REDES SOCIALES

martes, 27 de febrero de 2024

RAMON EMILIO FLORES


Nace un 17 de Agosto en La Estacada Municipio Muñoz Edo. Apure.

 Su Pasión Por el Canto Nació con el por que desde que comenzó a hablar Mostró su sentimiento por la música tarareando las Canciones que oía en la radio hasta llegar a cantar en Los actos culturales de la Escuela y en los bailes sabaneros que tocaba el Maestro Juan Especiel y Pantaleón Laya.

Fue en el año 1975, la primera vez que canto a través de Radio Barinas en el programa Camino al llano Dirigido por El desaparecido Luís Eduardo Camejo y coordinado por la Señora del pasaje Damaris González, con el arpa del maestro Alexis Corona a través de Radio Barinas. 

Es Cantante de Música Llanera y Topografo civil Actualmente ejerce las dos profesiones. 

En 1988, Realiza su primera grabación Cuenta con 11 Producciones Discográficas: 
El Mendigo 
El Paseo de un Carnaval 
Protesta de Un Campesino Lamento de un Constructor Homenaje a Luis Losada «El Cubiro» 
El Baquiano de la Copla
Regalo para mi Madre 
El Topógrafo 
Lo que pida el corazón 
Cátedra Veterinaria 
Un Guayabo Enzorratao 
Una Producción Audio Visual Titulado: «Cantor de Llano Infinito» Filmado en diferentes partes de Barinas y Apure Dirigido por la Lic. Magali Carrizo y el Ing. Norberto Paiva con Guión del Poeta Francisco José Escorcha Camarógrafo Marlex Mújica.

 Ramon Emilio Flores para el año 2012  trae el Guayabo Enzorratao , disco comprendido por 13 Temas en los que descatacan canciones como: Guayabo Enzorratao,Corazon Triste y Enfermo, Peticion al Padre Santo,Tiempos Viejos que se Fueron,Amor Malo y Amor Bueno…Entre Otros.

Fuente: Ramón Emilio Flores

viernes, 23 de febrero de 2024

LUIS ORLANDO MATUTE

 


Luis Orlando Matute Pérez, nace en San fdo de Apure un 03 de Marzo de 1.956, en el hospital Dr. Pablo Acosta Ortiz. 

Hijo de doña Julia Carlota Pérez de Matute e Ignacio Guadalupe Matute Olivo, siendo el sexto de ocho hermanos. 

Cursa Estudios de primaria en la Escuela Macgregor de esta ciudad y sus estudios secundarios en la antigua Escuela Técnica Industria San fdo. 

Realizó estudios en lo que en el pasado se le llamó el centro de profesionalización docente El Macaro obteniendo el título de Educador, además es Técnico Contable. En su haber cuenta con Estudios de mercadotecnia en el centro de adiestramiento profesional en la empresa Mavesa.

Ha ejercido los cargos de: Maestro de aula, en la Escuela Simón Gracias Rosales, en Elorza Estado Apure. Administrador de la concesionaria Ford en Apure, Gerente de Crédito y Cobranzas del Grupo Montes en Apure. Formado en el Área policial en la antigua PTJ, siendo allí Investigador, receptor de denuncias y asistente de Operaciones. 

Luego pasa a la policía del Estado, ostentando el rango de Comisario. Allí fue merecedor de reconocimientos y condecoraciones, tales como: Orden al mérito policial, Orden al mérito tránsito terrestre, Cruz de la policía tercera y segunda clase. Orden Don Romulo Gallegos, Orden José Andrés Elorza, Orden Ciudad de San Fernando, reconocimiento de PTJ. 

Cargos policiales :

Instructor de cursos de agentes policiales, dictando la cátedra de Ética Policial. Jefe de Ayudantia, Comandante del Municipio Biruaca, Comandante de la Parroquia El Recreo, Segundo Comandante de Elorza Municipio Romulo Gallegos, Comandante de San Juan de Payara Municipio Pedro Camejo, Comandante de Guasdualito Municipio Páez, Adjunto a la División de Asuntos Internos, Jefe de la División de Inteligencia y Jefe de la División de Acción Comunitaria, último cargo al momento de la jubilación. 

Logrando dejar un legado de todas las actuaciones en ese campo policial.

"Recuerdo que en una oportunidad acompañaba al Comandante Busto, en un recorrido por la ciudad. Y avistamos a un sujeto ya conocido por sus andanzas delictivas. Enseguida me dijo con su tono de voz fuerte y con carácter : - Agarra a ese carajo, lo esposas y lo metes a la patrulla. A lo que yo me atreví a decirle:

 - Comandante, pero si no está haciendo nada. Y en forma airada me contestó :

-Carajo, te dije que lo montaras, al delincuente no hay que dejarlo pensar, tenemos que actuar primeros que ellos y no esperar que cometan el delito. Eso es prevención. Enseguida procedí y monté al sujeto, a quien se le aplicó aquel antiguo Decreto policial de ocho días, por vago y maleantes. 

Cuánta razón tenía el Comandante Busto".

El comisario Matute, como muchos le conocemos, es un hombre proactivo para escribir lo que lo llevó a ser Columnista de opinión y caricaturista, en los Semanarios La Idea, Notillanos, Semana hoy y diario ABC.

En las redes sociales escribe versos de todo tipo y se identifica como el Poeta Jodedor.

Actualmente vive en el Estado Guárico, pero siempre pendiente de su amado Estado Apure.


Fuente directa: Luis Orlando Matute 

miércoles, 14 de febrero de 2024

LA BODEGA DE A LOCHA Y ÑAPA



En una visita que hice a un amigo, cuyo padre fue comerciante tradicional, en la esquina de las flecheras, Barmo los Robles, hoy en día denominado por las nuevas generaciones Barrio Perro Seco», en San Fernando de Apure, aproveché la ocasión que se estaba haciendo una limpieza general y organizando los archivos del viejo establecimiento comercial, para revisar algunos libros diarios de cuentas y documentos comerciales de gran valor en consideración a las fechas de emisión que datan de los años 1944-1945. También encontré listas de despachos de viveres y mercancías, en libros fechados a partir de la segunda quincena del mes de diciembre de 1959 hasta el año 1963.


Para el año 1945, según pude constatar en los referidos libros, existía la BODEGA de a cuartillo y ñapa. Se vivía en un San Fernando de ambiente bucólico. En aquellos días de despertar al grito lactarino, de Doña Pastora Hidalgo, Domingo Ramos, Carmelo Tovar y El Tuerto Muñoz, apureños dignos del mejor recuerdo; que contribuyeron desde sus humildes oficios de vendedores de leche a puerta de hogar, con la alimentación y salud de muchos Sanfernandinos.

El país vivía, si se quiere en forma austera. Quizás debido a las consecuencias de la gran guerra que desbaratara a Europa, dejando sus secuelas en nuestra economía, a principios de la década de los cuarenta (Febrero de 1942.) cuando submarinos Alemanes aliados con los Japoneses, torpedearon a nuestros buques petroleros, con destino a las refinerías de Curazao y Aruba Sin olvidar que Venezuela, venía saliendo de los últimos vestigios del gomecismo (militarismo democrático) y sin embargo las economías domésticas tenían otras perspectivas.


Para dar una idea a las nuevas generaciones, me permito citar de los libros mencionados, algunos precios de viveres de la época en cuestión, a saber


Un (1) Kg. de carne de res. 1.25 Bs

Una (1) Panela Dulce (1 Kg.). 0.25 Bs

Medio Kg. carne y un Kg. hueso. 1.37 Bs

Un (1) Kg. verdura (yuca, topocho y ocumo 0.50 Bs

Hojilla y jabón. 0.25 Bs


Estos precios corresponden al año 1945. Como se podrá observar en éstas bodegas, una ama de casa de un hogar humilde, podía asegurar el almuerzo para una familia de 4 personas con Bs. 1,87 o sea lo que es lo mismo con un bolívar de 100 céntimos y siete lochas de 12,5 céntimos.

Despacho de Viveres, el 15-11-1.962.

3 Kgs. Manteca Vegetal. 9.00 Bs

4 Kgs. Azúcar 4.00 Bs

4 Kgs. Arroz 8.00 Bs

3 Kgs. Papas. 3.00 Bs

1 Kgs. Cebolla 2.00 Bs

1 Galón de Aceite (3,785 lt.). 13.00 Bs

1 Lata de Kerosene 18 Ltrs.) 3.00 Bs

1 Lata Creolina ½ Ltr. 2.00 Bs

1 Kg. Frijol.. 1.00 Bs


Para dar una referencia de los precios de hace cuarenta años, debo decir que la lista que arriba aparece, da un total de CUARENTA Y CINCO BOLIVARES, (Bs. 45,00) y esos mismo viveres, comprándolos en la actualidad del mes de octubre del 2003, fecha de transcripción de éste articulo de prensa, publicado en el semanario La Idea en Abril de 1984, habría que gastar la cantidad de CINCUENTA Y OCHO MIL SEISCIENTOS BOLIVARES.


Ramón Oviedo. Sabaneando mis Recuerdos. 2006

martes, 6 de febrero de 2024

BARBERIA EUROPA


  LA BARBERÍA EUROPA O LA BARBERÍA DE CARMELO EN SAN FERNANDO


SU LEMA: “PASENME ESA MELENA”


San Fernando era una ciudad de contrastes, donde convivían distintas estratos sociales y estilos de vida. Las barberías eran un reflejo de esa diversidad, y cada una tenía su clientela fiel y su reputación. Habían barberías para los más humildes, como la de Mogna, que se encontraba cerca del Estadio Jobalito, lugar donde hoy se ubica el Mercado Municipal, o la de Mi Cabaña, que atendía a los pescadores y comerciantes informales. Estas barberías ofrecían cortes sencillos y económicos, sin muchos adornos ni pretensiones.


Pero también habían barberías para los más pudientes, como la del señor Caligiori, un barbero italiano muy respetado que se había establecido en San Fernando junto con su socio, también italiano, el barbero Peligra. Ambos eran maestros en el arte de la barbería, y ofrecían servicios de lujo, como afeitados con navaja, masajes, lociones y perfumes. Su barbería estaba ubicada en una de las calles más céntricas de la ciudad, la calle 24 de Julio entre las calles Bolívar y Sucre, muy cerca del Cine Royal, y era frecuentada por los hombres más distinguidos y poderosos de la ciudad: políticos, comerciantes, ganaderos, etc.


Entre estas dos opciones, había una barbería que se destacaba por su carácter y su personalidad: la Barbería Europa, o como la llamaban popularmente, la Barbería de Carmelo. Carmelo era un hombre orgulloso de su oficio y de su tradición, y se consideraba defensor de los valores del llanero: la virilidad, la honestidad, el respeto y el trabajo duro. Su barbería era un lugar de encuentro para los hombres de pelo en pecho, que iban a ponerse al día de las noticias, a compartir anécdotas y a disfrutar de un buen corte de pelo. Carmelo tenía una variedad de cortes para satisfacer los gustos de sus clientes, pero todos tenían algo en común: eran cortos y pulcros, como mandaba la tradición llanera de la época. Los más famosos eran los llamados: Corte de Hombre, Corte Alto. Corte Cuadrado y Corte de Cepillo, este último dejaba la cabeza casi rapada con un pequeño mechón en el frontal del cliente, y era el preferido por los padres para sus hijos.


Carmelo tenía su barbería en un local del prestigioso centro de negocios La Llanera, propiedad de Mezerhane y Cia. una familia de comerciantes libaneses que habían hecho fortuna en Achaguas y San Fernando. Este centro estaba situado en la calle Fonseca, frente a la plaza Libertad, y era el símbolo del progreso y la modernidad de la ciudad en los años 40. Allí, Carmelo tenía su Barbería, que lucía un cartel con las letras negras y una bandera, que él decía era la bandera europea.


Pero los tiempos cambiaron, y con ellos, las modas y las costumbres. Los años 60 y 70 trajeron consigo el rock, los Beatles, los hippies y la contracultura, que influyeron en la forma de pensar y de vestir de la juventud de San Fernando. Los varones empezaron a dejarse crecer el pelo y a cuestionar las normas establecidas. En San Fernando, esta tendencia del pelo largo se conoció como “llevar la melena”, y fue vista con recelo y rechazo por las familias más conservadores de la ciudad. 


Esta situación supuso un desafío para los barberos, que vieron riesgos para sus negocios y su tradición. Algunos optaron por adaptarse a los nuevos tiempos, como el barbero Peligra, que se separó de su socio Caligiori y abrió su propio salón, con el nombre de Corte Francés en la calle Bolívar cerca del Palacio de Gobierno, donde ofrecía cortes y peinados modernos, tanto para hombres como para mujeres. Peligra dejó de ser barbero y se convirtió en un connotado estilista, y se ganó la fama de ser el más innovador y vanguardista de la ciudad.


Otros, por el contrario se resistieron al cambio, y se aferraron a sus principios y a su estilo. Este fue el caso de Carmelo, que se convirtió en un activista contra la moda del pelo largo en los varones. Carmelo se erigió como el aliado de los padres que querían imponer su autoridad sobre sus hijos, quienes los llevaban, prácticamente a la fuerza a su barbería para que les cortaran el pelo.


Carmelo les preguntaba a los padres, con voz sorda y de verdugo en vestíbulo, cómo querían el corte para su hijo y los padres le respondían “rápidos y furiosos”, corte de cepillo o máquina cero. Entonces, Carmelo exclamaba con euforia y entusiasmo: “PASENME ESA MEEELENA”. Lo demás es historia universal. 


Así, la Barbería Europa se convirtió en el escenario de una batalla generacional, donde los padres salían triunfantes y satisfechos y los hijos llorosos, con el “coco pelao” más brillante que cocuyo en la oscuridad.


Pasado los años, cuando se construyó el boulevard, esperando tener mejores épocas, Carmelo mudo su barbería a la Avenida Miranda, pero ya nada sería igual, los únicos que le quedaban eran sus antiguos clientes, ya convertidos en unos viejitos, y los jóvenes a quienes Carmelo había destrozado sus apreciadas melenas, al pasar frente al negocio le preguntaban con aire de vengativo ¿Empale Carmelo y que paso? ¿qué pasóoo? Y él respondía resignado, sin rencor y sonriendo, “muchachos las modas pasan, pero los barberos auténticos siempre quedan”


(*) Transcurridos los años, Carmelo también cerro su barbería ubicada en el local de la avenida Miranda. El autor desconoce si Carmelo aún vive.


Un relato de Vinos Des Fruit. Edición, color y montaje fotográfico de Vinos Des Fruit

lunes, 5 de febrero de 2024

SAN VICENTE DE FERRER



San Vicente de Ferrer, una de las poblaciones mas antiguas del actual Estado Apure.


San Vicente de Ferrer, se encuentra, a 108 metros sobre el nivel del mar, en la ribera meridional del rió Apure, con una superficie de mil 062 Kmts. Cuadrados, pertenece al Municipio Muñoz es capital de la parroquia San Vicente, sus límites dentro del Municipio son: Norte: limita con el estado Barinas desde el extremo oriental de la isla Constitución en el rió Apure, aguas, abajo, por este rió hasta el extremo oriental de la isla “Mejiera”.Sur: limitad con el Municipio Mantecal, por el caño “Guaritico” aguas arriba, desde la desembocadura del caño “Luisote” hasta el punto donde nace el caño “Matapalar”.Este: Limitad con el Municipio Bruzual mediante una línea recta, que Partiendo del extremo oriental de la isla “Mejiera”, y con rumbo al sur termina en el punto donde el caño “Luisote” desemboca en el caño “Guaritico”.Oeste: Limita con la parroquia Quintero, en el punto donde nace el caño “Matapalar” en el caño “Guaritico” siguiendo aguas abajo, del caño “Matapalar” hasta su desembocadura en el caño “Luisote”. Y de este punto en línea recta, hacia el norte, hasta el extremo oriental de la isla “Constitución”, punto de partida.

             Escribir la historia de San Vicente de Ferrer, de la época colonial es bastante difícil, pues solo tenemos pequeñas referencia de algunos historiadores en el libro “Historia de Apure” de Argenis Méndez Echenique que en su pagina 106 dice “Según Marco Aurelio Vila en su aspecto Geográfico del Estado Apure, esta población fue establecida hacia 1.776, pero Fray Francisco Delgado Vicario Provincial, misionero apostólico y Prefecto de la misión, en informe del 20 de septiembre de 1.770 decía que el primero de mayo de 1.751 había tomado posesión de San Vicente de Ferrer, reemplazando en tal cargo a Fray Lucas de Niño, que tambièn había administrado en tal tiempo el pueblo de “La Palma”, lo que hace suponer mayor antigüedad de la señalada por Vila”. Los misioneros Dominico cumplieron una gran labor evangelizadora a lo largo del siglo XVII, en este trabajo fundaron varios pueblos en el estado Apure dos de estas poblaciones quedaron dentro del Municipio Muñoz. En su Libro “Historia de Apure” del Lic. Argenis Méndez Echenique, en la pagina 89 está la relación, de algunos pueblos, fundados por estos misioneros como lo son San Vicente de Ferrer, fundado a las orillas del río Apure, con Indios Guahivos y Guamos, hacia el año de 1.750 San Esteban de Quintero, sobre el río Apure, por el Justicia mayor de Barinas Juan José Paredes en 1.786 que lo entrego para su evangelización a los misioneros Dominicos.

        En el registro principal del Distrito Federal en Caracas se encuentran los expedientes de los ejidos de San Vicente, este expediente, es una relación de todas las diligencias hechas por los indios, para que dotarán, el pueblo de Ejidos para sus labores Agrícolas todo este trabajo que constituyo un gran esfuerzo tanto par los nativos como para el que los protegía. Según el documento los nativos de este pueblo se trasladaron, hasta Barinas en 1.794 para que cesarán los atropellos por parte de Españoles y Canarios, que no les permitían trabajar las tierras, el gobernador envió todos estos recaudos y la Real Audiencia acordó, se le adjudicarán a los indios de San Vicente de Apure una legua por cuatro vientos, tomando en cuenta esta medición, que si hubiese un obstáculo natural esa legua se le adjudicara a los otros tres vientos, y que se les midiera únicamente los terrenos que estuviesen aptos para la agricultura, tambièn ordena el Cabildo que se le adjudique a los indios de San Vicente los terrenos de Andrea Rodríguez, viuda de de Matías de Silva, con los mismo linderos, que el mencionado Silva, presento para su arrendamiento, estos terrenos están en “Mata de Sagua” a escasos kilómetros de San Vicente.


      Luego volvemos a encontrar a San Vicente en el año de 1.831, en las delimitaciones que hace el General José Cornelio Muñoz de la provincia a su Cargo, esta San Vicente perteneciendo al cantón de Mantecal,. De 1.831 a 1.864 tuvo un notable desarrollo, pues fue teatro de guerra de la federación, y fue elevado a la categoría de capital del departamento Muñoz en el año de 1.864 hasta 1.866. De esta fecha hasta 1.934, San Vicente estuvo despoblado, con un desarrollo poco prometedor; por tal Motivo, la asamblea del estado Apure, ordeno su extinción como municipio Luego tenemos a San Vicente en el año de 1.937 elevado a Municipio, como una parroquia más del distrito Muñoz con un desarrollo más prometedor con la presencia del poder Judicial y el poder Civil. La prefectura fue instalada en una casa de Bahareque, que se encontraba a las orillas del río Apure, donde hoy esta la casa de Ramón Arsiniaga.

     Se instala en el año de 1.937 el Juzgado. En el año de 1.957 dos hechos de muchas trascendencia, se trata de las primeras gotas de agua potable que sustituyeron las viejas tradiciones, de consumir el preciado liquido del río o de los aljibes. El otro hecho que tuvo muy buena acogida por el pueblo fue la electricidad, generada por una planta Dissel. En 1.939 se crea la Escuela Rural, su primera educadora fue Amelina de Sánchez. Esta Escuela, fue la que dio paso al Grupo escolar “Federico Schwarzemberg. Otra obra importante, fue la Medicatura Rural, que vino a llenar a un gran vació que existía en la salud del Pueblo, esta fue creada en el año de 1.955, luego la Medicatura nueva en el año de 1.974. Otra obra fue la llegada de las redes eléctricas de la compañía Cadafe en 1.978, que constituyo un desarrollo mas acelerado. La Carretera Bruzual San Vicente obra que dio paso al Trasporte Automotriz, esta fue construida en el año de 1977.


     San Vicente tambièn es cuna de uno de los paladines de nuestra gesta emancipadora, primer Gobernador de la Provincia de Apure, es el “General José Cornelio Muñoz”. También San Vicente ha visto nacer una gala de artistas como lo son: Neri Parra, Fabián Escolcha, José del Carmen Castillo, Custodio Castillo, compositor inédito, María Coromoto Cardillo, pintora y Escultora. Juan Parra, inquieto Arqueólogo autodidacta de nuestra cultura antepasada. Juan Parra Rumbos Hijo, Pintor e Investigador de la Aeronáutica. 

Omar Viana Cronista de Muñoz.

domingo, 4 de febrero de 2024

PANCHA VASQUEZ

                              

“Doña Pancha Vasquez de Carrillo, muere en 1922 en el hato La Trinidad de Arauca”


Doña Bárbara, o Pancha Vásquez, personaje en el cual se inspiró Don Rómulo Gallegos, para su magistral obra, “Doña Barbara” de la cual le informo el Poeta Andrés Eloy Blanco, quien ejercía el derecho en su exilio en Apure y me lo confirmo don Ángel Rojas Marenco ya que su padre Domingo Rojas Lujambio, ejercía el cargo de secretario del Registro Público del Municipio Muños y era quien le manejaba los documentos que registraba Andrés Eloy Blanco. Existe un numero importantes de documentos que corroboran la muerte de Doña Pancha, como lo es el Registrado por ante la Oficina de Registro Público del Municipio Muñoz en Bruzual veinte de diciembre de mil novecientos cincuenta y cuatro en el cual el poeta Andrés Eloy Blanco en su carácter de abogado declara que da en venta pura y simple al señor José Manuela Fuente los derechos de mata de totumo y Chacera hoy Lorenzo ubicada en jurisdicción del Municipio Rincón Hondo expone el doctor Blanco que con fecha diez de junio de mil novecientos veinte y uno por documento registrado antes el juzgado del distrito Muñoz, bajo el número once, folios trece VTO y catorce de libros respectivo la señora Francisca Vasquez de Carrillo se comprometió obligando sus bienes entre ellos las mencionadas sabana a pagar la suma de dos mil ochocientas bolívares al interés del 1%. Falleció la señora Vásquez De Carrillo y demando a sus herederos el pago del crédito a la sucesión a los señores Jesús María y María De Jesús Vásquez por documento autenticado en el Yagual el once de diciembre de mil novecientos veinte y cinco lo que demuestra la información que manejo sobre Francisca Vásquez de Carrillo quien murió en el hato la Trinidad de Arauca en Agosto de mil novecientos veinte y dos y sus resto reposan en el cementerio partículas del Hato La Trinidad de Arauca para ese entonces del padre del poeta y escritor José Natalio Estrada Torres de la muerte de Pancha Vásquez hay mucha información que corroboran este hecho de su muerte.

 Otro documento que corroboran la muerte de Pancha Vásquez en mil novecientos veinte y dos es la venta que realizan Jesús María Vásquez y maría De Jesús Vásquez en la cual vende los únicos vienes que le quedaban a Pancha Vásquez el hato Mata de Totumo para pagar deudas Jesús Esteben, Rafael De Ramón Uzcategui, Juan Pencine Hernández, y Amadeo Garbí. Este documento registrado en Bruzual el dos de junio de mil novecientos Veinte y Seis lo que la fecha de muerte de Francisca Vasquez de Carrillo en agosto de mil novecientos veinte y dos y no el dieciséis de junio de mil novecientos treinta y uno como lo ha expresado los presuntos descendiente de Francisca Vasquez de Carrillo.

Argenis Méndez Echenique en su ponencia “CON ANDRES ELOY Y DOÑA BARBARA VAMOS EN EL BONGO DE LA POFIA”, ponencia presentada en el encuentro de Cronistas e Historiadores de Venezuela en Calabozo. Estado Guárico, en 2018. Nos presenta un trabajo muy valioso sobre la muerte de Francisca Vásquez de Carrillo, también publicado en el Correo del Orinoco, el 05 de agosto del 2018. En este trabajo Echenique dice lo siguiente: “Se tiene entendido y como hecho cierto, el que nuestro eximio novelista Don Rómulo Gallegos tomó los personajes de sus obras literarias de la vida real, moldeándolos magistralmente para representar la Venezuela de su época. En el caso concreto de las novelas referidas al Llano venezolano, se dice que el Dr. Juan Crisóstomo Payara, uno de los personajes entrales de Cantaclaro tuvo su encarnación en el Dr. Roberto Vargas, el famoso y atrabiliario “”Tuerto Vargas”, que se conoció aquí en Apure por sus levantamientos y correrías contra la tiranía gomecista. Así mismo, se dice que el personaje principal de la inmortal Doña Bárbara tiene su basamento real en la vida y actuación de una señora dueña de hatos altoapureños, en los primeros años del siglo XX, y de la cual el fabulador tuvo noticias cuando vino por primera vez a estos lares en 1927. Esta señora era FRANCISCA VÁSQUEZ DE CARRILLO, más conocida como “Doña Pancha Vásquez”. Uno de los principales informantes del Maestro Gallegos fue Andrés Eloy Blanco, que en su pasantía apureña la conoció de cerca por haberla asistido en asuntos jurídicos, como lo asentó el poeta en uno de sus escritos.

       Bien, en el presente ensayo nos vamos a referir a los herederos materiales de esta señora y a su relación con Andrés Eloy, donde además actúan otros personajes bastante conocidos por la gente de Apure. Aquí se evidencia la íntima relación que existe entre la realidad y la ficción.

       Resulta que Doña Pancha le adeudaba a Andrés Eloy la cantidad de Dos Mil Ochocientos Bolívares por honorarios profesionales (recuérdese que el poeta era abogado). Así consta en documento asentado el 10 de Junio de 1921 en el Juzgado de Bruzual, capital del Distrito Muñoz. Allí se establece que la deuda debía ser cancelada en un plazo de ocho meses improrrogables, a partir de aquella misma fecha, pagando un interés a la rata de 1% mensual. Doña Pancha ponía como respaldo a su deuda sus bienes habidos y por haber y en especial sus bienes pecuarios que poseía en el Distrito Muñoz; es decir, el hato “Mata de Totumo Lemero”. Los gastos originados por este contrato y los de cancelación y cobranza judicial o extrajudicial, si los hubiere, como en efecto los hubo, correrían por su cuenta. Este hato lo había heredado Pancha Vásquez de su padre, quien a su vez lo había comprado a Juan Manuel Acosta en 1866 y éste al general Antonio Batalla en 1864, que con anterioridad lo había adquirido de Basilio Lemus, heredero de Gregorio Lemus y Bárbara Matea Blanco. De allí el apelativo de “Lemero”.

       Doña Pancha, aún cuando estaba llena de una montaraz malicia, no sabía leer ni escribir, por lo que pidió a un señor de su plena confianza llamado José Antonio Páez, nativo de Calabozo, presunto nieto del Centauro Llanero de ese mismo nombre, y con quien ella hacía vida marital, que firme el documento en su nombre, lo que así queda asentado en el mismo al ser presentado en el Juzgado de Bruzual para su registro, actuando como su asistente jurídico el abogado Manuel Vargas Rivas. De tal hecho son testigos los señores Carlos J. Hernández y Francisco Montero, vecinos de la misma población. 

        Este homónimo del general Páez, quien también se titulaba “general”, se decía hijo de Ramón Páez, uno de los vástagos del homérico prócer independentista, quien se habría residenciado en Calabozo luego de trasladar los restos mortales de su ilustre padre desde Nueva York a Caracas (aquí, en esta ciudad llanera, Calabozo, habría fallecido Ramón Páez, octogenario, a finales del siglo XIX).       

       Posiblemente todo lo dicho sea cierto, pues este nuevo personaje, el José Antonio Páez II, figura entre los invitados especiales a los actos conmemorativos del Centenario de la Batalla de El Yagual (8 de Octubre de 1916), momento en que el general Vincencio Pérez Soto, Presidente del Estado Apure, inauguró un monumento alusivo a este heroico hecho de armas, hoy conocido como “El Brazo de Páez       

       Volviendo a Pancha Vásquez tenemos que transcurre el tiempo y Doña Bárbara se olvida del compromiso contraido con Andrés Eloy. En el año de 1922 la sorprende la muerte en el Hato “La Trinidad de Arauca”, en jurisdicción del Municipio Rincón Hondo, Distrito Muñoz, cuando viajaba en bongo por el río Arauca rumbo a San Fernando a someterse a un chequeo médico. Allí quedaron sus restos, bajo la custodia de otro gran cultor de la naturaleza llanera: el poeta José Natalio Estrada Torres, el del “Cristo de la Sabana”. 

       Había nacido nacido Doña Pancha el 27 de Abril de 1878, en Elorza (según Partida de Nacimiento N° 5, asentada el día 29 de Abril de 1878, siendo Primera Autoridad Civil el Coronel Balbino Ramón Primera); bautizada por un sacerdote adscrito al Vicariato Apostólico de Santa Bárbara de Arauca, donde reposa el original de su Fe de Bautismo, debido a que esta zona del Alto Apure fue atendida por esa entidad eclesiástica por muchos años (hasta la quinta década del pasado siglo). De allí que algunos autores hayan señalado el posible origen colombiano de Pancha Vásquez.

        Para el momento del fallecimiento de Doña Pancha, Andrés Eloy se había trasladado a Caracas y sus asuntos no le marchaban muy bien. Llega el año de 1924 y las precarias circunstancias en que vive en la gran capital le hacen recordar la deuda que la Doña tenía con él. Le escribe a su amigo el Dr. Rafael Ramón Uzcátegui, abogado de San Fernando, y le envía un poder especial para que reclame por intermedio de los tribunales la cancelación de la mencionada deuda, que para esa fecha, 3 de Mayo de 1924 ya había alcanzado la cantidad de Cuatro Mil Quinientos Bolívares, a los herederos materiales de Doña Pancha Vásquez, génesis de la creación galleguiana. La matrona no los tenía directos para ese crucial momento (dos hijos que había traido al mundo, habían fallecido ya sin dejar descendencia), por lo que estos derechos sucesorales recaen en los parientes colaterales, sus dos sobrinos carnales, avecindados en Elorza: MARÍA DE JESÚS y JESÚS MARÍA VÁSQUEZ RODRÍGUEZ, este último, menor de edad y representado por su señora madre, Doña Cinercia Rodríguez de Vásquez, viuda de Jesús María Vásquez Escobar, hermano mayor de Doña Pancha, nacido hacia 1837 y cuya madre fue doña Mercedes Escobar. El padre de Francisca Vásquez Zapata de Carrillo, que era el nombre completo de la Doña, y de su hermano Jesús María, fue Don Ramón Vásquez Landaeta, oriundo de El Tinaco, en el hoy Estado Cojedes, casado con Doña Rosa Zapata, de Mantecal, y fallecido en jurisdicción del Municipio San Fernando en la última década del siglo XIX, en el Hato “Mata de Tamarindo”, el 9 de Agosto de 1883. 

       Pancha Vásquez había casado antes de morir su padre, con un señor llamado Pedro Carrillo, según versión del ya difunto Don Luis Beltràn Parra Jiménez (Elorza, 1925 – San Fernando, 2002), mi suegro, desconociendo si ese señor era de la conocida raigambre trujillana, aunque no sería extraño por la constante migración de gente cordillerana hacia los llanos de Apure (para comprobarlo solo basta comparar una guía telefónica de CANTV de Apure con una de Trujillo y se verá que muchos apellidos coinciden), teniendo dos hijos (varón y hembra); el varón, llamado Pedro Justo, falleció hacia 1912 como consecuencia de la caida de un caballo cuando coleaba un toro (que se dice era el embrujado “cotizudo” que plasma Gallegos en su novela); y la hija, casada con un llanero colombiano de apellido Mujica, murió de parto, igual que la niña recién nacida. Uno de los tantos conflictos judiciales que tuvo que afrontar la Doña fue con su yerno viudo, que aspiraba recibir la herencia que le correspondía a su esposa fallecida.

       El Dr. Uzcátegui solicita la demanda ante el Juez de Primera Instancia en lo Civil y Mercantil del Estado Apure, Br. Miguel A. Escalante (1891 - 1970), merideño de Tovar e ínclito educador que fundó años más tarde (1932) el Colegio “Miranda” (hoy Liceo “Francisco Lazo Martí”, de San Fernando de Apure), quien pide preventivamente el embargo de los bienes de la sucesión de Pancha Vásquez, suficiente para cubrir el doble de la cantidad demandada y las costas, de conformidad con el artículo 360 del Código de Procedimiento Civil vigente para aquella época. 

       El Tribunal ordena el 6 de Mayo de ese año 24 practicar la citación para que se presenten los demandados a la décima audiencia despúes de citados, más 12 días que se le conceden como término de la distancia.

       La medida de embargo es dictada fundándose en la sentencia del Juzgado Superior del Estado Apure, de fecha 1°/12/1923, que corre inserta en el folio 11 de expedientes, marcado con el N° 73, de la demanda que por cobro de bolívares instauró el Dr. Uzcátegui contra la sucesión de Doña Pancha, por la cantidad de Nueve Mil Bolívares a que asciende el doble de la cantidad demandada y las costas, debiendo previamente el demandante dar caución o garantía suficiente para responder a la parte contra quien se dirije la medida de embargo, de los daños y perjuicios que éste pudiera ocasionarle, de conformidad con el artículo 378 del Código de Procedimiento Civil.

       El Dr. Uzcátegui, como apoderado de Andrés Eloy, presentó como fiador al Dr. Juan Penzini Hernández, el conocido abogado y poeta venezolano que estaba para ese momento residenciado en San Fernando, casado con la apureña Anita Felice, quien se comprometió a responder de los perjuicios que pudiese ocasionar a los demandados el embargo acordado.

       El Juez del Municipio Elorza, para ese entonces del Distrito Muñoz, fue comisionado para practicar el mencionado acto de ley y las citaciones el 7 de Mayo de 1924, pero ésto se retarda hasta el 7 de Julio por diversos motivos, principalmente por la dificultad en hacer llegar el mensaje desde San Fernando hasta aquella lejana población: “Los caminos de los años veinte caminaban con mucha pereza entonces, salvando caños, ríos crecidos, esperando que escampe o que le queden atrás las puertas del tranquero, desde donde el camino se enfila hacia el destino”, como explica nuestro apreciado poeta - caballista Luis Alberto Crespo, en su ensayo “Una lejanía que va y viene” (en La Vaquería, compilación de Manuel Abrizo, Caracas, Ministerio de Agricultura y Tierras, 2008: 46).

       El día 8 de ese mismo mes de Julio comparece María de Jesús Vásquez ante el Br. Jesús Rafael Astudillo, Juez y dedicado maestro de las depauperadas legiones juveniles de Elorza, y queda notificada sobre la petición de demanda y su citación ante el Tribunal de San Fernando, pero ella hizo constar que hasta ese momento no les había sido presentada por ninguna persona la correspondiente cartilla de liquidación de los derechos fiscales y por lo tanto ignoraba cuál era la cantidad que debían pagar los demandados.

       Es deducible que después de este papeleo judicial Andrés Eloy logró la cancelación de sus honorarios, porque años más tarde, en 1951, estando el bardo en México, según aseveraba el Dr. Pedro Elías Hernández Figueredo, quien fuera Presidente de la Fundación “Rómulo Gallegos”, de San Fernando, y compañero de exilio del poeta, él autorizó al Dr. Penzini para que procediese a vender los derechos que poseía sobre un cuarto de legua de terreno en el hato “Mata de Totumo”, que es de suponer obtuvo en compensación por lo que le adeudaban los herederos de la Doña. Ese lote de terreno estaba ubicado en la margen izquierda del Arauca, en el sector de “Lorenzo”, poco antes de llegar a la ciudad de Elorza, yendo desde Mantecal, y fue vendido al Dr. Manuel José Fuentes Gilly, hijo de uno de los grandes terratenientes de Apure (el tercero en importancia, después de Juan Vicente Gómez y la Compañía Inglesa Lancashire).

       La Patria Venezolana perdió uno de sus grandes blasones literarios en Mayo de 1955, cuando muere Andrés Eloy en un torpe accidente automovilístico en Ciudad de México.  

       En cuanto a María de Jesús Vásquez, ella estuvo presente en los eventos protocolares organizados y realizados por la Asamblea Legislativa del Estado Apure, con motivo de la creación del Distrito Rómulo Gallegos, en Elorza, e instalación de sus primeras autoridades municipales, en 1964, y acompañó al célebre epónimo en los mencionados actos; ella, María de Jesús, falleció en San Fernando, a principios de 1979 (había nacido en 1901), sin dejar hijos, aun cuando había casado con un señor de nombre Eleodoro Rozo, mecánico de automóviles. ya Jesús María, su hermano menor, casado con doña Sabina Solórzano, había desaparecido unos dos o tres años antes, dejando una larga progenie (siete hijos), entre ellos, nuestro excelente amigo Francisco Luis Vásquez Solórzano, conocido criador pecuario elorzano.”


Fuente : Omar Viana Cronista del Municipio Muñoz


miércoles, 24 de enero de 2024

FRANCYS ALVARADO


Francys Carolina Alvarado Sandoval, mejor conocida como"La romancera del llano" nació en en Los algarrobos municipio Biruaca Estado Apure un 11de junio del 1993.

Es la mayor de 8 hermanos, su madre Fanny  Sandoval una campesina oriunda de Apure y trabajadora incansable del campo, al lado de su padre Franklin de Jesús Alvarado Malpica, también campesino Apureño y conocedor del llano le enseñaron e inundaron los valores y el amor que todo buen Apureño le debe a su tierra.

Su interés en el canto viene desde pequeña a la edad de 8 añitos, a la edad de 12 años empieza a participar en festivales juveniles. quedando en los primeros lugares como voz recia, por 3 años consecutivos, ya a los 17 años se casa y se muda a vivir a Valencia Edo Carabobo.

Con el Apoyo de su esposo y Su padrino Musical: El fallecido. DON TIRSO SILVA arpista, arreglista y compositor graba su primera producción Discográfica contentiva de 10 canciones, dándose a conocer  nacionalmente en el medio musical a nivel profesional con la canción Estampa de una Campesina.

En su carrera musical obtiene importantes reconocimientos como El LATINOAMERICANO DE ORO VENEZUELA cómo Cantante Impacto del Año en Venezuela, en el año 2019/ 2020/ obtiene el ARPA De oro de Venezuela, en el 2021 el Peñaranda de Oro y Dama de Honor en la organización fucu latino venezuela.2021 2022.

Actualmente trabaja en su segunda producción discográfica con su promocional "El Llamado de la Tierra" de la autoría de El Tigrito de Mata Negra Angel Córdoba.



Francys Alvarado La Romancera del Llano sigue trabajando y demostrando su amor al llano deleitándonos con su talento y su hermosa voz. De Biruaca para el mundo.

Fuente: Francys Alvarado 
 

lunes, 22 de enero de 2024

EVOLUCIÓN DEL POBLAMIENTO EN LOS LLANOS VENEZOLANOS: PERÍODOS DEL DESCUBRIMIENTO, CONQUISTA Y COLONIZACIÓN

Foto Cortesía de la Fundación Decanio

 

Por Roberto Hidalgo 


Como consecuencia natural del descubrimiento del territorio que pasaría a ser identificado como Venezuela, se estableció a continuación una etapa de descubrimientos menores, tanto en las áreas inicialmente descubiertas como en las contiguas. Dadas las diversas condiciones imperantes de orden cultural, económicas, tecnológicas y geográficas, tanto del europeo como del aborigen de las tierras nuevas, dicho proceso fue muy paulatino y circunscrito, en sus comienzos, a espacios relativamente cercanos o inmediatos. 

Entre las condiciones geográficas a las que debieron hacer frente los conquistadores y colonizadores españoles, una determinante la constituyó la disposición de las grandes estructuras o paisajes naturales. En efecto, dado que los europeos llegaron por el único medio de transporte masivo de esa época, el marítimo, su arribo fue por las costas, caracterizadas mayormente por su fuerte relieve o por la presencia de playas en planicies marinas, rodeadas por elevadas cadenas montañosas. Esto determinó el desconocimiento de la inmensa extensión de relieves de distintos tipos situados más allá de los inicialmente avistados, situación esta que duró un período de tiempo significativo, de aproximadamente unos 33 a 79 años, según se consideren, respectivamente, los primeros viajes a la región o la primera fundación oficial de una ciudad en la región de los Llanos (Barinas). 

Se presenta, a continuación, la descripción resumida de lo que fue ese proceso, para enfocar luego el objetivo particular de interés, representado por el poblamiento en los Llanos venezolanos, ya que para comprender lo sucedido en esa región es necesario conocer cómo y por qué fue el proceso de conquista y colonización en el país. Desde el punto de vista bibliográfico, es posible encontrar disparidades en algunas fechas y nombres geográficos, lo cual es entendible por tratarse de hechos en donde existe una muy abundante documentación de distintos autores y épocas, tanto originales como múltiples interpretaciones posteriores. Por otra parte, el hecho que el proceso fue desarrollado, casi simultáneamente, en cuatro frentes (occidente, oriente, centro y sur) dificulta la narración ordenada de los acontecimientos. 

EL PROCESO DE DESCUBRIMIENTO

 

Este proceso será dividido en tres etapas fundamentales. La primera de ellas es el descubrimiento propiamente dicho por Cristóbal Colón en agosto del año de 1498. Como es conocido, su tercer viaje tuvo como resultado el arribo a las costas orientales del territorio: isla de Trinidad, Golfo de Paria, reconocimiento de las aguas de un gran río que desembocaba en el océano, islas de Margarita, Coche y Cubagua. 

La segunda etapa corresponde a viajes de comprobación de las noticias derivadas del hecho antes descrito. En ésta, el protagonismo corresponde a Alonso de Ojeda, compañero de Colón en su segundo viaje, quien organizó dos expediciones para recorrer las costas ya descubiertas así como las restantes. En el primer viaje, entre mayo y septiembre de 1499, recorre las bocas del Orinoco, el Golfo de Paria, el Lago de Coquivacoa, posteriormente de Maracaibo y el Golfo de Venezuela, así mismo la isla de Curazao. De acuerdo a los historiadores, es con este viaje que se presenta la denominación actual de la zona: Venezuela (“Venezuela” en la toponimia del mapamundi elaborado por el cartógrafo Juan de la Cosa,), acompañante de la expedición derivado de pequeña Venecia, por las características de las viviendas lacustres que observaron los navegantes, siendo Américo Vespuci, también acompañante, el que formuló la semejanza y el vocablo, según los historiadores. Por otra parte, ese primer viaje tuvo el mérito de permitir apreciar, por vez primera, el contorno de la masa continental. En el segundo viaje, en 1502, se repitió la ruta anterior pero con la particularidad de que presentó un carácter colonizador, al fundarse un pueblo en la costa norte de La Guajira, que tuvo una corta duración. 

La tercera y última etapa corresponden a viajes costeros menores, siendo los descubridores y fechas las siguientes: Vicente Yánez Pinzón en 1499, quien fue el primero en penetrar al río Orinoco hasta el sitio de Cabruta y de allí hasta los raudales de Atures; Diego de Lepe en 1500, Cristóbal Guerra en 1501, y Rodrigo de Bastidas en 1502. Con estos viajes se finaliza el recorrido completo de las costas, estableciéndose su total descripción y ubicación, proceso éste que duró 10 años desde el arribo de Colón. 

De acuerdo a lo descrito, el descubrimiento del territorio estuvo localizado sobre ambientes muy específicos: en primer lugar, el litoral y las islas, seguido de las bocas del río Orinoco. Las motivaciones fundamentales de los mismos estuvieron determinadas por la naturaleza propia de los navegantes: descubrimiento de nuevas tierras, pero también por causas económicas: recolección de perlas y esclavitud de indígenas que se requerían como fuerza de trabajo en Las Antillas, ya que los pobladores iniciales de la región habían sido diezmados. La búsqueda de oro tuvo también una causa importante para esos viajes. 

PRIMER ACTO ADMINISTRATIVO DEL PAÍS. LA COMPAÑÍA 

WELSER

 

Si bien en 1499 aparece el vocablo Venezuela, su comienzo como unidad administrativa es desde 1528 al crear el Emperador Carlos V la Provincia de Venezuela, es decir, treinta años luego del descubrimiento. Un año antes, en 1527, Juan de Ampíes fundó la ciudad de Coro, determinante para el descubrimiento y colonización parcial del territorio, ya que debieron de transcurrir 18 años para la fundación de la siguiente ciudad, El Tocuyo. 

El año 1528 coincide también con la asignación del territorio a banqueros alemanes (los Belzares) organizados en la compañía Welser, como pago de la Corona española por créditos e intereses por capitales adelantados hacía algunos años. Entre las principales obligaciones de esa compañía estaba la de pacificar el territorio, descubrir, conquistar y poblar las tierras situadas al este de la gobernación de Santa Marta, fundar dos poblaciones grandes, construir fortalezas y traer mineros. 

La actuación de los banqueros alemanes duró 18 años, entre 1528 y 1546. 

Desde el punto de vista de los descubrimientos y expediciones que realizaron, hay que destacar las siguientes: Ambrosio Ehinger, llamado Alfínger en estas tierras, llegó a Coro en 1529 y realizó su primera expedición hacia el Lago De Coquivacoa y Sierra de Perijá. De regreso a Coro, se encontró con otro Welser de nombre Nicolás Federman y en 1531 organizaron dos expediciones, la primera al oeste y la segunda al sur, a través de los ríos Tocuyo y Cojedes, cercanías de Turén y luego El Baúl, alcanzándose el río Meta. Se consideró esa expedición como la primera en transitar territorios llaneros. En un segundo viaje de Federman, en 1531, se internó en los Llanos desde Barquisimeto; en un tercer viaje regresó al llano y avanzó hasta el río Apure. 

En 1535 continúan nuevas expediciones con otros alemanes, debiéndose señalar a Jorge Spira y Felipe von Hutten, quienes marcharon hacia Los Andes Y los Llanos, remontaron el río Apure y las cabeceras del río Meta, constituyendo el segundo viaje hacia esas tierras bajas del Meta. 

En 1544 la Audiencia de Santo Domingo decidió abrir averiguaciones contra los Welser por acusaciones de los habitantes por violencia física y altos precios de los géneros importados. Esto determinó la condena al grupo y la obligación de devolver el territorio a los españoles, recayendo en la autoridad de Juan de Carvajal el traspaso. Entre los señalamientos o juicios que la posteridad formuló hacia ese grupo de alemanes figura el hecho de que no fundaron ningún pueblo y que su dominio constituyó un obstáculo a la colonización que, con éxito, había iniciado Ampíes. 

NUEVOS DESCUBRIMIENTOS Y EL PROCESO DE CONQUISTA

Determinar con precisión cuándo finalizó el descubrimiento y cuándo comenzó la conquista no es tarea fácil, ya que existe una perfecta unión de propósitos en muchos viajes de descubrimientos que al mismo tiempo lo fueron de colonización. 

Las fundaciones de Cubagua a inicios del siglo XVI y la de El Tocuyo a finales de 1545 por Carvajal, constituyen un ejemplo de lo antes dicho, ya que fue necesaria la presencia de este último enclave para continuar o iniciar el descubrimiento y la conquista tierras adentro, en particular del sector norte centro y también del occidente, pues se constituyó en el centro u origen de todas las fundaciones venezolanas en la segunda mitad del siglo XVI. Sin embargo, es con la autorización de los repartimientos y encomiendas de los indios en Coro en 1534 que se inició la creación de pueblos siendo Coro la segunda ciudad fundada en tierra firme, luego de Cumaná, en 1527. 

Con la excepción del viaje de Federman en 1531 y el de von Hutten en 1535, posiblemente ningún español realizó un viaje importante por los Llanos, debiéndo transcurrir 46 y 60 años, para que se fundaran ciudades en dicha región: Barinas por Juan Andrés Varela, en 1577 y Guanare por Juan Fernández de León, en 1591, respectivamente. El resto de las ciudades fundadas lo fueron en la Cordillera Andina (Trujillo en 1557, Mérida en 1558, San Cristóbal en 1561), Cordillera de la Costa (Borburata en 1549, Valencia en 1555, Caracas en 1567, La Guaira en 1589), depresión de Barquisimeto y de Carora (ciudades homónimas en 1552 y 1572, respectivamente) y altiplanicie del lago de Maracaibo (ciudad fundada en 1569). 

En 1546, el nuevo gobernador Pérez de Tolosa organizó una expedición a los Llanos hasta las orillas del río Apure, regresando a la serranía por el río Uribante. 

El poblamiento europeo en el siglo XVI no tuvo mayor significación cuantitativa, ya que las ciudades eran simples caseríos con muy poca población. 

Al final del mismo ninguna sobrepasó los 2.000 habitantes. A pesar de esta situación, las poblaciones aparecen mencionadas en los documentos originales con muy diversas denominaciones según su composición; así, las de los españoles son rancherías, palenque, sitio, fondeadero, asiento, villas y ciudades; las de indios son aldeas de indios, encomiendas y misiones y las de origen espontáneo son pueblos mixtos, pueblos de españoles, capellanías y cumbe. 

Del territorio ocupado por los Llanos, la parte occidental fue la inicialmente poblada, gracias a la fundación de El Tocuyo. Las tierras de los Llanos Centrales y Orientales lo fueron a posteriori, a pesar de dos hechos importantes, uno representado por un accidente natural como lo es la desembocadura del río Unare, cuya depresión permite un acceso relativamente fácil hacia el centro y el oriente del país, pues sus alturas son inferiores a los 200 m. Sin embargo, su innavegabilidad fue la causa de no haberse aprovechado esa abra para incursionar territorio adentro. 

El otro hecho fue la búsqueda del mineral de oro en las tierras del sur, cuyo acceso se hizo por barco en las primeras etapas y no por tierra. Para ello hubo que esperar hasta el año de 1595 ó 1596, en que Antonio de Berríos, procedente de Bogotá, desciende por el Orinoco y funda la primera Santo Tomás de Guayana en el vértice del delta, debiéndose luego mudar al sitio de la actual San Félix en 1635. Los viajes de Ojeda y Yánez Pinzón por las bocas del Orinoco y los de Diego de Ordaz en 1531 y de Alonso de Herrera en 1534, quienes lo remontaron y lo recorrieron hasta la desembocadura de los ríos Apure y Meta, respectivamente, no influyeron en el establecimiento de centros poblados. 

Como se ha visto hasta ahora, primero el oriente y luego el occidente, fueron las áreas en ser conquistadas. Con relación al centro, su conquista fue pensada como medio de poner término al aislamiento entre las dos zonas antes nombradas, dificultándose y retardándose las acciones por la resistencia de los aborígenes, refugiados en la orografía central. Se le atribuye al mestizo Francisco Fajardo la promoción de la conquista central, con el objetivo de desarrollar la ganadería, blanco frecuente de los indígenas, quienes extendieron sus acciones hasta Barlovento y la costa de Los Caracas, con lo que primitivos asentamientos en las cercanías del río Unare fueron abandonados. 

El proceso en el oriente, a diferencia del de occidente, fue efímero y poco eficaz, ya que las fundaciones precarias de sitios fueron despobladas, a causa de la resistencia indígena. En los primeros tiempos del período sólo figuraron Nueva Toledo (Cumaná), abandonada por los españoles, San Cristóbal de Cumanagoto y en 1545, un Píritu, de corta existencia. 

En cuanto a Guayana, los obstáculos para el poblamiento estuvieron representados por el relieve, los raudales de los ríos, escasa fertilidad de las sabanas, densos y extensos bosques y el no descubrimiento del oro. A pesar de todo esto, desde España se insistía en proseguir los viajes expedicionarios y el poblamiento, quizás por el temor a perder parte o todo de ese territorio, ya que algunos de los enemigos (franceses y holandeses) que para ese momento tenía la Corona, habían entablado alianzas con los indios Caribe. Por ello, en 1560 el padre Ayala remontó el Orinoco hasta Atures sin mayores resultados para el asentamiento y en 1584 el viaje ya comentado de Berrío. Estos europeos siguieron insistiendo en penetrar Guayana en 1595, con Raleigh, y en 1637 piratas holandeses arruinaron Santo Tomás, visitándola tres veces más en 1640. 

El acceso a los Llanos por el Centro fue impedido por los indígenas, los cuales dominaban el río Tuy. Un hecho fortuito permitió que las poblaciones autóctonas centrales fueran diezmadas, y fue que en 1580 un barco traficante de esclavos llegó y propagó una epidemia de viruela. Esto facilitó la fundación, en 1584, de San Juan de La Paz por Sebastián Díaz Alfaro, pero las inundaciones y la poca duración de una bulla aurífera determinaron el fracaso del sitio. El conquistador pasó luego la Serranía del Interior y fundó, junto al río Memo, la población de San Sebastián de Los Reyes en 1585, primera y verdadera puerta de acceso hacia los Llanos Centrales, ya que hacia los Occidentales la fundación de Guanare en 1591 desempeñó el mismo papel. 

Se considera que. con este último hecho. se cierra el período de la conquista para pasar luego al del afianzamiento del poblamiento ya establecido (Vila et al. 1965). En este proceso influyó con determinación, el oro, ya que los conquistadores se convencieron que para la búsqueda de minas se necesitaban núcleos de población estables y seguros que permitieron la sedentarización de los hombres y el inicio de actividades artesanales y de servicios, así como la cría de animales y el cultivo de la tierra. Los caseríos y las aldeas dan paso a pueblos y éstos a ciudades. Para fines de 1600 la conquista armada en Venezuela toca fin; para esa época quedaban sin reducción los indígenas del oriente. 

CONTINUACIÓN DEL PROCESO DE FUNDACIÓN DE CIUDADES EN EL MARCO DE LA COLONIA DURANTE LOS SIGLOS XVII Y XVIII. LAS ENCOMIENDAS Y LAS MISIONES 

A fines del siglo XVI y principios del siguiente, los centros claves del poblamiento nacional quedaron fundados. Trece de aquellos primeros núcleos son hoy capitales estatales. El siglo XVII es el inicio de la conformación de la nueva nacionalidad, pues el fin de la violenta conquista permitió el cruce de las tres razas que habitaban el país: indios, españoles y africanos. Los asentamientos que se construyen a partir de esa fecha toman en cuenta la realidad social, no así los de la conquista, construidos por y para los españoles; sin embargo, ese siglo fue de un crecimiento demográfico muy lento. 

Dos procesos, uno civil y el otro religioso, fueron determinantes para ampliar el esfuerzo poblador español en la segunda mitad del siglo XVII. El primero corresponde a las Encomiendas, proceso cuyo origen se remonta a la Edad Media y se trasladó luego a la Reconquista en España y que fue luego copiada en el nuevo continente con la aprobación de la Iglesia, por medio de las bulas papales. Esa práctica de coacción consistió en la sujeción de los naturales, la apropiación de sus tierras y aguas para poblar y mantener a los ocupantes peninsulares, fijando dicha población así como la de los indígenas. Su influencia en el poblamiento fue decisiva en las regiones centrales, norte y andinas y ninguna en Oriente, Guayana y en los Llanos, con la excepción de Pedraza y Barinas, a causa de la naturaleza benévola de los indígenas. Se confunde a la Encomienda con los repartimientos de tierras, en que el señorío sobre las tierras se daba a perpetuidad. Se clasificaban en de Servicios, si el indígena trabajaba y de Tributos si pagaba un tributo. Fueron combatidas por los mismos españoles por representar un obstáculo a la evangelización indígena y por razones económicas. No obstante, se considera que estos repartimientos también constituyeron el germen que dio origen a los primeros poblados hechos por los jefes expedicionarios. Las Encomiendas fueron abolidas por Real Cédula en 1687. 

El proceso religioso lo constituyó las Misiones, dirigidas a evangelizar a los indígenas a cargo de los monjes Capuchinos en casi todo el país, dominicos en Barinas, jesuitas en el Orinoco y Meta y Observantes (Franciscanos) en Sucre, Guárico y Guayana; se iniciaron en el año de 1656 con la primera misión franciscana establecida en Barcelona. La importancia general de las Misiones se manifestó, con mayor énfasis, en el siglo XVIII y muy poca en el anterior (Araure, en 1694, es el mejor ejemplo) y en las regiones llaneras próximas, orientales y guayanesas y muy escasas en el centro y occidente. Los intentos de establecerlas llano adentro fracasaron. Para su establecimiento se extraían indígenas de los montes y se reducían en alguna localidad (pueblos de Misiones). Para la protección de las mismas de ataques, los españoles construyeron bastiones militares avanzados denominados “villas de españoles”. 

Las misiones, por lo general, se construían alejadas del río Orinoco, foco de penetración caribe y extranjera. 

Los pueblos encomenderos y de misión evolucionaron, luego de 20 años de fundados, a pueblos de doctrina o de parroquia, dependientes del Obispo de la diócesis. El establecimiento de Misiones contribuyó a fundar, de nuevo, sitios que ya lo habían sido, pero que por diversas causas no tuvieron éxito, como fue el caso de Cumaná. La última Misión llegó en 1802. Es importante destacar un patrón diferente de establecimiento de poblaciones en los Llanos, consistente en la fundación de hatos, ya que por sus condiciones naturales el establecimiento de la esclavitud no fue tan importante como en otras zonas. Las primeras experiencias la constituyen la de españoles procedentes de Guanaguanare, Ospino, Araure y Acarigua, todas en el futuro Portuguesa, quienes se adentraron por las cabeceras de la depresión central con ese fin, algunos de los cuales se convertían en misiones posteriormente. 

Igualmente los religiosos fundaban hatos con la ayuda de los criadores civiles españoles para que los indígenas nómadas no los depredaran. 

De acuerdo a la literatura (Vaccari, 1992) hay tres momentos relevantes en el proceso de fundaciones en el siglo XVII: de 1620 a 1630, de 1675 a 1685 y de 1690 a 1696, en donde los Llanos van a adquirir una importancia que hasta ahora no tenían. 

En efecto, en el primer período se fundaron los pueblos alrededor de Caracas, Barquisimeto y Trujillo, de donde surge Acarigua, en el segundo surge San Carlos y en el tercero Araure, todos en los altos Llanos Occidentales, con tierras aptas y fuentes de agua dulce para la agricultura. En todas estas la decisión fue de las autoridades civiles y no religiosas. 

La siguiente es la relación de los pueblos fundados en el siglo XVII cuya economía gira alrededor de la ganadería y el tabaco: Cabruta (1643), Acarigua (1653), Chaguaramas (1653), Tinaco (1658), san Juan de Los Morros (1675), San Carlos (1677), Mijagual (1680), Ortíz (1687), Pedraza (1610), Araure (1659), El Pao (1691), El Baúl (1692), Altagracia de Orituco (1694) y Tucupido (1659). 

En el siglo XVIII, como ya se dijo, las Misiones son las encargadas del poblamiento; en el occidente las primeras fueron las del Pao, luego entre El Baúl y La Unión, en la confluencia de los ríos Guanarito y Portuguesa y en Paso Real, confluencia de los ríos Cojedes y Tinaco en donde se fundó una villa para evitar que los indios de las misiones ribereñas se escaparan aguas abajo.

Los intentos de penetrar más profundamente a través de los ríos Cojedes y Portuguesa, fracasaron. 

Es hacia el oriente donde esa actividad adquirió una primordial y relativa intensidad, principalmente en la parte norte (Cumaná, Cariaco y Cumanacoa) que se iba reduciendo hacia el centro del país y fue muy escasa y de poca importancia al oeste del mismo. 

El avance desde las anteriores hacia el sur determinó la fundación de los siguientes sitios: San Mateo en 1715, la primera del siglo; Santa Rosa en 1723, Aragua de Barcelona en 1732, importante debido a su ubicación que permitió las comunicaciones hacia el Unare, el Orinoco y San Sebastián de los Reyes; Maturín en 1722 por los Capuchinos pero no fue aceptada por la Corona, debiéndose fundar, con Cédula Real, en 1735, pero su real poblamiento fue tardío, ya que comenzó en 1760. Santa Ana y Santa Bárbara tuvieron dificultades de implantación debiéndose mudar la primera por hallarse en una ciénaga pestilente y fracasando la segunda. En 1740 Cantaura y en 1741 Pariaguán. 

El año 1755 fue importante debido a la Expedición de Límites que penetró por el río Orinoco, lo cual estimuló a los misioneros a adentrarse tierra adentro, dando comienzo al poblamiento al sur, de vital importancia para esa región. Con relación al poblamiento misionero en el centro y occidente se presenta la siguiente relación de hechos: 

Los pueblos de misión de Camatagua, El Pao, Cojedes, Mapuey y Acarigua fueron las bases desde las cuales partieron las avanzadas más hacia el sur. En 1687 el padre Manuel de Alesón fundó Lezama y en 1694 se fundó La Pastora, antecedente de la actual Altagracia de Orituco. Por la ruta de Villa de Cura y Ortíz se erigieron San Fernando de Tiznados en 1723, la villa de Calabozo en 1726, la avanzada más meridional en esa época y la villa de Santa María de Ipire en 1747. A partir de Caracas salió la avanzada que en 1760 fundó Tucupido. 

Accediendo por el río Tinaco o por el Cojedes, en sus confluencias, se fundó El Baúl entre las décadas de los 40 y 50 de 1700. Los intentos, en 1690 y 1749, de establecerse en el estero de Camaguán fracasaron por las condiciones de inundaciones. Un hecho curioso lo fue el de La Unión, que en 1754 se constituyó en la confluencia de los ríos Guanare y Portuguesa, a lo que se opuso Barinas, a veces con violencia, por razones de límites, lo cual vino a solucionarse 14 años después. Esta es tal vez la primera reclamación territorial interna conocida; la fundación permitió igualmente el establecimiento definitivo de Camaguán. 

No lejos del Píritu occidental en 1751, y en 1763 en San Genaro y Santa María, cercanos a los ríos Boconó y Portuguesa, respectivamente, se establecieron misiones; Guardatinajas, frente a Calabozo, en 1768, mientras que Achaguas, San Juan de Payara, Atamaica, Cunaviche y Capanaparo ya existían en 1780, fecha que las visitó el obispo Martí. Frente a la confluencia del río Portuguesa en el Apure se emplazó San Fernando en 1770. 

Ya a partir de estos últimos lugares citados la avanzada capuchina intentó unirse con las misiones de los jesuitas en el Orinoco medio y en Río Negro, pero no tuvo éxito debido a que a medida que crecía en extensión la obra de catequización y misionera, del mismo modo disminuía su fuerza por dilución y debilitamiento. 

Para la segunda mitad del siglo XVIII existían ciudades y villas de relativa importancia en los Llanos Centrales y Occidentales, especialmente en el Piedemonte, siendo el período comprendido entre 1711, con la fundación de Nutrias, y 1789, con la de San Fernando de Apure, el de mayor aliento poblador, surgiendo unos cien pueblos que comunicaron al hábitat llanero la estructura que aún mantiene. Todo el siglo XVIII hasta el año de 1920, la población venezolana evolucionó en un período de expansión lenta. 

La siguiente es la relación de los pueblos fundados en el siglo XVIII: Nutrias (1711), Calabozo (1723), El Sombrero (1725), Zaraza (1740), Pariaguán (1742), Guasdualito (1750), Maturín (1760), Guanarito (1768), Tinaquillo (1769), Valle de La Pascua (1772), Achaguas (1774) y San Fernando de Apure (1789). 

EL SEGUNDO ACTO ADMINISTRATIVO DE RELEVANCIA HISTÓRICA 

Debieron transcurrir casi dos siglos y medio desde el Descubrimiento para que se conformara definitivamente lo que iba a ser el país, al firmar el Rey Carlos III de España, el 8 de septiembre de 1777, la Cédula Real que creaba la Capitanía General de Venezuela conformadas por las Provincias de Venezuela o Caracas, Nueva Andalucía o Cumaná, Margarita, Trinidad, Maracaibo y Guayana. Con el acto se sella la unidad fiscal y económica nacional al contarse con una misma jurisdicción y mando único en lo político, civil y militar. 

El poco peso específico que hasta ese momento tenía la región llanera se demuestra en que ninguna denominación de provincias corresponde a poblaciones allí ubicadas, situación esta que se mantuvo hasta casi finalizada la época colonial. 

SITUACIÓN DURANTE EL ÚLTIMO SIGLO COLONIAL 

La primera década del siglo XIX constituyó la etapa final del período colonial, ya que en 1810 y 1811 se produjeron, respectivamente, la voluntad de independencia y la independencia propiamente dicha. Entre 1800 y 1812 se dio un impulso considerable al poblamiento que influyó hacia los espacios interiores del Llano, lo cual había comenzado a finales del siglo XVIII gracias a la explotación ganadera entre el piedemonte, los llanos y las riberas del río Orinoco. En la primera década del siglo pasado la población era de 997.000 habitantes, concentrándose el 70 % en las regiones costeras, incluidas las orientales y en las montañosas. En los Llanos la población fue de 212.000 personas criollas y mestizas y 100.000 indígenas libres en la región, Guayana y el sur. La densidad de población era alta en el piedemonte andino llanero gracias al contacto con Los Andes; la carretera a Barinas se hallaba poblada por villas, pueblos y caseríos. 

En Portuguesa se destacaron Araure por la cría de ganado, siendo Acarigua su satélite, y Guanare por su situación geográfica. Ospino se hallaba en decadencia. Llano adentro, Guanarito por su ubicación en el Paso Real del río Guanare, otros pueblos como Papelón y Maraca y numerosos hatos. En Barinas el río santo Domingo, gracias a su navegabilidad, le proporciona valor económico, permitiendo la comunicación a través de los ríos Boconó, Meta, Apure y Orinoco hasta Angostura, sirviendo para ello los puertos de Torunos y Nutrias. En la ciudad de Barinas surge una poderosa oligarquía que se enriqueció con la explotación agropecuaria, convirtiéndose dicha ciudad en punto nodal de las comunicaciones hacia Los Andes y el piedemonte. A finales del siglo XVIII se formó el pueblo de La Yuca, camino real a Guanare y Obispos adquiere relevancia por el puerto de Torunos. No así Pedraza que a comienzos del siglo XIX se estancó por ser refugio de esclavos, forajidos. 

Aguas abajo de aquel puerto se estructuran pequeños pueblos de criollos e indígenas como El Real, San Lorenzo, Santa Inés y Santa Lucía. En el río Canaguá, San Rafael de Canaguá; todos estos poblados irrumpen el vacío demográfico del Alto Llano barinés. La penetración barinesa hacia los Llanos origina, entre los siglos XVIII y XIX, a Mijagual, con una pica hasta el río Apure. 

Los ríos llaneros sirvieron no sólo para las comunicaciones sino para estimular el poblamiento a sus orillas. Los ríos Guárico, Portuguesa, Santo Domingo y Apure permiten las comunicaciones hacia el Centro y Guayana, siendo algunos pueblos Palmarito, Suripá y Quintero en el Apure y Guadarrama en el Portuguesa. 

Un hecho que demuestra la organización y tamaño de la población lo constituye el servicio de correos, en pleno funcionamiento para 1811. Entre Caracas y las ciudades de San Carlos, Guanare, Araure, Ospino y Barinas se producen 4 despachos mensuales, 2 veces a la semana entre Caracas y Villa de Cura, San Sebastián y Cagua y hacia el Oriente (Barcelona, Cumaná y Margarita) es bimensual. 

A medida que transcurre el tiempo, se incrementan el poblamiento y las relaciones de producción de bienes y servicios, surgen numerosas microrregiones funcionales que dificultan la descripción coherente del poblamiento. En este sentido, a continuación se va a detallar un poco más el poblamiento en la región de los Llanos Orientales, dado el impulso que experimentó la economía, sin que eso signifique que en las otras regiones llaneras no hubo importantes procesos similares. 

Dos áreas bien delimitadas son reconocidas: los Llanos de Barcelona y los Llanos de Maturín, subdividiéndose ambos en altos y bajos, con una unidad básica de poblamiento igual para toda la región llanera nacional: el hato ganadero, de carácter latifundista y manejo extensivo y sumamente extenso, debiéndose medir en leguas cuadradas, ya que para el caso oriental, se extendían entre los Llanos Altos y las márgenes del Orinoco. 

Barcelona es la ciudad más importante, ya que para 1796 estaba definida toda su fachada marítima y se insinuaba su penetración hacia el sur. Con su desarrollo posterior, la población allí asentada tuvo su principal medio de subsistencia en la ganadería de todo tipo, con un área de implantación desde las tierras inmediatas al sur de la ciudad hasta el mismo Orinoco. Pero ya en 1801 las acciones del bandidaje (cuatreros) se hacían sentir con fuerza, lo que hace disminuir la Explotación.

A comienzos del siglo esa región se percibía dividida en tres sectores distintos: los Llanos de Aragua, de Pariaguán y del Pao, siendo este último el más importante por su ubicación, que permitía el acceso al río Orinoco, y por sus diversas plantaciones de frutales. En la parte occidental se destacó San Diego de Cabrutica, que permitió el avance del poblamiento hacia Zuata.

Al sur y este de los Llanos de Barcelona, se presentan las Mesas, con alturas de hasta 450 m y fuertes disecciones del relieve por los ríos, que causan obstáculos en las comunicaciones, además de su clima árido y suelos pobres. 

Para los inicios del siglo son regiones muy poco pobladas, excepto San Mateo, más hacia el norte y la Mesa de Guanipa cuyo pueblo más meridional fue Nuestra Señora de Chamariapa (Cantaura), encrucijada de vías hacia todas las direcciones. Otros pequeños pueblos desaparecieron durante la guerra de independencia en el año de 1814. El caserío de El Tigre se formó por influencia barcelonesa también. 

Con relación a los Llanos de Maturín, sus ventajas geográficas vienen dadas por ser zona de contacto entre las tierras altas del macizo de Caripe y los llanos próximos hacia el Orinoco, acceso al golfo de Paria y por consiguiente a Trinidad, Guayana y Barcelona, así como tierras fértiles. En la parte alta el poblamiento fue muy escaso a comienzos del siglo ya que la influencia de Maturín hizo que sólo se formaran cuatro pueblos misionales, entre los cuales se hallan San Félix, Caicara y Aragua de Maturín y numerosos hatos, entre ellos, Areo, Tapirín, Santa Bárbara y Aguasay. Para esa época se identificaban dichos llanos con los de Cumaná e incluían los de Maturín, Teresén, Amana, Guanipa, Tonoro y Caris, debiendo transcurrir treinta años para que adquiriesen la actual denominación. 

El escaso poblamiento se encuentra heterogéneamente distribuido: en la parte alta en haciendas, hatos y numerosos pueblos, mientras que en los llanos bajos, más deshabitados, sólo hatos dispersos y caseríos muy poco estructurados, salvo Uracoa, Tabasca y Barranquilla. 

En cuanto a los Llanos Centrales y Occidentales, las comarcas muy aisladas entre sí, los difíciles caminos que se interrumpían en la época de lluvias, las inclemencias del tiempo, sobre todo las altas temperaturas, plagas de todo tipo y fauna peligrosa hacían poco propicio y atractivo un poblamiento masivo, prefiriendo las gentes llegar hasta las puertas de entrada, representadas en esa época por las poblaciones de Tinaquillo, El Pao, San Juan de los Morros y San Sebastián. 

LA SOCIEDAD LLANERA 

Para finalizar, unas últimas líneas sobre el poblador llanero, su personalidad y de cómo ésta estuvo determinada por el medio natural que son los Llanos. 

El movimiento independentista de 1810 evidenció la existencia de dos tipos de sociedades en la colonia venezolana: la europea o española, regida por leyes escritas, con un estilo jurídico y una forma de organización política definida y características sociales muy particulares (castas o estamentos) Los pobladores españoles del llano procedían, principalmente, de las provincias de Andalucía: Almería, Córdoba, Granada, Cádiz, Sevilla y Jaén. 

La otra sociedad era la rural, de cuya existencia da fe Humboldt, con realidades sociales, jurídicas y económicas completamente distintas, cuyos inicios se remontan al siglo XVI con la introducción de ganado vacuno en los Llanos, siendo Cristóbal Guerra el introductor de ese ganado y fundador del primer hato en un lugar cercano a Calabozo, La Unión, en 1530. 

Sin embargo, no es la sangre mestiza lo que va a definir al llanero sino su psicología, su manera de ser y actuar, que van a ser influidas por el medio, así como en su carácter, usos, vestidos, viviendas, etc. Para ellos no existían las leyes sino la autoridad del más fuerte, teniendo además una noción distinta de la propiedad, ya que el sentido nómada era el prevaleciente, acorde con la incipiente economía pastoril. Esto facilitó que los Llanos se convirtieran en refugios de malhechores. 

Esa escala de valores, diferentes a la urbana, le dará a la guerra de independencia un carácter de guerra social y civil y de acuerdo a Vallenilla Lanz (Siso Martínez, 1957) en esos grupos aparecerán los gérmenes del carácter nacional venezolano. 


Fuente:

TIERRAS LLANERAS DE VENEZUELA, CENTRO INTERAMERICANO DE DESARROLLO E INVESTIGACIÓN AMBIENTAL Y TERRITORIAL CIDIAT/ Compiladores Jean Marie Hétier y Roberto López F. Mérida, Venezuela 2003.


lunes, 15 de enero de 2024

TRES PUERTOS DE ESCALINATAS Y UNA HISTORIA DE AMOR


 
San Fernando era un pueblo que vivía al ritmo de los designios de su rio y por tanto su infraestructura portuaria se adaptaba a las diferentes necesidades y requerimientos de los navegantes y comerciantes.

Había tres tipos de puertos, cada uno con su propia especialización, historia y magia.

El primer tipo de puerto eran de los ricos y poderosos, llevaban y traían mercadería para y desde Europa en barcos de vapor y diésel que surcaban los ríos tributarios del Orinoco hasta Ciudad Bolívar y Trinidad.

Estos eran los puertos de Los Barbarito, Casa Ligeron y El Tamarindo, que se extendían por la calle del Río y la calle 19 de abril, con sus malecones y muelles de hormigón. Allí se movían las grandes fortunas y también los grandes negocios, y también las más oscuras conspiraciones e intrigas políticas.

En el extremo opuesto estaban los puertos de los humildes y sencillos, los que solo tenían canoas y curiaras que navegaban por el río. Eran los puertos menores o atracaderos, que se multiplicaban por todas las calles que daban al Cañito, siguiendo la dirección norte-sur. Allí se respiraba la vida cotidiana, el trabajo duro y la alegría popular.

Pero también, estaban los puertos de los medianos negociantes, navegantes, soñadores y aventureros, los que surcaban en grandes bongos los ríos: Orinoco, Apure, Meta, Arauca, Masparro, Santo Domingo, Portuguesa, Guárico, Cojedes, Cunaviche, Capanaparo, Cinaruco y Matiyure, eran los que domaban los grandes ríos a punta de palanca y espadilla. Estos puertos sobre El Cañito fueron tres:

1. EL PUERTO DE ESCALINATA DE LOS BARBARITO, al inicio de la antigua calle Peñaloza (hoy canal Izquierda del Bulevar), adyacente, justo donde hoy es la Redoma de los Caimanes o de la Abundancia y el monumento a la Bandera

2. PUERTO ESCALINATA CORONEL MORA, ubicado en donde hoy está el Palacio Legislativo del Estado Apure, al inicio de la calle Queseras del Medio cruce con la calle 19 de abril, frente donde se ubicaba el antiguo negocio de Ángel Mora.

3. EL PUERTO ESCALINATA EL GUASIMITO. Al inicio de la calle Urdaneta cruce con la calle Comercio, detrás del Vicerrectorado de la UNELLEZ, al lado de las antiguas, fábrica de pasta y fábrica de hielo Herson.

Estos puertos se caracterizaban por sus largas y profundas escaleras que bajaban desde la calzada de la calle hasta el fondo del cauce de El Cañito.

Los puertos de escalinatas respondían a la necesidad de atender a las embarcaciones de tamaño mediano, principalmente los bongos, que transportaban cantidades significativas de carga y pasajeros.

Los bongos podían transportar pesos desde 3.500 kg hasta 7.500 kg, dependiendo del tamaño del bongo y del número de bogas o marineros que lo operaban.

Las escalinatas resolvían el problema del acceso entre la calzada del puerto y la embarcación, ya que los bongos eran inestables y de baja altura y no era posible usar rampas para hacer sus operaciones de carga y descarga, como si lo podían hacer los barcos.

Además, las escaleras se adaptaban al nivel del agua de El Cañito que variaba según las temporadas de invierno y verano, facilitando así las actividades portuarias de los bongos. Esta innovación aumentaba el rendimiento de los caleteros o trabajadores portuarios y les reducía los costos de carga y descarga a los negocios de la ciudad.

Eran los puertos de las historias de amor que se han contado en San Fernando de generación en generación. Y he aquí una de esas historias.

Era una tarde de verano en San Fernando, cuando el sol se ponía sobre el rio Apure y teñía el cielo de naranja y rosa. En el puerto de Escalinatas de Los Barbarito, el más antiguo y elegante de los puertos de escalinatas, se encontraban dos jóvenes que se miraban con pasión. Ella era Rosalía, la hija de uno de los dueños del palacio de los Barbarito, una belleza de piel blanca de ojos claros y cabellos castaños. Él era Manuel, el hijo de un navegante o patrón de bongos, un muchacho moreno de ojos negros y cuerpo atlético.

Se habían conocido hacía un año, cuando él la salvó de ahogarse en el río Apure, después de que ella se cayera accidentalmente de un barco de vapor que estaba atracado frente al muelle del palacio. Desde entonces, se habían enamorado perdidamente, pero su amor era imposible, pues sus familias eran económica y socialmente distintas.

El padre de Rosalía, era un Barbarito, un hombre rico y ambicioso, que quería un futuro económico de riquezas para su hija. El padre de Manuel, don José Mora, era un hombre honrado, valiente y trabajador que se oponía a los monopolios y a las desigualdades.

Los jóvenes se veían a escondidas, aprovechando las horas en que las escalinatas del puerto estaban vacías. Se juraban amor eterno y besaban con ternura, se contaban sus sueños. Rosalía quería ser dibujante y pintora, Manuel quería ser capitán de barco.

Pero una tarde, su destino cambiaría para siempre. El padre de Rosalía había descubierto su romance y había mandado a los guardias de sus garceros a apresar a Manuel.

Rosalía lo vio todo desde la ventana de su habitación en el palacio y corrió a avisarle. Llegó al puerto justo cuando los guardias lo rodeaban. Manuel la vio y le hizo una señal para que se retirara, pero ella no quiso dejarlo solo.

Se abrazaron, pero los hombres los separaron a la fuerza y se llevaron a Manuel. Rosalía se quedó llorando en las escalinatas del puerto, mientras veía cómo se alejaba lentamente el bongo que se llevaba a su amor.

Ella sabía que nunca más lo volvería a ver. Mientras pasaban los años, se consolaba con su recuerdo y con un dibujo que ella misma le había hecho y no tuvo la oportunidad de entregarle. Era un dibujo a carboncillo, de ellos dos en primer plano y teniendo como fondo los tres puertos de escalinatas sobre El Cañito.

Cuando los negocios de los Barbarito se vinieron abajo y los viejos fundadores murieron una de las hijas Barbarito quedo viviendo sola en la parte superior del palacio, hasta que un día, sin avisar cerró las puertas de la edificación y se marchó a Italia. Nunca más la volvieron a ver o se supo algo de ella.

(Los nombres de los personajes son ficticios, con el propósito de resguardar sus identidades)  

Euler Narváez dice lo siguiente: Allí falta mencionar, Puerto Arturo, al final de la calle Santa Ana, con Bolivar, cerca de Elecentro, en la siguiente cuadra, final de la calle Ayacucho, estaba el resguardo de aduana con un puesto de la Guardia nacional, dónde se chequeaba la mercancía tanto nacional como internacional y después el famoso Puerto Mi cabaña, por todos conocidos.
Tuve la oportunidad de conocer, subir y bajar las escalinatas de la fotografía así como nadar en ese brazo del río Apure.

    
Tomado de la Página San Fernando tiene historia

Créditos: Edición y composición fotográfica: Vinos Des Fruit.
Un micro relato de Vinos Des Fruit.

Euler Narváez 

martes, 9 de enero de 2024

ADOLFO RODRIGUEZ

 


ADOLFO RODRIGUEZ


Visto por Julio C. Sánchez Olivo


No recuerdo exactamente cuando conoci a Adolfo Rodriguez Creo que fue cuando yo vivía en San Juan de Los Morros y nos puso en contacto su cuñado el entonces Alberto Turupial-ilustre guariqueño, hombre de gran temple, aunque noble y bondadoso amigo, desgraciadamente desaparecido hace unos cinco o seis años.

Después vino a visitarme a mi casa aqui en San Fernando Se encontraba al frente de la Dirección del Liceo "Humbolt" de Calabozo. Posteriormente se vino con un grupo considerable de estudiantes del referido Liceo calaboceño, para seguir el camino y visitar los sitios en Apure por donde anduvo y pasó temporadas en nuestra tierra el gran poeta guariqueño Francisco Lazo Marti. Estaba indagando la vida del insigne calaboceño y el (Rodriguez), joven y gran maestro de juventudes queria que sus alumnos, calaboceños como Marti se empaparan de la existencia y la obra de este ilustre hijo del llano, autor de cantos impregnados de cariño a la tierra nuestra. Yo le informé lo que sabia sobre algunas de las temporadas que pasó en Apure Lazo Marti, gran amigo de nuestro padre, con quien se iba y se pasaba varios dias en el Hato de los Sánchez Osto, en el Cajón de Arauca. De ahí en adelante menudearon los contactos entre Adolfo y yo: él se dio cuenta de mi empeño en dar a conoce por medio de mis programas radiales el pasado de nuestra tierra y me suministró mucha información, que yo ignoraba, sobre ese pasado apureño, comprendiendo yo entonces que este joven, nativo del Guárico, era, aparte de profesional de la docencia, un intelectual de gran valia, repleto de conocimientos de nuestra historia, investigador de brillante talento y quien, además, no obstante su suave y pausada voz, era elemento de gran firmeza de carácter, decidido, con coraje; poseía algo que es dificil encontrar en mucho varón: saber ser hombre, según lo ha expresado el venezolanísimo Rómulo Betancourt.

Julio César Sánchez Olivo

Adolfo Rodriguez, hasta hace poco Vice-Rector Académico de la Universidad Rómulo Gallegos, cargo al cual renunció por espontánea voluntad, autor de varios libros que han sido muy bien acogidos, Individuo Correspondiente de la Academia de la Historia, aunque de origen guariqueño, de lo cual se siente orgulloso, es Apureño de corazón porque ama a Apure y lo admira. Su pequeño libro "Historia del Periodismo en Apure", la cual escribió atropelladamente por atropellos mios, como el mismo lo dice en la nota de presentación de dicho libro "La presente historia del periodismo en Apure es una empresa a la que me vi obligado por encargo de Don Julio César Sánchez Olivo", pues bien ese libro, no obstante las fallas que pueda tener y que el mismo Rodriguez le reconoce, es la única obra que hasta hoy tenemos con la información más completa con relación a nuestra trayectoria periodistica, trayectoria en la cual se dibuja el rostro de nuestro pasado. 

Con respecto a nuestra prensa local es lo único que tenemos hasta hoy. En este campo falta mucho por investigar y asi lo confiesa Adolfo en el párrafo final de la citada nota. "Estimo que la Historia del Periodismo en Apure amerita un mejor estudio, enjundioso y agostante, que permita una completa visión de la obra que en esta área de la cultura desplegó  la tierra Apureña"


Este hombre nos ha dado mucho ya, y nos seguirá dando, porque esta jove todavia y repleto de buena voluntad.

Adolfo de Jesús Rodríguez Rodríguez. Venezolano nacido en Santa María de Ipire, Guárico, el 3 de marzo de 1938. Hijo de Clara Rodríguez, vallepascuense y Francisco Javier Rodríguez, zaraceño, hermano del también prolífico escritor y amigo Argenis Rodríguez (1935-2000). Docente, historiador, ensayista, poeta y dramaturgo. Realizó estudios de secundaria en el Liceo Juan Germán Roscio de San Juan de los Morros. Licenciado en Letras de la UCV. Doctor en Ciencias Sociales de la UCV. Profesor titular jubilado de la Universidad Nacional Experimental de los llanos centrales Rómulo Gallegos (Unerg) de San Juan de los Morros (Guárico). Fue vicerrector académico de la Unerg. Fundador de las revistas educativas: Trazos (1961), Cajigal (1966), Humboldtiano (1971), CULT (1974-1975), Sigma (1977). Ocupó la presidencia de la Fundación Guariqueña para la Cultura (1987-1993).


Es conocido en su tierra como "El Cronista mayor del Guárico". Ha dedicado buena parte de sus investigaciones etnográficas e inquietudes culturales a la región de la Orinoquia colombo-venezolana. Su tesis doctoral versa sobre la imagen que los llaneros y otros les sugieren un territorio determinante en los procesos formativos de ambos países.

Fuente: 

✓Edgar de Jesús Decanio/Fundación histórica cultural Dr  Italo Francisco Decanio D'amico

✓Argenis Díaz/Blog Letras y Artes de Aragua y Zamora 

 
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