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domingo, 4 de agosto de 2024

NELSON MORALES "EL RUISEÑOR DE ATAMAICA"


Un icono inolvidable de nuestro folclor.


Por Yolaiza Boada

Sobre el esplendoroso paisaje de las sabanas apureñas, en jurisdicción de la parroquia San Rafael de Atamaica se encuentra enclavado el caserío Mata Negra, allí nació NELSON RAMON MORALES RONDON "El Ruiseñor de Atamaica", hijo de Don Dámaso Morales y doña Juliana Rondón. Entre cantos de ordeños, rumores de lluvia y rios viajeros la tonada de su llanto se escuchó por primera vez el día 03 de agosto de 1943.


Era hijo único de don Dámaso, pero del lado materno contaba con cuatro hermanos mayores de nombres Cándido, Flor, Hilda y Manuel Rondón. Siendo niño sus padres deciden mudarse por lo que su crianza se desarrolla en la población de El Brazo, vía Achaguas. Su interés por la música llanera inicia a muy temprana edad; en esos primeros pasos era el "Indio" Figueredo quien lo acompañaba. Con su padre poco a poco se fue curtiendo en las labores del llano; las veredas y caminos fueron sus correderos, se recreaba con la naturaleza al atravesar ríos y senderos; cantaba en las labores de ordeño, en el pastoreo de la vacada y los sábados por la tarde cantaba pasajes y joropos en bailes sabaneros a la par de varios arpistas y otros copleros. Su canto amargo y altanero se fue regando por caseríos y pueblos, su musa podía estar en una muchacha bonita, en el relincho de un caballo, en un caño o en un estero.

En sus años primaverales participó en el programa de talento en vivo llamado "Fiesta Llanera" transmitido por la emisora radial "La Voz de Apure" ubicada en San Fernando, en este escenario conoció a dos hombres dotados de humildad y de una genuina llaneridad: el arpista Omar Moreno y Pablo Jacinto Orozco Martínez, este último director del sello disquero "Cachilapo" popularmente conocido como "El Pariente", ellos fueron los encargados de abrir las puertas de la fama a nuestro gran Ruiseñor de Atamaica.


Para el año 1967 apoyado por ese gran sello criollo Morales lanzó al aire su primer 45 r.p.m. contentivo del tema "El Delirio de Bolívar" y de respaldo un pasaje titulado "Recuerdos de Arichuna", con acompañamiento musical del maestro Omar Gerónimo Moreno Gil, iniciando de esta forma una imparable carrera de éxitos. 


Llenos de regocijo por el triunfo obtenido, comenzó la planificación y desarrollo de actividades para la grabación del LP denominado "Estampas del Llano Adentro", bajo la dirección musical del maestro arpista Omar Moreno. Este trabajo fue armado con varios temas, entre ellos: "Los Maizales", "Pajarillo N° 1", "Los Merecures", "Exclamación de los Peces", "Tribunal Divino", "Amor Infiel", "Las Dos Fieras", "Masacre en la Rubiera" los cuales sonaron con persistencia dándole más popularidad al cantante.


Morales destacó como artista en el renglón llanero porque tenía capacidad para identificar las notas musicales sin necesidad de referencia, sumado a esto su voz era versátil, tenía buena dicción y excelente afinación; sin hacer esfuerzo interpretaba con mucha facilidad el joropo en sus distintos ritmos o golpes, era como si los ríos Arauca y Atamaica les hubiesen prestado la fuerza de sus aguas cantarinas para que su grito de vaquería fuera reconocido en todos los Cajones de esa sabana bravía. Freddy Ibañez Pereira operador de radio de la emisora La Voz de Apure con acierto definió a Nelson Morales con el epiteto de "El Ruiseñor de Atamaica", comparándo su voz con el canto ilimitado, fuerte y melodioso del pájaro ruiseñor.


Su pasión era la música llanera, empeñado en seguir triunfando decide irse a Caracas con don Marcelo Quinto, en la capital de la República recibió la ayuda generosa y solidaria del poeta y compositor larense don Valentín Carucí dedicado a promover y defender el talento nacional. Su aceptación en el público cada día era más notoria, su popularidad la vivía con momentos gratos y otros no tan gratos que tuvo que resolver con mucha prudencia para disminuir riesgos; en la ciudad de Villavicencio, Colombia, estando en un centro nocturno a la espera de su turno para actuar fue amenazado por un hombre el cual se presume era guerrillero, este apuntándolo con un arma de fuego exigía su actuación en forma inmediata; el orden en la programación fue cambiada y "El Ruiseñor de Atamaica" con mucho aplomo subió a la tarima y con su garganta de acero, recia y bien afinada deleitó a aquel hombre y a toda aquella fanaticada. En otra oportunidad fue montado en un helicóptero y llevado a un campamento guerrillero donde festejaban el cumpleaños de uno de los comandantes del grupo armado, allí en medio del susto calmó sus nervios, tomó fuerza sacando a relucir sus dotes de buen coplero; regresando sano y salvo a sus correderos. Tiempo después vivió otra situación de peligro, cuando regresaba de una exitosa gira por México, el avión hizo escala en Guayaquil, Ecuador y desde allí fue desviado por varios sujetos a Cuba, en esa oportunidad conoció a Fidel Castro.


Nelson Morales era un llanero genuino, auténtico, conocía perfectamente su potencial, cultivaba su inspiración en los amores, desamores, las injusticias, las faenas de rodeo, las vaquerías, el encierro de ganado, todas sus vivencias le servían para componer versos, coplas; como ejemplo se puede nombrar el tema "Masacre en la Rubiera" en el cual relata la matanza de varios indígenas en una hacienda ubicada en territorio colombiano fronterizo con el Capanaparo apureño. Morales para ese momento era funcionario de la División de Inteligencia Militar y formaba parte de la comisión que investigaba el suceso en consecuencia conocía los pormenores del caso. Inspirado en ese suceso e incentivado por don Jacinto Orozco Martínez uno de sus mentores en Discos Cachilapo, escribió en forma de protesta la trágica historia vivida por los indios Cuibas al ser invitados a una fiesta por el caporal de "La Rubiera". Otro ejemplo es el tema "Auristela", para componer esta canción su musa se inspiró en una decepción amorosa.

Morales como contrapunteador relancino tenía rápidez para contestar con cordura, con rima, no se salía del tema y guardaba el pulso correcto dentro de la estructura musical. Su espíritu de llanero altivo lo llevó a rivalizar con muchos jerarcas de la canta criolla: "El Carrao de Palmarito: reconocía a Nelson como coplero de copleros, decía que su altanería y reciedumbre era un don muy particular en el folclor incluso decía que habían canciones y golpes que nunca pudo interpretar y Nelson las hacía con mucha facilidad; juntos grabaron el disco "Dos Cantaclaros Frente a Frente". Con Darío Silva "El Pollo de San Fernando" grabó "Cuando un Coplero Responde", con Santiago Rojas "El Turpial de Guardatinajas" grabó "El Soldado y El General"; con su primo Eloy Morales "El Veguero Nato" grabó "Versos de la Lejanía", "La Copla del Cabrestero", "Tan de a Caballo y a Pie", "Discusión de Dos Copleros", "Coplero cruza Camino", todos autoría de "El Ruiseñor de Atamaica".También grabó con Franklin Carpio, Melecio García y otros copleros de fama. 


Nelson Morales era un cantante de mucho recurso, su atarraya estaba abarrotada de buenos versos; tuvo la hazaña de contrapuntear de media noche pal día sin repetir un verso durante toda la porfía, en una presentación en el Caney Tropical de Maracay cantó cinco pajarillos en forma consecutiva. Su fanaticada lo identificaba como el "Verdugo de la Canta Criolla". José Francisco Montoya ha reconocido en muchas ocasiones que su único contendor en duelos improvisando fue Nelson Morales, al referirse a sus versos los califica de amargos y camorreros.


En su fructífera carrera musical sus éxitos se agupan en varios discos larga duración entre ellos: "Estampas del Llano Adentro", "Del Llano soy Defensor", "El Recio", "Remembranzas", "El Auténtico Llanero", contentivos de canciones que hoy día forman parte del repertorio del folklore venezolano. Sus proyectos musicales fueron respaldados por sellos disqueros como Cachilapo, Lolimar, Discomoda, Bambuco en Colombia y Era Musical.


El poeta apureño Julio César Sánchez bajó tranquilo al sepulcro porque pudo entregar a Nelson Morales la letra de "Kirpa Altanera" una composición de su pluma inspirada y dedicada a él como llanero trovador del Cajón de Arauca apureño. Otros temas de Sánchez Olivo para Morales fueron "Puerto Miranda" y "Cajón de Arauca Apureño".


El señor Fausto Viña su viejo amigo y paisano de Atamaica recuerda cuando Nelson preparaba sus famosos picadillos de carne al estilo llanero escuchando canciones de Angel Custodio. A raíz de la muerte de Loyola el sello Lolimar consideró que Nelson Morales era el cantante idóneo para hacer un trabajo discográfico en homenaje a "El Tigre de Masaguarito", de esta manera surgió el larga duración titulado "Remembranzas", grabado con sensibilidad, afecto, admiración y respeto hacia el artista muerto; en ese disco se incluyeron temas como: "Cajón de Arauca Apureño", "Rosita", "La Guayaba", "Triste Despedida", "San Felipe", "Puerto Miranda, "Las Tres de la Mañana", "El Prisionero", "24 de Enero", "Tierra Negra". 

 

Morales lanzó al aire su último trabajo titulado "Grito de un Llanero Activo" apoyado por el sello Nueva Era en este trabajo fue acompañado por el arpista Joseíto Romero y su conjunto; un álbum contentivo de piezas donde se le rinde homenaje a distintas figuras del llano como Alberto Arvelo Torrealba, Pedro Emilio Sánchez, el Indio Figueredo y Adilia Castillo, igualmente se integra un contrapunteo con Melecio García el Pollo de las Maporas; un trabajo discográfico donde el Ruiseñor hace gala de su sencillez y con mucho sentimiento expresa lo que vivió y sintió a lo largo de su carrera musical; allí suenan temas como: "Amor Fracasado", "Grito de un llanero activo", "Añorando mi pasado", "Palomita Montañera", "Bonguero del Río Guanare", "Sabaneando un Cimarrón", "Mi Sed de Amor", "El Caballo del Escudo", "Mi Sufrimoento de Amor", "Adiós al Indio de Apure", "Mis Dos Amantes", "La gran Verdad sobre Quirpa", "Por el Chaparro a Caballo", " Mi Corazón es Sublime", "Custodio y Venancio Laya", "Cuando se fue Pedro Emilio". 


En el transcurso de su vida artística este legendario apureño tuvo presentaciones a nivel nacional, pero también se atrevió a llevar su grito altanero, retador, cimarrón y pendenciero a Perú, Panamá, Estados Unidos, Colombia y México. Su voz también retumbó en el teatro Teresa Carreño. Recibió infinidad de reconocimientos tanto nacional como internacionalmente. En su oportunidad agradeció a autoridades de la población de Elorza por haberle rendido homenaje al decretar que una de las calles del pueblo lleve su nombre. Para los colombianos fue un ídolo, en una de sus giras tuvo el honor de firmar el Libro de Visitantes Ilustres de la Quinta San Pedro Alejandrino en Santa Marta y recibir en esa oportunidad Las Llaves de la ciudad. Muchas fueron las distinciones y premios recibidos en festivales de contrapunteo y corríos llaneros, también se hizo merecedor de premios como "Cantaclaro de Oro", "Maracaya de Oro", "Cucarachero de Oro". Recibio diplomas de reconocimiento de parte de las autoridades de la Universidad Central de Venezuela por su labor en pro del folclor llanero. Una estatua suya de medio busto reposa en la plaza del pueblo de San Rafaeleño.


Nelson Morales era un hombre criollo, alto, delgado, lleno de humor, de carácter fuerte, delicado, seguro de si mismo, acogedor, humilde, honesto, carismático, con mirada profunda. Muy culto, amante de la lectura, le gustaba conversar pero también amaba el silencio. Tenía un defecto visual que ha sido dificil decifrar pero "tuerto" no se dejaba llamar. Era enemigo de las injusticias, las mentiras y los abusos. Vivía en Maracay, en Rancho Alegre también le gustaba estar, con tucos y alpargatas solía andar, en su cabeza el sombrero y el caballo siempre dispuesto para cabalgar. Para sus presentaciones vestía de sombrero, liki liki y una buena fragancia también le gustaba usar. En su vocabulario el refranero no podía faltar, era costumbre escucharlo decir "no doy razón de mis planes porque los echo a perder", "el tarde nunca es temprano", " la violencia es el arma de los que no tienen razón". 


El Ruiseñor de Atamaica tuvo diez hijos en total, de su relación marital con la señora Haidee Triana nacieron sus hijos mayores de nombres: Elida, Jairo, Miguel, Yohana y Yoel. Luego estableció una relación con la señora Irene López procreando a Norelkys, Dayana, Nelson, Isbeth y Julia. En el año 2000 contrajo matrimonio con la guariqueña Romelia Aponte "La Poetiza", con ella no tuvo descendencia. Sus hijos lo recuerdan con amor, Nelson Junior el menor de los varones tiene grabado en su mente cuando su padre le sonreía, lo abrazaba y dándole un beso en la frente le susurraba "verte a ti es verme a mi mismo cuando estaba niño".


Morales era un hombre enérgico, gozaba de buena salud, nunca se enfermaba no sufría de nada, pero el día 31 de enero de 2005 su pecho se estremeció con la embestida de un infarto que no resistió, ensilló su caballo y voló atendiendo el llamado del Señor. Muchas personas asistieron al acto del sepelio, entre los presentes se encontraban personajes de la canta vernácula como Juan Armada, Orlando Prado, Pablo Labrador, Eloy Morales, Omar Moreno, Francisco Montoya, José Alí Nieves, José Jiménez "El Pollo de Orichuna", Juan Chiquito, José Archila, Ramón Blanco; músicos y cantantes que para despedirlo siguieron la tradición y entre dolor y lágrimas cantaron melodías criollas que fueron su pasión.

 

Nelson Morales fue una gloria del folclor que en los patios llaneros al pie de un arpa con su tañío se identificaba como buen coplero, relancino y trovador. El Ruiseñor de Atamaica seguirá vivo en la memoria de quienes lo recuerden, de quienes cuenten sus historias, sus logros, sus triunfos y escuchen sus canciones.


Ante todo estoy altamemte agradecida con Dios por la culminación de este trabajo, asimismo agradezco al señor Fausto Viña por hacer posible mi contacto con Nelson Yunior hijo de don Nelson Morales quien mostró interés y colaboró amablemente en el suministro de datos. Igualmente agradezco toda la información proporcionada por don Eloy Morales "El Veguero Nato", primo del Ruiseñor de Atamaica, su aporte también fue de gran utilidad en la redacción de esta reseña. 


Es bueno contar las historias para saber quienes somos y para no olvidar lo útil que hemos sido en la vida. 

miércoles, 22 de mayo de 2024

OLDMAN BOTELLO


 Un 22 de Mayo del 2022 fallece el periodista Oldman Jesús Botello González en la ciudad de Maracay a la edad de 75 años, de una vida fructífera como educador, escritor y cronista de Maracay. 

Oldman Botello, nació en Villa de Cura el 5 de febrero de 1947. Casó con doña Jennifer de Botello, con quien procreó dos hijos.

Fundador del gremio periodístico en el estado Aragua con la otrora Asociación Venezolana de Periodistas (AVP), antecesora del Colegio Nacional de Periodistas siendo el periodismo activo su profesión inicial como reportero del diario El Imparcial, dirigido por el también periodista Marcos Guerrero Chacón; luego ejerció la docencia en el liceo “Juan Vicente Bolívar y Ponte”. Columnista en el diario “El Siglo” por muchos años y miembro activo de Academia de la Historia de Venezuela, Miembro de la Asamblea Nacional de Venezuela, Diputado al Congreso de la República de Venezuela por la Circunscripción N° 5 del estado Aragua (1989-1994) y Diputado al Congreso de la República de Venezuela por la Circunscripción N° 5 del estado Aragua (1994-1999)

En 1971 publicó su primer libro de investigación: Historia de Villa de Cura (tránsito por la vida de un pueblo), con prólogo de Aquiles Nazoa. Desde entonces se dedicó a la investigación de la historia de Villa de Cura y Maracay, así como de otros pueblos de los estados Guárico y Apure

Posteriormente colaboró en el Atlas de Venezuela del diario El Nacional, trabajó en el Instituto de Antropología e Historia del estado Aragua, fue redactor del diario El Siglo, donde publicó además de amplios reportajes, la columna semanal Curucuteando el Arcón, así como director de la revista Expresión, de Villa de Cura.

También formó parte del equipo redactor del Diccionario de Historia de Venezuela, publicado por la Fundación Polar.

miércoles, 8 de mayo de 2024

EL VOCABULARIO EN EL VIEJO CARAMACATE

 


Por Miguel Barrios M


Los pobladores del viejo Caramacate usaban palabras muy comunes entre ellos, y formaban parte de su coloquio, uso y costumbres. 


Usaban la palabra "chavala" para referirse a una dama hermosa y joven, "aguado" hombre inútil y flojo que no podía cumplir ninguna actividad, "de metra" y "resorte" persona con patología psiquiátrica, "bufarro" persona con desviación sexual, "una bosta" persona mal educada, prepotente y mal carácter. "cántara" era los tobos, envases o algo parecido, " san pablera" una trifulca colectiva, "en la carraplana" persona arruinada, y sin bienes materiales,"Peladero" fundo improductivo, y sin actividad alguna,"padrote" para referirse al

jefe del hogar, toro y cerdo padre, "patiquin" persona que vivía de otros sin trabajar, "remonta" para referirse al caballo, burro y mula del llanero para ejecutar actividades o faenas propias del llano, "patió la rosa" frase usada para referirse a una persona recién fallecida, "Asina" para dar una explicación de hacer las cosas correctamente,"chífla" empleaban esta frase para referirse a una persona de sexo femenino que no respetaba las normas del hogar ni normas del esposo, no cumplía órdenes y se consideraba libre de hacer lo que dictará su conciencia, "pataruco" persona cobarde, débil y lleno de miedo, "con el pasto alto" persona flaca por hambre o mal alimentada, "charuno" persona que no cumplía con las normas cristianas y lo hacía a su parecer. También se empleaba para los caballos con mañas luego de ser domados, "chapuzero" persona que hacía a medias o mal realizadas cualquier actividad propia del campo, "esmachetado" persona que se movilizaba de un lugar a otro a máxima velocidad, "ajitarse" pulgarse o sufrir de diarrea, "chucuto" animal sin rabo, "coroto" tenía dos significados compra de comida, también se referían a los enseres del hogar, "tarama" cabelleda abultada y sin peinar de una persona, "bote" donde se depositaba la leche para hacer el queso, "barrear" derribar un animal e inmobilizarlo, "ajilarse" caminar uno detrás del otro, "amanecío" llanero trasnochado, "pingo" persona inocente, tonta y fácil de engañar, "amansar" domar animales,"amorochao" pegado a otro, y "andón"caballo o burro de paso suave. 


Habían otros que pronunciaban incorrectamente las palabras helicóptero "halicóptero", ambulancia "embulancia", fósforo "fósfaro", Cédula "segula", activo "artivo" avioneta "vioneta", entre otras. 


Además utilizan términos para hacer referencia a las herramientas o instrumentos para las faenas de llano como "chicote", "soga", "por si acaso", "falzeta", "suelta", "sujeto", "gurupera", "tapa ojo", "pechera", "cubierta", "soadero", "silla", "freno", y "charnela", "garabato", "rejo", "verga de toro", "charapo", "cincho", y "altezon". 


Muchas de éstas palabras coloquiales de los caramacateños de la época son impronunciables en la actualidad por ser consideradas en las normas jurídicas de esta época moderna como ofensivas o delitos. Sólo quedan para la historia y los recuerdos. Tiempos aquellos!!!


Foto referencial Julian Pinilla todos sus derechos de autor.

lunes, 29 de abril de 2024

BONGOS Y CANOAS (Recuerdos del Viejo Apure)


 Autor: Julio Cesar Sánchez Olivo

Navegación en Aguas Apureñas

Programa Radial en la Emisora "La Voz de Apure" junio de 1975

Muy buenos días estimados oyentes:

Cumpliendo lo que les venía anunciando, hoy comienzo a relatarles cómo era la vida del apureño por los ríos y otras aguas de nuestro llano en la época de invierno, sirviéndole de transporte las canoas y los bongos. Les hablaré en el lenguaje sencillo de ustedes, que es el mio cuando con ustedes converso.

Es bueno que sepan que de aquí, de San Fernando, a Guasdualito, el viaje en bongo remontando el Apure, era de treinta días. De aquí a El Amparo se gastaba el mismo tiempo, pero el viaje era por el río Arauca. A Calabozo se iba por el río Guárico, que ustedes lo ven hoy casi seco, no navegable.

La tripulación de un bongo la integraba el patrón -o timonel- y los marineros. Estos que se llaman marineros son los hombres que agua arriba por el río impulsan la embarcación con palancas de madera, que son varas de algo mas de cuatro metros de largo, con una horqueta en una punta que fijaban en el barranco o en una rama de árbol y el otro extremo se lo apoyaban en el pecho y así recorrían el bongo de proa a popa, que en la práctica era pasarse ese bongo por debajo de sus pies en la marcha puesto que, como ya digo, la palanca estaba apoyada en un lugar fijo del barranco. El número de marineros o bogas- como también se le llamaba-era de acuerdo con la capacidad del bongo. Habían bongos hasta de seis bogas, que agua arriba iban como ya dije, impulsando al bongo con las palancas y la marcha era por las costas de los ríos; pero al navegar en sentido contrario, o sea aguas abajo, la navegación era por el centro de los rios, con el mismo número de marineros o bogas, pero el impulso se le daba a la embarcación con remos.

Quienes hayan leído la novela "Doña Bárbara" recordarán que su primer capítulo comienza, mas o menos así: "Un bongo remonta el Arauca. Dos bogas lo hacen avanzar lentamente". Este bongo, según lo explica la misma novela, era de toldilla o cubierta, que cubría la parte central del bongo como techo o protección de tablas. Los bongos sin toldilla eran los llamados de "pillote", en los cuales la carga se cubría con una lona y se amarraba con un mecate llamado "trinca". Los marineros al cargar un bongo de "pillote" procuraban colocar bultos apropiados para poder pisar al caminar por encima de ellos y asi no quebrar aquellas cajas expuestas a romperse por la fragilidad de ellas. Esto demuestra el cuidado que tenían estos trabajadores en su rudo oficio.

Los bongos y en las canoas de invierno Apure venían a ser practicamente lo mismo que hoy son por las carreteras los automóviles y los camiones: los automóviles serían las canoas y los bongos los camiones, con la diferencia de que en aquella época eran mas importantes para los habitantes del llano adentro la llegada de un bongo que la de un camión, hoy es muy corriente, es a cada momento la llegada de un camión o el paso de estos por las carreteras, mientras que el tráfico de los bongos era mas esporádico, era entre días y debido al aislamiento por la falta de medios de comunicación, la presencia de un bongo se hacía mucho mas interesante, porque llegaba cargado hasta de noticias, aunque viejas, eran nuevas para los que vivíamos en aquellas soledades sin recibirlas a diario como ahora transmitidas por la radio: en aquel entonces no existía la radio y era para nosotros San Fernando mucho mas importante que Caracas hoy para los apureños de aquí: los habitantes del fondo del llano apureño pasaban hasta años sin visitar la capital del Estado y muchos murieron de viejos sin conocerla porque no les gustaba moverse de aquellos sitios en donde nacieron y se criaron dedicados al trabajo: estaban sembrados allí por el cariño al medio.

Los bongos tenían una zona llamada piso como de tres metros, cubierta con tablas a nivel de las bordas, de la proa hacia atrás, cerca de donde comenzaba la toldilla o el "pillote". Los habitantes de las costas de los ríos podían conocer por el sonido de los pasos de los marineros, que se oían desde una distancia hasta de cinco kilómetros, si el bongo que se acercaba era de toldilla o de "pillote": cuando era de toldilla se podía apreciar el sonido de los pasos sobre el piso, luego el salto de aquí a la toldilla y el cambio del sonido de estos pasos sobre ella, mientras que si el bongo era de "pillote" solamente se oia el sonido de los pocos pasos sobre el piso. Estos golpes se oían a tan larga distancia porque el agua sirve de vehículo transmisor. Aún cuando los marineros recorrían al bongo de "pillote", como al de toldilla, de proa a popa impulsándolo con las palancas, se oían solamente los pocos pasos sobre el piso porque los dados sobre el "pillote" no producían ningún sonido. Quiero destacar la resistencia del llanero en estas faenas -como la verán en otras que también referiré en este programa-. Después de varios días de marcha y al acercarse a algún lugar habitado a las seis de la tarde, sin haber tenido mas descanso en ese día que unas dos horas mientras hacia la comida, siempre se mostraba de buen humor y lanzaba el grito característico como un aviso de que se acercaba a ese lugar, que era un grito largo y algo así como campaneado al final. Posiblemente de ahí nació el refrán de: "A vista de puerto no hay marinero cansao".

En estos trabajos era constante el peligro, exponiéndose la vida a cada instante. Creo que era el marinero que en la mañana al salir la embarcación daba el primer palancazo para arrancar la marcha, a quien se le daba el nombre de "proero" y a él correspondía en todo ese día la obligación de pisar tierra primero para amarrar el bongo y cuando en la marcha al empujarlo uno de estos marineros el bongo no llegaba al sitio en donde se iba a dar el otro palancazo porque había perdido fuerza en la marcha y se trataba de una costa del rio con mucha corriente o con un remolino y por lo tanto era seguro que el agua lo echara hacia atrás sin control y naufragara al chocar con el barranco, el patrón gritaba: "proero al agua!", y el marinero no se hacía repetir ese grito, sino que inmediatamente se lanzaba al río con el mecate o boza del bongo y al llegar la orilla, lo ataba a un árbol y si no encontraba en que amarrarlo se afianzaba en sus propios pies y a pulso sostenía la embarcación. Por esta acción no recibía ningún pago extra: era un accidente corriente, así como cuando a un carro se le revienta un caucho. Es bueno que sepan que este marinero en muchas ocasiones no esperaba que el patrón le diera la orden, sino que, como sabía que tenía que hacerlo, se lanzaba al agua a cumplir con su deber.

Con muchisima frecuencia le ocurrían a la tripulación de una embarcación cosas nada simpáticas, como al ver en las ramas de un árbol por donde se iba a pasar rozándolas, enrrollada una macaurel, culebra muy venenosa de mas o menos un metro de largo. Al marinero, en tal circunstancia no le quedaba otro camino que darle un golpe con la palanca o con la horqueta de ella aprisionarla contra la rama e irse en su marcha por arriba del bongo y quedaba alli el animal destrozado por la acción del golpe. Esta culebra es nocturna y por eso pasa los días dormida en los árboles y regularmente se encuentran muchas en los de las costas del río; también es acuática: se zambulle y recorre distancias de cierta consideración por debajo del agua. En una oportunidad fuí yo de pasajero en un bongo de El Yagual a Elorza y gastamos en el viaje diez (10) dias. Como a cada momento aparecían estas culebras en los árboles por donde pasábamos, me armé de un trozo de palanca, me colocaba sobre el "pillote" del bongo cuando aparecía una macaurel y las reventaba de un sólo golpe con la vara: maté nueve culebras en ese viaje. Esto revela dos cosas: la abundancia de macaureles en las costas de los ríos y que lo que estoy refiriendo son actividades vividas por mi mismo.

Lo que refiero de seguida no me ocurrió a mí, pero me lo contaron personas que me merecen crédito. En aquella época abundaban muchos los tigres en Apure y en algunas ocasiones. encontrándose un bongo en uno de esos ranchos en donde acostumbraban los bongueros pasar la noche, se les había presentado un tigre y los había obligado a embarcarse de nuevo, cruzar el río en la oscuridad e irse a dormir a otro lugar. (Los que se llamaban ranchos eran sitios que en las barrancas boscosas del río utilizaban los integrantes de la tripulación de los hongos para dormir y hacer comida. Estos lugares permanecian mos limpios porque los bongueros eliminaban la maleza existente por debajo de los grandes árboles).

En el invierno, cuando ya las sabanas estaban inundadas, eran utilizadas para desechar las corrientes de los rios, evitando así remontarlos y seguir el curso de sus numerosas vueltas. Por las aguas sabaneras se marchaba en línea recta y se acortaban los viajes en mas de un cincuenta por ciento. Por ejemplo: de San Fernando a El Yagual se hacía el viaje por el río en unos ocho días y por la sabana el tiempo se reducía a unos tres días y medio. Otro ejemplo: de San Fernando a "El Paso Arauca", por el río, había que coger por el Apure, luego salirse por el caño El Manglar y después remontar el Atamaica para coger el Arauca y llegar a "El Paso Arauca" en tres días aproximadamente; y en cambio por las aguas de las sabanas este viaje podía reducirse a un solo dia. Observen esta diferencia hoy con carretera, que de San Fernando a "El Paso Arauca" se llega en menos de una hora y que de San Fernando a El Yagual se vá en hora y media cómodamente.

Ya he señalado cómo cumplían los que formaban la tripulación de un bongo con sus obligaciones, exponiendo hasta su vida (bueno: en el llano de aquella época los que habitábamos y trabajábamos en el interior viviámos dentro del peligro constante). Observen esta otra situación que se le presentaba al marinero en las noches de lluvia: tenía que irse al bongo y permanecer en él mientras lloviera achicándolo, porque, si asi no lo hacía, lo seguro era que se llenara de agua y se fuera a pique o, cuando menos, se mojara la carga, lo cual constituía una verguenza para una buena tripulación. Hay que tomar en cuenta que en aquella época los aguaceros en Apure eran muy fuertes y de varias horas de duración. Ahora les voy a hablar de cómo se hacía y cómo era la comida en estos viajes en bongo.

Regularmente la comida era carne de res salada, arroz y, como pan, yuca, topocho, plátano y casabe. Eran frecuentes los hervidos de huesos con arroz y la carne frita. Los marineros hacían la comida, pero el patrón, quien ejercía la función de capitán de la embarcación, buscaba la leña, encendía el fuego y hacía el café. El bonguero no usaba las acostumbradas tres "topias" o soportes de tierra o piedra para montar la olla en donde cocinaba, sino que utilizaba un garabato o gancho de madera en forma de ángulo recto al cual le labraba una de sus puntas y la clavaba como estaca en el suelo; de este garabato guindaba el caldero u olla amarrándole un alambre de cada una de sus asas, alambre que quedaba como un semicirculo para esta finalidad. Al terminar la comida el bonguero lavaba caldero y platos y los guardaba en el bongo junto con el garabato mencionado.

Como a algunos de los oyentes les parecerá extraño que en la época de lluvias el bonguero prefiriera los ranchos a las casas existentes en las márgenes de los ríos, les aclaro el por qué de esta preferencia: en los solitarios ranchos se sentía como en su propia casa y sin la molestia de animales domésticos. En los ranchos, en las noches lluviosas, la tripulación y los pocos pasajeros que pudieran ir en la embarcación, se defendían del agua con cobijas de pelo apropiadas para ello y con pedazos de lona, que tendían por encima del mosquitero de tela que los protegia de la plaga (mosquitos) al dormir en sus chinchorros.

Existían ranchos famosos, unos con interesantes leyendas, como el rancho "Los Monos" y el rancho de "La Muerta", el rancho de "Carutico" en una zona en donde abundaban los tigres. Todos estos en las márgenes del rio Arauca. Pero en todos los ríos del Estado Apure abundaban estos sitios utilizados por los bongueros para dormir y hacer comida... A propósito de las comidas: los bongueros salían muy de mañana del lugar en donde habían dormido llevando en el estómago únicamente que el café negro y entre once (11) y doce (12) del día era que se detenían a hacer la comida. Allí en el rancho, a la sombra de los árboles, después de comer, reposaban un poco sobre una cobija que tendía en el suelo y hacía y tomaba el café tinto y transcurría un rato largo que le servía de descanso en las horas mas fuertes del sol. Después de este descanso reanudaba la marcha para detenerse a las cinco (5) de la tarde en donde iba a pasar la noche. Aquí se hacía la cena.

Ya se habrán dado cuenta ustedes que desde la salida en la mañana, posiblemente antes de las seis (6) hasta las cinco (5) de la tarde, se detenían una sola vez: a mediodía a hacer la comida.

Había olvidado decirles que también existían los bongos de "carroza" y ésta consistía en una especie de techo de paja arqueado sobre el bongo. Este techo se afianzaba en las bordas de la embarcación con trozos de bejucos gruesos. La "carroza" protegía del sol y la lluvia a las personas que iban dentro de ella. Una pequeña "carroza" en la parte de atrás de su bongo de "pillote", usaba la señora Petra Sandoval, mujer de recia personalidad dedicada a comerciar embarcado, y en su bongo, debajo de esa "carroza", llegó a dar a luz a algunos de sus hijos, sin alterar su actividad comercial. La señora Sandoval dejó varios hijos, entre ellos Jesús Sandoval y Carmen Sandoval de Del Moral. Todos ellos son personas de responsabilidad como lo fue su madre, que los supo criar con el hábito de cumplir con el deber. Con cierta emoción les habló de esta mujer apureña porque siempre se han mencionado a las mujeres veteranas en un caballo en las faenas de vaquería, tipo doña Bárbara, pero se desconocen estas otras también de acerado coraje, que se dedicaron libremente a la vida en los bongos en la honesta actividad del trabajo.

Les he hablado de los bongos y las canoas, pero había otros transportes fluviales que aparecían de vez en cuando:las piraguas o barcos de vela, que venían de Ciudad Bolíar y los Vapores a chapaleta, estos últimos utilizaban como combustible el fuego de la leña encendida en sus calderas. Los grandes vapores como "El Delta", "El Apure", y "Alianza", navegaban solamente por el río Apure porque era de mayor capacidad esta via fluvial. Por el río Arauca viajaban "El Arauca", "El Boyacá", "El Masparro" y "El Amparo". De estos vapores varios desaparecieron por naufragio, como "Alianza" en el Orinoco y "El Masparro" en el río Apure.

Al entrar las aguas en Apure, o sea al arreciar el invierno, ya en el mes de junio, el llanero cambiaba el caballo por la canoa: sus viajes eran embarcados para todas partes. No habían mas vías que los ríos, caños y las aguas de las sabanas anegadas, que eran centenares de leguas en el Cajón de Arauca, y el único medio de transporte eran las embarcaciones: bongos y canoas. Aquel Apure carecía de carreteras y de pistas de aterrizaje, porque no había carros a motor ni avionetas.

Para los que vivíamos en las costas del río Arauca constituía un gran recurso, para la comunicación con San Fernando, el tráfico de bongos de la capital del Estado hacia lugares del interior, porque podíamos hacerles encargos de cosas que necesitáramos, bien a familiares residentes en San Fernando o a casas comerciales de personas amigas. Lógicamente los elementos que iban en la embarcación eran personas con quienes teníamos vínculos de amistad, y de allí el que cuando nos enterábamos, por el ruido de los remos y los gritos de los marineros, de que venía el bongo, salíamos a la orilla del rio y el favor que ibamos a solicitar lo pedíamos a gritos, mas o menos así: "Mira, chico! Cuando llegues a San Fernando anda a casa de Fulano y le dices que me mande tal o cual cosa!!". Esta embarcación volvía a pasar por el lugar en donde habitábamos unos quince días después. Permaneciamos pendientes de ese día y al oir gritos de marineros y el ruido de los pasos en el bongo, acudiamos a la orilla del río y allí se nos lanzaba la encomienda:

la embarcación no se detenía para evitar la pérdida de tiempo. Dije ya que al entrar el invierno el llanero cambiaba el caballo por la canoa. Por eso los que vivíamos en zonas anegadizas como las de la margen derecha del río Arauca, cogíamos la res que necesitabamos para comer, embarcado. Esta actividad se realizaba de la manera siguiente: regularmente la res pertenecía a los ganados llamados de "rochela", que eran esos rebaños mas, salvajes, que huyen y se esconden en los montes al ver o sentir que se acerca la gente. Cuando estos ganados salian a comer a la sabana límpia o sea sin bosques, uno se iba en la canoa por el lado del monte y sorpresivamente le llegaba al lugar donde se encontraba comiendo con el agua a la costilla o mas arriba. El lote de ganado corría entre el agua hacia el monte de su escondite pero los veteranos llaneros que iban en la canoa, dos de ellos adelante empujando rápidamente la embarcación con las palancas y otro detrás de patrón o timonel con un canalete, velozmente se incorporaban dentro de los animales y enlazaban la res mas gorda y así se iban con el animal enlazado hasta llegar a la parte seca del monte y allí la mataban y la descuartizaban. Pero desde el sitio en donde la habian enlazado hasta el lugar en donde la mataban, regularmente ocurrían momentos de peligro que solamente los veteranos llaneros podían sortear, como reses que furiosas envestían hacia la canoa, en ocasiones enormes toros, y todos los que iban en la embarcación se lanzaban al agua, pero sin soltar al animal apresado.

Quiero hacerles saber que nosotros los Sánchez Olivo éramos de los especialistas del llano en estos trabajos de cazar ganado embarcado. Mi hermano Teodoro era siempre uno de los dos que adelante iban en la canoa impulsándola con las palancas y listos para enlazar las res escogida con la soga que ya se tenía hacia la proa de la canoa; yo siempre era el patrón. Al descuartizar la res toda la carne era echada dentro de la canoa y partíamos con la carga para nuestra casa a donde llegábamos en varias ocasiones ya entrando la noche. En este viaje teníamos que atravesar un brazo del Arauca llamado "El Garzón", que era casi un río, de fuerte corriente y muchos caimanes. Para atravesarlo mi hermano y el otro marinero sacudían las palancas contra la canoa, yo la golpeaba con el canalete y al mismo tiempo tenía que introducirlo en el agua para que la embarcación no perdiera la dirección y no fuera dominada por la corriente: simplemente, cumplíamos todos con nuestro deber de tripulantes y de espantar los caimanes con los golpes en la canoa, pues a estos animales los atraía el olor de la carne fresca. Todo lo hacíamos puede decirse que instintivamente y por el habito de la destreza en el manejo de la embarcación, pues no había tiempo para pensar: había que actuar al instante, rápido, sin titubeos.

Les voy a referir uno de los muchos accidentes dolorosos ocurridos en la navegación por nuestros ríos y que yo recuerde en aquella época de mi vida. El señor Vicente Fernández, dueño del fundo "Santa Marta", ubicado en la margen derecha del río Arauca como a veinte (20) kilómetros mas arriba de la población de El Yagual, salió de dicho fundo en un bongo de su propiedad cargado de queso y cueros de res para San Fernando y en la boca del brazo del río Arauca llamado "El Tuteque" se rompió el "morrocoy", que es una pieza de madera de donde se amarra la espadilla o timón del bongo; la embarcación perdió el control, la fuerte corriente le estrechó contra el barranco y naufragó, pero la tripulación, compuesta por los dos marineros y el patrón, agarraron al Sr. Fernández, que no sabía nadar y a un hijito suyo que lo acompañaba y los llevaron a un tronco de árbol seco que estaba en la orilla del río pero dentro del agua y allí los dejaron agarrados de dicho tronco y luego siguieron a nado a la par del bongo que iba aguas abajo medio sumergido, lo llevaron a la orilla y lo amarraron de una mata en el barranco, salvándose así la embarcación y gran parte de la carga. Cuando volvieron al sitio en donde habían quedado el Sr Fernández y su pequeño hijo, no hayaron ni el tronco de árbol de donde quedaron agarrados....Comprendieron que un caiman se los había llevado... Unos años después unos cazadores de caimanes mataron un enorme caimán y al abrirlo le encontraron en el estómago el reloj de oro y la empuñadura del revólver del Sr. Fernández.

Los naufragios navegando por los ríos apureños eran frecuentes, pero rara vez perecían los tripulantes y pasajeros ahogados, pues eran muy escasas las personas que no sabían nadar y aun cuando podían contarse por centenares de millares los caimanes existentes, no eran muy frecuentes las muertes por tan feroces animales: durante el tiempo de mi vida (veinte años más o menos) transcurrido en aquel medio, creo que no tuve noticias de que los caimanes se hubieran comido mas de diez personas. Ocurría algo muy importante: los habitantes del llano adentro teníamos una noción muy clara del peligro en que vivíamos, nos familiarizábamos con él y se nos desarrollaban el instinto de conservación... Parece mentira: en el llano civilizado de hoy ocurren muchas mas muertes por accidentes de tránsito que en aquel llano atrasado, bárbaro, sin recursos y llevando una vida riesgosa, en donde la muerte acechaba por todas partes.

He narrado todas estas cosas porque considero una necesidad de ustedes, gente joven de mi pueblo apureño y algunos que han venido y han echado raíces aquí con cariño, que ignoran cual fue la vida nuestra hace unas cuantas décadas ya, conocer cómo nos desenvolvíamos hace un tiempo no tan lejano.

Pero hay algo que yo considero de grandísima importancia y por eso quiero destacarlo: la responsabilidad y la lealtad del hombre de nuestro llano aun cuando no era sino un simple obrero que no sabía leer ni escribir. Fijense ustedes cómo cumplía ese hombre con su deber cuando se le ordenaba lanzarce al agua en lugares de fuertes corrientes y sembrados de caimanes y otros peligros para salvar la embarcación que tripulaba: cómo pasaba horas y mas horas de la noche con fuerte lluvia achicándole el agua al bongo para que no se hundiera; cómo en el naufragio del bongo del señor Vicente Fernández los hombres que integraban la tripulación trataron de salvarlo a él primero y luego siguieron a la par de la embarcación semihundida y evitaron que se perdiera ella y su carga...En fin: era admirable la lealtad de estos hombres y su decidida firmeza en el cumplimiento del deber, fieles cumplidores de su responsabilidad.

Mi gran esperanza es que esta responsabilidad, como hemos podido verlo en estos hombres rudos, sencillos, humildes, no desaparezca en sus hijos y nietos, muchos de ellos hoy profesionales universitarios, técnicos, maestros, secretarios. etc. La responsabilidad, la lealtad, el cumplimiento del deber, no pueden ni deben desaparecer y mucho menos en las personas que las han recibido como noble herencia, como fruto de una tradición familiar. Si aquellas personas, humildes y analfabetas, eran unas esclavas del cumplimiento del deber en rudos trabajos y en los cuales se exponía la vida, es inconcebible que entre sus descendientes, que se han cultivado en colegios y universidades, existan hoy irresponsables en el ejercicio de las funciones que les ha correspondido desempeñar y en donde actúan rodeados de todas las comodidades que brinda la vida moderna.

Dejo en los oyentes de este programa estos relatos que son historia viva de este querido Apure nuestro, y al mismo tiempo les dejo también mi mensaje.

Hagamos honor a nuestra raza, que es muy buena, y que nos ha llegado como valiosa herencia de nuestros mayores. Jamás seamos irresponsables y desleales porque sería traicionarnos a nosotros mismos.

Este folleto se terminó de Imprimir a los doce días del mes de Marzo de 1.984 en los Talleres de "Editorial Los Llanos S.R.L" Teléfono: 046-36361

San Juan de los Morros Edo. Guárico- Venezuela

sábado, 13 de abril de 2024

LAS MODAS


 "Los Sombreros Masculinos, Las Modas, El Corset, La Peluca y Los Armadores" 

En 1930 cuando inauguran el nuevo monumento de Simón Bolívar en la plaza que lleva su nombre, los sombreros masculinos tuvieron un gran significado. Los hombres llevaban sombreros para salir a la calle, ya fuera de pajilla o de fieltro. Un hombre sin sombrero era considerado un loco, además era el instrumento preferido para saludar. Quitarse el sombrero el paso de una dama conocida era un signo de buena educación y facilitaba el saludo.
Los sombreros de pajilla eran, como la palabra lo dice, fabricados de paja. Se componían de una copa y el ala. Alrededor de la copa y una cinta negra o de color oscuro que hacía en la parte derecha un lazo. No se acostumbraban las cintas de colores vivos de estilo escocés. Esos eran los que traían esos musius de otras partes. Rodeaba la copa un cordoncillo de sedalina, provisto de un ojal que pasaba por un tono de los botones del paltó, también esto era muy elegante.
Cuando hacía nueva brisa, el cordoncillo cuidaba de que la pajilla no se escapara, cuántas veces un hombre cuyo sombrero había perdido, se veía corriendo por la calle en pos de su pajilla, que iba disparada rodando por el suelo como rueda de bicicleta.
 "Las Modas"
El Corset, la Peluca y los Armadores fueron unas prendas de vestir que atormentó a las mujeres desde lejanos tiempos.
La utilidad del corset consistía en hacer aparecer a las mujeres con talle muy esbelto, cintura extremadamente delgada llamándola "Cintura de Avispa", destacándosele el busto de manera exagerada, complementándola los diversos peinados que le realizaban a las pelucas, además en la forma de vestir utilizaban unos Armadores para robustecer los trajes y lucir mejor las zapatillas estilo Luis XV.
La belleza de la mujer a través de los tiempos ha sufrido muchas transformaciones artificiales. En el siglo pasado, la belleza consistía en la gordura y en los talles delgados, obtenidos a base de estas fajas. Las mujeres cobraban el aspecto de un reloj de arena por el uso de estas prendas fatigosas a modo de meter la barriga. Pero todo sacrificio debía hacerse por la moda.
Grandes hombres de ciencia en todas partes del mundo, escribían sobre el uso de la terrible presión causante a la mujer a sabiendas de los significantes y como todo lo seguían usando y en la actualidad se sigue empleando para meter el mondongo, así es la historia del corset. Ahora bien, hoy en día hasta los hombres los usan para modelar y mantener la figura. A mono arreado ni que lo fajen chiquito.

Autor: Edgar de Jesús Decanio 
Repuntes II EL SAN FERNANDO DE AYER.

martes, 9 de abril de 2024

LA COMERCIALIZACION DE LA PLUMA DE GARZA

 

 

El comercio de la pluma de garza en el llano se conocía en el siglo pasado. Su explotación comenzó en 1884 y desde un principio dio excelentes resultados. La alta burguesia europea la solicitaba como adorno en sus sombreros y en los kepis de los soldados.

Dos garzas fueron condenadas al exterminio para lograr sus hermosas plumas blancas. La garza real o blanca (Casmerodius Albus) garcita blanca o chusmita (Egrreta Thula). Sofisticadamente en Europa lamaban a la primera Aigrette y a la pequeña Crosse: Lo primero traduce del francés penacho y garzota, y la segunda equivale a báculo, aludiendo los rizos u ondulaciones que recuerdan a este simbolo episcopal. Las llaneros entraban con sacos en los garceros, unos para recoger la pluma, que soltaban las aves y otros, para matarlas a tiros, especialmente la pluma de la chusmita, que era más apreciada y también porque la llamada flor en sangre, es decir, aquella que tenía el cañon sanguinolento en su base; tenia un precio mucho mayor, porque se conservaba más tiempo.

Un garcero técnicamente es "Altas concentraciones de garzas y cotuas que se reúnen invariablemente, año tras año en ciertos puntos de la floresta, para realizar el proceso reproductivo". La morada de moda de la garza es de Julio a Noviembre inclusive.

La estadística de su comercialización a fines del siglo pasado hasta 1902 es como sigue:

Año. Can't en K. Valor Libras 

                                      Esterlinas 

1897      2.369             25.810

1898      2.839             20.728

1899      2.534             20.830

1900      5.811             35.882

1901      2.013             10.375

1902      2.476             12.750

Como se puede apreciar, la estadística está referida a libras esterlinas, de lo cual se infiere que la mayor parte de de estas ventas fue a territorio inglés. Es de advertir que todas estas exportaciones lo fueron a través del puerto de Ciudad Bolívar, que era internacional.

En 1903 hubo restricciones para la cacería de las garzas a tiros tanto en Guárico como en Apure, y a esto se sumó la ley del 26 de junio de 1917 sobre recolección y explotación de las plumas y aparecida en la gaceta oficial número 13.193.

Otra estadística, esta vez del Ministerio de Hacienda da cuenta que en el período de 1910 a 1919 se exportaron 13.438.099 kg de pluma por un valor de 10.952.111,02 bolívares y al mejor año para esta explotación fue en 1913, en el segundo trimestre cuando arrojó un peso de 2.172.446 kg con un valor de 2.954.366,30 bolívares. Con razón hubo tanta bonanza durante la explotación del oro blanco de Apure. En este año 1913 la Aigrette se cotizaba en 1.800 bolívares por kilogramo y la Crosse entre 6.000 y 8.000 bolívares por kilogramo. En los últimos años del siglo XIX se situaba en 600 a 800 bolívares las primeras y 1.200 y 1.600 bolívares las segundas. Se depreciaron con la guerra europea a partir de 1914, pero siempre continuó este comercio.


Uno de los vendedores de pluma de garza al momento del auge fue el general José Antonio Briceño, quien había sido edecán de Guzmán blanco (Trujillo, 1841- Maracay 1937). Residía en la llamada Casa Amarilla de San Fernando, donde funcionaba la administración de rentas y la gerencia de la empresa de alumbrado, cuyos dos cargos ejercía hacia 1915 el general Briceño (fue uno de los instaladores de servicio de gas de acetileno en 1909); era una casa grande, de corredores, perteneciente a la familia Mendible y allí, en el patio, Briceño organizó un garcero "por vía de ensayo industrial" que como decía la publicación de la época: "Representaba un excelente estímulo para el desarrollo de la explotación de pluma de garza por un sistema que ofrece perfecta seguridad de buenos proventos..." Decía el general Briceño que con un garcero doméstico las garzas se criaban y multiplicaban sin sin ninguna dificultad, mudan las plumas dos veces al año; la recolección que se desprende del ave se facilita por el limitado espacio del garcero; es más bella, más limpia y sin imperfecciones. Hasta 1915 se amenazó la existencia de los garceros por la matanza de las especies con escopetas, pero este sacrificio fue prohibido porque aparte de exterminarlas .... "extinguiendo una industria productiva...." Se cerraban.. " Los mercados extranjeros a la producción nacional por cuánto en los países consumidores se prohibía con el intento de preservar de crueldades a ciertas clases de aves, la importación de plumas de adorno..." En efecto en Estados Unidos, la sociedad Audubón y el Museo Americano de Historia Natural emprendió una campaña contra la importación de plumas de aves y expresaba en su libro El doctor William T. Hornaday, en 1913, que en Venezuela se mataban las garzas; esta campaña contra el comercio de la pluma incluyó al Congreso Norteamericano, las legislaturas estatales y hasta el Reichstag alemán y el Parlamento Canadiense. Esta campaña surtió sus efectos y se aumentó la vigilancia para evitar la matanza; en el ejemplar garcero doméstico del general Briceño se cosecharon en el año 1916, 450 gramos de pluma. Una relación del jefe civil de San Fernando, Jesús Fernández V. y de la junta de la cual era presidente, acompañado de Nicolás Decanio, Pedro Luis Esté y Celestino Gómez como secretario, en agosto de 1926 informaba de los Garceros del municipio San Fernando: San Pablo de H. Moros (de quinta clase); El Playón de la sucesión Castro Lugo (quinta clase); a quienes mataban las garzas se les penaba duramente e inclusive hubo un caso de un tal Juan moreno, sorprendido disparando en un garcero y fue fusilado incontinente por comisiones oficiales que lo sorprendieron. Otros Garceros conocidos fueron -según Sánchez Olivo- el de los Barbarito en El Encanto, el de los Sánchez Ostos, El de Don Luis Palacio el delato la Esperanza. Las garzas venían a los garceros porque allí estaban más seguras de sus depredadores naturales y del hombre.

El procedimiento consistía en recoger las plumas de los garceros y en el caso de los que las sacrificaban, simulaban con un figurín o espantapájaros que era el cuerpo disecado de una garza. El cazador se escondía en una enramada y cuando las aves descendían, se aprovechaba para disparar. Podía matar hasta 100 en un amanecer o en una mañana.

La chusmita era la más valiosa, como quedó dicho. La pagaban a 8 bolívares el gramo, pero su pequeño cuerpo no alcanzaba sino un gramo de pluma; se caracterizaba por una suave ondulación en la punta; la garza blanca, flor en sangre, tenía un valor de 2 bolívares el gramo y cada garza podía suministrar hasta 8 gramos de pluma promedio. Los grandes comercios de San Fernando adquirían el producto a los cazadores y los exportaban a Europa. Produjo mucha riqueza este infame comercio; se recuerda que en una ocasión llegó un barco a San Fernando por compradores que traían una caja de monedas de oro para pagarlas, porque si circulaba poco los billetes y era tan pesada, que debieron dejarla a la orilla del río, frente al comercio de Ligerón y nadie osó tocarla.

Sin embargo, hubo ecologistas en San Fernando, que en 1915 organizaron una junta que propugnaba la conservación de los garceros.

Las plumas, para su embarque y transporte a Europa, eran colocadas en cajas de zinc con alcanfor, para evitar la polilla, bien soldadas las cajas; cada una de ellas no debía sobrepasar los 5 kg y la pluma no muy ajustada, tampoco muy floja para evitar su maltrato.

A principios del siglo los penachos se cotizaban en Estados Unidos (específicamente en Nueva York) entre 25 y 30 dólares cada onza los pequeños y de 7,50 a 10 dólares las plumas largas. "El precio va en aumento, pues nunca se ofrecen al mercado en grandes lotes. El más costoso de todos los adornos de pluma son los penachos y tienen gran demanda. Algunos de los más raros y bonitos Aigrettes son de Venezuela y se toman de una especie de herón o garza grande..."

Hacia fines de la segunda década de este siglo decayó la comercialización, azotada por la crisis mundial y por la protesta de las nuevas generaciones europeas contra este lujo de la burguesía, reemplazándose por fibras sintéticas. En 1925, el Presidente del Estado Apure Dr.  Hernán Febres Cordero, informa de las medidas adoptadas para frenar la matanza de garzas. Se ordenó sellar en la temporada de recolección de la pluma -los bultos de pólvora, fulminantes y demás materiales de cacería, en las diferentes casas comerciales del estado; en la sola plaza de San Fernando- cita el mensaje de Febres Cordero a la Legislatura Regional- se sellaron 151 kg de pólvora 1682 kg de municiones y 526.349 fulminantes "...Material de cacería destinado en su mayor parte a la matanza de garzas..."; todas las escopetas deberían presentarse ante la autoridad durante el tiempo de dicha cosecha. Informaba el presidente de Apure que en las matanzas de las garzas "...concurrían individuos de todas condiciones y profesiones: unos ejecutando material y directamente el hecho, otros sufriendo medios para realizarlo y no poco sirviendo de intermediarios entre los nómadas de la pampa y los ricos comerciantes de las poblaciones..." a juicio del funcionario gubernamental, las medidas surtieron efecto y "...dejaron sin molestias la rica cosecha de su plumaje a los dueños de garceros y dormitorios..." En plena crisis, en 1932, señala la cámara de comercio de Caracas: "En una época este negocio fue un fue de suma importancia en la vida comercial de San Fernando, siendo esta ciudad hace 10 años uno de los puntos de embarque más importantes del mundo. Esto trajo a San Fernando el periodo más próspero de su historia, pero con la decadencia de esta industria, debido mayormente a los cambios en las modas de sombrero para mujeres, la ciudad sufrió contratiempos cuyos efectos todavía se sienten..."

A la muerte del General Gómez, sus familiares mandaron a traer del hato la Candelaria un lote de 28 cajas de plumas almacenadas, con un peso aproximado a los 548 kg, los cuales depositaron en la casa Barbarito, pero el pueblo conoció esta información, las hizo sacar de allí y las quemó. Se calcula el precio de este lote de plumas en un millón de bolívares.

Así culminó este comercio que enriqueció mucha gente en apure y aumentó las arcas, de por sí llenas, del general Juan Vicente Gómez; con la crisis económica y la extinción del comercio de la pluma, quebraron numerosos establecimientos y se arruinaron muchas opulentas familias.

Autor: Edgar de Jesús Decanio

Repuntes II El San Fernando de Ayer 

Foto Cortesía de la Fundación Decanio, Dama de los años 20 luciendo Plumas de Garza.

Restauración de la foto Alexis Tovar 

domingo, 31 de marzo de 2024

EL CRISTO DE LA SABANA

 


Autor: Hugo Arana

Con motivo de la conmemoración de la Semana Santa 2024, se lo dedicaremos a una leyenda apureña y a una valiosa y preciosa imagen de Cristo Redentor, la cual fue plantada en mitad de la sabana, rodeada de cuatro angelitos llaneros, en tierras del Hato La Trinidad de Arauca, propiedad del hatero, Don José Natalio Estrado, quien destacó como poeta, músico y cineasta. Demás está decir, que ese hato perteneció a la hatera Francisca Vásquez de Carrillo, mejor conocida como Pancha Vásquez, quien fue la mujerona que inspiró al maestro Rómulo Gallegos para escribir su novela Doña Bárbara. Por cierto, el Hato La Trinidad de Arauca, se halla cerca de la población apureña La Trinidad de Orichuna en el Municipio Páez y donde originalmente estaban los hatos Mata e´ totumo y Menoreño, propiedad de la rica y enigmática hatera. 

Amén de dedicarle este programa especial al Cristo de la sabana, también se lo brindamos al hatero apureño Don José Natalio Estrada, porque él, fue quien mandó a esculpir esa hermosa pieza a Italia y quien el domingo 31 de marzo de 2024, estaría cumpliendo 123 años de su nacimiento. 

1. LA LEYENDA DEL CRISTO DE LA SABANA 

Hace muchos años, en el Hato La Trinidad de Arauca, ubicado en el Cajón de Arauca, propiedad de la familia Estrada por cinco generaciones, existe un bonito médano, donde frecuentemente jugaban los niños de la Fundación, hasta que un día, empezaron a comentarle a sus padres que en ese lugar veían a una señora muy bella pero con barba y que a través de su ropa podían verle el corazón. Esa extraña narrativa llegó a oídos de Don José Natalio Estrada Torres, quien encargó a Italia un Cristo de mármol de Carrara, aparentemente sin dar mayores especificaciones.

Imaginemos por un momento cuánto tiempo tardó en llegar dicho encargo al Hato La Trinidad de Arauca, cuando las vías de comunicación terrestre eran prácticamente inexistentes. Entonces, los ríos eran la vía más expedita para el comercio y por allí debió salir el encargo de la fina imagen de mármol y por esa misma vía, debió llegar años más tarde materializado en la hermosa escultura del Cristo Redentor. No se sabe exactamente cuánto tiempo tardó en llegar el Cristo a La Trinidad. ¿Seis meses? ¿Un año? Ya no importa, pero un día llegó al Hato, en una carreta, una enorme caja. Don José Natalio, quizás no esperaba una figura de tales dimensiones y acomodó la caja en algún sitio del hato y por un tiempo, no se decidía a abrirla. Finalmente, un feliz día, se le ocurrió descubrirla y cuando lo hizo, todos los presentes quedaron sorprendidos ante la belleza del Cristo Redentor, tal como lo habían visto los niños.

 Por cierto, esa hermosa imagen mide cerca de dos metros y pesa unos 900 kilogramos, siendo elaborada en un magnífico mármol blanco de Carrara y colocado sobre un pedestal en el centro del médano, con vista hacia el río Arauca. Luego le adosaron una bonita leyenda que dice “SEÑOR BENDICE A NUESTRO LLANO”. Desde entonces, la hermosa escultura fue conocida como El Cristo de la Mata o Cristo de la Sabana (porque así se llamaba el lugar donde fue colocada la valiosa pieza).

 Con los años, Don José Natalio Estrada, hizo un nuevo encargo a Italia: cuatro angelitos, en los que quería representar a los niños de las distintas razas que habitaban en el llano. Se cuenta que se inspiró en el hermoso poema de Andrés Eloy Blanco, “Píntame Angelitos Negros”. De ahí, que encargara esculpir un angelito blanco, uno negro, uno mestizo y otro, indio. Estos hermosos ángeles, de dimensiones menores que el Cristo, con las facciones y colores característicos de la raza que representaban, fueron colocados en semicírculo, mirando al Cristo.  

Estas figuras se encuentran actualmente en el mismo lugar, quizás un poco deterioradas por el tiempo y por estar a la intemperie. Lo cierto, es que al Cristo de la Sabana, se le atribuyen poderes milagrosos, por lo que los devotos vecinos de los alrededores y de otras distantes regiones, acuden al bonito lugar a hacer sus peticiones; asimismo, a agradecer por el milagro concedido, dejando en la base del pedestal las dádivas que en señal de agradecimiento ofrendan al Cristo de la sabana...

En el libro “María del Llano”, escrito por el poeta Don José Natalio Estrada, en su tercera edición publicada en 1967, se incluyen fotografías de los angelitos que acompañan a la imagen del Cristo de la sabana, los cuales miran de frente a la venerada figura.

2. EL CRISTO DE LA SABANA: ENTRE LA POESÍA Y LA CANTA LLANERA 

Esta magnífica y milagrosa escultura de Cristo Redentor, plantado con sus cuatro angelitos en mitad de la sabana del Hato La Trinidad de Arauca, ha inspirado a muchos poetas y compositores. Así, lo hallamos en muchos poemarios y en la letra de numerosos temas musicales consagrados a la bonita pieza.

2.1. El Cristo de la sabana en la lírica llanera

En los poemarios de bardos llaneros, siempre dedican sus versos al Cristo de la sabana o Cristo de La Mata. Por cierto, me fue difícil seleccionar –entre tantas- algunas de esas obras para leérselas a ustedes. Finalmente, elegí algunos de esos hermosos poemas como “Llano, poeta y milagros” del bardo Rómulo Eudoro González Blanco, el cual dice así.

El Cristo de la sabana

Género: Poema 


“Con tu –Cristo de la Mata-

Que me sirve de baquiano,

Bondadoso Soberano

Que hace la vida más grata

Y mi pluma cual cantata.

Y para tu altar yo voy

Mas mi corazón te doy

Cuajado de luceritos,

Te adoran los angelitos

Del mundo de Andrés Eloy. 


El Cristo de la Sabana/Rómulo Eudoro González Blanco

 Por supuesto, no podía dejar de ofrecerles a ustedes el hermoso poema titulado El Cristo de la sabana, escrito por Don Julio César Sánchez Olivo, quien con un profundo sentimiento nacionalista, plasma la inmensidad del llano y le pide al Cristo de la Sabana, que interceda por este noble pueblo llanero. Este poema, es realmente conmovedor y de una profunda riqueza humana característica, de la pluma de Sánchez Olivo.

EL CRISTO DE LA SABANA

Género: Poema

Autor: Julio César Sánchez Olivo

  

Por obra de un apureño

Realizador de milagros

Pues son muchos los que ha hecho

Y sigue haciendo en su hato,

Un Corazón de Jesús

En el corazón del llano

Entre horizontes levanta

Su blanco cuerpo de mármol

Junto con los angelitos

Hijos de Andrés Eloy Blanco,

El negro, el catire, el indio

Y el angelito mulato.


Sabanas de Corozo Pando

Por arriba cielo inmenso

Y sabana por debajo

Como diciéndole al cielo

-A donde vayas te alcanzo…

No había ocupado Jesús

Capilla de ese tamaño,

Sus pilas de agua bendita

Son ríos, lagunas y caños

Y en vez de aroma de incienso

Tiene el olor del mastranto

Casa propia para Él,

Pues la hizo Dios con sus manos.

El Corazón de Jesús

En el corazón del llano!!!


Rio Apure

Milagro que hace un poeta

Para que haya más milagros.

Poeta voluntarioso

Que ya tiene un poemario

Sobre la pampa compuesto

De poemas bien sembrados.

El día que se le ocurra

Hacer de nube un caballo

Y del Arauca una soga

Para echarle al sol un lazo,

Veremos al “catirote”

Cacho y muela en el espacio

(el lazo de un cacho entrépito

Y el otro vagabundeando)


Estero de Camaguán

Sólo el poeta realiza

Lo que no hace el hombre práctico

Porque sabe poner toda

El alma en la acción del brazo.

Milagros hace el poeta

Y se los hace a los santos,

Como éste que al buen Jesús

Le hace de llevarlo al Llano

Lejos de los que él echó

Del templo a punta de látigo

Y a los que acertadamente

Llamó sepulcros blanqueados.

Cuántos siglos estaría

Con este lugar soñando,

Hasta que llegó el poeta

Y de Italia se lo trajo.

El llanero y su caballo

                                        


        

Ahora le toca a Jesús

Trabajar en los milagros

Que espera la tierra nuestra

Desde hace ya tantos años:

Tiene la garganta seca

De los muchos ¡HASTA CUANDO!

Y si a tu obra la interrumpe

Alguien con alma de Diablo,

Recuerda que es buen remedio

Cinco cuartas de chaparro,

Aparta tu condición

De tolerante, de manso

Y las aplicas con bríos

Al del espíritu malo,

Que cada látigo se oiga

Como un trueno en San Fernando.

Al cumplir esa misión

Te trajo José Natalio:

Que seas protección del bueno

Y terror del que hace daño.


Julio César Sánchez Olivo/Dic 1954 / Poemario. Por el Rumbo del Recuerdo

2.2. El Cristo de la Sabana en la canta de tierra llana

 Es un bonito pasaje compuesto en honor al Cristo Redentor, interpretado por Eneas Perdomo y letra de Don José Natalio Estrada, la cual se halla en la novela María del Llano. Por cierto, Don José Natalio Estrada, dedicada este hermoso tema al periodista Francisco Salazar Martínez. En esa hermosa pieza, el cantor, nos habla musicalmente de la relevancia del Cristo de la Sabana o de La Mata, colocado allá en el lejano Hato La Trinidad de Arauca por su propietario, el poeta Don José Natalio Estrada y dice así:

EL CRISTO DE LA SABANA

Interpreta: Eneas Perdomo Letra: José Natalio Estrada


Sobre la inmensa sabana

Montado en tu piedra blanca

Tu bendices en tu nombre

La grandeza de tus pampas

(bis)


Tu blancura se embellece

Cuando el sol baña tu estampa

Cristo del llano poeta

llano poeta

De la Trinidad de Arauca


Un cortejo de angelitos

Sobre tus pies se levantan

Como cantándote alegre

Mil pasajes de esperanza

(bis)


Revuelto el negro, el blanco

Y el indio sobre tus plantas

Con techo de cielo azul

De cielo azul

Adornado de nubes blancas


Cristo blanco del coplero

De las sabanas de Arauca

Dame la fe en el camino

con arpa cuatro y maracas

(bis)


Para cantarle a esa tierra

donde tú también le cantas

Tírame tu bendición

tu bendición

Santo Cristo de la Mata

(bis)


3. JOSÉ NATALIO ESTRADA ENTRE LA POESÍA Y EL CINE 

3.1. Aproximación a la vida y obra de un hatero poeta y cineasta

José Natalio Estrada, nació en San Fernando de Apure, el 31 de marzo de 1901 y falleció en San Fernando el 1-12-1992, a la edad de noventa y un años; su figura está muy relacionada con La Trinidad de Arauca, donde cercano a esa población había establecido su hato y donde plantó el famoso Cristo de la Sabana. Era hijo de José Natalio Estrada Utrera y Leonor Torres del Valle (hermana del poeta sanfernandino Juan Vicente Torres del Valle), desde muy niño devela su sensibilidad artística y sus dotes de poeta. La mayor parte de su vida transcurre en las hermosas estepas apureñas, allá, en su extenso y hermoso hato La Trinidad de Arauca. Su inquietud intelectual, lo lleva a Europa, para devenir en poeta universal, sin menoscabo del aliento telúrico que le llega de la llanura venezolana. Estudió Administración e Idiomas en Estados Unidos e Inglaterra. En Italia conoce a quien después sería su esposa, Mariela Ripari, con quien se establece en su Hato.

3.2. Película María del llano

Además de hatero, escritor, poeta y músico, Don José Natalio Estrada, incursiona exitosamente en el Séptimo Arte; me refiero al cine; produciendo con el cineasta Elías Marcelli, dos clásicos y premiados largometrajes: Séptimo Paralelo y María del Llano; ambos filmados en su hato La Trinidad de Arauca, en el Estado Apure. 

3.3. Largometraje. Séptimo paralelo  

Fueron dos clásicos largometrajes, que alcanzaron éxitos internacionales; sobre todo, el film Séptimo Paralelo, del cual, les puedo contar parte de una entrevista que le hizo el crítico de arte Lorenzo Batallan. Al momento de iniciarse el rodaje, hubo publicidad sobre esta película, pero al tiempo no se supo más de su avance, lo cual dio lugar a muchas conjeturas. Sin embargo, el film fue concluido y se inscribió en el Festival Internacional de Cine en la ciudad de Trento, Italia, donde tuvo gran aceptación, convirtiéndose en una de las favoritas al Premio del prestigioso evento.

En la entrevista que le hizo Lorenzo Batallan a Don José Natalio Estrada, él declaró que la película se encontraba en Italia donde su director Elías Marcelli, conjuntamente con el hijo de Don José, quienes trabajaban en su edición. Asimismo, informó que la demora se debió a la selección del extenso material fílmico, constituido por 96.000 pies de celuloide rodado, para reducirlo a dos horas de proyección. Así fue, que el arduo trabajo del Director Elías Marcelli, resultó en un producto de altísima calidad que el exigente cineasta italiano esperaba de ese film.

Séptimo Paralelo, fue filmado a principios de la década de los años sesenta: Para el momento, costo un millón de bolívares, eso era un realero y tanto es así, que según contaba la nieta de Don José Natalio, requirió vender una buena parte del ganado del hato. Por cierto, ambas películas (Séptimo Paralelo y María del llano fueron filmadas a full color y en la técnica del Cinemascope o pantalla gigante.

Al preguntarle el entrevistador sobre sus próximos proyectos, declaró que pensaba comenzar otro film, titulado "Bongo Tigre" que relataría la vida de un bonguero apureño. Para ese momento, ya tenía la embarcación lista y esperaba el estreno de Séptimo Paralelo y contar con los recursos para realizar ese nuevo proyecto.

Por cierto, en alguna ocasión, un periodista le pregunto:

-¿Por qué hace usted películas?

-Porque tanto yo como Silvio (quien preparó el Soundtrack de ambos films) queremos colaborar con el arte nacional; quiero decir, promocionar a nivel internacional a través de estas películas, la música típica venezolana. En ese sentido, quise dejar un mensaje musical de Venezuela, es decir, promocionar nuestra música típica llanera, no solamente dentro de nuestras fronteras, sino también en las pantallas de todo el mundo. 

Asimismo, refirió que el cineasta Elías Marcelli, a raíz del exitoso largometraje Séptimo paralelo, recibió el encargo de filmar veinte documentales sobre los llanos venezolanos, para una empresa de televisión que los distribuiría mundialmente. Más adelante, acotó Don José Natalio Estrada … "Por eso me alegra que a través del cine, los llanos que tanto amo, difundan su belleza por todo el mundo"… 

Al preguntar el entrevistador sobre las escenas notables del film, contesta:

-Muchas. Puedo decirle que cada rollo tiene varias. Pero de manera muy especial cabe destacar la procesión con antorchas alrededor del Cristo de la sabana. En esa procesión Los niños cantan el poema de Andrés Eloy Blanco "Angelitos Negros" y todo el efecto plástico es tan maravilloso que arranca las lágrimas de los presentes…

Pese a que Séptimo Paralelo, fue recibida en Europa con bombos y platillos; en su tierra, Venezuela, tuvo poca publicidad. En ese sentido, cuenta la nieta del poeta, Carmen Beatriz Estrada, que cuando llegó la película a nuestro país, lejos de darle resonancia nacional, la presentaron silenciosamente en San Fernando, con lo cual, en cierto modo frenaron su esperado éxito.

¡Qué maravilloso sería tener la oportunidad de ver esas películas que hablan del llano que se nos fue! Estimo, que en la Biblioteca Nacional, en la sección del Archivo Audiovisual de esa institución, se deben conservar estos valiosos patrimonios culturales apureños y de Venezuela. 

El otro importantísimo aporte de Don José Natalio Estrada, a la cultura llanera y apureña concretamente, fue su venerado Cristo de la Sabana o de la Mata. Había filmado también un documental llamado Llano Adentro, donde se mostraba el verano y el invierno llanero. Sobre María del Llano, sabemos que en ese film actuó Susana Duijim y el propio José Natalio "por allá, a la sombra de los camorucos de la Trinidad; junto a sus llaneros de toro, soga, caballo, alpargatas y cobija y con la música del Indio Figueredo, muestra el llano en toda su plena hermosura. En ese film, quedó grabada la banda sonora con música del Indio Figueredo y la voz de Eneas Perdomo. ¡Qué maravilloso sería tener la oportunidad de ver esas películas que hablan del esplendor del llano y su música!

 Carmen Beatriz Castillo, presidenta de la Asociación de Escritores del Estado Apure y nuera de Don José Natalio, escribió: … “Este hombre, enamorado de la llanura cuyas inmensas sabanas integran el Hato La Trinidad de Arauca, conoció palmo a palmo la inmensidad de su propiedad, ya que acostumbraba recorrerla sobre una resistente mula; recorrido que hacía, tanto de día como de noche y no era fácil adivinar en cuál de las fundaciones pernoctaría. En cada una de ellas tenía su habitación arreglada, rodeada de libros, instrumentos musicales, papel para sus escritos y frutas con las que solía preparar dulces y embriagantes licores. En su porsiacaso, como buen llanero, le faltaba la panela dulce y el queso, así como trozos de chocolate de taza. Él afirmaba que con eso se sostenía en sus largos recorridos por la ancha sabana”… 

 Su obra poética, es un extenso canto a su amada tierra, la llanura. En su libro María del Llano, encontramos que Don José Natalio era un hombre sensible al sufrimiento de los más humildes. Muchos de sus poemas hablan de la gente común, del indio, del enfermo, de la pobreza del campesino; también muestran su amor a la ecología y un llamado a la conservación del medio ambiente. 

4. EL CRISTO DE LA SABANA Y SUS CUATRO ANGELITOS LLANEROS

Tal vez, Don José Natalio Estrada, se inspiraría en la poesía social de Andrés Eloy Blanco y por eso manda a hacer cuatro angelitos de distintas razas, entre ellos, un angelito negro. Andrés Eloy Blanco escribió poemas de amor, pero también mucha poesía social y de protesta. En el "Palabreo de la Recluta" por ejemplo, describe la desolación del llano de esos tiempos, donde la recluta se llevaba a los hijos de las familias campesinas; posiblemente para no verlos más. ¿Puede haber acaso unos versos más expresivos que “Se llevó el latido, y le dejó el corazón como capilla sin santo”? ¿Puede haber frase más expresiva en su poema La Renuncia: “He renunciado a ti, como el niño pobre ante el juguete caro? Y en "Angelitos Negros", llevado a películas y canciones, donde plasma la injusticia a que siempre han sido sometidas las personas de color; especialmente la más humilde, ¿Cuánta injusticia cuestiona, cuando escribe: … “Pintor que pintas tu tierra, si quieres pintar tu cielo, cuando pintes angelitos acuérdate de tu pueblo y al lado del ángel rubio y junto al ángel trigueño, aunque la Virgen sea blanca, píntame angelitos negros?

PINTAME ANGELITOS NEGROS

Autor: Andrés Eloy Blanco

Género: Poema


¡Ah mundo! La Negra Juana,

¡la mano que le pasó!

Se le murió su negrito,

sí señor.


—Ay, compadrito del alma,

¡tan sano que estaba el negro!

Yo no le acataba el pliegue,

yo no le acataba el hueso;

como yo me enflaquecía,

lo medía con mi cuerpo,

se me iba poniendo flaco

como yo me iba poniendo.

 Se me murió mi negrito;

Dios lo tendría dispuesto;

ya lo tendrá colocao

como angelito del Cielo.


—Desengáñese, comadre,

que no hay angelitos negros.

Pintor de santos de alcoba,

pintor sin tierra en el pecho,

que cuando pintas tus santos

no te acuerdas de tu pueblo,

que cuando pintas tus Vírgenes

pintas angelitos bellos,

pero nunca te acordaste

de pintar un ángel negro.


Pintor nacido en mi tierra,

con el pincel extranjero,

pintor que sigues el rumbo

de tantos pintores viejos,

aunque la Virgen sea blanca,

píntame angelitos negros.

No hay pintor que pintara

angelitos de mi pueblo.


 

Yo quiero angelitos blancos

con angelitos morenos.

Ángel de buena familia

no basta para mi cielo.


Si queda un pintor de santos,

si queda un pintor de cielos,

que haga el cielo de mi tierra,

con los tonos de mi pueblo,

con su ángel de perla fina,

con su ángel de medio pelo,

con sus ángeles catires,

con sus ángeles morenos,

con sus angelitos blancos,

con sus angelitos indios,

con sus angelitos negros,

que vayan

 comiendo mango

por las barriadas del cielo.



lunes, 11 de marzo de 2024

EL CAIMÁN DEL PASO CARAMACATE


Autor Miguel Barrios M. 


Don "Catire Viejo" Gonzalez (+) y otros pobladores del antiguo vecindario narraban que el Caño de Caramacate durante décadas formó parte del Río Apure, era navegable, y habían abundantes especies acuáticas tales como peces de diferentes tamaños y colores, reptiles, perros de agua, sauróptidos, toninas, entre otros.


También relataban los viejos pobladores del lugar que existió un caimán negro "chucuto", con una medida aproximada de siete metros, y navegaba entre charcote y el paso del Caño Caramacate.


Refería Don Luis Matías (+) que el caimán en el paso del Caño de Caramacate se alimentaba de becerros, caballos, manadas de burros, perros, y varios borrachos que intentaban cruzar en horas nocturnas el peligroso lugar. Además era un aligátor temible, astuto y malicioso. 


Era una noche lluviosa y oscura para finales del mes Agosto, y en una parranda llanera, de aquellas, en celebración de Santa Rosa y San Ramón en el fundo "El Medano"próximo al Paso del Caño de Caramacate, sin parar el sonido del arpa, cuatro, y maracas, y continuaba incesante el baile llanero, y las terneras a la llanera junto a una manada de pobladores del viejo vecindario que llevaban cuatro días de festejo.


A la media noche del "berrinche campesino" se generó una pugna entre "gallos pelones" Ramón Patirrango, Fernando "Resorte" Ramos (+), el Indio Morales (+) y el "Negro" Unda, quienes fueron expulsados por órdenes de los patrocinadores de la festividad.


Contaba Don Pedro Colina (+), que la junta inseparable de parrandas Ramos y Morales en aquella media noche desafiaron el caimán, e intentaban cruzar el paso del Caño de Caramacate, donde ambos perdieron sus remontas deboradas por el reptil. Los dos infortunados "gallos pelones" fueron rescatados por un bonguero aguas abajo.

lunes, 5 de febrero de 2024

SAN VICENTE DE FERRER



San Vicente de Ferrer, una de las poblaciones mas antiguas del actual Estado Apure.


San Vicente de Ferrer, se encuentra, a 108 metros sobre el nivel del mar, en la ribera meridional del rió Apure, con una superficie de mil 062 Kmts. Cuadrados, pertenece al Municipio Muñoz es capital de la parroquia San Vicente, sus límites dentro del Municipio son: Norte: limita con el estado Barinas desde el extremo oriental de la isla Constitución en el rió Apure, aguas, abajo, por este rió hasta el extremo oriental de la isla “Mejiera”.Sur: limitad con el Municipio Mantecal, por el caño “Guaritico” aguas arriba, desde la desembocadura del caño “Luisote” hasta el punto donde nace el caño “Matapalar”.Este: Limitad con el Municipio Bruzual mediante una línea recta, que Partiendo del extremo oriental de la isla “Mejiera”, y con rumbo al sur termina en el punto donde el caño “Luisote” desemboca en el caño “Guaritico”.Oeste: Limita con la parroquia Quintero, en el punto donde nace el caño “Matapalar” en el caño “Guaritico” siguiendo aguas abajo, del caño “Matapalar” hasta su desembocadura en el caño “Luisote”. Y de este punto en línea recta, hacia el norte, hasta el extremo oriental de la isla “Constitución”, punto de partida.

             Escribir la historia de San Vicente de Ferrer, de la época colonial es bastante difícil, pues solo tenemos pequeñas referencia de algunos historiadores en el libro “Historia de Apure” de Argenis Méndez Echenique que en su pagina 106 dice “Según Marco Aurelio Vila en su aspecto Geográfico del Estado Apure, esta población fue establecida hacia 1.776, pero Fray Francisco Delgado Vicario Provincial, misionero apostólico y Prefecto de la misión, en informe del 20 de septiembre de 1.770 decía que el primero de mayo de 1.751 había tomado posesión de San Vicente de Ferrer, reemplazando en tal cargo a Fray Lucas de Niño, que tambièn había administrado en tal tiempo el pueblo de “La Palma”, lo que hace suponer mayor antigüedad de la señalada por Vila”. Los misioneros Dominico cumplieron una gran labor evangelizadora a lo largo del siglo XVII, en este trabajo fundaron varios pueblos en el estado Apure dos de estas poblaciones quedaron dentro del Municipio Muñoz. En su Libro “Historia de Apure” del Lic. Argenis Méndez Echenique, en la pagina 89 está la relación, de algunos pueblos, fundados por estos misioneros como lo son San Vicente de Ferrer, fundado a las orillas del río Apure, con Indios Guahivos y Guamos, hacia el año de 1.750 San Esteban de Quintero, sobre el río Apure, por el Justicia mayor de Barinas Juan José Paredes en 1.786 que lo entrego para su evangelización a los misioneros Dominicos.

        En el registro principal del Distrito Federal en Caracas se encuentran los expedientes de los ejidos de San Vicente, este expediente, es una relación de todas las diligencias hechas por los indios, para que dotarán, el pueblo de Ejidos para sus labores Agrícolas todo este trabajo que constituyo un gran esfuerzo tanto par los nativos como para el que los protegía. Según el documento los nativos de este pueblo se trasladaron, hasta Barinas en 1.794 para que cesarán los atropellos por parte de Españoles y Canarios, que no les permitían trabajar las tierras, el gobernador envió todos estos recaudos y la Real Audiencia acordó, se le adjudicarán a los indios de San Vicente de Apure una legua por cuatro vientos, tomando en cuenta esta medición, que si hubiese un obstáculo natural esa legua se le adjudicara a los otros tres vientos, y que se les midiera únicamente los terrenos que estuviesen aptos para la agricultura, tambièn ordena el Cabildo que se le adjudique a los indios de San Vicente los terrenos de Andrea Rodríguez, viuda de de Matías de Silva, con los mismo linderos, que el mencionado Silva, presento para su arrendamiento, estos terrenos están en “Mata de Sagua” a escasos kilómetros de San Vicente.


      Luego volvemos a encontrar a San Vicente en el año de 1.831, en las delimitaciones que hace el General José Cornelio Muñoz de la provincia a su Cargo, esta San Vicente perteneciendo al cantón de Mantecal,. De 1.831 a 1.864 tuvo un notable desarrollo, pues fue teatro de guerra de la federación, y fue elevado a la categoría de capital del departamento Muñoz en el año de 1.864 hasta 1.866. De esta fecha hasta 1.934, San Vicente estuvo despoblado, con un desarrollo poco prometedor; por tal Motivo, la asamblea del estado Apure, ordeno su extinción como municipio Luego tenemos a San Vicente en el año de 1.937 elevado a Municipio, como una parroquia más del distrito Muñoz con un desarrollo más prometedor con la presencia del poder Judicial y el poder Civil. La prefectura fue instalada en una casa de Bahareque, que se encontraba a las orillas del río Apure, donde hoy esta la casa de Ramón Arsiniaga.

     Se instala en el año de 1.937 el Juzgado. En el año de 1.957 dos hechos de muchas trascendencia, se trata de las primeras gotas de agua potable que sustituyeron las viejas tradiciones, de consumir el preciado liquido del río o de los aljibes. El otro hecho que tuvo muy buena acogida por el pueblo fue la electricidad, generada por una planta Dissel. En 1.939 se crea la Escuela Rural, su primera educadora fue Amelina de Sánchez. Esta Escuela, fue la que dio paso al Grupo escolar “Federico Schwarzemberg. Otra obra importante, fue la Medicatura Rural, que vino a llenar a un gran vació que existía en la salud del Pueblo, esta fue creada en el año de 1.955, luego la Medicatura nueva en el año de 1.974. Otra obra fue la llegada de las redes eléctricas de la compañía Cadafe en 1.978, que constituyo un desarrollo mas acelerado. La Carretera Bruzual San Vicente obra que dio paso al Trasporte Automotriz, esta fue construida en el año de 1977.


     San Vicente tambièn es cuna de uno de los paladines de nuestra gesta emancipadora, primer Gobernador de la Provincia de Apure, es el “General José Cornelio Muñoz”. También San Vicente ha visto nacer una gala de artistas como lo son: Neri Parra, Fabián Escolcha, José del Carmen Castillo, Custodio Castillo, compositor inédito, María Coromoto Cardillo, pintora y Escultora. Juan Parra, inquieto Arqueólogo autodidacta de nuestra cultura antepasada. Juan Parra Rumbos Hijo, Pintor e Investigador de la Aeronáutica. 

Omar Viana Cronista de Muñoz.

 
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