JOSE LUIS TORRES “EL CONEJO” UN EMPRENDEDOR EXITOSO
Por Aljer Ereú
Si usted viene a Guasdualito
y quiere probar un manjar
visite un buen restaurant
donde se come exquisito.
El ambiente es fresquecito
con atención esmerada,
la carta allì es muy variada,
visítelo es mi consejo
en El Refugio del Conejo,
su presencia es esperada.
El desarrollo de los pueblos es un asunto de
visionarios y emprendedores que con deseo, decisión, determinación y
disciplina, tangibilizan sus aspiraciones y metas, venciendo obstáculos para
alcanzar el éxito anhelado. En este orden, el sector gastronómico en Periquera
también tiene sus menudas historias y protagonistas, y uno de ellos: José Luis
Torres, es un ejemplo de exitoso empresario culinario.
Mejor conocido como “El Conejo”, José Luis Torres nace
en la capital del municipio Páez (Guasdualito) el 23/10/1957, hijo de don
Ulises Galvis y la señora Inés Torres. Esta laboriosa y honrada familia se
residenciaría por largo tiempo en el céntrico y bien conocido barrio La Cabaña.
Sus estudios iniciales los efectúa en el paraninfo Julio de Armas, siendo su
primera preceptora la digna y siempre recordada Isolina Infante. Sus estudios
de bachillerato los comienza en el antiguo Liceo Libertador, ubicado donde hoy
día funciona la alcaldía municipal, para luego culminarlos en el nuevo centro
educativo Liceo Fernando Calzadillas Valdez, ubicado en el sector de Las
Carpas, construido este importante instituto bajo la regencia municipal del
prof. Emilio Abunassar, quién para ese momento se desempeñaba como presidente
del Concejo Municipal. De esa época el biografiado recuerda con agradecimiento
a los profesores: Adrián Tesch, Carlos Salguera Castellano, César Porras, Oscar
Franco, Emilio Abunasar, Tocotoco Padilla y al bachiller Rafael Hurtado.
En 1977 culmina sus estudios secundarios, no pudiendo
continuar con la formación universitaria por carecer de los recursos económicos
necesarios para costear los gastos, para el tiempo en Guasdualito no funcionaba
alguna universidad que atendiera la demanda de egresados, por lo que muchos de
ellos optaban por la ocupación inmediata en labores prácticas y productivas.
Durante cinco años se desempeña como mensajero del correo y paralelamente como
ayudante ad honorem en el taller metalúrgico de Manuel Rojas, el mismo señala:
para mí lo importante no era cobrar sino aprender.
Iniciando la década del 80 empieza a trabajar en el
Ministerio de Relaciones Interiores (Migración) allí se mantendría en cargo de
confianza durante 20 años, siendo destituido por retaliaciones políticas. Sin
recursos y con familia formada con Doris Ruiz, y a sus espaldas los vástagos
José Luis, Eleines, Mileidys y Miletza, empieza a laborar como taxista en la
única empresa para la época: Autos Libres el Rubí. En esta actividad le
sobreviene un accidente ocasionándole la pérdida de su automóvil.
Dicen que la dificultad es la puerta de la oportunidad
para los emprendedores y con mucha razón; sin fuentes de ingreso y desempleado
El Conejo toma la iniciativa de aventurarse en el negocio de la venta de
comida, empresa bien vista y compartida con su compañera de vida y experta
cocinera Doris. Rememora José Luis que un día sábado surtiría su anaquel con 10
plátanos, 1k. de arroz, 4k. de costilla tapada, 1ltro de aceite, 2 limones, 2
panelas, un termito de café, aliños, y papas para un gasto total de 500 Bs. Con
muchas ganas de trabajar, el día domingo la familia inicia actividad en el
lugar que hoy día es conocido como el restaurante El Refugio del Conejo, centro
gastronómico consolidado con los años y de referencia para propios y foráneos,
el cual el pasado 17 de enero cumplió 25 años en funcionamiento. Como concejo a
las nuevas generaciones de guasdualiteños Conejo señala: tienen que crecerse
ante la adversidad, sin perder los valores y principios que es lo realmente
importante, arriesgarse para ganar
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