REDES SOCIALES

domingo, 30 de agosto de 2020

APURITO (PARROQUIA)





APURITO (PARROQUIA)


El poblado de  Apurito está ubicado en las orillas del río Apure, es una parroquia del municipio Achaguas y cuenta con poco más de 5000 habitantes. Es cuna del poeta nativista Felipe Martínez Veloz, la poetisa Nina Herrera de Delgado y de reconocidos artistas como el arpista Neris Torrealba y los compositores Ramón Rattia, autor de la canción Mi llano en abril y mayo y el maestro Genaro Prieto, autor de Apure en un viaje, joya musical inmortalizada en la voz de Francisco Montoya.

El Dr. José Manuel Sánchez Osto dice en sus apuntes inéditos que Apurito:­ fue fundado hacia 1781, con el nombre de SANTA BARBARA DE APURITO, pero también se le conoció como SANTO TOMAS APOSTOL DE APURITO y SAN JOSE DE APURITO, según el mismo historiador.

En la HISTORIA GENERAL DE LA IGLESIA EN AMERICA LATINA VII COLOMBIA Y VENEZUELA editada en  1981 señala que San José de Apurito  fue fundada en 1792 Y Virgilio Tosta, por su lado en su obra Pueblos de Apure, nos expresa que fue fundado en 1793, por FRAY CASIMIRO DE BENAOCAZ.

 Y para conocer más sobre esta población encontramos el discurso de un hijo de Apurito, Don Felipe Martínez Veloz, en un discurso como Orador de Orden en la plaza Bolívar de Apurito en 1993 con motivo de los 200 años de la fundación del pueblo en la sesión solemne de la Asamblea Legislativa del estado Apure.

“Apurito fue fundado por FRAY CASIMIRO BENAOCAZ, cuya fecha data de 1793, con el nombre de San José de Apurito, en carta fechada en Guanarito el 11 de Noviembre de 1.795, FRAY JOSE DE CANILLA, Prefecto de las Misiones Capuchinas, decía al Rey de España, que en una entrada que se había hecho a los montes de los llanos de Apure, se había logrado aprehender 275 indios gentiles de ambos sexos, dichos indios fueron conducidos a la Misión de San José de Apure, (o Santa Lucía), con la intención de dejar aquí la mitad de ellos, y la otra mitad a San José de Apurito. Para realizar este propósito FRAY JOSE MARIA DE MALAGA, consiguió canoas y víveres pero la empresa se malogró porque los indios destinados para Apurito se resistieron, lo mismo sucedió con los de Apuré, y los indios volvieron a sus domicilios silvestres, dejando en el mayor desconsuelo a los misioneros. En 1801 San José de Apure, contaba con 215 indios y 340 personas s, entre vecinos españoles y otras castas. Por despacho del 26 de Agosto de 1795, el Obispo de Caracas, erigió en Parroquias distintas y separadas a los pueblos de Apure y Apurito, bajo la invocación de la Inmaculada Concepción de Nuestra Señora y del Glorioso Patriarca San José respectivamente, con facultad de tener Curas, campanas, Cementerios y demás insignias de parroquialidad, sometidas al Vicariato de la Villa de Calabozo, y mientras se procedía a la provisión de Curas, el Padre Prefecto de las Misiones, podía enviar religiosos para dichas Parroquias, facultad que ya antes había concedido el Dr. LUIS ANTONIO MENDEZ QUIÑONES, Vicario Capitular, Juez Provisor y Vicario General del Obispado. Por Decisión del Obispo de Caracas, fecha 27 de Mayo de 1811, Apure y Apurito fueron erigidas en Curatos Seculares (Datos emanados del Historiador Virgilio Tosta, sobre la fundación de San José de Apurito).

IGLESIA NUESTRA
 SEÑORA DEL ROSARIO
La primera Iglesia Parroquial fue edificada en la parte Este de la población a unos 500 metros del nacimiento del o Apurito, hacia el Oeste, donde existió la Casa de Familia y Comercio del Señor ANGEL FELIX RETALI. Esta Iglesia fue la primera casa de mampostería que existió en Apurito, la cual desapareció en la penúltima década del Siglo XIX según me lo aseguraba Don TEODOSIO VELOZ SANCHEZ, oriundo de El Baúl. Estado Cojedes, quién llegó a este pueblo en el año de 1891 por el mes de abril. Refería que a su llegada estaban los recientes escombros de la Iglesia amontonadas las rejas y ladrillos casi enteros, y en perfectas condiciones y de buena calidad. Algunos vecinos los utilizaban en sus casas, los que treinta o cuarenta años después utilizaban todavía como ripio, pero tenían que hacer excavaciones para sacarlos, porque se habían enterrado por la acción del tiempo. La segunda Iglesia fue edificada a finales del siglo pasado en 1895 ó 96, en un ángulo de la Plaza Bolívar, entre las calles Comercio y Bolívar, cuya construcción quedó de Norte a Sur, con el frente hacia el Río Apure, la que prestó servicios hasta el año de 1929, porque fue edificada otra, haciendo frente con la Calle Bolívar y la Plaza, en la misma posición de Norte a Sur, al lado de la casa del señor JUAN VELOZ SANCHEZ, uno de los propulsores de dicha construcción. Esa Iglesia pres servicios hasta 1960, en que fue construida la que está funcionando, cuya edificación quedó de Este a Oeste, con el frente hacia la nueva Plaza Bolívar. Esta obra fue realizada por el Padre Villarejo, con el aporte de las instituciones y devotos de la Virgen del Rosario, desde luego, o sea, que en este transcurrir de sus siglos de existencia, Apurito ha tenido cuatro Iglesias.

La Plaza Colonial estaba al frente de la Iglesia inicial, quedaba al Sur de la misma y cuyo centro es donde está un centenario tamarindo, que para la década del 30 al 40, producía los mejores frutos y hoy corroído su tronco por el tiempo, está en vías de desaparecer. Esta es la Plaza Mayor y la primera casa de gobierno estaba ubicada hacia la parte Este, donde existió después la habitación de la señora Rosa García, la cual era de mampostería, porque allí se veían señales de ladrillos y tejas vueltos ripios, para el año de 1928. Existió otra Plaza más hacia el Oeste, donde están ubicaos los solares de las casas de Francisca Rojas y ·Juan José Torrealba por su parte Sur y al Norte con el solar del señor Guillermo Moreno. Esta Plaza desapareció en la década del 20 al 30, en que comenzaron las edificaciones que actualmente existen, siguiendo el curso de trasladarla donde funcionó la segunda Iglesia, entre las calles Comercio y Bolívar respectivamente. La Jefatura Civil funcionaba para ese entonces a comienzo del siglo, donde existe la casa de habitación del señor Lucio Tovar, pero al marcharse de esta población la familia de Carmelita Hidalgo, fue adquirida dicha casa, para asiento de los poderes públicos, en el sitio donde se va a colocar dentro de poco, la primera piedra para la Casa de la Cultura, lo que significa, que así como han existido cuatro Iglesias hasta hoy, también hemos tenido igual número de plazas, con la que actualmente funciona y en cuanto a las casas de gobierno, han existido cinco hasta hoy, primero la colonial , la segunda donde es el inmueble del señor Tovar, la tercera en la esquina de la Plaza Bolívar, la cuarta donde era la casa de la señora Carmen de Vilera; la cuarta, volvió a reedificarse en el año de 1947 y la quinta, donde funciona actualmente. En este devenir de dos siglos ha habido dos cementerios, el primero donde está el solar de la señora Aura de Parra, hacia el Sur, donde está el terreno de la Escuela Granja. Este cementerio desapareció en las décadas del 70 al 90 del siglo pasado y fue trasladado al sitio donde hoy funciona. No debemos pasar por alto que existió la Plaza Libertad, cuyos recuerdos afloran a mi memoria, porque el deporte favorito de los apuriteños era el amanse de toros y mautes en aquel sitio, en los meses de julio y agosto, cuando los muchachos estábamos de vacaciones, aprovechábamos el tiempo en el amanse de bueyes todos los años, deporte que consentían los jefes civiles del gomecísmo, primero porqué el buey era uno de los medios de transporte de la época en esta zona y en segundo lugar porque era sano, pero peligroso y servía de causar risas, cuando un toro tumbaba a un muchacho con sus corcobeos. La plaza libertad quedaba hacia la parte Oeste del negocio de Modestico Moreno y por el Oeste la casa del señor Daniel Méndez, que llamaban las tres bóvedas porque en esa casa funcionaba un lenocinio y allí casi todos los días habían riñas y escándalos mayúsculos, sin embargo a pesar de todo el poder del régimen gomecista, nunca fue clausurado ni cerrado su funcionamiento, aunque fuera por ·pocos días.

El trazado de la población, se componía de dos calles, cuyos nombres eran del Río y la del Monte. Esta denominación se mantuvo hasta el centenario de la Independencia el 5 de julio de 1911, fueron bautizados con los nombres de calle Bolívar y Comercio respectivamente; igualmente las plazas fueron designadas con los nombres de plaza
Bolívar, la que estaba al lado de la Iglesia y Libertad la que estaba hacia la parte Oeste. Las dos plazas tenían su frente Norte hacia el Río Apure y con los desbarranques del río han ido perdiendo terreno.

El crecimiento de la población según los censos nacionales, en la capital del Municipio para 1941 era de 327 habitantes; en 1950, 475; en 1961, 739; en 1971, 740; en 1981, 1.356 y en 1991, 1974. El estimado de todo el municipio era para 1941, 2.705 habitantes, en 1950, 2.055; en 19612.410; en 1.971, 2.856; en 1981, 3.415; y en 1991, 4.313 habitantes, lo que significa que el aumento poblacional, se ha notado en las últimas décadas. Para el primer censo de población en Venezuela para 1837, Apurito tenía 92 casas y 485 habitantes, según Carlos Modesto Laya. La temperatura media al año es de 27, 52 aproximadamente. Su altitud es de 65 metros aproximadamente, sobre el nivel del mar, en las riberas del río Apure y su precipitación pluviométrica anual es de 1.600 mm aproximadamente.
Los terrenos del Municipio son aptos para la agricultura y la cría de ganado vacuno, no obstante haberse desmejorado las sábanas, las que se han convertido en rastrojales, donde sesenta años atrás eran fértiles esteros bancos cubiertos de ricos pastos, gamelote, gamelotillo, lamedoras, corocillo y sobremanera buena agua, para los abrevaderos del ganado. Ríos, árboles forrajeros como el samán, el guásimo y el caruto, cumplen como verdaderos aporte para alimentar el ganado en la época veraniega. El haberse agotado los pastos, se ha dicho que por causa del sobre  pastoreo  de  ganado,  tal  vez  sea cierto. Para  1941 el  censo agropecuario arrojó la cantidad de 14.000 vacunos, que pastaban en los terrenos ejidos del Municipio, para esta fecha no hay 1.000 reses. Esto desanima muchísimo al hombre del campo, al verdadero productor y poblador del medio rural, no al comerciante de ganado, su misión es amasar fortuna y una vez logrado ese propósito se marchan del medio, mientras el campesino nato no abandona su tierra, allí muere al pie del cañón, pasando vicisitudes muchas veces. No ha habido pestes en los últimos os, solamente epidemias pasajeras que han sido controladas, pero el peor de todos los flagelos es el abigeato incontrolable, que el que no corre se encarama, o deja el nido como dice un refrán; La mayoría de los pequeños empresarios del campo, como se dice ahora, están pensando seriamente retirarse de esas labores, para no quedar arruinados, si el gobierno no pone mano dura al abigeato. Lo que se oye, yo venderé para no seguir trabajando para los demás y el venga atrás que arree. Esa reflexión se la dejo a las autoridades, porque el llano se es arruinando y necesita salvarlo, esto es duro decirlo, pero callarlo sería complicidad de la gente que queremos este llano, que es lo lógico y hay que decirlo.

Con la promulgación de la Ley de Reforma Agraria, lo que hizo fue empeorar la situación, a partir de 1.960 en que el Instituto Agrario Nacional tomó posesión de los terrenos ejidales, comenzaron a aflorar los problemas en el medio rural, que antes no existían, por la aparición de gente extraña al campo, técnicos del agro que estaban al servicio de organismos de la Reforma Agraria, no sujetos a esas reformas, se adueñaron de terrenos de los campesinos, quienes acogotados por la pobreza han venido vendiendo sus parcelas y se han marchado a las ciudades, para aumentar los cordones de miseria, y los que han quedado, han venido sufriendo desalojos indirectos por parte de los nuevos propietarios de la tierra, cercando los pasteaderos y abrevaderos de los ganados de los pequeños criadores, trayendo como consecuencia la ruina del pequeño productor del campo. El Concejo Municipal del Distrito Achaguas, traspasó sus terrenos ejidos al IAN, y ahí está el resultado, los peces grandes se han tragado a los pequeños, solo alambradas vemos por todas partes.

El área de terreno del Municipio Apurito, es de cinco leguas más o menos unas 12.000 hectáreas. Esa donación la hacía la corona de España, en tiempos de la conquista, cuya medición del terreno partía desde la Plaza Mayor, hacia los diferentes puntos cardinales, midiendo una legua por cada punto, pero las poblaciones ubicadas en las riberas de los ríos como Apurito, que tiene por el Norte, el río Apure, la legua restante que faltaba, se le agregaba a los demás puntos cardinales, por lo que vemos que el terreno de los ejidos de este pueblo, se extienden hacia el Sur y el Oeste por lo anteriormente expuesto.
Foto cortesía de la Fundación Decanio
Apurito fue un granero del Estado Apure, desde los comienzos del siglo hasta la década del cuarenta, se cultivaban maíz en abundancia, arroz, tabaco, plátanos, topocho en grandes cantidades, yuca, pero sobre manera la caña de azúcar. Existieron varias haciendas donde fabricaban panelas y aguardiente, Gato Gordo de Justo Arráez, La Coreña de Marcos Ramos, El Encanto del Coronel Modesto Herrera y Santa Rosa, de Jesús María Martínez, mi padre. En esta última hacienda no se destilaba aguardiente, pero como Gato Gordo pasó a ser propiedad de mi padre, para el año 23 habían almacenados en mi casa 1.000 cargas de panelas producto de las dos haciendas, pero allí comenzó la crisis económica para los hacendados, debido al bajo precio que se cotizaba, una carga de 100 panelas llegó a venderse por la irrisoria suma de Ocho Bolívares; Rodríguez y Pulido, una firma comercial que había en Camaguán, le dijo a mi padre que tirara esa panela al río Apure por las noches, para que el gobierno no se diera cuenta, porque traer ese cargamento a San Fernando, no daba ni para pagar el flete. Después vimos en la prensa internacional por los años 30 que Brasil aventó al mar 30.000.000 de sacos de café y Cuba 40.000 toneladas de azúcar, a fin de buscarle precio, para que escaseara el producto, porque le venía encima la otra cosecha. Después de esa grave crisis, la agricultura se vino al suelo, quedaron algunos agricu1tores como Roso Prudencio Aponte, Hipólito Navarro, Juan Flores y su hermano Valentín, Regino Herrera, quienes después aprovecharon buenos precios, porque los demás quedaron arruinados y nunca más volvió Apurito a tener hacienda de caña que produjera 100 cargas de panela en un verano, la época de las moliendas. Igualmente sucedió con los precios del maíz, que costaba una fanega 336 libras (12 Bolívares), el topocho 100 unidades 1 Bolívar, la carga de plátanos 300 unidades, 5 Bolívares, y así sucesivamente, la ruina cundió en la agricultura, la gente abandonó el campo, lo mismo sucedió con el ganado que llegó a venderse un novillo de 400 kilos por 25 Bolívares, y una vaca de primera calidad por 12 Bolívares, eran los últimos 5 años del gobierno de Juan Vicente Gómez. Qué tiempos aquellos comparados con el presente, en que las cosas valen por demás, pero la gente en su mayoría esquiva  el  trabajo y la producción.  Son fenómenos  sociales para  los estudiosos de la materia. Hemos hablado de todos los avatares que le ha tocado a este Municipio, en el devenir del tiempo, se hace necesario hacerle un reconocimiento al vecino Municipio San Antonio, quién por sus características ha tenido una mejor economía que la nuestra, dando como ejemplo, el queso que se consume en Apurito y por ende en gran parte del Estado Apure, es procedente de Barinas, así como los mejores clientes con que cuenta el comercio local, son los barinenses. Esto es necesario decirlo que gran parte de nuestra economía depende del vecino Estado, siendo varios los factores negativos para nosotros, el trabajador barinés tiene en alto su moral y dedicación al trabajo, frente al trabajador Apureño, que se ha acostumbrado al facilismo y esto es muy negativo, hasta el punto que el topocho y la yuca, para hablar de solo dos rubros de los productos agrícolas que consumimos, en diferentes sitios del Estado, dependen del Estado Barinas, ojalá esta crítica sirva para una rectificación.

Vamos a darle un recorrido a las prósperas fincas que hubieron en esta jurisdicción, unos sesenta años atrás, porque es necesario recordar en esta fecha bicentenaria, el esfuerzo y. el trabajo de aquellos hombres, que son parte de nuestra historia, Bejuco del Señor Don Víctor Bejas, La Esperanza, de Don Pedro Solórzano Segovia, Las Gallinas de Joaquin Rábago, La Florida de Don Felipe Zurita, Santa Rita de Mamerto Meza, El Chorro de Tomás Díaz Mercado, La Florida de Don Blas Angulo, además de muchos criadores medianos y pequeños que tenían sus crías de ganado, San Pablo Paeño, el hato más rico de la jurisdicción, cuya finca perteneció al General en Jefe José Antonio Páez, también fue propietario de ese Hato, el General Rafael María Peña, el cual es hoy propiedad de la Compañía Inglesa. La Bendición Diera del Doctor Díaz Grafe, Las Mercedes de Don Luis Elías Torrealba. Como la jurisdicción del fenecido Municipio Banco Largo, pasara a ser administrado por Apurito, hasta el año de 1937, en que el Samán de Apure, fuera elevado a la categoría de Municipio.

Voy a referirme a dos episodios que es necesario recordarlos, como Banco Largo tiene sus ejidos colindantes con nuestro Municipio, una vez desaparecido en su condición de Parroquia, sus ejidos pasaron a formar parte del nuestro, cuyos terrenos trató de adquirir Jesús María Hernández para anexarlos a su Hato Mucuritas, en tiempos de Pérez Soto, considerándolo como terrenos baldíos. La gente de Apurito protes ante la operación que pensaba realizar el Presidente Gomecísta, y se recogieron firmas en toda la jurisdicción del Municipio para oponerse a la venta. Jesús María Hernández al tener conocimiento de la oposición que hacían los apuriteños, en la venta de los terrenos, manifestó públicamente que los cotizudos de Apurito, estaban bien equivocados para oponerse a esa negociación, porque ya el negocio estaba pactado con Pérez Soto, que mandaba y no rogaba. Los vecinos de este pueblo, le enviaron una carta a Juan Vicente Gómez, oponiéndose a la venta y haciendo referencia de todos los entretelones del negocio, porque Hernández decía en su condición de terrófago, que allí fundaría unos potreros para engordar sus ganados. Contribuyó el buen resultado que se obtuvo, que aquí en Apurito vivió muchos os el Dr. Deogracias Medina Fecuet, nativo del Estado Falcón, quien le acompañó a la petición hecha ante Gómez, otra para el Dr. Pedro Manuel Arcaya, que era Ministro de Relaciones Interiores para esa época, y quien había sido su condiscípulo en tiempos de su niñez, Arcaya intervino y Gómez le envió un Telegrama a Pérez Soto, que los terrenos ejidos son inalienables e imprescriptibles. Jesús María Hernández no volvió más a Apurito, ni siquiera atracaba su lancha cuando iba para Mucuritas, los Samaneros nunca supieron ese episodio, de haberlo sabido, no le hubieran dado acogida al dueño de Mucuritas, y no habrían tenido ejidos, al ser elevados a la categoría de Municipio.
Foto cortesía de la Fundación Decanio
Esbozado el proceso de la fundación de Apurito, sus peculiaridades y demás conceptos, acerca de la geografía de nuestro pueblo, pasaremos a hablar de su importante historia y del papel que le tocó desempeñar en la Guerra de Independencia, el cual fue teatro de operaciones en aquella jornada guerrerista, igual que en casi todas las regiones del país. Iniciado el grito de rebelión de.1810, que diera el pueblo de Caracas, con una pléyade de ilustres compatriotas, distintos alzamientos se produjeron en diferentes regiones del país, el mulato Santos Minas en Mangas Coberas, con 300 hombres en 1812, el alzamiento del Indio Juan Caparo en Apurito, con 300 hombres para esa misma fecha; Bonifacio García en barbacoas con 100 hombres; y de Santos Vargas en Guardatinajas, con vaqueros de la región. Todos estos grupos ingresaron después a Páez, seguramente también al realista Boves. Páez conocía al mulato José de los Santos Mina, y a Juan Caparo quienes en el alzamiento de La Huerfanita tomaron parte; esto fue en febrero de 1809, y Juan Caparo mató esa noche con una pica de guasdua al coronel Gonzalo de Orozco, encargado del Hato Barco Largo, quien al írsele encima al indio, disparándole un pistoletazo, que no dio en blanco, lo aprovechó el indio para matarlo. La cabeza de Juan Caparo fue puesta en precio de 150 pesos y había un fondo en Calabozo de 2.000 pesos, para quien revelara donde se  encontraba el Forajido. Caparo se había refugiado en Apure, después de aquellos acontecimientos y apareció con el alzamiento en Apurito, después en 1812. Santos Mina aparece entre los héroes de Las Queseras y no sabemos el final de Juan Caparo como saldado desconocido, es por ello, que haciéndole un honor a ese héroe anónimo, los hijos de Apurito, le honramos con una estatua, como un símbolo a nuestra raza autóctona, desalojados por el Conquistador Europeo por una parte, y por la otra, el símbolo de la rebeldía del hombre venezolano, que desde el valle de Caracas, hasta las cumbres del Potosí, guiado por nuestro Libertador, rompió las cadenas de la esclavitud, para formar patrias libres y no con fines de conquista.

Otro hecho de gran importancia  en la historia  de este pueblo, en la guerra de la Independencia, fue la batalla Naval librada en aguas del Río Apure frente a esta población, contra el ejército realista comandado por el Coronel Francisco López, el 8 de Noviembre de 1816, después de una entrevista que tuvo lugar en medio del río Apure, entre el Comandante José Antonio Páez y el jefe realista. Después de la Batalla de El Yagual, y de la persecución que hizo el ejército patriota a las derrotadas fuerzas realistas, que se habían retirado hacia la población de Achaguas, la cual fue ocupada por los patriotas, donde los derrotados habían llegado utilizando la vía del Río Arauca, remontando por la confluencia del Río Apure Seco, en cuatro cañoneras y otras embarcaciones, que escaparon del asedio patriota, refugiándose en el Río Apure. Ya López había llegado a Apurito atravesando el Río hacia San Antonio, siguiendo rumbo a Ciudad de Nutrias de salvar a la ciudad de Barinas, que era un importante bastión realista. Páez llegó a Apurito y no encontró fuerzas enemigas, que lo molestaran en su permanencia por pocos días. López regresó de Nutrias y habiendo tenido conocimiento de la llegada de Páez en Apurito, lo invitó a una entrevista, a la cual accedió Páez, efectuándose la misma frente a la población en medio del Río Apure. Páez asistió en una canoa hasta la mitad del río, mientras López se embarcó en una cañonera. Después del intercambio de cumplidos, comenzó López a elogiar la actividad y a encomiar los hechos militares del Jefe patriota, lamentando de que no consagrara sus esfuerzos, a la defensa de los sagrados derechos del Rey, cuyo servicio creía que Páez había abandonado, por la injusticia que le hiciera un Jefe Español, contestóle Páez, que le habían mal informado al respecto, de haber servido al ejército del Rey, pués había empezado su carrera en la filas patriotas, las cuales no había abandonado jamás, ni abandonaría nunca por grandes que fueran nuestras adversidades, y mucho menos a favor de palabras de  seducción, interrumpíome dice Páez, en su autobiografía, que mi ánimo de provocar la entrevista, no había sido para seducirme, sino para satisfacer el deseo que tenía de conocerme personalmente y darme las gracias, por la generosidad, conque siempre había tratado a los prisioneros y especialmente a los pobres europeos. Nos despedimos cordialmente y yo volví a mi campamento -¿quién iba o hecho creer entonces, a aquel hombre que sus días estaban contados?- no pasarían muchos, sin que terminara la carrera de su vida.
Una vez llegado al campamento, ordené al Capitán Vicente Peña, que se embarcara en la única canoa que teníamos, para hacer una demostración sobre el campo enemigo, a fin de que rompiese el fuego, terminada la tregua ocasionada por la entrevista. Habiendo tripulado Peña la canoa con ocho hombres, vino a preguntarme lo que debía de hacer y yo extrañado con semejante pregunta, dice Páez, que ya de antemano, le había dado órdenes le dije que pasara el río y ataque el enemigo. Los Jefes allí presentes hicieron la observación, de que semejante orden, equivaldría al seguro y cuanto inútil sacrificio de la vida de aquellos pocos hombres, pero yo permanecía sordo a sus indicaciones y no revoqué la orden, confiado en la buena suerte que, siempre había protegido mis más temerarias empresas. y en verdad que aquella lo era, hasta no poder más. Perfectamente ejecutó Péña todo lo que se le mandara, pasando el río sin ser visto por ninguno de los centinelas del enemigo. Hallábase éste a la sombra de un bosque de mangle, tomando su rancho a las doce del día, cuando nuestros dragones rompieron el fuego y los cargaron de firme. No habían disparado 100 tiros, cuando los realistas despavoridos echaron a correr, creyendo que eran atacados por fuerzas superiores a las suyas.
El jefe López se embarcó y se retiró, sin examinar siquiera el número de los que lo atacaban, hice pasar en auxilio de Peña una compañía de lanceros y 80 carabineros desmontados. Antes de anochecer mandé que repasaran el río los Lanceros, para que López que estaba en observación creyera que no quedaban enemigos de la otra parte y si por acaso venía él, aguas arriba para dirigirse a la Plaza de Nutrias, como era probable, ordené a los carabineros que se dividieran en dos trozos, uno emboscado en el manglar y otro, al abrigo de una zapa volante, que se formó en un islote de arena, situado en medio de la corriente. Sucedió como lo había sospechado, continúa Páez en su narrativa, a las ocho de la noche comenzó la escuadrilla de López a subir el río y los emboscados les abrieron fuego, dos de las flecheras retrocedieron, una atracó a tierra, echando a huir la tripulación de la que hicimos un prisionero y López logró pasar donde estaban los emboscados. Por el prisionero supe que era la flechera del Gobernador, la que había pasado y al instante resolví apresarla, es el caso que antes había salvado una partida de caballería, para coger otra flechera, apostada en el paso del pueblo de Banco Largo, distante diez leguas del pueblo de Apurito, ya sabía que la operación había tenido éxito y para aprovechar todos sus puntos, mandé inmediatamente orden para que la misma partida viniese en la flechera apresada, a encontrar a López, y darle un asalto al abordaje. Nuestra flechera obedeció con puntualidad, navegando o abajo encontró al amanecer del día siguiente la de López, éste conoció que no venía de amiga y viró de borda para ganarle ventaja ayudado por la corriente, bajaban las dos embarcaciones, una a caza de la otra, desde nuestro campamento conocimos que la primera barca era la de López y para cortarle la retirada equipamos la canoa con ochos hombres y la flechera cogida la noche anterior, con toda a gente que cupo en ella, salimos al encuentro de la evidentemente traía a López, quién ordenó a sus bogas que hicieran fuerzas de remo y sin que pudiéramos evitarlo, pasó por delante de nuestras embarcaciones, continuamos dándole caza y una bala acertó a matar al patrón de la lancha realista, quedó ésta sin gobierno, y en el momento de dar una vuelta a la aventura, la abordó nuestra canoa, cayendo en nuestro poder López, dos oficiales y toda la tripulación.

Teniendo ya tres lanchas armadas, hice que se procediera  a ponerlas inmediatamente en servicio, para ir a atacar otras cuatro del enemigo, que estaban frente al pueblo de Santa Lucía, a una distancia de unas seis u ocho leguas del pueblo de Apurito, Al Capitán Vicente Peña le aquel encargo, y el mando de dichas flecheras y con la mira de engañar al Jefe que mandaba en el convoy realista, hice que Peña se pusiera el sombrero tricornio del Gobernador López en la misma lancha que había sido de éste se colocara a la proa, para que contéstase el quien vive de los enemigos, fingiendo ser el Gobernador, a fin de que pudiere acercársele para entrarles al abordaje, sin disparar un tiro inútil. Esta estratagema no cundió, porque al acercarse Peña a los españoles, y no obstante el título que asumió, le mandaron hacer alto. Sin hacer caso de esta presencia, Peña mandó hacer avante y estando a más de medio tiro de cañón, recib los primeros fuegos, cargo entonces al abordaje con tal brío y buena fortuna, cayeron en su poder las 4 flecheras. Con ellas siguió a Apurito, para remontar el Apure y batir a otra escuadrilla que al mando de Juan Comos estaban en el Puerto de Nutrias, pasé yo el Apure, dice - Páez, con todas las fuerzas que allí tenía y salí para la Ciudad de Nutrias.

Esta hazaña memorable en los anales de nuestra historia; la realizaron, con de nuevo y coraje, el Coronel Francisco Aramendi y el valientísimo Capitán Vicente Peña, del que no podemos pasar por alto hablar de este Oficial, que habiendo pertenecido a las fuerzas realistas, fue hecho prisionero en la Batalla de Palmarito, el 2 de Febrero de 1816 con el grado de Comandante, en momentos que atravesaba nadando el Río Apure, frente a aquella población, detenido por un soldado patriota y llevado a la presencia  del Comandante Páez, le dijo lo siguiente - Comandante Páez, no le pido me perdone la vida, porque ni debo ni quiero hacerlo, el único favor que solicito, que se me deje decirle adiós a mi señora-, nosotros ·no somos asesinos le contestó Páez, y si tratarnos de destruir al enemigo en el campo de batalla, somos generosos con el vencido. La arrogancia y generosidad de aquel hombre, llamó mucho la atención del Catire Páez, tratando de ganarlo hacia la causa patriota, hablándole del mal  partido que había  abrazado siendo americano, negándose a militar al lado de los patriotas, y que tendría mucha gloria morir por la causa de su Rey. Imposible para mí, dice Páez, dejar Sacrificar a tan valiente militar y contra los usos de entonces lo envié a Pore, con demás prisioneros, recomendándole a él muy especialmente. Persuadido por eminentes barones patriotas, se decidió a militar bajo las banderas de nuestra Independencia. Este valiente Capitán fue ascendido por Páez, a Teniente Coronel de la Marina. Fue el que hizo prisionero a su antiguo Jefe, el Coronel Francisco López. 

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No hay firmes evidencias hasta hoy, del sitio donde fuera fusilado el Coronel Francisco López, algunos historiadores dicen que fue en Achaguas, donde tenía el Comandante Páez su Cuartel General, no hay pruebas de esa aseveración, toda vez que después de la Batalla de El Yagua!, el ejército siguió en persecución de López, y cuando Páez llego a Apurito, ya las fuerzas realistas habían pasado el Rio Apure, con destino a Nutrias para salvar la plaza de Barinas, Páez en su autobiografía, después de la batalla naval y la persecución de la escuadrilla de Comos que estaba en Puerto Nutrias, pasé el Apure con todas las fuerzas que tenía allí y salí para la ciudad de Nutrias. Otros historiadores aseguran: López fue fusilado en San Antonio. Lo afirmado por el Coronel Modesto Herrera, hijo de otro Coronel que peleó en la Guerra Federal, bajo las banderas centralistas y del mismo nombre, me aseguraba que el Coronel Francisco López, era persona distinguida en el trato con sus semejantes, valiente, pero sanguinario. Había sido fusilado en Apurito, el mismo día en que cayó prisionero, detrás de la Iglesia, como a las cuatro de la tarde y que su verdugo no fue Negro Primero, porque Camejo se incorporó al ejército patriota en 1818, en San Juan de Payara, de donde era nativo y no en Mata de la Miel, como algunos lo han afirmado. Así que López fue fusilado en Apurito, y no en Achaguas. Me argumentaba el Coronel Herrera, y que la especie de que en Apurito hayan matado a un Cura era totalmente incierto, que eso había nacido del clero por el fusilamiento de López, detrás de la Iglesia Parroquial.

Esbozado este importante hecho histórico, la batalla naval librada en aguas del río Apure, frente a esta población, hubieron otros hechos importantes, avances, retiradas, ataques y estrategias realizadas por el ejército patriota en el importante papel que le tocó al Estado Apure, en la guerra de la Independencia, según el historiador Carlos Brandt, se libraron Batallas donde tomara parte al lado de Páez en la población de Apurito, el Oficial Juan José Flores, después Presidente del Ecuador, según Brandt, Flores acompañó a Páez, hasta 1818, en Apurito y termina diciendo que es curioso observar que a pesar de haber declarado que Flores comenzó su carrera militar bajo las órdenes de Páez, éste lo menciona una sola vez en su obra, no obstante la cantidad de batallas que libraron juntos.
Igualmente en la Guerra Federal se llevaron a cabo hechos militares en Apurito, por ser limítrofe al Estado Barinas, uno de los bastiones más fuertes con que contaban las huestes federales, continuando luego las guerras intestinas, donde Apurito no podía quedarse atrás, con sus caudillos locales, como fueron los Generales Rafael María Peña, y José Matute (Alias Matutón), quienes tuvieron por muchos años en jaque a las fuerzas gubernamentales de los Gobiernos de Castro y los primeros años de Juan Vicente Gómez.
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Este pueblo pasivo conoció de una huelga revolucionaria, después de la muerte de Gómez, dirigida por los campesinos de la Madre Vieja, y capitaneada por Magdaleno Muñoz, Pedro Yaguaracuto y Gabino Verenzuela, protestando al último Jefe Civil del Gomecísmo en este pueblo, igualmente hubieron movimientos revolucionarios el 18 de Octubre de 1945 y el 23 de Enero, cuando la caída de Pérez Jiménez. Estos casos era necesario recordarlos porque también forman parte de nuestra historia contemporánea, y de no hacer mención de ellos van a perderse en el olvido.

Hecho ya un análisis del proceso histórico de nuestro pueblo, pesaremos a hablar de la pequeña historia, de sus personajes, de la cotidiana vida  de un  pueblo olvidado que sin negarse  a morir  ha permanecido como mudo testigo de loa hechos y acontecimientos de nuestro país. Para 1925, Apurito celebró un carnaval donde jugaron con pesetas de a cinco reales como había una manga de coleo, los coleadores salían a recorrer las calles y dejaban caer al suelo, los puños de bambas como le decían a esa moneda de plata. Este servidor recogió 12 bambas, tenía siete años pero lo recuerdo perfectamente. Al día siguiente se oían los comentarios, sobre tan rumboso carnaval. Ese mismo año pasó por esta población la Orquesta Infantil Rey, procedente de Colombia. Trabajaron tres noches, y era un circo extraordinario, compuesto en su mayoría por niños entre ocho y doce años y presentaron números de gran valor, cuyo recuerdo quedó latente en el corazón de los apuriteños. Las tres noches de actuaciones del Circo Infantil Rey, fue pagada su actuación por los comerciantes de la localidad, sin que el pueblo tuviera que pagar nada por tan bellas actuaciones. El representante del Circo era el Poeta Raúl de La Vega, un bohemio trotamundos.

Era la época de los circos, ese mismo año tuvo una actuación otro circo, donde enterraban a un hombre que aguantaba un cuarto de hora bajo la tierra; en Puerto Nutrias, no tuvo suerte y lo sacaron muerto por asfixia. Aquí debutaron dos grandes acróbatas, los hermanos Polo, Puertoriqueños, eso fue el año de 1934. El primer avión que pasó por este pueblo fue en 1929, todo el mundo creía que era un motor fuera de borda, y cuando nos dimos cuenta iba frente a la boca de Cogote hacia el Oeste. Aquí murió el Padre Serafín Cedeño Castillo el 14 de Febrero de 1926, a las 6 de la tarde, de un infarto, al día siguiente llegó el Obispo de Calabozo Arturo Celestino Alvárez, quien estaba en gira por el Alto Apure, y vino desde el Samán, para asistir a las exequias del Padre Cedeño. Allí en el Cementerio pronunció el Padre Enrique Rodríguez Alvárez, quien después fue Obispo de Maracay, uno de los discursos más bellos y hermosos que he oído a través de mi vida. Esa pieza oratoria fue comentada por muchos meses entre los intelectuales de este pueblo y de El Samán de Apure, José Luis Jiménez Burgos, Fabio Siso Martínez, Raúl Paredes Mendoza, Roseliano Veloz Sánchez, Luis Jacinto Prieto, Pedro Sifuentes, Víctor Manuel Tabasca, y otros que escapan de mi memoria.

Es necesario hacer mención de quienes tuvieron la dura misión de enseñar al que no sabe, me refiero a los maestros de escuela Juana Josefa Henríquez y su hija Eudora, Jesús María Herrera, el mejor maestro de primaria que he conocido, Romelia de Nieto, Josefina de Silva, Rosa Ramos, Carmen Navarro, Luisa Umanés de Veloz, Josefina Bolívar, Flor Farray, y el maestro Isidoro, quien a comienzo del presente siglo, se dedicó a la enseñanza de una generación de hombres y mujeres de este pueblo. El maestro Isidoro, me refería Don Ignacio Del valle, que cuando llegó a la ancianidad se levantaba muy temprano, simulando estar dando clases a sus alumnos y permanecía hasta el mediodía dando clases, tal fue su obsesión y apego a la escuela y lo encontraron muerto en un pupitre. Honor a esos maestros.

¿Qué apuriteño de mi época no recuerda la popularidad de un Pedro Benavides, con su sarta de refranes?, Virgen  del Socorro e'Valencia, entre las guabinas anda un bagre, Mataguaro no es guabina, ni chorrosco blanco pobre. Pablo H. Rojas cuando cargaba tragos en la cabeza, cuentas viejas no las pago y las nuevas las dejo envejecer, mire amigo, al hombre lo único que le está prohibido es morir de parto; a Roque Soto Navarro, cuando le era presentado a un desconocido, le decía Roque Soto Navarro, de Caracas para acá; a Don lginio Blanco con su dicho de: Blanco es Blanco y Pérez es Pérez, y el que venga atrás que espere; a Dominguito Pérez con su acostumbrado lema: Santa Palabra, doctor; a la loca Bárbara que la hiciera loca llamándola así desde niña. Podríamos seguir  enumerando  personajes  de este pueblo,  pero nos haríamos interminables en esta perorata.
El pueblo ha avanzado cultural y políticamente  en los últimos años, cuenta con su Grupo Escolar "Cosme López Hurtado", la Escuela Granja "Dr. Saverio Barbarito", el Ciclo Diversificado "Jesús María Herrera", donde se han capacitado nuestros muchachos; en estos días hubo una graduación de bachilleres egresados del Ciclo Básico, y tuve y sigo teniendo buena impresión de que esos muchachos puedan llegar lejos y hacer mucho por este pueblo, decir a uno de ellos en un ·discurso frente al Libertador en la Plaza Bolívar, de que se prepararían para hacer algo por este pueblo. Ojalá sea así, y no se olviden de la patria chica, cuando lleguen a alcanzar metas superiores. Piensen que los hijos de los pueblos deben preocuparse por ellos, modestia aparte, cuando tuve la pasantía por el gobierno traté de hacer algo por mi tierra, esa Carretera que pasa por aquí la pensaban hacer por el Río Matiyure, es decir por la misma vía, cuando a este pueblo se llegaba por caminos de trocha o recuas, una vez llegada la carretera al Paso Capuchino, le meterían un ramal hacia Apurito, lo mismo harían con El Samán, cuando pasara la carretera por Las Vuelticas, harían otro ramal, la carretera seguiría a pasar por El Paso del Parreño, y otro ramal para Mantecal porque los técnicos del M.O.P, así lo habían planificado en Caracas. Pero había un Diputado en la Legislatura de Apure, que me tocó pelear con el Ministerio de Obras Públicas más Ejecutivo que han tenido Venezuela, durante el presente siglo, el Doctor Leopoldo Sucre Figarella, argumentándome que yo estaba obsesionado como dirigente Agrario, y que los campesinos querían que la carretera les pasara por el patio de sus casas. No, Ministro, nosotros no exigimos tanto, pero las carreteras deben pasar por donde presten el mayor beneficio colectivo, al fin lo convencí, y uno de los momentos más felices de mi vida fue cuando el Dr. Sucre saliendo de un avión en Guasdualito, acompañando al Presidente Leoni, cuando fueron a colocar la primera piedra en El Amparo, para la construcción de Puentesobre el Río Arauca, me dijo lo siguiente: Lo felicito Diputado porque Apurito quedó incorporado a la vialidad nacional, y me añadió: Usted tenía razón, y esa carretera que se va a comenzar dentro de poco, Bruzual­Mantecal-Elorza-, favorece a tres latifundios únicamente, en el futuro hay que expropiar un kilómetro de lado y lado de la carretera para utilizar esos terrenos en Reformas Agraria, lo que significa mis queridos paisanos recién egresados del Liceo Jesús María Herrera, que hay que preocuparse por las regiones donde hemos nacido.

No quiero dejar pasar por alto decir ciertas cosas de la vida cotidiana de Apurito, sin pecar de regionalista, aquí comí las mejores arepas de mi vida, fabricadas por Doña Josefa Acosta y María Asunción Escobar, el mejor pan de horno del llano de Juana Josefa Henríquez, la mejor naiboa fabricada por Doña Ramona Monagas, las mejores panelas de dulce fabricadas por Roso Prudencio Aponte é Hipólito Navarro.

Igualmente debemos hacer mención de los hombres de trabajo de este pueblo, Valentín Flores, Prudencio Aponte, Jesús Parra, Ramón Suárez, Alejandro Torrealba, Cresencio Quintero, Gumersindo Herrera, Juan José Torrealba, Guillermo Córdova, Isidoro Castellanos y tantísimos compatriotas que escapan a mi memoria.

Hombres honorables como Eliodoro Silva, Víctor Bejas, Ramón Nieves, Pablo Rodríguez, Modesto Moreno, Jesús María Martínez y los Hermanos Veloz Sánchez, personalidades que hicieron y dieron mucho a este pueblo, en una labor callada y consecuente con esta tierra”.

Recopilación Orlando Nieves

Fuente:
-HISTORIA GENERAL DE LA IGLESIA EN AMERICA LATINA VII COLOMBIA Y VENEZUELA 1981
-Catalogo de Patrimonio Cultural Achaguas-Muñoz
-wikipedia.org/wiki/Municipio_Achaguas
-Apurito en la Historia. Felipe Martínez Veloz. 1993
-Fundación Decanio. 221 años de San Fernando




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