del Río Arauca,
remontando por la confluencia del Río Apure Seco,
en cuatro cañoneras y otras embarcaciones, que escaparon del asedio patriota, refugiándose en el Río
Apure. Ya López
había llegado a Apurito atravesando el Río hacia San Antonio, siguiendo rumbo a Ciudad de Nutrias de salvar a la ciudad de Barinas,
que era un importante bastión realista. Páez llegó a Apurito y no encontró
fuerzas enemigas, que lo molestaran
en su permanencia por pocos
días. López regresó
de Nutrias y habiendo tenido conocimiento de la llegada
de Páez en Apurito, lo invitó a una entrevista, a la cual accedió Páez, efectuándose la misma frente a la población en medio del Río Apure.
Páez asistió en una canoa hasta la mitad del río, mientras López
se embarcó en una cañonera. Después del intercambio de cumplidos, comenzó
López a elogiar la actividad y a encomiar los hechos militares del Jefe patriota, lamentando de que no consagrara sus esfuerzos, a la defensa de los sagrados
derechos del Rey, cuyo servicio
creía que Páez había abandonado, por la injusticia que le hiciera
un Jefe Español,
contestóle Páez, que le habían
mal informado al respecto, de haber servido al ejército del Rey, pués había empezado su carrera en la filas patriotas, las cuales no había abandonado jamás, ni abandonaría nunca por grandes
que fueran nuestras adversidades, y mucho menos a favor de palabras
de seducción, interrumpíome dice Páez, en su autobiografía, que mi ánimo
de provocar la entrevista, no había sido para seducirme, sino para satisfacer el deseo que tenía de conocerme personalmente y darme las gracias, por la generosidad, conque siempre había tratado a los prisioneros y especialmente a los
pobres europeos. Nos despedimos
cordialmente y yo volví a mi campamento -¿quién iba o hecho creer entonces,
a aquel hombre que sus días estaban
contados?- no pasarían
muchos, sin que terminara la carrera de su vida.
Una vez llegado
al campamento, ordené al Capitán
Vicente
Peña, que se embarcara
en la única canoa que teníamos, para hacer una demostración sobre el campo enemigo, a fin de que rompiese el fuego,
terminada la tregua ocasionada por la entrevista. Habiendo tripulado Peña la canoa
con ocho hombres, vino a preguntarme lo que debía de hacer y yo extrañado con semejante
pregunta, dice Páez, que ya de antemano, le había dado órdenes le dije que pasara
el río y ataque el enemigo. Los Jefes allí presentes hicieron la observación, de
que semejante orden, equivaldría al seguro y cuanto inútil
sacrificio de la vida de aquellos pocos hombres, pero yo permanecía sordo a sus indicaciones y no revoqué la orden,
confiado en la buena suerte que, siempre había protegido mis más temerarias empresas.
y en verdad que aquella lo era, hasta no poder más. Perfectamente ejecutó Péña todo
lo que se le mandara, pasando el río sin ser visto por ninguno de los centinelas
del enemigo. Hallábase éste a la sombra de un bosque de mangle, tomando su rancho
a las doce del día, cuando nuestros dragones rompieron el fuego y los cargaron de
firme. No habían disparado 100 tiros, cuando los realistas despavoridos echaron
a correr, creyendo que eran atacados por fuerzas superiores a las suyas.
El jefe López se embarcó
y se retiró, sin examinar
siquiera el número de los que lo atacaban, hice pasar en auxilio de Peña una
compañía de lanceros y 80
carabineros desmontados. Antes de anochecer
mandé que repasaran el río los Lanceros, para que López que estaba en observación creyera que no quedaban enemigos de la otra parte
y si por acaso venía él, aguas arriba
para dirigirse a la Plaza
de Nutrias, como era probable, ordené a los carabineros que se dividieran en dos trozos, uno
emboscado en el manglar y otro, al abrigo de una zapa volante, que se formó
en un islote de arena, situado
en medio de la corriente. Sucedió como lo había sospechado, continúa
Páez en su narrativa, a las ocho
de la noche comenzó la escuadrilla de López a subir el río y los emboscados les abrieron fuego, dos de las flecheras
retrocedieron, una atracó a tierra, echando a huir
la tripulación de la que hicimos un prisionero y López
logró pasar donde
estaban los emboscados. Por el prisionero
supe que era la flechera del Gobernador, la que había pasado y al instante
resolví apresarla, es el caso que antes había salvado
una partida de caballería, para coger otra
flechera, apostada en el paso del pueblo
de Banco Largo, distante diez leguas
del pueblo de Apurito, ya sabía
que la operación había tenido éxito y para aprovechar todos sus puntos, mandé
inmediatamente orden para que la misma partida
viniese en la flechera apresada,
a encontrar a López, y darle un asalto
al abordaje. Nuestra flechera obedeció con puntualidad, navegando río abajo
encontró al amanecer del
día siguiente la de López,
éste conoció que no venía de amiga y viró de borda para ganarle ventaja ayudado
por la corriente, bajaban las dos embarcaciones, una a caza de la otra, desde nuestro
campamento conocimos que la primera barca
era la de López y para cortarle la retirada equipamos la canoa con ochos hombres y
la flechera cogida la noche anterior, con toda a gente que cupo en ella, salimos
al encuentro de la evidentemente traía a López, quién ordenó a sus bogas
que hicieran fuerzas de remo y sin que pudiéramos evitarlo,
pasó por delante
de nuestras embarcaciones, continuamos dándole caza y una bala acertó
a matar al patrón de la lancha
realista, quedó ésta sin gobierno, y en el momento de dar una vuelta
a la aventura, la abordó nuestra
canoa, cayendo en nuestro poder López, dos oficiales
y toda la tripulación.
Teniendo ya tres lanchas
armadas, hice que se procediera
a ponerlas inmediatamente en servicio,
para ir a atacar otras cuatro del enemigo, que
estaban frente al pueblo de Santa Lucía, a una distancia
de unas seis u ocho
leguas del pueblo de Apurito, Al Capitán Vicente Peña le dí aquel encargo, y el mando de
dichas flecheras y con la mira de engañar
al Jefe que
mandaba en el convoy realista, hice que Peña se pusiera el sombrero tricornio del Gobernador López en la misma lancha que había sido de éste se colocara a la proa, para que contéstase el quien vive de los enemigos, fingiendo ser el Gobernador, a fin de que pudiere
acercársele para entrarles al abordaje, sin disparar un tiro inútil.
Esta estratagema no cundió, porque al acercarse Peña a los españoles, y no obstante
el título que asumió, le mandaron hacer alto.
Sin hacer caso de esta presencia, Peña mandó
hacer avante y estando
a más de medio tiro
de cañón, recibió los primeros fuegos, cargo entonces al abordaje con tal brío y buena fortuna, cayeron en su poder las 4 flecheras.
Con ellas siguió a Apurito,
para remontar el Apure y batir a otra escuadrilla que al mando de Juan Comos estaban en el Puerto de Nutrias,
pasé yo el Apure, dice - Páez, con todas las fuerzas que allí tenía y salí para la Ciudad de Nutrias.
Esta hazaña memorable
en los anales de nuestra
historia; la realizaron, con de nuevo y coraje, el Coronel Francisco
Aramendi y el valientísimo Capitán Vicente Peña, del que no podemos
pasar por alto hablar de
este Oficial, que habiendo pertenecido a las fuerzas
realistas, fue hecho prisionero en la Batalla de Palmarito, el 2 de Febrero
de 1816 con el grado de Comandante, en momentos que atravesaba
nadando el Río Apure, frente a aquella población,
detenido por un soldado patriota
y llevado a la presencia
del Comandante Páez, le dijo lo siguiente - Comandante Páez, no le pido
me perdone la vida, porque
ni debo ni quiero hacerlo, el único favor que solicito, que se me deje decirle
adiós a mi señora-, nosotros ·no somos asesinos le contestó Páez, y si tratarnos
de destruir al enemigo en el campo de batalla, somos generosos con el vencido. La arrogancia y generosidad de aquel hombre, llamó mucho
la atención del Catire Páez, tratando de ganarlo hacia la causa patriota,
hablándole del mal partido que había abrazado siendo
americano, negándose a militar al lado de los patriotas, y que tendría
mucha gloria morir por la causa de su Rey. Imposible
para mí, dice Páez, dejar Sacrificar a tan valiente militar
y contra los usos de entonces lo envié a Pore, con demás prisioneros, recomendándole a él muy especialmente.
Persuadido por eminentes
barones patriotas, se decidió a militar bajo las banderas de nuestra Independencia. Este valiente Capitán
fue ascendido por Páez,
a Teniente Coronel de la Marina. Fue el que hizo prisionero a su antiguo Jefe, el Coronel
Francisco López.
·
No
hay firmes evidencias hasta hoy, del sitio donde
fuera fusilado el
Coronel Francisco López,
algunos historiadores dicen
que fue en
Achaguas, donde tenía el Comandante
Páez su Cuartel
General, no hay pruebas de esa aseveración, toda vez que después de la Batalla
de El Yagua!, el
ejército siguió en persecución de López, y cuando Páez llego
a Apurito, ya las fuerzas realistas habían pasado el Rio Apure,
con destino a Nutrias para salvar la plaza de Barinas, Páez en su autobiografía, después de
la batalla naval
y la persecución de la escuadrilla de Comos que estaba en Puerto Nutrias,
pasé el Apure
con todas las fuerzas que tenía allí y salí para la ciudad de Nutrias. Otros
historiadores aseguran:
López fue fusilado en San Antonio. Lo afirmado por el Coronel
Modesto Herrera, hijo de otro Coronel que peleó en la Guerra
Federal, bajo las banderas centralistas y del mismo
nombre, me aseguraba que el Coronel Francisco López, era persona
distinguida en el trato con sus semejantes, valiente, pero
sanguinario. Había sido fusilado
en Apurito, el mismo día en que cayó prisionero, detrás de la Iglesia,
como a las cuatro de la tarde y que su verdugo no fue Negro Primero, porque
Camejo se incorporó al ejército patriota en 1818, en San Juan de Payara, de donde era nativo y no en Mata de la Miel, como algunos lo han afirmado. Así que López fue fusilado en Apurito, y no en Achaguas. Me argumentaba el Coronel Herrera, y que la especie de que en Apurito hayan matado a un Cura era totalmente incierto, que eso había nacido
del clero por el fusilamiento de López, detrás de la Iglesia Parroquial.
Esbozado este importante hecho histórico, la batalla naval librada en aguas del río Apure, frente a esta
población, hubieron otros hechos importantes, avances, retiradas, ataques y estrategias
realizadas por el ejército patriota en el importante papel que le tocó al Estado
Apure, en la guerra de la Independencia, según el historiador Carlos Brandt, se
libraron Batallas donde tomara parte al lado de Páez en la población de Apurito,
el Oficial Juan José Flores, después Presidente del Ecuador, según Brandt, Flores
acompañó a Páez, hasta 1818, en Apurito y termina diciendo que es curioso observar
que a pesar de haber declarado que Flores comenzó su carrera militar bajo las órdenes
de Páez, éste lo menciona una sola vez en su obra, no obstante la cantidad de batallas que libraron juntos.
Igualmente
en la Guerra Federal se llevaron a cabo hechos
militares en Apurito, por ser limítrofe al Estado Barinas, uno de los bastiones más fuertes
con que contaban las huestes
federales, continuando luego las guerras intestinas, donde Apurito no podía quedarse atrás, con sus caudillos locales,
como fueron los Generales
Rafael María Peña, y José Matute (Alias Matutón), quienes tuvieron
por muchos años en jaque a las fuerzas gubernamentales de los Gobiernos de Castro y los primeros años
de Juan Vicente
Gómez.
.
Este pueblo pasivo
conoció de una huelga revolucionaria,
después de la muerte de Gómez, dirigida
por los campesinos de la Madre Vieja, y capitaneada por Magdaleno Muñoz, Pedro Yaguaracuto
y Gabino Verenzuela, protestando al último Jefe Civil
del Gomecísmo en este pueblo, igualmente hubieron movimientos revolucionarios el 18 de Octubre de 1945
y el 23 de Enero, cuando la caída
de Pérez Jiménez. Estos casos era necesario recordarlos porque también
forman parte de nuestra historia contemporánea, y de no hacer
mención de ellos van a perderse en el olvido.
Hecho
ya un análisis del proceso histórico de nuestro pueblo, pesaremos a hablar de la pequeña
historia, de sus
personajes, de la cotidiana vida
de un pueblo
olvidado que sin negarse a morir
ha permanecido como mudo testigo de loa hechos y acontecimientos de nuestro país. Para 1925, Apurito
celebró un carnaval donde jugaron
con pesetas de a cinco reales
como
había una manga de coleo, los coleadores salían a recorrer las calles y dejaban
caer al suelo, los puños de bambas como le decían a esa moneda de plata. Este servidor
recogió 12 bambas, tenía siete años pero lo recuerdo perfectamente. Al día siguiente
se oían los comentarios, sobre tan rumboso carnaval. Ese mismo año pasó por esta
población la Orquesta Infantil Rey, procedente de Colombia. Trabajaron tres noches,
y era un circo extraordinario, compuesto en su mayoría por niños entre ocho y doce
años y presentaron números de gran valor, cuyo recuerdo quedó latente en el corazón
de los apuriteños. Las tres noches de actuaciones del Circo Infantil Rey, fue pagada
su actuación por los comerciantes de la localidad, sin que el pueblo tuviera que
pagar nada por tan bellas actuaciones. El representante del Circo era el Poeta Raúl
de La Vega,
un bohemio trotamundos.
Era la época de los circos, ese mismo año tuvo una actuación otro circo, donde enterraban a un hombre que aguantaba
un cuarto de hora bajo la tierra; en Puerto Nutrias,
no tuvo suerte y lo sacaron muerto por asfixia. Aquí debutaron dos grandes acróbatas, los hermanos Polo, Puertoriqueños, eso fue el año de 1934. El primer avión que pasó por este pueblo fue en 1929, todo el mundo creía que era un motor fuera
de borda, y cuando nos dimos cuenta iba frente a la boca de Cogote hacia el Oeste. Aquí murió el Padre Serafín Cedeño Castillo el 14 de Febrero de 1926, a las 6 de la tarde, de un infarto, al día siguiente llegó el Obispo de Calabozo Arturo
Celestino Alvárez, quien
estaba en gira por el Alto Apure, y vino desde
el Samán, para asistir a las exequias
del Padre Cedeño. Allí en el Cementerio pronunció
el Padre Enrique Rodríguez Alvárez, quien después fue
Obispo de Maracay,
uno de los discursos más bellos y hermosos que he oído a través
de mi vida. Esa pieza
oratoria fue comentada
por muchos meses entre
los intelectuales de este pueblo y
de El Samán de Apure, José
Luis Jiménez Burgos,
Fabio Siso Martínez, Raúl Paredes Mendoza, Roseliano Veloz Sánchez, Luis Jacinto Prieto, Pedro Sifuentes, Víctor
Manuel Tabasca,
y otros que escapan de mi memoria.
Es
necesario hacer mención
de quienes tuvieron
la dura misión de
enseñar al que no sabe, me refiero a
los maestros
de escuela Juana Josefa Henríquez y su
hija
Eudora, Jesús María Herrera, el mejor maestro de primaria que
he conocido, Romelia de Nieto, Josefina de Silva, Rosa Ramos, Carmen Navarro,
Luisa Umanés de Veloz, Josefina Bolívar, Flor Farray, y el maestro
Isidoro, quien a comienzo del presente siglo,
se dedicó a la enseñanza de una generación de hombres y mujeres
de este pueblo. El maestro
Isidoro, me refería
Don Ignacio Del valle, que
cuando llegó a la ancianidad se levantaba muy temprano, simulando estar
dando clases a sus alumnos y permanecía hasta el mediodía dando clases, tal fue su obsesión y apego a la escuela
y lo encontraron muerto en un pupitre. Honor a esos
maestros.
¿Qué
apuriteño de mi época no recuerda la popularidad de un Pedro Benavides, con su sarta de refranes?, Virgen del Socorro e'Valencia, entre
las guabinas anda
un bagre, Mataguaro no es guabina, ni chorrosco blanco pobre. Pablo H. Rojas cuando cargaba tragos en la cabeza, cuentas viejas no las pago y las nuevas
las dejo envejecer, mire amigo, al hombre lo único que le está
prohibido es morir
de parto; a Roque Soto Navarro, cuando le era presentado a un desconocido, le decía Roque Soto Navarro, de Caracas
para acá; a Don lginio Blanco con su dicho de: Blanco es Blanco y Pérez es Pérez, y el que venga atrás que espere; a Dominguito Pérez con su acostumbrado lema: Santa Palabra,
doctor; a la loca Bárbara
que la hiciera loca llamándola así desde niña. Podríamos seguir
enumerando personajes de este pueblo,
pero nos haríamos interminables en esta perorata.
El
pueblo ha avanzado
cultural y políticamente en los últimos años, cuenta con su Grupo Escolar "Cosme López Hurtado", la Escuela Granja "Dr. Saverio Barbarito", el Ciclo Diversificado "Jesús María Herrera", donde se han capacitado nuestros muchachos; en estos días hubo
una graduación de bachilleres egresados
del Ciclo Básico, y tuve
y sigo teniendo buena impresión de que esos muchachos
puedan llegar lejos y hacer
mucho por este pueblo, oí decir a uno de ellos en un
·discurso frente
al Libertador en la Plaza
Bolívar, de que se prepararían
para hacer algo por este pueblo. Ojalá sea así, y no se olviden de la patria chica, cuando
lleguen a alcanzar metas superiores. Piensen
que los hijos de los pueblos
deben preocuparse por ellos, modestia aparte, cuando tuve la pasantía
por el gobierno traté de hacer
algo por mi tierra,
esa Carretera que pasa por aquí la pensaban hacer por el Río Matiyure, es decir por la misma vía, cuando a este pueblo se llegaba por caminos de trocha o
recuas, una vez llegada
la carretera al Paso Capuchino, le meterían un ramal hacia Apurito, lo mismo harían con El Samán,
cuando pasara la carretera por Las Vuelticas,
harían otro ramal, la carretera seguiría
a pasar por El Paso del Parreño,
y otro ramal para Mantecal porque
los técnicos del M.O.P, así lo habían planificado en Caracas. Pero había un Diputado en la Legislatura
de Apure, que me tocó
pelear con el Ministerio de Obras Públicas
más Ejecutivo que han tenido
Venezuela, durante el presente siglo, el Doctor Leopoldo Sucre Figarella, argumentándome que yo estaba obsesionado como dirigente Agrario,
y que los campesinos querían que la carretera les pasara por el patio de sus casas. No, Ministro, nosotros no exigimos
tanto, pero las carreteras deben pasar por donde presten el mayor beneficio colectivo, al fin lo convencí, y uno de los
momentos más felices de mi vida fue cuando el Dr.
Sucre saliendo de un avión en Guasdualito, acompañando al Presidente Leoni,
cuando fueron a colocar la primera
piedra en El Amparo,
para la construcción de Puentesobre el Río Arauca,
me dijo lo siguiente: Lo felicito Diputado porque Apurito quedó incorporado a la vialidad nacional,
y me añadió: Usted tenía razón, y esa carretera que se va a comenzar dentro de poco,
BruzualMantecal-Elorza-, favorece a tres latifundios
únicamente, en el futuro
hay que expropiar un kilómetro de lado y lado de la carretera
para utilizar esos
terrenos en Reformas
Agraria, lo que
significa mis queridos paisanos recién egresados del Liceo Jesús
María Herrera, que hay que preocuparse por
las regiones donde hemos nacido.
No
quiero dejar pasar por alto decir ciertas
cosas de la vida cotidiana de Apurito,
sin pecar de regionalista, aquí comí
las mejores arepas de mi vida, fabricadas por Doña Josefa
Acosta y María Asunción Escobar, el mejor pan de horno
del llano de Juana Josefa
Henríquez, la mejor naiboa fabricada por Doña Ramona
Monagas, las mejores
panelas de
dulce fabricadas por Roso Prudencio Aponte é Hipólito Navarro.
Igualmente debemos hacer mención de los hombres
de trabajo de este pueblo, Valentín Flores, Prudencio Aponte, Jesús Parra, Ramón Suárez, Alejandro Torrealba,
Cresencio Quintero, Gumersindo Herrera, Juan José Torrealba, Guillermo Córdova, Isidoro
Castellanos y tantísimos compatriotas que escapan a mi memoria.
Hombres honorables como Eliodoro Silva, Víctor Bejas, Ramón Nieves, Pablo Rodríguez, Modesto Moreno,
Jesús María Martínez y
los Hermanos Veloz Sánchez, personalidades que hicieron y dieron mucho a este pueblo,
en una labor callada y consecuente con esta tierra”.
Recopilación Orlando Nieves
Fuente:
-HISTORIA
GENERAL DE LA IGLESIA EN AMERICA LATINA VII COLOMBIA Y VENEZUELA 1981
-Catalogo
de Patrimonio Cultural Achaguas-Muñoz
-wikipedia.org/wiki/Municipio_Achaguas
-Apurito
en la Historia. Felipe Martínez Veloz. 1993
-Fundación Decanio. 221 años de San Fernando