REDES SOCIALES

sábado, 31 de octubre de 2020

LA CALLE PEÑALOZA DE SAN FERNANDO

 


La calle Peñaloza de San Fernando

Por: José Alberto Pinto Coronado

Al entrar a San Fernando, por el puente María Nieves, en la margen izquierda del ahora Paseo Libertador quedaba la calle Peñaloza. Comenzaba desde la orilla del río, allí estaba la Casa de los Barbarito y luego al cruzar, estaba la cancha El cañito. En la actualidad se encuentra el monumento que llaman de los caimanes, regada por la fuente ubicada a la entrada de la capital.


La calle Peñaloza comenzaba en la orilla del río, como mencionamos, y terminaba en el cruce con la calle Colombia. Unas ocho cuadras llaneras. En ellas estaban asentadas las instalaciones del Hotel Apure, la Plaza Libertad, el Bar Trina Omaira. En la cuadra siguiente: Las oficinas del Instituto Nacional de Deportes, dirigido por el Señor José Alberto Pinto, promotor deportivo y atleta, que vivía en esta misma calle. La línea Guárico también tenía su sede en esta calle.

En la cuadra siguiente, entre las calles Sucre y Páez: El Restaurante D´pepino, la cancha de Basketball Las Pesitas, la casa del señor Rafael Estévez. Luego entre la Páez y Muñoz: Las casas de las familias Torres, Hernández, Díaz, Pinto, Gómez.

Entre las calles Muñoz y Aramendi, estaban las familias La Rocca, Gómez Marvez, Tovar, Valera, Zárate, Gamarra, Guerra. Luego estaban los Bello, Morillo, Rodríguez, Flores, Pereira, Castillo, entre la Aramendi y la Colombia, donde finalizaba el pueblo.

Luego un poco más allá, como una prolongación de la misma, se asentaron las familias Linares y Reyes. Muy cerca de allí, pero en la calle Fonseca, contigua a la Peñaloza, entre las calles Aramendi y Colombia, nació Manuel Bermúdez, profesor, semiólogo, escritor y miembro de la Academia de la Lengua.


En la calle Peñaloza vivieron algunos personajes que quisiéramos recordar: Omar Torres (+), joven apureño, escritor, teatrero, pionero del grupo cultural Humo y Tabaco, dirigente político de izquierda. Nixie Zárate, médica, actualmente residenciada en Alemania. Avilio Coronado, campeón encestador nacional en la disciplina del basket ball, en dos oportunidades. Martín Reyes (+), músico, fabricante de instrumentos musicales, quién por cierto, le hizo la primera arpa al connotado músico venezolano Juan Vicente Torrealba.


viernes, 30 de octubre de 2020

LA CASA DE LAS VENTANAS

 


LA CASA DE LAS VENTANAS.

POR: Hugo Arana Páez 

¿Por qué esa vivienda tenía tantas ventanas? ¿Sería que esa casona era fresca? ¿A pesar de los fantasmas y muertos, le gustaría vivir en una solariega casona como esa? ¿Tendría portón de campo? ¿Sería que a esa ancestral vivienda entrarían carretas y cabalgaduras? ¿Acaso tendría un patio central adornado de un bonito jardín? ¿Tendría corredores internos donde habría un chinchorro de moriche o guaralillo colgado, esperando a que un flojazo se tendiera largo a largo a mecerse de un lado para el otro? ¿Acaso habría un tinajero, un paraban y un juego de recibo de paletas? ¿Acaso algún serenatero trasnochado se enredaría a la hora de elegir en cuál de las diez ventanas se guindaría a cantarle a la amada su fastidioso y desafinado canto de amor.

Por cierto, esa hermosa casona de dos aguas, de techo de tejas enmohecidas, de anchas paredes de adobe y hacia la Calle Comercio, exhibía un enorme portón principal de resistente madera y ancho zaguán precedido de un anteportón de elegante romanilla, donde no faltaba el pavoso caracol de mar que sujetaba el portón que de día permanecía abierto de par en par ja, ja, ja; mientras que por la calle Bolívar se hallaba el portón de servicios, conocidos en el llano como PORTÓN DE CAMPO, por donde entraban hasta el patio principal las carretas y cabalgaduras. Por supuesto, esa ancestral y hermosa casona se le llamaba coloquialmente LA CASA DE LAS VENTANAS, por cuanto, la engalanaban diez bonitas y enormes lumbreras de madera que miraban hacia la Calle Independencia (ver la imagen).

LA CASA DE LAS VENTANAS se hallaba en la Calle Independencia, en el tramo comprendido entre las calles Comercio al norte y Bolívar al sur, frente a la llamada Casa de Bolívar, a una cuadra de la Plaza Bolívar en el Barrio Jobalito. Era propiedad del italiano José Félix Barbarito, quien fue alumno del maestro Rómulo Gallegos, Director del Liceo Caracas (actual Liceo Andrés Bello) a quien el joven Barbarito el año 1927, invitó a que viniera a conocer el Hato La Candelaria en el Paso Arauca, donde Florentino y El Diablo se emperraron en pasar toda una noche porfiando en un eterno atajaperros Ja, ja, ja. Por cierto, se dice que el 20 de mayo del año 1922, cuando ocurrió la fallida intentona encabezada por el general trujillano Waldino Arriaga Perdomo, queriendo sacar del Palacio Fonsequero (sede del Poder Ejecutivo) al general merideño Hernán Febres Cordero, apodado Cara e´ gallina ja, ja, ja. Ante la fuerte plomazón algunas de las atemorizadas familias sanfernandinas se refugiaron en esa vivienda ja, ja, ja; asimismo, esas personas vieron pasar moribundo sobre su mula al líder revolucionario Arriaga, quien echando el resto iba a despedirse de su amigo Don Pancho Echenique. Por cierto, de este evento han transcurrido noventa y ocho años.

Hoy la CASA DE LAS VENTANAS ha desaparecido y en su lugar se halla un horrible y burdo estacionamiento de vehículos. Seguramente sus ventanas hace años que alimentarían a un hambriento fogón y los sueños de los enamorados junto a sus cuitas y trasnochadas serenatas solo quedaron colgadas de los balaustres de una desteñida, ajada y añeja viñeta.

Soy de la opinión que el ángulo suroeste del cruce de las calles Comercio e Independencia en honor a este valioso patrimonio cultural edificado, hoy desaparecido, y que es un retazo de historia local se nombre ESQUINA CASA DE LAS VENTANAS 

jueves, 29 de octubre de 2020

JULIO M. ARAY

 





DON JULIO M. ARAY


Por: Vladimir Hidalgo

Hijo de Rosa Aray y Francisco Díaz Castro, El Yagual vio nacer el 13 de noviembre de 1908 un niño pobre que se convertiría, por su apego al trabajo, en un próspero empresario de San Fernando de Apure. Pasó de vender arepas, hallacas y empanadas por las calles de su pueblo natal hasta alcanzar el estatus de Don JULIO M. ARAY.

Junto a su madre llega muy chico a San Fernando y a los 12 años se independiza para bregar en la pobreza por un futuro mejor. Estuvo fuera de su estado por varios años, pero luego retorna a su terruño. Con apenas segundo grado aprobado se convierte en chofer de plaza, como llamaban a los taxistas para la época. Gracias a esta labor conoce al general José Domínguez, presidente del estado Apure, quien lo contrata como ayudante y chofer. Nace un estrecho vínculo entre ellos al extremo que Julio lo consideraba su padre. Llegó a ser Jefe Civil y cuando el general abandonó el cargo fluye su espíritu de comerciante. Llevaba encomiendas al centro del país y traía repuestos por encargo. Contrae nupcias con Doña Sofía Moyejas y de esta unión vienen al mundo sus hijos Julio, Rosa y Teófilo. De una relación anterior, Ricardo e Iraida.
Su esposa y cinco
muchachos fueron sus grandes amores, protegiéndolos siempre con pasión y dedicación.

La Segunda Guerra Mundial puso en sus manos un jugoso negocio de cauchos e instaló la primera bomba de combustible manual de Apure, ubicada en lo que hoy es la intersección de la Av Miranda y Paseo Libertador. Hasta allí llegaba el río Apure y en el invierno las canoas atracaban a orillas del negocio a entregar tambores de gasolina. Su prosperidad florecía y fundó su famosa empresa de ventas de partes automotrices "Auto Repuestos Juan Bimba", en donde más tarde se levantó el hotel La Torraca. Años después la muda al cruce de Bulevard con calle Comercio.

Del avance económico de Don Julio Aray se elaboró una leyenda urbana por todo San Fernando y resto del estado. Todavía muchos viejos apureños comentan que en su residencia de la calle Sucre c/c Plaza se encontró una jugosa botija llena de morocotas. Pero lo cierto es que él hacía negocios a conciencia. Arriesgaba, pero tenía olfato para detectar las buenas oportunidades. Por ello perteneció a ese grupo de hombres ilustres que surgieron en el comercio, sin especular ni robar a nadie, como fueron Félix Rodríguez, Pedro Salas, Emilio Rodríguez Seintón, Juan Bautista Sosa, César Montes, José Rafael Estévez, Nicolás Sánchez, Juan Bautista Loreto, Carlos Rodríguez Rincones, Carlos Vivas, entre otros.

Viajó por muchos lugares aprendiendo su oficio. Estados Unidos, México, Brasil y Argentina, algunos de los países visitados. Invirtió en la compra de los cines Libertador y Arauca y en la venta de vehículos Ford y Jeep Willys. Prestaba dinero "con la palabra como único documento" y no perseguía a quienes "se le iban con la cabuya en la pata". No dejó deudas ni enemigos. Cuentan que Atilano Gómez le cortó la barriga y se fue del pueblo creyéndolo muerto, pero al regresar a los años muy rico, le perdonó y reiniciaron la gran amistad y partidas de cartas. "Esa fue una pelea entre amigos borrachos", justificó Aray.

Fue flaco hasta los treinta años. Luego empezó a engordar y se le recuerda como un hombre barrigón, bonachón y mamador de gallo con sus amigos.
Vestía con elásticas, pantalones anchos y sombreros Borsalinos, que lucía con su gruesa hebilla de oro cochano con su nombre grabado.

Le gustaban las ciencias ocultas. Junto a José Faoro buscó "entierros" en medio San Fernando. Tenía por ritual, todos los 31 de diciembre a la medianoche, darse un baño en el patio de su casa con inciensos, esencias diversas y plantas, que colocaba en una ponchera, saltaba sobre ella en cruz chasqueando los dedos y rezando. Luego venía larga jornada de tragos. Su vecina la "Chinga" Zoppi, que conocía del ritual, cuando sentía el olorcito al sonar el cañonazo le gritaba, "Julio, tírame algo bueno pa mi casa que estoy empavaita".

Así fue Don Julio, un ser que vivió como quiso. Fue un triunfador, un amigo. En su niñez estuvo aislado, sin relaciones y recursos materiales de ningún tipo, pero con un corazón inmenso que lo ayudó a levantarse de la nada para lograr el éxito personal, económico y familiar. Fallece el 26 de febrero de 1972.

Esa firmeza y tenacidad, dirigidas por una capacidad de juicio realista y clara, que le hicieron conquistar capital, gozar de influencias, autoridad, respetabilidad y notoriedad, convierten a Don Julio M. Aray en un Personaje de mi Pueblo.

*** Gracias a Teófilo "Negro" Aray, hijo de Don Julio Aray por todo el apoyo para construir esta historia, sobretodo por el artículo de mi primo el profesor Ronald Torres Bermúdez.


miércoles, 28 de octubre de 2020

MIGUEL PADILLA HURTADO

 




MIGUEL PADILLA HURTADO

“EL ALMIRANTE”

Hijo bueno de un pueblo bueno,

un Magallanes guasdualiteño

de magmática pertenencia,

la humildad hace presencia

como hermana de su genio.

Propicia resultó la fresca mañana del día 29 de septiembre de 2018, para en compañía del profesor y ex alcalde del municipio Páez: Exer Fulco, efectuar una afable visita en su residencia solariega La Estación, al almirante Miguel Padilla Hurtado, un guasdualiteño de identidad y pertenencia, cuya trayectoria de vida es digna de respeto y admiración. Y es en vida de los hijos buenos cuando la gratitud de las nuevas fecundaciones de un pueblo debe hacerse sentir y demostrarse. En este sentido, es de gran dimensión, considerable y plausible, el empeño y esfuerzo de este almirante retirado de la armada venezolana, cuyas inquietas rizomas lo llevaron por motu propia, junto a su hermano Manuel a plasmar en estampa imprenta un compendio histórico cismático, tangible y exacto sobre su pueblo, siendo este texto referencia patrimonial obligada para los nuevos exegetas empeñados en lograr el ensamblaje de los intervalos históricos de nuestro hiperbórico y micénico pueblo. Agradecido estoy, por su atención y gesto de hacerme entrega de su libro: Identidad del Guasdualiteño, recibiendo además sus palabras de respaldo para continuar con el trabajo planteado.

RESUMEN BIOGRAFICO

Miguel Padilla Hurtado viene al mundo terrenal el 23 de agosto de 1937. Hijo de don Francisco Miguel Padilla Zapata y de la digna mujer Carmen Cecilia Hurtado, hija de don Enrique Hurtado, prospero ganadero nacido en Guardatinajas (Gua), siendo este, hijo del general Francisco Elías Hurtado García, combatiente en la llamada La Guerra Federal (también conocida como Guerra Larga, o Guerra de los Cinco Años), así mismo, rebisnieto por línea materna del coronel José Francisco Hurtado, el llamado “Lambe Lanza”, el mismo que acompañaría al centauro José Antonio Páez en toda su campaña libertaria, cuyos restos reposan en El Panteón Nacional.

Luego de cursar el sexto grado en el paraninfo Aramendi de su terruño natal, es enviado al Táchira a realizar estudios de bachillerato, una vez terminados sus saberes intermedios ingresa en la Escuela Naval de Venezuela. Su graduación como alférez seria en 1959, y de inmediato inicia su impecable hoja de servicio a bordo de los destructores de la Armada Nacional. Su profesionalización le dan merito como naval de operaciones y de constante preparación, con responsabilidades de comando y estado mayor.

Alcanza todos los grados militares en el tiempo establecido por ley y norma de carrera, ocupando varios cargos, de los cuales se mencionan: Comandante del “Patrullero Alcatraz” y del Transporte “Capana”, Comandante del Cuerpo de Cadetes y Su-Director de La Escuela Naval de Venezuela, Edecán del presidente Carlos Andrés Pérez, Comandante de Adiestramiento Naval, Comandante de la Escuadra, Comandante Naval de Operaciones. Alcanza el grado de Vicealmirante, y luego el de Almirante, para optar al retiro luego de más de treinta años de servicio en el componente naval.

En un aspecto más humano y privativo, su filantropía lo lleva en preocupación a gestionar becas universitarias para los jóvenes de su pueblo, es así como a través del Programa Gran Mariscal de Ayacucho, varios guasdualiteños tuvieron la oportunidad de acceder a prestigiosas universidades en el extranjero. Su sentido de pertenencia lo anima (como se mencionó preliminarmente) con su hermano Manuel Padilla Hurtado (Ingeniero civil) a dejar un legado escrito sobre el pueblo fundado por José Ignacio del Pumar y Traspuesto 

(Márquez de las Riveras de Boconó y Masparro y Vizconde del Pumar), cuyo título es: “Identidad del Guasdualiteño”, resultando esta documentación en sumo valiosa para los nuevos investigadores y escribientes de la historia local, debido a la inclusión de elementos históricos-culturales importantes que permiten entender con claridad y sin resquicios maniqueicos: el limen genético del gentilicio guasdualiteño, por ello es mi recomendación objetiva hacer lectura sobre su vademécum bibliográfico.

 

POR: Aljer Chino Ereú.-


martes, 27 de octubre de 2020

ALIGHERI FILIBERTO GONZÁLEZ



Foto cortesía de Óscar Alvarado 


ALIGHERI FILIBERTO GONZÁLEZ

(1932 – 2014)

 

 Argenis Mendez en su historia de apure nos dice: "Siendo hijo de un sastre italiano residenciado en San Fernando (Blás Bruno), no debe extrañarnos que este ilustre personaje llevase el nombre del autor de la Divina Comedia., como predestinándolo a actividades revolucionarias, especialmente las ligadas a las artes plásticas y al bolivarianismo: Alighieri Filiberto González (26/7/1932 – 24/11/2014).

 Conocimos primeramente a su hermano Ítalo, cuando regresamos a nuestro terruño apureño. A Alighieri lo vislumbramos inicialmente a través de su estatua en la Plaza Bolívar de Biruaca, que sería inaugurada en la luctuosa fecha del héroe, el 17 de Diciembre de 1972.  No asistimos al acto de develación pero conocemos el discurso pronunciado por el Dr. Pedro Elías Hernández Figueredo (1918 – 2002), avecindado para ese entonces en su querida “YERBABUENA”, quien acertadamente señaló: “El artista ha concebido y realizado una auténtica estatua pedestre del Libertador… Un hombre con los pies bien puestos sobre la tierra, dispuesto a dejar huellas profundas sobre ella, como las dejó, porque dentro de la cabeza le cabalgaban ideas firmes  y claras sobre a libertad del hombre, la independencia de los pueblos, la soberanía de las naciones, la libre determinación de las mismas, sin intervenciones fenicias; contra el colonialismo y especialmente sobre la unidad de todos los hombres y mujeres del mundo latinoamericano como cuestión fundamental para el logro de todos los anteriores objetivos…”

 Siempre nos llamó la atención este monumento por su originalidad y sentido libertario, y así se lo comentamos en 1980 a Don Luis Cubillán Fonseca, para ese entonces funcionario de las Naciones Unidas que visitaba Apure, con motivo de inspeccionar los monumentos históricos de la región (Monumento a la Bandera, Nazareno de Achaguas, Brazo de Páez, Obelisco de Mucuritas…). Este señor Cubillán se lo comentó luego a Rafael Pineda (Presidente de la Asociación Internacional de Críticos de Arte, quien realizaba en ese momento una investigación sobre la imagen estatuaria de Simón Bolívar, El Libertador, en todo el mundo, con el propósito de publicar un libro, que se concretó en la obra Las Estatuas de Simón Bolívar en el Mundo.  en 1983, con motivo de la conmemoración del Bicentenario del Padre de la Patria.

 Pineda me escribió (20/01/1983) solicitando información urgente sobre este Bolívar anti-imperialista perdido en lo más recóndito del Llano Venezolano, porque deseaba incluirlo en el libro que estaba por culminar: “Nuestro común amigo Luis Cubillán Fonseca de Valencia me informó que en los alrededores de  San Fernando hay un caserío donde se encuentra una estatua de Simón Bolívar que, al parecer, no tiene precedente en su iconografía, pues lo representa montado sobre el globo terráqueo y rompiendo cadenas… Por eso me dirijo a usted con el ruego de proporcionarme una fotografía de dicha estatua, la fecha de inauguración que debe estar inscrita en el pedestal, y el nombre del autor… estoy preparando un libro titulado “Las estatuas de Simón Bolívar en el Mundo”.

Ello me llevó a buscar a Alighieri en su casa de familia en Biruaca. No lo localicé en ese entonces, pero me entrevisté con su hija María Teresa, quien me ofreció una amplia información sobre su padre y la obra que venía realizando (sin ningún apoyo oficial). Prácticamente un autodidacta que aprendió a trabajar el cemento y las cabillas para darles forma artística: María Lionza, José Gregorio Hernández, Simón Bolívar, entre otras. Me acompañó a tomar fotografías del Bolívar sobre el globo terráqueo y a tomar los datos necesarios para su registro en el libro del crítico Pineda. A los pocos meses salió publicado el esperado texto, auspiciado por el Centro Simón Bolívar,  de Caracas. Sin embargo, tuve que esperar tres años para adquirir un ejemplar, el cual mostré a Aligheri, quien se mostró muy orgulloso de la reseña, puesto que lo proyectaba a la fama internacional. Solo pude obsequiar un ejemplar del libro de Pineda al amigo Alighieri en febrero de este año 2014, cuando, en un sencillo acto, se lo entregué, en presencia del poeta Rómulo Eudoro González.  Ya, desde hacía tiempo, la imagen de la estatua se había convertido en un ícono de Biruaca (quien la vea, estando en cualquier parte del mundo, puede asegurar con toda certeza que la misma corresponde a la Plaza Bolívar de esta ciudad apureña).

 Por ello dijimos el día del homenaje póstumo rendido a su memoria en la plaza (de cuerpo presente) que el nombre de Alighieri desparecería de la memoria de sus amigos, de sus familiares y de los anales históricos de Apure y de Biruaca el día que sea destruida su obra escultórica. En 1993, un grupo de personas ignorantes de su simbólico significado (libertad, anti-imperialismo, soberanía y autodeterminación), pretendieron destruirla, pero el pueblo supo defender su valioso patrimonio histórico y allí continúa Bolívar, airoso, empuñando la espada de la independencia y la autonomía.      

 En el 2006, el Instituto de Patrimonio Cultural, adscrito al Ministerio del Poder Popular para la Cultura, lo incluyó en el inventario de obras que realizó a nivel nacional, protegiendo legalmente su existencia. Así mismo, la Alcaldía de Biruaca procedió a declararlo Patrimonio Histórico Municipal.       

 Este es mi humilde tributo a Alighieri, con la esperanza de que su obra y mensaje perdure por mucho tiempo y que sus hijos, nietos y allegados se sientan orgullosos de haber conocido y tratado a un apureño extraordinario de su talla humana, llena de sueños de redención para su pueblo".

El catalogo del ministerio de la cultura expresa lo siguiente: “Alighieri Filiberto González nació en San Fernando de Apure el 26 de julio de 1932. Desde pequeño se inclinó hacia las artes y en especial hacia el dibujo. En la escuela destacaba en las áreas de artes plásticas y fue de los primeros en su promoción. En la década de 1950 se marchó a Caracas para continuar sus estudios y allí vivió cerca de un taller donde realizaban estatuas y monumentos para cementerios y plazas. Su primer trabajo como artista fue un busto de su esposa modelado en arcilla y luego vaciado en artificial. Entre sus obras más destacadas se encuentran la escultura de Simón Bolívar sobre un globo terráqueo que se encuentra en la plaza Bolívar de Biruaca”.

Por su parte Oscar Alvarado en su columna "Una Pizca de Historia Una Pizca de Historia Regional de Apure " expresa lo siguiente: "...en ocasión de la Conmemoración Patriótica al 142 Aniversario de la Muerte del Libertador, fue develada la estatua hecha por *Alighieri Filiberto González* y donada al Municipio Biruaca para la Plaza Bolívar. El modelo de la escultura la hace única en el mundo porque representa a *Bolívar Antiimperialista* erguido sobre el globo terráqueo, espada libertadora en alto y las cadenas opresoras rotas sobre Venezuela. El discurso de inauguración lo disertó el Dr. Pedro Elías Hernandez. El Alcalde Daniel Blanco, a solicitud de la Sociedad Bolivariana, lo Decretó Patrimonio Histórico y Cultural del Municipio Biruaca, el 15 de Agosto de 2005, en Ocasión del Bicentenario del Juramento en el Monte Sacro. En una oportunidad visitantes norteamericanos intentaron sustituirlo. Mide 4.10 metros. En Piedra artificial (Concreto). Su autor, declarado Hijo Ilustre de Biruaca..."

Tribuna popular en su edición N.- 247 del 11 de diciembre de 2014 reseña:   “Desde su juventud y por más de 60 años fue  militante del PCV destacándose en la lucha armada como comandante guerrillero, como dirigente comunista en la región y como apasionado escultor Bolivariano”.

Alighieri González muere un 24 de Noviembre de 2014.

 Recopilación por Orlando Nieves 

FUENTES CONSULTADAS:

-Argenis Méndez Echenique historiadeapure.blogspot.com

-albaciudad.org ALIGHERI FILIBERTO GONZÁLEZ

- Tribuna popular en su edición N.- 247 del 11 de diciembre de 2014.

- Una Pizca de Historia Regional de Apure 349/2021; Compilada por Óscar Adolfo Alvarado

lunes, 26 de octubre de 2020

GABRIEL ELIECER PINTO

 






GABRIEL ELIECER PINTO

EL LICEO LIBERTADOR Y EL TEATRO SARARÌ

BREVISIMO EXORDIO.-.

En conversación reciente con el poeta guasdualiteño Marcos Eduardo Hernández, para bien le expresaba mi constante inquietud, de al menos grafiar en unos párrafos el aporte educativo, cultural y social del rememorado educador neogranadino Gabriel Eliecer Pinto, por cuanto es un ser humano que arribó a la dársena del Guasdualito provinciano, viniendo de horizontes lejanos para perpetuar vestigios notorios en nuestro pueblo, asi como entre sus condiscípulos, dicentes y amigos. Por tal fin presento en una breve runa lo más conocido y resaltante sobre su permanencia local, esperando que entre todos podamos recopilar más información, documental, oral y fotográfica sobre el personaje, para posteriormente incluir su epítome vital en el nuevo proyecto “Guasdualito y su contemporaneidad”. De ante mano el agradecimiento por sus comentarios.

EL LICEO LIBERTADOR

Llegaría Pinto a nuestro pueblo no como el judío errante Catarfilo, el anhelante de la Parusía, sino como el amigo Manso (Máximo) personaje principal de la novela con el mismo nombre, escrita por el dramaturgo canario Benito Pérez Galdós, salida a la oftálmica lectora en 1882; es este Manso un profesor de dialectos y filosofía, idealista destacado por su sapiencia y ética, que dejaría huella en un Madrid naturalista; y es Gabriel Eliecer Pinto un excepcional educador colombiano que llegaría en 1960 al pulverulento Guasdualito de la época, trayendo en su intelectual y analítico pensamiento ideas civilizatorias, siendo la primera de sus iniciativas fundar un liceo público en donde se impartiera la oferta de educación secundaria con criterios de vocación y excelencia. Desde un primer momento la propuesta logra buena aceptación, se dan varias reuniones y se suman al proyecto personalidades como: Eugenio Vidal Carabia, Toco Toco Padilla, el bachiller Rafael Hurtado, Manuel Arroyo, Silva Gallardo, el doctor Darío Barreto Paz, Rodolfo Pozsonyi, Antonio Tortolero, el padre Heraclio Aragón, Lázaro Hernández, entre otros guasdualietños de avanzada, que creyeron en el ideal de Pinto.

Llega el año 1961, y en el segundo mes del calendario gregoriano inicia funciones el Liceo Libertador en el Edificio García, ubicado casi al final de la avenida Miranda, a pocos metros de la iglesia Nuestra Señora del Monte Carmelo. El registro inicial fue de 61 alumnos, seccionados en 33 hembras y 28 varones. Meses más tardes en el segundo periodo escolar se incorporan a la formación pedagógica los galenos Neftalí Quintero y Egidio Guevara, como también los preceptores, Adrian Tesch, Ramón Colmenares y Aníbal Ostos. Para esos años la cámara municipal representada por Carlos Padilla Hurtado y el estimable Ezequías Arroyo, en sus condiciones de representantes del ayuntamiento municipal brindaron el superlativo apoyo económico a la obra educativa, que redundaría en la formación integral de varias generaciones de guasdualiteños. Algunos de los alumnos precursores del Liceo Libertador son: Leoncinio Urrutia, Oliva Murci, Ali Macías, Clara Ramírez, el poeta Rafael Gallardo, Edgar Maiorana, Narcisa López, Mapi Hurtado, entre otros abnegados educandos que fueron iluminados por el faro alejandrino Libertador.

Personalidad institucional contemplativa, fue la del aquel glorioso grupo profesoral desde sus empieces, movidos por la querencia a su tierra y a su gente, apostaron por sembrar saberes en aquellos discípulos que se espigarían en un corto y mediano plazo, como hombres y mujeres estimables y fructíferos. Ad honoren y en desprendimiento fueron sus bien recibidas enseñanzas. El impacto positivo de la iniciativa y la creciente impetración estudiantil hace que los directivos decidan mudar el paraninfo a la antigua casa de los Grieco Laporta, al final de la avenida Miranda, antes de la entrada al barrio El Gamero. Ese mismo año por sugerencia y ordenanza de la Cámara Municipal pasa a designarse como Liceo Municipal Libertador, luego el mismo ente legislativo asignaría una partida presupuestaria para cubrir los gastos más apremiantes. En la sede de tablones funcionaría hasta 1964. Para el periodo lectivo 1965-1966 se estrena la nueva instalación en la intersección de las avenidas Miranda-El Marqués del Pumar. Aún en la sede ubicada en el barrio Las Carpas, la huella de Gabriel Pinto estaría impresa, en las aulas del Fernando Calzdilla Valdès tuvimos el privilegio de ser sus alumnos en la asignatura del idioma anglosajón, su imponente presencia, su vocación, su entrega y fácil trasmisión del saber nos hace conmemorarlo de forma amena y en gratitud.

EL TEATRO SARARÌ.-

Se había comentado en el segundo párrafo de este apartado, que sería en 1960 la llegada del profesor Eliezer Pinto a Guasdualito, un desconocido en un pueblo que iniciaba su senda progresista y quien lo recibió con los brazos abiertos, adoptándolo como hijo entrañable. En Guasdualito el emérito se conquistaría el respeto, la estima y el sincero aprecio de todos los que pudieron conocerlo. Otra de sus iniciativas fue la de poner en funcionamiento una moderna sala de cine, Pinto de alta intelectualidad y universalidad, entendería bien la importancia de la cinematografía como elemento culturizador para la sociedad de nuestro pueblo, por ello en sociedad con el farmaceuta Toco Toco Padilla y el doctor Márquez (primo del nobel colombiano) principian la sala de cine con el nombre de Teatro Sararì, por la añeja calle Cedeño, exactamente en donde hoy funciona la oficina de la línea de Expresos Los Llanos, para la época su ambientación quizás fue la más acorde para este tipo de recinto, contaba con una moderada sala pero dotada de muy buena acústica. Su piso era de madera y techo de cielo raso, en cuanto a su capacidad, era aproximadamente de ciento cincuenta butacas. Se proyectaban dos películas diariamente, así como los matiné de los fines de semanas, en la pantalla del cine Sararì se proyectaron en cinemacop y pantalla panorámica (conceptos de Pinto) las películas del momento, aquella generación asistió casi religiosamente a las proyecciones disfrutando del séptimo arte en el aùn apacible Guasdualito, ya iniciando los 70 y con la aparición de los primeros televisores en blanco y negro decaería la antecámara, lo que llevaría a su cierre definitivo. Otro aspecto por mencionar y ya para concluir la publicación, fue su papel de organizador de las fiestas de Arauca, en donde además llevó a cabo emprendimientos exitosos. Por mencionar en el contexto, en los desfiles inaugurales su disciplinada y peculiar forma de montar era admirada, habilidades que adquirió durante su juventud en la escuela de equitación del ejército colombiano. Debido a la necesidad de emprender en otros lares, fija su radio de acción entre la población colombiana y Valencia, alejándose con los años del pueblo que lo albergó con agrado y en donde le recuerdan de la mejor manera. En complemento, es Gabriel Eliezer Pinto un ser humano con virtudes preclaras para ser considerado en los tiempos históricos como: UN HIJO ILUSTRE DE GUASDUALITO, allí están sus hechos, honra a quien honra merece.

POR: ALJER “CHINO” EREÙ.-.


jueves, 22 de octubre de 2020

CARMEN BETANCOURT

  


Carmen Betancourt (Carmucha)

Carmen Victoria Betancourt Arredondo nació en el vecindario Teresen, de Caripe Estado Monagas un 25 de noviembre del año 1942.

Cursó estudios en su Caripe natal hasta sexto grado, posteriormente estudia el bachillerato de dónde egresa con el título de normalista. Viaja a Valencia donde se inicia como docente.

En el año de 1967 llega al pueblo de Achaguas residenciándose casa de doña Evelia Matute de Hernández.

En el año 1968 ingresa a trabajar en el grupo escolar “Teresa Hurtado” comenzó a desempeñar, sus funciones educativas, donde volcó, jornada tras jornada, todo su entrañable y dulce cariño a la infancia, su tan empeñosa laboriosidad,

La reconocida figura, de la ejemplar docente, Carmucha una mujer, de auténtica y profunda vocación, hacia la instrucción pública, amplia y manifiesta capacidad pedagógica y, estimables valores, humanos, morales y espirituales; quien a lo largo de muchos años, de una prolongada y rica trayectoria, hubo de cumplir, aquí, en nuestro pueblo, una muy significativa y admirable labor, al servicio de la niñez, el saber y la enseñanza.

Transmitió conocimientos, desarrollo habilidades, compartió experiencias; enseño a niños, adolescentes y jóvenes a leer, escribir, sumar, restar, literatura, historia etc. Eso fue parte de la vida diaria de nuestra querida Carmucha

Una mujer de gran valor, de gran reconocimiento, pero de una verdadera vocación fue cuando ella iba más allá de eso y logro ser ejemplo para sus alumnos no sólo siendo una maestra que enseña, sino una maestra del cual se aprende.

Fue una verdadera guía, una persona que escuchaba, que entendió, que supo detectar alguna problemática y que otorgo un buen consejo a tiempo, que fomento y practico valores universales que promovió para tener una sociedad justa, unida, pacífica.

Así fue como Carmucha se convirtió en un ser entrañable e inolvidable. Aquella que merece toda nuestra admiración por jugar un papel fundamental en nuestras vidas. Una persona que sabía de responsabilidad, de entrega, de profesionalismo, pero sobre todo, de amor y respeto por el ser humano. Una persona que se preocupaba y ocupaba en los demás. Su labor siempre dejo una huella imborrable.

La maestra Carmucha tuvo siempre amor por su profesión y una constante necesidad por continuar desarrollando sus habilidades y conocimientos para compartir con sus alumnos lo mejor de sí, a través de información fresca y relevante, elevando así la optimización del proceso de enseñanza y aprendizaje.

Ejemplo de mujer educadora, que de un modo feliz, con gran ternura, le entregó a la niñez, sencilla y pura, su vida de fecunda luchadora. Fiel vocación, conciencia formadora, gesto de amor, palabra de dulzura, Carmucha Maestra verdadera, fervor profundo, fibra tesonera, calidez y labor infatigable… En el rico historial de la enseñanza, como símbolo eterno, de esperanza, brilla el sol, de su nombre inolvidable.

En el año 2010 para el mes de octubre la jubilaron con 42 años de servicio ininterrumpidos entregados a este pueblo que la adopto.

Falleció a causa de un infarto el 11 de abril del 2015.


miércoles, 21 de octubre de 2020

ISLA DE ARICHUNA O ISLA DE LAS MUJERES

 


UN HOMENAJE A LAS HEROINAS ANÒNIMAS VENEZOLANAS ISLA DE ARICHUNA Ó ISLA DE LAS MUJERES

Por Argenis Méndez Echenique Cronista de San Fernando de Apure

Para muchos de nuestros investigadores de la historia regional ha pasado por alto hacer referencia a un tema que se menciona en muchos textos referidos a los avatares de la Guerra de la Independencia Nacional, como lo es el de la Isla de Arichuna, que yo he bautizado, aunque no tengo la potestad para ello, con el nombre de LA ISLA DE LAS MUJERES.

En reciente manuscrito del Dr. Leopoldo González Gamarra, éste explica algunas características y ubicación de la famosa Isla de Arichuna: “El Apure, después de San Fernando – vía , Arichuna, en su margen izquierda, a la altura de un paraje conocido como El Chinal (próximo a Arichuna, abrió también hace miles de años un curso de agua que pasando frente a Mangas Coberas (Guárico), recorre aproximadamente 150 kilómetros y desemboca en el mismo Apure, en un sitio llamado el Picacho de Manatí, formando de paso la sempiterna (sic) ISLA DE ARICHUNA y no Apurito como falsamente se le ha venido llamando. En consecuencia, toda la isla de Arichuna pertenece al hoy Estado Apure y es jurisdicción de la Parroquia Peñalver, cuya capital es ARICHUNA, perteneciente al Municipio San Fernando, como se observa en los mapas que se acompañan. Esto se refuerza con la preferente atención médico – asistencial que periódicamente asiste con personal médico y enfermeras al ambulatorio de Arichuna”.

Viendo la importancia histórica del tema, llamo la atención de la inestimable amiga profesora Zoila Arrioja, representante del Instituto Nacional de la Mujer en Apure, y la Dra. María León, Ministra del mismo organismo, para que apoyen la iniciativa de diligenciar la construcción de un Monumento a la Mujer Venezolana en ese lugar.

El asunto es que José Tomás Boves, el caudillo realista de los llaneros, en sus correrías por el país, cometiendo innumerables crímenes, tropelías y desafueros, al tomar los pueblos decretaba el saqueo, con todas las consecuencias negativas para la población como es de imaginar: robos, violaciones, muertes…, sin respetar sexos, color, edades ni los lugares sagrados donde se hubiesen refugiado (no respetaban las iglesias). Generalmente, los hombres blancos, patriotas o seguidores del rey, eran los sacrificados.

Pero en el caso de las mujeres, éstas eran sometidas a los mayores vejámenes y luego, las que salvaban la vida en ese momento, eran enviadas a la ISLA DE ARICHUNA, especie de campo de concentración creado por el sanguinario asturiano en esta inhóspita ínsula del río Apure, para mantener cautivas a todas las mujeres blancas que lograba capturar. Muchas fueron las heroínas anónimas que sembraron sus huesos en ese lugar, para entonces, plagado de fieras e innumerables incomodidades.

Por ello, proponemos que, en este sitio histórico, se construya un parque recreacional, con un monumento a la memoria de tantas e ignoradas mujeres sacrificadas por la cuchilla de Boves. Sería un HOMENAJE NACIONAL A LA MUJER VENEZOLANA. El pedido, que es apoyado por la gente de Arichuna, está dirigido al Comandante Chávez y al Capitán Aguilarte, que sabemos están empeñados en rescatar el patrimonio histórico – cultural de Venezuela y de la región, con el loable propósito de fortalecer nuestra identidad y patriotismo, ganados a fuerza de múltiples sacrificios y voluntad de lucha.

Según la tradición, oral y recogida en algunos textos, allí fue a dar con su maltrecha humanidad, una hermana del Mariscal Antonio José de Sucre en 1814, Magdalena Sucre, después que Boves atacó y se apoderó de la ciudad de Cumaná, matando y secuestrando a todas las féminas que cayeron en sus criminales manos. No existe precisión en el nombre de la víctima pariente del héroe de Ayacucho, pero sí suficientes referencias históricas sobre el lugar de reclusión; es decir, la isla de Arichuna. Así, don Alfonso Rumazo González, historiador ecuatoriano residenciado y fallecido en Venezuela, dice en prólogo a la obra que recoge algunos Documentos Selectos de Antonio José de Sucre (1993, Biblioteca Ayacucho): “Entre los jefes enemigos había uno, supersanguinario; el español JOSÉ TOMÁS BOVES. Logró, en 1814, apoderarse de la ciudad de Cumaná y decidió ejemplarizar. En su informe al Rey, el padre JOSÉ AMBROSIO DE LAS LLAMOZAS, vicario de las tropas de Boves, expresó: “Boves ordenó a sus soldados matar a cuanto hombre encontraran; y lo ejecutaron hasta entrando varios a caballo dentro de la iglesia parroquial buscando a los que en ella se habían refugiado, para matarlos, como lo realizaron con más de quinientos”. Iban de casa en casa, asesinando. La residencia de la familia SUCRE fue violada. La madrastra, NARCISA MÁRQUEZ ALCALÁ y dos hermanas de Sucre, que se habían escondido, fueron descubiertas y apresadas; después de ofenderlas, las enviaron a la ISLA DE ARICHUNA”. Más adelante, el investigador ecuatoriano informa: “A consecuencia de este sistema han desaparecido los blancos. En Cumaná solo han quedado 5 u 8 del país y aún una gran porción de señoras fueron presas y remitidas a Caracas para ser conducidas después a la desierta ISLA DE ARICHUNA (p. 250)”.

Ese criminal suceso acaeció en Cumaná, pero también en otros lugares de Venezuela, asolados por el “Urogallo”, como bautizó a Boves el psiquiatra fabulador caraqueño Francisco Herrera Luque. El padre Llamozas, nativo de Calabozo y al servicio de las tropas realistas, en su aterrorizado Memorial al Rey de España (1815), alude así mismo a las tropelías cometidas por Boves en su pueblo natal: “…en el Guayabal, poco después de la batalla de Mosquiteros, declaró la muerte a todos los blancos y lo ejecutó constantemente hasta el pueblo de San Mateo. Por consecuencia de esta resolución hizo matar en Calabozo 87 blancos que pudo aprehender y dejó lista de otros 32 para el mismo efecto y orden a la salida de esta villa, a su comandante militar, para que hiciese matar a todo hombre blanco que allí llegase y QUE LAS MUJERES BLANCAS DE CALABOZO Y PUEBLOS INMEDIATOS FUESEN REMITIDAS A LA ISLA DE ARICHUNA, como se ejecutó, repartiendo las casas y bienes de los muertos y de las desterradas entre los pardos y dándoles papeletas de propiedad”.

Otra referencia puede consultarse en el libro Historia de la Rebelión Popular de 1814, de Juan Uslar Pietri, hermano de Arturo Uslar Pietri, citado por el Dr. González Gamarra en el mencionado manuscrito: “El escritor e historiador JUAN USLAR PIETRI, en su libro “La Rebelión de 1814” le dedica a esta isla de Arichuna, un capítulo de extraordinaria importancia. Afirma Uslar que a esta Isla de Arichuna, Boves, desde 1813, enviaba a las esposas y familiares femeninas de los heroicos patriotas fusilados en Calabozo. La vía escogida era: Calabozo – Cazorla – el paraje de Mangas Coberas (hasta aquí Guárico) y luego al atravesar el brazo del Apure antes nombrado, dejaban a las víctimas en la Isla de Arichuna. Muchas fueron devoradas por las fieras, pues abundaba mucho el tigre, otras pocas lograban salvarse al lograr llegar sanas y salvas al pueblito hospitalario y tranquilo de Arichuna”.

“Esta versión de Uslar –según el Dr. González Gamarra- es sustentada por los bisabuelos de este autor, según lo sostenían las tías, casi todas nacidas durante el régimen de Guzmán Blanco”. Publicado por Guaricopina en San Juan de los Morros, domingo, 16 de mayo de 2010.


martes, 20 de octubre de 2020

GENARO LABANCHI

 


Los papeles de Don Genaro.

Relato de Genaro Labanchi (ùltimo italiano de Periquera) a Guasdualito.com: 

Sic…"Yo recuerdo uno de esos hombres viejos del pueblo, que en 1914 o 15 tenía 83 años. Era don Vicente Limardo y él contaba sobre la guerra, cuando pasó Bolívar en la marcha admirable de Mantecal a los Páramos de Pifa; él le contaba a mi papá que aquí no quedó un hombre, no quedó un llanero, todos se fueron con él. Pero es mentira eso que dicen, porque Bolívar no estuvo ni en Periquera ni en Guasdualito, estuvo en un hato cerca de Guasdualito. Él pasó cerca de aquí y venía con desconfianza porque creía que aquí todos eran realistas y se equivocó. Los dueños del hato, que eran Useche y otros, lo hospedaron, le dieron asilo, y Bolívar se fue contentísimo".Don Genaro toma aire y luego acota, "yo sé de Guasdualito, sé la historia, porque iba con mis amigos los Briceño, los Laporta, los Estela y Remigio Paz, Filippo Di Giorgio y Antonio Crescencio Pérez porque íbamos a buscar mararay allá, y recuerdo todavía las paredes de ladrillos que habían ahí en pueblo viejo, que es el actual Guasdualito fundado por el Marqués del Pumar".
De esos tiempos rescata para la historia el nombre del primer fotógrafo del pueblo, el primer hombre que inmortalizó los rostros y las vidas de Guasdualito. "Leopoldo Lomónaco fue el primer fotógrafo de por aquí. Él era tuerto y fotógrafo. Yo todavía tengo fotografías hechas por él. El hijo de él, Francisco Lomónaco, tuvo un problema con la muerte de un guerrillero colombiano, eso fue en el 1950 y pico. Yo estaba en el hato cuando me avisaron; yo al colombiano ése le di una pieza y todo para que durmiera y a la mañana siguiente se fue derecho a Puerto Infante y allá lo mataron y sé que Francisco estuvo complicado en eso, pero a él lo protegía Marcos Pérez Jiménez".Sin embargo, otros son los nombres que recuerda Don Genaro con verdadero orgullo, pues ellos son los que mejor reflejan la forma de ser del llanero altoapureño. "El general Ramírez, el general Ezequiel María Briceño y Pedro Daniel García, ellos sí eran buenos; eran buenos porque regalaban al pueblo. Para esas fastuosas fiestas de la Virgen del Carmen, patrona de Periquera, venían gentes de todas partes y no pagaban ni una locha. La comida era gratuita por 10 ó 12, bebidas y comidas gratis. Pedro Daniel García mandaba a matar veinte reses, ¿qué se acababan esas veinte reses? Él decía 'vaya al corral y busque otras 20, y así era'".La simplicidad cotidiana, el maniqueísmo de la vida sencilla, donde el bien y el mal tienen nombres propios, continúan siendo las premisas que guían la vida de Genaro Labanchi, un hombre que ha visto mucho, pero prefiere compartir sólo aquello que le trae felices recuerdos.


martes, 13 de octubre de 2020

MANUEL PADILLA HURTADO

 



“EL CALCULISTA GUASDUALITEÑO”

Breve exordio.-

Ya han pasado unos cuantos abriles, desde que nuestras manos palparon el bosquejo de un trabajo de grado de la autoría de una entrañable amiga estudiante de la carrera de ingeniería de la Universidad de Los Andes, rectoría de Mérida, esto para sugerencia metodológica. De portada dura y con el logo de la ULA, a priori se prejuzgaba de excelente temática y contenido, ya en el otear apreciaríamos el nombre del tutor, el cual se prescribía como: Ing. Manuel Gerónimo Padilla, al consultar a la tesista sobre el valedor orientador, nos 

enteraríamos que era originario de Guasdualito, lo que nos motivó aún más a prestar nuestra colaboración desinteresada. Años después, al visitar con mi apreciado y recordado amigo Exer Fulco, la solariega casa La Estación, recibiría como obsequio del almirante Miguel Padilla el texto Identidad del Guasdualiteño, de escritura conjunta con su hermano, el ingeniero Manuel. Nos fue imposible conocer en vida a este digno alto apureño estudioso de la ciencia constructora, sin embargo, a través de la lectura de algunos de sus aportes bibliográficos, lo consideramos y valoramos como un hijo insigne de nuestro pueblo, merecedor de gratitud y reconocimiento por enaltecer el gentilicio fuera de nuestros lindes con hechos perceptibles. A continuación un conciso epítome vital del referido.

RESUMEN DE VIDA.-

Nace este meritorio guasdualiteño en el apacible y pastorial Guasdualito, el 07 de enero, de 1927, en el hogar conformado por Francisco Miguel Padilla y Carmen Cecilia Hurtado. En su lar, en la Escuela Federal Aramendi asimila de la preceptora Inesita Pérez las primeras sapiencias, su hermano el nauta Miguel lo rememora de la siguiente forma: “vivió su infancia en nuestro pueblo con toda intensidad y, supo asimilar a plenitud la identidad del guasdualiteño; de niño fue becerrero, ordeño vacas, vendió leche, se venía en burro desde El Tambo, arrió ganado desde la sabana hasta La Manga y disfruto junto a sus amigos de infancia del Guasdualito de ayer”.

Concluido el ciclo de primaria es enviado a la ciudad capital de Caracas, a cursar estudios de secundaria en Liceo Andrés Bello, en donde se gradúa de bachiller. Regresa a su tierra para meses más tarde trasladarse a la villa de Mérida, con el fin de cursar estudios de ingeniería civil en la gloriosa Universidad de Los Andes (ULA) obteniendo el título en 1950. Por su intelectualidad y desempeño es empleado por la misma universidad como docente en el paraninfo, lo cual cumple a cabalidad; posteriormente es enviado a los Estados Unidos a efectuar su posgrado en estructuras y resistencias de materiales. Retorna al claustro académico para dedicarse a tiempo completo a la docencia y formación universitaria, labor que cumpliría ininterrumpidamente durante cincuenta años, ganándose el aprecio sincero y la alta valoración de la comunidad universitaria y de la ciudadanía. Ejerció como decano de la Facultad de Ingeniería, siendo fundador de varias cátedras, entre ellas: ingeniería eléctrica, mecánica y sistemas; además de esto, amplió su currículum como Representante profesoral ante el Consejo Universitario, Co-fundador del Centro Interamericano de Agua y Tierra, Residente Accional de Profesores de Ingeniería, Director de Programa de Expansión ULA-Banco Interamericano de Desarrollo, Vicerrector, entre otras responsabilidades.

En el aspecto familiar entrò en estado con Aura Ramírez, con quien compartió casi toda su vida, procreando una digna descendencia de seis hijos, siendo igualmente padre de un hijo radicado fuera del país, competitivos y fructíferos todos, se radicarían en la quinta El Manantial, calle 41, mejor conocida como La Casa de Cielos Abiertos, especial calificativo ganado por su generosidad y apoyo a muchos de sus coterráneos, dicientes y jugadores profesionales de Argentina, Uruguay y Colombia, los cuales alojaba con agrado y atención. Este exigente Imhotep guasdualiteño fue considerado en su tiempo como uno de los mejores calculista del país, cuyos conocimientos quedaron insertos en obras de envergadura como el viaducto merideño, la plaza de toros y la Iglesia La Azulita, así como en múltiples y complejas infraestructuras estadales y nacionales. En otra faceta, fue un apasionado del deporte general, muestra de ello es que fue un practicante consumado de tenis, aficionado al maratón y al balompié, fundador y presidente vitalicio del equipo Estudiantes de Mérida, conjunto que hizo vibrar y llenar de emoción y satisfacción al pueblo merideño. Parte del mundo tangible el 02 de febrero de 2006, dejando un considerado legado de vida, tanto personal, familiar como profesional. Su hija María Claudia lo evoca de la siguiente forma: “Manuel fue un poeta que amó la lectura y a su patria, un deportista en potencia, un amante de la amistad, un padre ejemplar, era un roble, brillante, silencioso, de ideas únicas…”

En sus memorias escritas el calculista describe con sencillez mágica al pueblito de cuatro calles de tierras que sus pies caminaron y que en lomos de mostrencos visitaba en labores y faenas, leamos parte de ellas: “Fue en aquel Guasdualito, la Calle Real, la más importante, con sus grandes casas con techo de cinc; cada esquina con su nombre. La Elías Galvis, era la primera, había allí una bodega con su pipa de guarapo fuerte, empanadas de guiso, arepitas dulces, tabletas de coco con panela o azúcar, los ricos nísperos de leche. Era mi parada obligatoria, al regreso de la dura tarea de vender leche detallada, a veces a locha o a medio el litro, cuando estaba cara. Seguía la esquina de don Juan Laporta, un inmigrante que relevó directamente en el pueblo, estableció raíces familiares, de donde nacieron varios hijos, “tan criollos como la conserva de coco” que no llegaron hablar ni pizca de italiano. Don Juan fue un personaje muy importante, monto un negocio (tienda) muy grande, en variedad y calidad de los artículos: sombreros borsalinos, pelo de guama, telas, bayetas, municiones, etc, fue por mucho tiempo el proveedor de los grandes hatos. Seguía la esquina de los Braidis, también con su buen negocio, artículos importados de Alemania, fueron los agentes de la Venezolana de Navegación, a la cual pertenecían los vapores que llegaban por el río. Venia la botica, que abría hacia la calle que remataba en el cuartel, esta es la farmacia en la actualidad, se terminaba en la de don Daniel García, con su casa de dos pisos. La calle real alargaba su brazo hasta el río, por un terraplén reconstruido por el jefe civil Antonio Rivero Vázquez, probablemente en el 33, allí se habría una corta calle, especie de puerto, con el nombre de El Gamero, con sabor alegre y de cierta tentación, la llegada de los vapores con su impresionante anuncio de pitos estruendosos. En ese pequeño pueblo fui escuelero y lechero, aquella leche que mamá me media con rayita falla y con espuma, que muchas veces derramaba al despacharla, y cuya venta casi nunca me cuadraba con la recibida, se daba la circunstancia que al final de la 

faena debía reservar un litro para una cieguita, doña Camila, quien por toda compañía solo tenía a Julia, media paralitica y casi sin habla; para cumplir con la entrega tenía que recurrir al agua de su bomba para completar el litro, y un día me dijo la cieguita: “caramba, la leche si ha salido clara”, muy rápidamente le contesté: no, es que las vacas están recién paridas, y por eso la leche esta clarita”. (sic)

Ha sido para quien escribe estas líneas un honor el haber recopilado parte de la fructífera vida de Manuel Gerónimo Padilla Hurtado, un hijo bueno de un pueblo bueno, esperando en lo contiguo del cronos observar su clisé, así como el de muchos guasdualiteños con huella en el proyecto Los Hijos de Guasdualito. Honor a quien de verdad honor merece.

AUTOR: ALJER EREÚ

 
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