REDES SOCIALES

jueves, 3 de diciembre de 2020

PADILLA HURTADO 100 AÑOS DE MATRIMONIO 13-12-2020






CONMEMORACIÒN DEL CENTENARIO (13-12-2020)

DEL MATRIMONIO PADILLA-HURTADO

BREVE EXORDIO.-

Nos fueron pasando los años

y no los contamos, y cuando empezamos

a contarlos ya estábamos viejos, y

cuando estábamos viejos nacimos de nuevo,

nacimos de un vientre de recuerdos

tomados de las manos,

tomados del corazón para

siempre amarnos. Ahora nuestros años

son eternos.

Muchas son las prosapias fundadoras que han aportado con su empeño, trabajo y constancia al avance de nuestro pueblo, dejando para la posteridad un meritorio e impoluto ejemplo que permanecerá en el tiempo como dechado simbólico de Aegis para las nuevas y próximas fecundaciones de guasdualiteños, por lo que también resulta importante hacer recuerdo de sus transitos terrenales como forma de ensalzar sus memorias, y a la vez a nuestra identidad y gentilicio, entendiendo que la médula familiar es la asienta y columna que sostiene la ontología e integridad de un pueblo. Siendo así, se presenta en los párrafos ulteriores un ajustado epítome referente a la conmemoración, este 13 de Diciembre, del centenario (1920-2020) del matrimonio de Francisco Miguel Padilla y Carmen Cecilia Hurtado, dualidad que conformaría con ímpetu, amor y esmero un hogar ejemplar, estando impresas sus honorables calcas en el buen recuerdo del Guasdualito contemporáneo.

FRANCISCO MIGUEL PADILLA ZAPATA.-

Francisco Miguel Padilla

hombre digno y laborioso

un almácigo frondoso

que esparció buena semilla.

Vestigios indelebles los dejado por este hijo adoptivo y afectivo de Guasdualito, nacido en la tierra apureña del soldado sin miedo: Bruzual, un veinte (20) de noviembre de 1896, en el seno familiar de Pedro Padilla Moreno (nacido en Guanare, de familia portugueseña, con diferentes ascendientes que irrumpieron en la carrera de las armas, por lo cual eran dueños de tierras tanto en Barinas como en Apure, recibidas como asignaciones militares) y de Josefa Zapata, natural de Guasdualito, condueña junto a sus hermanos Álvaro y María de un extenso lote de tierra en sabanas llamadas Chaparral y Valentín, del casamiento también nacerían Josefa, Pedro, Manuel y Amelia. Muere la madre prematuramente, quedando a cargo de los renuevos el padre, ante circunstancias adversas su hermana Josefa asume siendo muy joven el rol de madre y jefa de hogar, a la manumisión llegaría su tío Álvaro Zapata como benefactor y mentor de los hermanos Padilla Zapata, el protector familiar se encargaría del retorno de la familia a Guasdualito, y de la formación primigenia de aquellos infantes, ya en Periquera Francisco Miguel recibe sus primeras nociones a cargo de la preceptora Clementina Pérez, facultada y acreedora institutriz colombiana, que con esmero, dedicación y mística impartía enseñanza en su escuela particular. Gracias a la excelente calidad de la maestra y a su excepcional inteligencia, adquiere una preparación de primera en lo fundamental, aprende a leer y escribir correctamente con depurada ortografía e impecable caligrafía y redacción. Pedro Padilla Hurtado en la recopilación familiar con motivo del centenario del nacimiento de su padre, estampó lo siguiente:



“El tío Álvaro Zapata acude en rescate y retornan a Guasdualito ocupando una residencia ubicada en la llamada Costa Del Caño. Se suceden años de estrechez, sufrimientos y angustias, que la abuela soporta con amor, abnegada y fiel, con verdadero estoicismo y tolerancia, sin protesta ni amargura, inculcándole a sus hijos el respeto, la obediencia y el amor hacia su padre. Pero esta dura vida, de sufrimiento y angustia afecta su salud y de grave enfermedad fallece a temprana edad. Rindamos un tributo de amoroso recuerdo a la noble y sufrida abuela, que no tuvimos la suerte de conocer” (p.16, 1996).

Para ayudar al sostén del hogar el joven Francisco Miguel se emplea concertado, con residencia y alimentación en casa de Silverio Aguero. Este hombre era un personaje de verdadero mérito y de gran ayuda para toda la región. Se trataba de un próspero comerciante medio alquimista y filántropo pero de carácter estricto y formal. Además de poseer un gran negocio de mercancía y víveres, estableció quizás la primera farmacia de la región. No hay duda alguna sobre la benéfica influencia que en la formación del mozo Francisco ejerció el boticario Agüero, le proporcionó cariño y se esmeró en enseñarle todas las artes que dominaba, moldeando en el joven su futura y recia personalidad. Con este apoyo adquiere conocimientos de farmacia y de comercio en general, aprende a elaborar jabón a base de cebo de ganado, soda cáustica y pez rubia, a fabricar velas de esperma y muchos oficios más.

La formación adquirida por Francisco Miguel Padilla en su pubescencia le sería de gran ayuda en la constitución y consolidación del usufructo familiar; su responsabilidad, capacidad y honorabilidad, sumados a los dotes de su esposa como mujer, esposa y madre ejemplar, los haría conformar una pareja exitosa tanto en lo familiar como en otras actividades incluyendo la ganadera, separados únicamente por el designio divino luego de toda una vida de acompañamiento. Mucho puede escribirse sobre este digno ser humano, siendo su vida el más fiel testimonio de una existencia integra y responsable. Pionero adelantado a su tiempo, siempre motivado a mejorar la explotación bovina, sería el primer ganadero en la región local en introducir la técnica de mejoramiento de pastizales, así como la medra genética del ganado a través de la importación de especies brahmán desde los Estados Unidos, fundador de la Guardia Nacional en Guasdualito, al igual que de la Asociación de Criadores del Distrito Páez, merecedor en vida de la condecoración “Francisco de Miranda” por su defensa y respaldo al sector. Su ascendencia moral, integridad, honradez, hombría, seriedad, responsabilidad y muchas virtudes más adornaban su figura, acrecentaban su estatura personal y le imprimían un magnetismo particular.

CARMEN CECILIA HURTADO.-

Nace esta digna y admirable mujer el 16-06-1900, hija de don Enrique Hurtado (nacido en Guardatinajas estado Guárico el 15 de Junio de 1.863, y fallecido en Guasdualito el 11 de Agosto de 1.945, nieto del coronel independista José Francisco Hurtado, el llamado por el general Páez: Lambe Lanza) y doña Mercedes de Hurtado, propietarios del hato San Pedro, ubicada la extensión entre Guasdualito y La Trinidad de Orichuna. Percibe una educación hogareña muy destacada, pues junto a sus hermanas es enviada por sus padres a Pamplona (Colombia) recibiendo una educación católica e impecable en el Colegio de las Bethlemitas, donde más tarde estudiarían sus hijas Chepita y Griselda.

Doña Carmen fue toda una matrona y abnegada ama de casa que dominó todos los quehaceres del hogar y criò a sus hijos bajo una férrea disciplina y valores ejemplarizados por su esposo, donde destacaban: la honestidad, responsabilidad, dedicación al trabajo, honorabilidad y otras muchas destacadas cualidades, que la definían como una buena mujer en el amplio sentido de la disquisición, lo que le permitió junto a su esposo superar dificultades de todo tipo para lograr felicidad y estabilidad conyugal, resultando la compañera ideal, la amiga y el apoyo necesario para formar y levantar un hogar honorable, un prodigio de mujer que toda su vida se dedicó al trabajo desde el clarear del día hasta las horas nocturnas, empezando por preparar el café así hubiera servicio doméstico, ordeñar sus vacas y preparar los envases para la leche, ocupándose luego en lo concerniente en apoyar a don Francisco en la fábrica de jabones de potasa y el empacamiento de panelas de caña de azúcar molidas por yuntas de bueyes, caballos y mulas; igualmente mucho tiene que escribirse sobre las virtudes y anécdotas de Carmen Cecilia Hurtado, un ejemplo de mujer abnegada y laboriosa.

NOVIAZGO Y MATRIMONIO.-

Llegaría el año 1920. Unos abriles antes oriundo del estado Bolívar había arribado al Guasdualito provinciano el estimable Juan Trejo, hombre visionario que observaría en el enclave la oportunidad de emprender con éxito la actividad comercial, lo que logra al poco tiempo, convirtiéndose en el comerciante más próspero de la comarca. Su casa de habitación la construye frente a la iglesia, como residencia familiar y con varios locales comerciales, destacándose el de la esquina donde funcionaba su gran almacén con mercancías y víveres muy variados, la mayoría importados directamente de Europa, y llegados al pueblo en los vapores de CAVN. El acaudalado Trejo enamora a la primaveral Josefa Padilla y, contraen nupcias cuando apenas ésta había cumplido quince años. La nobel desposada se lleva a sus tres hermanos pequeños y a una sobrina de nombre Alida, para su nuevo hogar. Al poco tiempo Trejo en conversaciones motivadoras convence a su cuñado Francisco Miguel para que sea su empleado y lo ayude en el negocio. Esta sería una decisión muy favorable para ambas partes. El comerciante se hace de un empleado capaz, eficiente, responsable y de su absoluta confianza y el lozano Francisco tiene la oportunidad de capacitarse en buenos oficios, mejorando y ampliando sus conocimientos en la actividad comercial por la cual sentía auténtica vocación, va adquirir entonces una valiosa y tajante experiencia que le sirvió de gran ayuda y provecho en el devenir de su existencia, convirtiéndola en su hábito existencial.

Por el otro lado, al caer la dictadura del general Juan Vicente Gómez, don Enrique Hurtado, quien para el momento se hallaba en Colombia junto con su familia, toma la decisión de regresar a su patria y, liquida en venta su feudo casanareño, retornando definitivamente. Llega al hato San Pedro con su esposa y sus cuatro hijos: Mary, Carmen Cecilia, Emperatriz y Sandalio, luego nacerían Elías y Mercedes, todos de tierna edad. Al poco tiempo erige una vivienda bautizada como Las Mercedes, en homenaje a su esposa, exclusiva para la familia, separada de la casa de los obreros y corrales de faena por la mencionada cañada. Hombre de temple vigoroso, recia fortaleza y férrea voluntad, que nunca conoció ni le dio tregua al cansancio, trabajando con empeño y con ahínco todos los días de Sol a Sol, con el dominio que ejercía sobre la actividad pecuaria en poco tiempo desarrolló su propiedad hasta convertirla en uno de los hatos más ricos de la región, viéndose obligado a adquirir otros lotes de tierra para disponer el ganado que ya no le cabía en San Pedro. No obstante, ser un hombre criado y formado en un medio, si se quiere salvaje y vivir en remotos parajes, tenía el merecido aprecio por la familia, por su formación y su educación. El matrimonio no cesó en procrear hijos hasta llegar a dieciséis, de los cuales apenas sobrevivieron seis. Esta alta mortalidad, sobretodo infantil, era la regla en aquella época en aquellas regiones y similares de otras latitudes debido a la ausencia de una oportuna atención médica. A los dos varones sobrevivientes Sandalio y Elías, don Enrique los envia a Trinidad para ser internados en un colegio. Y a las cuatro hembras Mary, Carmen, Emperatriz y Mercedes, a lomo de mula en viaje de más de quince días de duración las llevó a Pamplona (Colombia) y allí las dejó internas en un colegio de religiosas, recibiendo instrucción, educación y formación general. Ya de regreso las señoritas, adquiere una amplia casona en la población para residencia de la familia, le asigna el nombre “La Guariqueña” ubicada en la llamada Calle Real, en la esquina que hoy ocupa la Farmacia Apure, justo frente a la casa de Juan Trejo en donde Francisco Miguel Padilla era su principal empleado. Enrique Hurtado luego de enviudar en 1.923 se une a Victoria Hernández y procrea José Enrique, Lázaro Ezequiel, Inés, Víctor Hugo y Victoria Hernández.

Ya en Guasdualito, Francisco Miguel y Carmen Cecilia estarían en residencias muy próximas, frente a frente, apenas calle por medio. Así resultó en sobremanera fácil a Cupido hijo de Venus, flechar con su dardo a los jóvenes, se iniciaría el romance entre el educado joven y la agraciada y gentil damisela. Ceñidos estrictamente a los preceptos sociales de la época, transcurren los amores de esta pareja hasta convenir formalmente su matrimonio. Fue un noviazgo lleno de romanticismo, sortilegio y formal señorío. Los bailes ajustados a los preceptos y formalidad de moda, eran oportunidad especial para los novios de compartir y estrechar el vínculo afectivo. La novia portaba su tarjeta para anotar y comprometer las piezas musicales. En la de Carmen Cecilia, Francisco Miguel, con su nombre llenaba toda la página. El matrimonio se realiza el 13 de Diciembre de 1920, por lo civil en Guasdualito, pero por no haber sacerdote en esta población, tienen que trasladarse hasta la vecina población de Arauca (Col) en donde reciben la bendición marital del clérigo Francisco Villanea, religioso llegado de su natal Puerto Rico, asentándose y cumpliendo laudable gestión evangelizadora en aquella inhóspita provincia.

Juan Trejo no queriendo por ningún respecto perder un empleado tan valioso, consigue para residencia de la joven pareja una casa vecina a la suya, justo al frente de la iglesia. Allí inician su vida matrimonial y ahí, en esa vivienda, engendran y nace su primer hijo cristianado como Pedro, el 13 de Septiembre de 1921, justo a los nueve meses de haberse consumado la unión. Pero para la joven pareja resultaría incómoda la dependencia se había establecido con el padrinazgo del comerciante. Analizaron y razonaron sobre su porvenir hasta deducir que les era indispensable adquirir una total independencia, decidiendo en mutuo acuerdo emprender la lucha en pareja por un horizonte de vida de mejores perspectivas. Tomada en firme esta decisión, don Enrique Hurtado en un gesto de solidaridad adquiere para ellos una propiedad en el barrio Los Corrales, la que designan con el nombre: La Estación, donde se establecen en el año de 1922, allí va a transcurrir el resto de sus vidas, trabajando los dos con ahínco, sin tregua ni descanso, procreando hijos hasta llegar a dieciséis, formándolos con amor y ternura pero con disciplina y rigor estrictos, perdiendo a cuatro de ellos, fallecidos muy niños, ante el terrible dolor de verlos morir indefensos sin poder hacer nada para salvarlos víctimas de enfermedades para entonces mortales y que hoy, con el avance de la ciencia prácticamente han desaparecido.

LA ESTACIÒN.-

Inicialmente la morada familiar era una vivienda en cierta forma cómoda, con la casa principal con techo de tejas, quizás la única en todo el poblado en donde prevalecían los techos de palma y zinc, poseía varios potreros que se fueron cubriendo de pasto artificial (pará y guinea). En La Estación se veía llegar casi amaneciendo personas allegadas al matrimonio, a quienes se les apartaba de antemano el producto lácteo, luego de inmediato dos o tres muchachos, de los mayores o allegados a la familia, salían a vender el producto de unas treinta o cuarenta vacas que pastaban en los potreros contiguos. De allí Pedro Enrique, luego de asistir a la escuela, iba al potrero a buscar al burro Mano Mío, para ir al Tambo por la producción lechera, este asno en extremo manso y baquiano, fue bautizado así por el mismo Pedro, por haber llegado a la vida el mismo año que él, y a quien consideraba su hermano contemporáneo. También en La Estación llego a funcionar una fábrica de jabones de potasa, algo muy novedoso para la época, además de la siembra de tablones de caña de azúcar, para el empaquetamiento de panelas, que luego eran vendidas a las principales casas comerciales del poblado, e igualmente funciono un próspero negocio de mercancía seca para surtir en lo necesario a los dueños de hatos y fundos. Con los ingresos de este trabajo don Francisco y doña Carmen mantenían a su prole y familiares cercanos que se levantarían dentro de sus tutelas.

LOS HIJOS.-

A los nueve meses de realizado el matrimonio llega al seno del hogar: Pedro Enrique Padilla Hurtado, el primogénito, futuro médico y constituyentista a los 23 años, seguiría Francisco Elías, fallecido al cumplir el primer año de edad, y en orden sucesivo: Francisco Antonio (Toco toco) en 1924, farmaceuta de profesión y generoso de corazón; Miguel Elías, fallecido al año de su nacimiento; Manuel Gerónimo, graduado como ingeniero; Josefa Mercedes, desempeñaría como secretaria; Carlos Eduardo (perito agropecuario), Griselda, (docente) vendrían Álvaro, Carmen Amelia (farmaceuta), Virginia (bionanalista), Miguel, (almirante) Cecilia (docente), José (ingeniero) Delfina (arquitecta) y Alberto, todos ellos dignos y fructíferos, formados con valores y ejemplo de trabajo.

SUS DESPEDIDAS.-

En el año 1970 al cumplirse Las Bodas de Oro de los Padilla Hurtado, el poeta Héctor Avilio Torres trazaría un sentido poema, del cual se extraen unas líneas:

Dios bendiga vuestros lazos con cariño y armonía

Dios bendiga vuestro amor por siempre desde el altar

Dios bendiga siempre el pan que les depara cada día

Dios bendiga vuestros hijos, Dios bendiga vuestro hogar.

Para esa celebración diversas actividades y acciones benéficas se llevarían a cabo, entre ellas: apoyar en su totalidad la construcción de la iglesia Nuestra Señora del Pilar, situada en el añejo barrio Los Corrales, así como la donación de espacios contiguos para la construcción de nuevas vías y viviendas en la confluencia urbana. Parte este digno guasdualiteño a las moradas celestiales el 28 de abril de 1974, dejando para la posteridad el recuerdo de una vida de muchas huellas, sus restos reposan en el camposanto municipal. Doña Carmen muere el 10 de Septiembre de 1.991, sus restos reposan junto a los de su esposo en el panteón familiar del sacramental principal de Guasdualito, como legado dejó su luctuosa que solicita “Me ponen la dormilona, me envuelven con las sábanas, me ponen el Cristo y un rosario, la almohadita para la cabecera. La urna que sea sencilla, como ha sido mi vida. Me muero satisfecha y feliz. Dios el tributo después de mi muerte”.

Una de sus nietas, María Claudia Padilla la rememora de esta forma: “Muchas son las memorias de una madre de dieciséis hijos y abuela de cuantos más, silenciosa en sus oficios, observadora y sencilla, de sonrisa dulce, así nos recibía, en sus días sola se valió a pesar de su caminar, no paro ni dudo para entrar en la pajarera. Le quedaba tiempo para cuando caía la tarde, darse un baño y con aroma a Jean Nate, se dedicaba a tejer sin interrumpir, solo de pie se iba cuando a las cartas dedicaba otras tardes. Sus ricas hallacas eran de verdad, muy esperadas y que decir de verla hacer el queso de mano, delicia y receta que no pude escribir”.

En sus recuerdos el poeta José Juan Grieco Laporta expresaría lo siguiente: La “verdad es tan verdadera”, que por lo menos en el caso mío, yo consideré a las viejitas Hurtado y por extensión a la familia Padilla Hurtado como que si fueran parte de mi propia familia. Los recuerdos vividos en mi infancia, juventud y adultez en mi Guasdualito de entonces, así como en “La Estación Padillera” son recuerdos imborrables que me acompañarán hasta el día de mi muerte. Me recuerdo las “mañaneadas” a La Estación “dizque a ayudar” en el ordeño, luego las tareas de mano hechas luego del estrujo, tales como limpiar el corral, llevar las vacas y los becerros a sus respectivos potreros, luego barrer el patio, “guindarse” del “rabo de la bomba” para llenar los tanques elevados del agua de la casa y claro una vez concluidos los oficios venían aquellos opíparos desayunos llaneros, con su hermosa bandeja de arepas, suero, queso, carne frita, etc, con toda esa muchachada alrededor de la gran mesa presidida por don Francisco (qepd). Por supuesto que uno se paraba no porque se acababa la comida sino porque ya no nos cabía más nada en la tripa. Me recuerdo cuando mi “hermano mayor” Pedro Enrique agarraba un par de hachas y me decía Bose, vamos a tumbar un par de árboles secos al potrero porque falta leña, y después de terminada la faena le mostraba yo con orgullo las ampollas de las manos, y el muérgano me decía: “eso es lo que hace a los hombres, musiú”. Cuando había algún animal extraviado, me decía Pedro Enrique, “Bose te mandé a ensillar un mocho para que me acompañes al “Urero” pues allá apareció la vaca perdida y ahí salíamos los dos, pasábamos por el potrero de Sandalio Hurtado, por el estero y palante hasta llegar al sitio. (Dixit).

Para finalizar la publicación, ha sido para mí de mucho beneplácito, el haber resumido en parte, la trayectoria de este digno matrimonio cuyo aporte a la guasdualiteñidad es perceptible e imperecedero en el tiempo, honra a sus memorias.

ALJER.-.

miércoles, 25 de noviembre de 2020

FRANKLIN LOPEZ

 




FRANKLIN ALEXIS LÓPEZ LUQUE

(EL COPLERITO)

 

    Nace un 07 de Octubre del año 1999 en el Hospital “Pablo Acosta Ortiz” de San Fernando de Apure. Hijo del abogado Franklin López, oriundo de San Cristóbal Estado Táchira y de la Msc. Lidia Luque oriunda de la Unión Estado Barinas.

     Desde muy temprana edad se inclino por la música llanera, participando en todos los actos culturales de su colegio. A la edad de 5 años cursando preescolar, se comenzó a presentar en tarimas culturales de la comunidad San Fernandina de la mano del maestro arpista Martin Reyes.

    A los 07 años de edad graba en la emisora Llanera 94.1 su primer CD en vivo que recorrió gran parte de Venezuela.

     En el año 2006, en el polideportivo de San Fernando de apure, sorprende a todos los presentes con su actuación en la explosión llanera, evento organizado por el Mara internacional donde le hacía entrega del premio La estrella de Venezuela a diferentes artistas, figuras de la comunicación social y políticos de la época entregándole en forma simbólica el premio la estrella de Venezuela como figura infantil del año, para posteriormente recibirlo junto a Carlos Guevara en Guasdualito Estado Apure.


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     Se hizo acreedor de diferentes festivales dentro de los que se pueden mencionar:

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1  lugar Voz Recia en el  II Festival de Canto Prof. Enrique Hidalgo en el año 2.006 en San Fernando-Apure.

v  1 lugar Voz Recia en el Festival Infantil Internacional de Música Llanera, “La Palometa de Oro” representando al Estado APURE en Puerto CARREÑO - Vichada-Colombia año 2008.

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1  lugar en el Primer Encuentro Cultural Arnaldo Reina en los saberes de Canto y Joropo - 2010 San Fernando-APURE

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1  lugar en el VII Festival folklórico infantil Apamate de Oro - 2010 Biruaca Apure.

v  1  lugar en el III festival infantil Gerónimo de Oro en la población de Guayabal estado Guárico - 2011.

v  3  lugar en el IV Festival Nacional de Canto y Baile “La Zaranda de Oro” realizado en la ciudad de San Juan de los Morros ESTADO Guárico - 2012, entre otros

De igual manera fue reconocido como colaborador de la secretaria de cultura del Estado Apure y premiado con diferentes reconocimientos Nacionales y estadales otorgados por la casa de la cultura de San Fernando de Apure por la Zona Educativa de Apure, la emisora La voz de Apure y nacionalmente fue declarado como ahijado del Centro Simon Bolívar en el marco de su 62 aniversario - Caracas año 2009

En el año 2015 realiza su primer trabajo discográfico a nivel profesional titulado “el cariño de mi vida”

Siguió con su vida artística y ha tenido diferentes presentaciones a nivel nacional e internacional. Actualmente tiene una producción discográfica donde le hace homenaje a los interpretes Pedro Gamarra y Sexagésimo Barco, el cual ha recorrido gran parte del territorio nacional.

FUENTE DIRECTA: FRANKLIN LOPEZ

 

 


lunes, 16 de noviembre de 2020

JOSE ALI ROJAS

 



José Ali Rojas oriundo de San Fernando de Apure pero criado en la población de San Rafael de Atamaica, nació un 08 de Julio de 1977. Es un apureño que se formó en las sabanas inmensas del bajo apure. Desde muy temprana edad sintió como todo buen llanero, la inquietud hacia el canto llanero, por lo que casi no faltaba en los bailes campesinos viendo cantar a esos grandes cantores de su pueblo y de otros lugares vecinos como San Juan de Payara, Cunaviche, Arichuna, entre otros. Junto a sus padres José Celestino Rojas, Carmen Rodríguez de Rojas y hermanos pasó su infancia entre las labores de ordeño, arreo de ganado, pesca y otras labores cotidianas propias de un ambiente campesino del llano. Como amante de la música llanera siempre siente gran admiración hacia grandes intérpretes del joropo, entre los que se encuentran Francisco Montoya, Jesús Moreno, Eloy Morales, Julio Camacho, Jorge Guerrero, etc. En el 2.012 cumple uno de sus sueños, como lo es grabar un disco y es así como en San Fernando de Apure graba y saca al mercado su primer álbum "La potranca de mis sueños" contentiva de 12 canciones, donde se oyen pasajes y joropos de diferentes poetas. Entre los más sonados están "Luto en el caney" de Juan León, "Mi pueblo me vio llorar" de Hugo Villanueva y "No importa si me olvidaste" de Pedro Luna, siendo éste último el de mayor preferencia por parte del público. En dicho trabajo discográfico lo acompañan musicalmente los maestros Cander Pérez (arpa), José Pérez "Chiguagua" (cuatro), Alexander Núñez (maracas) y Yuber García (bajo).

Con este disco José Ali comienza a darse a conocer dentro y fuera de su estado. Las tierras orientales le abren sus puertas. Anzoategui, Monagas, Bolívar y Nueva Esparta son parte de las regiones donde José Ali ha tenido éxito. Caracas, Aragua, Carabobo y Guarico también han recibido con gran aceptación las canciones de este llanero apureño.  Los departamentos de Casanare y Vichada han oído el canto en vivo de este nuevo cantor del joropo. En el 2.015 Rojas presenta su segunda producción "Llanero de soga en mano" grabada en Maracay estado Aragua. El mismo contiene 19 canciones en el cual sobresalen "Una vez cada cien años" de Blas Ruiz, "Ni que yo fuera de piedra" de Alcides Pérez, "Me tire lo del merca'o" de Yolman Caboruco, entre otros. Musicalmente lo acompañan José Archila, Alexis Ojeda y Oscaroski Lantz en el arpa, Ramón Mota en el cuatro, Manuel Mirabal en las maracas y Milvier Ortiz en el bajo. Actualmente José Alí sigue promocionando su más reciente disco y actuando constantemente en diversas regiones del país.

Publicado por Arauca llano y folclor 

sábado, 14 de noviembre de 2020

CARMELO "EL PELON" FLORES

 


CARMELO "EL PELON" FLORES

Nace en Elorza Municipio Rómulo Gallego un 12 de Diciembre, hijo de doña Daria Flores y el Sr. Antonio Hernández es el 5to de 7 hermanos, a los 15 años se traslada a Guasdualito donde el cantautor Freddy Muñoz y dueño del sello disquero Cantallano quien le abre las puertas para grabar su primera producción discográfica titulada “EL CAIMAN PATRULLERO” con apenas 16 años de edad, donde contó con el apoyo de compositores Elorzanos como: Jairo Lemus, Horacio Jiménez, Norman Guevara entre otros:

El Segundo, tercero y cuarto trabajo musical salen también con el respaldo del sello “Canta llano, en 1996 hace una pausa del canto para ingresar en una empresa petrolera donde laboró por el lapso de seis años pero seguía escribiendo canciones para sus discos venideros.
2003. Reaparece con mucha fuerza y ahínco con un álbum de hermosas canciones titulado “MI RETORNO” donde está incluido el tema “AMANTES DE PENSAMIENTO” y “BURRO AMARRAO”
2004: Realiza la producción titulada “SE SOLTO EL BURRO”
2006: Es seleccionado entre un grupo de folkloristas por la dirección de cultura del municipio Páez para realizar el trabajo discográfico titulado “RESCATE DE LA CULTURA POPULAR” ese mismo año un grupo de amigos lo contratan para hacer unas canciones a Nivel personal que es la producción “AMIGOS DE TODO EL TIEMPO”
2007: Llega a manos del pueblo Colombo venezolano su más reciente trabajo “POR EL RASTRO DEL POETA”

 

 

Carmelo “El Pelón” Flores, ha participado en los festivales más importantes de Venezuela entre ellos: Voz de alma llanera, florentino de oro, cinco Águilas blancas, Festival Internacional del mango, Guasdualiteño de oro, Doña Bárbara de oro entre otros. Quedando entre ellos en los primeros lugares, en los actuales momentos se encuentra ejerciendo su profesión como cantante profesional por los diferentes rincones del país, escalando posiciones en esta dura carrera preparando su más reciente producción.

Carmelo “El Pelón “Flores, Cuenta con  11 trabajos discográficos:
1: El patrullero
2: A que te enamoro voy
3: Un tema para mi Arpa
4: El corazón de la noche
5: Mi retorno
6: Se soltó el burro
7: Rescate de la cultura
8: Amigos de todo el tiempo
9: Por el rastro del poeta

10. la identidad que prefiero

11. para mi gente 

 

Publicado por Arauca llano y folclor

jueves, 12 de noviembre de 2020

EDGAR PIÑERO

 


Autor Carlos San Diego

Edgar Piñero es un cantante y compositor llanero. Joven aún. Nació el 8 de mayo de 1986, en San Rafael de Atamaica, en ese hermoso pueblo del Bajo Apure, que en época de creciente el río corre por sus calles como manantial cristalino. Tierra de Manuel Luna.

Por Cañafístola, La Candelaria, Payara, Paso Arauca, bien a pie, a caballo, en canoa a canalete o con motor fuera de borda,  agarrando brisa en el pecho en las camionetas Toyota con jaula, su infancia la disfrutó a placer. Un pequeño paraíso con olor a mastranto.

Oyendo a los maestros

Edgar Piñero cantaba como suele cantar cualquier carajito que pisa suelo llanero. No tenía miedo escénico. Si alguien en la bodega le ofrecía un refresco con catalina para que le cantara, Edgar Piñero cantaba. Allí se ganó sus primeros aplausos.

A los 15 años, después de modular la voz,  bajo las instrucciones de los maestros arpistas Candelario Pérez, Agapito Linares y Alexis Ojeda, al lado de Vitico Castillo, Fernando Tovar y Alberto Castillo, agarrado del capitel del arpa, se aclaró el pecho y aceptó frente a la vida que había nacido para cantarle al llano. Copla y lo demás es añadidura.

Al comienzo fue seguidor de Jorge Guerrero, uno de los ídolos de todas las generaciones recientes de la música llanera. En ese entonces Guerrero descollaba con éxitos como “Guayabo de mes y pico” y “Remembranzas del Guerrero”, temas que Piñero incluía en su repertorio de novel. Todo artista recibe influencias de otros.

Recibió las manos protectoras de sus tíos Rubén Colina y Huáscar Colina que eran cantantes de verso improvisado. En San Rafael de Atamaica, su mamá Dalila del Rosario y la señora Lila Colina integraron un dúo de la canción llanera, que ayudaron a Edgar en su formación artística. Muchas razones en el patio para hacerse cantante.

Rumbo a oriente

Con José Vicente Escobar, una de las mejores voces del llano, también hijo de San Rafael de Atamaica, el pueblo del recio Nelson Morales, del sentimental Ramón Castillo y del legendario arpista y compositor Manuel Luna y del músico y productor Ramón Gámez Edgar Piñero viajó al oriente del país. Para suerte suya, consiguió mucha gente que a plenitud disfruta del joropo. Lo que precisamente necesitaba.

Con frecuencia visitó La Tribu, la finca de Reynaldo Armas, ubicada entre San Diego de Cabrutica y Zuata,  donde se celebra el cumpleaños del autor de “Laguna vieja”, en lo que es una de las mejores parrandas que hay en el llano, al igual que el velorio de cruz de mayo, que allí se realizaba. Tiempos de buena tradición.

“Ah jodía pa` sé más buena”

Piñero le dio un poco más de cuerda a su oído y le alargó los pantalones de la confianza a su estilo. Cumplidos eso requisitos personales, definió y concretó su primer proyecto discográfico. Para ello se abrió afuera, en el paradero en que pitan los toros y para el nombre seleccionó uno una frase muy común, pero auténtica como picacho de alcornoque en la falda de un cerro: “A jodía pa´ sé más buena”, (la exclamación debió llevar la h después de la a)  es el título del primer disco de Edgar Piñero. Aunque en la selección de canciones se encuentra una tendencia “juvenil citadina”. Diez temas son registro de su firma y sólo uno, “Serpiente” es de José Gregorio Oquendo. Aparecen dos contrapunteos con sus coterráneos Vitico Castillo y José Vicente Escobar. Mientras que la promoción abre la brecha de su identidad en el ámbito nacional con la canción “Las vocales del amor”.

Los instrumentos acompañantes son los del conjunto Soga y Tranquero del maestro Alexis Ojeda, Ramón Mota en el cuatro, Gailabi Jiménez en el bajo y Yorbis Soler en las maracas. La grabación fue hecha en Ritmar Record de Valle de La Pascua, estado Guárico, con la parte técnica a cargo del maestro Rodrigo Riera. Experiencia comprobada.

Con verso de remonta

“Ah jodía pa´ sé más buena” le ha dado oportunidad de cantar en tarimas de gran espacio en diferentes ciudades del país y en agenda, una vez que pase la tempestad del Covid 19, está prevista gira por los llanos de Colombia. Está dedicado por completo al canto y retomó estudios de Ingeniería Mecánica en el Instituto Universitario José Antonio Anzoátegui (Iutjaa) de El Tigre. Formación profesional, por si acaso.

“Logré culminar este trabajo que no es nada fácil, pero que es muy bonito y maravilloso impregnado de muchas cosas que circulan en la vida cotidiana, entre ellas, el enamoramiento, el despecho y emblemáticas dedicatoria a mi llano legendario y misterioso”, escribió Piñero. La imagen del llano visto por los jóvenes.

Nuevos senderos

Piñero opina que la música llanera gana terreno. Recibe difusión por todos los medios. Pero eso no lo es todo. Falta mucho por reconocer. Como por ejemplo, facilitar la grabación de nuevo talentos y fortalecer las escuelas de canto, composición y ejecución de instrumentos en cada comunidad. Sueños que algún día se harán realidad.

Lápiz y cuadernos

En sus cuadernos reposan más de cien canciones escritas por él. Algunos de sus colegas le han solicitado para grabarle, pero aún no ha suscrito el permiso. No duda en definirse como parrandero hasta la cacha. Quien lo dude lo invitamos a que le presto oído a sus canciones como “Pesaroso y zarataco”, “Zumbando pancás de ahogado” “Sin duda alguna”,  “Historia, leyenda y mito”. No se defraudarán de oír a este nuevo intérprete que demuestra el guáramo necesario para convertirse en un nuevo botalón de la copla sabanera. Talento le sobra.

Traición punto cuarenta

El más reciente material en promoción de Edgar Piñero se llama “Traición punto cuarenta”, un pasaje de despecho que se oye con frecuencia en las diferentes emisoras de radio del país. También está en YouTube y en las redes sociales de este cantautor, en tiempos de pandemia no se ha detenido y desde cualquier ventana le tranca una serenata a la tierra más hermosa del planeta: el llano. Por ahí va, ajilaíto, en lo que la fama termine de asomarse detrás de esa punta de mata, le trancara el lazo a media cabeza. Sus canciones siguen el camino de la vida. Suena, suena camoruca.

 


sábado, 7 de noviembre de 2020

ROSA DEL CARMEN SEVILLA VILLANUEVA

 


 


ROSA DEL CARMEN SEVILLA VILLANUEVA

Por: Raed Chukrzanldin Chumary

 

Nació en Bethel el 10-03-1938 Sus padres fueron don Ángel Sevilla y Gregoria Villanueva

En Bethel fue donde transcurrió sus primeros 3 años de vida entre dudas e incertidumbre, el futuro de la familia Sevilla era incierto su historia que además de ser muy dura, fue un gran ejemplo de lucha, trabajo, y constancia para sus hijos, nietos, amigos, y demás familiares que la consideraban una madre más.

Rosa Sevilla creció en una familia de pocos recursos y que todo lo que consiguieron en la vida fue producto del esfuerzo, la dedicación, el trabajo la familia, las ganas de avanzar y seguir luchando contra viento y marea. No fue fácil para ninguno de los integrantes de la familia porque les tocó vivir en varios lugares del Edo Apure y en San Antonio de Barinas, hasta fijar residencia definitiva en Achaguas. Que nada les fue fácil lograr en la vida,

Hizo sus estudios primarios en el grupo escolar “Teresa Hurtado” estudio hasta 4to grado fue alumna del insigne Maestro José Ángel Montenegro, tenía una letra hermosa buena ortografía y dicción, además sacaba cuentas mentalmente aplicaba las operaciones matemáticas suma, resta, multiplicación y división a la perfección

Rosa Sevilla fue una excelente costurera, trabajo con buenos sastres en Achaguas, para luego hacerlo particularmente en ese momento en el que necesitaba tiempo para su hogar y recursos para el sostenimiento de su familia muchas personas vestían pantalones, y liquiliqui elaborados por ella.

También fue una gran aficionada al canto tenía una voz impresionante mientras barría, cocinaba, o lavaba, le gustaba cantar las canciones de Julio Jaramillo, Javier Solís, Pedro Infante, Jorge Negrete, Libertad Lamarque, José Alfredo Jiménez y muchos mas.

Rosa Sevilla tuvo cuatro hijos que para ella fueron su gran motor y motivo de inspiración ellos son Warren, Robert, Marubina, y Rodolfo. Tuvo la dicha de ver a todos sus hijos casados, de poder conocer a todos sus nietos y compartió junto a esa familia que con tanto esfuerzo logró.

Sus hermanos: María, Josefina, Castora, José Ángel, Luis Salvador, Omar, Ana, y Melvin.

Le gustaba compartir con sus amigos, una buena cerveza Polar bien fría, en amena tertulia. También fue una asidua lectora del diario Ultimas Noticias.

A su hogar concurrían una gran cantidad de amigos: Los hermanos Diaz Olave, German González, Fello Castillo, Marcial Hernández, Juan, y Alfredo Pérez Zarate, Reynaldo Magallanes, Abrahán, y Estaban Ojeda, Lilia Padrón, Carmelina de Silva, Isaías, y Julio Cardoza, Ismael, Ponce, Rafaelito Vargas.

Rosa, como vecina fue una mujer pendiente, se le admiro y quiso por su gentileza y entrega hacia los demás. Siempre dispuesta ayudar a todo aquel que la necesitara, sabia inyectar, tomaba la tensión, compraba medicina para donarlas a quien las necesitara. no había nada que Rosa Sevilla no pudiera solucionar, pues si hay algo que la vida le enseñó fue a solucionar problemas y salir adelante. Con la misma entereza de siempre, una pequeña mujer, dulce, sencilla, que se emocionaba con cualquier pequeñez, tenía una fortaleza interna difícil de entender.

Rosa fue una mujer fuerte, era sumamente buena y bondadosa con sus hijos, nietos, familiares y amigos. Acompañada de esa familia que juntos supieron formar, preparaba grandes mesas de comidas para compartir con toda su familia y amigos que se reunían los fines de semana.

Palabras de su hijo Warren

Mi madre ha sido la guía permanente de una familia que supo construir con esfuerzo, pero con mucho amor. No le temblaron las manos a la hora de lavar, cocer o cocinar. Ni tuvo malas caras cuando uno de sus hijos la necesitó. Mi madre ha sido sudor, ha sido lágrimas, ha sido brazo fuerte a la hora del trabajo y de poner el hombro, ha sido guía espiritual en los momentos difíciles que a cada hijo le tocó vivir. Mi madre ha sido coraje y por sobre todas las cosas, gracias a Dios, ha sido mi madre.

Los años no llegaron solos, comenzaron los problemas de salud, comenzaron a debilitarse, sus piernas, pero aun así Rosa Sevilla ofrecía a sus hijos y nietos una sonrisa y un café o cerveza cada vez que recibía visitas en su casa. El tiempo había dejado sus huellas en su cuerpo, pero no en su mente, recordaba todo y con felicidad lo transmitía paso los últimos años de su vida en silla de ruedas producto de una caída que le causo fractura de cadera, El 14 de septiembre del 2016, con 78 años de edad, dejó este mundo físicamente, pues Rosa Sevilla, como fue conocida en Achaguas, jamás podrá dejar de vivir en nuestras mentes, en los recuerdos, y en cada uno de sus descendientes.


Batalla de la Cruz y Batalla Naval de Apurito

 



Batalla de la Cruz y Batalla Naval de Apurito

Batalla de la Cruz en Barinas. Pueblo fundado por el primer gobernador de la provincia, Don Fernando Miyares González, en su primer viaje de reconocimiento del territorio bajo su mando, los primeros días de abril de 1787.

El General José Antonio Páez en su autobiografía dice lo siguiente de este hecho de armas, que fue muy cuestionado ya que las órdenes expresas del Libertador fue que tomara a Cúcuta, para darle seguridad a la campaña de la Nueva granada.

Pero dejemos que sea el Propio general Páez que nos narre los hechos tal cual sucedieron en esta acción de las armas republicanas, cuando dice:

“Estando Ya en marcha para Guadualito, llego el coronel Jacinto Lara, enviado por el general Santander, para que comunicase al Libertador los favorables resultados de sus operaciones en Casanare y la buena disposición de los granadinos en favor de la causa independiente, Convocase entonces una junta presidida por Bolívar, y los vocales de ellas: Anzoátegui, Pedro León Torres, Soublette, Rangel, Iribarren, Pedro Briceño Méndez, Ambrosio Plaza y Marisque aprobaron unánimemente el plan de trasladar la campaña a la Nueva Granada.

El Día siguiente de hallarme yo en Guadualito se me presento Rangel acompañado del entonces teniente Juan José Flores, después general y Presidente del Ecuador, con una esquela de Bolívar, escrita de su puño y letra, en la que me decía que Rangel le había informado de mi opinión sobre las ventajas de ir a la Nueva Granada: que si yo iba él se irá al Oriente para formar un ejército contra Caracas, y si él era el escogido, entonces yo me quedaría en el Apure que era necesario conservar a todas costa, aun cuando se perdiesen todos los demás territorios.

Cuando Bolívar se reunión conmigo en Guadualito, le di las gracias por la deferencia que me había mostrado en su carta y le dije que entonces como siempre estaba pronto a probar y ejecutar lo que el decidiese. Dijome que le parecía mejor que él fuese a la Nueva Granada, porque era allí más conocido y que yo me quedarse en el Apure, territorio que como me había dicho en la carta, era necesario conservar a todas costa.

El 4 de junio estaba Ya Bolívar en el pueblo de Arauca y el 11 del mismo mes se reunió con la división de Santander.

Según los convenidos, yo me quedo conservando el Apure con el encargo de llamar la atención del enemigo por el camino de San Camilo a Cúcuta, e internarme, si me era posible, hasta los valles de este nombre. Para esto era preciso destruir unas fuertes güerillas que al mando del comandante Silva tenían sus guaridas en Guaca, y a este punto dirigí inmediatamente mi atención, porque bien se comprende que era imprudente dejarlas a mi espalda. Logre dispersar dichas guerrillas; pero no pude destruirlas completamente, porque me era imposible perseguirlas en aquellos terrenos cubiertos de bosques que no daban fácil acceso a nuestra caballería.

Estando e Guaca supe que el enemigo tenía un punto fortificado y guarnecido, llamado San Joseito, antes de llegar al pueblo de San Cristóbal, en el tránsito a Cúcuta, punto que era imposible tomar, y mucho menos con caballería. Además, para llegar a él, había que atravesar veinte leguas de monte y barrizales donde no encontraríamos pasto para los caballos: en vista de tan insuperables obstáculos; resolví regresar a Achaguas para organizar una fuerza de infantería y caballería con la que, internándome hasta Guanare, provincia de Barinas, me proponía impedir que el general Latorre pasara a dar auxilio a los realista de la Nueva Granada.

Después de organizar mis fuerzas me puse en marcha, pero en el paso del Frio viendo los obstáculos que nos oponía la inundación de las sabanas por las crecientes de los ríos, mande que la infantería compuesta de criollos e ingleses, regresase a Achaguas y con solo la caballería me dirigí a Guanare, dejando a un lado la Ciudad de Nutrias, cuya plaza no podía atacar sin fuerzas suficientes de infantería.

Antes de moverme di ordenes al coronel Aramendi para hacer un ataque sobre la capital de Barinas con el regimiento de “ La Muerte”, para dispersar o distraer las fuerzas que había batido pocos días antes y que después se reuniese conmigo en Guanare.

El 17 continúe mi marcha por el camino que conduce al pueblo de la Cruz, que según mis guías era el mejor, para reunir las guerrillas días consecutivos, sin hallar en ningún paraje provisiones para nuestras tropas y ni aun sitio seco donde descansar, acampamos el 19 por la noche a una legua de dicho lugar, y allí me informaron mis espías de que una columna de trescientos cincuentas infantes y algunos carabineros, al mando del teniente coronel Duran, acababa de tomar posesión del pueblo con el doble objeto de batir las guerrillas, continuar operando en aquellos cortornos quemar el pueblo, destruir las plantaciones, y llevar prisioneros a los habitantes a Nutrias.

Me Prepare inmediatamente para atacar dicha columna, y al amanecer del día 22 ya nos hallábamos a la orilla del pueblo sin que el enemigo hubiera tenido noticias de nuestros movimientos. Mientras tomaba disposiciones para organizar el ataque, se escapó un tiro a uno de mis carabineros, y con objetos de quitar a los realistas tiempo para apercibirse a la defensa, di orden a la Guardia que avanzara al trote sobre la plaza. El movimiento no pudo hacerse sin alarmar al enemigo, que ya se había hecho fuerte en la iglesia cuando llego la Guardia, y pudo fácilmente rechazar los ataques de esta. Entonces yo con el resto de las fuerzas avance hasta las esquinas de la plaza, mande a la Guardia que entrara de nuevo al ataque. Cien cazadores realistas, del regimiento Barinas, cargaban a la bayoneta a mis húsares, y los habían obligado a replegarse a una esquina de la plaza cuando la Guardia penetro en ella para atacar a los realistas por la espalda; pero por malhadada coincidencia, los cazadores de Barinas vestían un uniforme igual al de mis húsares, con lo que engañada la Guardia, tanto más que el denso humo de la pólvora no permitía distinguir claramente los objetos, suspendido inmediatamente el ataque. Rompieron los realista un fuego horroroso, y la Guardia se vio obligada a retirarse. En la carga habían sido muertos entre otros el coronel Urquiola y el capitán Prado, y heridos también varios oficiales y soldados.

Viendo el enemigo que la iglesia no les ofrecía lugar muy ventajoso de defensa, la abandonaron y fueron a parapetarse en una casa de tejas, cercada de tapias, que estaba como a una cuadra de distancia de la iglesia. Allí rechazaron nuestros repetidos ataques, pues nosotros volvíamos con tal coraje a la carga que los oficiales cortaban con sus sables los balaustres de las ventanas, y los soldados a trancazos se esforzaban.

En derribar el portón de la casa; mas, viéndonos expuestos al mortífero fuego que hacían los realistas desde su ventajosa posición, tuvimos en más de una ocasión que suspender el ataque. En uno de estos fue muerto el capitán Pedro Juan Gamarra al penetrar por un portillo formado entre la cerca y las paredes de la casa. Muertos o heridos la mayor parte de los oficiales, mandaba aquellos valientes un cabo, venezolano, quien exhortaba a sus compañeros a dejarse matar antes que rendirse a los enemigos del rey. Viendo yo que era imposible penetrar allí sin las herramientas necesarias para abrir brecha, di orden de suspender el ataque, asegurando a los míos que aquella misma noche seriamos dueños de la casa. Puse cuatro guerrillas de húsares desmontados en las más inmediatas, con orden de hacer fuego a las ventanas de la que ocupaban los realistas. Gran destrozo hicieron los míos en los defensores apiñados en aquel estrecho recintos, obstruido por una multitud de cadáveres.

Al caer la noche forme mis fuerzas para el ataque, pues yo había descubierto, ya tarde, un sendero que había escapado a mi observación durante los ataques de la mañana. Atacamos, pues, la casa por dicho puntos y la ocupamos con poca resistencia. El comandante, treinta soldados y el heroico cabo se escaparon en el momento de la entrada de los nuestros guiados por el ingrato capitán americano Yarza, de modo que solo hallamos dentro de la casa una multitud de cadáveres y heridos. Con razón decían los españoles, en el parte que dieron de este encuentro, que “aquella casa no estaba defendida por tropas del rey, sino por un triste Hospital anegado en sangre.

El resultado de este suceso nos fue muy favorable, pues nos hicimos de muchas municiones y de doscientos fusiles almacenados.

Nuestras pérdida consistió el cinco oficiales, cuatro sargentos y veinte soldados muertos; y heridos once oficiales y ochenta y cinco soldados entre los primeros, el ya citado coronel Urquiola, el teniente coronel Navarro, el capitán Pedro Juan Gamarra y el teniente Pedro Gómez. Entre los heridos, el coronel Juan Gómez, el teniente coronel Manuel Arraiz, el capitán Ramón Esteves, el teniente Fructuoso Esteves y los subteniente Romualdo Salas, Encarnación Castillo, Eusebio Ledesma, Julián Peña, León Esteves, Pedro Oliva y Juan Aspre.

Distinguieronse por su bizarra y valor, el general Torres, el coronel Rangel, el coronel Muñoz y el teniente coronel Laurencio Silva que fueron los primeros que asaltaron las ventanas con sus sables; el coronel Carmona el teniente coronel José María Angulo, el teniente coronel Jacinto Mirabal y el teniente Tomas Castejón.

El hecho que acabamos de referir, prueba que el soldado realista no cejaba ante el peligro cuando tenía a su frente jefes como el que no resistió a nosotros en el pueblo de la Cruz.

Debilitadas las fuerzas de mi mando después de esta reñida contienda no me era posible seguir marcha a Guanare, y determino entonces retirarme hacia Achaguas, escoltando mis heridos para impedir que al pasar cerca de Nutrias fuesen hechos prisioneros por las tropas que guarnecían la Plaza.

Grandes penalidades tuvimos que sufrir en esta marcha, pues íbamos alimentándonos solamente con frutas Silvestre, cruzando siempre esteros anegados de agua y atravesando a nado algunos caños hondos, hasta que llegamos al pueblo de Santa Catalina, donde embarque los heridos para Achaguas, y atravesando el rio Apure por el paso del Frio, volví a establecer mi cuartel general en aquella ciudad. El 3 de Septiembre se me incorporo en este punto el comandante Antonio Díaz con una escuadrilla de lanchas cañoneros, y sabiendo yo que el enemigo. Tenía en el puerto de Nutrias otra de once lanchas armadas y aparejadas para bajar a reunirse con las que estaban en San Fernando, dispuse que Díaz se situara con sus embarcaciones en la boca del Apure Seco, y que allí permaneciese oculto para atacar de improviso la escuadrilla enemiga cuando viniera bajando el rio. Ejecútalo así Díaz el día 30 de septiembre frente al pueblo del Apurito, habiendo alcanzado un completo triunfo, pues se apodero de todas las onces embarcaciones enemigas. Por orden mía Díaz bajo con su escuadrilla a situarse en la boca del rio de la Portuguesa, para impedir que por sus aguas y las del Apure recibiera socorros la plaza de San Fernando. Estando allí, fue atacado por la escuadrilla enemiga que salió con tal objeto de este último punto; pero Díaz logro arrollarla hasta el extremo de tener el enemigo que echar sus lanchas sobre la ribera izquierda de la Portuguesa, y defender desde tierra las embarcaciones con la infantería que llevaba a bordo.

Díaz regreso a Achaguas con sus heridos, habiendo perdido en este combate a su segundo el comandante M. Muñoz.”

La batalla de la Cruz fue la última en importancia para el ejército de los llanos, en el territorio Barines.

Omar Viana Cronista del Municipio Muñoz del Estado Apure.


 


 
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