REDES SOCIALES

viernes, 10 de noviembre de 2023

REZOS Y REZANDEROS

 


La curación de las enfermedades mediante rezos y conjuros es una práctica universal y mucho se ha escrito de esas personas a las que se atribuye el don de la curación por medio del rezo.  

En la medicina natural se manejan saberes ancestrales que, se quiera o no, en ocasiones ofrecen resultados donde la medicina de la ciencia no llega. No son milagros, es un misterio que se llama “rezo”.

Las oraciones podemos definirlas como un rito indirecto, ya que se trata de un impulso inicial que pone en movimiento un poder autónomo o personificado o también una cantidad de estos poderes que intervienen a favor de aquel que ha realizado el rito. (Van Gennep, 1986, p. 18, citado en Koechert, 2007, p. 39) 

Curar va más o menos enlazado en tratar una enfermedad pero que quede algún residuo, sanar es desaparecer definitivamente, curar puede relacionarse con calmar por un tiempo, pero puede más adelante la persona llegar a tener el mismo problema de acuerdo a la dieta que tenga la persona, luego ya sanar sería como cerrar definitivamente y que ya no volviese a tener esta enfermedad. La sanación se utiliza mucho dentro de la parte espiritual, con la incorporación de espíritus. Sanar a una persona es hacerle una limpieza, montarle su protección para que así ella no vuelva a ser atacado.

La oración constituye un factor importante en el tratamiento de las enfermedades dentro de los distintos pueblos, particularmente indígenas, que se consideran sujetos al capricho de sus dioses, a quienes hay que implorar por el bienestar de todos.

Rezandero o rezador es la designación que reciben algunos curanderos, en razón de utilizar oraciones, rezos o plegarias, como parte de sus tratamientos y en las ceremonias dedicadas a la tierra, en los funerales, bendiciones y demás actos simbólicos.

Resulta innegable que el recurso del poder de la palabra mediante rezos, ensalmos, oraciones, plegarias, cantos e invocaciones, es común a la gran mayoría de los terapeutas tradicionales, aun careciendo del nombramiento literal de rezandero o rezador y para nadie es un secreto que los curanderos o rezanderos, siempre han estado presentes en la vida social de pueblos, haciendo la labor de los antiguos chamanes indígenas; la de ser médicos del cuerpo y del alma. 

El “Rezo” se sigue usando, pero no se le reconoce de manera oficial, y cuando un médico no da con una enfermedad, en el mayor de los casos el paciente termina donde un rezandero.

El “Rezo” entra dentro del marco de la magia conocida como “bertolería”, que es practicada por los “curiosos” y “curanderos” que trabajan en forma espiritual, con ayuda de los espíritus buenos y que está basada en la solución pragmática de problemas. Lo cierto del caso, es que muchos profesionales de la medicina no creen en este tipo de curaciones y sanaciones a través del rezo, sin embargo, es común acudir al rezanderos para curar el “mal de ojo”. Según Wikipedia El mal de ojo es una creencia popular supersticiosa que está extendida en muchas civilizaciones, según la cual, una persona tiene la capacidad de producir daño, desgracias, enfermedades e incluso llegar a provocar la muerte a otra sólo con mirarla. 

Desde tiempos remotos se ha sabido del poder maléfico que transmiten algunas miradas. Esa cuestión ya es mencionada en ciertas tablillas asirias y babilónicas, así como en ciertos jeroglíficos del antiguo Egipto. Asimismo, los escritores de la antigua Roma aseguraban que los ojos dotados de este poder maligno eran estrambóticos. Ovidio, por ejemplo, atribuyó una doble pupila a la hechicera Dipea. Así, el historiador Plutarco (48-120) estudió la cuestión de la fascinación, llegando a deducir que la mayor parte de la población de su época creía en “el mal de ojo”. (Más información del mal de ojo en https://apureespurollano.blogspot.com/2020/08/el-mal-de-ojo.html)

También hay rezo para la culebrilla, que es una erupción o sarpullido en la piel, que afecta alguna parte del cuerpo, sea un brazo, la cintura e incluso el cuello, y en el llano se cree que llegándose a juntar la cabeza de esta culebrilla con la cola o sitio de donde salió, muere la persona. (Más información sobre la culebrilla en https://apureespurollano.blogspot.com/2020/06/culebrilla.html)

Y es que hay rezos y oraciones para todos los gustos, para las lombrices, las llagas, los gusanos y pare usted de contar. En la actualidad esta "profesión" se viene perdiendo debido a que son pocas personas quienes la practican y sus descendientes no les interesa aprender este oficio. 

Lo que si es cierto, es que las oraciones son elementos imprescindibles del mundo de las creencias y sirven para un sinfín de cosas, inclusive en casos de enfermedades sin posible explicación.

Y usted que oración conoces para curar una enfermedad?


Recopilación de Orlando Nieves

Fuentes:

✓www.cervantesvirtual.com

✓http://www.scielo.org.co

✓http://riobobenseelcarpinterodelamontanaazul.blogspot.com

domingo, 5 de noviembre de 2023

ALIRIO LAYA


 

Hijo ilustre del Estado Apure, quien con su voz, gracia y talento nos deleitó durante todo este tiempo, haciendo sentir a la nación la mas bonita esencia cargada de humanidad y profesionalismo.


El muchacho alegre, el coplero jocoso, el imbatible contrapunteador, el buen amigo y gran artista nos dejó para siempre. Alirio Laya, “El Carismático”, vencedor de contrapunteadores en la escena, no pudo derrotar al mal que lo aquejaba y una afección renal acabó con su vida a temprana edad, cuando apenas comenzaba a saborear las mieles del éxito artístico, cuando la vida le sonreía y a esa vida él le cantaba.


Alirio Laya nació el 16 de agosto de 1974, en Achaguas, estado Apure, y desde allí le venía la vena artística, al crecer rodeado de llano, costumbres y tradiciones. Inició su carrera artística en 1992, en su tierra natal, y un año después se residenció en Maracay. Después de foguearse en varios festivales, logró grabar su primer CD, que fue titulado “Mi mujer es una Cuaima”, una letra de Blas Ruiz y luego en el año 2005 grabó su segunda producción, denominada “Maté el guayabo comiendo”, una letra de Fernando Hernández y música de Juan Farfán. Otros temas interpretados por este cantante fueron: Literatura y Folklore (junto a Francisco Montoya), El asilo del gabán, La propuesta (junto a Teo Galindez) y Pa' porfia no sirvo (junto a Rogelio Infante).

El 6 de enero de 2008 dejó de existir, El carismático Alirio Laya, victima de una infección renal.

Fuente: 

llaneromonaguense.blogspot.com

viernes, 27 de octubre de 2023

LOS LLANEROS VENEZOLANOS


 

POR RICHARD VOWELL 

En la revista Memorias de Venezuela (junio 2009)

Los Llaneros, --hombres de las sabanas-- raza sencilla y pacífica, vivían en familias separadas, cada una bajo un jefe común, a usanza de los antiguos patriarcas. Habitaban hatos remotos, o granjas, de ordinario situados a muchas leguas unos de otros con el objeto de que sus respectivos rebaños tuviesen mayor extensión de pastos y al propio tiempo para evitar la intromisión dentro de los linderos del vecino, cosa que no podría impedirse de otro modo en un país donde las cercas y aun las marcas de límites son del todo desconocidas. Las ocasiones de choque entre los peones de las diversas familias eran, por consiguiente, raras en extremo, mientras la inagotable abundancia de ganado salvaje y la facilidad con que en todo tiempo podían obtenerse caballos y vacas para el uso y subsistencia de los habitantes, no daban lugar a piques ni móvil para actos de agresión o violencia. Por lo demás resultaba evidente para un observador atento que la templanza de costumbres, características de los llaneros de Barinas, no obedecía a apocamiento de espíritu, sino que era consecuencia natural del constante trato en que los jóvenes vivían con los mayores de su familia, a quienes estaban acostumbrados a rendir obediencia implícita y en cuya presencia adoptaban habitualmente una actitud respetuosa y tranquila.


Aunque usualmente se les llama pastores y se les considera como tales, sus hábitos y sistema de vida eran en realidad los del cazador, porque siendo del todo salvaje el ganado que constituye su única riqueza, el trabajo requerido para recogerlo y arrebañarlo en la vecindad del hato era necesariamente violento e incesante. Constante ejercicio a caballo; noches pasadas en vela para guardar el ganado, proteger los becerros y potros contra los rigores del tiempo, todo ello había contribuido ya a prepararlos para la igualmente ruda profesión de las armas. Por de contado, al interrumpir la guerra la comunicación entre los Llanos y la costa marítima de Caracas, quedando paralizado su tráfico habitual de mulas, cueros y sebo, sintiéronse inquietos e impacientes por su desacostumbrada inactividad. Todos cuantos eran capaces de llevar una lanza acudieron en masa a enrolarse bajo la bandera de su paisano José Antonio Páez, quien ya se había distinguido por su valentía y éxito, como jefe de guerrilla, y quien tuvo poca dificultad en disciplinar tan valiosa recluta y en hacer de ellos buenos soldados en el campo de batalla.


Las familias de los llaneros, que aún permanecían en casa, aunque abandonadas por los más jóvenes, no corrían el peligro de padecer necesidad, porque los viejos y los muchachos, que muy a pesar suyo se quedaban rezagados eran capaces de abastecerlas con largueza escogiendo de vez en cuando alguna ternera cerril en el rebaño próximo, la cual, atada con el lazo certero, traían a la cola de sus caballos como provisión para el hato. Sin embargo, los amigos de aquellos que habían tomado las armas sentían la separación mucho más de los que hubiera ocurrido probablemente si el país que los rodeaba hubiese sido más populoso, porque en su vida de apartamiento la ausencia de un solo individuo dejaba un vacío sensible en el círculo familiar, y a causa de su casi aislada situación era probable que tuviesen poca o ninguna noticia relativa a los sucesos de una guerra en que por vez primera comenzaban a tomarse un profundo y doloroso interés.


La alarmante nueva de la próxima invasión española extendióse con velocidad por las pequeñas aldeas y haciendas de las orillas de los ríos que separan las llanuras de los distritos montañosos. Los habitantes de éstos, muchos de los cuales estaban en algún modo ligados a los patriotas por lo cual tenían buenas razones para temer la llegada de Morillo y de su inmisericorde tropa de invasores, huyeron con precipitación a refugiarse en los hatos, en el fondo de las sabanas; su arribo fue saludado como un evento feliz por los sencillos y hospitalarios llaneros, quienes encantados con tan insólita e inesperadavisita no experimentaron el más leve temor de que ellos también se verían pronto compelidos a huir ante el azote de la guerra.


En la estación lluviosa, cuando los Llanos permanecen por lo regular anegados durante tres meses, todas las casas, construidas sobre pequeñas eminencias, se ven aisladas por completo mientras dura la inundación, aunque el invierno esté lejos de mostrarse en todo su rigor. Entonces, las crecientes expulsan poco a poco de los bajíos los rebaños de reses bravías, los cuales tienen que acogerse a los únicos parajes secos que pueden hallarse, y en consecuencia no nos veíamos en el caso de ir tan lejos a caballo y todos los días para traer un novillo destinado al consumo de la familia. Además nunca nos faltaba que hacer, fabricando o reparando nuestras sillas, tejiendo cabestros de cerda tan solicitadas en las comarcas montañosas. Nuestras noches transcurrían alegremente en la extensa sala del hato con los bailes del jaís, tales como el Bambuci y la Zambullidora, muy superiores a las rígidas contradanzas y afectados boteros de Europa; las llaneras con célebres por su destreza en tocar la guitarra y el arpa y por su canto de los aires nacionales.


Era a mediados de la época de caza entre las selvas que orillan el Orinoco y también la estación en que sazonaban los maíces, de modo que cuando llegó la partida a las inmediaciones del campamento tamanaco, todos los indios guerreros se hallaban ausentes en las selvas, demasiado distantes de sus viviendas para tener noticia del ardid que se tramaba contra la felicidad doméstica de su cacique. Cuanto a las mujeres, hallábanse dispersas entre los pequeños conucos, recogiendo con afán las mazorcas de maíz con el propósito de preparar depósitos de chicha, como de costumbre, para el regreso de sus maridos y hermanos. Las madres únicamente podrían juzgar de la angustia de Ancáfila cuando al volver en busca de otro canasto de maíz, quiso darle una mirada al dormido chiquitín; su pena contenida fue acaso más intensa por no haber estallado, pues aún entre las tribus salvajes, las mujeres olvidan raras veces lo que deben al honor de sus maridos y de su tribu, por lo cual las esposas y madres luchan en silencio contra las calamidades más terríficas, antes que humillarse con lamentos y lágrimas.


Los llaneros, que para aquel temprano período de la guerra no estaban en modo alguno acostumbrados a la artillería, sobresaltáronse y se prepararon a ponerse fuera del alcance de las piezas de campaña; pero antes de que pudiesen montar, otro disparo mató un caballo, casi llevándole el brazo a un lancero, mientras le ponía el freno al animal. Páez cogió rápidamente al herido, a quien colocó en su propia silla, montando luego en las ancas para regir el caballo y sostener al maltrecho camarada. Mientras se alejaban al galope, en su forma usual de retirarse a la desbandada, un tercer proyectil disparado tras ellos por elevación, apenas levantó el polvo entre los pies de los caballos, sin causar daño alguno. Las tropas españolas, que hasta entonces habían guardado profundo silencio, celebraron la precipitada fuga de Páez y su Guardia, con gritos de ¡Mueran los insurgentes! ¡Abajo los chucutos! Suponiendo que habían abandonado el terreno por pánico y que al menos por aquel día no volvieron a molestarlos.


Algunas se ocupaban en ordeñar; mientras otras que tuvieron el cuidado de traer los útiles necesarios, pilaban maíz en grandes morteros de madera y con pesados majaderos; o bien cocían arepas en anchos platos de tierra. Buen número de las muchachas reuníanse a orillas de la laguna, para lavar la ropa de sus respectivas familias, y su incesant vocerío, junto con las risotadas que resonaban en el bosque, hacían ver que la emigración no embargaba sus ánimos tan hondamente como podía esperarse. La mujer de Páez, doña Rosaura residía en uno de los ranchos más grandes, preparado para recibirla con más holgura que de costumbre, por una partida de la Guardia de Honor, que se prestó espontáneamente para este servicio, pues, en realidad, los llaneros demostraban siempre extremada consideración por La Señora, como la llamaban de ordinario. Ella no debía semejante deferencia al solo hecho de ser la esposa favorita de su jefe, sino a que poseyendo una educación muy superior a la de todos los que la rodeaban, mostrábanse al propio tiempo tan modesta y bondadosa con cada uno, que aquellos le profesaban indecible respeto y admiración.


La caza de tigres, como se practica en los Llanos de Barinas, constituye uno de los espectáculos más interesantes, no sólo para quienes toman participación en ella y la emprenden con el objeto de proteger sus rebaños y para seguridad de sus mujeres e hijos, expuestos al ataque de tales fieras, cuando está ordeñando, sino también para los espectadores que acuden por simple curiosidad y entretenimiento.


Los dueños de hatos acostumbraban darse con anticipación una cita, a la que concurrían como punto de honor, con cuantos parientes y peones pudiesen reunir, todos en caballos de freno y armados de lanzas (porque antes de la revolución no se permitía generalmente a los criollos el uso de armas de fuego), excepto aquellos que se distinguían por su agilidad y destreza en arrojar el lazo, el cual se utilizaba con el propósito de coger a los animales feroces cuando salían de sus cubiles y mantenerlos asidos para que los demás cazadores los mataran sin peligro. Por consiguiente, considerábase honrosa distinción el figurar entre los enlazadores, puesto reclamado habitualmente por los principales ganaderos, sus hijos mayores y sus mayordomos, los cuales procuraban ir a la cacería en caballos seguros, hechos al ruido y alboroto, lo mismo que a la vista de las fieras, porque la menor rebeldía o timidez del caballo, en el momento de arrojar el lazo, podía tener fatales consecuencias para el jinete o para el compañero a quien había convenido en prestarle ayuda.


RICHARD VOWELL. Sabanas de Barinas. Caracas, Ministerio de Educación, 1988.

Fotos tomadas de Internet 

miércoles, 25 de octubre de 2023

PUENTE MARISELA


El puente Marisela esta situado sobre el río Arauca, después de la Población de San Juan de Payara vía Puerto Páez en el sector llamado Paso Arauca.

Reseña el periódico La Idea de fecha 21 de Mayo de 1988 como fecha de inauguración, "esta majestuosa obra permite la transitabilidad hacia el cajón de arauca, tiene una longitud de 242 metros ancho útil de 9 m, altitud de 9 m y una entrada de luz de 82 m, está construido para durar aproximadamente 300 años y es el primer puente de 11 que atravesarán los ríos apureños Arauca, Cunaviche, Capanaparo y Cinaruco para completar la vialidad de La Gran Vía del sur paso Arauca, Cunaviche Puerto Páez".

Foto Interdiario La Idea

Inaugurado por el presidente Jaime Lusinchi con el nombre de Marisela, cumpliendo así una oferta que hizo al pueblo de Apure antes de ser candidato a la Presidencia de la República.

En este acto lo acompañaron el Ministro de la Defensa General de División Heliodoro Gómez, Ministro de Transporte y Comunicaciones Vicente Pérez Cayena, Ministro de Ambiente Guillermo Colmenares Finol, Ministro de Desarrollo Urbano César Quinta, Doctora Blanca Ibáñez Secretaria Privada de la Presidencia, Economista José Flores Hurtado gobernador del Estado Apure, Licenciado Ramón Pérez Presidente de la Asamblea Legislativa Regional y el Doctor José Gregorio Montilla Secretario General de Acción Democrática.

Foto: Facebook Venezuela te extraño 

Julio Castillo escribe "A sus pies se observar la majestuosidad del Rio Arauca el cual recorre gran cantidad del territorio llanero para finalmente desembocar en el Rio Orinoco...Debido a la extensión territorial que abarcan los ríos apureños y la forma en la que se comunican por los distintos afluentes , hacen que sean la ruta comercial mas común y usada de los pobladores de la zona. A orillas del rio Arauca y justo debajo del puente Marisela se observa unos de estos puntos comerciales de reunión, donde los llaneros intercambian bienes y servicios"

Foto: Julio Castillo 

Quien es Marisela?

Marisela es la hija de Lorenzo Barquero y doña Bárbara. A través de su abuela paterna era descendiente del legendario don Evaristo Luzardo "el cunavichero", llanero quien generaciones atrás fundó el hato Altamira en Apure. Marisela es descrita como una joven mujer campesina rubia, de hermosos ojos negros y piel trigueña (catira), de aspecto descuidado, ruda, "silvestre", arrogante, mal educada, arisca, gruñona, altanera, valiente, de gran belleza, manos ásperas y pies gruesos y anchos, entre otros epítetos usados por Gallegos. Marisela fue criada por su padre, y educada progresivamente por Santos Luzardo, al punto de cambiar su apariencia al de una mujer bella, bien vestida y de aspecto delicado, sin perder su agresividad.

En la historia, ella rivaliza con su madre por el amor de Santos Luzardo. No obstante, al final de la narración, Doña Bárbara reconoce a su hija, encargando a Santos Luzardo la gestión de su herencia para ella, tras desaparecer.

Marisela resulta ser el último personaje nombrado en la novela, y con ella concluye la historia, señalando cambios positivos y progreso para su tierra.


El coplero Alberto Castillo interpreta Bello Puente Marisela 



Recopilación de Orlando Nieves 

Fuentes:

✓Interdiario La Idea de fecha 21 de Mayo de 1988

✓https://es.wikipedia.org/wiki/Marisela

✓Julio Castillo Steemit.com

✓Facebook Venezuela te extraño 

✓Elbetadigital.com

✓Alberto Castillo YouTube 

https://youtu.be/4K0Xs5HbHZ8?si=cHIuD7WXaOwFEnC0

lunes, 9 de octubre de 2023

LORENZA CASTILLO

 


 SACÓ "MUCHACHOS DE ESTAS POBRES MUJERES AULLADORAS".


Cuando el reloj marcaba las cinco de la tarde del 21 de septiembre de 1949, falleció en San Juan de Payara Lorenza de Jesús Castillo, la partera que pasó su vida "sacando muchachos de estas pobres mujeres aulladoras" del pueblo y de sus alrededores.


Lorenza de Jesús Castillo era "Natural y vecina de este municipio ( San Juan de Payara)" nació en 1884. Sus padres fueron Manuela Castillo y Gerónimo Olivero.


Esta ilustre mujer en su casa de habitación (que estaba ubicada en la calle Páez/Melquiades Caraballo en dónde hoy vive Carmen Elena Olivero, fundó el primer centro de asistencia a la mujer parturienta, en dónde atendía a las mujeres de San Juan y sus alrededores. Tambien la buscaban para partear, en los domicilios por lo que no cobraba ni un centavo ella sólo recibía los que la familia pudieran darle, como frijol, topocho y cualquier otro rubro.


Lorenza Castillo antes de partear a probablemente como toda partera con las manos juntas a la altura de pecho, los ojos cerrados y la cabeza inclinada, rezaba con mucha devoción a la Virgen del Carmen que según se cuenta es la Santa a la que se le reza la siguiente oración para que todo saliera bien:


"Virgencita del Carmen,

en tus manos queda,

que nos ayudes,

en tus manos queda

con tu poder.

Virgen del Carmen, 

que sea un parto feliz,

que no haya novedad

en el parto

ni en ella ni en su criatura

que se aliente ligero. Amén".


Una vez concluida la oración procedía a asistir a la mujer parturienta y cuando el niño nacía le cortaba el condón umbilicar con una tijera contando tres o cuatro dedos y le quemaba la punta del cordón con una vela.


El 20 de Junio de 1927, asistió a Maria de Jesús Rincones la esposa de Gabriel Abreu en el nacimiento de José Vicente Abreu, quien con el transcurrir del tiempo se convertiría en un gran periodista, narrador y poeta de convicción democrática y revolucionaria. "Lorenza... - escribía años después Abreu- asistió a mi mamá cuando nací".


Cuando "un día sin querer se metieron a comunista por un libro de Joaquín Trincado" y muchos se querían ir del pueblo, Lorenza que era amante en atender a la mujeres parturienta solía decir "Con comunismo o sin comunismo yo sigo sacando muchachos de estas pobres mujeres aulladoras". 


Lorenza falleció el 21 de septiembre de 1949 a las cinco pm dejando "cuatro hijos mayores de edad de nombres: Augusto, Pragedes, Manuel y Ángel Castillo; habiendo fallecido anteriormente tres hijos más de nombre: "Tomas, Quintina y Luisa está última menor de edad" .


El 14 de abril de 1988, se inauguró en San Juan de Payara el hospital que por decisión del Concejo Municipal del para entonces Distrito Pedro Camejo, se acordó designarlo con el nombre de esta ilustre mujer que sacó "muchachos de estas pobres mujeres aulladoras".


NOTAS:

Acta de defunción número 27 de 1949

Abreu, José Vicente (1985) Palabreus editorial Centauro.

Acuña Loggiodice, William: (1999) HIstoria de San Juan de Payara.

Revista la Revuelta año 1| N° 4 agosto 2011

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Autor: Manuel Ortega López Cronista del municipio Pedro Camejo


viernes, 6 de octubre de 2023

STEPHANY ARIANA ZERPA VILLANUEVA

 


Stephany Ariana Zerpa Villanueva, nace en el hermoso Estado Apure un 6 de octubre de 1999, y crece en el Municipio Biruaca, rodeada de en un ambiente, colmado de costumbres, tradiciones y folklor. Su padre es William Zerpa, compositor, poeta y declamador, su madre es Leyda Villanueva, Profesora de Baile de Joropo y Presidenta de la Fundación Cultural Daniel Villanueva, varios de sus familiares son músicos, entre ellos su abuelo José Emilio Villanueva, y su Tío el reconocido arpista José Daniel Villanueva (Fallecido), quien ejecutaba el Arpa, el Cuatro, Las Maracas y el Bajo. 

Desde el vientre de su madre se le inculcó la grandeza de los valores culturales y la música Venezolana, siendo sus canciones de cuna, pasajes, pajarillos, gabanes, seis por Derecho, entre otros ritmos.

A la edad de tres (3) años ya declamaba bellos poemas y con el Arpa de su tío Daniel Villanueva cantaba temas de Simón Díaz, Vitico Castillo, Mayra Tovar, entre otros. Comenzó a tocar el cuatro y las Maracas desde los cuatro (4) años de edad, y a participar en actividades culturales desde que estaba en el Maternal y Preescolar y en la Escuela Los Apámates, participando posteriormente en Reconocidos Festivales, y obteniendo importantes lugares, entre los que destaca; 

Festival Infantil Voz UNELLEZ. San Fernando de Apure. 1er Lugar. Canto recio

Festival Apámate de Oro. Biruaca – Estado Apure. 1er Lugar. Canto Recio

Festival Infantil Flor de Bora. Biruaca – Estado Apure. 1er Lugar. Canto Recio

Festival Nacional Gabancito de Oro. Barinas – Estado Barinas. 1er Lugar. Canto Recio

Festival Infantil Santa Rufina de Oro. Biruaca – Estado Apure. 2do Lugar. Canto Recio.

Festival. San Jerónimo de Oro. Guárico – Estado Apure. 1er Lugar. Canto Recio 

Festival Internacional. Corazón llano y Rastrojo. Arauca – Colombia. 1er Lugar. Canto Recio. Diciembre de 2013

Festival Internacional. Centauro de Oro y Madre Vieja. 1er Lugar. Canto Recio; 2do Lugar. Voz Pasaje. Diciembre de 2013

Festival Intercasa de los Niños. 1er Lugar. Ejecución del Cuatro. Diciembre de 2013.

Por años formó parte del elenco de la Fundación Gabancito de Oro, y la empresa PDVSA, representando al Estado Apure en importante eventos, asistiendo a presentaciones en otros Estados, compartiendo escenarios con los ganadores del Festival Garbancito de Oro y reconocidos Intérpretes de Música llanera y otros géneros. También formó parte del movimiento de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela, Región Apure, siendo integrante del Coro Juvenil y de la Orquesta Folklórica Alma Llanera, donde ha logrado participar en importantes actividades como corista y como voz solista y cuatrista. 

Aunado a su pasión por el canto, ejecuta varios instrumentos, siendo el cuatro y la bandola sus preferidos, desde niña le apasionó ejecutar el cuatro e inicio sus clases, con su madre Leyda Villlanueva, luego con Yira Tovar, posteriormente con José Pérez (Chiguagua) y luego como cuatrista solista con Ernesto Ramírez quien sigue siendo su profesor y con quien comparte importantes proyectos musicales.

Es profesora de canto y ejecución de instrumentos de la Fundación Daniel Villanueva (ad honorem), impartiendo clases a niños de diferentes comunidades y preparándolos para participar en festivales e importantes actividades folklóricas.  

Ha participado en actividades y entrevistas en diversos programas de radio y televisión de Venezuela y Colombia, como entrevistada, conductora, cantante y músico.

Participó activamente en reinados culturales en Venezuela y Colombia, donde adquirió grandes experiencias y vivió momentos únicos, cosechando importantes amistades y grandes premios, entre ellos:

Reina Internacional de la Belleza y Cultura Llanera, 2017. Vichada, Santa Rosalía, Colombia. 

Reinado Internacional de la Simpatía, Folclor y Tradición Llanera Paz de Ariporo 2018

Virreina. Reinado Nacional de la Chiga, Cunaviche, Estado Apure. 2016

Virreina. XVII Reinado Internacional de la Palma 2017. Barranca de Upía Meta, Colombia

Princesa Internacional de la Belleza Llanera 2016, San José de Cravo Norte.

Reina. Reinado Nacional Zaraza de Oro 2015, San Juan de los Morros, Estado Guárico. 

Princesa Quincuagésimo Primer Festival Internacional Folklórico y Turístico del Llano. San Martín de los llanos. Meta Colombia.

Reina del Festival Folklorico Internacional la Perla del Ariari en Puerto Lleras Meta 2018


Stephany Zerpa, asiste continuamente a distintas actividades en Colombia, donde comparte y promueve su música y su talento: Participó en Talleres de Cuatro con el Maestro Juan Carlos Contreras y Colaboró activamente con el Proyecto CREA en Bogotá. Acompañó al Maestro Julio Siniva en el Encuentro Internacional de Arpas del maestro Hildo Aguirre y su academia Llano y Joropo. En otras importantes actividades ha acompañado a artistas de renombre, entre los que destaca Milena Benítez, Walter Silva, el Cholo Valderrama y Nancy Vargas de Colombia.

Actualmente está grabando su primera producción discográfica, contentiva de hermosos pasajes, recios joropo y sabrosos golpes, con temas de compositores de Venezuela y Colombia y el acompañamiento de los músicos de ambas naciones. En este sentido, en el mes de Abril presentó oficialmente el Cover Llanero “No Renunciaré” de la autoría de Alci Acosta, acompañada de importantes músicos; Arpa: Joel Luna, Cuatro: Ernesto Ramírez, Maracas: Diego Hernández y en el Bajo: Gilbert Salas.

Forma parte del Grupo Revolución del Joropo, conformado por mujeres talentosas de Venezuela y Colombia, proyectando su música a Distancia a través de las redes como Cuatrista, Bandolista y cantante; Labora en la Televisora online Corocora Stereo en Colombia, como coordinadora de redes, participando activamente en proyectos audiovisuales.

 En la actualidad en coproducción con el Músico, Productor y Docente especialista en el Instrumento el Cuatro LUIS PINO y conforman BOCACUATRO un dúo donde el cuatro y las voces se fusionan para deleitar con un hermoso espectáculo en cada una de sus canciones o en los diferentes covers. 

Este año (2023) oficialmente inicia su carrera como cantante con un hermoso proyecto musical en coproducción con el Músico y Productor Colombiano RODRIGO GALLO LEMUS titulado, Zerpa&Gallo “Canto y Melodía” estrenando el tema EL JOROPO ESTÁ DE FIESTA, compuesto y producido por ambos, tema que cuenta con un video oficial bajo la Dirección, grabación y edición de Cincuenta Visual ya disponible en YOUTUBE y en un par de meses cuenta con más de 12.000 visualizaciones. 


Desde el mes de septiembre del referido año, de la mano de SEMusic sus canciones NO RENUNCIARÉ (Alcí Acosta), CANTO AL AMOR (con Alí Cabello), Corazón Loco (Joel Luna) y EL JOROPO ESTÁ DE FIESTA (Rodrigo Gallo y Stephany Zerpa) están en todas las plataformas digitales, puedes escucharla, seguirla y apoyarla @ZERPAOFICIAL. 

Constantemente hace presentaciones en vivo a través de Facebook, Instagran y otras redes, gozando del apoyo de numerosos seguidores, artistas, páginas y grupos representativos del folklor Colombo Venezolano.

Es una persona sencilla, jovial, talentosa, colaboradora y de trato humilde y apacible. De esta manera sigue luchando y ganando seguidores no solo en Venezuela y Colombia, si no en los diversos países que hoy apoyan sus proyectos, dando muestra fehaciente del talento y el amor que siente por la música llanera.

Autor: William Zerpa 

viernes, 29 de septiembre de 2023

LUIS SALAS NIETO

 


Nace el 28 de septiembre de 1973 en Caracas distrito Capital, su padre Luis Salas Flores Apureño del Municipio Biruaca, vecindario Santa Elisa, su madre Angela Nieto, Apureña vecindario Santa Elisa Municipio Biruaca, es el mayor de 5 hermanos.

         Comenzó a cantar y tocar nuestra música a partir de los 13 años donde logra un primer lugar en la voz Liceista en Caracas. A los 17 años empieza su carrera como músico con el conjunto del maestro Juan Antonio Rebolledo el tigre de Valle de la Pascua donde trabaja varios años como maraquero, luego sigue como bajista perteneciendo al grupo de su compadre Ángel Domingo Pérez nativo de Altagracia de Orituco.

       Sigue puliendo su carrera como cantante en centros nocturnos de la capital logrando su primer disco Muchachita Zaraceña. 

Tiempo después comienza a visitar a su familia paterna en San Rafael de Atamaica Municipio San Fernando Estado Apure, donde se Identifica y se encariña con ese pueblito, tierra natal de su tío Pedro Flores hermano de su padre...

       En el año 2002 se residencia en San Fernando Estado Apure, donde conoce al maestro arpista Franklin Pérez y pasa a ser integrante de su agrupación, sigue trochando caminos tocando y cantando de pueblo en pueblo enamorandose cada día mas del llano.

      En el 2007 monta su sello y Estudio de Grabación SALAS RECORD donde han grabado artistas de Venezuela y Colombia de la talla de Francisco Montoya, Mayra Tovar, Jesús González, Ali Cabello, Alberto Castillo, Vito Di` Frisco, Francisco Mercado, Franklin Guevara, David Rodríguez, Carlos Monagas, Fidel Fernandez, Jose Ali Rojas, Jesus Pérez, Pedro Olivero, Domingo García, Hermerigildo Rodríguez, Joaquín Rojas, Lilian Colina y muchos artistas más de gran trayectoria ...

      Lanza su segundo trabajo Discográfico en el año 2017 llamado UN GUAYABO MATA MACHO tema que le pertenece a Franklin Pérez, con el Acompañamiento musical del maestro Daniel Bolivar.

      En el 2019 su tercer trabajo discográfico titulado ANDO BORRACHO POR ELLA tema que le pertenece a Jim Darwin Silva , donde participan músicos de la nueva generación de relevo, arpistas como: Oskaroski lantz, Cristhian Gómez, Daniel Bolivar, Euro Olivero, Isaac Hernandez y Dixon Archila, en el cuatro le acompañan: Shalom Zapata, José Daniel Olivero, José Carlos Olivero y José Olivero, en las maracas: Yofrank Pérez, José Vargas y Jesús Farias.

 Cabe resaltar que LUIS SALAS NIETO es padre de grandes músicos y cantantes de la nueva generación como: Luigi Salas Cantante y Bajista, Ángel Salas Cantante y Bajista, Gilbert Salas Bajista, todos acompañando a su padre en las producciones realizadas.

Luis Salas Nieto es un ejemplo como.amigo y como folclorista de esta tierra Venezolana...


Autor: Luis Salas Nieto 

miércoles, 27 de septiembre de 2023

ESE VIRGILIO ERA ENEAS

 



La familia Bolívar-Umanés vivía frente al ángulo sudeste de la Plaza bolívar, allá en Apure. Siete muchachas y cuatro varones. Los hijos sumaban once y don Rafael y doña María, los padres, completaban el número que le gustaba al general Gómez. Por la tarde, con las frescas, sacaban el juego de muebles de paleta del recibo y se sentaban junto al portón de la casa. Todos recién bañados y olorosos a jabón de Reuter. A media cuadra, en la glorieta de la plaza donde tocaba la Banda Bolívar todos los jueves la retreta semanal, nos fuimos congregando, como burros traseros, los estudiantes del Liceo Lazo Martí. Las Bolívar, las Leguizamón y las Mirabal, en la Plaza Bolívar; y las Felice y las Rodríguez, en la Plaza Libertad, eran las gevas, burda de bellas de San Fernando. Y a las seis, con véspero en la tarde, piropeando a una de las Bolívar pasaba mandado a ochenta en su jeep descapotado Virgilio Solórzano, radiotelegrafista militar de servicio en el aeropuerto de Las Flecheras. 

Como la calle Sucre, para entonces, era mitad cemento y mitad tierra, Virgilio cogía esa vía y el jeep levantaba una nube de polvo que abochornaba los apellidos de don Rafael y su esposa, quienes, por cierto, van a cumplir el dos de enero próximo, 70 años de casados.

Dostoieskianamente (humillados y ofendidos) los Bolívar Umanés dejaban los muebles vacíos, para quitarse el polvo virgiliano y callejero. Y a la media hora regresaban, pero esta vez don Rafael no se sentaba en la poltrona de paleta con su esposa, sino que se paraba, homérico y desafiante, en medio de la calle con una vera encabullá, y la misma pose de la estatua del Libertador, con su espada en el centro de la Plaza.

Entonces, volvía de nuevo Virgilio en su jeepdescapotado; pero, poco a poco, y por los rieles de cemento a veinte Km/h. Se quitaba su gorra militar y saludaba a don Rafael respetuosamente. Con lo cual los ánimos exaltados descendían de épico a lo lírico.

Al día siguiente, a eso de las cinco de la tarde, los muchachos de la Bolívar, con sus baldes de agua, estaban regando el frente de la casa, y cuando Virgilio volvió a pasar a ochenta kilómetros por hora, el polvo de la calle estaba reducido a un silencio semánticamente inaudito. Pienso yo que era también contagioso porque el jeep descapotado dejó escapar un plost plost y se apagó.

Ese jeep tenía pedigree, porque era veterano de la Segunda Guerra Mundial y hermanito del jeep en el que montaba Rómulo Betancourt, cuando era presidente de la Junta Revolucionaria de Gobierno, después del golpe del 18 de Octubre de 1945.

Virgilio, que era tan épico como Rómulo en sus decisiones, al ver que su jeep se negaba a prender, desenfundó su pistola automática y le cayó a tiros al motor del carro. 

Tanto los Bolívar como nosotros, los estudiantes, nos quedamos estupefactos ante semejante desplante; y más que estupefactos, nos quedamos anonadados, cuando el bicho prendió sin decir ñe. Entonces, Virgilio, como Eneas después de la caída de Troya, se montó en su nave y se perdió a lo largo de la calle Sucre de San Fernando, paralela a la Bolívar y a la del Comercio, que a su vez era paralela al río Apure, el cual, para nosotros los estudiantes del liceo, era como el mar Mediterráneo, por donde navegó Eneas, ese tipo que sobrevivió a la destrucción de Troya, una historia que nos contaba la bachillera Carmen Díaz en sus clases de literatura. 

Virgilio, como Eneas, tuvo una esposa que se llamaba Dido, y la dejó porque, por mandato de los dioses, tenía que casarse con Lavinia Bolívar. Por eso, cuando lo conocí y me hice pana de él, lo llamaba Eneas Solórzano. 

Suena raro, ¿verdad?

18 de mayo, 1997

Texto de Manuel Bermúdez en su libro Estampas de la Lengua 

domingo, 17 de septiembre de 2023

LOS MUERTOS Y SUS VELORIOS

 


Los velorios han tenido en nuestro San Fernando características muy definidas, esa vieja costumbre se está perdiendo. A los muertos no se velan en las casas, muy pocas familias quedan con esas usanzas, sino en las capillas de las agencias funerarias. Esto indudablemente tiene una enorme ventaja para los dolientes, porque evita aquel trabajo improbo que significaba atender y obsequiar a las personas que llegaban. A veces, era tal la cantidad de gente, que la casa no tenía capacidad suficiente y hasta en los cuartos se encontraban los visitantes, sentados, achinchorados o en las camas y en amena tertulia.

Se compraba café molido, chocolate para taza, leche, galleta de soda y de María, pan francés y de tunja, queso amarillo y blanco, mantequilla y a veces una torta de confitería. Además, de acuerdo a las posibilidades económicas, se compraba ron, brandy, vino oporto y botellones de cerveza, hoy en día se le agregan otros licores y hasta música en vivo, si no la hay, un buen equipo de CD soluciona el ambiente con excelentes joropos. Las exequias de antes eran diferentes con respecto al acto social que ellos representaban. Al tenerse la seguridad de que el enfermo no pasaría de ese día, comenzaban a hacerse los preparativos que siempre estaban a cargo de las familias más allegadas y de los vecinos más íntimos.

En los campos apureños como no hay capillas velatorias y las amistades que vienen de lejos al velorio para que no se vayan, se preparan sancochos y se hace una ternerita, eso sí, a los mayores los acompañaban toda la generación familiar, pasando todo el día o la noche hasta la hora del entierro. Ahora bien, remontándonos a San Fernando, las agencias funerarias se eliminaron esta vieja y molestosa costumbre de estos hábitos en las casas, ofreciendo amplios espacios de reunión para deudos y amigos.

E unn los últimos tiempos hemos observado en el camposanto viejo y el nuevo, una proliferación de vendedores de empanadas, dulcerías, cachapas con queso, refrescos, cervezas, etc., que cualesquieran son catalogados como la Feria de los Muertos, se incluyen también vendedores de sombreros, gente mal habida y para darle una nota precoz indigente pedigüeños y borrachos que por doquier que roban pertenencias a las tumbas para ofrecerlas a otros.

Así es la vida paisanos, no hay respeto.


Tomado del libro Repuntes II

 El San Fernando de ayer de Edgar de Jesús Decanio

miércoles, 16 de agosto de 2023

EL ARAGUATO DE CAÑO EL DIABLO

 



Autor: Hugo Arana Páez

A finales del siglo XIX, José González, a quien apodaban Chepito, vivía con su madre en la población de Caño el Diablo, situada entre Uverito y Guayabal, al sur del Estado Guárico, donde el joven tenía un ranchito en medio de un conuquito, donde sembraba frijoles, maíz, auyamas, caña de azúcar, yuca, cambures y topochos; mientras su madre, cultivaba un bonito jardín y una troja donde sembraba ajíes, cebollín, cilantro de monte; asimismo matas medicinales como: brusca, zábila y yerbabuena; por cierto, no faltaba una mata de limón y hasta una aromática matica de orégano para aderezar las carnes; también, la buena señora criaba cochinos, gallinas, pavos, pollos, patos y guineos, de tal manera, que en aquel hogar no faltaba nada, por cuanto, el conuquito y el tesonero trabajo del muchacho y su madre garantizaban la existencia de aquellos seres.

   Chepito era un joven parrandero, cantador, bailador, maraquero, jugador de dados, barajas, bolas criollas, gallos, coleador y enamorado, pero también era un excelente peón de sabana, buen cabestrero, ordeñador, quesero, castrador de toros cimarrones, amansador de potros cerreros y de novillas recién paridas, además conocía las artes del garrote.

El muchacho no se perdía un parrando en Camaguán, La Negra, Uverito, Guayabal, San Fernando y hasta Cazorla, adonde se iba cantando en lomos de su caballo Quiebracacho; por maleta llevaba un Saco maletero atestado de una muda de ropa, un chinchorro y un par de alpargatas nuevas Pascuenses o Villacuranas; por compañeros: un cuatro, una bandola, un par de maracas. Siempre se le veía atravesando matorrales, varotales, chiribitales, garrapatales, guaritotales y medanales; por allí andaba esguazando caños y esteros; por compañeros, el escapulario de la Virgen del Carmen, La Magnifica y como decía Alberto Arvelo Torrealba, con el Silbo y la tonada en los labios…ja, ja, ja.  

Era la tarde de un sábado del mes de septiembre, cuando pasó por Caño el Diablo, un hatajo de mujeres rumbo a Guayabal. Iban sonrientes, pintadas las mejillas de onoto y luciendo unas faldas bien floreadas y en el pelo una rosa, otras llevaban una cayena; las acompañaban unos muchachos elegantemente ensombrerados y luciendo orgullosos sus liquiliques blancos bien planchados, quienes al ver a Chepito se le acercaron:

-¡Buenas! Cómo estas Chepito, qué jaces ahí bregando hoy sábado

-¡Gua! el que no pila no come arepa…ja, ja, ja.

Contestó jocoso el joven.  

-¿Acaso no sabes que hoy es treinta de septiembre, día de San Gerónimo y en su memoria se celebran las fiestas patronales de Guayabal?

Atinó a expresarle una de las muchachas

-No sabía nada…

Al instante, otra de las tercias le espetó.

-Bueno chico y cómo es eso que tú, siendo tan parrandero no sabes cuándo son las fiestas patronales de Guayabal, no jile contigo.

-No que va, lo que pasa es que yo no estoy pendiente de las fiestas de los curas, ellos allá en la iglesia con su rezadera y después a salí en procesión por las calles cargando el santo con ese solazo; no que va, yo estoy pendiente es de las fiestas, de los gallos, los toros y después di a baila con mujeres bonitas como ustedes….ja, ja, ja.

-¿Bueno y entonces por qué no te vienes con nosotras?

-Ah bueno, si así es la vaina ya me voy a emperifollá pa´ dime detrás de ustedes.

-Tú lo que estas es loco yo no soy gallina pa´ está cargando pollos atrás de mi…ja, ja, ja.

Dijo una de las sonrientes muchachas.

-Cuenten con eso ya me voy a prepará pa´ di pa´ allá; seguro que voy, yo no me pierdo esas fiestas de Guayabal.

-¡Te esperamos Chepito!

Desde el jardín, Dona Juanita de González, observaba a las jóvenes conversando animadamente con su hijo. Mascullando las palabras la buena señora decía.

-Ya están las parranderas esas, sonsacando a mi muchacho, es que no lo dejan trabajá y tanto que hay que jacé aquí, no jile y tené que vení esas sin oficio a sonsacarlo.

En ese instante, llegó Chepito adonde estaba Doña Juanita, quien afanosa con su mano de pilón, pisaba un salón de chigüire sancochado. El muchacho, al verla ocupada en esa tarea, le preguntó.

-¿Vieja qué le pasa? ¿Qué está con esa cara amarrada, qué le he hecho?

-A mí no me pasa nada. No vas a sabé tú lo qué me pasa. A mí lo que me da es rabia con esas locas que no te dejan trabajá, vienen a sonsacarte y que dejes lo que estás haciendo pa´ dite con ellas a parrandeá y quién sabe hasta cuándo.

-Bueno vieja, hoy es sábado y son las fiestas patronales de Guayabal y yo no me las voy a perder, usted debería de dice conmigo pa´ que vaya a la misa y a la procesión de San Gerónimo.

-Si como nié, yo no puedo di a esas fiestas, porque en primer lugar quién va a cuidá la casa, con tanto lambucio que ahí rondado por aquí. Tú sabes que no se pueden dejá las casas solas y en segundo lugar, sabiendo cómo eres, vas y me tiras en la iglesia y de ahí no te vuelvo a vé más ¡Vaya usted si quiere!

-¡Bueno vieja no se me alebreste, que antes de dime quiero pedile un favor!

-Yo sé cuál es ese favor que me vas a pedí.

-¿No me diga que usted ahora es adivina?

-¡Qué adivina del carajo voy a sé, lo que pasa es que yo te conozco muy bien! ¿Bueno y qué es lo que quieres?

-¡Gua vieja! Por qué no me plancha el liquilique. Usté, sabe que tengo que dí pa´ allá, porque yo les dí mi palabra a esas mujeres y no puedo despreciá la invitación que me hicieron las pobrecitas.

-¡Claro, que son unas pobrecitas! ¡Unas pobrecitas diablas! Yo sé que vas a di, no te conociera yo, que no puedes vé un palo de escoba porque ahí te enamoras y te fajas a bailá más que un trompó en Semana Santa. Es que tú eres igualito al finao de tú papa…je, je, je.

-Si vieja, tiene razón, la culpa de que yo sea tan parrandero es de él, a quien Dios tenga en su gloria.

-Bueno, mejor te vas a bañá, ahorita mismo que yo te voy a planchá tu liquilique para que te acabes de dí de una vez y me dejes en paz.

Entusiasmado, Chepito, fue al potrero a buscar al noble Quiebracacho, al que bañó y le dio de comer unos granos de maíz. Mientras el bruto saboreaba los granos, el joven le colocaba los aperos y la lustrosa silla Chocontana.

Después de bañarse, el parrandero se calzó su par de alpargatas nuevas Villacuranas, se encasquetó el liquilique, se terció la faja de donde colgó la vaina del punta e´ lanza, le sacudió el polvo al pelo e´ guama negro y a ambos lados de la silla colgó el cuatro y la bandola y en las alforjas metió las maracas; por último, con el garrote en las manos, se montó sobre la bestia.

-¡Vámonos Quiebracacho que San Gerónimo nos espera! 

Desde el patio, Doña Juanita le espetó.

-¡No metas a San Gerónimo en esa vaina, porque las que te esperan son las locas esas que vinieron a sonsacarte!

-¡Ay mamá usted si piensa mal!

-¡No conoceré yo a esas parranderas y no te conoceré a ti como a caballo bueno pa´ enamorate de cualquier palo de escoba…ja, ja, ja! Mira hijo a pesar de todo, te encomiendo a Dios, a la Virgen del Carmen y a San Gerónimo para que te cuiden; también quiero aconsejarte que no vayas a venir tan tarde, porque tú sabes que vas a pasar por la Mata del Araguato, donde vive un mono de esos y dicen que ese bicho es malo, porque y que es un espíritu maligno que a más de uno de esos parranderos como tú, al pasar a medianoche por ahí se les aparece, los vuelve locos y los convierte en araguato pa´ toa la vida.

Caracoleando el caballo frente a la vivienda, el joven tarambana le respondió a la madre.

-No se preocupe vieja, que yo voy a vení temprano, lo que voy es a echar una miraíta a los toros, unas apostaítas a los gallos, una bailaíta, unos traguitos, a mové los capachos y una cantaíta más na.

-¡Menos mal que no vas a jacé más na…ja, ja, ja!

Respondió Dona Juanita

-Lo que te digo, es que no te olvides de venite temprano, porque tienes que pasar por la Mata del Araguato y no vaya a sé que ese bicho te ponga a loquear y te vuelva un araguato.

-¡Ah vieja! ¿Usted va a está creyendo en esas pendejadas?

Entusiasmado, el joven le asestó un fuerte chaparrazo a la briosa y bien adiestrada bestia.

-¡Arranca Quiebracacho que se nos jace tarde! -¡Vamos Quiebracacho que Guayabal nos espera!

 Raudo a todo galope Chepito y Quiebracacho, se marcharon rumbo a San Gerónimo de Guayabal, devorando el empolvado camino.

Al llegar al poblado, el hombre observó la alegría de un pueblo enfiestado; dondequiera había un tarantín vendiendo comidas, aguardiente y sobre todo la presencia de mujeres como humo. Pero ya el mozo se había fijado el propósito de asistir a la gallera, donde casaría sus apuestas y se haría de unos reales; después de desbancar a los avezados galleros, se fue a tirar unas partidas de dado y unas manos de Ajiley, donde también desbanco a los tahúres. Con los bolsillos llenos de relucientes pachanos y morocotas, se fue a los toros, donde se hallaban las bonitas muchachas que lo habían invitado allá en Caño el Diablo y quienes sonrientes lo recibieron. 

-¡Cónchale Chepito! Al fin llegaste, desde jace rato te estábamos esperando pa´ dí a bailá y a escuchate cantá.

Le saludó la más hermosa del grupo

-¡Sí! Yo llegué temprano, lo que pasa es que me fui a jacé unas apuestas en los gallos, en los daos y en las barajas.

-¡Es que tú no puedes está sin esa jugadera…

Le espetó otra de las mujeres

-¡No que va! Si supieras, a mí no me gusta está en esos rebullicios, lo que pasa es que de ahí es donde saco los reales pa´ brindalas a ustedes…ja, ja, ja.

Metiendo las manos en los bolsillos, Chepito extrajo un lote de relucientes Pachanos y Morocotas, queriendo decirles que andaba con los bolsillos atapuzaos de apetecidas, relucientes y doradas monedas.

-Bueno muchachas la cosa va a está bien buena, porque con esa rialá, Chepito nos va a brindá hasta dejanos bien jartas de caña y comía…ja, ja, ja.

Manifestó una de las jóvenes a sus compañeras 

-¡Seguro que asi será mis amores!

Expresó el parrandero. Al fin la fiesta de los toros finalizó, la reina entregó los trofeos a los ganadores y cada quien agarró su cachachá.

-Bueno Chepito, ya son las siete de la noche, qué vamos a jacé, ya aquí no hay más ná que vé.

Comentó una de las mujeres

-No se preocupen que precisamente yo vine a vé los toros y a invitalas a la cantina de Don Catalino Palma, donde va a habé carne asá y arpa toa la noche. Así que vamos pa allá.

En la grupa montó a la más bonita.

-MI amor, agárrate duro de mí, porque Quiebracacho es muy brioso y no vaya a sé que te tumbe.

-¿No será Chepito, que tú lo que quieres es que te abrace y estas echándole la culpa al pobre Quiebracacho…ja, ja, ja?

En el centro del pueblo estaba El Jardín de Don Catalino, un bonito y amplio botiquín, propiedad de Catalino Palma, un viejo peón de sabana, metido a cantinero; por cierto, cuentan los asiduos visitantes, que él le puso ese nombre porque a ese sitio asistían las mujeres más bellas del sur del Guárico. 

En El Jardín de Don Catalino, Chepito, brindó a todo el mundo, tocó maracas, cuatro, canto, bailó, bebió, comió hasta hartarse y enamoró a cuanto palo de escoba se le puso por delante. Mientras que afuera el paciente y noble Quiebracacho, resignado lo esperaba.

Era bien entrada la noche y Chepito, seguía gozando un puyero, cuando repentinamente, escuchó el tañer de tres sonoras campanadas, anunciando la hora, fueron tres sonoros campanazos que desde la iglesia indicaban que era el momento en que el tarambana debía marcharse para su vivienda, donde preocupada, lo esperaba Doña Juanita. Pero más preocupado estaba él, por cuanto a esa hora debía pasar por la Mata del Araguato, donde seguramente lo esperaba El Maligno, vestido de araguato.

-¡Qué vaina! Ahora que la fiesta está bien buena tengo que dime. No jile, es que el tiempo pasa rapidito.

Sin pensarlo dos veces, el muchacho salió a la calle, donde somnoliento lo esperaba el fiel y paciente Quiebracacho.

-¡Vamos amigo! La fiesta está bien buena, pero tenemos que dinos porque la vieja nos espera y ya son las tres de la madrugada y tengo que pasá por la Mata del Araguato y no vaya a sé que ese bicho nos vaya a espantá.

Bien comido, bien bebido, bien cansado, bien sudado, bien borracho y bien limpio iba el hombre por el solitario Camino Real, andaba al pasitrote en lomos de Quiebracacho.

 Eran las tres y media de la madrugada cuando al fin los amigos llegaron a la Mata del Araguato, que como todas las matas del llano, representa un agradable microclima y donde una límpida laguna invita al descanso. El acalorado borracho al ver las cristalinas aguas se detuvo; como pudo, se apeó del caballo, se quitó el sombrero, lo guindó de una rama de uvero; sediento se agachó a tomar agua y a lavarse la cara; a su lado estaba Quiebracacho, atragantándose de tragos y más tragos de agua. Estando en esos menesteres, bajó de las ramas de un frondoso samán, un enorme araguato, el cual agarró el sombrero y se lo colocó en la cabeza y ágilmente el ensombrerado mono se subió a los copos del añejo árbol. Más temprano que tarde, al borracho se le pasó la rasca y comenzó a insultar al animal y a lanzarle terrones y pedazos de ramas que encontraba en el suelo a ver si el bicho largaba el sombrero y nada que aflojara la prenda; por fin, uno de los terrones logró golpear al mono ensombrerado y éste atinó a caer encima de Quiebracacho, quien sorprendido por tan extraño jinete, pegó la carrera rumbo a Caño el Diablo. Por la sabana, andaba al galope con su raro jinete encima. Con los primeros rayos del sol aparecieron en la casa caballo y “jinete”. En el patio, Doña Juanita, regaba las matas, al ver a Quiebracacho con el araguato ensombrerado, pensó que seguramente era su hijo, quien se detuvo en la espantosa mata y allí el simio lo embrujó y lo convirtió en araguato. No había duda, de que ese mono era su hijo.   

   -Si llegó sobre Quiebracacho y con el sombrero de Chepito, ese animal no es otro que mi hijo!

Razonaba la buena señora, quien presurosa, abrazaba y besaba al simio, mientras angustiada expresaba.

-¡Que vaina hijo! El araguato te encantó y mira en lo que te ha convertido, en un feo araguato, pero no importa así te quiero yo y vengase conmigo que le voy a dar un tetero de leche de vaca, porque seguro que debes estar trancío del hambre.

Doña Juanita se acostó con el araguato ensombrerado en un chinchorro que estaba colgado en el patio debajo de una mata de mamón. La buena señora, con el simio en su regazo, cantaba y se mecía, mientras el mono felizmente se hartaba de leche.     

-¡Coma hijo! Seguro que estás muerto de hambre, beba bastante, que ya le voy a prepará otro tetero. No se preocupe, que yo no lo voy a dejá morí.

Mientras que en la Mata del araguato, Chepito, insultaba al animal, por haberle robado su pelo e´ guama y haberle espantado a Quiebracacho.

-Por culpa de ese araguato, me he quedao sin sombrero y varao en esta mata, tendré que dime a pie hasta Caño el Diablo, no jile, que vaina me echó ese animal.      

Así, el infeliz borrachón tuvo que emprender el camino a pie rumbo a su casa. Se le miraba atravesando, chiribitales, pajonales, charcos, garrapatales, guaritotales, rastrojales y medanales. Al fin, después de tres horas de andar incesante, llegó al patio de la casa extenuado, embarrialao, sudoroso y más caliente que plancha en lavandería de chino y extrañado vio a la madre meciéndose y cantando de lo más feliz.

-¿Qué le pasará a mi mamá? ¿Qué está canta que canta?

Al acercarse al chinchorro se percató que en el regazo de Doña Juanita, estaba el araguato ensombrerado y bebiendo leche de lo más tranquilo…ja, ja, ja.    

-¿Mamá y es que usted está loca? ¿Qué hace usted con ese piazo de araguato encima?

Sorprendida, la buena de Doña Juanita, de un manotazo lanzó al mono contra el piso a la vez que intrigada se levantó del chinchorro.

-¿Hijo eres tú?

-¡Gua mamá! ¿Quién más va a sé? ¿Ahora no me conoce? ¡Soy tu hijo Chepito!

-Ay hijo, menos mal que eres tú y gracias a Dios que estás sano y salvo. Yo creí que al pasar por la Mata del araguato, el bicho ese te convirtió en araguato y por eso lo mecía y le daba leche.

Emocionada, la madre abrazó al muchacho, mientras que el araguato cogió el monte rumbo a su mata.

Chepito le contó a la buena e ingenua señora lo que le había acontecido por culpa del araguato y el trabajo que había pasado para poder llegar a la casa.

-¡Ay hijo, cómo me duele verte así, descalzo, to embarrialao, lleno de ronchas, colorao, sudao y muerto de hambre!


-Si mamá, por culpa de ese bicho tuve que atravesá espineros, pasá charcos de barro hasta la rodilla, el plaguero esguazándome a pico y las garrapatas chupándome la sangre, no jile, vieja, usté no sabe el trabajo que pasé por culpa de ese bicho y de paso, muerto del hambre.

-No se preocupe hijo que ahí le tengo un pisillo de chigüire con arroz, frijoles y tajadas fritas y por cierto, lo que soy yo, desde hoy no voy a estar creyendo más en espantos, porque por estar haciéndole caso a esas pendejadas, el araguato se bebió toa la leche que tenía pa jace un queso y una mantequilla. 

-¡Yo se lo decía vieja que no creyera en eso!

Después de bañarse y comer, madre e hijo se acostaron en el chinchorro y entre mecida y mecida, sorpresivamente, Chepito, le pregunta a Doña Juanita.

-¿Mamá y no me vas a dá un tetero de leche?

-¿Tú como que quieres que te de un manotazo y te lance al suelo como le hice al araguato?

-¡Es una broma, vieja! ¿Ah y por cierto, dónde está mi sombrero?

-Ay hijo, ese pelo e´ guama se lo llevó ese bicho.

-¿Así es la vaina, vieja? Lo que soy yo mañana bien tempranito me voy pa´ la Mata del araguato a matá a ese mono.

-¡No hijo ¡no vayas pa´ allá, no vaya a sé que te pase algo peor.

-Si es verdad, vieja, vamos a déjalo de ese tamaño y que el qué pase por allí, crea que ese araguato soy yo…ja, ja, ja.

Ese día, madre e´ hijo, pasaron la mañana meciéndose y riéndose de las travesuras del ARAGUATO DE CAÑO EL DIABLO…ja, ja, ja.

 
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