REDES SOCIALES

lunes, 11 de diciembre de 2023

JACINTA DE ARTEAGA (vs) PEDRO GUERRA


 UN DESAFÍO EN EL CAÑITO

Jacinta de Arteaga aprendió a nadar en el caño La Enea, en la década de los años 30, en el sector de Biruaquita. El caño que más desafió fue el caño Turumba. donde sus padres se mudaron cuando ella ya era mayorcita. A partir de allí se convirtió en una experta nadadora y buceando bajo el agua no tenía rival, para que le ganaran una competencia nadando había que echarle negro.


Así llegó a San Fernando a los 18 años y se residencio en la calle Palo Fuerte, Sector Castillito frente al Picacho de San Pedro en la casa de la señora Josefa Guerrero y su hermano Pedro Eligio Guerrero, quien fue uno de los albañiles que trabajo en la construcción del Palacio de los Barbarito.


Muy cerca de allí vivía María Guerra, madre del joven Pedro Guerra, quien conocía la fama de Jacinta como aguerrida y desafiante nadadora de caños y ríos. Un día Pedro la reto a nadar en El Cañito, desde Castillito hasta el bar El Chamicero, un buen trecho, según cuenta Jacinta.


Toda la gente de Castillito y El Picacho de San Pedro supo lo de la competencia, rápidamente las opiniones se dividieron, unos Iban a favor de Pedro y otros a favor de Jacinta. Hasta apuestan se tranzaron, desde una locha, un medio, tres lochas, real y cuartillo, real y medio, un bolívar, dos bolívares hasta cinco bolívares o “un cachete”.


Y también comenzaron las intimidaciones de los fanáticos de Pedro Guerra que le decían a Jacinta, “cuídese que allí aboya un caimán” a lo que ella les respondía: ‘Umjuu, de donde vengo también había caimanes, recuerdo uno en el caño Turumba que medía más de 5 metros, estaba pichón y yo jamás le tuve miedo’


Llegó el día en que Jacinta y Pedro se dispusieron a realizar la competencia y cruzar el Cañito en pleno invierno, remontando su corriente, que en el mes de agosto tenía toda su fuerza.


Inexplicablemente la única que no sabía de la competencia era doña María, la madre de Pedro, cuando se enteró, ya la partida se había dado, no le quedó otra opción que correr junto con toda la gente y gritar: ‘¡Muchachos, cuidado con el caimán!’


Fueron más de 400 metros de adrenalina pura, Pedro no era un rival fácil de vencer, la corriente en contra de El Cañito estaba en su máximo y las intimidaciones, de la gente gritando desde la rivera en verdad daban miedo, lo que más escuchaba al nadar era la palabra ¡caimán! ¡caimán!, fue tanto la algarabía que las toninas del Cañito comenzaron a emerger alrededor de los nadadores, allí Jacinta supo que no había peligro, por experiencia conocía que donde hay toninas no hay caimán que se le resista. A partir de allí la competencia fue pan comido, ella llegó victoriosa a la meta y Pedro quedó atrás, pero bien, pero bien atrás.


Jacinta, riéndose, comentaba ‘doña María la madre de Pedro parecía una gallina, cuando cría patos’. Nosotros nadando y ella corriendo por la orilla de El Cañito hasta llegar frente al bar El Chamicero.


A Pedro sus amigos le hacían bromas diciéndole, ¡tranquilo Pedro no llegaste de último, llegaste de segundo! pues a todas luces se notaba que Pedro no estaba conforme con el resultado.


Terminando el invierno, en bajadas de agua, en el mes de octubre del año de 1950, Pedro volvió a retar a Jacinta. La competencia seria sin público, no sería en El Cañito, sino por el canal principal del rio Apure desde el bar El Chamicero en el Picacho de San Pedro, aguas abajo por la costa del río, hasta donde pasaba el Paso Real de Apure, en las inmediaciones donde hoy es el liceo “Creación San Fernando”


No era un trayecto tan largo, esta vez serían solo unos 200 metros, Pedro pensaba en sacar ventaja de su rapidez en distancias cortas y de la corriente del rio a su favor. Y comenzó la competencia. Pedro nado lo más rápido posible, pero a mitad de camino se cansó y comenzó a gritarle a Jacinta que parara. Ese día Jacinta se compadeció de Pedro, paro de nadar y dio por finalizada la competencia, fue así como Pedro Guerra, finalmente se quitó el sombrero que siempre llevaba, ante esta heroína de caños y ríos.         


Pero su fama de nadadora se fue opacando cuando conoció a un galante llanero oriundo de El Yagual, Francisco Arturo Arteaga, también nadador, pero en el río Arauca, con quien luego de tres años de noviazgo se casó.


Se fueron a vivir a Periquera, hoy Guasdualito. Allí se residenciaron en la posada Los Llanos, propiedad de Inés Oropeza. Los recién casados acostumbraban a dar paseos por la orilla del río Sarare, y un buen día, al ver aquellas desafiantes aguas, Jacinta recordó sus tiempos y, sin pensarlo dos veces, animó a su esposo y se lanzaron al Sarare en pleno invierno por el sector El Gamero.


Estos desafíos se repitieron una y otra vez, hasta que la dueña de la posada los descubrió y les dio tremendo regaño, pues ya Jacinta tenía tres meses de embarazo. Y doña Inés le dijo: “Mire, mijita, a la mujer embarazada la persigue todo bicho bravo y por donde ustedes se la pasan nadando hay caimanes y tembladores”. Hasta ese día, esta amazona de las aguas nadó. Me dijo: “Le agarré miedo al agua por mis hijos y nunca más me sumergí en ninguna parte”.


Años después, su esposo llevó a la familia de vacaciones a la isla de Margarita, y cuenta la misma Jacinta que cuando vio tanta agua en la playa de Pampatar, dijo: “Yo no me voy de aquí sin recordar mis tiempos de nadadora, esto es mucha agua para dejarla perder”. Y don Arturo, que ya no tenía el atrevimiento y la intrepidez de nadar, le pidió que no lo hiciera porque no quería regresar viudo a San Fernando.


Pero una mañanita, Jacinta levantó a sus hijas y les dijo que la acompañaran a la playa. Cuando llegaron, las dejó sorprendidas, se lanzó como un delfín en aquella inmensidad de agua salada y dejó a todos impresionados por la agilidad, la soltura y la belleza con que daba las brazadas, de cómo se sumergía y salía a lejos después de tres a cinco minutos por debajo del agua.


Hoy, esta heroína de los caños La Enea, Turumba, El Cañito y de los ríos Apure y Sarare tiene 92 años, oírla contar sus anécdotas de nadadora es divertidísimo. Entre anécdotas y risas, le pregunté: “Jacinta, ¿eres capaz de echarte una zambullida así con esta edad?”. Me contestó, como buena llanera y muy risueña: “Mire, mejor atájenme porque de que me atrevo, me atrevo”


Créditos: Datos, Información y Fotografías de Vimar Arteaga.


(*) Jacinta Escolástica Ruiz de Arteaga, nació el 10 de febrero de 1930. En 1964 conoció a Cristo como su Señor y Salvador. Vive hoy con su hija Vimar en el Barrio Las Marías en San Fernando de Apure. Venezuela.


(**) Pedro Guerra era hijo único de María Guerra, al poco tiempo de la muerte de su madre, el enfermo y murió en 1962 a la edad de 32 años en San Fernando de Apure. Venezuela.

Fuente: San Fernando tiene historia 

domingo, 10 de diciembre de 2023

SAN FERNANDO: LAS FIESTAS DECEMBRINAS A MEDIADOS DEL SIGLO VEINTE…


 

 INTRODUCCIÓN:

Continuando con los ensayos publicados en la serie HISTORIA AMENA, en esta ocasión voy a dedicárselo a la fe que los llaneros y llaneras han profesado al nacimiento del niño Dios y que en el bucólico San Fernando de mediados del siglo veinte se celebraban con mucha fe y entusiasmo; siendo conocidas estas festividades como FIESTAS DECEMBRINAS, las cuales se iniciaban a partir del 15 de diciembre con las llamadas MISAS DE GALLO o MISAS DE AGUINALDOS, las cuales finalizaban el 24 de diciembre o NOCHEBUENA. Pasado el fervor de la Navidad o Natividad se continuaban con las fiestas espontáneas y populares del 28 de diciembre, conocidas como el DÍA DE LOS INOCENTES donde se veían por las calles las comparsas conocidas como LOCAINAS o DÍA DE LOS LOCOS; luego el 31 de diciembre se celebraba la llegada del AÑO NUEVO, otra importante fecha festiva que invitaba al recogimiento en familia para darle la bienvenida al nuevo año o fiesta de AÑO NUEVO. Finalmente estas festividades cerraban el 6 de enero, conocido como el DÍA DE REYES o el DÍA DE LA BAJADA DE REYES.

Una vez más doy las gracias a los fotógrafos profesionales o aficionados a ese arte, a los artistas plásticos y a los diseñadores de artes gráficas, quienes con sus hermosos lienzos y sus atractivas viñetas engalanan y facilitan la comprensión de estos ensayos.  


1. EL NACIMIENTO DEL NIÑO DIOS LAS MISAS DE GALLO Y LOS AGUINALDOS. En diciembre se celebra el nacimiento de Jesucristo, el hijo de María y el carpintero José; una figura histórica, que nació en Belén, hace 2020 años. Este hombre cambió la historia de la humanidad a tal extremo que la cronología por la que nos regimos comienza desde el momento de su llegada al mundo. Cristo es trascripción literal del griego “Kristos”, que a su vez es la traducción del hebreo “Mashia” (Mesías), que significa “El Ungido”.

La Santa Misa, un conjunto de lecturas, plegarías, instrucciones y cánticos que evocan el sacrificio de Cristo en la cruz y cuyo punto culminante lo constituyen la Eucaristía y la Comunión. Los alimentos eucarísticos el pan y el vino, son la encarnación de Dios, como lo relata Mateo en el libro XXVI, 26 al 29, “Tomad y comed, este es mi cuerpo”. La personalidad magnética del hijo del carpintero, así como sus ideas y obras conmovieron a sus contemporáneos y se proyectaron hacia el mundo entero; donde desde hace más de veinte siglos se le ama y celebra su nacimiento. En ese sentido las Misas de Gallo o de aguinaldo en Apure son la expresión del amor de los sanfernandinos al hijo de Dios.  

1.2. ¿Qué y cómo eran las misas de aguinaldos o de gallos en San Fernando a principios de la década de los años cincuenta? En diciembre el acontecimiento más alegre y popular en San Fernando, eran las misas de aguinaldo, patrocinadas por las instituciones oficiales, gremios de artesanos, profesionales, comerciantes, chóferes y estudiantes. Tenían un característico olor a pólvora, ruido de cohetes y sabor a pueblo; era olor a pólvora de fiesta y a pueblo que las celebraba con su fervoroso entusiasmo. En la década de los años cincuenta, desde el 16 de diciembre y hasta la madrugada del 25 del mismo mes, se celebraban las llamadas Misas de Gallo (llamadas así porque según la tradición, cuando nació Jesús, un gallo con su canto anunció este acontecimiento) o de aguinaldos; se hacían muy temprano (cuatro a cinco de la mañana); las mismas se efectuaban en la desparecida antigua iglesia parroquial de la ciudad, ubicada en el cruce de las calles Bolívar y Madariaga. En esa esquina se concentraba desde la madrugada, una gran cantidad de fieles y otros no tan fieles; por supuesto, la inseguridad en San Fernando era desconocida, por lo que esas personas acudían masivamente a disfrutar esas tradicionales misas sin ningún temor. Era costumbre en San Fernando, amanecer en una Misa de Aguinaldo. Esos eventos reunían a familiares, amigos y algunos enamorados en la iglesia y en la Plaza Bolívar. El clérigo que oficiaba esas ceremonias era el Padre Miguel Ángel Colorado; cada madrugada conmemoraba devotamente estas celebraciones, las cuales estaban acompañadas de coros de aguinaldos que aludían al tema cristiano. Coínta Colorado (hermana del padre Colorado), tocaba el órgano y dirigía el coro de muchachas que cantaban los villancicos (en aquella época no se conocían la gaitas); las muchachas que entonces entonaban esos bellos cantos, eran entre otras, las hermanas Bolívar, las Felice, las Leguizamón, las Rodríguez y las Mirabal; quienes asistían al templo muy erizadas por el frío madrugador; venían adornadas con su velo y de una vez comulgaban. Cuando subían al lugar destinado para el coro, (en la parte superior y a la entrada del templo); se encontraban al pie de las escalinatas al Poeta Ochoa, quien era un pertinaz enamorado solo; éste popular personaje se colocaba allí para admirar a las jóvenes y lanzarles uno de sus versos a modo de piropo mañanero. Aquellas misas eran aprovechadas por los sanfernandinos para buscar un poco de esperanza ante una Venezuela atrasada, rural, palúdica, desnutrida y reprimida; en ellas creían encontrar un poco de alivio a sus males. En ese sentido la mayoría de los aguinaldos expresaban alabanzas a Dios, así se escuchaba en las frías madrugadas: ¡Cantemos, cantemos / Gloria al Salvador / Feliz Nochebuena / (bis) / Tenga el niño Dios /. Esas misas, constituían una manifestación popular que movilizaban a la sociedad entera; a ellas asistían los estudiantes (no se pelaban una), empresarios, chóferes, comerciantes, banqueros, trabajadores, las autoridades civiles y militares y a los Tedeum oficiales del 24 y 31 de diciembre asistía todo el tren ejecutivo, acompañados de las autoridades municipales, judiciales y militares. Al culminar la misa se acentuaba en la plaza, el humo, el olor a pólvora y el ruido ensordecedor de los cohetes, triquitraques, tumbarranchos, matasuegras y saltapericos; quedando felices y comprometidos los asistentes para asistir nuevamente a la siguiente misa.

2. LOS AGUINALDOS O VILLANCICOS EN SAN FERNANDO Ancestral expresión musical navideña que se cantaba en toda Venezuela, originado en el villancico español, que llegó a nuestro país el siglo XVI. Generalmente las letras están estructuradas en versos hexasílabos acompañados de cuatro, pandereta, furruco, maracas y charrasca y en algunos casos alguna sinfonía (armónica). 

En diciembre llegaba a San Fernando una brisita que los viejos llamaban “el Barinés”; era un viento suave y muy fresco, que venía del piedemonte andino y que hacía que en ese mes el agradable clima animaba a los serenateros y aguinalderos a pregonar en las calles y hasta la madrugada sus cantos trasnochados desvelando a más de una damisela y a un obstinado vecino que inútilmente se empeñaba en conciliar el sueño ja, ja, ja.

2.1. Los otros aguinaldos o “Presentes” La palabra aguinaldo significa el regalo que se da a otra persona en épocas de Navidad (24 de diciembre) o el Día de Reyes (6 de enero); en esos días, los padres aconsejaban a sus pequeños hijos a acostarse tempranito para que el Niño Jesús les trajera su ansiado regalo de Navidad. En San Fernando era el niño Jesús el encargado de traer esos presente a los niños que durante el año se habían portado bien. Por cierto, el 25 de diciembre los niños se levantaban muy tempranito para dirigirse ansiosos al Nacimiento a buscar el anhelado regalo que le había traído el niño Jesús. También, los Reyes Magos el seis de enero de cada año venían cargados de presentes; los hijos de los “Pesados” en San Fernando recibían regalos por partida doble, por cuanto, el 24 de diciembre y el 6 de enero (Día de Reyes); los más pobres (la mayoría) se conformaban únicamente con el del Niño Jesús. Esa costumbre de darle aguinaldos a los niños en diciembre, se proyectó hacia los adultos; así la Ley Orgánica del Trabajo consagraba legalmente esa tradición, al considerar, que aquellas empresas que tuvieron un pésimo ejercicio fiscal y por supuesto no produjo utilidades en el Ejercicio Fiscal considerado, se conviene entregarle a sus trabajadores una bonificación especial de fin de año de quince días de salario. 

Asimismo, en el mes de diciembre en San Fernando, era habitual entre los expendedores y prestadores de servicios, incrementar las tarifas de los pasajes (con o sin autorización oficial y que para el aguinaldo); pero la cosa es que dichos incrementos se quedaban así por el resto del próximo año. Pero también esta costumbre (ya es tradición) se ha extendido a los expendedores de zapatos, restaurantes, cafetines, areperas, polleras, tiendas, telefonistas, secretarias, peluqueros, sastres, barberos, costureras, mecánicos, restaurantes, panaderías, el quiosquero, el buhonero, el vendedor de periódicos y hasta el limpiabotas etc., etc.; todos ellos en el mes de diciembre se arman de un enorme y robusto cochino de plástico, el cual colocaban en un sitio muy visible y seguro (a algunos les ataban una cadena al cuello); cuando el parroquiano acudía a comprar algo o a utilizar cualquier servicio e incluso hasta en un destartalado autobús, lo primero que observaba bamboleándose muy jaquetón, al antipático y burlón cochino. Ahí se le miraba, sentado en su trono, cual soberano rey del negocio. El infeliz usuario o cliente, al solicitar la atención del dependiente, éste con su cara muy sonriente (o muy lavada) se le acercaba preguntando ¿No hay nada pa´ el cochinito? Por cierto que no era un cochinito, sino un enorme marranote, bien grandote y robusto, que nos observa con sus enormes ojos y luciendo sus gruesas orejotas y su antipática trompota muerto e´ la risa, como burlándose del infeliz cliente que osó entrar a su reino. Ese es el otro aguinaldo que se había arraigado ancestralmente en el pueblo.

3. Las Misas de Gallo y las fritangas de madrugada frente a la iglesia catedral de San Fernando. Era Doña Genoveva Parra (entre otras), quien desde la madrugada del 16 de diciembre y hasta el 25 en la madrugada, alegraba y le daba sabor a las misas de gallos con sus deliciosas fritangas. Esta abnegada mujer hacía de las suyas en su tarantín al aire libre Se instalaba en el cruce de las calles Madariaga con Bolívar, frente a la entrada principal del templo; cobraba Doña Genoveva una locha (doce céntimos y medio de bolívar) por cada arepita con queso rallado, lo mismo costaba una orejita (arepita endulzada con panela rallada y aliñada con anís). En tanto las empanadas y las tostadas (arepas rellenas con guiso y rebosadas en huevo batido) costaban medio (veinticinco céntimos de bolívar). Otras señoras se instalaban en ese mismo lugar a vender cigarrillos, café negro, guayoyo o con leche y hasta chocolate.  

4. Las Patinatas en San Fernando Eran parte de la celebración de las fiestas decembrinas; se efectuaban en la Plaza Libertad y en la Plaza Bolívar en las madrugadas, con motivo de la festividad de las Misas de Gallo o de Aguinaldo; generalmente se hacían más en la plaza Bolívar adonde acudían muchachas y muchachos del pueblo; algunos a pie y otros en bicicletas a quienes coloquialmente el pueblo denominaba “Bicicleteros”, allí en gran número se lucían ejecutando sus piruetas en dos ruedas. Mientras que los Patinadores se lucían con sus audaces malabarismos sobre sus patines (más de uno terminaba con soberano raspón o con una pata enyesada en Acosta Ortiz ja, ja, ja.). En la Plaza Bolívar patinaban los niños, los jóvenes y algunos no tan jóvenes; los cuales circulaban por sus avenidas graciosamente al compás de la música. Es que las patinatas junto a las fritangas, los aguinaldos, el ruido de los cohetes, el humo y el olor a pólvora, constituían un ambiente donde reinaba el sano esparcimiento. Casi todo el pueblo se volcaba a celebrar las Misas de Gallo; unos asistían a saborear las orejitas; otros la cañandonga, algunos a lanzar fuegos artificiales, los más jóvenes a patinar y los más devotos a presenciar la misa en la iglesia; entonces era rutina observar la presencia de familias enteras en esos actos. Los patines entonces eran de metal, de cuatro ruedas (no existían los patines en línea); las marcas preferidas eran el Winchester “Bombita” fabricados en los Estados Unidos y el canadiense marca “Unión”, costaban cinco bolívares el par (un realero). Lamentablemente las patinatas y las misas de gallo se han venido a menos (casi hasta desaparecer), por cuanto, el hampa descontrolada ha decretado un Toque de Queda de estricto cumplimiento.

Autor: Hugo Arana 

domingo, 19 de noviembre de 2023

LA ORACION DEL TABACO


 Los «trabajos» para conseguir el afecto de hombres y mujeres no se conocían. Estos nacen con el cruce de la «oración del tabaco», de origen africano, y la forma para elegir pareja propia de los europeos.

En el llano portugueseño es usual que mujeres y hombres, indistintamente, le fumen el tabaco a su pareja. La mayoría de las personas que visitan a los especialistas en la lectura y manejo del tabaco son personas medianamente cultas que creen en el poder del humo de estas hojas ya secas y transformadas en oloroso habano. La oración del tabaco más utilizada por brujos y hechiceros para atraer a personas ausentes o indiferentes es la siguiente: 

Ofrezco este tabaco al Ángel de la Guarda de Fulano de Tal, al santo de su nombre y al santo de su devoción, a San Juan de Los Caminos, para que le abra el camino de mi casa. A la Reina de la Florida le ofrezco el humo de este tabaco para que llegue a los cinco sentidos de Fulano de Tal. No lo deje comer, trabajar, ni dormir hasta que no esté junto a mí. Que si ojos tiene me vea en todas partes, si boca tiene quiera hablarme, si manos tiene quiera tocarme, si pensamiento 

tiene en mí piense y si corazón tiene me ame solo a mí. Fulano de Tal yo te conjuro con el humo de este tabaco. Que no puedas estar sin mí. Yo que me llamo Zutana de Tal te necesito. Ven, Fulano de Tal; ven, Fulano de Tal; ven en paz, con voluntad, deseo y mucho amor. (Donde dice Fulano de Tal debe pronunciarse el nombre de la persona que se quiere atraer.) 

Otra oración utilizada cuando el hechicero ha agotado todos los recursos y la persona «trabajada» no responde a los llamados, dice así: 

Ofrezco las luces de este tabaco a los siete espíritus infernales, al espíritu de la Gritona, al espíritu del Cabrito Negro para que acosen el espíritu vivo, alma y materia de Fulano de Tal (aquí se pronuncia el nombre completo de la persona que se está «trabajando»), para que lo desesperen, que no lo dejen tener tranquilidad ni sosiego y piense solo  

en mí que me llamo Zutana de Tal (aquí se pronuncia el nombre completo de la persona que está haciendo el trabajo o que lo ha mandado a hacer), te busco como la Gritona busca a su hijo, el Cabrito Negro te buscará a ti por todas partes, te encontrará y te traerá hasta a mí desesperado y humillado de amor a mis pies.Te conjuro (Fulano de Tal) parte por parte, coyuntura por coyuntura, centímetro a centímetro de tu cuerpo hasta llegar a tu miembro, para que tu naturaleza no se pueda desarrollar con ninguna otra mujer y solo a mí veas en tu pensamiento y encuen- tres sosiego en mi cuerpo y vengas desesperado a buscarme.Te conjuro (Fulano de Tal) de tu cabeza a los pies, por la hora de tu nacimiento, por los nueve meses que estuviste en el vientre de tu madre Mengana de Tal (aquí se pronuncia el nombre completo de la madre de la persona que se está «hechizando»). Te conjuro de tu cabeza a los pies por los pasos que dieron tus padrinos el día de tu bautizo y por la hora de tu primera comunión.

Tabaco que en humo te conviertes, por la virtud que tienes y por la que yo te conjuro, penetra el alma y cuerpo de Fulano de Tal, que si durmiendo está me sueñe, que si caminando va me vea en su sombra, que si pensando está en mí me añore, que en su casa me vea y me nombre.El humo ofrezco al Ángel de la Guarda de Fulano de Tal para que oiga mi voz donde quiera que esté. Si tiene cabeza que en mí piense, si tiene ojos me vea, si tiene nariz me huela, si tiene boca me hable, si tiene oídos me oiga, si tiene manos quiera tocarme, si tiene pies corra a buscarme y si tiene corazón me quiera solo a mí. Que no tenga gusto ni placer hasta que a mi lado esté. Que no pueda hablar ni con hombre ni con mujer, ni en cama dormir, ni en mesa comer, ni en casa vivir sino pensando en mí que me llamo Zutana de Tal. Ven Fulano de Tal que yo Zutana de Tal te llamo porque te necesito. Ven… Ven… Ven…, no tardes. 

Cuando el tabaco no prende o su candela es débil signi￿ca que el trabajo no está surtiendo el efecto necesario, entonces es recomendable llamar al poder y la fortaleza requerida con el roce de los dedos medio y pulgar de la mano izquierda. Si el «candidato» está muy resistente y no responde al llamado y al humo del tabaco, éste se debe cuerear con la mano derecha y zapatearlo, mientras se reza la oración del tabaco (el zurdo utilizará, en todo caso, la mano derecha). Se cree que cuando la ceniza del tabaco se inclina hacia abajo la petición será concedida, cuando se levanta hacia arriba habrá que «trabajar» el caso porque está difícil. Esto se interpreta como caminos abiertos o caminos cerrados. Algunas personas expertas fuman el tabaco con la candela para dentro a fin de que sea más «efectivo».

Otras ayudas y creencias

Algunos colaboradores a￿rmaron que es común en tierras portugueseñas que las mujeres cuando desean retener a un hombre para siempre le «entierren su naturaleza». Esta ceremonia consiste en tomar la esperma luego de hacer el amor y colocarla en un envase de vidrio bien limpio, bien cerrado y amarrado con una cinta roja y otra negra, para luego enterrarlo en el camino hacia la casa a las 12 de la noche. De esta forma el hombre no podrá tener relación sexual con  ninguna otra mujer. Y para que el hombre nunca se vaya de la casa, cuando este se quite las medias, se toma la que usó en el pie izquierdo, se humedece con un poco de agua para sacarle el sudor concentrado y se coloca en un frasco de cuartico de aguardiente vacío para enterrarlo después en el quicio de la puerta.

Tanto esta información como las referentes a la oración del tabaco fueron suministradas por personas versadas en la materia, quienes solicitaron mantener sus nombres en el anonimato. Se les agradece su desinteresada colaboración   para enriquecer este trabajo en su parte mágico–folclórica.


Fuente: Carmen Pérez Montero, MITOS Y LEYENDAS DEL ESTADO PORTUGUESA. Fundación Empresa Polar, Caracas, Venezuela, 2014

viernes, 17 de noviembre de 2023

CARLOS RODRIGUEZ RINCONES

 


Por Edgar de Jesús Decanio 

Carlos Rodríguez Rincones, nació en San Fernando de Apure el 14 de febrero de 1901, hijo de Don Manuel Pio Rodriguez y Angela Rincones Riera, ambos Apureños. Hermano de Angela Nicacia de las Mercedes Rodríguez Rincones; María Martina Rodríguez Rincones; Manuel Mepomuceno Rodriguez Rincones; Maria Cristina (Marquez Cañizales) y otros 3 . 

Estudió primaria en la Capital de Apure, en el Colegio del Prof. Miguel Angel Granado y posiblemente en el del Dr. Diego Eugenio Chacón. Como casi todos los Apureños de la alta sociedad con recursos económicos del San Fernando de entonces, hizo una pasantía en colegios de la vecina Isla de Trinidad, dominio del inglés en aquella época. 

Contrajo matrimonio con María Cristina Castro Núñez, también apureña y de esta unión nacieron: Irradia, Carlos, Maruja y Luisa Elena. 

Fue Rodríguez Rincones un hombre culto y extremadamente sencillo y cordial, digno producto de una sociedad que en San Fernando se regía por las costumbres que le imprimía una élite, a la cual pertenecían los Rodríguez Rincones por tradición, muy cumplidora en sus relaciones de la cultura emanada de una esmerada educación hogareña que se complementaba en las Escuelas. 

Tocaba violín y algo de piano. A pesar de pertenecer a la alta sociedad y esta era una caracteristica de las gentes que integraban esta clase en el viejo San Fernando - mantenía cordiales relaciones de amistad con los elementos de las capas más humildes, concurria con frecuencia a las fiestas en los barrios pobres de la ciudad tradicionales sancochos de gallina en las noches de serenatas. disfrutando de los tradicionales sancochos de gallina en las noches de serenatas.

El 17 de Diciembre de 1935 muere Juan Vicente Gómez. Venezuela, después de 27 años de férrea tiranía, despierta y se incorpora, dispuesta a ejercer sus derechos. 

Apure lanza como candidato a la Presidencia del Estado a Carlos Rodriguez Rincones, quien sinceramente se niega a ser candidato, alegando que carece de las condiciones requeridas para ejercer tan altas funciones y señala nombres de otras personas a quienes considera suficientemente capaces, mucho más que él, según sus propias expresiones.

Pero no es oído y fue planteada su candidatura a la consideración del nuevo Presidente López Contreras, quien lo designó para el cargo. No podría precisar, pero creo que no duro dos años frente de la Primera Magistratura Regional, pues no le gustaba el ejercicio de la función pública. Pero en los primeros días de Enero de 1939, como la Asamblea Legislativa tenia la facultad constitucionalmente de elegir al Presidente del Estado, este cuerpo lo elige para que ocupe nuevamente el alto cargo regional, pero al año justo vuelve a renunciar Finalmente, al asumir Medina Angarita la Presidencia de la República, lo nombra por tercera vez Presidente de su Estado nativo, y al frente de este cargo se encontraba cuando ocurrió la revolución de Octubre, en 1945, que Derrocó a Medina Angarita La Junta Revolucionaria de Gobierno, presidida por Rómulo Betancourt, nombró Presidente del Estado a Juan Salerno, máximo dirigente regional de Acción Democrática y miembro fundador de dicho partido. 

Al recibir la Presidencia Salerno, los dos, Rodriguez Rincones y Salerno, salieron juntos del Palacio de Gobierno, entonces el hermoso edificio llamado "Fonsequero", frente a la Plaza Libertad, le hablaron ambos al pueblo congregado en la Plaza, que los ovacionaba fervoroso y luego entraron al Bar "Trina Omaira" a tomar cerveza helada En Apure había caído también el Gobierno de Medina Angarita, pero no Carlos Rodriguez, porque seguia rodeado y en alto sitial por el cariño caliente de los corazones Apureños.

Rodriguez Rincones se distinguió como un hombre de bien en toda la extensión de la palabra: noble, generoso, honesto a carta cabal y muy sincero Los tres hechos que se narran brevemente a continuación ponen de relieve estas virtudes suyas.

Debe recordarse que el General Eleazar López Contreras estableció en Apure en el hoy llamado "Puerto Páez" y entonces con su nombre original de "Jobito", una especie de campo de concentración, en donde eran confinados los luchadores jóvenes calificados de izquierdistas en aquella época. 

Detuvieron en el centro de la República a un joven activista, el estudiante de medicina Francisco Pinto Sifontes y lo despacharon en avión para el confinamiento de "Jobito", pero al tocar la nave aérea en San Fernando, Pinto, burlando la vigilancia de las autoridades, se escapó y Juan Salerno, en conocimiento de la fuga, recogió a Pinto y lo enconcho en su Fundo "Puerto Miranda". El 31 de Diciembre de ese año, cuenta Rodriguez Rincones, Presidente del Estado, de la situación de Pinto Sifontes y del lugar en donde se encontraba escondido, se trasladó al oscurecer en una canoa a "Puerto Miranda". Al verlo Pinto se asustó porque creyó, y con razón, que lo iban a hacer preso, pero su sorpresa fue grande y mayor su emoción, que le hizo humedecer de lágrimas los ojos, cuando Carlos Rodríguez Rincones le dijo: "Vengo a buscarlo para que reciba el año nuevo conmigo y mi familia, porque yo no voy a permitir que usted pase esta noche aquí solo, lejos de su madre". 

Al día siguiente lo envió de nuevo a su escondite. Como hubo alguien que le dijo que ese procedimiento suyo lo podía perjudicar si llegaba a saberlo el Presidente López Contreras, respondió: "Si alguno vá con el chisme casa de López Contreras y no le gusta mi acción, pues que me quite, porque yo no cambio mi manera de ser". Entonces ejercía Rodríguez Rincones por primera vez la Presidencia del Estado y era un hombre de solo unos treinta y cinco años.

Cuando desempeñaba por segunda vez las mismas altas funciones públicas y, como en la primera oportunidad, se propuso renunciar a ellas, varios de sus amigos nos oponíamos a esa renuncia. Privadamente me manifestó: "Tengo un alto funcionario que es inepto y me da lástima quitarlo porque sé que se va a morir de hambre; y si a mi me da lástima a los que no sirven para que organizar un buen equipo de gobierno, quiere decir que yo no sirva para gobernar y mi deber es renunciar".

Cualquiera cree que este hombre de puro bueno era tonto manejable; y no era así. El país estaba dividido en Zonas Militares, y la Jefatura de una de estas zonas tenía su sede en San Fernando. El Jefe de ella era un viejo Coronel, quien quizás por resabios gomecistas, pretendió mezclarse, por intruso, en las cuestiones pertenecientes al Gobierno del Estado. Rodríguez Rincones lo hizo comparecer a su Despacho y le pregunta: "Coronel: ¿Es usted el Presidente del Estado o yo? Cómo lógicamente, el militar le respondiera: "Es usted Don Carlos," éste remato con firmeza: "Pues entonces el que manda aquí soy yo y no usted".

Carlos Rodríguez Rincones era simple y llenamente un Apureño digno, como hubo muchos y los hay todavia, porque tiene que haberlos, puesto que nuestra noble raza no se ha extinguido.

Fallece un 19 de diciembre de 1957 a la edad de 56 años, de bronconeumonía, según reza la Partida de Defunción.


Fuente:

✓ Fundación Dr. Italo Decanio D'amico. Personajes. Edgar de Jesús Decanio.

✓ www.geni.com

sábado, 11 de noviembre de 2023

LA PATASOLA

 



En el llano Colombiano se cuenta la Leyenda de una mujer monstruosa que se caracteriza por tener una sola pierna y que termina en forma de pezuña. 

Su aspecto aterrador es de cabellera enmarañada, pequeños ojos de tigresa, boca grande y colmillos enormes. 

Según la leyenda, es el alma en pena de una mujer infiel que deshonró a su marido.

Se dice que este personaje fue inventado por los hombres celosos para asustar a sus esposas infieles, infundirles terror y al mismo tiempo, reconocer las bondades de la selva.

 Cuentan que en cierta región del Tolima Grande, un arrendatario tenía como esposa una mujer muy linda y con ella tuvo tres hijos.

 El dueño de la hacienda deseaba conseguirse una esposa, y llamó a uno de los vaqueros de más confianza para decirle:

 "...vete a la quebrada y escoge entre las lavanderas la mejor; luego me dices quién es y cómo es...".

 El hombre se fue, las observó a todas y al instante distinguió a la esposa de un vaquero compañero y amigo, que aparte de ser la más joven, era la más hermosa. 

El vaquero regresó a darle al patrón la información y todos los datos sobre la mujer.

Dicen que cuando llegó el tiempo de las "vaquerías", el esposo de la bella mujer relató al vaquero que traía sus tristezas, se quejó de su esposa, pues la notaba fría, menos cariñosa y ya no le arreglaba la ropa con el mismo cuidado de antes y vivía de mal genio. Le confesó que le provocaba irse lejos, pero le daba pesar con sus hijos.

El vaquero conocedor del secreto, compadecido de la situación de su amigo, le contó lo del patrón, advirtiendo no tener él ninguna culpabilidad. 

El esposo entristecido y traicionado le dio las gracias a su compañero por su franqueza y se fue a pensar a solas sobre el asunto y se decía: 

"...si yo pudiera convencerme de que mi mujer me engaña con el patrón, que me perdone Dios, porque no respondo de lo que suceda...".

Dicen que este vaquero se dirigió a su vivienda. Allí le contó a su esposa que se iba para el pueblo porque su patrón lo mandaba por la correspondencia y que no regresaba esa noche. 

Montó su caballo y salió deprisa por diversos lugares para matar el tiempo. Llegó a la cantina y bebió unos tragos de aguardiente. 

A eso de las nueve de la noche se fue a pie por entre el monte a espiar a su mujer.

Serían ya como las diez de la noche, cuando la mujer, viendo que el marido no llegaba, se fue para la hacienda en busca de su patrón. 

El marido, cuando vio que la mujer se dirigía por el camino que va al hato, salió del escondite, llegó a la casa, encontró a los niños dormidos y se acostó. 

En la madrugada llegó la infiel muy tranquila y serena. El esposo le dijo: "¿De dónde vienes?". 

Ella con naturalidad le contestó: 

"De lavar unas ropitas". 

"¿De noche?", dijo su marido.

A los pocos días, el burlado esposo inventó un nuevo viaje.

Ya de noche, se vino a pie para esconderse en la platanera que quedaba frente a su casa. Esa noche la mujer no salió, pero llegó el patrón a visitarla. 

Cuando el rico hacendado llegó a la puerta, la mujer salió a recibirlo y se arrojó en sus brazos besándolo y acariciándolo.

El enfurecido esposo que estaba viendo todo, brincó con el machete en alto y sin dar tiempo al enamorado de librarse del abrazo, le quitó la vida de un solo machetazo. 

La mujer, entre sorprendida y horrorizada, quiso salir huyendo, pero el furioso marido le dio tremendo machetazo a la cadera que la dejó sin una pierna, como si fuera la rama de un árbol. 

Ambos murieron casi a la misma hora. 

Al marido lo enviaron a la cárcel, pero cuando salió al poco tiempo, volvió por sus tres hijos y le prendió fuego a la casa.

Dicen que esta mujer deambula por fincas, bosques y selvas solitarias desde aquella terrible noche. 

Las personas aseguran haberla visto saltando en una sola pata, por sierras, cañadas y caminos, lanzando gritos lastimeros. 

Es el alma en pena de la mujer infiel que vaga por montes, valles y llanuras, que deshonró a sus hijos y no supo respetar a su esposo.

Cuenta la leyenda, que la Pata sola vive entre los matorrales de la selva, en las cumbres de la llanura.

 Algunos dicen que es una mujer bellísima que llama a los hombres solitarios que están en el bosque o sus alrededores y los atrae para enamorarlos, pero avanza hacia la oscuridad del bosque, a donde los va conduciendo con su mirada cautivante, hasta transformarse en una mujer horrible con ojos de fuego, boca desproporcionada de donde asoman unos dientes felinos y una cabellera corta y despeinada que cae sobre el rostro para ocultar su fealdad.

Además dicen que hay ocasiones, en las que oyen los lamentos de una mujer extraviada; gritan para auxiliarla, pero los quejidos van tornándose más tristes a medida que avanza hacia la víctima y cuando ya está muy cerca, se convierte en una fiera que se lanza sobre la persona, le chupa la sangre y termina triturándola con sus agudos colmillos. 

A esta mujer la conocen en el llano Colombiano como LA PATASOLA


Fuente: 


Narración Orlando Nieves

Edición y Montaje Alexis Tovar

Textos de la Secretaría de Cultura, Deporte y Recreación de B

ogotá 

Grabación realizada en Tecnomedia Studio

viernes, 10 de noviembre de 2023

REZOS Y REZANDEROS

 


La curación de las enfermedades mediante rezos y conjuros es una práctica universal y mucho se ha escrito de esas personas a las que se atribuye el don de la curación por medio del rezo.  

En la medicina natural se manejan saberes ancestrales que, se quiera o no, en ocasiones ofrecen resultados donde la medicina de la ciencia no llega. No son milagros, es un misterio que se llama “rezo”.

Las oraciones podemos definirlas como un rito indirecto, ya que se trata de un impulso inicial que pone en movimiento un poder autónomo o personificado o también una cantidad de estos poderes que intervienen a favor de aquel que ha realizado el rito. (Van Gennep, 1986, p. 18, citado en Koechert, 2007, p. 39) 

Curar va más o menos enlazado en tratar una enfermedad pero que quede algún residuo, sanar es desaparecer definitivamente, curar puede relacionarse con calmar por un tiempo, pero puede más adelante la persona llegar a tener el mismo problema de acuerdo a la dieta que tenga la persona, luego ya sanar sería como cerrar definitivamente y que ya no volviese a tener esta enfermedad. La sanación se utiliza mucho dentro de la parte espiritual, con la incorporación de espíritus. Sanar a una persona es hacerle una limpieza, montarle su protección para que así ella no vuelva a ser atacado.

La oración constituye un factor importante en el tratamiento de las enfermedades dentro de los distintos pueblos, particularmente indígenas, que se consideran sujetos al capricho de sus dioses, a quienes hay que implorar por el bienestar de todos.

Rezandero o rezador es la designación que reciben algunos curanderos, en razón de utilizar oraciones, rezos o plegarias, como parte de sus tratamientos y en las ceremonias dedicadas a la tierra, en los funerales, bendiciones y demás actos simbólicos.

Resulta innegable que el recurso del poder de la palabra mediante rezos, ensalmos, oraciones, plegarias, cantos e invocaciones, es común a la gran mayoría de los terapeutas tradicionales, aun careciendo del nombramiento literal de rezandero o rezador y para nadie es un secreto que los curanderos o rezanderos, siempre han estado presentes en la vida social de pueblos, haciendo la labor de los antiguos chamanes indígenas; la de ser médicos del cuerpo y del alma. 

El “Rezo” se sigue usando, pero no se le reconoce de manera oficial, y cuando un médico no da con una enfermedad, en el mayor de los casos el paciente termina donde un rezandero.

El “Rezo” entra dentro del marco de la magia conocida como “bertolería”, que es practicada por los “curiosos” y “curanderos” que trabajan en forma espiritual, con ayuda de los espíritus buenos y que está basada en la solución pragmática de problemas. Lo cierto del caso, es que muchos profesionales de la medicina no creen en este tipo de curaciones y sanaciones a través del rezo, sin embargo, es común acudir al rezanderos para curar el “mal de ojo”. Según Wikipedia El mal de ojo es una creencia popular supersticiosa que está extendida en muchas civilizaciones, según la cual, una persona tiene la capacidad de producir daño, desgracias, enfermedades e incluso llegar a provocar la muerte a otra sólo con mirarla. 

Desde tiempos remotos se ha sabido del poder maléfico que transmiten algunas miradas. Esa cuestión ya es mencionada en ciertas tablillas asirias y babilónicas, así como en ciertos jeroglíficos del antiguo Egipto. Asimismo, los escritores de la antigua Roma aseguraban que los ojos dotados de este poder maligno eran estrambóticos. Ovidio, por ejemplo, atribuyó una doble pupila a la hechicera Dipea. Así, el historiador Plutarco (48-120) estudió la cuestión de la fascinación, llegando a deducir que la mayor parte de la población de su época creía en “el mal de ojo”. (Más información del mal de ojo en https://apureespurollano.blogspot.com/2020/08/el-mal-de-ojo.html)

También hay rezo para la culebrilla, que es una erupción o sarpullido en la piel, que afecta alguna parte del cuerpo, sea un brazo, la cintura e incluso el cuello, y en el llano se cree que llegándose a juntar la cabeza de esta culebrilla con la cola o sitio de donde salió, muere la persona. (Más información sobre la culebrilla en https://apureespurollano.blogspot.com/2020/06/culebrilla.html)

Y es que hay rezos y oraciones para todos los gustos, para las lombrices, las llagas, los gusanos y pare usted de contar. En la actualidad esta "profesión" se viene perdiendo debido a que son pocas personas quienes la practican y sus descendientes no les interesa aprender este oficio. 

Lo que si es cierto, es que las oraciones son elementos imprescindibles del mundo de las creencias y sirven para un sinfín de cosas, inclusive en casos de enfermedades sin posible explicación.

Y usted que oración conoces para curar una enfermedad?


Recopilación de Orlando Nieves

Fuentes:

✓www.cervantesvirtual.com

✓http://www.scielo.org.co

✓http://riobobenseelcarpinterodelamontanaazul.blogspot.com

domingo, 5 de noviembre de 2023

ALIRIO LAYA


 

Hijo ilustre del Estado Apure, quien con su voz, gracia y talento nos deleitó durante todo este tiempo, haciendo sentir a la nación la mas bonita esencia cargada de humanidad y profesionalismo.


El muchacho alegre, el coplero jocoso, el imbatible contrapunteador, el buen amigo y gran artista nos dejó para siempre. Alirio Laya, “El Carismático”, vencedor de contrapunteadores en la escena, no pudo derrotar al mal que lo aquejaba y una afección renal acabó con su vida a temprana edad, cuando apenas comenzaba a saborear las mieles del éxito artístico, cuando la vida le sonreía y a esa vida él le cantaba.


Alirio Laya nació el 16 de agosto de 1974, en Achaguas, estado Apure, y desde allí le venía la vena artística, al crecer rodeado de llano, costumbres y tradiciones. Inició su carrera artística en 1992, en su tierra natal, y un año después se residenció en Maracay. Después de foguearse en varios festivales, logró grabar su primer CD, que fue titulado “Mi mujer es una Cuaima”, una letra de Blas Ruiz y luego en el año 2005 grabó su segunda producción, denominada “Maté el guayabo comiendo”, una letra de Fernando Hernández y música de Juan Farfán. Otros temas interpretados por este cantante fueron: Literatura y Folklore (junto a Francisco Montoya), El asilo del gabán, La propuesta (junto a Teo Galindez) y Pa' porfia no sirvo (junto a Rogelio Infante).

El 6 de enero de 2008 dejó de existir, El carismático Alirio Laya, victima de una infección renal.

Fuente: 

llaneromonaguense.blogspot.com

viernes, 27 de octubre de 2023

LOS LLANEROS VENEZOLANOS


 

POR RICHARD VOWELL 

En la revista Memorias de Venezuela (junio 2009)

Los Llaneros, --hombres de las sabanas-- raza sencilla y pacífica, vivían en familias separadas, cada una bajo un jefe común, a usanza de los antiguos patriarcas. Habitaban hatos remotos, o granjas, de ordinario situados a muchas leguas unos de otros con el objeto de que sus respectivos rebaños tuviesen mayor extensión de pastos y al propio tiempo para evitar la intromisión dentro de los linderos del vecino, cosa que no podría impedirse de otro modo en un país donde las cercas y aun las marcas de límites son del todo desconocidas. Las ocasiones de choque entre los peones de las diversas familias eran, por consiguiente, raras en extremo, mientras la inagotable abundancia de ganado salvaje y la facilidad con que en todo tiempo podían obtenerse caballos y vacas para el uso y subsistencia de los habitantes, no daban lugar a piques ni móvil para actos de agresión o violencia. Por lo demás resultaba evidente para un observador atento que la templanza de costumbres, características de los llaneros de Barinas, no obedecía a apocamiento de espíritu, sino que era consecuencia natural del constante trato en que los jóvenes vivían con los mayores de su familia, a quienes estaban acostumbrados a rendir obediencia implícita y en cuya presencia adoptaban habitualmente una actitud respetuosa y tranquila.


Aunque usualmente se les llama pastores y se les considera como tales, sus hábitos y sistema de vida eran en realidad los del cazador, porque siendo del todo salvaje el ganado que constituye su única riqueza, el trabajo requerido para recogerlo y arrebañarlo en la vecindad del hato era necesariamente violento e incesante. Constante ejercicio a caballo; noches pasadas en vela para guardar el ganado, proteger los becerros y potros contra los rigores del tiempo, todo ello había contribuido ya a prepararlos para la igualmente ruda profesión de las armas. Por de contado, al interrumpir la guerra la comunicación entre los Llanos y la costa marítima de Caracas, quedando paralizado su tráfico habitual de mulas, cueros y sebo, sintiéronse inquietos e impacientes por su desacostumbrada inactividad. Todos cuantos eran capaces de llevar una lanza acudieron en masa a enrolarse bajo la bandera de su paisano José Antonio Páez, quien ya se había distinguido por su valentía y éxito, como jefe de guerrilla, y quien tuvo poca dificultad en disciplinar tan valiosa recluta y en hacer de ellos buenos soldados en el campo de batalla.


Las familias de los llaneros, que aún permanecían en casa, aunque abandonadas por los más jóvenes, no corrían el peligro de padecer necesidad, porque los viejos y los muchachos, que muy a pesar suyo se quedaban rezagados eran capaces de abastecerlas con largueza escogiendo de vez en cuando alguna ternera cerril en el rebaño próximo, la cual, atada con el lazo certero, traían a la cola de sus caballos como provisión para el hato. Sin embargo, los amigos de aquellos que habían tomado las armas sentían la separación mucho más de los que hubiera ocurrido probablemente si el país que los rodeaba hubiese sido más populoso, porque en su vida de apartamiento la ausencia de un solo individuo dejaba un vacío sensible en el círculo familiar, y a causa de su casi aislada situación era probable que tuviesen poca o ninguna noticia relativa a los sucesos de una guerra en que por vez primera comenzaban a tomarse un profundo y doloroso interés.


La alarmante nueva de la próxima invasión española extendióse con velocidad por las pequeñas aldeas y haciendas de las orillas de los ríos que separan las llanuras de los distritos montañosos. Los habitantes de éstos, muchos de los cuales estaban en algún modo ligados a los patriotas por lo cual tenían buenas razones para temer la llegada de Morillo y de su inmisericorde tropa de invasores, huyeron con precipitación a refugiarse en los hatos, en el fondo de las sabanas; su arribo fue saludado como un evento feliz por los sencillos y hospitalarios llaneros, quienes encantados con tan insólita e inesperadavisita no experimentaron el más leve temor de que ellos también se verían pronto compelidos a huir ante el azote de la guerra.


En la estación lluviosa, cuando los Llanos permanecen por lo regular anegados durante tres meses, todas las casas, construidas sobre pequeñas eminencias, se ven aisladas por completo mientras dura la inundación, aunque el invierno esté lejos de mostrarse en todo su rigor. Entonces, las crecientes expulsan poco a poco de los bajíos los rebaños de reses bravías, los cuales tienen que acogerse a los únicos parajes secos que pueden hallarse, y en consecuencia no nos veíamos en el caso de ir tan lejos a caballo y todos los días para traer un novillo destinado al consumo de la familia. Además nunca nos faltaba que hacer, fabricando o reparando nuestras sillas, tejiendo cabestros de cerda tan solicitadas en las comarcas montañosas. Nuestras noches transcurrían alegremente en la extensa sala del hato con los bailes del jaís, tales como el Bambuci y la Zambullidora, muy superiores a las rígidas contradanzas y afectados boteros de Europa; las llaneras con célebres por su destreza en tocar la guitarra y el arpa y por su canto de los aires nacionales.


Era a mediados de la época de caza entre las selvas que orillan el Orinoco y también la estación en que sazonaban los maíces, de modo que cuando llegó la partida a las inmediaciones del campamento tamanaco, todos los indios guerreros se hallaban ausentes en las selvas, demasiado distantes de sus viviendas para tener noticia del ardid que se tramaba contra la felicidad doméstica de su cacique. Cuanto a las mujeres, hallábanse dispersas entre los pequeños conucos, recogiendo con afán las mazorcas de maíz con el propósito de preparar depósitos de chicha, como de costumbre, para el regreso de sus maridos y hermanos. Las madres únicamente podrían juzgar de la angustia de Ancáfila cuando al volver en busca de otro canasto de maíz, quiso darle una mirada al dormido chiquitín; su pena contenida fue acaso más intensa por no haber estallado, pues aún entre las tribus salvajes, las mujeres olvidan raras veces lo que deben al honor de sus maridos y de su tribu, por lo cual las esposas y madres luchan en silencio contra las calamidades más terríficas, antes que humillarse con lamentos y lágrimas.


Los llaneros, que para aquel temprano período de la guerra no estaban en modo alguno acostumbrados a la artillería, sobresaltáronse y se prepararon a ponerse fuera del alcance de las piezas de campaña; pero antes de que pudiesen montar, otro disparo mató un caballo, casi llevándole el brazo a un lancero, mientras le ponía el freno al animal. Páez cogió rápidamente al herido, a quien colocó en su propia silla, montando luego en las ancas para regir el caballo y sostener al maltrecho camarada. Mientras se alejaban al galope, en su forma usual de retirarse a la desbandada, un tercer proyectil disparado tras ellos por elevación, apenas levantó el polvo entre los pies de los caballos, sin causar daño alguno. Las tropas españolas, que hasta entonces habían guardado profundo silencio, celebraron la precipitada fuga de Páez y su Guardia, con gritos de ¡Mueran los insurgentes! ¡Abajo los chucutos! Suponiendo que habían abandonado el terreno por pánico y que al menos por aquel día no volvieron a molestarlos.


Algunas se ocupaban en ordeñar; mientras otras que tuvieron el cuidado de traer los útiles necesarios, pilaban maíz en grandes morteros de madera y con pesados majaderos; o bien cocían arepas en anchos platos de tierra. Buen número de las muchachas reuníanse a orillas de la laguna, para lavar la ropa de sus respectivas familias, y su incesant vocerío, junto con las risotadas que resonaban en el bosque, hacían ver que la emigración no embargaba sus ánimos tan hondamente como podía esperarse. La mujer de Páez, doña Rosaura residía en uno de los ranchos más grandes, preparado para recibirla con más holgura que de costumbre, por una partida de la Guardia de Honor, que se prestó espontáneamente para este servicio, pues, en realidad, los llaneros demostraban siempre extremada consideración por La Señora, como la llamaban de ordinario. Ella no debía semejante deferencia al solo hecho de ser la esposa favorita de su jefe, sino a que poseyendo una educación muy superior a la de todos los que la rodeaban, mostrábanse al propio tiempo tan modesta y bondadosa con cada uno, que aquellos le profesaban indecible respeto y admiración.


La caza de tigres, como se practica en los Llanos de Barinas, constituye uno de los espectáculos más interesantes, no sólo para quienes toman participación en ella y la emprenden con el objeto de proteger sus rebaños y para seguridad de sus mujeres e hijos, expuestos al ataque de tales fieras, cuando está ordeñando, sino también para los espectadores que acuden por simple curiosidad y entretenimiento.


Los dueños de hatos acostumbraban darse con anticipación una cita, a la que concurrían como punto de honor, con cuantos parientes y peones pudiesen reunir, todos en caballos de freno y armados de lanzas (porque antes de la revolución no se permitía generalmente a los criollos el uso de armas de fuego), excepto aquellos que se distinguían por su agilidad y destreza en arrojar el lazo, el cual se utilizaba con el propósito de coger a los animales feroces cuando salían de sus cubiles y mantenerlos asidos para que los demás cazadores los mataran sin peligro. Por consiguiente, considerábase honrosa distinción el figurar entre los enlazadores, puesto reclamado habitualmente por los principales ganaderos, sus hijos mayores y sus mayordomos, los cuales procuraban ir a la cacería en caballos seguros, hechos al ruido y alboroto, lo mismo que a la vista de las fieras, porque la menor rebeldía o timidez del caballo, en el momento de arrojar el lazo, podía tener fatales consecuencias para el jinete o para el compañero a quien había convenido en prestarle ayuda.


RICHARD VOWELL. Sabanas de Barinas. Caracas, Ministerio de Educación, 1988.

Fotos tomadas de Internet 

miércoles, 25 de octubre de 2023

PUENTE MARISELA


El puente Marisela esta situado sobre el río Arauca, después de la Población de San Juan de Payara vía Puerto Páez en el sector llamado Paso Arauca.

Reseña el periódico La Idea de fecha 21 de Mayo de 1988 como fecha de inauguración, "esta majestuosa obra permite la transitabilidad hacia el cajón de arauca, tiene una longitud de 242 metros ancho útil de 9 m, altitud de 9 m y una entrada de luz de 82 m, está construido para durar aproximadamente 300 años y es el primer puente de 11 que atravesarán los ríos apureños Arauca, Cunaviche, Capanaparo y Cinaruco para completar la vialidad de La Gran Vía del sur paso Arauca, Cunaviche Puerto Páez".

Foto Interdiario La Idea

Inaugurado por el presidente Jaime Lusinchi con el nombre de Marisela, cumpliendo así una oferta que hizo al pueblo de Apure antes de ser candidato a la Presidencia de la República.

En este acto lo acompañaron el Ministro de la Defensa General de División Heliodoro Gómez, Ministro de Transporte y Comunicaciones Vicente Pérez Cayena, Ministro de Ambiente Guillermo Colmenares Finol, Ministro de Desarrollo Urbano César Quinta, Doctora Blanca Ibáñez Secretaria Privada de la Presidencia, Economista José Flores Hurtado gobernador del Estado Apure, Licenciado Ramón Pérez Presidente de la Asamblea Legislativa Regional y el Doctor José Gregorio Montilla Secretario General de Acción Democrática.

Foto: Facebook Venezuela te extraño 

Julio Castillo escribe "A sus pies se observar la majestuosidad del Rio Arauca el cual recorre gran cantidad del territorio llanero para finalmente desembocar en el Rio Orinoco...Debido a la extensión territorial que abarcan los ríos apureños y la forma en la que se comunican por los distintos afluentes , hacen que sean la ruta comercial mas común y usada de los pobladores de la zona. A orillas del rio Arauca y justo debajo del puente Marisela se observa unos de estos puntos comerciales de reunión, donde los llaneros intercambian bienes y servicios"

Foto: Julio Castillo 

Quien es Marisela?

Marisela es la hija de Lorenzo Barquero y doña Bárbara. A través de su abuela paterna era descendiente del legendario don Evaristo Luzardo "el cunavichero", llanero quien generaciones atrás fundó el hato Altamira en Apure. Marisela es descrita como una joven mujer campesina rubia, de hermosos ojos negros y piel trigueña (catira), de aspecto descuidado, ruda, "silvestre", arrogante, mal educada, arisca, gruñona, altanera, valiente, de gran belleza, manos ásperas y pies gruesos y anchos, entre otros epítetos usados por Gallegos. Marisela fue criada por su padre, y educada progresivamente por Santos Luzardo, al punto de cambiar su apariencia al de una mujer bella, bien vestida y de aspecto delicado, sin perder su agresividad.

En la historia, ella rivaliza con su madre por el amor de Santos Luzardo. No obstante, al final de la narración, Doña Bárbara reconoce a su hija, encargando a Santos Luzardo la gestión de su herencia para ella, tras desaparecer.

Marisela resulta ser el último personaje nombrado en la novela, y con ella concluye la historia, señalando cambios positivos y progreso para su tierra.


El coplero Alberto Castillo interpreta Bello Puente Marisela 



Recopilación de Orlando Nieves 

Fuentes:

✓Interdiario La Idea de fecha 21 de Mayo de 1988

✓https://es.wikipedia.org/wiki/Marisela

✓Julio Castillo Steemit.com

✓Facebook Venezuela te extraño 

✓Elbetadigital.com

✓Alberto Castillo YouTube 

https://youtu.be/4K0Xs5HbHZ8?si=cHIuD7WXaOwFEnC0

lunes, 9 de octubre de 2023

LORENZA CASTILLO

 


 SACÓ "MUCHACHOS DE ESTAS POBRES MUJERES AULLADORAS".


Cuando el reloj marcaba las cinco de la tarde del 21 de septiembre de 1949, falleció en San Juan de Payara Lorenza de Jesús Castillo, la partera que pasó su vida "sacando muchachos de estas pobres mujeres aulladoras" del pueblo y de sus alrededores.


Lorenza de Jesús Castillo era "Natural y vecina de este municipio ( San Juan de Payara)" nació en 1884. Sus padres fueron Manuela Castillo y Gerónimo Olivero.


Esta ilustre mujer en su casa de habitación (que estaba ubicada en la calle Páez/Melquiades Caraballo en dónde hoy vive Carmen Elena Olivero, fundó el primer centro de asistencia a la mujer parturienta, en dónde atendía a las mujeres de San Juan y sus alrededores. Tambien la buscaban para partear, en los domicilios por lo que no cobraba ni un centavo ella sólo recibía los que la familia pudieran darle, como frijol, topocho y cualquier otro rubro.


Lorenza Castillo antes de partear a probablemente como toda partera con las manos juntas a la altura de pecho, los ojos cerrados y la cabeza inclinada, rezaba con mucha devoción a la Virgen del Carmen que según se cuenta es la Santa a la que se le reza la siguiente oración para que todo saliera bien:


"Virgencita del Carmen,

en tus manos queda,

que nos ayudes,

en tus manos queda

con tu poder.

Virgen del Carmen, 

que sea un parto feliz,

que no haya novedad

en el parto

ni en ella ni en su criatura

que se aliente ligero. Amén".


Una vez concluida la oración procedía a asistir a la mujer parturienta y cuando el niño nacía le cortaba el condón umbilicar con una tijera contando tres o cuatro dedos y le quemaba la punta del cordón con una vela.


El 20 de Junio de 1927, asistió a Maria de Jesús Rincones la esposa de Gabriel Abreu en el nacimiento de José Vicente Abreu, quien con el transcurrir del tiempo se convertiría en un gran periodista, narrador y poeta de convicción democrática y revolucionaria. "Lorenza... - escribía años después Abreu- asistió a mi mamá cuando nací".


Cuando "un día sin querer se metieron a comunista por un libro de Joaquín Trincado" y muchos se querían ir del pueblo, Lorenza que era amante en atender a la mujeres parturienta solía decir "Con comunismo o sin comunismo yo sigo sacando muchachos de estas pobres mujeres aulladoras". 


Lorenza falleció el 21 de septiembre de 1949 a las cinco pm dejando "cuatro hijos mayores de edad de nombres: Augusto, Pragedes, Manuel y Ángel Castillo; habiendo fallecido anteriormente tres hijos más de nombre: "Tomas, Quintina y Luisa está última menor de edad" .


El 14 de abril de 1988, se inauguró en San Juan de Payara el hospital que por decisión del Concejo Municipal del para entonces Distrito Pedro Camejo, se acordó designarlo con el nombre de esta ilustre mujer que sacó "muchachos de estas pobres mujeres aulladoras".


NOTAS:

Acta de defunción número 27 de 1949

Abreu, José Vicente (1985) Palabreus editorial Centauro.

Acuña Loggiodice, William: (1999) HIstoria de San Juan de Payara.

Revista la Revuelta año 1| N° 4 agosto 2011

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Autor: Manuel Ortega López Cronista del municipio Pedro Camejo


 
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