ESQUINAS DE LA ZONA HISTÓRICA DE SAN FERNANDO. Aportes al
conocimiento de la toponimia de la capital del Estado Apure
ESQUINA CASA ALTAMIRA
Autor. Hugo Rafael Arana Páez.
Miembro investigador del Centro de Estudios
Histórico-Sociales del Llano Venezolano.
INTRODUCCION:
Con este título se inicia una serie de
artículos, referidos a resaltar y rescatar los nombres de las esquinas
de la Zona Histórica de la ciudad, los cuales se hallan
olvidados; aun siendo estos los elementos que constituyen la identidad de la
capital del Estado Apure. Esos toponímicos son los que hablan de su
historia, de su folklore, de sus costumbres, de su cultura y de las actividades
económicas prevalecientes en épocas pretéritas. Asimismo estos ensayos serán un
aporte, para que las generaciones precedentes rememoren aquel bucólico
paisaje urbano y para que las nuevas conozcan el pasado de su lar nativo;
asimismo que sean de utilidad a los docentes, estudiantes y visitantes. De
igual manera para promover la discusión y la critica histórica (no para
descalificar e invalidar apriorística y maliciosamente el discurso), orientada
a depurar y enriquecer estos modestos aportes a la historia local.
Estos trabajos son una propuesta orientada
a darle identidad a la ciudad, es decir, que las instituciones como:
Gobernación y Alcaldía del Municipio San Fernando, entre otras, se involucren
en un proyecto de nomenclatura de la Zona Histórica (constituida
por el rectángulo comprendido entre la avenida Chimborazo al Oeste y la
calle La Miel al Este y de Norte a Sur, por las Calles Cinco de
julio, Diecinueve de abril, Comercio, Bolívar, Sucre, Páez, Municipal, Muñoz y
Aramendi). Esta propuesta consistiría en colocar en cada esquina de la
zona mencionada un poste de señalización (acorde con los estándares
internacionales de normas turísticas), donde se mencionarían los nombres de
cada una de las dos calles que la integran (transversal y longitudinal) y el de
la respectiva esquina que la forman.
1. ¿Por qué ese rectángulo representaría la zona histórica de la ciudad?
Lo señalado anteriormente como zona
histórica de San Fernando obedece a que en ese rectángulo se hallaban los
barrios más tradicionales y emblemáticos (Jobalito o Barrio Arriba y El Mamón o
Barrio Abajo, ahora conocido como Centro-Valle) y las edificaciones iconos de
la ciudad; donde tradicionalmente se realizaban las actividades
culturales, sociales, políticas, financieras y comerciales más
importantes de la capital del Estado Apure. Ambos barrios se hallaban separados
por la calle Raimundo Fonseca (vía Oeste del actual Paseo Libertador), tanto es
así que existía en el cruce de dicha calle y la Bolívar, una esquina
llamada precisamente “Esquina La Frontera”. En Jobalito se encuentran
el antiguo “Cementerio Municipal de la Chimborazo”, el “Stadium Jobalito”
(donde ahora está el Mercado Municipal), la vieja Cárcel Pública (frente a
Insalud), Insalud, la Plaza Bolívar, la
Logia Candor 27, la Iglesia Catedral, la Casa de
Bolívar, las dos sedes del Ejecutivo del Estado Apure, el Museo de la
Cultura Antonio José Torrealba, Fundeapure, el Gimnasio 12 de
febrero, el Terminal de pasajeros Humberto Hernández, el Centro de
Profesionales, la Casa de la Cultura Don Rómulo
Gallegos , la casa de la familia Díaz Rodríguez, el Balcón de las Cestari, el
Balcón de la familia Aquino, la casa de Don Teófilo Decanio, el viejo Hospital
de la Caridad o antiguo Hospital Pablo Acosta Ortiz, los Tribunales
Penales, la casa de Don Eloy Lugo (Tienda Las Novedades), la fachada de lo
que fue vivienda y casa comercial propiedad de la familia
Fernández, conocida como “Mi Atamaica”. Mientras que en Barrio Abajo se
hallan: El Palacio Barbarito, la Plaza Sucre (También conocida como
Plaza Gómez, Independencia, de los chóferes y ahora Ricaurte), la casa de Don
José Faoro (con su caimana disecada), el Ince, la Biblioteca Pública José
Manuel Sánchez Osto, la antigua sede de la Voz de Apure, La
Casona (propiedad de la sucesión del farmaceuta Ramón Ignacio Rodríguez),
la sede del Vicerrectorado de la Unellez (antiguo Grupo Escolar
República de Guatemala), el edificio de La Salina en la calle 19 de
abril (antiguo depósito de sal en grano de la ciudad, donde ahora se halla un
CDI), el Consejo Legislativo del Estado Apure (CLEA), la
Capilla de la Virgen del Valle, el Parque Infantil Andrés Eloy
Blanco, el asilo de ancianos (antiguo antituberculoso en la calle La Miel)
y los diez puertos más representativos de la ciudad como fueron de Oeste a
Este: Puerto Barbarito, Ligerón, El Tamarindo, El Guasimito, La Pastora,
Puerto Arturo, El Resguardo, Casablanca, Las Mucuritas y Mi Cabaña (todos en
Barrio Abajo).
2. ¿Qué es una esquina?
Es el espacio resultante del cruce o
intersección de dos calles. Para facilitar la comprensión de este trabajo, se
ha convenido en destacar que las esquinas están constituidas por cuatro ángulos
rectos. Así tenemos al Norte dos ángulos, el Noreste y el
Noroeste y al Sur también dos ángulos; Sureste y Suroeste. Generalmente en
cada uno de esos ángulos se establecieron: pulperías, botiquines, tiendas,
instituciones oficiales, personajes o familias que le dieron nombre a esos
sitios.
Los sanfernandinos en algunos casos llaman
esquina a cada uno de los cuatro ángulos que integran ese espacio. Por ese
motivo algunas esquinas en esta ciudad poseen hasta cuatro nombres, como es el
caso de la Esquina “El Matajey” a la que también identifican
como “La Aragüeña”; cuando ocurre así, en este caso, se les denominará
con el nombre considerado más emblemático; no obstante, se reseñarán los
toponímicos por las cuales también se les conoció.
3. ESQUINA CASA ALTAMIRA
Calle Comercio cruce con calle Madariaga
“La Casa Altamira” se hallaba en el ángulo Suroeste de la esquina que
formaban el cruce de las calles Comercio con Madariaga; frente adonde
ahora se halla el viejo Palacio de Gobierno. Era un viejo caserón, con techo de
palmas, paredes de bahareque, piso de tierra y constituido por una hilera de
cuartos, el cual perteneció a finales del siglo XIX a Don Bernardino
Nádales. Recién llegado a San Fernando, procedente de El Líbano, Don
José Rujana le propone a Don Bernardino comprarle la vieja
casona. Una vez hecha la transacción, Don José la tumba y comienza a
construir otra vivienda de paredes de adobe (ladrillo de tierra), techo
con láminas de zinc importado y piso de cemento. En esa
residencia nacen sus hijos Martín y Carmelo, quienes desde muy pequeños
comienzan a ver al padre atender el negocio de víveres y mercancías secas.
Cerca estaba “El Cañito”, hermoso brazo del Apure, que en el
invierno recorría al pueblo de Oeste a Este (desde “El Picacho de San
Pedro” hasta el Puerto de los Hermanos Barbarito o “Puerto
Barbaritero). Precisamente cerca de “La Casa Altamira”, había un
importante atracadero de canoas, bongos y chalanas. Asimismo desde las
puertas del negocio se veían remontando “El Cañito” los vapores como “El
Masparro” y barcos de la Compañía Anónima Venezolana de
Navegación, que en invierno pasaban transportando su pesada carga hacia el Alto
Apure hasta Guasdualito. Cuando muere Don José, sus hijos alquilan la esquina a
Campo Elías Grau, quien instala un negocio de víveres, al que lo bautiza con el
sugestivo nombre “El Encuentro”; pero ya no se expendían las finas mercancías
traídas de Ciudad Bolívar y Caracas, sino que ya era la clásica pulpería
de pueblo, dedicada a la venta de leña, queso, mecates, linternas, pilas para
linternas, mecates, chinchorros, mosquiteros, casabe, fríjol, arroz,
tabaco en rama, chimó, manteca de cochino, maíz en concha, maíz pilado y por
supuesto, no faltaba el traguito de aguardiente preparado a base de “Guasimo”,
“Poncigué” o “Tamarindo” que hacía las delicias del transeúnte, quien presuroso
se dirigía rumbo a “Casa de Zinc”, donde Chara Latuff o donde “Los
Barbarito”, “Los Lleras Codazzi”, “Los Fernández” o a “La
Botica del Llano” de Don Jesús Cedeño, allá en “Barrio Abajo” o “Barrio El
Mamón” (ahora conocido como Sector Centro-Valle). Mas tarde se establece allí
José Solano con otro negocio llamado “El Triunfo”, quien parece
que no triunfó, por cuanto, lo arruinó la “Lotería de Animalitos” (era una
lotería que funcionó en esta ciudad hasta finales de la década de los años
cincuenta), la cual casi todas las tardes efectuaba los sorteos en la desparecida
“Plaza Libertad”, donde un señor muy alto y delgado, apodado “El
Flaco Felice”, era el encargado de darle vueltas a una enorme
esfera contentiva de los boletos. Esta rifa se efectuaba en presencia del
público que se congregaba en ese lugar a presenciar dicho evento. Don José
Solano no se “pelaba” un sorteo y aunque siempre perdía, exclamaba con
vehemencia -¡La próxima si ganaré! y así continuaba apostando, hasta que se fue
al foso y paradójicamente de “El Triunfo” no quedaba sino la destartalada
estantería; pero el empedernido jugador seguía insistiendo en las apuestas;
pensando que un buen día, un “Golpe de suerte” lo sacaría de la “Ratonera” en
que se había convertido lo que en otra época fue su prospero negocio.
Según testimonio de Pedro Laprea Sifontes, en el
diario “El Llanero”, escribía que Don Carmelo Rujana en uno de
los cuarticos, instaló al lado del negocio de José Solano otra pulpería
llamada “La Cueva del guácharo”, donde vendía de todo. Se estableció
con una inversión de novecientos bolívares en corotos, los cuales se
los fiaron Eduardo Hernández y Don Ignacio Rodríguez. En “El Cañito”
compraba los bojotes de leña seca para venderla a su numerosa
clientela. Cuando el señor José Solano desocupa el loca que se hallaba en
la esquinal, Carmelo se asocia con su hermano Martín y abre en el año 1946 su
negocio llamado “Casa Altamira”, donde vendía los famosos
sombreros “Carmeleros”. Martín en el año 1948, a la caída del
gobierno presidido por Don Rómulo Gallegos se marcha a Caracas, mientras
que Carmelo se quedó atendiendo el negocio, guardando la tradición de su padre,
pues esa vieja edificación fue punto de reunión de Don Diego
Eugenio Chacón, quien tenía su residencial frente a la de Don José Rujana y que
coloquialmente se le conocía como “La Chaconera”; también se reunían
allí Pedro Pérez Delgado (Maisanta), el General Waldino Arriaga, el
General Alfredo Franco (quien sería Presidente del Estado Apure en el año
1936), el apreciado médico Soriano., el abogado Temístocles Estévez, Don Pancho
Echenique y el padre Cedeño, entre otros personajes. La esquina de “La
Casa Altamira” no perdió el preciado don de la tertulia, la cual continuó
Don Carmelo. Algunos viejos apureños recuerdan que por allí pasó el
General Waldino Arriaga, cuando combatió en esta plaza contra el régimen
de Juan Vicente Gómez el 20 de mayo de 1922.
Don José y Carmelo Editorial Miranda, Villa de Cura, 1988, Págs. 253.
ya no están, pero la solariega casona todavía se
conserva como testimonio de la tradición de la parroquia San Fernando. Actualmente
se halla restaurada y es la sede de un moderno centro de comunicaciones.
Actual Esquina Casa Altamira,
vista desde la nueva sede de la
Gobernación
nueva. Fotografía: Hugo Arana Páez
FUENTES:
HEMEROGRAFICAS:
LAPREA SIFONTES, Pedro José Rujana, El
Llanero, San Fernando, 8-6- 1985, Año IV Nro. 444
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