REDES SOCIALES

jueves, 9 de junio de 2022

JUAN PEÑA

 


JUAN PEÑA GARCÍA

En “La Casona”, casa centenaria de principios de siglo, ubicada en la calle comercio, cruce con queseras del medio, diagonal al vicerrectorado de la UNELLEZ, tenía su taller de pintura un hombre delgado, alto, indiado y de pausado hablar, que ha dedicado toda su vida a cultivar distintas facetas culturales, su nombre Juan Bautista Peña García.

Hijo de Doña Petra Simona García y Don Pablo Ramón Peña, nace en el hospital Pablo Acosta Ortiz, el 29 de Agosto de 1953, rodeado de hermanos, 20 aproximadamente. Su niñez transcurre en la calle Plaza, Barrio “Las Delicias”, y un fundo que su viejo tenía en Puerto Miranda. La primaria la realiza en el grupo escolar “Vuelvan Caras” e inmediatamente ingresa al Liceo “Francisco Lazo Martí”, donde despierta en el la pasión por las artes. Comienza hacer teatro y se inscribe en la Escuela de Artes Plásticas, dando sus primeros pasos en la pintura. En 1969 funda el grupo teatral “Humo y Tabaco” junto a sus amigos Omar Torres, Víctor Loreto, Wilfredo Rivero “Yaro”, y Humberto Rondón “Catan”. En el la dirección era colectiva, dedicándose además a efectuar publicaciones, literatura, poesía, concursos de pintura, infantil, entre muchas actividades. Las obras las presentaban en el Auditórium del “centro de Profesionales” única sala para la época, en 1970 participaron en un festival de Teatro Nacional en Cabimas, con la puesta en escena de “La Inercia”. “En ella actuábamos 23 personas y con iluminadores, técnicos y decoradores llegábamos a 40. Fuimos por nuestros propios medios, pues la Asamblea Legislativa colaboró con 100 bolívares. Eran Actores además “Canchito” Cerpa, Ernesto Bravo “ratón” de iglesia y Zoraida Correa. Era muy difícil conseguir muchachas para el teatro, ya que esta actividad era muy criticada por aquellos años”. La sede del grupo era frente al Banco de Venezuela y tenía escenario para obras y conferencias, salas de lectura y música. “Poco tiempo más tarde en esta casa fundamos el MAS. El programa socialista la adaptábamos al ámbito social y cultural y lo llevábamos a los barrios. Era una cuestión más espiritual que material”.

Desaparecido “Humo y Tabaco” forma filas en 1971 del grupo de Omar Torres y comienza un curso de dirección de teatro en la Universidad de Carabobo, todo ello paralelo a sus estudios de bachillerato, que culminan en 1972. Con Torres montaron muchas obras “Los Fusiles de la Madre Carrar”, “recitativos épicos sobre el 26 de Julio”, “A mí me lo contaron”, “El Voto es un derecho y un Deber”, “La Muerte del Pícher de New York”, entre otras. Asistieron a muchos festivales nacionales y fueron invitados a Colombia, Francia y Alemania, pero la falta de presupuesto siempre les impidió salir de Venezuela. Hizo radio en “La voz de Apure”, en el programa “Buscamos Estrellas”, de Freddy Ibáñez donde hacía una parodia junto a Humberto Rondón llamada “Catan y Catin”, una especie de “Julián Chuchin”.

En busca de nuevos horizontes se va a Valencia a hacer teatro pasando luego a San Juan de los Morros donde trabaja con el grupo de la Universidad Rómulo Gallegos, participando en la función del teatro universitario de la ciudad en 1979. Todo esto muere por carencia de recursos económicos y Peña recoge sus maletas asilándose en Aragua de Barcelona. Labora en la Casa de la Cultura, montando obras por su cuenta con estudiantes, además de hacer títeres. En 1981 llega a Valle de la Pascua, pero la escasez cultural de la zona lo regresa a Apure en 1984 donde toma la desición drástica de dejar las tablas y dirigir. “El Teatro es un trabajo colectivo, donde todos deben colaborar. Me canse de la irresponsabilidad de la gente con los ensayos y las obras. Pero todos los días leo teatro”.

Llega a vivir en casa de su amigo Ramón Ignacio Rodríguez y se dedica por completo a la pintura y otras artes manuales. Como la Casa de la Cultura de San Fernando estaba en pésimo estado, su inquietud cultural lo lleva a iniciar actividades en la Sociedad Bolivariana de Apure, junto a Argenis Mendez Echenique, Gregorio Gonzalez, “El Chino” Camejo, Soledad Moreno y Pepina Alvarado, quienes inician en 1985 un movimiento pro rescate del recinto cultural del Estado. A los pocos meses de estar en San Fernando le alquila a Rodriguez “La Casona”, por 500 Bolivares mensuales. “Esta casa era mi coco, me enamore de ella pensando que podría servir para reunir personas que hacían vida cultural en el Estado”. “La Casona” es una galería permanente donde el publico puede ir a cualquier hora y admirar el trabajo de Juan Peña. Se dictan talleres de pinturas y manualidades a niños y jóvenes. Ha trabajado por muchos años en la confección de carrozas, por lo espacioso del lugar. Además funcionaba una escuela de música para quienes deseaban ingresar a la Banda musical del Estado y la Orquesta Juvenil.

Peña pinta por inspiración y encargo, llegando a vender su cuadro más caro en 500.000 bolivares. Dicta talleres de pintura en Universidades, Liceos y Escuelas. Colecciona objetos antiguos, los cuales restaura. Además colabora con todo artista que requiera su ayuda. “Cuando el político LUZ fue contratado por el gobierno para pintar murales por todo el territorio apureño, “La Casona” le abrió las puertas y lo ayude en la tarea. Esta casa nunca ha cerrado y la idea es que cuando yo no pueda atenderla alguien se ocupe de mantenerla como taller o centro de divulgación cultural. “He participado en pocas exposiciones colectivas porque me gusta mostrar mi arte aquí, que la actividad se desarrolle en la casa de mis sueños, ya que es un disfrute lo que hago”.

Restaurando el busto de
 Juan Vicente Torres del Valle


Tiene un hijo llamado Juan Pablo, inspiración de su vida y mantiene excelente relación con sus vecinos, los estudiantes y profesores de la UNELLEZ, participando activamente con esa comunidad. “No soy un hombre solitario. Me encantan mis momentos de soleda, pero disfruto compartir con los demás: Soy muy sociable. En una oportunidad abrí una cuevita en la misma casa, donde vendía cerveza. Venían personas por cantidades, más a hablar conmigo que por tomarse las frías. A veces me molestaba porque no me dejaban pintar y cuando les reclamaba me decían que ellos estaban allí para cotorrear conmigo. Incluso mi amigo Ramón Mota llego a comentarme que yo era la fichera del negocio, en pocas palabras el iman. Como este cotorreo me quitaba mucho tiempo elimine ese centro de tertulia”.

En la actualidad Juan sigue apoyando el trabajo cultural, atiende un pequeño negocio en el mercado municipal vendiendo leña.

 FUENTE: Edgar Decanio. Fundación Cultural Dr. Italo Decanio

Fotos: Juan Peña

 


0 comentarios:

Publicar un comentario

 
Design by Free WordPress Themes | Bloggerized by Lasantha - Premium Blogger Themes | Blogger Templates