AVENIDA EL MARQUÈS DEL PUMAR
Importante arteria vial con su historia amena, con sus fundadores, con tantos
recuerdos, una de nuestras principales vìas urbanas. Su inicio se remonta al
año 1964, cuando en conclave ordinario don Isaac Ontiveros, concejal en ese
tiempo, propone en honra a nuestro fundador José Ignacio del Pumar y Traspuesto
(Marqués de La Rivera de Boconò y Masparro) hijo de don Placido del Pumar y de
la noble doña María Ascensión Traspuesto, que se habilitara una nueva calle
lateral al Caño Corocito. De la presentación de la propuesta pasaron cuatro
años, y es en enero de 1966 cuando se comienza abrir la calle, y a derribar los
plantíos de maporas, el relleno se efectua con un patrol Cartepillar operado
por don Leonardo Márquez, perteneciente a la constructora SC.10. Como
antecedente histórico señala Exer Fulco (+) en su texto Cuartel Viejo de
Guasdualito, pàg43: “El señor Eloy Filardo construyó un curtidero de cuero,
pero fue el catire Escobar quien fabricó la primera casa, luego Rogelio
Maiorana, Rosa Medina, María Ereù, Uban Jiménez, Arquímedes Peña…”
posteriormente se asentarían otras familias dignas que llegarían con el correr
de los años.
Como anécdotas generacionales se recuerdan los famosos clásicos ciclísticos
con la participación de los mejores clubes locales, por mencionar algunos:
Revista Travesía, La Cabaña, Barrio Táchira, el circuito comprendía: Avenida El
Márquez del Pumar-Calle Cedeño, con meta de llegada frente al paraninfo Santa
Rosa de Lima; testigos presenciales fueron nuestros fanales de la llegada de
una guerreada etapa de la connotada y llamativa Vuelta al Táchira, en la que el
ruso Viacheslav Equimov se adjudicaría un holgado triunfo; un año más tarde el
recordado pedalista Emir Echenique estremecería a la afición local al medirse
en un tú a tú con el multicampeòn Elio Villamizar, miembro principal del Club
Lotería del Táchira, Echenique terminaría segundo luego de la ardua y dura
faena sobre el caballito de dos ruedas- acá un interciso- pendiente para quien
escribe el ensamblaje y publicación sobre la Historia del Ciclismo en
Guasdualito, ojalá La Providencia lo permita.
En el orden anterior, recordados con beneplácito los carnavales de esos
años organizados por la catira Elubia Escobar, luego de las mojadas y el saleo,
el punto de confluencia era frente a la casa amarilla de Heriberto Méndez,
mejor conocido como Pichincha, allí en medio de una muchedumbre alborozada, el
mencionado, disfrazado en cabalgata sobre una burra artesanal, danzaba al son
de: “Préstame tu burra, para ir pa Choronì, si tu burra es buena no me voy de
aquí, burra…”
Grandes eventos artísticos se realizaron por esta avenida entre los años 80
y 90 del siglo pasado, agrupaciones de renombre como Rincón Morales, El Grupo
B, Swing Melody, y amplificaciones como la Silver Discotek, Infierno, y otras,
marcaron pauta en las noches decembrinas, rememorados los famosos templetes,
como los festivales del ejército, la Cervecería de Pola, la Tasca El Marqués,
elementos y factores que configuraron a nuestra avenida como distintivo social
y humano del Guasdualito contemporáneo. Pasarían los años, y se nos marchó
aquel pueblo con esos abriles, quedaron los recuerdos,y recordar es vivir, la
evocación nos llegó una mañana de este diciembre, con una moción: “Sucedìò que,
me sugestionaron los manes en las calles viejas y olvidadas, en una alborada
sin el asomo del astro, suspendiéndose mi noción de tiempo y espacio; y fue así,
que mis pasos, mis ojos y yo fuimos arrebatados espigando el día como el Carp
Diem de Horacio. Luego, cobraron forma figuras humanas y la fonología del
pretérito quiso ser escuchada, eran voces confusas en calles largas,
articulando verbos marchitos con filólogas nostalgias, voces en calles
cautelosas como la de Octavio, voces de calles desganadas y tristes, como la
entrañable de Borges, ¿quizás, una transportación al pasado? aún no lo sé, la
respuesta se forja en el crisol de mi clarividencia, por ahora: impronunciable
a mis labios…”
Dios bendiga a nuestro pueblo.
ALJER.-.
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