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jueves, 9 de junio de 2022

JOSE JIMENEZ EL POLLO DE ORICHUNA

 

JOSÉ JÍMENEZ

El Pollo de Orichuna

Por Yolaiza Boada

Al hablar de llano, sabanas, esteros, bancos, caños, cañadas, lagunas, calcetas se nos viene a la mente canciones de copleros que hicieron y hacen esfuerzo por llevar y mantener la música criolla al sitial de honor que le corresponde, uno de ellos fue José Anselmo Jiménez "El Pollo de Orichuna", un coplero, cantante y contrapunteador venezolano, además de Técnico Agropecuario egresado de la Escuela Técnica Agropecuaria de Agua Blanca, estado Portuguesa. Nació el 21 de abril de 1944 en un vecindario llamado El Charal, aledaño a la Trinidad de Orichuna, municipio Rómulo Gallegos del estado Apure. Su padre don Pablo Marcelino Monasterios hombre que también arreciaba la garganta para entonar lo criollo; su madre doña María Custodia Jiménez mujer dedicada a las labores domésticas.


Su crianza estuvo a cargo de don José Concepción Colmenares, por eso de niño corría por los mastrantales y arbustos del fundo "Las Espejeras", ubicado en la carretera nacional que va de La Trinidad de Orichuna a Guasdualito, en el sector La Horqueta, allí inició su aprendizaje en las labores rústicas de las faenas llaneras, quedando grabadas en su mente para siempre las enseñanzas de don Concho Colmenares.

De su crianza campesina va naciendo el gusto por bailes sabaneros a los cuales asistía con su padre de crianza, pero siempre agilaba para el lado de los músicos, desde niño le gustaba cantar, ponerle atención a los copleros y a los golpes de la música; disfrutaba porque siempre habían buenos contrapunteadores, gente que a lo mejor no sabían leer ni escribir pero los versos le fluian de manera expontánea y excelente. Los fines de semana siempre había fiesta en alguna de las casas del vecindario y allí aprovechaba para aprender a entonar su guerguero.

Trabajó en el hato San Lorenzo ubicado sabana adentro en jurisdicción del municipio Páez, propiedad de su amigo Lorenzo Zapata, allí se curtió como peón de mano, de llano y hasta quesero, durante el ordeño le cantaba a las vacas para relajarlas, amansarlas y obtener mayor fluido de leche; en sus horas de descanso improvisaba coplas con los demás jornaleros haciendo gala de su gañote, se divirtía al ver como alegraba a sus compañeros con canciones dedicadas a su tierra y a los oficios del llanero.

El Pollo de Orichuna fue un auténtico veguero, con buenas condiciones para el canto, autor de buenos corríos, sus versos eran relancinos y certeros, con sabor a llano, sabía ponerle melodía al contrapunteo, su voz clara y sentimental conectaba perfectamente con el sonido del arpa, cuatro y maracas.

Su nombre artístico tiene raíces en casa, sus familiares primero lo llamaban "El Gallo" y al final lo bautizaron como "El Pollito". José Barilla su gran amigo de parranda, recuerda que José Jiménez fue bautizado como el "Pollo de Orichuna" en el Bar Viejo Capanaparo propiedad de doña Antonia Volcán, ubicado en la ciudad de Barinas donde también ejerció funciones como mesonero.

Entre parrando y parrando se fue dando a conocer por vecindarios, poblaciones del Alto Apure y otros alrededores. El maestro José Romero Bello, su paisano de Arichuna, como productor musical y buen catador de artistas lo mandó a buscar con el Carrao de Palmarito. Ya en la capital del país, Valentín Caruci otro productor musical de envergadura, al escucharlo cantar decide apoyarlo y con la ayuda de ambos " grabó el primer LP con el sello Cachilapo. También encontró un gran apoyo en el arpista Omar Moreno. En su recorrido por la música trabajó con grandes cultores y promotores de la música criolla, entre ellos Angel Custodio Loyola, José Catire Carpio, José Romero Bello, Juan Vicente Torrealba, Francisco Montoya, Jesús Moreno, Juan de los Santos Contreras, Melesio García, Jesús Cravo, Nelson Morales, Juan del Campo, Luis Lozada, Juan Gallino, José Alí Nieves, entre ellos había una hermandad que nacía en razón del amor que sentían por el llano y el joropo como expresiones auténticas de identidad nacional.

Su potente voz y la extraordinaria capacidad para improvisar versos le hicieron convertirse desde muy joven en uno de los mejores copleros, compositor de canciones y romanceros. Muchas son las obras que hacen del Pollo de Orichuna una referencia del canto vernáculo, entre ellas destacan "Muchacha Flor de mi Tierra", "Llaneros de Soga en Mano", "Corazón Enfermo", "De Visita en Portuguesa y Romance, "Pueblo y Sabana", "Amor en Silencio", "Motivos Llaneros", "Amigos del Alto Apure". También dedicó buena parte de su talento e inspiración en la creación de leyendas llaneras como "Federico y el Mandinga" cantada a duo con José Alĺ Nieves, "Juan Machete", donde relata la historia de un hombre cuya ambición lo llevo a pactar con el demonio su alma y la de su familia a cambio de riquezas, "La Historia de la Sayona" la cual trata de una mujer celosa que mató a su madre pensando que esta había tenido un romance con su esposo, la madre en su agonía de muerte la maldijo. Otra composición suya fue la Leyenda del Espiritu Burlon".

No fue nada fácil para este joven incursionar en el difícil mundo del espectáculo porque para ese momento lo importado opacaba a los artistas criollos, sobre todo aquellos que querían cultivar el joropo llanero, que apenas en esos años realizaba tímidas incursiones en la capital del país. Al igual que otros cantautores de su época le tocó afrontar adversidades, no fue facil enfrentar los infortunios del mundo artístico, ya que primero tenía que encajar y luego trabajar duro para poder desplazar lo importado y darle a la musica llanera el sitial que merece . El Pollo Orichunero venía del campo fogueado de faenas llaneras: sabía domar potros salvajes, ordeñar vacas, cruzar ríos y caños torrentosos, sabía de vaquerías; guardaba un acervo de tradiciones que le servían de inspiración para ir armando coplas y poesías. Con sus pasajes romanceros fue ganando los corazones de quienes poco a poco iban escuchando su voz en la emisoras de radio y personas que asistían a sus presentaciones en veladas llaneras. Con su fama de coplero recorrió el territorio nacional, en fructifera carrera por mas de cincuenta años, enn cada parte de la geografía patria lo recuerdan con respeto y cariño.

Vivió muchos años en la Isla de Margarita, de manera silenciosa aquejado por una fuerte dolencia renal, fueron momentos duros, de mucho esfuerzo y trabajo para lograr el trasplante de un riñón. Durante varios años asistió a la Sala de Diálisis del hospital Luis Ortega de Porlamar. A pesar de las limitaciones lograba sobreponerse a la perdida de fuerzas para recuperar su salud.

En el curso de su enfermedad, muchos fueron los eventos realizados por compañeros, amigos y familiares para reunir fondos para su recuperación. La población de Pariaguán en el estado Anzoátegui fue escenario de un homenaje a su persona, la finalidad era recabar fondos ante la perspectiva de un posible trasplante en el Hospital Militar de Caracas. El evento fue realizado en el Parque Ferial de Pariaguán; la publicidad estaba patrocinada desde Margarita por "El Caney de Felo" y "El Reino de Musipan". Al acto asistieron cantantes como Euclides Leal, Ignacio Rondón , Alejandro Rondón, Rubén Gamarra, Reinaldo Armas, entre otros.

De regreso a la isla de Margarita comenzó a planificar el viaje para Caracas a los fines de gestionar los trámites necesarios para el trasplante, en esta fase del proceso contó con el apoyo incondicional de su paisano el cantautor Cristóbal Jiménez, juntos realizaron todas las diligencias hasta que el trasplante se pudo hacer efectivo en el mes de enero del año 2011, salió bien pero debía seguir tratamiento con anti rechazantes.

Era un hombre sencillo, culto, hospitalario, impregnado de una exquisita cordialidad, cargado de valores, de hablar sencillo y criollo. Con una sonrisa espléndida celebraba las noticias que le daban alegría. Aún en los momentos más críticos de su enfermedad se comportó en forma tranquila, paciente, aceptó con buena actitud su problemática de salud.

Luego de haber superado un poco la dolencia renal realizaba una que otra actuación en tarima, dedicó parte de su tiempo a la enseñanza del canto y baile de joropo, puesto que era excelente bailador sobre todo del joropo original, sabanero; ese que se aprendía en las parrandas de llano donde no habían trajes elegantes ni las formas sofisticadas que ahora las escuelas o academias le imprimen a este baile.

En materia de contrapunteo confrontó a varios cantantes, siendo sus mejores improvisaciones verbales las grabadas con José Alí Nieves "El Pico de Oro", Jesús Daniel Quintero " El Tigrito de Mata Negra", Benigno Hidalgo "El Diablo de Cojedes", José Catire Carpio, Luis Eduardo Forgione Andrade "El Gavilán del Llano", Ramón Blanco, Cristóbal Jiménez, Jesús Cravo, entre otros.

José Anselmo Jiménez "El Pollo de Orichuna" dedicó su vida a enaltecer nuestra música, logró brillar por si solo, mantuvo su personalidad y fama de gran cantante, de llanero criollito y de excelente persona. Andrés Emilio Infante manifiesta que "El Pollito" nunca olvidó a la Trinidad de Orichuna, siempre la visitaba sobre todo en las ferias, las disfrutaba, en las del año 2017 a pesar de su enfermedad le brindó lo mejor a su público y en el amanecer llanero alternó con artistas como Jorge Guerrero, Maira Tovar, Marilú Castillo y otros que desfilaron esa noche, ganándose los mejores elogios y aplausos de los presentes.

Este pionero de la música llanera dejó de existir el dia 12 de junio de 2019, murió en el hospital Dr. Luis Razetti de la ciudad de Barinas a consecuencia de una infección en el riñon y un cálculo renal que le estaba afectando, además se le imposibilitaba el acceso al tratamiento antirechazo, no solo por la escasez del medicamento sino por el costo del mismo, entre una cosa y otra su salud declinó. Sus restos fueron velados en el barrio Corocito, donde vivía ultimamente.

Cuenta su amigo y cantante Reinaldo Sereno que a su velatorio asistieron muchos artistas criollos, quienes lo despidieron cantando, entre ellos Antonio Castillo "El Tigre de la Nietera", Jesús Quintero "El Tigre de Mata Negra", Rafael Colmenares, Domingo Garcia, un hijo del difunto que también canta, todos le cantaron desde el momento de su fallecimiento hasta que fue llevado al cementerio; también asistieron muchos músicos, entre ellos los arpistas Eudes Alvarez "El Rey del Bordón" y Omar Moreno.

Muchos son los que compartieron con él y están agradecidos por la amistad sincera que les brindó, por las vivencias compartidas las cuales refuerzan el reconocimiento de haber sido un gran cultor de la música criolla y un enorme camarada.

Al contar historias sabemos quienes somos, y lo mejor es; que los demás sabrán lo que hemos vivido.


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